El Valencia cierra sus cuentas con beneficios, incrementa su capacidad para acudir al mercado y se impulsa desde el Nou Mestalla

El Valencia cierra sus cuentas con beneficios, incrementa su capacidad para acudir al mercado y se impulsa desde el Nou Mestalla

La salud económica del Valencia CF sigue siendo delicada, pero parece haberse estabilizado tras años de pérdidas y duros ajustes. El consejo de administración presentará el próximo día 17 de diciembre a los accionistas en junta general unas cuentas que ha cerrado con un beneficio de 2,2 millones de euros antes de impuestos. Es el segundo ejercicio que, de manera consecutiva, no se arrojan pérdidas.

Si bien los beneficios son un indicador de la estabilización económica, es la reestructuración de la deuda y la activación de las obras del Nou Mestalla lo que impulsan los balances. El club ha reducido en los últimos cinco años su fondo de maniobra negativo hasta dejarlo en 20 millones frente a los 74,5 del pasado ejercicio. Eso supone capacidad para, como describió Ron Gourlay hace unos meses, poder acudir a los próximos mercados con el fin de fortalecer la parcela deportiva. Ya lo hizo el pasado verano, con un crédito de 30 millones que se invirtió en la contratación de jugadores.

A pesar de que el resultado de explotación ha crecido en 7,8 millones, pasando de 16 millones a 23,8, los resultados del equipo se siguen trasladando los ingresos. La cifra de negocio decrece en 3,2 millones de euros por la reducción de los ingresos por derechos televisivos al caer en la clasificación los dos últimos años, a lo que se suma el pago por el préstamo de CVC. Sostiene la caída la partida de competiciones, que crece en 2,3 millones gracias a la venta de entradas el día del partido tras limitar el número de abonados. Esos tampoco fallan, y la cifra de ingresos por abonos sube ligeramente de los 16,2 a los 16,8 millones. Otros dos millones crece la partida de comercialización, publicidad y patrocinios: de 16’4 a 18 millones de euros.

En cuanto a los gastos, se han incrementado hasta los 114,5 millones, entre otras cuestiones, por destitución de Rubén Baraja, que provocó un aumento de los costes de la plantilla.

También aparece un incremento en el coste financiero de la deuda. Frente a los 17,5 millones se pasa a 22,4. La razón explica el club que son los costes de cancelación y los ajustes a los que la refinanciación a largo plazo ha obligado. Según las cuentas que presentará la entidad, la deuda total del club ha crecido de los 300 a los 382 millones, aunque ahora tiene que afrontar a largo plazo 302 millones, lo que supone un desahogo. Contra esa deuda , el club ha aumentado el valor de sus activos: a corto, más tesorería (31 millones), y a largo, las obras del Nou Mestalla, que aumentan su valor en 47,5 millones.

Retomar los trabajos ha permitido apuntarse una reversión del deterioro que había sufrido el nuevo estadio, la pérdida de valor que, en el caso del suelo, supone sumar dos millones más y 14 en el caso del valor del edificio.

La clave de la financiación

La operación firmada a través de Goldman Sachs para reactivar las obras del recinto de la Avenida de las Cortes después de 15 años ha sido la más importante ejecutada en el ejercicio. El club explica a sus accionistas que el repago del préstamo al fondo de titulización constituido se cubrirá con los “ingresos futuros del nuevo estadio” con “toda solvencia”. La previsión con la que trabajan es que los ingresos “se multiplique por tres”.

Ese fondo de titularización se ha constituido con la emisión de bonos por importe de 237 millones de euros a 28 años (tres años de carencia y a un tipo fijo del 5,82%) y un contrato de crédito por 85 millones de euros a 5 años (tipo variable de Euribor +3,5%, si bien los dos primeros años, durante la construcción, el tipo queda fijado en el 5,545%). De este crédito, hasta el 30 de junio de 2025 solo se había dispuesto de 21’2 millones de euros.

A través de ese fondo, el Valencia detalla que destinará parte del importe que ingrese por la venta del terciario del Nou Mestalla a posibles contingencias en la construcción del estadio. Asimismo, parte de los ingresos que se obtengan por la venta de Mestalla se utilizarán para amortizar deuda.

Ahora bien, si las previsiones de explotación fallan, el fondo de titularización tiene como garantías para cobrarse: una hipoteca sobre el Nou Mestalla, derechos del club de los ingresos de explotación de los estadios, parte de los fondos del terciario vendido a Atitlan, y los posibles ingresos que abonen los seguros por retrasos en la construcción.

El club ya tenía pignorados los derechos de televisión para hacer frente a CVC y los préstamos de Peter Lim, que también tiene los cinco primeros millones de la venta de jugadores, y la Ciudad Deportiva de Paterna con Haciencia, por una reclamaciones sobre el IRPF.

Presupuesto sin ventas

El Valencia presentará en su junta general de accionistas del próximo 17 de diciembre un presupuesto de 102,17 millones para la temporada 2025/26 que ajusta, por primera vez, sin contemplar ventas de jugadores.

Es cierto que en “hechos posteriores al cierre”, contempla la venta por 25,4 millones de Mosquera y Yarek, y también la compra de Ugrinic y Copete por 6’9 millones. El coste de la plantilla crece hasta los 86 millones.

Pero lo que cuadra el presupuesto sin ventas forzadas es la contabilización de los ingresos que, por el terciario, pagaría Atitlan: 37 millones de euros. El Valencia puede reflejarlos por dos razones: porque avisó a la Liga de la operación para que incrementara su fairplay este verano y porque ha depositado en la tesorería del Ayuntamiento de Valencia los casi 12 millones del coste del polideportivo de Benicalap, compromiso que debía cumplir.

kpd