Alcaraz resiste contra el viento y ya está en semifinales del Masters 1000 de Roma

Alcaraz resiste contra el viento y ya está en semifinales del Masters 1000 de Roma

Quedan peligros, pero el Masters 1000 de Roma empieza a preparar una final entre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner el próximo domingo, la primera entre ambos sobre tierra batida desde que eran unos críos. Si el italiano -que este jueves se enfrentará en cuartos de final a Casper Ruud- ha regresado de su sanción en excelente estado de forma, el español está también preparado. Este miércoles se aseguró su pase a semifinales al vencer a Jack Draper por 6-4 y 6-4 en una hora y 37 minutos en un encuentro incómodo por varios motivos.

En primer lugar por el viento de tormenta que azotó el Campo Centrale del Foro Itálico desde el calentamiento. Y en segundo por la estrategia de su adversario, siempre molesta, monótona e incluso aburrida.

Pese a su juventud, Alcaraz conoce las amenazas que el circuito le guarda; adversarios que le pueden acabar de estropear un mal día. Todos tienen el mismo perfil y Jack Draper es paradigma. Un saque de los que conceden pocas oportunidades, golpes potentes desde el fondo de la pista y, en este caso un cambio de mano, pues es zurdo. En los enfrentamientos anteriores, como en las semifinales del último Masters 1000 de Indian Wells, el británico ya le había amargado obligándole a jugar siempre de revés, todo el rato de revés, y por eso Alcaraz salió a la pista con toda la seriedad del mundo.

FILIPPO MONTEFORTEAFP

"¡Va, anímate!", le pedía su entrenador, Juan Carlos Ferrero, en el primer set, pero en realidad no estaba apagado: estaba concentrado.

La pelea en el segundo set

Necesitaba estudiar las condiciones, el viento y la imposibilidad de dominar con su derecha. El margen era estrecho, dibujaba un plan. Con los primeros errores -incluida una doble falta- concedió un break y se descubrió por debajo en el marcador (2-4), pero a partir de ahí todo cambió. En cuanto Draper empezó a fallar sus primeros servicios, Alcaraz entró en la pista y la hizo suya. A base de piernas desmontó el tenis de su rival y luego pudo gustarse, bailando sobre el vendaval, aprovechando el aire para sus dejadas.

Con tres roturas consecutivas del servicio del británico, no sólo giró el primer set (6-4), también arrancó el segundo set con ventaja. Pero entonces le tocó tirar de oficio. El orgullo de Draper le devolvió el break y a partir de entonces padecía en cada servicio. Un dato: en ese periodo, el británico realizó 22 saques y el español, 51. Hubo que resistir, resistir y resistir -incluso salvar tres bolas de rotura- hasta que con 4-4 se abalanzó sobre Draper y se hizo con el triunfo.

Alcaraz cede un set en Roma ante Khachanov en su camino hasta cuartos

Alcaraz cede un set en Roma ante Khachanov en su camino hasta cuartos

Actualizado Martes, 13 mayo 2025 - 13:54

Carlos Alcaraz, número 3 del mundo, doblegó este martes la potencia del ruso Karen Khachanov, al que apartó en los octavos de final del Masters 1.000 de Roma en tres sets (6-3, 3-6 y 7-5) para citarse en los cuartos de final con el británico Jack Draper, reciente finalista en Madrid.

Fue la quinta vez que Alcaraz se cruzó con Khachanov en su carrera, la primera en tierra batida italiana. La única en la que encajó un set. Un pleno ante un jugador contra el que, pese a su potente derecha, le gusta jugar: "Será un partido complicado, pero me gusta jugar contra Khachanov porque es un jugador que te da mucho ritmo", dijo tras su victoria en la anterior ronda.

Fue un partido duro. Acabó algo mermado físicamente tras dos horas y media de duelo. Pero resistió en el momento clave y asestó el golpe decisivo justo a tiempo.

En los dieciseisavos, al murciano le costó coger ritmo, algo condicionado por la humedad de la noche romana, que impidió que la potencia de sus golpes tuvieran el efecto e impacto deseado en pista. Ante Khachanov, en estos octavos, saltó a pista en el primer turno, con sol y calor. Y, aunque tampoco fue un inicio fácil, estuvo ligeramente más cómodo.

Le costó, eso sí, volver a entrar en el partido. De hecho, cedió su saque en el primer juego. Y le tocó remar cuando el marcador se puso 1-3 en su contra. Fue ese su peor momento. Algunas dudas, algunas miradas al banquillo e incluso alguna curiosa de reojo al marcador digital de la pista central del Foro Itálico cuando Khachanov sacó a pasear su martillo.

Se quedó solo en eso, en unas dudas que disipó sin problema. Con tesón, con concentración, con buenos movimientos que confirman su mejoría física pese a que porte esa manga negra en su pierna derecha, que llevará todo el torneo, consiguió darle la vuelta por todo lo alto. Cinco juegos seguidos, dos 'breaks' y sentencia del primer envite en la primera oportunidad que tuvo, tras 40 minutos de choque.

La igualdad reinó también en la segunda manga. Khachanov sobrepasó los 200 kilómetros por hora en sus saques, pero Alcaraz restó con solidez, con inteligencia, moviendo el máximo posible a un jugador tan alto como el ruso, de casi 2 metros. Intentó que las respuestas no le llegaran a la altura de la cintura, donde más peligroso era su víctima.

