Una excepción en 100 años, ¿por qué en las selecciones sólo triunfa el entrenador nacional?: “Son identitarias”

Actualizado Viernes, 12 julio 2024 - 00:45

Luis de la Fuente nació en Haro (La Rioja), Gareth Southgate en Watford, Didier Deschamps en Bayona y Ronald Koeman en Zaandam. Todos en el territorio de la selección a la que han dirigido en esta Eurocopa. ¿Sorprende? No, porque siempre es así. No se gana con un entrenador que no sea de tu propio país. Lo dice la historia. Desde 1930, año del primer Mundial, y 1960, momento de la primera Eurocopa, sólo una selección ha ganado el torneo con un técnico extranjero: Grecia con el alemán Otto Rehhagel en 2004. Y fue la sorpresa de todas las sorpresas.

«La selección es un equipo identitario, se identifica con una nación. Por eso las grandes selecciones buscan entrenadores del mismo país. Alguien que conozca el fútbol, el entorno y la identidad del equipo», explica el psicólogo deportivo David Peris. Porque sí, la selección es tan mental y emocional como futbolística. Incluso más.

«Sería inaceptable», clamaba hace unos días Sam Allardyce, exseleccionador, preguntado por la posibilidad de que un entrenador no inglés dirigiera a los Three Lions si Southgate era cesado de su cargo. «El técnico de Inglaterra debe ser siempre inglés», añadía Jamie Carragher, leyenda del Liverpool y de la selección. No quieren repetir la experiencia de Eriksson (2001-2006) y Capello (2007-2012).

«Los aficionados estarían encantados con alguien como Guardiola o Klopp, claro, pero tras lo que pasó con Eriksson y Capello creo que será difícil que elijan a un extranjero», explican varios periodistas ingleses en un corrillo formado en la concentración británica en Blankenhain.

"El fútbol francés no está listo para un extranjero"

«Si Deschamps se va, todo el mundo quiere a Zidane como sucesor», explica Denis Menetrier, periodista del diario francés Le Monde. «No creo que haya una voluntad de elegir a un extranjero, sería admitir la debilidad de los entrenadores franceses, que es otro debate. Creo que el futbol francés no está listo para tener un extranjero», reflexiona.

El dato de Rehhagel es contundente: una victoria extranjera en 38 torneos desde 1930. En Europa, lo intentan ahora el español Roberto Martínez con Portugal, antes con Bélgica, y el italiano Montella con Turquía, ambos cuartofinalistas de la Eurocopa. «Tanto en Bélgica como en Portugal, Roberto ha entendido que lo ideal es atraparse de la cultura local, del idioma y de sus costumbres. Es lo principal», admiten los que mejor conocen al seleccionador luso, que desde su llegada obligaba a sus compañeros a hablarle en portugués.

A pesar de los intentos de Brasil con Ancelotti y los rumores del interés de Inglaterra en Guardiola, parece que las grandes selecciones se siguen fiando del talento nacional. En la clase media es diferente: en la Eurocopa hay cinco seleccionadores italianos, son mayoría, Albania tiene al brasileño Sylvinho, Georgia al galo Sagnol... «Buscan fuera el talento que no tienen en casa», explica Peris.

El fútbol de clubes, sin embargo, olvida la nacionalidad y se tira al talento. Ancelotti gana con el Madrid y Guardiola con el City, el Barça y el Atlético están entregados a Flick y Simeone...

España se une al club de las selecciones de 1.000 millones impulsada por Rodri y Lamine Yamal

Actualizado Viernes, 12 julio 2024 - 00:44

¿Cuánto vale Lamine Yamal? ¿Y Nico Williams, Dani Olmo o Rodri? La respuesta la tiene el mercado pero no es equivocado decir que más que hace un año y medio cuando se disputó el Mundial de Qatar y aún más que el 14 de junio cuando arrancó la Eurocopa. Los jugadores de la selección se han revalorizado en una línea ascendente que comenzó antes de la llegada al banquillo de Luis de la Fuente pero que se ha acelerado en el último mes.

