En la ciudad deportiva de Valdebebas, todo comienza a oler a marzo de 2015. Quizás porque aquel recuerdo todavía sigue muy vivo en las mentes de sus protagonistas, quizás porque es la respuesta fácil a un problema mayor… O quizás, sencillamente, porque puede ser la pura realidad. Una realidad que vivieron Carlo Ancelotti y su cuerpo técnico, que palpó la columna vertebral formada por Nacho, Carvajal, Kroos, Modric y Benzema y que observó desde las alturas una directiva que ahora transpira el
mismo temor: un marzo negro.
Las dudas empezaron con la
Supercopa de España
perdida contra el
Barça
en
Arabia Saudí
. Pudo parecer un simple pinchazo, pero las sensaciones físicas y mentales del equipo en
Riad
ya alertaron al
staff
y a una parte de la zona noble de
Chamartín
. Sobre la mesa, la situación de un futbolista:
Eduardo Camavinga
, gran apuesta y gran promesa de la plantilla, cambiado en el descanso de la semifinal y la final. El francés, fichado en el verano de 2021 y capital en las remontadas de la temporada pasada, se había mostrado físicamente superior a
Kroos y a Modric
, pero siempre aparecía como el primer cambio cuando salía de titular.
Camavinga, lateral
Las lesiones de
Mendy y Alaba
en enero provocaron que Ancelotti apostara por el galo como lateral izquierdo, una decisión que sorprendió a la dirección técnica del club, que ve a Camavinga como el gran centrocampista de la próxima década. El francés fue el lateral titular en tres partidos de Liga (
Real, Valencia y Mallorca
) y en la conquista del
Mundial de Clubes
, pero en Rabat el runrún sobre su posición ya se hizo más latente.
Ancelotti recogió el guante y la recuperación de Alaba devolvió a Camavinga al centro del campo, pero el austríaco recayó en
Anfield
y a pesar de que el técnico apostó por
Nacho
en el derbi y en el clásico, el domingo en el Villamarín el francés volvió al lateral.
Estas decisiones de
Carletto
se explican en varias razones. Por un lado, al italiano no le termina de convencer Nacho a pierna cambiada, valora su gran rigor defensivo pero es consciente de que no amenaza tanto en ataque. Y por otro, aparece aquí el punto clave de Ancelotti como entrenador, su gran virtud convertida ahora en preocupación:
la gestión de la plantilla
, una gestión “
política
” para mantener la motivación de todo el grupo que ahora “preocupa” en las altas esferas del Bernabéu.
Camavinga
, estelar en Anfield, fue suplente en el derbi, jugó todo el clásico, en el que acabó de lateral para hacer sitio a los demás, y volvió al lateral contra el Betis, donde fue sustituido en el minuto 60. Lo mismo sucede con el resto del centro del campo:
Kroos
ha sido cambiado en los tres últimos partidos, pero ha repetido titularidades, mientras que
Ceballos
, uno de los mejores en las últimas semanas, y
Tchouaméni
sólo han salido una vez de inicio.
Modric
, por su parte, fue baja en Sevilla por acumulación de tarjetas después de ser titular ante el Liverpool y el Barça y suplente ante el Atlético. El único fijo es
Valverde
, bailando entre el extremo derecho y el centro del campo. Donde unos ven rotaciones, necesarias a lo largo de la temporada, otros ven una gestión demasiado política que no parece contentar a nadie en unas semanas vitales para el campeonato.
En la cabeza del técnico, la resignación ante una plantilla con algunos lunares. Más allá de las lesiones de Mendy, Alaba y, por momentos,
Benzema
, Ancelotti no cuenta con
Vallejo, Odriozola, Hazard ni Mariano
y ha tenido que apostar por el canterano Álvaro ante la falta de opciones en ataque, donde Asensio tampoco ha sido candidato en los últimos dos partidos.
Las derrotas de 2015
La clave, como en todo, son los resultados, vara de medir de cualquier club, más todavía el Madrid. Y ahí, marzo de 2015 aparece como ejemplo del miedo madridista. Aquel mes, en el segundo año de la primera etapa de Ancelotti, el equipo
empató en Villarreal
y
perdió contra el Athletic y el Barça
diciendo adiós a la Liga. Ahora ha empatado contra
Atlético
(a finales de febrero) y ha entrado en marzo cayendo ante el
Barça en Copa
y perdiendo dos puntos en el
Villamarín
que le alejan todavía más de la Liga.
Sea por las mismas razones o no, la realidad es que marzo vuelve a aparecer como
punto de inflexión para Ancelotti
, otra vez en su segundo año en el banquillo. En 2015, llegó a los
92 puntos
(este año proyecta 83) en Liga, insuficientes ante el
Barça de Luis Enrique, Messi, Neymar y Suárez
(94), cayó en octavos de Copa (la ganó el Barça) y fue derrotado por la
Juventus
en semifinales de Champions (también la ganaron los azulgrana).
Un triplete culé que fue la perdición de
Carletto
,
que no continuó la siguiente temporada. Una situación similar al hipotético doblete (Liga y Copa) que el irregular
Barça de Xavi
, que no ha logrado sobrevivir en la Europa League, le podría robar esta temporada si no logra remontar el liderato y la eliminatoria copera. El bien ajeno como mal propio.
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