El líder de MotoGP impactó contra Márquez en la primera vuelta y Bagnaia, que no pudo derrotar a Bastianini, ya está a 10 puntos
En sólo tres curvas, Marc Márquez cambió el Mundial de MotoGP. No fue su intención, ni tan siquiera fue su culpa, pero fue. AhoraFabio Quartararo está a sólo 10 puntos de ceder el liderato a ‘Pecco’ Bagnaia y, a falta de cinco carreras, el título, que en julio parecía sentenciado, es pura incógnita. ¿Qué ocurrió?
Para saberlo hay que ralentizar la imagen y seguir los movimientos de Márquez desde que los semáforos se apagaron. Después de tres meses de baja, con otro paso por el quirófano, con infinitas sesiones de rehabilitación, el campeón regresaba decidido, mucho más de lo que admitía en la previa. Precavido y tranquilo, se suponía. Ya, ya. En la parrilla de salida ocupaba la decimotercera posición, en la primera curva ya estaba sexto y en la segunda, quinto por delante del líder, Quartararo. Ahí es nada. En ese momento optaba a cualquier cosa, un podio, la victoria quizá, pero le asaltaron las dudas y, posteriormente, las desgracias. En la tercera curva de Alcañiz, un rápido giro a derechas, Bagnaia se alejaba en cabeza, Aleix Espargaró, Enea Bastianini y Brad Binder intercambiaban posiciones por detrás y Márquez vacilaba. Por esos movimientos en el grupo, renunciaba a un derrape, enderezaba su moto y en ese momento, ¡bam!
Quartararo, que ansiaba perseguir a Bagnaia, su máximo adversario en el Mundial, iba tan enganchado a Márquez que no llegó a tiempo de rectificar y acabó impactando contra él. Por los aires. De hecho, tan fea fue su caída, en plena recta, que el grito se escuchó en todas las tribunas de Alcañiz. Su propia Yamaha le pasó por encima, todos los pilotos le esquivaron y se quedó tendido sobre el asfalto. Por suerte, no ocurrió nada grave. Minutos después el francés llegó a su garaje con el mono abierto y un hematoma muy visible en su costado izquierdo, por debajo de las costillas. El tobillo, que hizo temer, intacto, al parecer. El campeonato, eso sí, abierto.
La victoria de Bastianini
Pese al accidente, Márquez pudo seguir en carrera, pero su Honda quedó dañada y poco después, en la séptima curva, empezó a bambolearse. Por un problema con el holeshot trasero era imposible de controlar y, antes de retirarse, el español chocó contra su compañero de fábrica Takaaki Nakagami, que también tuvo que abandonar. Un regreso de pesadilla. Y unas disculpas obligadas a los perjudicados, que lo aceptaron de buen grado.
De hecho Quartararo tuvo una buena noticia, entre la desdicha. Después de esa primera vuelta, casi nada pasó en la carrera hasta la última. Bagnaia rodó en cabeza solo y solo tenía que acabar, aunque se le aproximaba Bastianini. Compatriota y compañero en Ducati era improbable que probase cualquier movimiento arriesgado y, es más, tras un primer adelantamiento, cedió el primer puesto a Bagnaia sin más. Pero en la última vuelta, un ataque de orgullo. El joven Bastianini adelantó a su jefe de filas, se llevó la victoria y endulzó a Quartararo la derrota. Esos 10 puntos de ventaja pudieron quedarse sólo en cinco. Espargaró, tercero, está a 17 puntos.