Jason Koon es una de las grandes estrellas del póker. El estadounidense nacido en Weston (Virginia) hace 39 años, ocupa la quinta posición histórica de ganancias en torneos en vivo. Son más de 60 millones de dólares acumulados (al cambio, apenas 54). Koon vivía en una granja y parecía que saldría de allí por piernas, porque el atletismo era lo suyo. Una lesión de cadera lo llevó a descubrir el juego. No lo culpen. Esa calle era más rápida en busca de una salida imprescindible. Vivía en una familia pobre, pero lo peor era tener un padre drogadicto y violento. Acostumbrado a esa presión, ahora soporta bien las grandes partidas y los torneos más exigentes, como el European Poker Tour de Montecarlo. En uno de sus descansos concede esta entrevista, como embajador de PokerStars.
- Con un jugador que ha ganado tanto dinero, algunos solo esperan una pregunta: ¿Cuál es el secreto?
- Te daré la respuesta larga. Hay tantos elementos necesarios… El principal, sin importar el nivel de talento, es la perseverancia. Necesitas aceptar cosas que escapan a tu control. El póker no recompensa a corto plazo. No puedes juzgar si eres bueno o malo por los resultados de una semana, un mes o incluso un año. Este es mi temporada número 20 como jugador y la 17 como profesional. Para los jóvenes, lo más importante es no quemarse. Si te va mal, respira hondo, tómate dos días y vuelve. La perseverancia es fundamental. Obviamente, también hace falta cierta habilidad natural, pero esta puede ser muy diferente. He visto triunfar a jugadores analíticos, artísticos, sociables…. Mi secreto ha sido rodearme de personas mejores que yo desde hace dos décadas. Sigo aprendiendo y aprendiendo y aprendiendo, con la mente siempre abierta. Este juego vive de eso, porque los problemas son tan complicados que nadie conoce la verdadera respuesta.
- ¿Estudiar finanzas influye en la forma de jugar?
- En realidad, ya no recuerdo nada de esos estudios. Iba a clase y estaba más pendiente de mi portátil. Un día les dije a mis profesores: «Mirad, no es que tenga un problema; estoy ganando dinero». Y les mostraba cómo iba mi cuenta, que subía semana tras semana. Me apoyaron y el pensamiento analítico me benefició. Muchos jugadores talentosos quiebran justo porque no saben manejar el lado del negocio. A mí me ayudó a sentar las bases.
- ¿Cualquiera puede ser un buen jugador?
- Absolutamente no. La mayoría de la gente no podría. Todo el mundo puede aprender a jugar y a disfrutar, pero para ser genial… Si observas en cualquier torneo de los caros, somos personas muy raras, incluyéndome a mí. Para jugar en los niveles más altos tienes que estar obsesionado. Debe ser lo único del mundo que te importe. Cuando tenía veintitantos, yo solo pensaba en el póker. Sé que los otros de mi nivel son iguales. La mayoría no soportarían ese nivel de obsesión. Ni deberían. No es la manera más saludable de vivir.
- ¿Cuándo pensó que podría estar entre los mejores?
- Nunca, realmente… Cuando empecé, me gustaba la libertad, además de jugar. Podía despertarme cuando quería y estar donde me diera la gana. En diez años me convertí en un jugador de niveles altos muy competente, pero no sabía hasta dónde podría llegar hasta que conocí a mi mentor, Ben Tollerene. Él me llevó a otro nivel. Pero debes bajar la cabeza y trabajar muy duro. No piensas en ser genial, aunque es posible. Un día te despiertas y has llegado.
PokerStars
- ¿Su objetivo es ser el número uno?
- Ese número es arbitrario, porque el mayor ganador es solo la persona que juega más torneos. Yo trato de mantener el equilibrio. Tengo dos hijos y un matrimonio fantástico. Ser buen padre y marido es mi prioridad número uno. También quiero trabajar duro y ser mentor de otros, pero no creo que llegue a ser el ganador número uno, a menos que logre algún premio enorme. Solo compito para ser la mejor versión de mí mismo. Cuando me vuelva para mirar atrás, quiero sentirme orgulloso.
- Alguna vez ha dicho que nunca fue tan feliz como cuando estaba en la granja y pescaba. ¿Es verdad? ¿Planea un retiro así?
- Es cierto. Mi gran objetivo es tener un terreno enorme, de cientos de acres, para que mis hijos y yo vivamos libres, rompamos cosas, pesquemos y hagamos lo que nos dé la gana. Siento eso en mi alma, necesito el aire libre, la naturaleza. Quiero que mis hijos crezcan así.
