El Athletic golpea primero en un duelo intenso en el Metropolitano

El Athletic golpea primero en un duelo intenso en el Metropolitano

Uno parpadeaba y volvía al domingo. Entornaba a los ojos y veía un choque entre blancos y rojiblancos. Pero, ni eran los mismos equipos, ni era el mismo estadio, ni fue el mismo resultado. Este miércoles no había tres puntos en juego, había un título. Era, como dice el Cholo, “la primera parte de un partido largo”, de una final anticipada del que fuera Rey de Copas y del que quiere ser el Rey de esta Copa. Y el Rey sigue siendo el rey. [Narración y Estadísticas, 0-1]

Los soldados del Cholo buscaron la corona desde el minuto uno. Con dos llegadas en un suspiro, ambas finalizadas con inquina. A los cinco minutos arribó el Athletic al área de Oblak y terminó la jugada con el disparo de un central en el balcón del área. Para ser un partido largo, los jugadores quisieron morder. Se puede hablar de físico, de cansancio y de descanso todo lo que uno quiera, pero cuando hay motivación…

Mucho ritmo en la primera parte, pero faltaba profundidad. Estaban los dos equipos como tanteándose hasta que Reinildo lió la monumental. El mozambiqueño decidió conducir por la línea de su área pequeña con Iñaki oliéndole la sangre. Consiguió sacar el balón, pero los bilbaínos ya estaban encima. Recuperaron en tres cuartos una pelota que llegó a Prados en el área y, para culminar la hazaña, el mismo Reinildo cometió penalti sobre el medio navarro y se jugó la roja. Transformó Berenguer la pena máxima y al Cholo, sin abrigo en una fría noche, le llevaban los demonios.

Casi le devuelve el favor Agirrezabala al Atlético diez minutos después. Diez minutos, por cierto, en los que no pasó absolutamente nada. El portero vasco quiso evitar un córner tras un rechace de su defensa, el balón se le escapó y fue a los pies de Memphis mientras el joven de 23 años rezaba desde el suelo. Le escuchó Paredes que hizo una aparición celestial para evitar el gol del neerlandés.

El Atlético buscó la igualada antes del descanso a lomos de De Paul. La mejoría del argentino ha sido notable esta temporada. Está en todos lados, pelea cada balón y juega con criterio. A punto estuvo de asistir a Griezmann en un falta sacada con picardía al borde del descanso. El disparo a la media vuelta del francés lo detuvo la defensa bilbaína, impecable los primeros 45 minutos.

El Athletic Club llevaba casi medio siglo sin ganar al Atlético de Madrid en Copa del Rey. Media vida. Se iba al descanso espantando a sus demonios y jugando con autoridad, pero los colchoneros no querían hacer historia y así lo demostraron tras la salida de vestuarios. Los primeros cinco minutos se disputaron en campo bilbaíno, dos de ellos casi en el área, en la que Griezmann reclamó un penalti que pudo ser.

El empuje de Lino

Lino se marcha de un jugador del Athletic.JUANJO MARTINEFE

Uno de los responsables de que el campo se inclinara hacia la portería de Agirrezabala fue Samu Lino. Hubo un momento en la temporada en la que Simeone le alternaba con Riquelme, ambos, por cierto, rindiendo a gran nivel. Pero de un tiempo a esta parte, el brasileño ha metido una marcha más y se hace indiscutibe en los planes del Cholo y en el ataque colchonero. No es sólo la profundidad que brinda, también gana duelos, algo muy del agrado de Simeone.

Sin embargo, y pese a la percusión del Atlético fue el Athletic el que casi remata la faena tras un error de Oblak que despejó blando un disparo de Unai Gómez. Villalibre entró como un búfalo a por el rechace, pero su remate se fue al lateral de la red. Una ventaja de dos goles, la que obtuvieron los leones en el duelo de liga, se hubiera antojado casi imposible de remontar en la media hora que restaba de juego.

Rugía el Metropolitano y percutía el Atlético, pero el Athletic esperaba agazapado su oportunidad a la contra y casi llega si Iñaki hubiera decidido mejor y, sobre todo, más rápido. Los de Valverde tenían el plan soñado. Ese plan, además, pasaba por tener a un Griezmann dormido, desconocido. Aún así, necesita poco para despertar el francés. No lo hizo.

El asedio final del Atlético no evidenció cansancio. Intensidad, presión y claridad, pero, aunque parezca mentira, faltaba efectividad. Falló una Morata muy parecida a los fallos de Sadiq el martes. Solo, a medio metro del portero, metió la rodilla a un buen centro de Hermoso. A las nubes. Luego una carambola en área pequeña que cayó milagrosamente en manos de Agirrezabala. Al final, tanto empuje pudo tener premio si no llega a ser por la rodilla de Morata. Fuera de juego y primer asalto para los bilbaínos.

kpd