Pedro Vives, el ayudante de Alcaraz que fue su compañero de generación y un día perdió las ganas: “No sé exactamente qué fue”

Actualizado Viernes, 14 noviembre 2025 - 23:44

En una esquina, Pedro Vives sonríe. En el hall del Inalpi Arena está instalada la pista de entrenamiento y el público aplaude a Carlos Alcaraz, que se prepara para las semifinales de las ATP Finals de esta noche ante Felix Auger-Aliassime (20.30 horas, Movistar), justo antes de recibir el trofeo como número uno del año. Todas las cámaras lo enfocan, hacia él se dirigen las luces, ningún aficionado mira a otro lado, pero, en una esquina, Pedro Vives sonríe. Y quizá eso sea lo más importante de todo.

Vives podría haber dejado el tenis, regalado sus raquetas y repudiado toda una infancia de aprendizaje, y sin embargo aquí está estos días disfrutando como sparring de Alcaraz. Su historia es una de esas que se pierden en las pistas, más allá del Top 10, del Top 100, incluso del Top 300 del ranking ATP. Vives fue compañero de equipo del propio Alcaraz cuando ambos eran niños; fue compañero de entrenamiento de Rafa Nadal cuando era adolescente y hoy es el 463 del mundo, pero a sus 24 años sigue peleando por ser tenista.

Se le ve disfrutar estos días.
Sí, sí, para mí es puro disfrute. Llegué la semana pasada y estuve jugando sets de entrenamiento con De Miñaur, Fritz o Shelton. Aprendí un montón. Me di cuenta de que podía pelearles, no me llevé ninguna paliza, pero la diferencia estaba en la regularidad: ellos aguantaban el ritmo durante más tiempo. Estos días con Carlos no son tan exigentes, sólo peloteamos para que mantenga el feeling, pero me lo paso muy bien igualmente.
¿Cómo será la vuelta a la vida real?
Cuando me llamó la ATP para venir ya sabía que sería sólo un break. En cuanto acaben estas ATP Finals tengo torneos challenger en Egipto y Baréin y así cerraré la temporada. Hasta que llegas al 250 o incluso al 200 del ranking, el tenis es muy duro: tienes que poner casi todo de tu parte. Invertir en viajes, invertir en tu equipo, invertir en ti para tirar adelante. Pero yo quiero seguir apostando.
Entrenando cada día con Alcaraz, ¿se compara?
Si me comparara no sacaría nada bueno, nada positivo. Compararme con alguien como Carlos es muy mala idea. Es un fenómeno de este deporte, a los 22 años ya tiene 22 Grand Slam... Puedo aprender de él, pero compararme sería malísimo.

Ahora entre ambos hay un abismo, pero Alcaraz y Vives compartieron entrenamientos, competiciones y viajes como compañeros del mismo equipo. De Palma de Mallorca, fue fichado por el Real Club de Tenis Barcelona para su equipo júnior al mismo tiempo que el hoy número uno y otras promesas españolas como Dani Rincón, ahora el 206 del ranking mundial.

"Ya nos conocíamos de antes. Carlitos tiene dos años menos que yo, pero nos habíamos visto en los torneos del Rafa Nadal Tour, del Nike Tour... Siempre fue muy bueno, pero a los 15 años pegó un cambio físico muy grande y fue cuando empezó a sobresalir", recuerda Vives, que luego dio un paso más en su carrera al entrar como becado en la Rafa Nadal Academy. A los 16 o 17 años entrenaba a diario con Nadal o Casper Ruud y su trayectoria iba directa a la élite.

La experiencia con Nadal

¿Cómo era entrenar con Nadal?
Era una suerte, era un espectáculo. Obviamente, Rafa tampoco pasaba muchos días en la academia, pero cuando estaba me tocaba entrenar con él. Los primeros días me imponía, pero luego ya me acostumbré. Yo hacía lo que me pedían, estaba súper concentrado.