Hasta que, tras cuatro juegos, el murciano encontró el 'break' en un juego en el que llegó a ir 40-15 abajo. Hizo cuatro puntos seguidos, a cada cual mejor, celebró con el puño la rotura hacia su banquillo y oteó los cuartos de final. Se sintió liberado. Se lució con una de sus habituales dejadas. La dejó muerta, imposible para Khachanov. Y con un revés paralelo levantó a la grada.

Desconexión

Pareció que lo tenía en su mano. Pero, de repente, se desconectó. Perdió el control del partido de un momento a otro. Khachanov hizo 4 juegos seguidos. Renació el ruso, ganador de su primer set contra Alcaraz, obligado entonces a la reacción tras encajar su primera manga en todo el torneo.

Ganó su primer saque, rozó el 'break' en el de Khachanov y sobrevivió en el suyo con dos bolas salvadas. Con 2-1 a su favor, se generó 3 bolas para romper, pero Khchanov no se amedrentó y consiguió empatar a 40. Ahí, Carlos, en lugar de echarse atrás, fue donde demostró personalidad. Aguantó el chaparrón, gestionó bien sus derechas y acabó ganando el juego para el 3-1, 'break' que confirmó poco después con su servicio.

Tres juegos de ventaja que no le sirvieron para estar tranquilo. Porque Khachanov no se rindió. Volvió a la carga e igualó de nuevo el caótico partido, tenso hasta el final. A Alcaraz le fallaron un poco las fuerzas en los últimos juegos. Pero se las apañó para romper en el momento decisivo. Un buen mate. Una derecha cruzada al ángulo. Una dejada y un globo en el mismo punto. Y el intercambio final que acabó con el revés de Khachanov en la red.

Lo celebró liberado Alcaraz, que en los cuartos de final se enfrentará al británico Jack Draper, número 5 y reciente finalista en Madrid que ganó en su duelo al francés Cornetin Moutet, número 83 del mundo.

García Cenzano o cómo abrirse paso en el tenis trabajando de sparring: "He estado dos horas imitando a Federer"

García Cenzano o cómo abrirse paso en el tenis trabajando de sparring: “He estado dos horas imitando a Federer”

Cuántos se estrellaron antes que él por la mentira de que si quieres, puedes. A veces quieres y no puedes. Y no pasa nada. De hecho, reconocerlo puede ser lo mejor que te pase en la vida.

Alejandro García Cenzano quería ser tenista profesional. A los 12 años dejó el fútbol para centrarse en la raqueta, empezó a echarle horas en su club, el Club de Tenis Chamartín de Madrid y a los 17 estaba donde debía estar: jugando torneos Futures. En Portugal, por ejemplo, se enfrentó a Carlos Taberner, coetáneo suyo, hoy el 139 del mundo, eliminado el viernes en segunda ronda del Masters 1000 de Roma. Durante tres años, entre 2014 y 2016, peleó todo lo que pudo en numerosos torneos, pero nunca pasó de tercera ronda. Al final aceptó sus limitaciones.

«Me costaba muchísimo ganar partidos, veía el nivel del resto y sabía que no iba a llegar a ser profesional», reconoce quien entonces, antes de cumplir los 20, trazó un plan. No sería jugador, sería entrenador y aquí viene lo extraño. En los banquillos del circuito sólo hay ex tenistas o preparadores de larga trayectoria y él no era ni una cosa ni la otra. Necesitaba estar en los torneos, aprender y darse a conocer así que decidió empezar desde abajo: durante varias temporadas, García Cercano fue sparring. Iba a un Grand Slam o un Masters 1000 y se ofrecía como ayudante en los entrenamientos de los tenistas, como un rival simulado.

Nadal daba el 100% incluso peloteando

¿En qué consistía ese trabajo?
Iba a los campos de entrenamiento, la organización me decía con qué jugadores me tocaba ese día y les ofrecía mi ayuda. Lo normal era que me pidieran que imitara el juego de su próximo rival. He hecho sesiones de dos horas de revés cortado emulando a Roger Federer o golpeando con altura como Rafa Nadal. Recuerdo que cuando alguna tenista se enfrentaba a Monica Nicolescu me pedían que cortara la derecha, que es algo raro.
¿Cómo empezaste?
En un Mutua Madrid Open. Había sido recogepelotas del torneo, me ofrecieron ser sparring y vi que era una puerta de entrada perfecta al tenis profesional. Había estudiado para ser entrenador, incluso para ser árbitro, pero nadie me conocía. Haciendo de sparring podía aprender y, al mismo tiempo, darme a conocer. Por eso empecé a viajar a torneos por el mundo. Mi primera gira fue en Estados Unidos y México en 2017 y en allí, en el Masters 1000 de Cincinnati, ya pude entrenar con Rafa. Fue una experiencia que nunca olvidaré. Era alucinante cómo daba el 100%, aunque sólo estuviera peloteando.
¿Le pagaban?
En la mayoría de torneos no pagan. De hecho yo era el único que viajaba porque normalmente se tira de voluntarios locales. Algunos organizadores me ayudaban con el hotel o los gastos, pero la mayoría de veces me lo montaba con lo que ganaba entrenando a niños en mi club, el Chamartín, y alquilando algún Airbnb barato. Tenía claro que lo hacía como inversión de futuro. La única remuneración que recibía era cuando algún jugador o alguna jugadora me contrataba como sparring privado para un torneo, una gira o una pretemporada. Eso lo hice con Garbiñe Muguruza, Ons Jabeur o Bianca Andrescu.
Ellas trabajan más con sparrings.
Es lo más normal. Los jugadores suelen entrenar entre ellos o cuentan con algún amigo como sparring, como Carlos Alcaraz, que tiene la ayuda de su hermano Álvaro. Las jugadoras suelen tirar más de sparrings. He trabajado con siete números uno, Wozniacki, Azarenka, Pliskova, Garbiñe, Halep, Barty y Swiatek, y sólo dos número uno, Rafa y Carlos, con el que estuve toda la semana de Indian Wells de 2022. Me queda la espina de Federer. Un año, en Cincinnati, tenía sesión con él, pero luego prefirió entrenar sin sparring.

