Real Madrid 90 Fenerbahçe 75
Impulsados por la defensa y el acierto desde el perímetro, los blancos no dan opción al equipo de Itoudis y se mantienen en la puja por el primer puesto de la temporada regular
El factor cancha asegurado a falta de tres jornadas. Y el primer puesto de la fase regular a tiro. Después de todo, no es mal botín, aunque nada asegure ni en los playoffs ni mucho menos en la Final Four de Kaunas. La última vez que el Real Madrid acabó en todo lo alto fue en 2017, pero nadie desde ahí arriba nunca alzó el título. Se acerca la hora de la verdad y en el equipo de Chus Mateo se intuye la solvencia, la seriedad y consistencia necesaria. Así fue ante el Fenerbahçe, otro que seguro peleará por la Euroliga. [90-75: Narración y estadística]
Se quedaron los de Itoudis en 31 puntos en la segunda mitad, lejísimos de cualquier opción en el WiZink. El Madrid fue un rival imposible. Pétreo en defensa, mortal cada vez que encontraba resquicio para correr, coral y, además, con la puntería necesaria para hacer que al rival le resultara una pesadilla. Los triples fueron su resorte, en una noche que contó con algunos asombrosos, y eso que Llull, el especialista, todavía no ha vuelto de su lesión. Y Gaby Deck, el paradigma de la solidez: sólo le hizo falta anotar seis puntos para hacer un partidazo (ocho rebotes, cinco asistencias, dos robos…).
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El excelente porcentaje desde el perímetro del Real Madrid (8/11) escondió una primera parte no tan buena. Con Tavares pronto fuera por dos faltas, se resintió su defensa. Y, de la mano del metrónomo Calathes, el Fenerbahçe se sintió por momentos cómodo en el WiZink, anotando con soltura, hiriendo con el ex barcelonista Nigel Hayes, revalorizado desde su llegada a Estambul. Pero los triples eran la tortura turca, tres seguidos de Cornelie para la máxima blanca (39-28), uno a tabla de Rudy… Deck, en la sombra, era ya el mejor, haciendo todo bien. Y Musa, el anotador para llevar la iniciativa ante un rival que lucha por estar, incluso, entre los cuatro primeros.
Pero el que mejor pasó por el vestuario fue el propio Real Madrid. Como un cohete, impulsado por otro triple increíble. Era la noche. Se agotaba la posesión y Hanga lanzó desde nueve metros con nieve, dedicado a Llull. Todo entraba. Después llegó la máxima (56-44, min. 22), con Yabusele enchufado ya también. Dimitris Itoudis se frotaba los ojos. Porque ahora estaba Tavares enfrente y responder a ese caudal ofensivo, evidentemente, ya no resultaba nada sencillo.
Ese tirón iba a ser el definitivo, porque ya el Madrid no dejó resquicio alguno para que se acercara el Fenerbahçe. Manejó el tempo, dominó con soltura el rebote y tampoco acompañó el acierto a los turcos. Estaba tan bien Poirier que no hizo falta una nueva minutada de Tavares. Otro triple más, de Rudy, elevó la distancia antes de la recta de meta (75-61). Aún quedaban otros dos, Rudy y Hanga otra vez, para cerrar la noche. Olympiacos también ganó y el Barça acecha por detrás. Entre los tres estará el primer puesto, seguramente también la corona del Zalgirio Arena.