Tiene en su Instagram una foto de muy niño en brazos del propio Nadal y de Carlos Moyà. ¿Cómo es eso?
Fui con mis padres a ver una eliminatoria de la Copa Davis de 2004 que hubo en Mallorca y no sé cómo consiguieron esa foto. Es bastante surrealista. Luego, un día en la academia, me dijeron de broma que si la repetíamos y Carlos me volvió a coger. Esa segunda foto también es surrealista, la verdad.
Hasta el covid compitió regularmente en challengers y futures y luego encadenó dos años en los que solo contó derrotas. ¿Qué le pasó?
No sé exactamente qué fue. No hubo torneos durante medio año por la pandemia y después me costó mucho volver a las rutinas de entrenar, de viajar, de competir. Perdí la motivación, lo pasé un poco mal. Por suerte después me llegó la oportunidad de irme a estudiar y a jugar a Estados Unidos.
Estuvo cuatro años en la Texas Christian University. ¿Por qué tantos jóvenes se van allí?
Para mí fue difícil, no creas. Ya tenía 20 años, ya sabía lo complicado que era el mundo del tenis y de alguna manera me apartaba de esa progresión de futures, challengers y torneos ATP. Tenía dudas, pero fue una gran experiencia y ahora, ya de vuelta a Mallorca, vuelvo a intentar subir en el circuito. Si volviera atrás me iría incluso antes, a los 18 años. Ahora sé que el tenis tiene más caminos.

Sinner vence, felicita a Alcaraz por el número uno y reclama cambios en la Davis: “Así es difícil que los mejores participen”

Actualizado Viernes, 14 noviembre 2025 - 23:07

Jannik Sinner ya estaba clasificado como primero de su grupo para las semifinales de las ATP Finals, pero el partido aún repartía puntos y el hambre del italiano sigue siendo insaciable. Ante Ben Shelton venció por 6-3 y 7-6(3) con la clara sensación de que, de haberlo necesitado, habría ganado más rápido y con más contundencia.

«¡Bravo!», le gritó a Carlos Alcaraz antes del partido, justo después de la ceremonia de entrega del trofeo de número uno del año, y luego le dedicó unas bonitas palabras: «Si tuviese que elegir a otro jugador para acabar número uno en lugar de mí, siempre le elegiría a él; se lo merece». Sinner también reconoció su sana envidia: «Estoy feliz por él, pero si me preguntas si estoy muy, muy feliz, te mentiría. Ha tenido una temporada increíble: ha ganado dos Grand Slams, ocho torneos. Está jugando a un gran nivel y es competitivo en cualquier superficie».

Para Sinner, el número uno de Alcaraz es una motivación de cara al próximo año, y así lo expresó antes de entrar en una de las polémicas más comentadas estos días en Turín.

Tras conquistar dos Copas Davis consecutivas, Sinner ya anunció hace semanas que no estaría en la cita de la próxima semana en Bolonia, y su compañero Lorenzo Musetti hizo lo propio este jueves. Italia buscará su tercera corona con un equipo igualmente competitivo —Matteo Berrettini, Lorenzo Sonego, Flavio Cobolli, Andrea Vavassori y Simone Bolelli—, pero las ausencias, especialmente la de Musetti, han recibido numerosas críticas en el país.

«Veo más factible que la Copa Davis se juegue cada dos años, porque es difícil que los mejores participen cada temporada», reflexionó Sinner este viernes, en la misma línea que Alcaraz o Zverev. Como ya ocurría antes del cambio de formato, la Davis vuelve a convertirse en una incomodidad para los mejores tenistas, que deben defender a sus países en uno de los momentos más exigentes del año: finales de noviembre, en pleno cierre de temporada.

En este contexto, el debate sobre el calendario vuelve a cobrar fuerza. Los jugadores reclaman una mayor coordinación entre torneos, federaciones y organismos para evitar la saturación de finales de año, cuando el desgaste físico y mental es más evidente. La Davis, símbolo histórico del tenis por equipos, se encuentra así en una encrucijada: mantener su prestigio sin comprometer la salud y la disponibilidad de los mejores. La próxima edición podría ser decisiva para definir si el torneo necesita un nuevo ajuste o una reforma profunda para recuperar la presencia de las grandes estrellas.

Auger-Aliassime será el rival de Alcaraz tras derrotar a un frágil Zverev

Actualizado Viernes, 14 noviembre 2025 - 23:01

Alexander Zverev arrastra un problema de confianza. A sus 28 años sigue siendo un tenista capaz de ganar un Grand Slam: mantiene la derecha, el revés, el servicio, la movilidad e incluso la inteligencia táctica; todavía tiene mucho a su favor, pero está siempre a punto de romperse. Carlos Alcaraz y, especialmente, Jannik Sinner —que le ha derrotado cuatro veces este año— le han robado la esperanza y transita por la pista sin creer que puede. Si le dicen que va a ganar un torneo grande, mira para otro lado. Su juego le mantiene en las grandes citas, pero cuando llegan los momentos decisivos se deshace.