España rozaba en junio un valor de 1.000 millones de euros y se acerca a Inglaterra y Francia, los equipos nacionales que tienen en sus filas a los jugadores más cotizados. La lista de Southgate vale 1.520 millones y la de Deschamps, que ya está de vacaciones, 1.230.

En concreto los internacionales españoles tenían un valor en el mercado al comienzo de la Eurocopa de 965,50 millones de euros, con una media por jugador de 37,13 , según el portal Transfermarkt. Eso son 112,5 millones más que el grupo que lideró Luis Enrique en la última Campeonato del Mundo.

La figura de Rodri

España ha crecido y no sólo lo ha hecho desde las botas de los jugadores que han asombrado a Europa. El jugador con más valor de España es Rodri, uno de los líderes del conjunto español cuyo valor se estima en 120 millones. En el Mundial su cotización se fijaba en 80 millones y ha ido aumentando en diez en cada ventana de mercado. En los últimos dos años, el incremento ha sido de 70 millones y si España se proclama campeona tras el brillante torneo del jugador del City, la cifra aumentará. Es el pivote más valorado junto a Declan Rice y está el sexto en todas las posiciones tras Mbappé y Bellingham (180), Foden (150), Saka (140) y el alemán Florian Wirtz (130). Tras la Eurocopa, y pese a sus 28 años, escalará.

El siguiente en la lista es, cómo no, Lamine Yamal. El Barça le firmó la renovación hasta 2026 y le colocó una cláusula disuasoria de 1.000 millones, y es que su valor ya está en 90 millones cuando hace un año era de 25. Sin que haya traspaso de por medio y con la Premier como único mercado que mueve grandes cifras, Yamal romperá el techo de los jugadores españoles en breve.

Eso parecían que harían Pedri y Gavi. El canario llegó a Qatar con la máxima valoración de todo el equipo nacional: 100 millones y le seguía el andaluz con 90. Las lesiones han bajado su caché, que en el caso del canario está en 80. Estas cifras son simbólicas cuando los clubes, como es el caso del Barça, no piensan en sacar a sus figuras al mercado.

Caso distinto es el de dos futbolistas que también está brillando en esta Eurocopa. Nico Williams ha pasado de 25 millones en noviembre de 2022 a 60 cuando llegó a Alemania, una cifra muy próxima a la cláusula que pactó con el Athletic en su reciente renovación. De ahí que existan rumores que enfadan al Athletic y que le colocan otra camiseta, en concreto la del FC Barcelona.

En el RB Leipzig no se lo toman a mal, pero saben que la cláusula de salida de existe en el contrato de Dani Olmo por 60 millones ya no es disuasoria sino que se acerca a su valor real, que ya estaba en 50 millones antes de que marcara tres goles en momentos clave para España en este torneo, donde otros futbolistas se han colocado en el escaparate que les hará aumentar su valor.

Es el caso de Cucurella, que partía con 25 millones, Fabián Ruiz, que lo hacía con 30 como Fermín, que ha pasado en un año de 300.000 euros a otros 30 millones. En su caso y en el de Álex Baena, que apenas han tenido minutos, la presencia en los Juegos de París también ayudará.

La aparición de estos jugadores ha provocado que la demarcación más cotizada en España sea el centro del campo. Ficharlos supondría un desembolso de 450 millones de euros. Algo más de la mitad, 253 millones, valen los atacantes, sobre todo arrastrados por el valor de los extremos, y 172,5 millones la defensa. Donde España gana claramente es en la portería: Unai Simón, David Raya y Álex Remiro valen 90 millones de euros, frente a los 63 de los guardametas de Francia y los 59 de los ingleses.

Como en el mercado pesan mucho los años, España tiene a la cola con menos de diez millones de valoración a Ayoze (7), Joselu ( 5), Nacho (3) y, sobre todo, Jesús Navas, con 2,5 millones y un pie en la retirada. Antes puede ser el jugador más veterano en jugar en una final.

