Holger Rune y Jannik Sinner también siguen adelante en el torneo. “Es una superficie divertida”, dijo el danés. “No fue mi mejor partido, pero me divertí mucho”, comentó el español.
«Ya no me siento inseguro en hierba. Pienso que a veces no se trata sólo de golpear duro, sino también de elegir los golpes adecuados y hacer jugar al rival en los momentos importantes. Hay que ser paciente. Y a menudo, cuando lo fui, gané el punto. Eso es lo que necesito hacer». Habla Holger Rune, danés, 20 años, uno de los tenistas de la nueva ola que logró este viernes el pase a la tercera ronda del torneo.
Gana Rune. Gana Carlos Alcaraz. Gana Jannik Sinner, en su caso, viajando por la parte baja del cuadro, ya con los dos pies en octavos de final de Wimbledon. Los jóvenes guerreros tardan poco en adaptarse a una superficie tan especial como la hierba. El más rápido en hacerlo, sabido es, el español, que ha llegado como campeón de Queen’s y número 1 del mundo y ni siquiera necesitó completar su mejor partido para superar a Alexandre Muller por 6-4, 7-6(2) y 6-3. Sólo Lorenzo Musetti, que camina varios pasos por detrás, se quedó en el camino ante la mano pesada de Hubert Hurkacz, semifinalista en 2021.
Ausente Nadal y retirado Federer, la renovación está en marcha, aún sin el permiso de Novak Djokovic, siete veces campeón y ganador de las últimas cuatro ediciones. No hacen falta especialistas. Estamos ante jugadores todo terreno, dispuestos a homologar sus cualidades también en este singular territorio.
«Uso más el cortado y la dejada. Utilizo más que en otras superficies golpes poco ortodoxos. Es divertido. Cuando haces una buena dejada resulta muy efectiva, porque la pelota apenas bota. Es una superficie divertida», apunta Rune, sexto cabeza de serie, tras vencer al español Roberto Carballés por 6-3, 7-6 (3) y 6-4.
Primera victoria
El danés, campeón esta temporada en Múnich, finalista en Montecarlo y Roma y semifinalista en Acapulco y en Queen’s, no había ganado ningún partido en Wimbledon hasta que se impuso en primera ronda a George Loffhagen. Se fue de entrada el pasado año, ante Marcos Giron. Le espera Alejandro Davidovich, campeón júnior del torneo en 2017 y capaz de vencerle hace unas semanas sobre la arcilla de la Caja Mágica. En el horizonte, un hipotético cruce en cuartos con Alcaraz, que se las verá con el renacido chileno Nicolás Jarry.
Serio, templado, sin el derroche de ingenio al que nos tiene acostumbrados, el murciano muestra sobrados recursos para desembarazarse de Muller, que juega su primer Wimbledon a los 26. No es normal que Alcaraz sume 41 errores y sólo 32 golpes ganadores. Pero acaba rentabilizando sus opciones, pese a convertir sólo dos de sus 14 pelotas de break. Y guarda energías para este sábado, pues, al igual que todos los tenistas de su sector, deberá jugar de nuevo debido a los ajustes provocados por la lluvia. «No fue mi mejor partido en hierba, pero me sentí bien y me divertí mucho», comentó tras lograr su primera victoria en la Central, donde cayó en octavos en 2022 ante Sinner.
El italiano, 22 años, se deja un set ante Quentin Halys: 3-6, 6-2, 6-3 y 6-4. Se retiró por lesión contra Alexander Bublik en cuartos de Halle, pero parece entero. Hace un año vio cómo Djokovic le levantaba dos sets en cuartos. Es quien mayor vuelo ha alcanzado en este torneo. “Es una victoria importante para mí. Traté de mantenerme con la actitud adecuada en la pista, que era lo principal”, afirmó.