El pasado miércoles ya le ocurrió ante Sinner: tuvo siete opciones de break, pero no se creyó ninguna y cayó en dos sets. Y ayer le pasó lo mismo ante Félix Auger-Aliassime. Disfrutó de oportunidades para la ruptura, en este caso cuatro, y falló en todas para perder por 6-4 y 7-6(4) en dos horas de juego. En los últimos puntos el alemán se desesperaba, gritaba, como ya había hecho en otros tramos del partido: de nada le sirvió.

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En semifinales, así, el rival de Alcaraz será Auger-Aliassime, un adversario complicado. Los precedentes sirven para lo que sirven: el español ganó en los últimos cuatro enfrentamientos, pero el canadiense se impuso antes en los dos únicos partidos disputados en las condiciones actuales, es decir, en pista dura bajo techo. En todo caso, es información no muy útil.

Auger-Aliassime fue un jugador tanto o más delicado que el actual Zverev, y ya no lo es. Esta temporada, el ex pupilo de Toni Nadal ha encontrado la continuidad que le faltó en otros cursos. En el pasado US Open alcanzó las semifinales, donde llegó a arrebatarle un set a Sinner, y también le peleó al italiano la final del pasado Masters 1000 de París. Alcaraz es favorito, pero Auger-Aliassime se presenta con la tranquilidad de quien ya lo ha hecho todo este año, todo en el presente torneo.

De hecho, pase lo que pase, el próximo lunes ascenderá hasta el número cinco del ranking ATP, su mejor posición de siempre, sólo por detrás de los grandes dominadores: el endeble Zverev y Novak Djokovic. Puede ser incluso el nuevo líder de la generación perdida que intenta plantar cara al nuevo Big Two.

La celebración de Alcaraz, los abucheos en Italia y la zancadilla si llega a la final ante Sinner: “Es una desventaja, obviamente”

Actualizado Viernes, 14 noviembre 2025 - 10:25

Turín es ciudad de fútbol. El Inalpi Arena, sede de las ATP Finals, comparte calle con el Estadio Olímpico, la casa del Torino, y en cada partido se pone la alfombra roja a los futbolistas de la Juventus. Este jueves, varios presenciaron cómo Carlos Alcaraz se adueñaba del número uno del ranking ATP hasta final de año, aunque ninguno de ellos saludó al tenista. Lo hizo en su lugar Alessandro Del Piero, héroe de los héroes. Como en tantos lugares de España, el balón enloquece a los locales y esa pasión la han trasladado estos días al tenis. Ante Lorenzo Musetti, Alcaraz se llevó más de un abucheo, algo rarísimo en su carrera. Si llega a la final del domingo y se enfrenta a Jannik Sinner, el ruido se multiplicará.

"Teniendo a jugadores como Lorenzo y Jannik, van a ir de su lado, es normal. Intento estar concentrado, que no me afecte y, de momento, lo he conseguido. Tengo que evadirme para acabar bien el torneo", comentaba el español a pregunta de EL MUNDO, siempre conciliador. De hecho, se despidió de la afición con un nada irónico "¡Grazie!".

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En realidad, nada podía empañar el entusiasmo del mejor tenista del año por ser precisamente eso: el mejor tenista del año. "Está siendo una temporada magnífica. La consistencia siempre ha sido mi punto débil, es algo en lo que he trabajado mucho y este año he demostrado que puedo tenerla", aseguraba quien se notaba liberado de un peso. Lo admitió hace meses y lo volvió a repetir este jueves. Durante la sanción de Sinner, la misión de recuperar el liderato de la lista mundial se le hizo bola y necesitó trabajo psicológico para llegar hasta donde ha llegado.

"Mi comienzo de año no fue el mejor, pero después he encadenado muy buenos meses. Ahora siento que puedo competir aunque no me encuentre bien y eso es una gran mejora. Juego a buen nivel e intento encontrar soluciones pase lo que pase", se felicitaba Alcaraz, dueño de cada vez más récords.

Sus datos en este 2025 parecen indiscutibles; si acaso, como reconocía, para mejorar el curso que viene le queda empezar con otro pie. Lleva 70 victorias por solo ocho derrotas en la temporada, pero es que, si se cuenta solo a partir de abril, su balance es de 55 triunfos en 59 partidos. En todo el año: dos Grand Slam, tres Masters 1000 y tres ATP 500 para cerrar su dominio. Este viernes, a las 14.00 horas, justo antes del intrascendente encuentro entre Sinner y Ben Shelton, Alcaraz levantará el trofeo que le acredita como ATP year-end number 1, un copón que ya pudo tocar en 2022.

