Un grupo de ladrones asaltaron en la noche del jueves al viernes el domicilio en la capital francesa del portero italiano del París Saint Germain Gianluigi Donnarumma, al que atacaron junto a su pareja.
El sitio de información de sucesos Actu17 reveló que los delincuentes forzaron la puerta de la vivienda, que se encuentra en el distrito VIII, una de las zonas más exclusivas de la ciudad, agredieron a los dos miembros de la pareja y se dieron a la fuga con un botín estimado inicialmente en unos 500.000 euros.
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Los ataron y los mantuvieron secuestrados. Más tarde, fueron a refugiarse a un hotel próximo a su domicilio, en el que los empleados avisaron a la policía.
El internacional italiano de 24 años y su compañera fueron luego conducidos a un hospital para ser examinados.
Según Actu17, los ladrones también ataron previamente al portero del edificio para cometer el robo.
Son gestas de tal magnitud que cuesta calibrarlas sin perspectiva. Tadej Pogacar es el cómo y el cuánto, es el ataque sin respuesta a falta de 50 kilómetros, la rendición total del resto, para cabalgar en solitario hasta la meta de Como, para alzar los brazos por cuarta vez consecutiva en Il Lombardía, para emular a Fausto Coppi (de 1946 a 1949) y quedarse ya a sólo una victoria de las cinco de 'Il Campionissimo'.
Triunfador con el maillot arcoíris en el Giro de Lombardía (el último había sido Paolo Bettini en 2006) que es el patio de su casa, donde acostumbra Tadej a poner el broche dorado a sus temporadas, aunque ninguna como ésta, un 2024 para el recuerdo, para los libros de historia del ciclismo.
En una edición marcada bien es cierto por las ausencias (la última, con polémica y justo en la previa, de Tom Pidcock) y por los pequeños cambios en el recorrido obligados por las lluvias torrenciales en los días anteriores, Pogacar no encontró batalla ni agobios. Fue un paseo. O lo pareció. Le acompañaron en el podio Remco Evenepoel (a más de tres minutos finalizó, también en solitario y emocionado al regresar al lugar que casi le cuesta la vida en una caída) y Giulio Ciccone que culminó una remontada. Ion Izagirre fue cuarto y Enric Mas quinto.
Pese a que durante unos kilómetros pareció como si UAE no fuera capaz de controlar la numerosa y noble escapada del día (con Arensman, Daniel Felipe Martinez, Mohoric, Dunbar, Vansevenant y los Movistar Einer Rubio y Muhlberger, entre otros), que llegó a gozar de hasta casi cinco minutos de ventaja a falta de 10 kilómetros, no tardó después Rafal Majka en poner orden. En las subidas consecutivas a Selle di Osigo y Madonna del Ghisallo arrimó al pelotón, aclarando el panorama para el zarpazo inevitable de Pogacar.
Que iba a llegar en Colma di Sormano, cuando Hirschi había dejado a los fugados ya a un suspiro. El mejor equipo para el mejor ciclista. Un ataque a falta de 49 kilómetros, a seis y medio de la cima. Demasiado obvio, demasiado sencillo. No hubo ni atisbo de respuesta. Como si todos estuvieran aguardando una muerte anunciada, una superioridad no vista hace mucho tiempo.
Pogacar en solitario hacia Como, con San Fermo della Battaglia, un baño de masas, como último colofón a un año extraordinario, una temporada para el recuerdo. Por detrás se formó un trío en el que Remco Evenepoel apenas encontró apoyo en Enric Mas y Van Eetvelt. Pero el campeón olímpico los soltó en la bajada y ninguno de los dos obtuvo premio después tampoco.
De marzo a octubre, de la Strade Bianche a Lombardía. Ganar, ganar y ganar. Sólo se le resistió al esloveno San Remo (3º) y el Gran Premio de Quebec. Devoró Giro, reconquistó Tour (con 12 etapas entre ambas), se exhibió en el Mundial y sumó dos clásicas, Lieja y Lombardía. También la Volta, Montreal y el Giro dell'Emilia. Se antoja complicado imaginar algo más tiránico que no fuera Eddy Merckxs.
Justo cuando estaba entrenando con el resto de sus compañeros y cuando parecía totalmente superada la rotura del ligamento cruzado de la rodilla izquierda que sufrió el pasado mes de agosto, Thibaut Courtois ha vuelto a sufrir un revés inesperado. Durante el entrenamiento del Real Madrid de este lunes, el portero belga ha sufrido una rotura del menisco interno de su rodilla derecha, la que no estaba intervenida, y deberá parar de nuevo.
El primer equipo del conjunto blanco y el Castilla estaban realizando una sesión compartida cuando el guardameta ha sentido un 'crac' en su rodilla derecha. El susto ha sido instantáneo, pensando que la lesión era similar a la sufrida en verano.
Se ha retirado del césped y ha sido atendido al momento por los servicios médicos del club, que le han diagnosticado una lesión en el menisco. Ligero alivio entre los presentes, dentro de la situación dramática, porque se pensaba en una nueva lesión del ligamento cruzado.
Ahora les toca decidir a los médicos y al propio Courtois cuál es el tratamiento más adecuado a seguir, y de ello dependerá el tiempo de baja. A falta de algo más de dos meses de temporada, parece difícil su regreso a los terrenos de juego este curso.
El belga estaba siguiendo todos los plazos en su recuperación. A finales de este mes de marzo se cumplían siete meses desde su lesión y en el equipo médico del Madrid parecía dispuesto a que se incorporara al 100% a los entrenamientos con el resto de sus compañeros, con la eliminatoria ante el Manchester City como punto de inflexión.
Ancelotti no le había descartado, ni a él ni a Militao, para los cuartos de Champions que empiezan el próximo 9 de abril, ocho meses después de su lesión, y parecía un momento ideal para verle de nuevo en una convocatoria.
Sin embargo, ahora el ex del Atlético o el Chelsea tendrá que parar de nuevo y observar objetivos más lejanos, ya para la próxima temporada. Recordemos que Courtois renunció en diciembre a disputar la Euro con Bélgica al considerar que no iba a llegar al 100%.