En el acto de presentación del Control Económico de LaLiga, el conjunto culé es el que más ve recortado su límite mientras que el Real Madrid marca un récord
Laporta junto a Xavi y Deco.Enric FontcubertaEFE
El FC Barcelona ha sufrido una caída récord en el límite salarial por el coste de su plantilla en casi 400 millones. El conjunto presidido por Joan Laporta tenía el año pasado un coste de algo más de 656 millones de euros, mientras que, para este año, ha conseguido bajarlo a poco más de 270 millones.
El conjunto culé es el gran protagonista en la presentación en la sede de LaLiga de los límites salariales de los equipos pertenecientes a LaLiga EA Sports. Si el conjunto de los clubes de Primera División han conseguido rebajar su coste en 500 millones de euros, de 3.052 a 2.556, el Barcelona representa el 80% de esa rebaja en los límites de LaLiga.
La gran mayoría de clubes de LaLiga EA Sports han buscado rebajar el límite salarial de un año a otro o se han mantenido estables. El Atlético de Madrid, por su parte, ha rebajado su coste de plantilla en 50 millones de euros respecto al año pasado. El Sevilla y la Real Sociedad, entre otros clubes, también han optado por una rebaja de sus límites.
Por contra, el Real Madrid ha incrementado este año su límite salarial en 50 millones de 683 millones de euros en la temporada 22/23 a 727 en la 23/24. Uno de los mayores de un club español desde que se instauró el Control Económico de LaLiga hace 11 años.
LaLiga Hypermotion
LaLiga Hypermotion, antigua SmartBank, también ha decidido apretarse el cinturón en lo relativo al límite salarial. De un año a otro, los conjuntos de Segunda División han bajado su límite salarial en 30 millones de euros.
El conjunto de LaLiga Hypermotion que mayor límite salarial dispone es el recién descendido Elche CF que dispone de casi 24 millones.
El único partido que había jugado como titular esta temporada en la Champions se remontaba al pasado 6 de noviembre. Fue ante el Atlético en el Parque de los Príncipes y sólo aguantó 67 minutos sobre la hierba antes de dejar su puesto a Kang-in Lee. Hoy, cuatro meses después, Marco Asensio volverá a formar de inicio en la ida de octavos ante el Brujas. Pero no con la camiseta del PSG, sino con la del Aston Villa. No a las órdenes de Luis Enrique, sino a las de Unai Emery. No como delantero, sino en la posición de '10'.
Desde hace justo un mes, Asensio parece otro futbolista en Birmingham, donde llegó como cedido, convirtiéndose en la guinda del pastel de Monchi. Previamente, el director deportivo ya había cerrado los fichajes de Donyell Malen, por el que pagó 25 millones de euros al Dortmund, y Andrés García, el prometedor lateral zurdo procedente del Levante. También la cesión de Marcus Rashford, aquel apabullante talento que nunca pudo desarrollarse en el Manchester United. Pero a diferencia del resto, Asensio era casi una obsesión para Emery, que le había abrasado a llamadas desde semanas atrás.
«Hablé muchas veces con Unai y me transmitió muchas cosas: cómo trabaja el cuerpo técnico, cómo eran sus futbolistas, cómo es Villa Park. Me confirmó la confianza que tenía en el club y lo que estaba creando», dijo el ex madridista poco después de aterrizar en Birmingham. No se trataba de la primera vez que el ex técnico del Sevilla preguntaba por él. Ya lo hizo en el verano de 2023, cuando su Aston Villa había logrado el billete para la Conference League. Pero la tercera competición continental no se antojaba precisamente apetecible.
18 minutos desde diciembre
El flamante proyecto de Luis Enrique parecía mucho más acorde para todo un campeón de tres Champions. Sin embargo, un traumatismo en el pie derecho complicaría su primer año en París. Esta temporada, la confianza del asturiano se redujo a la mínima expresión. Apenas 16 partidos, 10 como titular, entre agosto y enero. Desde diciembre, únicamente 18 minutos en 11 compromisos. En principio, el PSG sólo pensaba en un traspaso, dado que había alcanzado las seis cesiones permitidas por la UEFA. A última hora, después de traspasar a Cher Ndour del Besiktas a la Fiorentina, lograron vía libre para Asensio.
«Hablé con Marco sobre la posibilidad de jugar como número 10 porque es polivalente. También puede actuar por banda y por dentro. El desafío es extraer su mejor fútbol dentro de nuestra estructura», admitió el preparador guipuzcoano. No se trataba solamente de continuar con la progresión de los jóvenes Jacob Ramsey y Morgan Rogers. Ni de seguir potenciando a Ollie Watkins (13 goles y 11 asistencias). El ataque de Emery debía orbitar en torno a Asensio.
La baza de la FA Cup
Durante su citada entrevista con el Daily Mirror Asensio no dudó en explicar los motivos que le guiaron hasta Villa Park. «Una de las claves fue que Unai me dijo que me veía como número 10». Ubicado en esa posición ya formó de inicio en el 2-2 ante el Liverpool. Sólo tres días más tarde anotaría dos goles ante el Chelsea (2-1) y el pasado viernes, otro doblete ante el Cardiff en la quinta ronda de la FA Cup. Puesto que el cruce de cuartos se decidirá contra el Preston North End y dado que entre el Big 6 sólo sobrevive el Manchester City, no parece descabellado pensar que Emery podría guiar a los villanos a su primer título copero desde 1957.