Una celebración tímida

Este jueves, después de su encuentro ante Musetti, se concedió un rato extra de charla con su familia y amigos como celebración, pero poco más. Desde que salió de la pista, se centró en su rutina de recuperación, con su bicicleta estática y su masaje, y tras atender a la prensa abandonó el Inalpi Arena, ya a la una de la madrugada, rumbo a su hotel, el céntrico Principi di Piemonte. "No he podido celebrarlo mucho, pero ya habrá tiempo. Tengo que hacer todo lo que esté en mi mano para poder estar fresco en los partidos que quedan", subrayaba quien contará con una desventaja si alcanza la hipotética final.

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La organización ha programado su semifinal del sábado a las 20.30 horas, por lo que se plantará en la lucha por las ATP Finals con menos horas de sueño de las deseadas. La semifinal entre Sinner y Alex de Miñaur, en cambio, será a las 14.00 horas y el vencedor podrá esperar rival desde la misma cama de su hotel. "Es una desventaja, obviamente. Cuanto menos tiempo de recuperación, peor. No es lo mismo irte a la cama a las 11 de la noche que a las dos o las tres de la madrugada. Pero es lo que es y debo adaptarme", asumió Alcaraz, que también entró en el debate vivo en Italia sobre la Copa Davis.

Tanto Sinner como Musetti han renunciado a jugar la semana próxima y eso ha hecho que en el país, vigente campeón y organizador de las Finales a 8, se avive un interrogante que hace tiempo existe en el tenis: ¿qué hacer con la Davis? Pese a su reestructuración, la competición sigue sin atraer a los mejores jugadores y quizá la solución pase por no jugar cada año. A Alcaraz le preguntaron, pero reconoció que él tampoco tiene el remedio: "Para mí es un torneo muy importante porque no juegas para ti, juegas para tu país, y eso es algo totalmente distinto, es un privilegio. Pero estoy de acuerdo en que algo hay que hacer, quizá jugar cada dos o cada tres años para que los jugadores se comprometan más".

El 2025 es suyo: Alcaraz desconecta a Musetti y se asegura el número uno del año

Actualizado Jueves, 13 noviembre 2025 - 22:36

Un año, un tenista. Carlos Alcaraz vive de ambiciones históricas, como el recuento de Grand Slam, pero no escapa del simbolismo de acabar una temporada en el número uno del ranking ATP. Este 2025 es suyo, ya lo es. Fue el mejor en determinados momentos -la remontada de Roland Garros, el dominio en el US Open-, pero también fue el mejor en general. Más de una vez proclamó que la lista mundial y sus puntos no le importaban, pero sólo apartaba tanta exigencia. Es un éxito importante. Un éxito reivindicativo.

Hasta ahora le sobrevolaba una crítica a su regularidad: un genio intermitente, el asombro que no dura. Pero este curso ha acabado con la misma. Después de derrotar a Lorenzo Musetti por 6-4 y 6-1 en el último partido de la fase de grupos de las ATP Finals, Alcaraz se aseguró acabar el año en lo más alto del ranking mundial y confirmó su camino como leyenda. Si llega o no llega a las cifras de quienes le precedieron, ya no se podrá decir que fue por inconsistencia.

Antes sólo una vez había cerrado una temporada como número uno, y fue muy distinto. Fue el 2022 del descubrimiento. Era un adolescente impactando al mundo. Ahora este 2025 es otra cosa. Sigue siendo joven, por supuesto, pero ya no es una promesa: es quien manda. Sólo su histórica rivalidad con Jannik Sinner puede poner un asterisco: el italiano faltó tres meses -aunque lo hizo por dopaje-. En todo caso, esa duda también tiene solución

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Este domingo, Alcaraz y Sinner podrían enfrentarse en la final de las finales y, con todo a favor para el italiano -la pista y el público-, una victoria del español sería definitiva este curso. Antes, ambos deberán pasar las semifinales, pero... ¿quién puede derrotarles? El sábado, Sinner se medirá a Alex De Miñaur, su víctima preferida -el balance entre ambos es 12-0-, y Alcaraz, al vencedor del duelo entre Alexander Zverev y Félix Auger-Aliassime. En otras circunstancias los dos serían adversarios considerables en una superficie dura bajo techo, pero en este torneo, el número uno es realmente el número uno.

