Óscar Freire, 20 años después de su tercer oro en Verona: ''Me gustaría ser seleccionador, algo sé de Mundiales''

Óscar Freire, 20 años después de su tercer oro en Verona: ”Me gustaría ser seleccionador, algo sé de Mundiales”

Atiende la llamada del periodista mientras prepara la maleta para viajar a Zúrich, donde se disputa el Mundial de ciclismo. Óscar Freire (Torrelavega, 1976) quiere presenciar en vivo las últimas pruebas del campeonato que finaliza el domingo con el desafío de la ruta masculina. Pogacar, Evenepoel y Van der Poel son los favoritos. Las opciones españolas pasan por Juan Ayuso, Pello Bilbao y Pablo Castrillo. En el recuerdo permanecen aquellos Mundiales en los que Freire acaparaba protagonismo. El próximo 3 de octubre se cumplen 20 años de su hazaña incomparable: conquistar su tercera medalla de oro en Verona, en la misma ciudad en la que logró su primer Mundial cinco años antes. Nadie venció dos veces en la misma sede.

La medieval Verona, testigo de las disputas entre Montescos y Capuletos, marcó el destino de un sprinter portentoso. En 1999, el novato ganó el maillot arcoíris en un inmenso ejercicio de osadía. En la recta final sorprendió con un ataque desde larga distancia que descolocó a los veteranos Ullrich, Vanderbroucke, Konyshev, Casagrande y Zberg, Robin y Camenzind. Subió al podio y le llovieron las ofertas. «Siempre estaré agradecido a Verona. Me cambió la vida», reconoce.

Muchos afirmaban que aquella medalla de oro fue fruto de la casualidad. Craso error. En 2001 venció en el Mundial de Lisboa y en 2004 firmó una gesta histórica en los Mundiales. Hasta entonces, sólo Eddy Merckx, Alfredo Binda y Rik van Steenbergen (más tarde Peter Sagan se unió a tan ilustre nómina) habían sumado un triplete, pero ninguno repitió escenario. «En el segundo Mundial en Verona se juntaron varias circunstancias favorables, como que yo me encontraba en el mejor momento de vida. Antes del campeonato había trabajado mucho en casa y viendo los valores que tenía era consciente de que estaba mejor que nunca. Ese año había ganado la Milán-San Remo, una etapa en la Tirreno-Adriático y en la Vuelta a España, pocas victorias, pero de calidad. También influyó mucho que fuimos al Mundial con un gran equipo. Desde mi punto de vista, ese fue el mejor de la historia», recuerda el velocista español.

ALEJANDRO VALVERDE

Entonces, el seleccionador Paco Antequera construyó un grupo al servicio de Freire, en el que figuraban Alejandro Valverde, Luis Pérez, Paco Mancebo, Isidro Nozal, Igor Astarloa, Eladio Jiménez, Pedro Horrillo, Marcos Serrano y Tino Zaballa. España funcionó como una máquina perfecta. Tras la retirada del ídolo local, Paolo Bettini, por una avería, los escuderos de Freire controlaron la prueba e impusieron un ritmo altísimo. «La clave de la carrera estuvo en las dos últimas vueltas, en las que apretamos en la subida previa a la recta de la meta y rompimos el pelotón. Al final, llegamos un grupo pequeño, en el que estábamos Luis Pérez, Valverde y yo. Alejandro estuvo espléndido lanzando el sprint», sostiene. Oro para Freire, plata para el alemán Erik Zabel y bronce para el italiano Luca Paolini.

Alegría inmensa tras cruzar la meta en un lugar muy conocido por el cántabro. Sensaciones parecidas a las de 1999, pero ambiente distinto. «Todo fue muy diferente a la primera vez. En 1999 yo era un desconocido, me presenté sin presión, vi el momento y salté sin que nadie pudiera seguirme. En 2004, después, de vencer en el Mundial de Lisboa de 2001, estaba muy marcado. En el primer Mundial, antes de disputar la carrera salí por la ciudad, fui a ver la estatua de Romeo y Julieta. En 2004 apenas salí del hotel, sólo lo hice para entrenarme. Sabía que tenía que ganar por el gran momento de forma en el que me encontraba», rememora. Hasta la liberación de estrés fue distinto en ambas ocasiones: «En el primer Mundial apenas hubo celebración, porque prácticamente estaba solo. En el segundo fue distinto porque ya estaba la familia».

«Verona es talismán, me dio todo. Italia siempre se me dio bien, con las clásicas y la Tirreno-Adriático, pero nunca pude disputar el Giro, me venía mejor la Vuelta para preparar el Mundial y al Tour tenía que ir por obligaciones comerciales. He vuelto varias veces a Verona. Hace tres años me alojé en el hotel que está junto a la línea de meta», señala un campeón que sigue unido al ciclismo. Su hijo Marcos apunta maneras y ha sido fichado por el UAE de Pogacar para su equipo continental.

