El segundo entrenador del Getafe, Patricio Moreno, afirmó tras la derrota de su equipo en el estadio del Betis (2-1) que el primer técnico azulón, José Bordalás, expulsado en las postrimerías del encuentro, está, “más que enfadado, molesto” por la “tarjeta roja injusta” que le enseñó el colegiado canario Pulido Santana en el tiempo añadido.
“Hay que tener más respeto por nuestro entrenador. No le ha faltado el respeto al árbitro. Hay entrenadores que protestan más y no les amonestan. Le han expulsado sin hacer nada. En ninguna de las dos tarjetas al míster hay protestas ni gestos airados”, declaro tras el partido Moreno, quien atendió a los periodistas ante la ausencia de Bordalás.
El técnico extremeño consideró que “lo que se dice del Getafe no debe condicionar a los colegiados para partidos posteriores”, pues sostuvo que “lo que hace el Getafe lo hace todo el mundo”.
También denunció que Pulido Santana, ya en los primeros momentos del encuentro, “le ha dicho a los jugadores que sabía a qué venía el equipo”, con lo que pidió “más respeto al Getafe”. “Había jugadores comentando que el árbitro, en los primeros lances del partido, les ha hecho comentarios. ‘Sé a lo que jugáis’, ‘sé a lo que venís’, etc… Eso hay que cortarlo inmediatamente. Hay que ser justos con el Getafe, que es un histórico”.
Tras esta derrota en el Benito Villamarín, Patricio Moreno indicó que le embarga “la misma sensación de los últimos partidos”, ya que “el equipo lo intenta, pero sigue sin ganar”, y recalcó que ahora “hay que levantarse rápido”, al tiempo que quiso “destacar el compromiso de un Getafe que ha llegado al final con opciones”.
Nadie parece tenerle demasiado en cuenta, porque es un piloto poco acostumbrado a los excesos. Un chico de rostro pétreo, con aires de viejo prematuro. Sin embargo, Oscar Piastri bien podría este año subvertir las jerarquías en McLaren, porque es tan rápido como su compañero y parece mejor preparado para lidiar con la presión. En Bahrein, el australiano festejó su 50ª carrera en la F1 con una cómoda victoria, la segunda del año, por delante de George Russell y Lando Norris, que volvió a fallar cuando menos convenía.
En una carrera marcada por las precauciones y las dos paradas en boxes, Piastri se impuso con indiscutible autoridad, confirmando lo apuntado durante todo el fin de semana. Ni un solo titubeo desde la pole. Ni una opción para Russell, vulnerable en el tramo final por sus neumáticos blandos y por un error electrónico en cadena. "Cuando pulsé el botón de la radio saltó el DRS", denunció el líder de Mercedes, pero ni por esas supo aprovechar su oportunidad Norris. Había partido sexto y pareció conforme con la tercera plaza del podio.
Esos 15 puntos mantienen en el liderato del Mundial a Lando, que perdió la ocasión de aumentar su ventaja ante Max Verstappen. No había prestaciones en el Red Bull y el holandés tuvo que conformarse con la sexta plaza, tras rebasar en la última vuelta a Pierre Gasly. Tampoco hubo brotes verdes en el Ferrari de Charles Leclerc y Lewis Hamilton, cuarto y quinto con sus actualizaciones aerodinámicas. McLaren es un cohete y el resto han de conformarse con las sobras.
Clamoroso error en la salida
Quede constancia del abandono de Carlos Sainz a falta de 12 vueltas para la meta y del decimosexto puesto de Fernando Alonso, que ni siquiera pudo beneficiarse de los cinco segundos de sanción para Jack Doohan. Corren tiempos duros para los españoles, cada uno en su maraña de problemas. Mientras Alpine y Haas dan pasos adelante, Williams y Aston Martin retroceden.
Hubo mucho trajín en la salida por culpa de Norris. Su error al colocar el coche, casi medio metro adelantado en los tacos, fue castigado con cinco segundos por los comisarios. Al traste se iban así sus tres posiciones recuperadas, desde la sexta a la tercera. Mientras Piastri se lanzaba a fuego por delante, Russell superaba a Leclerc, que no podía poner en calor sus neumáticos.
Ferrari había apostado a contracorriente con las gomas medias, por lo que tras el primer pit-stop de sus rivales, sus dos coches tomaron la cabeza. La estrategia para el monegasco, bautizada como Plan Bravo, era tan cuestionable como la celeridad de los mecánicos de Red Bull, que fallaron con el semáforo para liberar a Verstappen. Con el compuesto duro, Mad Max tampoco encontraba agarre en las curvas. Fuera de ritmo competitivo, sin opciones de detener a Lewis Hamilton en la curva 11, su único objetivo era minimizar los daños.
La lucha entre Sainz y Antonelli, el domingo en Sakhir.AFP
Superado el ecuador de carrera, Red Bull paró por segunda vez a su campeón y erró de nuevo, calamitosamente, al cambiar la rueda delantera derecha. Verstappen se reincorporaba último, dejando vía libre a McLaren, Mercedes y Ferrari. Por entonces, Leclerc había superado a Norris por el exterior de la curva 4 y Hamilton recuperaba el brío, dejando atrás a Jack Doohan, Andrea Kimi Antonelli y Esteban Ocon. Buena nota debía tomar Williams, porque Alpine y Haas le habían ganado el pulso en el muro.