La metamorfosis de Luis de la Fuente en Alemania: memes de sí mismo, 'Quijote' en el karaoke y un quirófano aplazado

La metamorfosis de Luis de la Fuente en Alemania: memes de sí mismo, ‘Quijote’ en el karaoke y un quirófano aplazado

Corre por las redes sociales como la pólvora. Es un vídeo. En la imagen, el seleccionador nacional, Luis de la Fuente, durante una rueda de prensa. Creada con Inteligencia Artificial, su voz reproduce una serie de groserías hacia los periodistas que, al igual que una buena parte de la afición, han asistido, atónitos, a una de las metamorfosis más rápidas habidas en el mundo del fútbol. Esas frases tan desagradables, lógicamente, jamás han salido de la boca, real, del técnico, que sin embargo es el primero que se ríe cuando lo ve. En el chat de Whatsapp del equipo, estos días, se comparten esos memes una y otra vez.

Para saber más

Está crecido Luis de la Fuente. Y no tiene la expresión sentido peyorativo alguno. Está crecido porque se ha ganado el derecho a estarlo. Del mismo modo que agachó la cabeza cuando tocaba, hoy camina con ella erguida y protagoniza incluso discursos virales (aquí, de nuevo, las redes sociales, que hoy lo adoran). Se ha convertido, incluso, en alguien a quien escuchar. El pasado martes, tras imponerse a Francia, elaboró un speech miles de veces reproducido en Instagram: "Hoy estoy reivindicativo. De lo que más orgulloso me siento es de cómo hemos llegado hasta aquí. La gente joven debe saber que no hay logros sin sufrimiento, sin esfuerzo. El sufrimiento forma parte del fútbol, y de la vida", dijo.

Se siente seguro. En las pantallas de la sala de prensa de Donaueschingen, aparece su fotografía junto a un enorme número 6, que son las victorias que lleva en esta Eurocopa el equipo, algo que nadie había logrado. Echa la vista atrás y ya no dice en bajito que es muy creyente, que reza todos los días, que se persigna antes de cada partido y que, cuando juega en Sevilla, acude siempre a rezarle al Cristo del Cachorro, en Triana. Tampoco dice en bajito que le gustan los toros, como a Nacho, y mucho menos que se siente español por los cuatro costados. En realidad, Luis de la Fuente ya no dice nada en bajito porque el paso del tiempo le ha dado la razón en todo lo que decía. Estos meses atrás, en reuniones discretas con periodistas de su confianza, siempre agarrado a su vaso de agua, transmitía el mensaje de que sí, de que se podía ganar la Eurocopa, de que había mimbres, jugadores, ambición...

El técnico, antes del España-Francia

El técnico, antes del España-FranciaPABLO GARCÍARFEF

Era consciente, cómo no, de que ese discurso no calaba entre el gran público, pero asiste hoy, satisfecho, a la entrega de todo un país a su proyecto. Y lo celebra. Lo celebra siempre, pero especialmente divertida fue la fiesta que montó en el hotel de concentración a la vuelta del partido contra Alemania. Normalmente, la selección duerme en la ciudad donde se juega el partido y regresa a Donaueschingen al día siguiente, pero el viernes pasado, el "hogar" -así lo definió ayer Dani Vivian-, quedaba a poco más de una hora en autobús, y volvieron a dormir a casa.

El seleccionador improvisó una fiesta con karaoke para el staff y todos los trabajadores que quisieron unirse. Para romper el hielo, él mismo cogió el micrófono:

"Soy de aquellos que sueñan con la libertad /Capitán de un velero que no tiene mar / Soy de aquellos que viven buscando un lugar / Soy quijote de un tiempo que no tiene edad / Y me gustan las gentes que son de verdad / Ser bohemio, poeta y ser golfo me va / Soy cantor de silencios que no vive en paz / Que presume de ser español donde va".

Es Quijote, de canción de Julio Iglesias, su favorita, y ahí estaba el seleccionador español, bien entrada la madrugada, dándolo todo con esas estrofas. Tras él se animaron unos cuantos.

Es la celebración de un camino que recuerda hoy la llamada a Sergio Ramos, nada más llegar, para decirle que no iba a contar con él. Ese fue su primer vía crucis. El último, el que hubo de atravesar cuando decidió que no iba a rogarle a Brahim que se quedara, que sí, que contaría con él si se lo ganaba, pero que no le iba a prometer amor eterno, al contrario que sí quiso hacer en su momento con Achraf Hakimi. Fue el jugador del PSG el que no quiso firmar el documento que le presentó. Hoy nadie echa de menos ni a Ramos ni a Brahim.