DIRECTOR Y POLÍTICA

Óscar, que participa en carreras amateurs y colabora con medios de comunicación, adelanta que se siente capacitado para ser seleccionador. A finales de año hay elecciones en la Federación Española. José Luis López Cerrón no se presentará a la reelección. Pascual Momparler, actual técnico, tiene intención de continuar. El valenciano accedió al cargo en 2019, un año después del triunfo de Valverde en Innsbruck. Desde entonces, ningún español ha subido al podio.

«Claro que me gustaría ser seleccionador nacional. Tengo experiencia en los Mundiales y creo que puedo aportar mis conocimientos. Ser seleccionador es muy distinto a ser director de un equipo, que está todo el año fuera de casa», afirma Freire.

«El trabajo de seleccionador es para ocasiones puntuales y lo que se necesita es saber motivar a los corredores. Yo algo sé sobre los Mundiales. Pero también comprendo que el puesto de seleccionador tiene que ver mucho con la política, y yo de eso no sé. Yo esto aquí para el que quiera contar conmigo», subraya.

Este viernes, Freire llegará a Zúrich para seguir el Mundial. «Este campeonato es duro, con desniveles positivos de más 4.000 metros y cerca de 274 kilómetros de recorrido. Se parece mucho al Gran Premio de Zúrich. Me parece que la selección española es muy compacta, con buenos corredores. Ayuso llega en gran momento de forma, Bilbao tiene posibilidades y es rápido. Castrillo se presenta con mucha motivación tras ganar dos etapas en la Vuelta... Tendrán sus oportunidades, deberían actuar antes de que se muevan los favoritos», advierte el tricampeón.

Histórico triunfo de Evenepoel en la crono del Mundial: Doblete consecutivo tras ganar dos oros en los Juegos Olímpicos

Histórico triunfo de Evenepoel en la crono del Mundial: Doblete consecutivo tras ganar dos oros en los Juegos Olímpicos

Dice el entrenador Koen Pelgrim que Remco Evenepoel no es un robot que se pueda acomodar a cualquier momento o lugar. El belga no es una máquina, pero lo parece. Es fiable como pocos en la lucha contra el reloj. Este domingo revalidó, en Zúrich, su título de campeón tras imponerse en un emocionante final al italiano Filippo Ganna. El belga marcó un registro de 53.01minutos, sólo seis segundos menos que el rodador del Ineos. La tercera plaza fue para el también italiano Edoardo Affini, que este mes se proclamó campeón europeo de la especialidad.

Evenepoel administró los esfuerzos con inteligencia y se acopló a su bicicleta en un ejercicio magistral de aerodinámica. Pedaleó con un desarrollo acompasado y avanzó con potencia sin descomponer su fornida figura. Es un modelo a seguir en las escuelas de ciclismo. Con su bicicleta bañada con el oro de París, voló en un contrarreloj de 46.1 kilómetros con salida y llegada en Zúrich, con sólo un pequeño repecho de 2,4 kilómetros en el ecuador de la prueba. Aunque no le funcionó el potenciómetro, marcó los mejores tiempos en los tres zonas intermedias (con seis segundos, nueve segundos y 19 segundos sobre Ganna). Sólo sufrió apuros en los cinco últimos kilómetros, en los que Ganna le restó 10 segundos.

El belga supo dosificar con acierto un tremendo desgaste físico, sin llegar al umbral del esfuerzo. También templó muy bien los nervios, con un fallo en la cadena en la misma rampa de salida. ''Todo ha sido una locura, posiblemente haya sido la contrarreloj más complicada de mi carrera. Se me cayó la cadena un minuto antes de la salida y el potenciómetro no funcionaba. Tuve que confiar en las sensaciones. Era difícil mantener el ritmo porque me movía un poco a ciegas"', dijo Evenepoel.

Primer triunfo consecutivo del fenómeno belga en el Mundial de ciclismo, tras imponerse en Glasgow, en 2023. Un doblete que sólo han conseguido el australiano Michael Rogers, el suizo Fabian Cancellara, el alemán Tony Martin, el australiano Rohan Dennis y el italiano Filippo Ganna.

Evenepoel, con 24 años, atesora una hoja de servicios magnífica, con registros formidables. Este verano acaparó protagonismo absoluto en los Juegos Olímpicos de París, con sendas medallas de oro en las pruebas de ruta y contrarreloj. Dos oros olímpicos como preámbulo de un título Mundial. Lo nunca visto en menos de dos meses. Y todavía le espera prueba de fondo del próximo domingo.

