“Es asqueroso que el Comité Olímpico deje a estos hombres/ mujeres, que aún parecen hombres compitan contra mujeres”. Así de contundente se expresaba la boxeadora australiana Ebanie Bridges sobre la presencia de las púgiles argelina Imane Khelif y taiwanesa Lin Yu-Ting en los Juegos Olímpicos de París.
La polémica viene porque estas dos luchadoras fueron recientemente excluidas del Mundial de Boxeo de la IBA por no “cumplir los criterios de elegibilidad”. El presidente de la organzación, Umar Kremlev llegó a asegurar que se les había registrado “altas tasas de testosterona”. “Las pruebas de ADN demostraron que tenían cromosomas XY”, afirmó.
Sin embargo, el COI ha confirmado su presencia en un escueto comunicado en el que recoge que “todos los atletas que participan en el torneo respetan las reglas de elegibilidad e inscripción para la competición”. Y añade también en el texto que las deportistas “cumplen con las normas médicas aplicables de acuerdo con las reglas 1.4 y 3.1 de la Unidad de Boxeo de París 2024”.
Lo cierto es que ambas llevan toda su carrera deportiva participando como mujeres. De hecho, pelearon en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 aunque ninguna llegó a hacerlo por medalla. Lo extraño es que, antes de la cita en la que fueron excluidas, también habían combatido en otros torneos de la IBA. De hecho, la taiwanesa ha sido campeona mundial en dos ocasiones y la argelina, subcampeona.
Pese al pasado, la política italiana se he metido de lleno después de que la rival elegida para la argelina en el combate del 1 de agosto sea la púgil italiana Ángela Carini en -66 kilos. “Absurda decisión la del Comité Olímpico Internacional de admitir a Imane Khelif en los Juegos”, escribió Roberto Martí, presidente del Comité de Deportes del Palazzo Madama. “La boxeadora trans de Argelia, expulsada de los Mundiales de Boxeo, puede participar en los Juegos Olímpicos y se enfrentará a nuestra Angela Carini”, tuiteaba por su parte Mateo Salvini, vicepresidente italiano y líder de La Lega.
No existen evidencias de que Khelif y Yu-Ting, que competirá el 2 de agosto ante la uzbeka Sitora Turdibekoba en menos de 57 kg, sean atletas trans. Especialmente la primera, por las restrictivas leyes de su país ante el colectivo LGTBIQ, tendría muy difícil haber realizado la carrera deportiva que ha desarrollado defendiendo a Argelia.
Presunto complot
Tras la exclusión, de hecho, la propia Khelif llegó a decir que era todo fruto de un complot. “Hay gente que ha conspirado contra Argelia para que esta bandera no sea izada y que no obtenga la medalla de oro”, declaró. Y cree que esta ‘manipulación’ ha crecido proporcionalmente a sus posibilidades de obtener triunfos.
La boxeadora ha asegurado en alguna ocasión que siempre ha presentado altos niveles de testosterona algo que le daba una apariencia masculina. “Frecuentemente me hacían bullying por mi apariencia, pero me resistí y seguí luchando a pesar de todo”, expresó a un medio argelino.
Otra boxeadora que avivó la polémica fue Brianda Tamara Cruz. La púgil mexicana perdió el troneo Golden Belt en diciembre de 2023 ante la argelina por Ko y manifestó su alegría cuando descalificaron a Khelif del Mundial. “Creo que nunca en mis 13 años de boxeadora me había sentido así, ni en mis sparrings con hombres. Gracias a Dios ese día bajé bien del ring y qué bueno que por fin se dieron cuenta. Se los dije”, escribió en X.
Precedentes
El precedente más famoso a este respecto es el de la atleta sudafricana Caster Semenya. Cuestionada y luego suspendida por sus altos niveles de testosterona. Tras una ardua batalla legal contra los organismos rectores del deporte, Semenya está a la espera de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que confirme que fue víctima de discriminación por parte del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), con sede en Lausana, Suiza.
Doble campeona olímpica de 800 metros en 2012 y 2016, el TAS falló en su contra y dijo que un nivel de testosterona comparable al de los hombres daba a las atletas femeninas “una ventaja insuperable”.