La directiva del conjunto blanco decidirá este domingo si se persona como acusación particular contra el Barça. El club, después de semanas de silencio, hizo público ayer su malestar. La situación de Laporta, clave como principal aliado contra Tebas y la UEFA.
La directiva del Real Madrid ha cambiado el paso en el ‘Caso Negreira‘. Después de guardar silencio durante las semanas en las que el diario EL MUNDO ha desarrollado las exclusivas sobre la investigación de los pagos del FC Barcelona al ex vicepresidente de los árbitros, la organización presidida por Florentino Pérez ha subido una marcha y ha ejecutado un cambio de ritmo que puede ser decisivo en el futuro a corto plazo del fútbol español.
Ayer, el Madrid rompió ese silencio que comenzaba a incomodar a una parte de la afición, contrariada por la pasividad mediática del conjunto blanco ante la gravedad de los hechos con los que se denunciaba a su eterno rival. Pero todo tiene una explicación. El famoso timing.
Escándalo Negreira
El Madrid no quería adelantarse a la Justicia ni dar pasos en falso durante la investigación previa a la decisión de la Fiscalía, pero una vez que el Ministerio Público acusó oficialmente a Enríquez Negreira, al propio Barça, a Rosell, a Bartomeu y a los directivos Óscar Grau y Albert Soler, la directiva madridista ha dado un paso al frente.
Este domingo, en una Junta Directiva convocada de urgencia por Florentino Pérez, decidirán si se personan como acusación particular en el caso «ante la gravedad de las acusaciones», como desarrolló ayer el comunicado con el que el club rompía su silencio. En dicho texto, el Madrid hablaba de las «sospechas fundadas de corrupción» después de que la Fiscalía resumiera su acusación en «actuaciones tendentes a favorecer al Barça en la toma de decisiones de los árbitros en los partidos que disputase el club, y así en los resultados de las competiciones». Una situación «gravísima» que, lógicamente, «preocupa» en Chamartín, como se deslizó durante el día de ayer.
De esta manera, el Madrid será la tercera trinchera de un frente en el que también están la Federación y LaLiga, que ya habían avisado que se personarían en el caso cuando éste llegara a las instancias oportunas. Los tres lo harán por separado, con los 40 clubes del fútbol profesional amparados por Tebas y uno, los blancos, de forma individual.
Cuando llegue el momento y si es admitido como parte, la directiva del Madrid recibirá la documentación de la investigación y podrá descubrir de primera mano todo lo que ha sucedido en el Barça durante los últimos años y que el club, a pesar del silencio de las últimas semanas, ha venido denunciando públicamente durante años.
Será a partir de este domingo cuando el Madrid cambie de tercio su política de comunicación en este caso. Hasta ahora, sólo Butragueño, como director de relaciones instituciones, y Ancelotti, como entrenador del primer equipo, se habían pronunciado levemente sobre el tema. «Es un tema importante, prefiero no responder», dijo ayer el italiano, consciente de que los ritmos de las declaraciones están marcados a fuego. Había que esperar.
La situación de Laporta, clave
Sobre la mesa también está un nombre clave para el Madrid, para lo bueno y para lo malo: Joan Laporta. El paso adelante de la directiva madridista ha llegado también cuando el actual presidente del Barça ha quedado fuera de las acusaciones de la Fiscalía, aunque será llamado a declarar. Laporta, socio principal de Florentino Pérez en el proyecto de la Superliga y en el frente común que mantienen contra Tebas y la UEFA, tiene ante sí una difícil situación. Jurídicamente podría sobrevivir al caso porque los pagos de su primera etapa al mando han prescrito, pero por ética profesional, su puesto podría tambalearse si crece la presión.
La relación entre los dos presidentes y, por ende, entre los clubes, es más que cordial, continuando la buena relación que había con Bartomeu. «Saldrá adelante seguro», dijo Florentino el pasado verano preguntado por los problemas económicos de su rival. Ahí apareció la empresa Sixth Street, fondo estadounidense que explotará algunos negocios en el Nuevo Bernabéu, para comprar el 10% de los derechos de televisión del Barça y salvar su economía. «Deseamos que salga adelante por el bien del fútbol español», insistió Pérez en verano. Este domingo puede ser un punto de inflexión en todo eso.