Por detrás, pues, de lo evidente, de que está pasando un montón de horas preparando el partido contra Inglaterra (monotonía interrumpida ayer para disfrutar de una comida tranquila junto a todo su 'staff' en un restaurante alemán a dos kilómetros del hotel), sólo hay algo que le inquieta: en noviembre se pondrá una prótesis en su rodilla. Debería haberlo hecho en diciembre pasado, habló incluso con Del Bosque para preguntarle cómo era el proceso, pero se echó atrás por miedo a los quirófanos. Ahora parece decidido.

De la Fuente y su 'staff' se hacen un 'selfie'.

De la Fuente y su 'staff' se hacen un 'selfie'.PABLO GARCÍARFEF

De la Fuente, que no es considerado internacional por la UEFA porque no jugó un solo minuto con la absoluta, sigue obsesionado con un factor: hacer grupo. "Aquí no hay ni bromas sobre los clubes. Nadie habla de eso. Ha habido épocas en que se creaban grupos, ahora no. Porque hay personas dentro del staff que hacen que esto no ocurra", explica a este periódico Fernando Giner, delegado de la selección y presidente de Asociación Española de Futbolistas Internacionales, Leyendas de España.

"Como Aragonés o Del Bosque, sabe llegar, a la persona y al futbolista. Cada uno lo transmitía de una manera, pero el fondo es el mismo. Y eso es lo que perciben los futbolistas", prosigue Giner, muy atareado estos días con todos los preparativos de la final. "Lo que veo dentro del cuerpo técnico es el respeto que nos tienen a todos. Es un trato excepcional, cercano, motivador, pero no especial para nadie, ni para los que jugamos menos. Estamos muy agradecidos de tenerle", decía ayer mismo Vivian sobre Luis, que ya no es Luis, que ya es Don Luis.

Los "indignos" abucheos de la afición alemana a Cucurella: "Me parece una vergüenza"

Los “indignos” abucheos de la afición alemana a Cucurella: “Me parece una vergüenza”

Con permiso de Lamine Yamal y Nico Williams, Marc Cucurella es la estrella de la selección española. El más querido en redes sociales, todo un descubrimiento para los enviados especiales que conviven con él en la concentración en la Selva Negra y uno de los más aclamados por la grada en cada partido. En el Allianz Arena, la 'Marea Roja' se volcó todavía más con él. ¿Por qué?

Desde el primer segundo del partido, Cucurella fue abucheado por gran parte del estadio. No por los aficionados franceses, y obviamente tampoco por los españoles. Quienes silbaban a Cucurella eran los miles de alemanes con entrada que habían comprado el billete pensando que las semifinales las iba a jugar el país anfitrión. Y claro, la rabia les hizo actuar de una manera "vergonzosa", como declara su prensa nacional.

Pusieron en Cucurella su diana, acusándole a él de la derrota en cuartos y viéndole culpable por el penalti por mano que no pitó Anthony Taylor. Musiala disparó a puerta y el balón dio claramente en el brazo del lateral español. ¿La realidad? El VAR no entró porque Füllkrug estaba en fuera de juego antes.

Dio igual, Cucurella fue abucheado durante todo el duelo, sin parar, incluso cuando sólo tocaba el balón medio segundo. "Son cosas que pasan, yo no tengo culpa de nada... Lo importante es que estamos en la final y ya está", dijo el futbolista en la zona mixta de Múnich. Calmado y aceptando la situación. "No sé lo que pretendían, pero es lo que hay. Lo importante es que hemos pasado a la final", insistió.

En una entrevista con EL MUNDO, hace sólo unos días, el defensa de Alella (Barcelona) admitió que ya estaba "acostumbrado" a los insultos. "Tú no vas a un hombre que está en una obra y le insultas. ¿Por qué a un futbolista sí? No es que me moleste, porque ya estoy acostumbrado, pero la gente va al fútbol a desahogarse y parece que hay barra libre para insultar", reflexionaba.