El paso inmediato, sin embargo, ha de darse hoy en el Jan Breydel ante el Brujas, un rival que ya les sorprendió en la liguilla (1-0). Aquella noche será siempre recordada por el grotesco error del central Tyrone Mings, que tomó en el área el balón con la mano tras un saque con el pie de Emiliano Martínez. Hace sólo tres semanas, el cuadro belga borró del mapa al Atalanta en Bérgamo bajo el liderazgo de Chemsdine Talbi, un delantero de 19 años. El 5-2 global en el playoff ante el vigente campeón de la Europa League debe poner sobre aviso a Emery. No sólo porque se trata de la primera eliminatoria de Copa de Europa para el Aston Villa en casi cuatro décadas, sino porque en cuartos de final aguardarían el Liverpool o el PSG.
Cantaba la pequeña Maider a sus 6 añitos el famoso "Athletic, Athletic, Athletic eup! Athletic, gorri ta zuria", mientras sus padres la apremiaban porque llegaban justos al paso de la Gabarra desde el parking del Bilbao Exhibition Center. El lugar elegido para los miles de aficionados del Athletic de fuera de la ciudad para dejar el coche y acceder a un casco urbano atestado.
Eneko Larrúa, su padre, había vivido lo mismo que Maider junto a su aita hace justo 40 años. Él tenía 11. "Intentaremos ver algo y si no, nos empaparemos y disfrutaremos del ambiente", contaba a EL MUNDO. Él y su familia habían recorrido 30 kilómetros desde Balmaseda para disfrutar de un acontecimiento que ha reunido a un millón de personas en torno a los 12 kilómetros de la ría de Bilbao que ha recorrido la citada Gabarra.
Ellos llegaban al paseo Uribitarte sobre las 17h, media hora después de que esta plataforma remodelada en 2021 tras la final de Copa entre el Athletic y la Real Sociedad saliera de La Marítima de las Arenas en Getxo. Lo hacían en uno de los puntos del recorrido más espectaculares, con el Ayuntamiento a un lado y el majestuoso museo Guggenheim en el otro.
Miles de personas se juntaban en las orillas de este tramo de ría en el que predominaban principalmente las familias como la de Iñaki. Este fan del Athletic vino acompañado de sus dos hijas y sus nietos a celebrar lo que ya hizo hace 40 años. "Es muy emocionante, algo único, y además con un equipo que apoya la cantera, que es muy importante", destacaba el aficionado bilbaíno.
Con algunas salidas o cesiones, pero 14 jugadores de la primera plantilla del conjunto bilbaíno son formados en Lezama. Un récord en una liga cada vez más globalizada. "Como es un producto de la cantera, cuando ocurre esto se aprecia más. Nos parece muy buena la política del club", explicaba a EL MUNDO, José, socio "500 y pico" del Athletic según bromeaba y casado desde hace 52 años con Emelina. "Lleva más tiempo de socio, 70 años, que en nuestro matrimonio", bromeaba la mujer.
José y Emelina en la celebración del Athletic.Araba
Salió puntual la mítica embarcación del Athletic Club desde Getxo donde vive Jaime Galíndez con su familia. El aficionado bilbaíno se quiso acercar a ver la gabarra junto a sus tres hijos, que se los habían "devuelto" del colegio antes de tiempo para que pudieran asistir a la celebración. "Parece que ha habido una competición interplanetaria y la ha ganado el Athletic", bromeaba.
La barcaza se ha tomado unos 40 minutos más en realizar el recorrido. El motivo principal fue la parada o reducción de la marcha en San Mamés, donde las 36 personas que portaba la gabarra entre jugadores, cuerpo técnico y directiva, han querido homenajear a los socios fallecidos tirando pétalos de rosas a la ría.
Su llegada al Ayuntamiento ha sido absolutamente apoteósica. Con miles de personas acompañando el lento balanceo de la embarcación para disfrutar de unos minutos más de sus ídolos. Entre ellos estaban Félix Zubizarreta y su nieto Yoritz que, con su decena de años, había venido "porque hacía mucho tiempo que no la sacaban".
Abuelo y nieto esperando a la gabarra.Araba
Su abuelo, se reía a su lado. Sabe lo que cuesta sacar esta embarcación. 40 años llevaba en tierra y él estuvo la última vez que se posó en el agua. "Aquella vez no la vi mucho porque me tiré a la ría", contaba. Cuando le pedimos que se explicara mejor, dijo que en la anterior él y su cuadrilla la siguieron en una embarcación y que él terminó en el agua.
Casi termina así la propia Copa del Rey. Iker Muniain, visiblemente contento en la celebración, amagó con hacer un "Sergio Ramos acuático" meneando el trofeo en la cola de la embarcación, para regocijo de los asistentes y mirada asustada de Ernesto Valverde. Finalmente, no llegó la copa al río.
Pasaban 5 minutos de las 19, cuando los jugadores recorrían un pasillo abierto entre la multitud camino del Ayuntamiento. "Han sido muchas lagrimas derramadas, muchas finales pérdidas, pero ahora estamos aquí. Esto es nuestro, esto es vuestro, de toda la familia del Athletic", dijo el propio Muniain desde el balcón del consistorio con el trofeo en las manos.
"Todavía me tengo que pellizcar al ver esto. Estamos locos, estamos locos, la hemos líado. Estamos súper orgullosos", esta vez era Iñaki Williams quien hablaba a la televisión vasca. Lo hacía para los miles de aficionados de todas las edades que se han "enganchado" a este Athletic. "Cosas así hacen falta para las nuevas generaciones que se enganchen al Athletic", confirmaban Florencio y Diógenes, dos hermanos que disfrutaban de su segunda gabarra.
De todas las generaciones y de todas las partes del mundo. Terminando la celebración, la familia Sandoka recorría abrazada de vuelta el paseo Uribitarte. Neftali, Silviane y Junior llegaron hace siete años a Bilbao como refugiados huyendo de la guerra en la República Centroafricana. Ahora, la ciudad y el Athletic, se "han metido en su corazón".