El público italiano, muy en contra

«Esto significa un mundo para mí. Si soy sincero, al principio de año me parecía un objetivo muy difícil, muy lejano, pero conforme avanzaba la temporada lo veía más cerca. Torneo a torneo me acerqué a Jannik en el ranking y al final he podido conseguirlo. Estoy muy orgulloso de mí mismo y de mi equipo», comentaba tras el partido Alcaraz, que este viernes recibirá el trofeo que le acredita como el triunfador del curso. Ante Musetti no dejó duda de que lo era.

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Aunque los nervios le agarrotaron, en los instantes clave supo abalanzarse sobre el triunfo como debía. En el primer set, en la primera media hora, sumó más errores de los deseados, pero se centró en mantener su servicio frente a un rival que hizo más cosas de lo habitual. Musetti corrió más, atizó más con su derecha, subió más a la red; en definitiva, buscó el éxito.

Tampoco le funcionó. Alcaraz estaba decidido a clausurar el ranking ATP del año y aprovechó sus debilidades. Ninguno de los dos había disfrutado de oportunidades de break cuando, con 5-4 en el marcador, el español se agigantó en la pista para hacerse con el primer set y, en realidad, con todo el partido. Incluso se pudo permitir el lujo de fallar una bola de set: resolvió con la segunda. Al acabar el encuentro, su celebración enrabietada guardaba la tensión por su lucha con Sinner en la lista mundial y, al mismo tiempo, la incomodidad sufrida durante el partido.

Pocas veces se vio Alcaraz en una situación así; pocas veces existió algo parecido en la historia de las frías ATP Finals: el público estaba encendido en su contra. En el calentamiento de la tarde ya escuchó tímidos silbidos, un leve abucheo, pero durante el partido la afición italiana se volcó en todo momento con Musetti y no dudó en abroncar al español cuando tuvo oportunidad. Celebraba sus errores tanto o más que los aciertos del italiano. «Lorenzo, Lorenzo, Lorenzo», y así hasta el último punto. No era grave -podía recordar el último Masters 1000 de Roma, cuando derrotó a Sinner en un ambiente similar-, pero era extraño. En todo caso, tampoco cambió nada: este 2025 es, de todas todas, de Alcaraz.

Sinner se zafa de Zverev para llegar a semifinales en Turín

Sinner se zafa de Zverev para llegar a semifinales en Turín

Había argumentos contundentes para vislumbrar una victoria de Jannik Sinner ante Alexander Zverev en la segunda jornada del Grupo Bjorn Borg, que se disputó este miércoles en Turín. El italiano, defensor del título, venía de conseguir ante Felix Auger-Aliassime su vigésimoséptimo triunfo consecutivo bajo techo, donde no cede desde que perdió ante Novak Djokovic la final de estas ATP Finals en 2023. En este mismo escenario, la secuencia era de 12 sets seguidos desde que el año pasado se convirtió en el primer jugador en ganar el torneo sin ceder un parcial.

El estrecho 5-4 favorable a Sinner en el cara a cara entre ambos quedaba relativizado por el marcador más próximo: victoria del transalpino por 6-0 y 6-1 en semifinales del Masters 1000 de Paris-Bercy, y por los que le precedieron este mismo año, recientemente en la final de Viena y al comienzo del curso en la del Abierto de Australia.

El alemán, campeón del torneo en 2018 y 2021, volvió a caer, por tercera vez en los últimos 17 días, ante el hombre que gracias a su triunfo se convirtió en el primer semifinalista del torneo. Sinner venció por 6-4 y 6-3, en una hora y 37 minutos, ratificando su autoridad. Tuvo sus opciones de abrir la confrontación Zverev, pero no fue capaz de convertir ninguna de sus siete posibilidades de ruptura.

Otra variante más

A la solidez que le distingue, agregó el también ganador de Wimbledon en este 2025 una variante poco frecuentada en su juego. Se aventuró, casi siempre con éxito, en la utilización de la dejada, tal vez estimulado por la reactualización del golpe que ha llevado a cabo Carlos Alcaraz desde su estallido en el circuito.

Sinner sostiene así su candidatura a terminar el año como número 1 del mundo, si bien éstas fenecerán en la noche del jueves si Alcaraz gana a su compatriota Lorenzo Musetti y suma su tercera victoria en la fase de grupos.

Zverev sigue vivo y se jugará plaza en semifinales ante Auger-Aliassime, que venció en el otro partido del miércoles al debutante Ben Shelton (4-6, 7-6 [7], 7-5). Al igual que le sucediese en su primer encuentro, el estadounidense volvió a emitir síntomas de bisoñez y dejó escapar un triunfo que tuvo muy cerca.