Pero en Múnich no estuvo sólo. Unos segundos antes, Dani Vivian se había mostrado muy enfadado por los pitos de la grada a su compañero: "Me parece una vergüenza, creo que ningún jugador se merece eso. Venir a un campo de fútbol a abuchear a una persona es de no tener respeto por alguien que está haciendo su trabajo. No lo comparto en absoluto".

La prensa alemana ha sido muy dura con su propia afición. "Vergonzosa, tonta y contraria a la idea del juego limpio. Se comportan de una forma indigna", manifestó el periódico germano Kicker. "Muy malos anfitriones y muy malos perdedores", aseguraron en la cadena de televisión NTV.

La situación, a pesar de todo, no pareció afectarle durante el encuentro. Después de unos primeros minutos de algunas dudas, Cucurella cuajó un encuentro extraordinaria, secando a Ousmane Dembélé, que sólo realizó un regate en todo el choque, en una noche que le obligaba a estar más pendiente de la defensa que del ataque. Y aún así, se le vio varias veces doblando a Nico Williams y llegando a línea de fondo.

85% de acierto en el pase, dos despejes, un tiro bloqueado, una sola falta, cuatro balones largos... Su evolución durante el partido fue la evolución de España, capaz de reaccionar al gol inicial de Kolo Muani.

Un partido, otra vez, de nota. Y van ya cinco en el torneo, donde sólo ha descansado en la tercera jornada de la fase de grupos. Cucurella se ha trabajado la carrera desde el Eibar, el Getafe, el Brighton y el Chelsea, donde ha conseguido hacerse un hueco en el once de los 'blues' y en la selección. Siempre, además, con un perfil alejado del foco mediático, con su novia de toda la vida y tres hijos. Y eso que tiene sólo 25 años. "Quería ser padre joven", reconoció en la charla con este periódico.

"Cucurella come paella, bebe Estrella y tiene un pelo gigante", le cantaba la afición de Stamford Bridge, una canción que ha terminado traduciéndose al castellano, al viral "Cucu Cucurella", y convirtiéndose en la canción más escuchada de toda la Eurocopa junto a la famosa 'Potra Salvaje'. Los jóvenes y las redes sociales adoran al catalán e incluso el alcalde de Cullera, pueblo de Valencia, le ha 'cambiado' el nombre a su ciudad. un baile al ritmo de "Cucu Cucurella".

"Soy divertido. Creo que valgo para hacer monólogos", dice. En el grupo de WhatsApp del vestuario de España no dejan de enviarse vídeos y memes del futbolista, siempre con cariño. Es uno de los favoritos de sus compañeros. Una persona normal convertida en jugador de fútbol.

Diseccionando a Lamine, el fenómeno que asombra al mundo: “Estamos ante un jugador en extinción”

Actualizado Miércoles, 10 julio 2024 - 22:59

De un tiempo a esta parte, un sector de los consumidores de prensa deportiva, poco dado a distinguir entre las diferentes opciones, ha decretado que todos son (somos) lo mismo, dejando detrás de ese decreto una clara desconfianza hacia todo lo que lee, escucha o ve. Una sensación de que todo lo que se escribe o se dice está mal, o es falso o, simplemente, viene predeterminado por algún extraño interés. Ese magma, generado por un sector, no pequeñ

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La catarsis de Luis de la Fuente

La catarsis de Luis de la Fuente

Las catarsis nacionales son el contrapeso a los traumas, esos que sumen a un país en la autocompasión y el pesimismo. El 98 fue uno; el desastre de Annual, otro; las imágenes del simulacro de Referéndum fue el último. En esos episodios, los españoles retoman esa sensación de fracaso, el pesimismo, al que parece que estamos abonados, aunque por lo general esa sensación de "perder", de "los perdedores" no es patrimonio exclusivo de nuestro país. En

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Felipe VI asistirá a la final de la Eurocopa después de ver la semifinal con la Reina Letizia y sus dos hijas en Lloret de Mar

Actualizado Miércoles, 10 julio 2024 - 12:53

La Familia Real española vio ayer la victoria de España sobre Francia en la semifinal de la Eurocopa desde el hotel Meliá de Lloret de Mar. Aquí están alojados Don Felipe, Doña Letizia junto a la Princesa Leonor y la Infanta Sofía con motivo de los Premios Fundación Princesa de Girona. De hecho, para poder seguir el partido, se adelantó toda la agenda media hora, pues a las ocho de la tarde la Familia Real tenía un encuentro con los premiados de Ediciones anteriores. Fue tras la cena tipo cóctel cuando, a las nueve, sacaron una pantalla desde la que vieron el partido junto a los premiados que quisieron seguirlo.

