La intrahistoria de milagro de Llull: “Sergi, ¿la quieres tú?”

La intrahistoria de milagro de Llull: "Sergi, ¿la quieres tú?"

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El balear aceptó la responsabilidad sin dudar en el tiempo muerto previo de Chus Mateo. “Es la canasta de mi vida. Esta pasa por la derecha a la de Málaga”

El lanzamiento decisivo de Llull ante Fall.Enric FontcubertaEFE

En mitad de la euforia, Sergio Llull trataba de explicar lo indescriptible, lo que sólo se puede sentir desde las entrañas de un ganador como jamás vio el baloncesto español, una jugada que verá en bucle, para siempre ya inseparable de su leyenda. Sin acordarse demasiado del cómo. Ni siquiera muy bien de las instrucciones previas. En ese tiempo muerto a falta de 12 segundos de Chus Mateo se fraguó el milagro entre pulsaciones a mil, aunque con el balear de por medio sobren tantas veces las palabras. Simplemente una pregunta: «Sergi, ‘¿la quieres tú?’». Y entonces una sucesión asombrosa…

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Entonces, el saque de Fabien Causeur, el bloqueo de Tavares, la penetración de Llull ante el gigante Moustapha Fall, el lanzamiento tan bombeado que besó el cielo del Zalgirio Arena. Y el éxtasis a falta de 3,2 segundos. «¿Fall? Si me dices que te repita la jugada ni lo sé. Sólo sé que me he ido a la derecha, pero no sé ni quien había delante, ni si había un compañero solo ni cuanto quedaba. Ahora la veré», comentaba el héroe, que no admitía comparaciones: «Es la canasta de mi vida, de mi carrera. Esta le pasa por la derecha a la de Málaga (final de Copa de 2016). Aquella fue más cerca del final, pero esta es para ganar una Euroliga, algo increíble».

Era un lanzamiento predestinado. En ese corrillo, nadie dudó que era para Llull. Las palabras de Mateo sólo reforzaron el mensaje. «Ha marcado la jugada. Después, ha dicho Sergi un par de veces más. Pero yo ya no escuchaba, sólo trataba de mentalizarme», pronunciaba un Llull que todavía no había anotado ni un sólo punto en toda la final, aunque el viernes se hubiera convertido en el máximo anotador de la historia de las Final Four. «Estaba claro. Cuando tienes un tío que la ha metido, que tiene ese carácter, se la tiene que jugar. No había dudas. Le ha punteado Fall, pero todos sabíamos que iba dentro», contaba un Sergio Rodríguez que también tuvo su cuota de enorme protagonismo, con un triple a falta de 45 segundos como colofón a sus increíbles últimas actuaciones. Aunque ni el éxtasis le quitara el dolor en su cuello tras el golpe que se dio nada más empezar con Rudy.

Mateo, que se emocionó con las palabras con las que Tavares le reivindicó para abrir la rueda de prensa oficial del campeón, también habló de esa jugada para los libros de historia. «Es que no hay otro que meta esas canastas. Si hay alguien es él. No había ninguna duda. A Llull no le importa asumir esa responsabilidad. Ha sido justicia poética. Me alegro especialmente por él, porque no ha sido un año fácil, con una grave lesión, asumiendo un rol con menos minutos», pronunció el técnico.

Tampoco lo pudo resumir mejor el MVP Tavares: «Llull es el mejor jugador del mundo en el último segundo. Todo el mundo sabía que lo iba a tirar él, pero nadie sabe cómo pararlo». Y para eso, la valentía, la clave de todo. Sobre lo que daba vueltas el balear con la red en el cuello -«esta me la llevo, además es la que ha entrado la última canasta. Esta es especial»-. «Simplemente acepto esa responsabilidad, consciente de que puedes fallar y ser el culpable de todo el desastre. O meter como ha pasado hoy. El primer paso es ser valiente», zanjó.

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