Alcaraz, una pedida de mano, la broma interna en catalán y algo en lo que no pensar: "Obviamente va a ser muy importante para mí"

Alcaraz, una pedida de mano, la broma interna en catalán y algo en lo que no pensar: “Obviamente va a ser muy importante para mí”

Cada cual decidirá si fue hermoso o fue cutre, pero durante un descanso del partido entre Carlos Alcaraz y Taylor Fritz, un hombre se levantó de su asiento en el Inalpi Arena de Turín, sacó un anillo del bolsillo de su chaqueta beige, se arrodilló sobre la rodilla derecha y le pidió matrimonio a su pareja. Ella respondió que sí -en este caso, «sì»- y se colocó la sortija en el dedo. Fue una sorpresa para ella, una de las dos que se vivieron este martes.

Nadie en el público esperaba la velocidad que demostró Fritz. De repente, un tenista distinto, ágil, un gigante de dos metros capaz de llegar a todas las bolas; en baloncesto le llamarían un unicornio. En sus enfrentamientos anteriores, Alcaraz siempre le había derrotado mareándolo, moviéndolo de un lado a otro de la pista, castigándolo con dejadas; pero esta vez no bastó. Ante su rapidez, el español tuvo que dar un paso atrás, resistir, defender. Finalmente, ganó por 6-7(2), 7-5 y 6-3 en casi tres horas de partido, se clasificó virtualmente para las semifinales de las ATP Finals y se acercó al objetivo de acabar el año como número uno del ránking mundial. Le bastará con derrotar a Lorenzo Musetti el jueves para confirmarlo.

«Intento no pensar en ello. Obviamente va a ser un partido muy importante para mí. Pero intentaré que los nervios no me jueguen una mala pasada. Intentaré controlar las emociones, controlarme. Hoy [por su partido ante Fritz] lo he pensado un poquito al principio, por eso no me he sentido tan bien como [en el debut el domingo] ante De Miñaur. He llegado a pensar que se me escapaba el número uno. Después he tenido que ver qué cambiar para darle la vuelta al partido», comentó Alcaraz, con sentimientos encontrados ante el hito que tiene ya tan cerca. Superar a Jannik Sinner al final del año, incluso teniendo en cuenta la sanción de tres meses del italiano, será una muestra de madurez. Quien crea que no es un tenista regular -una duda que él mismo ha confesado- se quedará sin argumentos. «El número uno es algo a lo que hay que darle mucho valor. Estoy peleándolo con Jannik, que es muchísimo más consistente», reconocía este martes, aunque sabe que la presión por mantenerse en lo más alto es enorme.

La broma de Samuel López

Durante la ausencia de Sinner en primavera, Alcaraz ya sufrió el peso del ránking con derrotas tempranas en el ATP 500 de Doha o el Masters 1000 de Miami, y podría ocurrirle lo mismo a comienzos de la próxima temporada, especialmente en el Abierto de Australia, el único Grand Slam que le falta. Por eso, cada vez que le preguntan por el número uno, el español prefiere hablar del tenis: del juego, de los golpes, de la técnica, de la táctica... en definitiva, de lo que sucede dentro de la pista.

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Y este martes, por ejemplo, había mucho de eso de lo que hablar. Pese a su victoria esta temporada en el ATP 500 de Tokio, el dominio de las superficies duras bajo techo sigue siendo una tarea pendiente, y ante Fritz descubrió un camino. La teoría dice que en estas pistas debe ser más agresivo que nunca, restar sobre la línea, pegar más duro, pero... ¿y si eso no funciona? En lugar de desesperarse como hizo en el Masters 1000 de Shanghái, aceptó la situación y dio un paso atrás para desafiar al estadounidense: si quería derrotarlo, tendría que hacerlo él, punto a punto, a base de ganadores. Nada de riesgos, solo defensa y más defensa.

«Me he dado cuenta de que, aunque empiece mal, si insisto y tengo buen comportamiento siempre acabo jugando mucho mejor», analizaba Alcaraz, que se reconocía «exhausto» después del esfuerzo realizado. De hecho, al acabar el encuentro, se tomó una hora más de lo habitual para atender a la prensa: su rutina fue más relajada, con más tiempo en la ducha, un rato largo para comer y una extensa charla con su equipo. En estas ATP Finals cuenta con todos sus ayudantes al completo, incluidos sus dos entrenadores, Juan Carlos Ferrero y Samuel López, que normalmente se van turnando. Curiosamente, ante Fritz, López le animaba con unas palabras en catalán, aunque no es su lengua. «Es una cosa que tenemos Samu y yo. Me hace reír y ahí es cuando mejor saco mi tenis», aseguró quien ya está a un paso de cerrar el último objetivo de una temporada de ensueño.