Remco Evenepoel es un especialista en pruebas de un día y en grandes rondas. En 2023 se proclamó campeón del mundo de contrarreloj en Glasgow y en 2022 conquistó el maillot arcoíris de ruta en el circuito de Wollongong (Australia). En ese mismo año se impuso en la general de la Vuelta a España (más dos etapas y la clasificación de los jóvenes). En la última edición del Tour de Francia terminó tercero. El esloveno Tadej Pogacar le elogia por su valencia y ambición.

Los españoles David de la Cruz y Raúl García Pierna firmaron una actuación discreta en Zúrich, al ocupar, respectivamente, los puestos 25º y 26º. De la Cruz invirtió 3.26 más que Evenepoel, y García Pierna, 3.36.

Evenepoel acaparó todos los focos en la jornada de apertura de un Mundial Zúrich que finalizará el próximo domingo. Un campeonato en el que la expedición española espera atrapar alguna medalla. Las principales apuestas están situadas en la carrera de fondo del domingo 29, con la presencia de Juan Ayuso, que llega en excelente estado de forma tras destacar en el Tour de Luxemburgo (ganó la crono del sábado), Pello Bilbao y Pablo Castrillo. La júnior Paula Ostiz (oro en la contrarreloj del Europeo) parte como una de las favoritas en la contrarreloj (mañana) y la ruta (jueves). Mavi García es la referencia de la ruta élite (sábado). El júnior Héctor Álvarez (plata en el Europeo) espera sobresalir en la ruta (viernes). Iván Romeo peleará por entrar en el podio de la crono sub 23 (hoy, 14.45 horas) y de la ruta (viernes), junto a Markel Beloki, Igor Arrieta y Pablo Torres.

Pablo Castrillo, héroe español en la Vuelta, valiente apuesta para el Mundial de Zúrich

Pablo Castrillo, héroe español en la Vuelta, valiente apuesta para el Mundial de Zúrich

El aragonés Pablo Castrillo (Kern Pharma), uno de los grandes protagonistas de la última Vuelta a España con sus dos victorias de etapa, es una de las principales apuestas del seleccionador Pascual Momparler para el Mundial de ruta de Zúrich. La prueba, que se disputará el 29 de septiembre y que presenta un perfil montañoso, se acomoda a las característica del joven corredor de 23 años, que en la ronda española se impuso en las cimas de Cuitu Negru y Manzaneda.

El chaval nacido en Jaca, que destaca por su facilidad para la escalada y para elegir las escapadas buenas, forma parte de una expedición con corredores jóvenes ambiciosos y veteranos que atraviesan por un excelente momento de forma. En esa lista también figuran Enric Mas, Álex Aramburu (Movistar), Juan Ayuso (UAE), Mikel Landa (Soudal Quick-Step), Pello Bilbao (Bahrain), Carlos Rodríguez (Ineos) y Roger Adriá (Red Bull-Bora-Hansgrohe).

El esloveno Tadej Pogacar y el neerlandés Mathieu van der Poel parten como principales candidatos a conseguir la medalla de oro del campeonato

La prueba contrarreloj la disputarán David de la Cruz (Q36.5) y Raúl García Pierna (Arkea), que fue la semana pasada decimotercero en la lucha contra el crono de los Europeos de Limburgo.

La carrera élite masculina se disputará el domingo 29 desde las 10.30 horas sobre un recorrido de 274 kilómetros en los que los corredores tendrán que superar varias duras subidas, aunque no demasiado largas (Kyburg, 1,2 km-12%; Binz, 4,6 km-4,5%; Zurichbergstrasse, 1,1 km-8%; y Witikon, 2,3 km-5,7%).

La contrarreloj tendrá lugar el domingo 22 desde las 14.45 horas. Los ciclistas recorrerán 46,1 kilómetros con salida y llegada en Zúrich.

Enric Mas: ''Las ausencias de Pogacar, Evenepoel y Vingegaard benefician a la Vuelta y también a mí''

Enric Mas: ”Las ausencias de Pogacar, Evenepoel y Vingegaard benefician a la Vuelta y también a mí”

Afronta su séptima Vuelta a España con la incomodidad de no haber culminado la obra. Enric Mas (Artá, 1995) ha sido segundo en tres ocasiones, quinto, sexto y 71º en su debut (2017). A sus 29 años, el balear se encuentra en un periodo sereno, sin las urgencias del pasado, esas que le presionaban para ser el heredero de la generación de oro del ciclismo español. Se ha quedado en una situación intermedia entre los veteranos y esos jóvenes que arrasan con todo. A pesar de la numerosa competencia, él asegura que busca el podio de la Vuelta. El mallorquín atiende al periodista en un rápido encuentro telefónico en el inicio de una Vuelta que este martes presenta la primera etapa de alta montaña, un oportunidad para mostrar sus galones de líder en el Movistar.