Tras la victoria de España, Don Felipe reservó su agenda de este domingo para viajar hasta Berlín, donde tendrá lugar la final. El Rey ya acudió a ver a la selección hace tres semanas para ver el partido de la Roja contra Italia. Entonces, en el vestuario, el Monarca ya confirmó que si llegaban a la final acudiría a verlos.

Aquel día, el Rey protagonizó una anécdota con Lamine Yamal, protagonista de la semifinal contra Francia. Felipe VI saludó al jugador del Barcelona y luego regresó para preguntarle su edad. "Cuántos años tienes", cuestionó. "16", contestó Yamal, una respuesta que provocó que el Rey se llevara las manos a la cara de estupefacción.

Este miércoles por la mañana, el Rey se ha puesto en contacto con la selección para felicitarles. Así, Don Felipe ha hablado con el entrenador, Luis de la Fuente, y con el capitán, Álvaro Morata, a los que ha trasladado su felicitación y ha comunicado que asistirá al final.

Por su parte, la Princesa Leonor ha afirmado que tanto ella como la Infanta Sofía están "muy contentas" por la victoria de España contra Francia. Lo han dicho al preguntarle antes del inicio de un encuentro con jóvenes que participan en programas de la Fundación Princesa de Girona (FPdGi) en los Jardins Santa Clotilde de Lloret de Mar (Girona).

España tendrá que esperar a que esta noche se celebre el otro partido de semifinales para conocer a su rival del domingo. Será Inglaterra o Países Bajos. En cualquiera de los dos casos, se trata de monarquías parlamentarias, por lo que Don Felipe coincidirá en el palco con el príncipe Guillermo o con el Rey Guillermo de los Países Bajos, junto a quien ya asistió a la final de la Eurocopa en 2010.

El gesto con mensaje de Lamine Yamal, un regalo de cumpleaños deseado y el asombro de sus ídolos: “Qué locura de chaval”

Actualizado Miércoles, 10 julio 2024 - 12:53

Cuando el colegiado del España-Francia pitó el final del partido, todos los focos se giraron hacia Lamine Yamal. Su gol, una genialidad, había encarrilado a España a la final de Berlín y el joven futbolista lo manejaba con una naturalidad asombrosa. Tanto que tuvo tiempo para enviar mensajes antes de que le llegara un aluvión de felicitaciones. El primero, el de siempre, marcar con los dedos un 304, el código postal de Rocafonda, el barrio de Marató en el que se ha criado y que siempre forma parte de sus celebraciones. Para el siguiente tuvo tiempo de pensarlo. "Desde el minuto 60 ya sólo pensaba en que íbamos a jugar la final", admitía después del partido.

A su cabeza volvieron las palabras del francés Rabiot, que fue un espectador de lujo de su gol después de retarle a que mostrar más de su fútbol si quería ir a la final. "Muévete en silencio. Sólo habla cuando sea el momento de decir: jaque mate", le había respondido en redes sociales. En el campo, mirando a la cámara, hizo un gesto con las manos y dijo: "Hablar, hablar". No quiso más polémica, ni siquiera desvelar el destinatario.

io. "El destino pone a cada uno en su lugar. La persona para la que era sabrá que era para él", se limitó a decir el futbolista más joven en marcar en una Eurocopa que se fue del Allianz Arena de Múnich con el trofeo de MVP bajo del brazo. "Se lo dije antes del partido, que iba a ser su día. Que yo iba a estar un poco flojo pero mi hermano iba a meter gol", decía Nico Williams en el vestuario.

