Entrevista
‘El Capitán’ vuelve a la primera línea internacional en el IRONMAN 70.3 de Mossel Bay tras un tiempo «complicado» por las lesiones: «El covid me dejó bastante tocado. Ha sido duro mentalmente»
Pasaron tiempos extraños para el mejor triatleta español de la historia, alejado por obligación de lo que fue rutina: competir. Ahora que regresa casi dos años después, ya con 40 cumplidos, a una prueba internacional, el IRONMAN 70.3 de Mossel Bay, Javier Gómez Noya reflexiona en conversación telefónica desde Sudáfrica con ELMUNDO sobre lo que fue una carrera de leyenda, la experiencia vital de la paternidad, la crudeza de las lesiones y los objetivos de un porvenir que afronta con ilusiones renovadas: «Estoy con ganas».
- ¿Este tiempo alejado de la primera plana ha sido un punto de inflexión en su carrera?
- Ha sido un tiempo parado forzado por las circunstancias. Estaba preparando muy bien el Campeonato del Mundo de Ironman de 2022, en Saint George. Justo antes de viajar a EEUU cogí el covid y me afectó bastante. Me dejó bastante tocado mientras lo tuve y el post covid. Varios meses que el cuerpo no era el mismo y tuve que tomármelo con calma hasta recuperarme totalmente. Y cuando intenté volver en serio enganché dos lesiones seguidas que no sé si tienen que algo que ver con el covid o no, pero fueron extrañas. Dos fracturas por estrés cuando la carga de entrenamiento no era muy alta. Fui encadenando un problema tras otro y me planté en 2023 sin haber competido. Ahora volví con calma, haciendo las cosas lo mejor posible para no volver a caer en problemas.
- Hizo dos carreras antes en España, Santander y Epic Triathlon.
- Para probarme. En Santander hacía mucho que no competía, fue emocionante, estaba hasta nervioso. Me he visto que estaba bien (ganó ambas), que todavía me acordaba de cómo hacer esto. Esta es una buena oportunidad de medir mi nivel con competidores de nivel internacional.
- ¿Cómo lo llevó mentalmente?
- Ha sido duro. Para cualquier deportista, cuando tienes una lesión es complicado a nivel mental. Cuando tienes dos seguidas, más todavía. Y más lesiones que tardan tiempo en recuperar. Sobre todo me dio pena no haber podido competir en Saint George en el Mundial, porque llevaba unos buenos meses de entrenamiento, estaba en un momento de forma muy bueno. Todo se fue por la borda.
- En este tiempo nació Olivia…
- Es algo genial, ha sido lo positivo de estos dos años de complicaciones a nivel deportivo. El nacimiento de mi hija hace 11 meses fue el momento más importante de mi vida. Y la verdad es que lo estamos disfrutando, independientemente de que tenga lesiones o no. Es una experiencia increíble y también una motivación.
- ¿Todavía aprende de las lesiones?
- Ya tienes experiencia y conoces mejor tu cuerpo que cuando tienes 20 años. Lo que pasa es que con 20 años te lesionas menos. A base de ensayo-error, aprendes a cuidarte, a subir las cargas poco a poco, a saber escuchar tu cuerpo, saber identificar cuando un dolor es una molestia o cuando puede ser preocupante. Si esa molestia en el gemelo puede producir una rotura o si la puedes sobrellevar. Pero, aún así, si quieres estar a nivel mundial, siempre pones el cuerpo en riesgo. Tienes que entrenar mucho y es un estrés importante.
- ¿No se cansa de llevar el cuerpo al límite?
- Tiene que haber equilibrio. Si quieres una carrera larga no siempre puedes estar al límite, porque o te rompes o enfermas. Salvo estos dos últimos años, he tenido una carrera consistente, años y años encadenando podios en mundiales y eso es por haber entrenado bien. Mucho, por supuesto, pero también haberme cuidado, haber respetado el descanso, las épocas en las que tenía que dejar regenerar el cuerpo. Hay que saber dar un respiro cuando toca, porque no somos máquinas.
- ¿Por dónde pasa su futuro?
- Ahora mismo estoy centrado en volver a encontrarme bien y de momento me motiva la distancia media. Me adapto bien. La PTO (Professional Triathletes Organisation) ha puesto encima de la mesa un circuito mundial muy interesante, validando el título de campeón del mundo con la Federación Internacional. 2024 va a ser un año muy bueno en esa distancia. Voy a hacer estas dos carreras, en Sudáfrica y en Nueva Zelanda en diciembre. Y ahí plantearé objetivos para el 2024.
- ¿Intentará sacarse alguna vez la espina del IRONMAN de Hawaii?
- No lo descarto, si estoy bien en media, puedo afrontar la distancia que sea. En Hawaii 2018 me hubiera gustado hacerlo mejor, por supuesto. Pero hay momentos en los que tienes que tomar decisiones. Quizá si después de la plata de Londres me hubiera centrado en la larga distancia hubiera tenido un bloque de 10 años muy bueno y posiblemente en algún Hawaii lo hubiera hecho bien. Pero era lo que me gustaba y después de Londres gané otros tres mundiales en distancia olímpica y no los cambio por nada. No se puede estar a todo. Otros con peores resultados se pasaron antes y triunfaron en ironman.
- ¿Qué le aporta su otra gran pasión, la música?
- Pues mira, en este tiempo con las lesiones, la música, tocar la guitarra, juntarme con mis compañeros de banda (Liorta), me ha servido mentalmente muchísimo para superar momentos complicados. Es una evasión, olvidarte un poquito del deporte. Lo he ido compaginando toda mi vida, de aquella manera. Y disfruto. Hemos dado algunos conciertos en algunas salas de Pontevedra y nos lo pasamos muy bien. Es una válvula de escape genial.
- ¿Hay más nervios en el escenario o en la línea de salida?
- Es diferente. Casi te pones más nervioso que en una competición. Pero luego te das cuenta de que sufres más en un triatlón y piensas, ‘pues no estoy tan mal aquí arriba’. Y aparte, no nos pagan por ello, así que no le debemos nada a nadie. Si no suena bien, qué le vamos a hacer.
- Tras Tokio, ¿le dio tiempo a hacer balance de su carrera?
- Haber tendio una hija te da perspectiva. Miro mi carrera y creo que ha habido momentos complicados y difíciles, pero en general, si hace 20 años me dicen que voy a conseguir todo lo que he conseguido, lo firmaba con los ojos cerrados donde fuera. Ha sido increíble este viaje.