¿Qué objetivos se ha marcado para esta Vuelta?
Entrar en el podio y ganar una etapa.
El podio incluye tres plazas. ¿No aspira a la primera?
Mi objetivo es el podio y conseguir una etapa.
¿Las ausencia de los galácticos Pogacar, Evenepoel y Vingegaard benefician o perjudican a la organización y desarrollo de la Vuelta?
Esas ausencias benefician a la Vuelta. La no presencia de ellos genera más espectáculo, porque todo queda más abierto. Sin ellos, todo es menos monótono. Cuando Tadej está presente en las carreras todo cambia debido a su superioridad. Es un auténtico 'crack'.
¿Las ausencia de los galácticos Pogacar, Evenepoel y Vingegaard benefician o perjudican a Enric Mas?
Sus ausencias también me benefician a mí, porque sin ellos mis opciones y oportunidades aumentan. Con sus bajas crece el número de candidatos.
La relación de aspirantes a conquistar esta edición de la Vuelta es amplísima, lo nunca visto en las últimas temporadas.
Sí, hay un grupo numeroso de corredores con opciones. Para mí, el principal es Primoz Roglic, que ya ha ganado la carrera en tres ocasiones.
¿Roglic es superior a Sepp Kuss, último ganador de la ronda?
Primoz es superior. Es un gran corredor, muy bueno en todos los terrenos. Yo le pongo como el gran candidato para el final en Madrid.
¿En esta edición de la Vuelta tiene subrayadas algunas etapas?
Me gustan las etapas de Lagos de Covadonga y las de Sierra Nevada. A ver si puedo hacer algo importante en ellas.
¿Usted ya tiene 29 años, considera que aún le queda margen de mejora en este ciclismo dominado por unos chavales precoces y sin complejos?
Claro que tengo margen de mejora, todavía puedo avanzar y eso lo sé porque cada año tengo mejores números, como reflejan los entrenamientos y los trabajos realizados.
¿Cómo son esos números?
Son números.
¿Ha sido segundo de la Vuelta en tres ocasiones, qué le falta para ser primero?
Pues no lo sé.
¿Le falta suerte?
No lo sé.
El 'ahora o nunca' de Carlos Rodríguez y de una lista interminable de candidatos en una Vuelta sin el tridente galáctico

El ‘ahora o nunca’ de Carlos Rodríguez y de una lista interminable de candidatos en una Vuelta sin el tridente galáctico

Centro del escaparate para los disciplinados y rincón para el díscolo, a quien la Vuelta esperaba como último reclamo. El UAE, el equipo al servicio de Tadej Pogacar, otorga protagonismo a los que arroparon sin escatimar esfuerzos al esloveno en la conquista de su tercer Tour. Premio para el portugués Joao Almeida, el británico Adam Yates, el francés Pavel Sivakov y el español Marc Soler. Suplencia para Juan Ayuso, a quien Javier Guillén ansiaba tener en la salida de hoy en Lisboa. Con las ausencias de los galácticos Pogacar, Jonas Vingegaard y Remco Evenepoel, el chaval crecido en Jávea podría haber animado una ronda necesitada de desafíos de rango superior para atrapar a la audiencia. Infructuoso resultado para el máximo responsable de Unipublic.

En una Vuelta sin favorito indiscutible y la más abierta de las últimas décadas, los ojos de los aficionados españoles se fijan en Carlos Rodríguez (23 años), que dispone del respaldo de un fuerte bloque del Ineos. El escalador de Almuñécar es uno de los integrantes de la amplia nómina de candidatos al podio de Madrid del próximo 8 de septiembre. «Ahora o nunca» para el andaluz y para corredores como Mikel Landa, Enric Mas, Joao Almedia, Adam Yates, Richard Carapaz, Daniel Felipe Martínez, Geoghegan Hart o Ben O'Connor. Todos ellos desconocen las sensaciones que transmite la conquista de la Vuelta, un reto ya consumado por el estadounidense Sepp Kuss, que defiende título, y por el esloveno Primoz Roglic, que se ha propuesto alcanzar su cuarto triunfo en la general e igualar la plusmarca de Roberto Heras.

«Después del Tour me tomé varios días para recuperarme y después empecé a entrenar poco a poco para mantener mi forma. Creo que mi cuerpo ya se recuperó tras estar enfermo durante un tiempo. Esta es la primera vez que haré dos grandes rondas seguidas, así que será una nueva experiencia para mí. Quiero disfrutar de la carrera tanto como pueda. Tenemos un equipo fuerte. Arensman y yo lucharemos por el mejor resultado posible en la clasificación general y en las etapas. Ambos hemos entrenado y competido mucho juntos y eso nos ayudará a manejar las diferentes situaciones de carrera de la mejor forma posible», asegura Carlos Rodríguez, que esta temporada ganó la general del Tour de Romandía, fue segundo en el País Vasco y se anotó una etapa en el Criterium Dauphiné. Ahora quiere resarcirse de los discretos resultados conseguidos en el último Tour de Francia, en el que finalizó séptimo (en 2023 fue quinto y ganó una etapa).

