El esloveno Luka Doncic no pudo contener las lágrimas este miércoles cuando el American Airlines Center de Dallas le dedicó un sentido vídeo homenaje para recibirle por primera vez como rival, en los prolegómenos del partido de los Mavericks contra Los Ángeles Lakers.
Doncic fue recibido por todo lo alto en Dallas, el equipo que le llevó a la NBA en 2018 y en el que estuvo hasta el pasado 2 de febrero, cuando los texanos cerraron una operación que provocó un terremoto en la liga al enviarle a los Lakers a cambio de Anthony Davis.
El esloveno, que disputó las Finales el año pasado con los Mavericks, se cubrió la cara con una toalla en los momentos más emotivos del vídeo que le dedicó su exequipo.
Las imágenes recordaron el momento de su selección en el draft, el primer mensaje del esloveno a sus nuevos aficionados, así como momentos especiales vividos en pista y en los entrenamientos.
La megafonía del American Airlines Center introdujo a Doncic como si fuera un jugador local y el público le dedicó una larga y sentida ovación.
Entre los presentes en el estadio también estaba el alemán Dirk Nowitzki, leyenda de los Mavs y campeón NBA en 2011, quien le aplaudió sonriendo.
Doncic, visiblemente emocionado, intercambió abrazos con sus compañeros de los Lakers y el mismo LeBron James le aplaudió para animarle.
El esloveno ya había jugado contra los Mavericks con la camiseta de los Lakers, pero lo había hecho en Los Ángeles. En ese caso, logró 19 puntos, quince rebotes y doce asistencias.
Sergio de Larrea mide 2,03 metros, es campeón del mundo júnior y plata en el Mundial sub 17 y este verano dejó a todos impresionados como invitado de la selección durante la preparación del Preolímpico (llegó a debutar en un amistoso). «Es un perfil de jugador muy diferente, que en España no se ha visto nunca. Un base muy grande, creo que a la larga puede ser un jugador generacional», dice de él Mario Saint-Supéry, otro director pura fuerza y desparpajo, perla del Unicaja y ahora desperezándose en la ACB con el Baxi Manresa. «Los dos tienen muchísimo talento y un futuro por delante increíble», les elogia Rafa Villar, también oro de Debrecen, clave con sus triples en la final mundialista, formado en el Barça y abriéndose paso en el Hiopos Lleida. España, país de bases, escapa del laberinto mirando al futuro. Los tres ya están a las órdenes de Sergio Scariolo en la absoluta, que se la juega en el doble enfrentamiento contra Eslovaquia (este viernes, el primero, en Bratislava, a las 18:00 h.) para poder defender oro el próximo verano en el Eurobasket.
El cuarto pilar, ya consolidado, es Juan Núñez, también 20 años, que no puede acudir a la ventana por jugar esta noche con el Barça en Euroliga. Él, quizá antes de lo que le tocaba, fue el recurso de urgencia del seleccionador en el Mundial 2019, cuando de repente España se quedó huérfana de lo que siempre presumió. Sin Ricky, sin Lorenzo Brown (nacionalizado como recurso a la carestía de directores...), apenas Alberto Díaz quedaba. Un país que una década atrás presumía de Calderón, Sergio Rodríguez, Cabezas, Raúl López... y el propio Ricky.
«Los veía en la tele. Todos los veranos veíamos a la selección en familia. Yo me fijaba en los bases. En Ricky y en el Chacho... Me fascinaban, la manera de leer el juego, de hacer disfrutar al espectador. Son mis ídolos», cuenta a EL MUNDO De Larrea, quizá el más avanzado en madurez del trío aunque le queden unos días para cumplir los 19 años. Un director nunca antes visto, de más de dos metros, al que Pedro Martínez moldea en el Valencia Basket. Aunque la llegada del vallisoletano a la elite no haya seguido el camino preestablecido.
Saint-Supéry, De Larrea y Villar.ALBERTO NEVADO / FEB
Hasta los 15 años, Sergio jugaba en su cole, el San Agustín de Pucela, desoyendo las ofertas de aquí y de allá (también de EEUU). «Decidimos quedarnos, lo primero porque estaba jugando con mis amigos. Y eso era lo más importante. Iba a clase con ellos, jugaba con ellos, mis amigos de toda la vida. Y lo segundo, porque éramos un grupo competitivo, siempre nos colábamos en campeonatos de España, entrenábamos a buen nivel. Y el sentido de pertenencia y de estar cerca de mi familia. Las ofertas que se presentaban eran un poco lejanas y salir de casa... Decidimos esperar un poco, a tener un punto de madurez mayor, para adaptarse al sitio y la situación cuando tocara. Es raro, lo sé, la gente sale pronto. Pero animo a la gente a pensarlo bien y , sobre todo, a disfrutar. Eso es lo primero. Ahora aquí en la elite disfrutamos, pero para ello hay que disfrutar antes», explica con una madurez llamativa.