Lunes trágico en Turín: mueren dos espectadores durante las finales de la ATP

Lunes trágico en Turín: mueren dos espectadores durante las finales de la ATP

Actualizado Martes, 11 noviembre 2025 - 09:31

Dos hombres, de 70 y 78 años, han muerto este lunes en dos episodios independientes en las inmediaciones del Inalpi Arena, recinto que acoge las Finales ATP de Turín.

Ambos fueron trasladados al hospital tras la rápida intervención de las emergencias sanitarias, pero perdieron la vida poco después de su ingreso, según desvelaron los medios italianos.

El primero de los fallecidos fue el hombre de 70 años, que sufrió un ataque cardíaco en la zona de aficionados, muy cerca del recinto en el que se disputan los partidos.

La segunda víctima fue un hombre de 78 años que sufrió un colapso en la grada durante el partido que enfrentó al italiano Lorenzo Musetti y al estadounidense Taylor Fritz.

Los episodios no están relacionados y no afectaron al desarrollo del programa del torneo.

Alcaraz, la sonrisa recobrada, un futbolista de visita y sinceridad con Djokovic: «No voy a mentir, prefiero a Lorenzo»

Alcaraz, la sonrisa recobrada, un futbolista de visita y sinceridad con Djokovic: «No voy a mentir, prefiero a Lorenzo»

Hace un año, Carlos Alcaraz transitaba cansado de todo, incluso triste, por el mismo pabellón, el Inalpi Arena de Turín. Antes incluso de su eliminación en la fase de grupos de las ATP Finals, las entrevistas televisivas se le hacían larguísimas y las ruedas de prensa suponían un martirio. Esta temporada es otro. O, mejor dicho, esta temporada es él. El escenario es idéntico, también es noviembre, pero estos días en el norte de Italia luce la sonrisa de siempre, el ánimo que le caracteriza, lo que los ingleses llaman mood.

«Cuando juega con este mood es realmente difícil estar a la altura. Cuando está tan alegre juega a su máximo nivel, utiliza todas sus armas, puede crear un golpe ganador desde cualquier lugar de la pista», proclamaba este domingo su primera víctima en el torneo, Álex de Miñaur. Por primera vez en toda su carrera, Alcaraz se estrenó en una Copa de Maestros con una victoria, ante el australiano, por 7-6(5) y 6-2 en una hora y 40 minutos de juego. Más allá de su tenis, con un afinadísimo revés y una derecha discordante, quedó en evidencia su alegría. Llega feliz, muy feliz.

«Ha sido un proceso. Este año he aprendido a darme cuenta de lo que necesito para estar motivado en los últimos meses, sobre todo fuera de la pista. La temporada es muy larga y es normal que haya cansancio físico, pero esta vez he tenido más tiempo de descanso entre torneos, he estado más días en casa, y eso me ha ayudado a mantenerme fresco. Realmente quiero ganar este torneo por primera vez y vengo con buenas sensaciones», contaba después de la victoria con tanta energía que se abalanzaba sobre un dilema. ¿Ganar las ATP Finals o ganar la Copa Davis, el otro torneo que queda por jugar este curso? Nada de elegir: mejor ganarlo todo.

MARCO BERTORELLOAFP

«¿Por qué elegir? Quiero hacerlo bien aquí y después en la Copa Davis. Realmente quiero pelear por los dos títulos este año», proclamaba después de pasar unos minutos por la bicicleta estática, como siempre, y de atender una de las obligaciones habituales en Turín: después de cada partido, toca saludar a un jugador de la Juventus. Este domingo fue Arkadiusz Milik.

El revés, la mejor arma

La derrota en la primera ronda del Masters 1000 de París ya es pasado, más aún en Turín, donde la pista rápida es realmente rápida y tanta velocidad le permite hacer más daño. Ante De Miñaur demostró que le sobra confianza; no hay adversario más resistente. En el primer set le remontó un 4-1 y 0-40 a favor y, en el segundo, peleó hasta el último punto. A base de piernas y actitud, su defensa hizo que Alcaraz empezara a acumular fallos, sobre todo con su derecha, pero en ningún momento se desesperó. Cuando no podía ser por fuerza, era por precisión, y así el español fue desarmando a su adversario.

