La reputación ha preocupado siempre a los hombres que pretendían trascender, porque el poder y la riqueza, por sí solos, no lo consiguen. La grandeza necesita a la reputación. Napoleón la comparaba con un gran ruido que podía hacer caer leyes y naciones. Para Abraham Lincoln era como la sombra de un árbol, porque la reputación no define a una persona, sino al conjunto de los pensamientos que inspira. La sombra de Vicente del Bosque es alargada, c
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