Su salto a los banquillos

En el pasado Mutua Madrid Open, García Cenzano todavía ejerció como sparring de Alejandro Davidovich, pero lo hizo como ayuda porque en realidad ya no lo necesita. El guion se ha cumplido. Después de muchos entrenamientos como ayudante, de muchos viajes pagados de su bolsillo, la paraguaya Verónica Cepede, que llegó a ser la 73 del ranking WTA, le pidió consejo y estuvo a su lado como entrenador durante cuatro años. Luego vinieron Tamara Zidansek, Peyton Stearns y últimamente Olga Danilovic, la actual número 33 del mundo, a quien acompañó como asistente la pasada temporada.

Ahora trabaja con promesas esperando alguna llamada de una de las mejores del mundo, pero el objetivo ya está cumplido: en el circuito ya le conocen, ya vive del tenis. Entender tus límites puede ser lo mejor que te pase en la vida.

Si no se puede divertir, sólo le queda ganar: Alcaraz ya está en octavos del Masters 1000 de Roma

Si no se puede divertir, sólo le queda ganar: Alcaraz ya está en octavos del Masters 1000 de Roma

Era la pista, que estaba demasiado húmeda, maldita noche de primavera. Era la noche, como aquella canción, y la falta de costumbre de jugar a esas horas. Era la raqueta, o las cuerdas de la raqueta, ni su equipo adivinaba el problema. Era un poco todo y era un poco nada. Carlos Alcaraz sufrió este domingo uno de esos partidos raros en la tercera ronda del Masters 1000 de Roma y, pese a ello, venció por 7-6(2) y 6-2 a Laslo Djere y se clasificó para la ronda siguiente, donde se enfrentará a Karen Kachanov.

Es la condena de su talento. De vez en cuando, el español salta a una pista de tenis, se descubre incómodo y cae en una suerte de desesperanza difícil de entender. No es tanto que pierda, o que haya riesgo de derrota, es que no se divierte y si no se divierte nada tiene sentido. Desaparece esa alegría tan suya y se vuelve gruñón o distraído o todo junto. Pese a ello, lo habitual es que gane, como ocurrió este domingo.

FABIO FRUSTACIEFE

Ante Djere tenía todas las de ganar, de hecho, y sólo tuvo que cumplir. El serbio es el modelo de rival que más le gusta, un notable pegador desde el fondo de la pista; en otras circunstancias hubiera ofrecido espectáculo. Pero esta vez no era la suya y sólo le quedó el triunfo. Acostumbrado a jugar de mediodía, bajo el sol, le costó adaptarse al cambio y tuvo que ponerse a trabajar.

Muchos errores, mucho trabajo

Los cuatro golpes ganadores que acumuló en los primeros puntos fueron un espejismo. Hasta el tie-break del primer set, sumó errores de todos los colores, especialmente con la derecha, aunque también hubo problemas con el revés paralelo e incluso con las dejadas. En el primer set sumó 18 fallos por sólo nueve ‘winners’. Muchas prisas, mucha precipitación. Con 6-5 en el marcador y saque para Djere, si Alcaraz salió ileso fue porque supo serenarse, poner a pelear con largos intercambios y porque en la muerte súbita recuperó la magia, su magia. En los ‘highlights’ aparecerá un ‘passing shot’ suyo cuando ya estaba vencido y sólo podía defenderse. A Djere le temblaron las piernas y, de paso, su potente saque. Ahí se terminó el partido.

Con el serbio doliéndose de ciertas molestias en el brazo derecho, el segundo set fue completamente distinto. Alcaraz, con la comodidad de su ventaja, optó por minimizar el riesgos, y dejar que su adversario fuera quien tuviera que jugársela. Le funcionó. Sin nuevos sustos, cerró su victoria de la manera más rápida posible. Fue uno de esos partidos raros, no se divirtió, pero ya está en octavos del Masters 1000 de Roma.

Los tres meses de sanción de Sinner: prohibido animar a un amigo, su paso por España y el dinero perdido por una exhibición

Los tres meses de sanción de Sinner: prohibido animar a un amigo, su paso por España y el dinero perdido por una exhibición

Durante sus tres meses de sanción, Jannik Sinner hizo dos consultas a su entorno y ambas acabaron con la misma respuesta: no. Cada vez que se le ocurría preguntar un «¿Puedo ir a...?» siempre escuchaba lo mismo de vuelta. En marzo quiso acercarse a la Tirreno Adriático para animar a un amigo, Giulio Ciccone, ciclista del Lidl-Trek, y los suyos le dijeron que se quedara en casa. Y en abril trató de acudir a las Seis Horas de Imola para acompañar a otros dos colegas, Antonio Giovinazzi y Alessandro Pier Guidi, pilotos de resistencia de Ferrari, y también le negaron la visita. Su consuelo fueron unas cuantas salidas en bicicleta con todos ellos por las montañas de Montecarlo, pero siempre lejos de una competición oficial.