El líder del Ineos dispondrá de numerosas oportunidades para lucirse en una ronda que mira hacia arriba, con ocho etapas de alta montaña y cinco de media montaña. La primera cita con las cumbres llegará el martes, tras el tríptico por tierras portuguesas, con una jornada que sale de Plasencia y que incluye el ascenso a los dos colosos extremeños: Piornal y Pico Villuercas. Luego la caravana viaja al sur, con dirección a Sevilla, para afrontar una ronda «sin transición y sin tregua», según los organizadores. Posteriormente llegarán los ascensos a Yunquera y a zonas de Sierra de Nevada, antes de un traslado al norte, donde esperan Ancares y Cuitu Negru (con rampas del 23% de desnivel).

La tercera semana incluye excursiones por Lagos de Covadonga, Moncalvillo y Picón Blanco. Este último puerto se antoja como juez de la carrera. Se asciende en la penúltima jornada, tras encadenar seis cimas por territorio cántabro y burgalés. El colofón de la prueba será una contrarreloj de 12 kilómetros entre la Ciudad de Telefónica y la sede histórica de esta compañía en la Gran Vía 28 de Madrid. La ceremonia de premios se celebrará en Cibeles.

Almeida, tras regañar a Ayuso y cautivar a Jorge Mendes, persigue un hito histórico en la Vuelta

Almeida, tras regañar a Ayuso y cautivar a Jorge Mendes, persigue un hito histórico en la Vuelta

Al primero que seleccionó el poderoso Jorge Mendes en su estreno como representante de ciclistas fue a Joao Almeida. A comienzos de 2021, el mánager de Cristiano Ronaldo o Jose Mourinho intuía que su compatriota, con sólo 22 años, podía ofrecer un largo y rentable recorrido. La empresa Polaris Sports tomó las riendas de un chaval que sorprendió en el Giro de Italia de 2020: portó el liderato durante 15 etapas y terminó cuarto en la general. Entonces, el polivalente corredor militaba en el Deceuninck Quick-Step.

Mendes no perdió el tiempo y meses después de comprometerse con el nuevo talento portugués movió ficha y rubricó un contrato de cinco años de duración con el UAE de Tadej Pogacar. Almeida, formado para liderar de equipos, pronto asumió que debería estar a la sombra del genial esloveno y aceptó el rol de gregario de primer nivel. Una situación de secundario que ahora abandona en el arranque de una Vuelta a España muy especial para el corredor nacido hace 26 años en Caldas de Rainha, a 80 kilómetros de Lisboa, donde el sábado arranca la ronda con una contrarreloj individual de 12 kilómetros entre la capital y Oeiras. La segunda etapa pasará por su ciudad natal.

Almeida es, junto a Rui Costa, el gran ídolo luso, el gran objetivo de los cazadores de autógrafos. Uno de los más aclamados en la presentación del jueves de los equipos en la Plaza de Belém.

Con la ausencia de Pogacar, el portugués acude a la Vuelta con galones de jefe y con el reto de ganar y establecer un hito sin precedentes en el ciclismo de su país. Joaquim Agostinho es el único que ha subido al podio de una gran ronda: tercero en el Tour de Francia de 1978 y 1979, y segundo en la Vuelta de 1974 (terminó a 11 segundos de José Manuel Fuente, la segunda diferencia más estrecha en la historia de la Vuelta), pero ninguno ha dominado la general.

El incidente con Ayuso

Almeida destaca por su versatilidad, notable en la montaña y en las cronos (estará entre los mejores en el estreno del sábado) y tiene carácter. En el ascenso al Galibier del último Tour recriminó con aspavientos a Juan Ayuso porque, según él, no se sacrificaba lo suficiente en beneficio de Pogacar y eso abrió una crisis de confianza del español en el UAE, aunque luego trataron de cerrar heridas. «Son circunstancias que pasan en la carrera, lo importante es que se hablen las cosas para que todo quede claro», señaló el portugués, que saltó a profesionales en 2017 con el Unieuro Trevigiani, equipo búlgaro continental de origen italiano. En 2018 fichó por el Hagens Berman Axeon, propiedad de Axel Merckx, hijo de Eddy. Luego fue contratado por el director belga Patrick Lefevere, jefe del Deceuninck Quick-Step, que le lanzó al centro del escenario internacional.

Joao Almeida ha seguido una proyección constante. En seis de las siete grandes vueltas en las que ha participado ha terminado en el top ten. Fue tercero en el Giro de Italia de 2023, quinto en la Vuelta 2022, cuarto en el último Tour de Francia. Ahora podría haber llegado su gran momento.