Precisamente el próximo sábado, 24 horas después de que su bro Nico, cumpla los 22 años, él celebrará sus 17. "Ya le he dicho a mi madre que no quiero regalos. El regalo es la final y el título, que era mi sueño y el de ella", confesó el jugador, que no ha parado de repetir en esta fase final que la última, la que se disputó en 2021 por el Covid, la siguió en un centro comercial con sus amigos.

Sus padres, su hermano pequeño Keyne, de dos años, y algún amigo íntimo le acompañan en Alemania. Con ellos, otros chavales aún menores de edad, ha disfrutado en los últimos meses de cosas propia de su edad, desde los bailes en redes sociales con música brasileña -"es la que me sale en TikTok y me gusta", explicó- a los conciertos de raperos como el estadounidense Eladio Carrión, del que fue un espectador privilegiado desde el backstage y pudo cantar sus canciones.

El otro, con quien guarda una conexión especial es Morad. Con el comparte origen marroquí y vida en Cataluña. A sus conciertos ha acudido acompañado de su padre y de otros familiares y anoche, tras el gol, el músico no pudo contenerse en redes sociales y le devolvió la admiración. "Qué locura de chaval. Madre mía. Yo con tu edad... ay mi madre, Lamine. En Mataró deben estar flipando. Qué máquina, qué bueno que es", no pudo contenerse el rapero. Lamine respondió sonorizando sus historia de Instagram con su música.

Tampoco se pudo contener otra artista que triunfa entre los jóvenes: Aitana. Ella también recurrió a la imagen del gol de Yamal para felicitar a la selección por su pase a la final.

España superstar

España superstar

Con una soberbia primera parte, un golazo de la nueva estrella del firmamento del fútbol, el increíble Lamine Yamal, bastó para depurar y ridiculizar a la terrible Francia del rácano, perverso e inútil Deschamps. Y eso que Unai Simón se tragó el inesperado gol francés, porque es un mal defensor en los centros laterales y de su área pequeña, amén de ponernos taquicárdicos con sus horribles salidas del balón, que son como cuchilladas en el alma del

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Una maravilla de Yamal obra la remontada ante Francia y conduce a España a la final

Una maravilla de Yamal obra la remontada ante Francia y conduce a España a la final

En una semifinal de Eurocopa, contra el equipo más poderoso del mundo en lo físico, finalista en los dos últimos Mundiales, España salió, vio cómo le metían un gol, se sacudió el polvo de los hombros, silbó, aceleró para marcar dos goles, remontar, y luego decidió que allí, en una semifinal de Eurocopa, con una hora por delante, ya no iba a pasar nada más. Como si fuera su potestad elegir los caminos de los partidos, también los de una semifinal de Eurocopa, como si dispusiera de un mando a distancia para darle al play, y luego al pause, y luego hacia delante, y luego hacia atrás, y luego al stop. España, en una semifinal de Eurocopa, gobernó la noche como le dio la gana, decidió lo que ocurría y lo que no, y agarrada al maravilloso descaro de un niño de 16 años, dueño de un gol estratosférico, le dio la vuelta al tanto francés y echó la persiana. Hasta aquí, dijo. Y hasta ahí. Luis de la Fuente y su muchachada han llevado a España a su quinta final continental, a las puertas de un título impensable hace no mucho, posible, probable, hoy. En una semifinal de Eurocopa, hizo lo que quiso, como quiso y cuando quiso. Esta es España. [Narración y estadísticas (2-1)]

Para saber más

Para saber más

Una España nacida de la desconfianza, forjada en la ignorancia, cuando no en la mofa, de una parte de la afición, que miraba con displicencia a un grupo de jugadores que permaneció callado, cabizbajo, rumiando, eso sí, algo parecido a una venganza, agarrados todos ahí dentro a la esperanza de darle la vuelta a todo y poner al país a sus pies, un país obligado hoy a reconocer el trabajo y el talento de un grupo humano que, más allá de lo que ocurra en la final, se ha ganado el respeto que hasta ahora no tuvo. Honor para España, finalista de la Eurocopa. Y honor para Lamine Yamal, el niño de 16 años, hijo de inmigrantes, que personifica esta nueva realidad española, tan diferente, tan cambiante, tan rica.