Pese a que la Federación Internacional de Tenis (ITF) fue indulgente y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) aceptó un acuerdo ligero, Sinner estaba castigado por dar positivo en una sustancia dopante, con todo lo que ello implica. No sólo no podía participar en ningún torneo de tenis, sino que debía apartarse completamente del deporte. Ni tan siquiera presenciar una prueba como un aficionado más. Existen dudas legales sobre qué hubiera pasado si le hubieran pillado en una carretera al paso del pelotón animando a Ciccone, por ejemplo, pero no tomó ese riesgo.

Durante su inhabilitación, Sinner estuvo la mayor parte del tiempo en su casa, entrenando en el Montecarlo Country Club, que pudo abrirle las puertas porque es tan privado que no está afiliado a ninguna federación. Y durante el Masters 1000 monegasco se marchó a Marbella para seguir trabajando su preparación. Según Marco Panichi, su preparador, en las primeras semanas de parón, el tenista se centró en descansar, acompañado de su familia, y después empezó un plan específico basado en el desarrollo físico para afrontar lo que viene: Roland Garros y Wimbledon.

PIERO CRUCIATTIAFP

Más allá de lo tenístico, Sinner necesita más fondo para encarar duelos como las últimas semifinales en París, cuando cayó ante Carlos Alcaraz. El pasado lunes, en su primer entrenamiento oficial, se le notó tan fino como siempre, pero hay que esperar a que pasen partidos como el de este sábado, su debut en el Masters 1000 de Roma ante Mariano Navone (no antes de las 19.00 horas, Movistar). De momento, en casa, sólo se le ha visto feliz.

De aquel Sinner taciturno del año pasado no queda nada. Con el alivio de haber cerrado su caso por dopaje, el italiano ha repartido fotografías y autógrafos a todos los aficionados, ha entrenado junto a tenistas como Jiri Lehecka o Casper Ruud y ha rechazado el lounge privado dentro del Foro Itálico que la organización suele ofrecer a sus figuras. Ya no debe protegerse de críticas o comentarios.

Su expediente por dopaje ya se ha cerrado y lo ha hecho sin apenas consecuencias. A nivel tenístico, el coste ha sido casi nulo. Después de levantar su segundo Open de Australia, tuvo que renunciar a hasta cuatro Masters 1000 -Indian Wells, Miami, Montecarlo y Madrid-, pero no le supuso demasiado inconveniente. De regreso, no sólo mantiene el número uno del ranking, también guarda ventaja sobre el segundo -1.645 puntos sobre Alexander Zverev- y ninguno de sus rivales ha brillado en su ausencia. Además, a nivel económico, tampoco ha tenido grandes pérdidas.

ALESSANDRO DI MEOEFE

Tuvo que renunciar al MGM Rewards Slam de Las Vegas de marzo, donde hubiera ganado alrededor de 1,5 millones de euros, pero ya está. Con un contrato a muy largo plazo con Nike -150 millones por 10 años- sus patrocinadores de siempre (Gucci, Lavazza, Fastweb, Rolex, Pigna, Intesa Sanpaolo y Panini) no se alteraron por la sanción e incluso en el proceso incorporó tres nuevos: De Cecco, La Roche-Posay y Enervit. El año pasado, mientras ganaba 22,4 millones de euros de premios, ingresaba unos 40 millones más sólo por publicidad.

Alcaraz niega las dudas con un espléndido estreno en Roma

Alcaraz niega las dudas con un espléndido estreno en Roma

Queda por ver cómo Jannik Sinner regresa de su sanción por dopaje y ha aparecido una protección en su muslo derecho, pero Carlos Alcaraz sigue siendo el favorito para el próximo Roland Garros. Tres semanas después de su último partido, la final del Trofeo Conde de Godó, el español reapareció este viernes en la segunda ronda del Masters 1000 de Roma y lo hizo con el posado imperial de las estatuas que rodean el Foro Itálico. La raqueta afilada, la mente en su sitio.

Ante Dusan Lajovic fue el Alcaraz que tiranizó a sus rivales en Montecarlo y en Barcelona hasta que el cuerpo le pidió un descanso; el mismo, sin contrapuestas.

Si la lesión que le obligó a renunciar a jugar en Madrid generaba dudas sobre su candidatura en el Grand Slam parisino, ya parece olvidada. Tan rápido como en los días buenos y más concentrado si cabe, cerró su primera victoria en el torneo italiano por un doble 6-3 en una hora y 22 minutos y avanzó a una tercera ronda en la que se enfrentará al vencedor del duelo entre el joven Alex Michelsen y Laslo Djere.

Hubo un golpe que fue resumen del bueno momento de Alcaraz pese a las recientes molestias: la derecha. Al inicio de la gira en tierra batida, en sus primeros encuentros en Montecarlo, el ahora número tres del ranking mundial falló en exceso, precipitado e inexacto. En Barcelona mejoró mucho hasta recordar al campeón de Roland Garros del año pasado, aunque en en la final hubo errores. Este viernes en Roma, con su derecha hizo y deshizo con su mejor golpe.

Consciente de que era sólo su primer partido, Alcaraz quiso alargar los intercambios -realizó muy pocas dejadas- y eso permitió observar su alta velocidad de bola y cambios de altura de todo tipo. El debut perfecto para alejar la incertidumbre.

