Europa League
2-3 en el Villamarín
El equipo de Pellegrini, que sólo necesitaba un empate, suma su primera derrota del año en casa y queda relegado a la Conference League (2-3).
La primera derrota de la temporada, tras ocho jornadas de Liga y dos de Europa League, valió la eliminación para el Betis, relegado a la Conference League cuando contaba con todo a su favor. El Villamarín vivió una noche negra ante el Glasgow Rangers, que se limitó a aprovechar los errores verdiblancos para pasar a octavos como líder del Grupo C. [Narración y estadísticas (2-3)]
En una noche donde bastaba con un empate, el equipo de Manuel Pellegrini se vino abajo ante los escoceses, alentados desde uno de los fondos por su fiel hinchada. El triunfo del Sparta de Praga ante el Aris Limasol (1-3) supuso el golpe de gracia para los verdiblancos. “Fue un partido muy extraño, porque en el primer tiempo pudimos liquidar el partido. Es un golpe duro”, admitió Pellegrini.
El técnico chileno aún no parecía haber digerido las ocasiones desperdiciadas por su equipo, especialmente con un disparo de Héctor Bellerín, desviado con grandes reflejos por Jack Butland o un zurdazo de Andrés Guardado al larguero. Por no mencionar la intervención del VAR, que anulaba un gol por mano de Germán Pezzella cuando parecía que el balón ya casi había atravesado la línea de gol. O un cabezazo de Assane Diao al larguero, en el minuto 51.
“El vestuario está tocado”
El adiós, por lo inesperado, quizá escuece aún más que el sufrido hace dos años ante el Eintracht en el último minuto de la prórroga. “Duele, porque lo tuvimos todo para seguir en la competición. El vestuario está tocado”, admitió Pellegrini.
En el mismo tono de estupefacción se manifestó Isco Alarcón, protagonista de una brillante maniobra que valió el 2-2 de Ayoze Pérez. “En el fútbol no se puede regalar y hoy lo hemos hecho. Han llegado cuatro o cinco veces y nos han hecho tres goles. No hemos estado a la altura. No hay excusas y ahora hay que levantarse lo más rápido posible”, analizó el malagueño.
La habilidad de Isco compitió con la de Cyriel Dessers, autor de una fabulosa acción individual que había valido el 0-1. Le bastaba con muy poco al Rangers para sembrar el pánico en los dominios de Rui Silva y la acción definitiva, tras un saque de esquina, lo dejó patente. Un par de remates en el área ante la inoperancia de los zagueros despejaron el camino para Kemar Roofe, que anotó el 2-3 con un disparo en escorzo desde el área chica.
