El niño Álvaro, en el nombre de su abuela y su madre: de la fe de Raúl a la llamada de Ancelotti

El niño Álvaro, en el nombre de su abuela y su madre: de la fe de Raúl a la llamada de Ancelotti

LaLiga Santander

Actualizado

El delantero hispano-uruguayo salva un punto para un Madrid que se aleja del título de Liga. Ha marcado un gol y dado una asistencia en apenas tres partidos.

Álvaro remata a gol.PIERRE-PHILIPPE MARCOUAFP

El derbi madrileño fue el derbi de Amancio Amaro, leyenda del Real y del fútbol español homenajeada en la previa del clásico de la capital. “Héroe madridista“, rezaba el tifo elevado sobre el fondo sur del Bernabéu mientras un aguanieve más gallega que mesetaria caía sobre Chamartín. En el césped, la sexta Copa de Europa, las 9 Ligas y las 3 Copas de España que ganó el mágico futbolista, fallecido el pasado martes.

Fue, también y por desgracia para el conjunto blanco, el derbi con el que quizás dice “adiós” al título de Liga. Si este domingo el Barça gana en Almería, amanecerá en una nueva semana con diez puntos de ventaja sobre el Madrid a falta de 15 jornadas para el final. Sería una remontada matemáticamente factible, pero una misión casi imposible teniendo en cuenta la eliminación europea de los azulgrana y la supervivencia madridista en Champions.

No es un adiós a la Liga. La Liga ya estaba muy difícil antes de este partido, pues más ahora. Vamos a luchar hasta el final, eso es lo que puedo decir”, admitió Ancelotti, que incidió en la falta de “frescura” como detonante del empate. “Pero más que física, mental. Con el 0-1 tardamos diez minutos en recomponernos, recolocarnos. En la primera parte faltó intensidad y en la segunda lo rozamos al final, pero no aprovechamos del todo la superioridad numérica”

“Álvaro salvó un punto”

Fue, por último, el derbi de Álvaro Rodríguez, el ‘niño’ de Valdebebas que poco a poco se va haciendo gigante en el primer equipo. Hijo del exfutbolista Daniel “Coquito” Rodríguez y español de nacimiento (vino al mundo en Palamós), pero uruguayo de corazón, el delantero anotó un extraordinario cabezazo para mantener con vida al Madrid en la pelea por el campeonato. Un punto que, veremos, podría ser oro en la jornada 38. “Es un chico que encaja bien, es muy alto y tiene gol. Salvó un punto”, le elogió Courtois.

La presencia de Álvaro en el Bernabéu tiene varios culpables. Por un lado, su abuela Antonia y su madre Pilar, cimientos de su vida, de su educación y de sus valores. De la primera le nace su sentimiento madridista, mientras que la segunda ha sido la encargada de empujarle en el colegio cuando más le costaba. Si había que repasar los temas de un examen el día antes de hacerlo, allí estaba Pilar. Su entorno le ha tenido centrado en dos ámbitos: el fútbol y la educación. Así era en Palamós y así ha sido en Valdebebas, a donde llegó desde el cadete del Girona.

En la ciudad deportiva madridista apareció su ángel de la guarda: Raúl González, el hombre que un día le vio jugar con el juvenil C y decidió que estaba más que preparado para ser uno más en el Castilla. El salto de Álvaro fue el salto sin red de Raúl. “No le tembló el pulso“, cuentan sobre ese momento.

Álvaro, exprimiendo cada minuto

Aquella decisión de Raúl ha resultado en el cabezazo de Álvaro en el derbi. Después de un partido que parecía controlado por los blancos, aparentemente superiores a un Atlético que apenas inquietó la portería de Courtois, y tras la roja a Correa que dejaba a los de Simeone con uno menos, un excelente remate de Giménez puso el 0-1 que alejaba al Madrid de la Liga.

Y ahí apareció Álvaro para cabecear un centro de Modric y empatar el duelo en su tercer partido con el primer equipo. Debutó en Copa contra el Cacereño, dio una asistencia en Pamplona y anotó en el derbi. Exprimiendo al límite cada minuto.

La fe de Ancelotti en el adolescente es ciega. “Va a estar la próxima temporada en la plantilla del primer equipo, y lo que queda de este curso hablaremos con Raúl para que esté con los dos equipos. Esta será una noche especial en su vida. Puede ser útil para nosotros”, aseguró el italiano, que ve en él lo que necesita cuando los partidos se agotan: músculo, altura y gol. Un delantero antiguo, potente en el salto, con virtudes modernas, como una buena técnica.

kpd