«Estoy muy feliz de que la Vuelta empiece en Lisboa y de que la carrera pase por la ciudad en la que nací. Esto es un sueño. Contar con el apoyo del público, de mi familia y de mis amigos será especial. Es una oportunidad única en la vida», ha dicho el campeón portugués.

«En la Vuelta asumo el papel de líder junto a Adam Yates. Todos en el equipo tenemos buena relación. Estoy muy emocionado por empezar», ha señalado el luso.

El director Joxean Fernández Matxin afirma que el UAE afronta la prueba con un bloque compacto: «La Vuelta es una carrera muy importante para nosotros. Tenemos un equipo de primer nivel con gente como Joao Almeida, que correrá en casa en la salida, y Adam Yates. Todos hemos visto la colaboración entre ambos que en el Tour de Suiza y el trabajo que hicieron en el Tour de Francia, así que estamos seguros de que pueden hacer una gran carrera».

El técnico español aspira a conseguir esta temporada el triplete en las grandes rondas. Pogacar arrasó en el Giro y en el Tour y ahora es el turno del Príncipe de Lisboa.

El verdadero motivo de Pogacar para renunciar a los Juegos Olímpicos

El verdadero motivo de Pogacar para renunciar a los Juegos Olímpicos

Actualizado Martes, 23 julio 2024 - 10:13

El ciclista esloveno Tadej Pogacar, que el domingo ganó por tercera vez el Tour de Francia con seis victorias de etapa, ha renunciado a participar en los Juegos de París 2024 para descansar, anunció este lunes el comité olímpico esloveno.

"El seleccionador del equipo masculino de ciclismo ha revelado los nombres de los ciclistas que participarán en los Juegos Olímpicos de París de este año. Desgraciadamente, Tadej Pogacar no está entre ellos", informa el comité esloveno. Pogacar "ha cancelado su participación por estar demasiado cansado", agrega el organismo en su comunicado de prensa.

Para saber más

En los últimos días, el corredor de 25 años no había digerido bien que la Federación Eslovena de Ciclismo dejara fuera de su lista olímpica a su pareja, Urska Zigart. Pogacar había admitido estar "enfadado" y "sin palabras" por esa cuestión, en un mensaje publicado en las redes sociales.

Preguntado sobre los Juegos Olímpicos el domingo, día en el que se coronó por tercera vez en el Tour de Francia, Pogacar desvió la atención mencionando que tenía como "sueño" llevar algún día el maillot arcoíris de campeón del mundo.

Tras la renuncia olímpica, su meta parece estar en el Mundial de ciclismo en ruta de septiembre en Zúrich, para buscar esa 'triple corona', después de haber ganado ya este año el Giro de Italia y el Tour de Francia. Solo dos hombres cumplieron ese objetivo en el pasado, Stephen Roche y Eddy Merckx.

Pogacar había sido campeón del Tour en 2020 y 2021, pero en los dos últimos años (2022, 2023) el triunfador en la ronda gala había sido el danés Jonas Vingegaard. El esloveno reconquistó el trono este año, en una edición donde fue muy superior y en la que llegó a apuntarse seis victorias de etapa, la última el propio domingo, en una contrarreloj entre Mónaco y Niza.

Eslovenia sufre un golpe importante en sus aspiraciones en el ciclismo de los Juegos Olímpicos. Tampoco contará en París 2024 con su otra estrella nacional, Primoz Roglic, que abandonó a mitad del Tour tras una caída y que no había sido incluido en la lista eslovena anunciada a principios de julio.

Pogacar, en la estela de los dioses

Pogacar, en la estela de los dioses

En la rica y variada carta ciclista, todos los platos, desde la 'haute cuisine' hasta el menú del día, cuentan a la hora de forjar una trayectoria y reunir un historial. Pero las auténticas jerarquías profesionales, las que conducen a la leyenda, las establecen las tres carreras de tres semanas (Tour, Giro, Vuelta) y, pongamos que 10, las grandes clásicas.

En qué número y de qué modo se ganan unas y otras establecen un escalafón que, por ese orden

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La ciencia detrás del histórico tercer Tour de Pogacar: track test, Big Data y "hasta el rozamiento del muslo con el sillín"

La ciencia detrás del histórico tercer Tour de Pogacar: track test, Big Data y “hasta el rozamiento del muslo con el sillín”

Cuando las multitudes le aclaman, le chillan y le ruegan en los largos pasillos que en cada salida se forman en el protocolo de la estampa de firmas, cuando rodean el bus del UAE Emirates, cuando le persiguen incluso en los hoteles de paso perdidos por Francia, a Tadej Pogacar se le intuye abrumado. Como los tímidos enfermizos, no sabe muy bien cómo reaccionar ante el fenómeno fan. Un brazo arriba, una media sonrisa. Él sólo es una estrella del rock encima de la bicicleta. Ahí sí, la transformación, los gestos, el colmillo, la inclemencia. El show.