«La suerte que tenemos los tres es que hemos jugado casi siempre juntos. Nos coordinamos bien. Somos capaces de estar juntos en pista, porque tenemos perfiles diferentes que permiten esa conexión», apunta De Larrea, que define a sus dos compañeros, novedades en una convocatoria en la que también destaca el pívot Izan Almansa. «Rafa es un tío súper competitivo. Defensivamente es top. Leyendo situaciones de juego es muy bueno. Y, sobre todo, el balón en los últimos segundos... Bueno, ya se vio en el Mundial, lo dejó bastante claro», apunta sobre el barcelonés, el mayor del trío con 20 años. «Mario es un muy muy físico. Y muy listo, con mucho talento. Puede aportar mucha energía en ataque y en defensa», cuenta sobre el malagueño.
"El siguiente Llull"
A Saint-Supéry le llaman, cómo no, el Principito (cuentan que comparte ancestros con el escritor francés) y en 2022, con 15 años y 11 meses, se convirtió en el jugador más joven en debutar con el Unicaja. El del Rincón de la Victoria jugó la pasada temporada cedido en Burgos (LEB Oro) y ahora derriba todas las barreras con Diego Ocampo en el Manresa: el pasado fin de semana, ante el Tenerife, firmó 24 de valoración (15 puntos), algo que a su edad sólo habían conseguido en ACB dos bases, Luka Doncic y Ricky Rubio. «He tenido siempre desde pequeño en Málaga a Alberto [Díaz] como referente. Ha sido mi tutor, el que me ha enseñado todo. Pero siempre me han dicho que me parezco a Calderón cuando era joven y a Sergio Llull. El siguiente Llull me dicen mucho», admite.
«Mario físicamente es un bicho. Muy luchador, lo da todo y es un guerrero. Y a la vez es bastante inteligente para ser de 2006 y lo está demostrando en ACB», le alaba Villar, quien encontró el trampolín del desarrollo en Lleida, donde el año pasado logró el ascenso y ahora sorprende a toda la Liga Endesa. «De pequeño siempre he sido muy de Ricky Rubio, ha sido mi jugador favorito. Aunque me parezco más a Alberto Díaz, los dos somos muy guerreros, muy luchadores, muy de darlo todo por el equipo», dice tras un entrenamiento de la selección en Guadalajara.
«Quizá es que estábamos muy bien acostumbrados, con bases tan top, de un nivel increíble. Son generaciones que van pasando, cada una destaca más en diferentes posiciones», razona Villar sobre la crisis del base, un discurso parecido al de Saint-Supéry: «Yo no diría que hemos tenido problemas. Nos acostumbramos al nivel de unos bases que eran increíbles, jugadores generacionales».
Segunda jornada
HUGO COSTA
@hugocostagolf
Liverpool
Actualizado Viernes,
21
julio
2023
-
19:57El vizcaíno, que cerró el viernes con una tarjeta de -1, se...
Cuando Juan Núñez cambió de agente y decidió seguir con su progresión lejos del Real Madrid, en un equipo de la Bundesliga no demasiado conocido por el aficionado medio, pocos hubieran podido sospechar que, dos años después, iba a acabar fichando por el eterno rival. Pero los acontecimientos, tanto para el que fuera perla de la cantera blanca como para el Barça, han terminado por unir sus caminos en uno de los fichajes más sonados de este verano. «He encontrado el sol», bromea ahora el madrileño, con esa forma de hablar tan escueta, frases cortas aunque ya concisas en un chico de 20 años que afronta el siguiente escalón de su carrera, el más decisivo, el que posiblemente marcará todo su prometedor futuro, el salto a uno de los grandes de Europa. Tras sus dos cursos de aventura formativa en el Ratiopharm Ulm y con un sueño NBA pospuesto por el momento después de ser elegido el pasado junio en el puesto 36 del draft por los San Antonio Spurs (tras un traspaso desde los Pacers) que no le quitarán ojo.