- Podría haber triunfado en otras áreas. ¿Nunca se arrepintió del camino elegido?
- No. Soy muy bueno en mantener la mente abierta y estoy listo para pivotar. Es lo que más me ha beneficiado en mi carrera. He ganado mucho dinero así. No he hecho otra carrera porque no he querido. Jugar nunca fue solo mi trabajo. Cuando lo deje, creo que tendré el coraje para superarlo.
- Para un ganador tan consistentemente, ¿Qué supone ser embajador de una marca?
- Abrí mi primera cuenta con PokerStars hace 20 o 21 años. Conservo un mensaje que les envié: «Hey, internet se fue cuando jugaba un torneo de 2 dólares. ¿Podrían devolvérmelos?». El primer gran torneo que gané fue con PokerStars. Pagué 11 dólares, había más de 20.000 participantes y me llevé 30.000. Así empecé mi banca, cunado estaba en la universidad. He vuelto al lugar donde empecé. Es un honor y espero representarlos bien.
Los límites en el póker
- ¿La vida de un jugador depende demasiado de la suerte?
- La vida en general depende mucho de la suerte. Yo he tenido un éxito excesivo. El póker te ayuda a pensar en objetivos y he sido muy afortunado con mis resultados. Sé que si pudiera ver mil versiones de mi vida, la que he tenido es de las mejores. Un día comentaba con Phil Ivey lo afortunados que somos, porque ambos hemos pasado por momentos muy bajos. Él dice que la vida debe ser tomada con gracia e intento hacerlo cada día, porque sé que he trabajado muy duro y he tomado algunas decisiones buenas, aunque también cometí errores.
- ¿De qué tipo?
- Al principio, cada decisión fue un error, básicamente. Perdí mi banca varias veces. La primera vez, cuando tenía 22 años y había reunido 700.000 dólares. Eso es mucho dinero para un chico tan joven. Y para cualquiera. Pasé de 700.000 a cero de golpe y aprendí la lección. Luego, cometí más errores, pero no tan graves.
- ¿Las habilidades del póker pueden ayudar fuera de las mesas?
- Sí, creo que soy una persona muy empática y eso me permite leer mejor a los demás. Tengo conexiones profundas con la gente y creo que mis estimaciones son muy precisas, pero a veces confío demasiado y cometo errores, igual que en el póker. No puedes confiar siempre en tu instinto. Por eso es importante tener fundamentos.
- ¿Hasta qué punto el juego pone a prueba tu fuerza física y mental?
- Sobre los límites mentales, ayer jugué 14 horas y por eso tuvimos que retrasar esta entrevista. Necesitaba dormir, estaba agotado. En Macao, a veces jugaba dos días seguidos. Eso causa estragos y me hizo mella en la salud física. No consideraría el póker un deporte, pero es una prueba absoluta de voluntad, coraje y resistencia física y mental.
- Viene de una situación poco favorecida. ¿Alguna vez se siente mal por tener tanto dinero y ver que a la gente le cuesta sobrevivir?
- Absolutamente, lo hago todo el tiempo, porque nací pobre. Mi madre, mi hermano, mi hermana y yo no tuvimos casa durante algún tiempo. Yo fui el primero de mi familia que fue a la universidad. Mi padre murió por una adicción a las drogas y mi hermana es adicta. Esa lucha es mi hogar y la entiendo. No doy las cosas por regaladas y peleo para enriquecer las vidas de la gente de mi entorno. No sé si siento vergüenza por tener dinero, pero soy consciente de la fortuna que tengo y las responsabilidades que ese privilegio acarrea.
- Al ganar tanto, ¿pierde el sentido del valor del dinero cuando compra cosas sencillas?
- Buena pregunta. La primera vez que muy dinero me veía a mí mismo más valioso, porque podía comprar cosas que nunca tuve. Lo hice y no me cambiaron nada. Si acaso, mi vida se volvió más complicada. Descubres que la vida no consiste en las cosas, sino en las personas y las experiencias. Te das cuenta de que lo material no vale nada. Me gustaría decir a los jóvenes que el dinero sirve por el tiempo que ganas y porque te da libertad.
- ¿Qué opina de Adrián Mateos y otros jugadores españoles?
- A Adrián lo conozco muy, muy bien. Somos buenos amigos. También de Juan Pardo. Adrián es uno de los mejores de todos los tiempos. Hay muchas personas talentosas que no trabajan duro. Él sí y ama el juego como el que más. Quiere ganar y tiene muchísimo talento. Y es valiente. Si sigue así, creo que tiene posibilidades de ser, al final de su carrera, el mejor jugador de póker de la historia.