Paula Badosa también se retira de Roma por lesión

Paula Badosa también se retira de Roma por lesión

Actualizado Jueves, 8 mayo 2025 - 12:12

Paula Badosa, número 9 del mundo, no participará finalmente en el WTA 1.000 de Roma, en el que se estrenaba este jueves ante la japones Naomi Osaka, por lesión.

"Paula Badosa y Petra Kvitova abandonaron el cuadro por lesión. Badosa será sustituida por la 'lucky loser' Viktorija Golubic, mientras que Ons Jabeur (rival de Kvitova) avanza directamente a tercera ronda", ha informado la organización.

La española tenía previsto entrenar a las 9.00 hora local y decidió que no estaba en condiciones físicas de saltar a la pista para medirse por vez primera a Osaka, antigua número 1 del mundo y campeona de cuatro Grand Slam que poco a poco vuelve a recuperar su nivel.

Badosa se perdió recientemente del torneo de Madrid por una lesión crónica en su espalda, que ahora le impide preparar Roland Garros.

Jannik Sinner, tras cumplir su sanción por dopaje: "No tengo miedo de volver a jugar"

Jannik Sinner, tras cumplir su sanción por dopaje: “No tengo miedo de volver a jugar”

Actualizado Lunes, 5 mayo 2025 - 18:36

El mismo día que se cumplían sus tres meses de sanción por dopaje, Jannik Sinner acaparó todos los focos en el Foro Itálico. El número uno del ránking admitió haberse sentido desorientado por su oscuro caso, resuelto tras un acuerdo en febrero con la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). "Al principio estaba un poco confundido porque no sabía exactamente qué quería hacer. Luego fui a casa y estuve con mi familia. Traté de entender mejor qué era realmente importante para mí", explicó el italiano.

"Sé que mi regreso está generando mucha atención, también fuera de la pista. Sin duda, lo mejor será reencontrarme con el público. Sé también que volverá la presión, que habrá dudas y cuestionamientos sobre mi nivel de juego, pero es normal, no tengo miedo de volver a jugar", confesó el gran dominador del circuito, donde aún cuenta con casi 1700 puntos de ventaja sobre Alexander Zverev y 1.900 ante Carlos Alcaraz.

"Yo sé cuántos sacrificios hice y mi rutina diaria siempre fue entrenar, entrenar, entrenar. Pero en ese momento no tenía nada de eso. Llegué a entender que lo que es importante para mí son las personas a tu lado. Que te dan la fuerza para seguir adelante y continuar sonriendo", añadió durante su presentación en el Abierto de Italia, el último gran torneo en tierra batida antes del comienzo de Roland Garros, el 25 de mayo.

Además de su familia en la región de habla alemana del Alto Adige, Sinner también pasó más tiempo con amigos en su residencia en Mónaco, practicó ciclismo y gradualmente volvió al tenis. "Pasamos alrededor de un mes sin tocar (una raqueta) y luego reiniciamos muy suavemente", comentó. "Cuando empezamos a presionar más, me empezaron a salir ampollas en mis manos. Eso era algo que no había experimentado en mucho tiempo".

"Sé lo que realmente sucedió"

El acuerdo se cristalizó después de que la AMA apelara una decisión de la Agencia Internacional de Integridad del Tenis (ITIA) para exonerar completamente al ídolo transalpino. Finalmente se consideró que lo ocurrido en marzo de 2024 fue una simplemente una contaminación accidental por un esteroide anabólico prohibido.

"No quería hacerlo al principio, y también fue un poco difícil para mí aceptarlo, porque sé lo que realmente sucedió", subrayó el italiano sobre la suspensión. "Pero a veces tenemos que elegir lo mejor en un momento muy malo, y eso es lo que hicimos. Así que ya todo terminó. Estoy feliz de jugar al tenis de nuevo", zanjó en su regreso al torneo de casa, después de no perderse ningún Grand Slam.

Sin embargo, muchos colegas consideran que Sinner, de 23 años, fue tratado con indulgencia. En una entrevista reciente con Time, Serena Williams comentó que ella "habría recibido 20 años" si hubiera estado involucrada en un caso similar. "Seamos honestos. Me habrían quitado Grand Slams", añadió la campeona de 23 majors. "Acabo de llegar hace 45 minutos y aún no he visto a la mayoría de compañeros", justificó el gran protagonista en Roma.

Máxima expectación

Sinner tiene programado ejercitarse en una sesión abierta al público en el Campo Centrale, transmitida en directo por televisón y a la que se acercarán 10.500 espectadores, que agotaron las entradas. Antes de ese entrenamiento, el ganador del US Open 2024 será homenajeado junto a sus compañeros de la Copa Davis y las jugadoras de la Copa Billie Jean King.

El gran rival de Alcaraz no ha jugado un partido desde la final del Open de Australia, donde se impuso a Zverev (6-3, 7-6 [4], 6-3). Con pase directo a la segunda ronda, su partido de apertura en Roma llegará el viernes o el ante el argentino Mariano Navone, 99 del ranking, o su compatriota Federico Cinà, de 18 años.

"Es un torneo de expectativas muy, muy bajas en general para mí", admitió Sinner, que aspira a tomar el relevo de Adriano Panatta, el último italiano en alzar el título en el Foro Itálico (1976).

