Según pudo saber EL MUNDO, un grupo estadounidense rechazó el precio por considerarlo “fuera de mercado”. En los últimos meses, el TSJG ha declarado “ilegal” Galicia360 y la Xunta ha recibido 4.000 alegaciones a la declaración de Interés Autonómico.
El Celta parece afrontar problemas deportivos, pero también en los despachos. El conjunto vigués, antepenúltimo clasificado de Primera División, lleva varias temporadas coqueteando con el descenso pero es la parcela administrativa, por desgracia para su afición, la que amenaza con convertirse en protagonista de su Centenario. La familia de Carlos Mouriño, que es la dueña del club a través del grupo GES, lleva varios años intentando vender el Celta, contrató para ello a la consultora FTI y en 2022 pidió, según pudo saber este periódico, 200 millones de euros por el 100% de las acciones a un grupo estadounidense. Un precio que los inversores definieron como “fuera de mercado” tras hacer un análisis de la situación. Todo sucedido antes de que se tramitara por la Xunta de Galicia la declaración de la ciudad deportiva celeste como bien de Interés Autonómico, algo denunciado por diversos grupos por “supuesta prevaricación”.
Y es que esto no sería más que una negociación de compra y venta si no fuera por el contexto administrativo del Celta ahora mismo y especialmente por la polémica alrededor del proyecto Galicia360, su nueva ciudad deportiva. Se trata de un complejo inaugurado el año pasado en Mos, un municipio limítrofe con Vigo, que, según lo que ha pedido la familia Mouriño por el club, habría elevado el precio de venta del mismo desde los 75 millones que valían el 100% de las acciones en 2018 a los 200 que reclaman ahora. 125 millones de diferencia. Un proyecto que la directiva viguesa compara con la Rafa Nadal Academy, que engloba mucho más más allá del propio Celta y que en abril, en mitad de las protestas de grupos ecologistas y partidos políticos, fue declarado “ilegal” por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.
En julio, sin embargo, recibió por parte de la Xunta la denominación de bien de Interés Autonómico, algo que ha provocado una denuncia de Ecologistas en Acción ante el TSJG por “supuesta prevaricación”. “Es un proyecto declarado ilegal por la justicia y unas obras ejecutadas en terrenos forestales de especial protección“, reclama Cristóbal López, portavoz de la asociación. “Parece evidente que la Xunta declara el interés autonómico para tratar de eludir los informes desfavorables emitidos por diversos organismos públicos y conseguir así la expropiación y posterior reclasificación del monte vecinal para la implantación del proyecto comercial privado, Galicia360, del presidente del Celta”, insiste el portavoz de Ecologistas en Acción. Alfonso Rueda, presidente de la Xunta, ha asegurado que no se toma “ninguna decisión que no esté evaluada por informes técnicos”.
El ‘Objeto Social’ de Galicia360
Fuentes consultadas por El Mundo insisten, además, que las declaraciones de Mouriño en marzo de 2022 en las que asumía la declaración del proyecto como de Interés Autonómico (algo que no llegó hasta julio de 2023) “mientras contrataba a FTI para vender el club” podrían ser objeto de denuncia. Los denunciantes reclaman que en el ‘Objeto Social’ del proyecto Galicia360 “no se habla en ningún momento de deporte”: “La realización, organización y explotación de actividades recreativas y de entretenimiento. Participar en sociedades o entidades civiles o mercantiles, españolas o extranjeras, cualquiera que sea su fin u objetivo, mediante la suscripción de capital o adquisición por cualquier título”, reza el Registro Mercantil de Galicia360. En un comunicado publicado esta semana ante el envío de 4.000 alegaciones a la declaración de Interés Autonómico, la Xunta asegura que el proyecto “defiende la idea del deporte como una actividad de interés público que coadyuva al crecimiento y a la cohesión social”.
Ayer, otro grupo llamado Resistencia Celta, una organización compuesta por aficionados al club, anunció a través de su presidente David Ramil que enviará próximamente una carta de intención de compra al Celta. Proponen entrar en el club con un modelo mixto, es decir, capital extranjero y gestión local, y poner fin al proyecto de Galicia360.
El Celta, en el que ahora manda Marian Mouroño, hija de Carlos, fichó este verano a Rafa Benítez para liderar el año de su Centenario, pero se ha encontrado con un inicio de curso bastante peligroso para el futuro a corto plazo de la entidad. Los celestes suman sólo 5 puntos en 8 partidos y están en puestos de descenso, algo que por desgracia para la afición no es una novedad en los últimos meses. En junio, el equipo entrenado entonces por Carlos Carvalhal, evitó en la última jornada la caída al infierno al ganar al Barcelona. En agosto, sin embargo, tuvo que asumir la salida de Gabri Veiga y los fichajes no parecen haber elevado el nivel de una plantilla que sufre cada campaña.