Con varios golpes muy delicados, especialmente su revés paralelo, el murciano se impuso pese a tener que cruzar por instantes tensos, como el tie-break del primer set, cuando llegó a encontrarse con un 5-3 en contra. «Álex es muy rápido y por eso siempre es difícil jugar contra él: tienes que ganar el punto tres o cuatro veces», valoró Alcaraz, que ahora observa un horizonte claro.

Descansará este lunes, día del debut de Jannik Sinner ante Félix Auger-Aliassime, y el martes se enfrentará al vencedor del duelo entre Taylor Fritz y Lorenzo Musetti. Si el español vence entonces, ya estará clasificado para las semifinales y le quedarán dos partidos, dos oportunidades, para asegurarse matemáticamente el número uno a final de temporada. En principio, en ese tránsito debería encontrarse a Novak Djokovic, pero su renuncia a participar en las ATP Finals lo ha simplificado todo.

«Cuando está Novak en el cuadro, siempre lo hace más difícil, por la experiencia que tiene. El año pasado perdí con él y no jugué mal, pero me pasó por encima. No voy a mentir: prefiero enfrentarme a Lorenzo, aunque también viene mostrando un nivel muy alto», confesó Alcaraz en las entrañas del Inalpi Arena de Turín, donde hace un año le vieron mustio, superado por las exigencias del tenis, y ahora por fin lo disfrutan en todo su esplendor.

Alcaraz se estrena con autoridad ante De Miñaur en las ATP Finals y se acerca al número uno

Alcaraz se estrena con autoridad ante De Miñaur en las ATP Finals y se acerca al número uno

Álex de Miñaur es un tenista con una mentalidad asombrosa. En los partidos pasa por momentos desesperantes, instantes crueles, y no mueve ni una ceja. Sigue a lo suyo, nunca se queja. No solo mantiene el tipo, también mantiene el tenis. Por eso este domingo era un adversario complicado para Carlos Alcaraz. En su debut en las ATP Finals de Turín, el español venció al australiano en dos sets (7-6 [5], 6-2) y demostró que le sobra confianza. ¿Ganar el torneo? Claro. ¿Recuperar el número uno? Por supuesto.

Con el recuerdo de la derrota en la primera ronda del Masters 1000 de París, Alcaraz podría haber temblado, vacilado, temido... pero no lo hizo. Pese a la resistencia de De Miñaur, sumó su primera victoria en una hora y 40 minutos de juego y ahora seguramente le bastará con un triunfo más —ante Taylor Fritz o ante Lorenzo Musetti— para clasificarse para semifinales. Su vuelta a la cima del ranking ATP, cada vez más cerca.

El juego del australiano encaja a la perfección con las virtudes de Alcaraz —de ahí que siempre le haya vencido—, pero no así su estoicismo. Ante alguien así, las dudas de los últimos tiempos podrían haberse multiplicado. Más aún teniendo en cuenta el desarrollo del partido.

Trabajo previo

El español apareció en la pista del Inalpi Arena con seguridad, listo para finiquitar pronto el duelo. Se notaba el trabajo psicológico previo: duro desde el primer punto. Pero De Miñaur estaba dispuesto a resistir cualquier cosa. Con 4-1 y 0-40 en contra, la mayoría de rivales le habrían concedido a Alcaraz el primer set, si no el encuentro entero. Pero el australiano levantó las tres bolas de break, remontó la desventaja y llevó el parcial hasta el tie-break. A base de piernas y actitud, su defensa hizo que Alcaraz empezara a acumular fallos, sobre todo con su derecha.

No era el desastre de París, pero en el box del actual número dos del mundo se notaban los nervios. En la muerte súbita, de hecho, De Miñaur llegó a mandar por 5-3, y tuvo que ser entonces Alcaraz quien mostrara entereza. Su recuperación para llevarse el primer set lo lanzó hacia el triunfo, aunque no fue gracias a recuperar su drive, a pegar golpetazos ni a imponer su fuerza. Fue gracias a su precisión.

Con varios golpes muy delicados, especialmente su revés paralelo, el español fue desarmando a su adversario, aunque este nunca se rindió. Incluso en ese segundo set, con 5-2 en contra, De Miñaur siguió buscando una resurrección que ya era imposible. A la espera de lo que ocurre en el duelo entre Fritz y Musetti, Alcaraz ya tiene el camino marcado para acabar el año con una alegría, por fin, de una vez.