En la última Asamblea, Florentino Pérez anunció a los socios un cambio para que el Real Madrid fuera más suyo de lo que ya es. Es decir, convertirlos en socios-accionistas, aunque la realidad es que la iniciativa partía de las posibilidades de crecimiento económico que podía deparar la conversión de una parte del club, siempre una parte, en una sociedad mercantil. El presidente no habló específicamente del modelo y sólo manifestó que se trataba de un cambio necesario para la sostenibilidad e independencia del Madrid. Y añadió que pronto llevaría ante los compromisarios la propuesta.
Los problemas en la búsqueda de la fórmula, legales y fiscales, han demorado el proceso y planteado alternativas. Un año después, Florentino volverá a referirse, hoy, a ese cambio en su discurso inicial ante los socios compromisarios. Habrá que ver con cuánto detalle, pero el hecho de que no exista un punto específico en el orden del día, indica que la enjundia del proceso precisa de más tiempo y, quizás, de una Asamblea Extraordinaria.
Las consultas del Madrid a alguno de los bufetes más reputados no acabó por cerrar la idea inicial, que era la de dividir el club en dos partes: depositar la mayoritaria en la Fundación y repartir la otra, en forma de acciones, entre los socios. Un diseño a lo Bayern que encuentra dificultades de encaje en España y que, además, implica un inconveniente de naturaleza fiscal, y es que, al recibir las acciones, los socios deberían pagar a Hacienda.
El estadio, 1.347 millones
El debate interno en el club, donde existen posiciones distintas y enfrentamientos de poder, ha sido constante en torno a una decisión capital para el futuro, en un escenario competitivo cada vez más complejo y dados los sobrecostes de la remodelación del Bernabéu, cifrados por el propio Madrid en 1.347 millones de euros hasta hoy, a la espera de las partidas finales, más del doble de los 575 millones presupuestados en 2018.
La alternativa a la conversión en sociedad anónima deportiva, aunque sea de una parte, es la de recurrir a las palancas. El Madrid ya creó en 2021 Real Madrid Estadio SL, dedicada a la gestión de diversas cuestiones relacionadas con el nuevo Bernabéu y los parkings, paralizados, por el momento, debido a las acciones judiciales. El club puede crear otras sociedades mercantiles para la explotación comercial, sin necesidad de una conversión total, siempre que los beneficios reviertan en el proyecto deportivo y no se produzca un reparto de beneficios, según estable la Ley del Deporte.
De esta forma no cambia la naturaleza jurídica del Madrid, que seguiría siendo un club deportivo, sino que se traspasa una parte de su negocio a una sociedad en la que puede darse entrada a inversores. Algunas fuentes del entorno blanco han deslizado que podría hacerse por el equivalente del 10% del valor del club. Si Florentino tasa el Madrid en 10.000 millones de euros, por encima de las estimaciones de otras agencias, esa inyección podría alcanzar los 1.000 millones.
Aumento del presupuesto
Sin embargo, para esta última fórmula el Madrid no necesitaría una Asamblea Extraordinaria, por lo que, en caso de convocarse por parte del presidente en su informe inicial, podría tener que ver con un cambio más profundo, de mayor calado. El mutismo sobre lo que puede anunciar es mayor que en otras ocasiones. De hecho, Florentino no ha realizado encuentros previos con compromisarios, como era su costumbre otras veces, pero desde el club se ha deslizado el mensaje de lo importante que es la asistencia.
Lo que votarán, hoy, los compromisarios tendrá que ver con las cuentas de la temporada pasada y el presupuesto de la actual, que asciende a 1.248 millones, impulsado, fundamentalmente, por el crecimiento de la explotación del estadio, cifrado en 402 millones. Se trata de un incremento de 63 millones respecto al de 2024/25, que se cerró con 24 millones de beneficios.