Para saber más

Para saber más

En Niza, bajo el sol del Mediterráneo, tan lejos del Arco del Triunfo parisino, el esloveno se hizo leyenda. Son tantas las comparaciones con los mitos del ciclismo, los récords devorados... El nombre más repetido es el de Marco Pantani, el último ganador del doblete Giro-Tour, hace 36 años. Sólo seis más lo lograron (Coppi, Anquetil, Merckx, Hinault, Roche e Indurain), pero lo más asombroso no es conseguirlo, es siquiera imaginar intentarlo en los tiempos del ciclismo moderno, donde ya no se avanza a base de riñones y coraje, donde todo lo marca la ciencia, los vatios, los esfuerzos y los descansos. Ahí, en los laboratorios, ha sido donde se ha fraguado lentamente la reconquista de Pogacar, una maquinaria que su director, Joxean Fernández Matxin, puso en marcha el mismo día después de que, por segundo año consecutivo, Jonas Vingegaard apartara a su pupilo del triunfo en la Grande Boucle.

«Un Tour lo perdí porque me equivoqué siguiendo los ataques de Roglic y Vingegaard [Galibier 2022], el otro porque lo corrí con la muñeca medio rota y una férula», contaba en la cima de Isola 2000 Tadej tras abrochar su tercer Tour e igualar a Thijs (1913, 1914, 1920), Bobet (1953 a 1955) y Greg LeMond (1986, 1989 y 1990). «Vuelvo a ser el viejo yo. Y todavía mejor». Pero, ¿cómo lo hizo?

Pogacar, celebrando su triunfo en la contrarreloj.

Pogacar, celebrando su triunfo en la contrarreloj.LAURENT CIPRIANI / POOLEFE

Es lo que Matxin llama «el backstage, todo lo que está detrás». Y, en el caso del genio de Komenda, se basa en tres pilares: aerodinámica, nutrición y rehabilitación. Los tres, como ese Joseba Elguezabal (el masajista vizcaíno) que le asiste en cada meta, tras cada esfuerzo, con acento español.

Tras la segunda afrenta de Vingegaard, con un bajón como nunca antes se había visto en el Col de la Loze, el fin de temporada de Tadej no fue todo lo exitoso que acostumbra. Apenas pudo sumar a su palmarés Il Lombardia, el último monumento del año. Ya ese octubre, en el primer pre stage del equipo en Abu Dhabi, Matxin le planteó una ambiciosa hoja de ruta hacia la reconquista: Giro y Tour. «Todo está analizado. No podíamos acomodarnos. Teníamos que controlar dónde habían estados la pérdidas y minimizarlas. Y aumentar nuestras fortalezas. Y para eso había que sacrificarse», explica el director del UAE a EL MUNDO.

El Puig

Tras las vacaciones con su novia Urska Zigar, Pogacar se puso manos a la obra. En enero ya estaba trabajando en el velódromo valenciano de El Puig, Porque ahí, en la aerodinámica, estaba uno de los puntos débiles detectados. «El año pasado nos metieron 1:38 en la crono [Combloux), son cosas que escuecen pero que te hacen despertar». El hombre destinado a mejorar aerodinámicamente a Pogacar es David Herrero, ex ciclista del Euskaltel, ahora uno de los biomecánimos más prestigiosos del pelotón. Que no sólo estudió en el túnel del viento y los track test (pista) la posición de Tadej en la cabra de contrarreloj, fue más allá. «Se trataba de ser aerodinámicos, pero confortables en la posición. Pogacar antes iba mucho más recto, más flexible. Ahora va más acoplado en momentos donde antes era erecto. Todo apoyado por el Big Data. Si vas 20 segundos con una capacidad de flujo del aire que te penetre mucho más...», explica Matxin. «Estudiamos hasta la posición en el grupo y la composición y ubicación del equipo, cómo usamos el draft (ir a rueda), saber que tú en ese momento estás recuperando y posiblemente tu rival no, él gasta más y tú menos», añade.

Herrero, que fue pupilo de Matxin en el Saunier Duval, analiza hasta «el rozamiento del material de la bicicleta, del muslo con el sillín, de un buje, de la cadena... Cuanta menos fricción haya, más rendimiento». Todo eso no dejó de aplicarlo Pogacar. En cada calentamiento y cada enfriamiento del Giro, utilizaba la bici de contrarreloj. En el mes entero que pasó concentrado en los Alpes Marítimos antes del Tour, hubo días que recorrió los puertos acoplado. Jornadas en las que, antes de partir, completaba en el rodillo rodajes suaves a 40 grados, un entrenamiento térmico para mejorar una de sus flaquezas reconocidas, el esfuerzo bajo el calor.