Fuera de los puntos, Sainz apretaba el paso por detrás de Tsunoda. Debía asumir riesgos, así que no lo dudó al final de la recta de meta, con un bonito adelantamiento donde no pudo evitar el contacto con el Red Bull. Con restos de fibra de carbono, el director de carrera ordenó la salida del safety car, provocando el consabido reagrupamiento.
McLaren disponía de un juego de medios para sus dos coches, pero Russell tuvo que montar los blandos para las 24 vueltas restantes, mientras Ferrari colocaba los duros. Cuando aceleró de nuevo, Piastri dejó muestras de su autoridad. Jugaba en otra liga el líder, mientras sus perseguidores se fajaban por detrás. Norris adelantó por fuera ante Hamilton en la curva 2 y le conminaron a devolver la posición. "Este neumático es un asco", lamentó el británico, cuyas opciones se fueron poco a poco desvaneciendo.
Embestida de Tsunoda
La tercera plaza del podio, en buena lid, debía corresponder a Norris, con mejores recursos que Leclerc. Sin embargo, el británico, negado toda la noche, se pasó de frenada en su primera tentativa a final de recta. El blando funcionaba a Russell para sujetarse en la segunda plaza, mientras Piastri volaba en pos de la victoria. La igualdad de fuerzas no presuponía precisamente un espectáculo para el espectador, aunque bien mereció la pena el esfuerzo de Gasly, cerrando cualquier rendija ante Verstappen hasta el último giro.
Sainz, envuelto en sus cavilaciones, penaba por rascar algo cuando sufrió una embestida de Tsunoda en la curva 1. Con daños en el pontón derecho, el madrileño forzó demasiado frente a Antonelli, llevando fuera al rookie en la curva 10. Hubo 10 segundos de penalización para Carlos y Williams optó por lo más prudente: retirar su coche.
Aún más tétrico fue el domingo en Aston Martin, que ya sólo lucha con Sauber por no ser el peor coche de la parrilla. Mientras Lance Stroll sólo pudo superar en la meta al rookie Gabriel Bortoleto, Alonso se hartó de escuchar por radio que la degradación era más elevada de lo esperado y que sus frenos iban ya al límite. Un horror en toda regla.
Desde que hace cuatro años el Movistar Estudiantes descendiera a LEB Oro -hasta 2021 era, junto a Real Madrid y Joventut, el único club español que había participado en todas las ediciones de la máxima categoría-, todo ha sido una búsqueda desesperada y sin éxito del regreso a la elite. Este lunes, la frustración ha llevado a la histórica entidad a tomar una decisión que pocos entienden. Después de una racha de siete victorias consecutivas y todas las opciones del ascenso todavía intactas (sigue dependiendo de sí mismo hasta para lograrlo de forma directa), el club del Ramiro ha decidido destituir a su entrenador.
Pedro Rivero llegó en el verano del 2023 con la vitola de ser experto en ascensos. El segoviano, un histórico base de la LEB (también jugó brevemente en ACB con el Cajasol y el Murcia), logró subir como jugador al Zaragoza en 2010, al Murcia en 2011, al Alicante en 2013 y al Ourense en 2015. Como técnico, en su primera temporada consiguió el ascenso de Plata a Oro con el Lucentum Alicante. Y en 2023 llevó a ACB al Palencia, con el que también ganó la Copa Princesa.
El curso pasado se quedó a las puertas con el Estudiantes. Perdió la final de los playoffs contra el Lleida, como dos cursos antes lo había hecho ante el Girona de Marc Gasol. Cierto es que había muchas dudas con el juego actual del equipo, con la consistencia de una plantilla que hace unos días fue reforzada con Joaquín Rodríguez, cedido desde el Casademont Zaragoza. El domingo contra el Súper Agropal Palencia (104-98) anotó 33 puntos.
"Inocentada"
Era el séptimo triunfo de carrerilla para los colegiales, para un balance de 22-3. Con uno de los billetes hacia la Liga Endesa muy avanzado por el San Pablo Burgos, líder destacado, a los madrileños les tocaba afrontar con solvencia unos playoffs que en el pasado no les fueron nada bien. Esa puede ser la razón por la que la directiva que encabeza Ignacio Triana ha decidido prescindir de Rivero. Aunque eso no sólo haya causado un gran asombro en parte de los aficionados. También incluso en los jugadores.
Algunos con tanto calado en lo social y en lo deportivo como Jayson Granger. El canterano, que pasó por Unicaja, Efes y Baskonia, entre otros, y que este verano regresó con la misión de encabezar el retorno (promedia 15,7 puntos y siete asistencias), escribió en sus redes sociales: "Definitivamente, no entiendo nada" (un mensaje que luego borró). Juancho Hernangómez fue más afilado desde Atenas: "Inocentada".
Todo indica que el elegido para tomar el relevo de Pedro Rivero es Nacho Lezkano, quien fue despedido hace unas semanas del Morabanc Andorra. En su comunicado del adiós, el Movistar Estudiantes quiso "agradecer al entrenador su profesionalidad, entrega y trabajo desde el momento en que llegó a Madrid" y desearle "la mejor de las suertes tanto en el terreno profesional como en el personal".