El tenis es un deporte de pasión, de entrega y de pundonor en el que es necesario luchar hasta la última bola para hacerse con la victoria. Una filosofía que Martín de la Puente (Vigo, 25 años) sigue desde pequeño.
El pasado jueves, él y su compañero, Daniel Caverzaschi, pusieron su firma en la historia paralímpica de nuestro país al vencer a la pareja francesa, formada por Cattaneo y Houdet, en el partido por el bronce de tenis en silla de ruedas. "Roland Garros es español", decían ambos nada más terminar el encuentro.
La gran cita no podía tener mayores obstáculos: última opción de poder conseguir una medalla en dobles, las gradas llenas gritando "¡Alle les bleus!", en favor de sus rivales y un primer set donde fueron superados. Todo estaba en contra y sin embargo, el trabajo tuvo su premio en el súper tie break del último parcial (4-6,6-4, 10-5). "Llevamos mucho tiempo trabajando para estos partidos. Tanto Dani como yo tenemos nuestra historia", apuntó De la Puente.
Síndrome de Proteus
La de este joven gallego con el tenis comienza desde muy pequeño, cuando descubre que un dedo de la mano es algo más grande de lo habitual. Al principio, y como él mismo cuenta, su familia no le dio mucha importancia, pero aquello acabaría derivando en más malformaciones y en un diagnóstico final que cambiaría su vida: síndrome de Proteus.
Una enfermedad rara que provoca un exceso de crecimiento de la piel y que, con ocho años y tras pasar 16 veces por el quirófano, le obligaría a perder su pie izquierdo y a no poder practicar su deporte. Pero De la Puente no se iba a rendir tan fácilmente y cuando descubrió el tenis adaptado sabía que se le "abría una nueva ventana al mundo".
Sólo había una opción: entrenar sin parar. Había que adaptarse. Aprender a desplazarse con la silla, manejar la raqueta y las ruedas al mismo tiempo, usar las manos para coger velocidad y poder llegar bien a la pelota, baches que terminaría superando con brillantez.
Comienzan los títulos
Con tan sólo 12 años comenzó a competir en torneos absolutos y a los 14 ya había ganado su primer Campeonato Nacional. El destino parecía claro y tras conseguir tres Mundiales consecutivos en la categoría sub-18, accedió a una beca para entrenar en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, lugar donde continúa residiendo en la actualidad y en el que han podido ver todo su crecimiento en los últimos años. En la categoría de dobles, aquel niño pegado a un a raqueta, consiguió en 2022 hacerse con su primer Grand Slam, el US Open, y la Copa de Maestros, dos títulos que más tarde también le llevarían a conquistar el liderato del ranking mundial.
Éxitos que también compagina con otros fuera de la pista, como su graduación en Administración y Dirección de Empresas. A nivel olímpico, tanto en Río de Janeiro como en Tokio, donde también formó pareja con Caverzaschi, ambos tenistas se habían quedado a las puertas de las semifinales, pero en esta ocasión, nada más superar a los neerlandeses Egberink y Scheffers, también en la muerte súbita, la pareja ya era consciente de que el sueño estaba muy cerca. Superado ese bloqueo, llegaron las semifinales, donde esperaban los japoneses Takuya Miki y Tokito Oda, éste, número dos del mundo, pero no pudieron hacer nada (5-7.6-2, 10-8). "Pasé una noche muy mala tras ese partido. Me venían constantemente esos dos puntos al final", recordó su compañero, Daniel Caverzaschi.
"Hubo que ponerse firme"
Con sólo el bronce por delante quedaba poner en valor todo el trabajo mental realizado durante la semana y pasar por encima del constante ruido del público. "Hubo un momento en el que el árbitro tuvo que poner un poco de orden por nosotros. Había veces que entre saque y saque estaban gritando '¡vamos!' y no se escuchaba lo que pasaba. Hubo que ponerse un poquito firme porque si no, no se iba a jugar", declaró el vigués.
Ya con esa medalla en el bolsillo, De la Puente todavía tenía por delante su partido por el bronce en el cuadro individual, que le enfrentó en la tarde de ayer al argentino Gustavo Martínez, pero en esta ocasión, con el techo cubierto por la lluvia parisina y a pesar de los gritos de ánimo que recibió desde la grada, no pudo evitar una derrota contundente por 6-1, 6-2.
"Ha sido un día duro, la verdad no voy a esconderlo. Él ha hecho un gran partido y creo que yo no he estado a la altura", dijo tras el encuentro. El resultado no esconde la historia de superación de un tenista que tiene cordaje para rato.