Pogacar, con sus compañeros.

Pogacar, con sus compañeros.Daniel ColeAP

La siguiente para de la mejora de Pogacar es la nutrición. Y ahí el hombre es Gorka Pérez, el nutricionista español del UAE, que ya contaba en EL MUNDO cómo medía «hasta los gramos de arroz del sushi» de sus ciclistas. «Valora el gasto calórico, el gasto en kilojulios de cada etapa para analizar proteína, carbohidratos, toda la alimentación a la perfección de cada uno. Con una App que ha desarrollado, sabe perfectamente todo lo que han gastado y todo lo que tienen que comer», dice Matxin. «El chef hace el menú customizado para cada corredor. Nadie pasa hambre. En muchos casos no se pueden ni acabar la dieta, pero están convencidos de que al detalle eso es lo que necesitan para recuperar, la gasolina que han gastado».

Otro de las grandes novedades en el entrenamiento de Pogacar fue la llegada en octubre del sevillano Javier Sola en sustitución de Íñigo San Millán (se incorporó al Athletic de Bilbao) como director del grupo de entrenadores. Matxin también destaca otra pata menos visible del entorno del campeón. Se trata de Víctor Moreno, especialista en rehabilitación de la Universidad Miguel Hernández de Elche. Con una gran peculiaridad que adelanta en «un 50% los plazos de la recuperación»: el profesor se desplaza directamente a los lugares de residencia de los ciclistas del UAE. «Esto no creo que exista en ningún deporte. Cuando alguien tiene una lesión o una caída, tener que desplazarte a un centro de rehabilitación o a un hospital, es duro psicológicamente. Víctor acude a la casa de los ciclistas para que en su ambiente, con su familia, se recuperen más rápido la lesión. El año pasado estuvo en Mónaco con la rotura de muñeca de Tadej», desvela Matxin.

Todo eso, las ganas de venganza y el talento innato de Pogacar. Un cóctel para la historia del ciclismo.

Pogacar y el dopaje: “Siempre habrá dudas. El ciclismo abusó en el pasado”

Actualizado Domingo, 21 julio 2024 - 22:01

Antes y después de los festejos, de bañarse en una de las fuentes de la plaza Masséna, Tadej Pogacar pasó por la rueda de prensa oficial del Tour, la que cada año despide la carrera. Habló de su preparación, de sus rivales, de Pantani, de sus récords y del Galibier, la etapa en la que sintió que podía reconquistar la Grande Boucle. Y el esloveno también habló del dopaje, la sombra que nunca abandonará al ciclismo.

Lo hizo con tranquilidad y con argumentos cuando le cuestionaron si entendía las dudas que podían despertar sus exhibiciones, sus seis triunfos de etapa, su doblete Giro-Tour, sus casi siete minutos de diferencia con Vingegaard en la general. "Siempre habrá dudas. Porque el ciclismo se ha visto muy dañado en el pasado, antes de mi época", admitió el del UAE Emirates, que asumió que "siempre hay envidias, personas en contra y enemigos con los que ganan, en cualquier deporte o situación de la vida. Y en el ciclismo también es así".

"La UCI invierte mucho dinero para asegurarse que este deporte se mantenga limpio y creo que es de los más limpios del mundo por lo que sucedió hace muchos años. Se abusó en el pasado. Pero no merece la pena tomarse nada que pueda ir en contra de tu salud. Es estúpido hacerlo. A lo mejor puedes seguir hasta los 36 en el ciclismo, pero la vida es muy larga. Es estúpido arriesgar tu vida por una carrera. Esto es un juego, pero la vida no es todo eso. Lo importante es mantener en buena salud. Ya nos estamos empujando al límite [físico] y no hay que seguir ejerciendo presión sobre la máquina", explicó con detenimiento Pogacar.

Tadej dijo que sí, que aunque no lo pareciera, estaba "superagotado" y que aunque escucha hablar mucho sobre ir a la Vuelta, "me sale por el otro oído". Porque ahora le toca descansar y su siguiente gran objetivo es "ser campeón del mundo".

Tampoco estará en la ronda española Jonas Vingegaard, que un momento antes, en la misma silla que su rival, explicó lo que había supuesto para él este Tour. "El resultado puede ser más extraordinario que ganar en circunstancias normales. Es posible que en unas semanas esté más orgulloso de este segundo puesto que de las victorias anteriores", pronunció, recordando que su preparación había distado de ser "ideal" tras la caída en la Itzulia. "Ocho días en la UCI, 12 en el hospital... Se pierde mucho, no me dejaban salir de la cama. Me hace pensar que el año que viene lo puedo hacer mucho mejor", se animó.