A estas alturas de torneo, los jugadores no entrenan. Ni españoles ni franceses habían hecho nada desde el viernes, cuando obtuvieron el billete a la semifinal. De hecho, se intuía un partido calmo, con los dos midiendo muy bien sus esfuerzos y los del rival. Sin embargo, en este juego de detalles que es el fútbol, y más llegados a este punto del torneo, Francia se puso por delante poco después de que lo hubiera podido hacer España. Fabién envió alto un cabezazo que parecía fácil, pero Kolo Muani sí acertó. No habían pasado ni 10 minutos y Francia estaba por delante casi sin haberse desperezado, y además Jesús Navas con amarilla por frenar una contra con pinta de 2-0.

Como quien se levanta de la siesta

Era la segunda vez que la selección estaba por detrás en el marcador. La otra vez fue contra Georgia. Y claro, Francia no es Georgia. O sí, porque lo que ocurrió desde ese momento es muy difícil de explicar. Cuando encajó, España mantuvo la calma. De hecho, tardó bastante menos en empatar, y no necesitó ni de coraje, ni de empeño, ni de suerte, ni de una jugada maravillosa. Bastó que un crío que acaba de aprobar la ESO cogiera la pelota, levantara la cabeza y pusiese en órbita un disparo maravilloso. Lamine Yamal es un niño, un puñetero niño que juega como un mayor, que levanta la cabeza, que pasa, que centra y que, sí, también regatea, pero que, ante todo, juega al fútbol como los dichosos ángeles.

La parábola de su disparo, inalcanzable en diez vidas de Maignan, catapultó a España, un equipo en trance que, cinco minutos después, se adelantaba porque Dani Olmo hizo un quiebro delicioso a Upamecano cazando el rebote de un centro. Su tiro, que iba a portería, lo desvió Koundé por si acaso, como para asegurarse de que entraba sí o sí. Había remontado España como quien se levanta de la siesta. Aguantó a pie quieto los intentos franceses, que no fueron pocos en la primera parte. El equipo de Deschamps trató de hacer daño a España en dos facetas: los cambios de orientación y las jugadas a balón parado.

Olmo festeja el 2-1 en Múnich.

Olmo festeja el 2-1 en Múnich.AFP

Mbappé, sin máscara, fue menos Mbappé que Dembélé. El ex futbolista del Barça molestó a ratos a Cucurella, y Nico Williams tuvo que ayudar lo suyo ahí. Navas, entretanto, en el duelo que se presumía tan desigual, se mantuvo con bastante más que dignidad hasta su lesión. Al equipo, en algún momento, le costó llegar a la presión porque las piernas están como están, y eso permitía a Francia encontrar alguna vía, sin éxito.

Jugar a que no pase nada

De modo que España, la España donde De la Fuente se limitó a poner a los suplentes de los sancionados y lesionados, ni más ni menos, llegó al descanso por delante y confiada, consciente, más que nunca, de la diferencia física con su rival. Era el momento de no ir al choque. Había que jugar a otra cosa. Había que jugar, por ejemplo, a que no pasara absolutamente nada.

Eso fue lo que hizo España a la vuelta del descanso, buscando trastear con la paciencia, y el físico, del rival, y al rival, claro, cuando le toca proponer, suda tinta. No pasaba nada, ni bueno ni malo, así que Deschamps quitó del campo a Rabiot y a Kanté para meter a Griezmann y a Camavinga. Mbappé ya era delantero centro, porque también se fue Kolo Muani para dar paso a Barcola, que se instaló en la izquierda. Para desgracia de Deschamps, siguió sin pasar nada.

España jugó toda la segunda parte como si fuese el tiempo de descuento. No hizo mucho por atacar, pero como tampoco le hacían daño, fue dejando pasar el tiempo en un ejercicio de madurez algo inquietante. Tanta tranquilidad en una semifinal de una Eurocopa asusta. De la Fuente debió pensar que no fueron tan buenos los cambios contra Alemania, y sí, metió a Merino y Oyarzabal, pero dejó en el campo a Nico y a Lamine por si acaso. Deschamps echó mano de Giroud como quien reclama al Cid, pero allí seguía sin pasar nada. En una semifinal de Eurocopa, hasta España pitó el final del partido.