Ruud vence a Draper en una excelente final y gana en Madrid su primer Masters 1000

Ruud vence a Draper en una excelente final y gana en Madrid su primer Masters 1000

En el tercer juego del tercer set, que se fue por encima de los diez minutos, Casper Ruud creó tres opciones de rotura. Las soluciones esgrimidas por Jack Draper para salir de un serio apuro hablan a las claras de su amplitud de recursos y de su temple en instantes delicados: derecha invertida, saque-red y saque directo. Ardía el partido. Tras desahogarse con su box, el británico reaccionó bien a la pérdida del primer parcial, en el que sacó para hacerlo suyo. El noruego también encajó como correspondía que se escapase el segundo, cuando viajaba con viento de cola.

La combatividad y el acierto de ambos protagonistas gestó una excelente e incierta final del Masters 1000 de Madrid, que pendió de un hilo casi hasta la última pelota. Ganó Ruud, pero a nadie le habría sorprendido que lo hiciese su dignísimo oponente. El noruego sí convirtió la rotura en el quinto juego, botín definitivo hacia el título más importante de su carrera. Ganó por 7-5, 3-6 y 6-4, en dos horas y 29 minutos.

A los 26 años, con tres finales del Grand Slam perdidas y otras dos en torneos de esta jerarquía, renace para conquistar su decimotercer título, decimosegundo en su hábitat natural. Este lunes será séptimo del mundo. Draper, reciente campeón en Indian Wells, ya se había garantizado ingresar en el top 5. Con sólo 23 años, tiene sobrados argumentos para mantenerse en la élite.

Dubitativo inicio

Ruud tropezó de forma inesperada en su segundo turno de servicio. Mal asunto ante un jugador como Draper cometer dos dobles faltas consecutivas y concederle ventaja casi recién iniciado el partido. Lejos de sentirse intimidado en su primer envite por un título sobre esta superficie, Draper hacía lo que bien sabe hacer. Su crecimiento ha sido casi exponencial en pocos meses.

Nada parecía indicar que iba a perder en dos ocasiones consecutivas su servicio, y con ellas el primer set. Buena parte de responsabilidad en lo sucedido la tuvo Ruud, afilado con el saque y a la hora de restar, con un plus de agresividad en relación al tenista en ocasiones algo previsible.

Al igual que sucedió el pasado año, cuando Andrey Rublev superó a Felix Auger-Aliassime, Madrid tuvo una final que se salía del guion. Ausente Carlos Alcaraz por lesión, titubeante de nuevo Alexander Zverev, que venía de hacerse con el título en Múnich, y sumido en el profundo otoño de su carrera Novak Djokovic, que se despidió de entrada, el torneo había ido perdiendo los nombres más sugerentes para el público, caso también de Holger Rune, que decidió bajarse pronto en previsión de lo que viene.

Ruud golpea de derecha ante Draper.

Ruud golpea de derecha ante Draper.AFP

La extensión de los Masters 1000 de Madrid y Roma a dos semanas invita a que los máximos candidatos al título en Roland Garros ponderen sus energías. Incluso cuando Rafael Nadal podía con todo, la exigencia física y mental no era la misma para los tenistas. Habrá que irse acostumbrando a que los mejores no estén necesariamente en las rondas finales de la gira de arcilla que precede a París.

Cuestión de menor importancia si se alumbran finales como la de este domingo. Draper, entero para igualar a un set gracias al break en el séptimo juego, batalló hasta el límite. Pero esta vez a Ruud no se le iba a escapar la ocasión de engalanar su estimable hoja de servicios. Culminó con una derecha paralela y cerró en blanco con su servicio. Lo celebró sobrio, sin aspavientos, con la templanza que le distingue.

Boris Becker: “La cárcel me hizo un hombre mucho mejor de lo que era. Fue el despertador que necesitaba para cambiar”

Actualizado Miércoles, 30 abril 2025 - 15:52

Saludar a Boris Becker (Leimen, 1967) impresiona. Pese a que los años y las dificultades de los últimos tiempos han dejado huella física, sigue siendo un gigante y temes que, como Obélix a los legionarios romanos, te sacuda en el aire de arriba a abajo al estrecharte la mano en el hotel Palace de Madrid, donde se aloja como parte de la Academia de los Premios Laureus. El fuerte carácter del joven rebelde que revolucionó el tenis en 1985, cuando ganó Wimbledon con sólo 17 años, asoma al intentar indagar en su vida personal, que incluye diversos escándalos y un paso por la cárcel en 2022. Pero cuando se relaja el ogro no es tal.

El alemán, ganador de seis Grand Slam y ex número 1 del mundo, ha rehecho su vida y ha recuperado el amor por su deporte, con el que mantuvo una relación complicada. "Estoy muy ocupado, que es justo lo que necesitaba. Tengo varios proyectos alrededor del tenis y estoy muy involucrado en la televisión, tanto como comentarista como en la comedia. En cuanto al resto del tiempo, he aprendido a ser más discreto y proteger mi privacidad, que es algo que no siempre supe hacer", explica ante mi sorpresa.

¿Comedia? ¿Está haciendo monólogos?
No, no [risas]. Pero tengo un buen sentido del humor, puedo ser bastante gracioso y ahora me invitan a bastantes programas cómicos y concursos. Disfruto de poder ser yo de un modo más libre.
¿Se ha reconciliado entonces con el tenis? Triunfó tan joven que dio la sensación de que se hartó de él antes de cumplir los 30.
Al final me retiré con 32, pero es cierto que los últimos años ya no disfrutaba como antes. Tras dejarlo, durante un par de años no quise saber nada del tenis, me aparté lo más lejos posible porque ya había tenido bastante. Necesitaba una ruptura radical durante un tiempo. Luego, con 35 o 36, descubrí el lado televisivo del tenis, mucho más relajado, y me reconcilié con él poco a poco. Ahora vuelvo a quererlo.