Juanito, como todos le siguen llamando, es uno de los grandes atractivos de la Supercopa Endesa que este sábado comienza en Murcia con un clásico para abrir boca. Por el morbo de vestir azulgrana, por el de enfrentarse al equipo con el que maravilló en categorías inferiores (MVP de la Euroliga júnior, entre otros hitos), con el que debutó con 17 años en un duelo de semifinales de la ACB. Un base como no se recordaba que pronto también moldeó Sergio Scariolo llevándoselo, por necesidad, al Mundial 2023 (ya fue el último descarte para el Eurobasket 2022 y lo ha sido este verano en los Juegos tras disputar y ganar el Preolímpico).
Dice Núñez que encontró en Barcelona el sol que le faltó en la fría Ulm, donde a su familia le costaba un enjambre de transportes cada vez que quería acudir de visita. Pero no sólo es la luz mediterránea lo que llevó al chico de Villaviciosa de Odón, que antes de las canastas destacó en balonmano, a tomar una decisión en la que confrontar lo emocional con lo profesional, madridista él y todos los suyos. El Barça le puso sobre la mesa un inmejorable escenario para lo único que le importa: seguir creciendo.
Juan Núñez, en el Palau Blaugrana.Quique GarcíaEFE
«Que han apostado por mí, así de sencillo», responde Juan sobre los motivos de la decisión, tomada tras valorar las opciones de dar el salto a la NBA con los Spurs, que conllevaría el peaje del paso por la Liga de Desarrollo y seguramente un freno a sus expectativas. Con un contrato que ronda el millón y medio de euros por cada una de las tres temporadas firmadas y facilidades de salida si el equipo texano le reclama algún verano, el Barça, que pagó al Madrid 400.000 euros para esquivar el derecho de tanteo, vio en Núñez un talento con el que escapar de años de declive y una deriva deportiva cuyo último capítulo fue el despido tras los playoffs de la Liga Endesa de Roger Grimau, sustituto sólo un año antes de Sarunas Jasikevicius.
En lo deportivo, Juan ocupará el espacio en la dirección que deja la salida de Rokas Jokubaitis y la no continuidad de Ricky Rubio. Compartirá los mandos con Tomas Satoransky y volverá con plenos poderes a una Euroliga con la que ya disputó 10 partidos de blanco en la temporada 2021/2022 (aunque en ninguno de ellos más de 10 minutos). Pero lo más importante, cuenta con la plena confianza del nuevo dueño del banquillo culé, pues bien le conoce Joan Peñarroya aunque nunca le haya entrenado.
Juan Núñez, con el Barça.Quique GarcíaEFE
Porque es lo sentimental otro de los puntos fuertes que han llevado al madrileño al Barça. El mejor amigo en el mundo de la canasta de Juan es Marc Peñarroya, hijo del que ahora es su entrenador, con el que ha coincidido durante años en las categorías inferiores de la selección. Sus lazos se estrecharon especialmente durante el Europeo sub 20 en el que ganaron el oro en Podgorica (Montenegro) en 2022 y desde entonces se hicieron inseparables, compartiendo hasta vacaciones de verano. El canterano del Manresa no andará lejos, pues disputará esta temporada con el CB Prat en LEB Plata.
También en el vestuario ha encontrado compinches conocidos Juan, que desde hace años mantiene un relación sentimental con Lucía Navarro, hija de Juan Carlos Navarro y también jugadora profesional. «Conocía a muchos de la selección y ha hecho que todo sea más fácil», admite Núñez de Willy Hernangómez (otro canterano madridista que dio el salto al eterno rival la pasada temporada), Darío Brizuela, Alex Abrines y Joel Parra, con el que comparte apartamento en la Ciudad Condal. «He encontrado a mucha gente con ganas de jugar, con ganas de entrenar, con ganas de conocernos. Somos muchos nuevos con ganas de hacer un gran año», reivindica, encandilado con la propuesta de juego de su entrenador -«hacemos un juego divertido. Yo he visto los equipos de Peñarroya (Manresa, Andorra, Burgos, Valencia, Baskonia...) estos años y me gustan. Son dinámicos, divertidos de ver, y a mí eso me atrae mucho»- y listo físicamente tras un verano en el que al fin pudo tomarse un respiro y recuperarse de «molestias físicas» en su rodilla.