El jugador se equivocó al contar el dinero que gana mientras que la víctima ha renunciado a su indemnización.
Uno de los principales argumentos por los que el Juzgado de Instrucción número 15 de Barcelona ordenó la prisión provisional y sin fianza del jugador de fútbol Dani Alves fue las contradicciones en las que cayó durante su interrogatorio. Hace unos días, en un programa de Antena 3, el defensa brasileño aseguró que no conocía a la víctima y que sólo se cruzó con ella en el baño vip de la discoteca Sutton sin ningún tipo de contacto.
Es la primera versión que mantuvo en su declaración. Sin embargo, las numerosas evidencias fueron acorralando al brasileño que durante los tres cuartos de hora que duró el interrogatorio pasó a explicar que la chica se lanzó encima de él cuando estaba sentado en el servicio a admitir que tuvieron relaciones sexuales consentidas y que no lo había dicho antes para protegerla.
Los informes policiales aportados a la causa indican que el jugador estuvo cerca de la víctima todo el rato y que se la llevó de la mano al baño, tal y como se ven en las imágenes de las cámaras de seguridad de la discoteca, según indicó ‘El Periódico’. De esa forma, las dos primeras versiones de Alves quedaron en entredicho. Además, tanto las imágenes como la declaración de numerosos testigos, entre ellos las acompañantes de la víctima como empleados del local, apuntalan a que el jugador estuvo acosando a la mujer el rato que pasaron juntos.
La víctima declaró que la madrugada del 30 de diciembre estaba con unas amigas en la discoteca y que empleados de allí les dijeron que unos clientes que estaban en un reservado las invitaron. Pese a las reticencias iniciales aceptaron y fue entonces cuando conocieron a Alves y a un amigo suyo. En el tiempo que estuvieron juntos, supuestamente, el brasileño la estuvo acosando bailando tras ellas y acariciándola, e incluso le agarró la mano para ponérsela en su miembro. “Me estaba dando asco”, dijo la mujer.
Para saber más
Poco después, la víctima narró cómo el jugador la hizo cruzar a otra sala y aparecieron en el lavabo de la sala VIP. Allí se bajó los pantalones, se sentó en la taza del wáter e intentó que ella le hiciera una felación pero se resistió y forcejearon. Fue entonces cuando supuestamente el jugador se levantó la pegó y la violó. Después salió del baño. Las imágenes de la sala VIP muestran como el defensa apareció primero y ella después. Se despidieron y fue entonces cuando la mujer denunció la agresión sexual, la sala activó el protocolo para estos casos y se avisó a una ambulancia y a la policía.
Trasladaron a la víctima al hospital Clínic y allí la atendieron de una violación. El informe médico establece que tenía restos de ADN, que se deben comprobar a quién pertenecen, además de otras heridas compatibles con un forcejeo. Después la acompañaron a la comisaría de Mossos en la que hizo una primera denuncia contra el defensa y que ratificó dos días después aportando el vestido que usó la noche del ataque como prueba.
Estos informes médicos son otro indicio más que ha tenido el juzgado para ordenar la prisión del jugador. A partir de ellos se podrían objetivar parte de las lesiones que sufrió la víctima y que servirían para pedir una indemnización. Pese a esto, la mujer verbalizó en su declaración que ha renunciado a este dinero por daños morales físicos y morales, tal y como explicaron fuentes judiciales. En este sentido, la juez también preguntó a Alves por sus ingresos económicos y el defensa se equivocó al decir que cobraba unos 300.000 dólares anuales. “Será al mes”, respondió la magistrada consultando la documentación quien interrogó al defensa por el dinero que le dan otros negocios diferentes al fútbol. Eso fue antes de que el equipo de Pumas de México anunciara la rescisión de su contrato tras entrar en la cárcel.
Por el momento, Alves permanece en el módulo de ingresos de la prisión de Brians 1. Su actitud es tranquila según fuentes penitenciarias pero abatido por la acusación que no esperaba en ningún momento. Su declaración estuvo plagada de contradicciones y de una actitud “altiva en algunos momentos”, según explicaron fuentes judiciales. Su abogada prepara un recurso para que salga de la cárcel provisional argumentando que no existe delito, aunque pasarán semanas hasta que se resuelva. Alves deberá acostumbrarse a la prisión.
Esta situación está afectando profundamente a la esposa del jugador, Joana Sanz, que ha publicado en sus redes un llamamiento para que se respete su intimidad: “Pido por favor a los medios de comunicación que están fuera de mi casa que respeten mi privacidad en este momento. Mi madre ha fallecido hace una semana. Apenas he empezado a asumir que ella ya no está como para que me atormenten con la situación de mi marido. He perdido los dos únicos pilares de mi vida. Tengan un poco de empatía, en vez de buscar tanta noticia en el dolor ajeno, gracias”.