El Inter no da lugar para la sorpresa y asegura su pase a octavos tras derrotar al Viktoria Plzen por 4-0 / Los azulgrana jugarán la Europa League.
No hubo sitio para ningún tipo de cábala. El Inter, lejos de caer otra vez víctima de un gafe que lo ha perseguido en los momentos clave a lo largo de su historia, cumplió con creces ante el Viktoria Plzen y consumó la eliminación del Barça de la Champions, la segunda consecutiva, antes incluso de que el conjunto azulgrana saltara al campo para medirse al Bayern en el Camp Nou. Al cuadro italiano, a la postre, no le tembló finalmente el pulso ante los checos, la gran cenicienta de esta edición de la máxima competición europea, y selló su pase matemático a los octavos de final con un triunfo por 4-0 firmado por Henrik Mkhitaryan, Edin Dzeko, por partida doble, y Romelu Lukaku.
Mkhitaryan se encargó de abrir la lata cuando se había disputado algo más de media del encuentro. Hasta entonces, el Viktoria Plzen había hecho gala de una defensa numantina, con su portero, Jindrich Stanek, firmando varias intervenciones defensivas y sus defensas lanzándose a tumba abierta para interceptar cualquier disparo. El 1-0, con todo, fue un auténtico jarro de agua fría, remachado por el 2-0 que Dzeko envió sin paliativos al fondo de las mallas cuando moría el primer tiempo. El propio delantero bosnio, bien entrada la segunda mitad del duelo, se encargaría de poner las cosas aún más claras con el 3-0 para que Lukaku, en su reaparición, cerrara finalmente la goleada con el definitivo 4-0 en los instantes finales del encuentro.
Lo único positivo que pudo rescatar el Barça de ese resultado es que el equipo checo no podrá siquiera discutirle el triste consuelo de seguir en Europa a través de la Europa League. Pase lo que pase, a los azulgrana, con cuatro puntos en el zurrón antes de jugar ante el Bayern, ya no podrá ni tan sólo alcanzarlos un Viktoria Plzen que, ahora mismo, cuenta todos sus partidos en la Champions por derrotas y que, además, se llevó un severo 5-1 del Camp Nou en la primera jornada de la liguilla.
Entonces, seguro, nadie podía imaginarse que el desenlace sería de nuevo tan cruel para los barcelonistas. A todos los niveles. En lo deportivo, disputar la segunda competición continental no tiene ni mucho menos el atractivo que destila una Champions que, en los últimos años, le ha dado una y otra vez la espalda al club azulgrana. En lo económico, mientras, el impacto supondrá la pérdida de unos ingresos de alrededor de unos 20 millones de euros. Tal y como ya se analizó desde la entidad la temporada anterior, la única manera en que podría compensarse en cierto modo ese golpe sería alzarse finalmente con el trofeo en la final que se disputará el 31 de mayo del año que viene en el Puskas Arena Park de Budapest.