Para saber más

En realidad, su plan de vida no era dedicarse al tenis, era sólo un hobby antes de ir a la universidad.
Así es. Por fortuna, provengo de una familia con una tradición intelectual y académica y mis padres no querían que me convirtiera en deportista. Preferían que fuera abogado, médico o arquitecto, como mi padre, pero a veces la vida decide por ti. Desde niño era muy bueno jugando al tenis y esa es la verdadera razón por la que acabé dedicándome a ello. No porque lo deseara o lo persiguiera, sino porque mi talento me guió hacia allí y yo me dejé llevar.
Ganó su primer Wimbledon con 17 años, sigue siendo el campeón masculino más joven de la historia, y ya no hubo vuelta atrás.
Nada, ya fue imposible. Afortunadamente, entonces no existían las redes sociales. Imagina un joven alemán casi desconocido ganando dos Wimbledon seguidos con 17 y 18 años… Fue un shock para mí. Mi vida y mi mundo ya fueron una locura así, pero ahora hubieran sido absolutamente insoportables.
Su juventud, su imagen y su estilo de juego le convirtieron de inmediato en una estrella del rock
Era un tenista muy espectacular. Jugaba con una potencia que nadie más tenía entonces, fue el primer power player. Obviamente, ahora ese tipo de tenis es normal, pero en mi generación el estilo era otro, más de toque y finura. Fui el primero que servía, restaba y metía la derecha con esa violencia. Además era muy fuerte físicamente. Todo eso era nuevo y me hizo llamar aún más la atención.
En Alemania no había tradición, nunca antes un tenista alemán había ganado un Grand Slam, y de golpe aparecieron a la vez Steffi Graf y usted y lo convirtieron en una potencia.
Es una historia fantástica. Steffi y yo éramos del mismo barrio. La conocí cuando ella tenía siete años y yo nueve. Teníamos el mismo entrenador y nos hicimos amigos, fuimos creciendo juntos sin pensar que podía pasar lo que pasó después y en 1989 nos encontramos ganando los dos Wimbledon a la vez. Fue increíble. De golpe en Alemania sólo se hablaba de un deporte al que cinco años antes nadie hacía caso. Fue un cambio tremendo. Es muy difícil hablar de tu propio éxito, eso se lo dejo a los demás, pero es evidente que fuimos muy influyentes. Cuando pienso en cómo era en aquellos años veo a un chico muy potente, muy joven, inocente incluso, que intentaba seguir siendo auténtico en una situación muy poco normal. Creo que esas son las características que la gente asigna a Boris Becker.
Fueron unos años fabulosos en los que coincidieron su generación (Edberg, Wilander), la anterior (McEnroe, Lendl) y la siguiente (Agassi, Sampras). ¿Fue la Edad de Oro del tenis?
Yo no diría eso por respeto a los demás, pero desde luego fue una de las mejores. Supongo que la otra etapa que viene a la cabeza es la de Federer, Djokovic y Nadal. Esa fue la mejor generación de la historia porque tiene a los tres GOAT (greatest of all time, los mejores de la historia), lo que pasa es que la distancia entre ellos tres y el siguiente era muy grande, sólo perdían entre ellos. Nosotros éramos diez del máximo nivel. También habrá quien diga que lo que pasaba es que estos tres eran tan buenos que hacían parecer peores al resto de lo que eran [risas]. De todos modos, ganar un partido de tenis siempre es difícil. Extremadamente difícil.
Es un deporte extremadamente exigente a nivel mental, quizás el que más.
Es muy demandante, un trabajo muy duro. En el tenis no hay pretemporada, jugamos en serio durante todo el año y es el único deporte en el que no tienes ni un momento para esconderte. Tienes que jugar el primer punto y el último. En baloncesto puedes pedir el cambio, en fútbol dices que te duele la rodilla y ahorras esfuerzo un par de jugadas o vas ganando 3-0 y el partido está acabado aunque quede media hora. En el tenis, no. Si te desconectas lo más mínimo, un 5-1 se convierte en un 5-5 en un instante. Tienes que acabar siempre el último punto. Mentalmente es durísimo. El único que se le parece es el golf porque son los dos únicos deportes que no se juegan contra el tiempo sino contra el marcador. Rory McIlroy es el mejor, ha tardado 14 años en ganar el Masters y casi se le escapa cuando ya lo tenía. En eso golf y tenis son similares. Un golpe al agua o una doble falta lo cambian todo
Fue entrenador de Novak Djokovic de 2014 a 2016. ¿Es posible elegir entre él, Federer y Nadal?
Les llamo los tres GOAT por algo, cada uno ha sido el más grande a su manera. Si tuviera que explicar su importancia histórica diría que Djokovic es el más exitoso, Federer el más popular y Nadal el más temido. Si te tocaba Rafa en Roland Garros sabías que no había nada que hacer. Vencerle allí ha sido el único imposible de un deporte donde todo es posible.
Carlos Alcaraz tiene ahora el papelón de ser el sucesor de Nadal.
Esa es una presión muy difícil de llevar porque Rafa sólo hay uno y sólo lo habrá. Dicho esto, Carlos está dejando su propia huella a su manera. Aún es muy joven y lo mejor está por llegar, pero es imposible adivinar cuánto tiempo se va a mantener en la élite un tenista. Deseo que Carlos juegue 10 o 15 años más porque para mí es el tenista más excitante del mundo ahora mismo, pero los españoles, sobre todo los periodistas, tenéis que ser cuidadosos y no juzgarle tan duramente cada vez que pierda un partido porque es un jugador muy diferente al que era Nadal. Carlos tiene más talento natural, pero el corazón de Rafa no lo ha tenido ni lo va a tener ningún otro deportista de la historia. Carlos es fantástico, Novak [Djokovic] y Roger [Federer] son leyendas, pero Rafa estaba a un nivel diferente de competitividad. Si en un torneo veías que te cruzabas con Nadal… Buena suerte, amigo.
Becker posa en el hotel Palace de Madrid como embajador de los Premios Laureus.

Becker posa en el hotel Palace de Madrid como embajador de los Premios Laureus.

¿Piensa a menudo en sus días de gloria?
No. Yo no vivo en el pasado. No creo que mis victorias y mis derrotas tengan ninguna importancia a día de hoy. Vivimos en 2025, no pierdo el tiempo viendo un viejo partido de tenis. Es más, a veces los fans o los periodistas me preguntan por finales y ni las recuerdo. Me ha costado encontrar mi sitio en mi vida después del tenis, he cometido errores, lo he pasado mal y ahora estoy feliz. Quiero pensar y hablar sólo del hoy y del futuro.
Le pregunto algo que es parte de su pasado, pero sigue vigente. Su primer matrimonio, con Barbara Feltus, les convirtió en un símbolo como una de las parejas interraciales más famosas del mundo. Sufrieron ataques de todo tipo.
Sí, fue así. Soy muy cuidadoso con no hablar de mi vida privada y un matrimonio es vida privada, así que a ver cómo te respondo. He tomado decisiones familiares que han tenido repercusión pública, pero que a mí me parecen absolutamente normales porque soy ciego al color de la piel. Tengo hijos de raza mixta y veo que sufren las mismas cosas que sufría su madre. Creía que habíamos aprendido del pasado, pero por desgracia no es así. Como sociedad cometemos los mismos errores que hace 20, 40 o 60 años. Es muy decepcionante. La pregunta es por qué.
Vale, ¿por qué?
Sin ponerme muy político, creo que la calidad de los políticos actuales no está a la altura de los que teníamos hace 40 años cuando se creó una gran Europa. En Alemania, por ejemplo, había una gran conciencia de que lo que había sucedido en nuestro pasado no podía repetirse y, sin embargo, aquí estamos con un partido de extrema derecha [AfD] sacando millones de votos. Y no es sólo en Alemania, son muchos los países occidentales que no han aprendido de los errores del pasado y vivimos un momento peligroso en ese sentido. Sinceramente, crecí teniendo la esperanza de que haríamos un mundo mejor que el de nuestros abuelos y acabaríamos con todo este tipo de movimientos, pero me equivoqué. Estamos de nuevo en el mismo punto.
En 2022 pasó ocho meses en la cárcel por alzamiento de bienes. ¿Aprendió algo en prisión o eso es un tópico y, sencillamente, fue una experiencia terrible?
Es una etapa de la que prefiero no hablar en detalle, pasé miedo a veces y pagué mis errores, pero siempre he aprendido mucho más de mis derrotas que de mis victorias. Me pasó en el tenis y me ha pasado en la vida. También con la cárcel. Cuando tienes tanto éxito tan joven como tuve yo, das por hecho que siempre te va a ir bien, que eres invulnerable. Y no lo fui. Tuve que aprender que la mayoría de la gente no gana, que la vida es difícil. Así que tener una derrota tan dura como ir a prisión fue el despertador que necesitaba para cambiar. Me hizo un hombre mucho mejor del que era antes de entrar.
Durante esos años anteriores, su vida privada y sus problemas económicos fueron carnaza para los tabloides. ¿Cómo navegó aquellos tiempos?
Mal. Tuve una pérdida total de privacidad que no le desearía ni a mi peor enemigo. Fueron años muy difíciles para mí, vivir así es insoportable. Fue una pesadilla, pero al final es parte del proceso y ahora estoy en paz con la vida. Todo lo que me sucedió no deja de ser consecuencia de mis éxitos. Si no hubiera ganado Wimbledon a los 17 años, si no hubiera sido número 1 del mundo, si simplemente hubiera sido un tenista promedio no habría sufrido todos esos problemas. Son las dos caras de una misma moneda y ahora lo asumo, pero he pasado momentos en los que sólo quería desaparecer.
¿Volvería a pagar ese precio?
Sí, porque yo jugaba para ganar y gané mucho. No siento resentimiento hacia mi pasado, al contrario. Miro mi vida con mucho orgullo. Ha sido intensa, no sabía que se podían vivir tantas cosas en 57 años. Tras un tiempo, el tenis se convirtió en algo aburrido porque sabía exactamente lo que tenía que hacer para ganar. Una vez que lo has hecho una y otra y otra vez, ya no hay misterio, me aburrió y quería probar cosas nuevas. Y eso hice. En unas acerté y en otras me equivoqué gravemente, pero tuve experiencias que nunca pensé que podría tener y todavía estoy por aquí para enseñar a mis cuatro hijos sin que tengan que aprender de los libros de texto. Pueden preguntar a su padre cómo es la vida y se lo puedo explicar todo. Lo bueno y lo malo. Ha merecido la pena.