Las virtudes de Unai Simón, el líder silencioso del vestuario: "Cuando llegamos a una tanda, tenemos la tranquilidad de que está él"

Las virtudes de Unai Simón, el líder silencioso del vestuario: “Cuando llegamos a una tanda, tenemos la tranquilidad de que está él”

Un buen puñado de jugadores cogieron un tren charter hasta Madrid para, o bien quedarse allí, o bien coger algún vuelo a sus ciudades. Otros se subieron al coche y unos pocos durmieron en Valencia para regresar hoy. Todos felices, una alegría expulsada tras el penalti marcado por Pedri y que comenzó sobre la misma hierba de Mestalla, donde algunos futbolistas (Huijsen, Nico, Lamine...) pasaron un rato con sus padres y hermanos haciéndose fotos y celebrando el pase a la Final Four.

Para saber más

De los menos efusivos, así es él, fue Unai Simón. Da la impresión con el portero del Athletic y de la selección que tendría el mismo gesto si le tocara la lotería que si le cayera una bomba al lado. Es un tipo bastante frío, y en la tanda de penaltis contra Holanda se convirtió en el protagonista absoluto de esta concentración (si es que no lo era ya). Por muchos motivos, algunos obvios y otros no tanto.

El primero es que regresaba a una citación después de la Eurocopa. Jugó aquel torneo lesionado, concretamente con una dolencia en el ligamento escafosemilunar de su muñeca derecha. Aguantó como pudo, a base de masajes y analgésicos, hasta levantar el trofeo, y cinco días después fue operado en Madrid. Regresó a la competición en noviembre y ha recuperado el sitio en su club y en la selección con celeridad.

En realidad, la titularidad con España nunca ha estado en cuestión si es Luis de la Fuente el seleccionador. En su primera convocatoria como técnico, hace ahora dos años, el riojano no pudo llamar a su portero preferido por otra lesión. Después de ganar a Noruega y perder contra Escocia, la siguiente lista fue la de la final de la Liga de Naciones en junio de 2023. Ahí sí estaba Unai, y en la prensa se generó un debate que le enfrentaba a Kepa, el titular en aquella ventana de marzo. Para el entrenador nunca hubo debate. El primer día de aquella concentración de junio se pudo ver a De la Fuente hablando con Unai un buen rato en uno de los pasillos de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Le vino a decir que el su portero era él.

Su relación con la prensa

De hecho, para esta citación de marzo, a la que volvía Unai tras no poder estar en septiembre, octubre y noviembre, el buen papel de David Raya generó unas dudas similares en los alrededores del equipo. No así en Luis de la Fuente, que en cuanto ha tenido preparado a Unai, no ha dudado.

El segundo motivo por el que ha sido protagonista fue por su especial relación con una parte de la prensa. En la Eurocopa tuvo un enfrentamiento con un periodista de Onda Cero y el pasado martes, ese periodista le hizo una pregunta en la rueda de prensa que ofreció. «Mira Fernando, con todo el respeto a todo el mundo, después de lo que pasó entre tú y yo en la Eurocopa, no te voy a contestar a ninguna pregunta», le dijo en un tono muy calmado.

Y el tercer y último motivo, cómo no, han sido los penaltis. Era la quinta tanda a la que se enfrentaba como portero de la selección, y el que le detuvo a Malen, el sexto que era para Holanda, no es un hecho aislado. Lo dijo Pedri: «Cuando llegamos a una tanda, tenemos la tranquilidad de saber que Unai siempre se va a parar alguno». No le falta razón al canario.

Unai y Pedri celebran la clasificación.

Unai y Pedri celebran la clasificación.EFE

En la final de esta competición ante Croacia, va a hacer dos años ahora, detuvo los lanzamientos de Majer y Petkovic. Pero es que en la Eurocopa de 2021, con Luis Enrique, el hombre que primero lo situó como titular en la selección, ya fue decisivo. En cuartos de final, tras un áspero partido en San Petersburgo, España y Suiza se fueron a los penaltis. Unai paró dos, uno a Schär y otro a Akanji. Y en la eliminatoria anterior, ante Croacia, se vio la fortaleza mental que tiene, uno de sus sellos de identidad. A los pocos minutos de partido, falló en un control tras una cesión de Pedri y Croacia se puso por delante. Tras una locura de choque, que España se dejó empatar cuando iba ganando 3-1 en el minuto 86, Unai hizo dos paradas en la prórroga, antes de que Morata volviese a poner al equipo por delante, que merecen la pena ser revisadas en vídeo.

En la otra cara de la hoja están las dos tandas perdidas, ante Italia en las semifinales de la Eurocopa de 2021 y ante Marruecos en los octavos de final del Mundial de Qatar en 2022. A sus 27 años, y ocupando el puesto que ocupa, y viendo la fe que le tiene el entrenador, el debate de la portería de España está cerrado por mucho tiempo.

La foto de Pedri en el vestuario, la magia del 'parapenaltis' Simón y un goleador para De la Fuente: "Este equipo es insaciable"

La foto de Pedri en el vestuario, la magia del ‘parapenaltis’ Simón y un goleador para De la Fuente: “Este equipo es insaciable”

El olfato de Luis de la Fuente no falló Mestalla. Vivió el partido más difícil de su era como seleccionador porque España tuvo que bregar para golpear al Países Bajos, que se levantaba siempre, pero se encontró con la absoluta madurez de Pedri en el penalti de la tanda que era decisivo, en la capacidad de Unai Simón para intuir y parar lanzamientos y un goleador en Oyarzabal cuando más lo necesitaba. "No concibo el deporte y casi la vida sin sufrir, pero este equipo es insaciable", resumió De la Fuente, que recordó a un "iluminado que dijo que esta competición era menor".

Fue Juanjo González, el flamante segundo entrenador, quien decidió el orden en la tanda y Pedri sabía que, tras el fallo de Malen, le tocaba el decisivo. Una foto en el vestuario lo presagiaba: Morata le daba el balón en el duelo ante Suiza en Tenerife (3-2). Entonces, en casa, falló. En Mestalla, no. "Juanjo nos dijo quien tiraba. Yo hablé con Dani Olmo y le dije que lo iba a tirar abierto y arriba. Es bonito hacer feliz a la afición pero no hubiera sido posible sin Unai, que siempre para uno. Estábamos seguros de que lo haría", confesó el centrocampista.

Se quitó mérito Unai Simón ante los elogios de su compañero. "Ser los segundos en tirar nos hacía depender un poco más de mí para ir con ventaja. El penalti de Simons durante el partido me dio mucha rabia porque se paró y no pude impulsarme bien. El de Van Dijk en la tanda no me le orientado bien y el otro se me ha colado por debajo del brazo", explicó. El de Malen lo tenía muy claro: "Él iba centrado a ese lado, por lo que habíamos visto, y me le lanzado ahí convencido", desveló. Anuló así el error de Lamine Yamal. "Está feliz por la clasificación", desveló el seleccionador.

De la Fuente le dio la titularidad a Unai Simón y también a Oyarzabal, que no estuvo en la tanda pero fue muy protagonista antes. Dejó el seleccionador en el banquillo a Álvaro Morata y no le falló el capitán de la Real Sociedad. De penalti marcó su gol número 14 con España, el noveno con el seleccionador riojano en el banquillo. Ese tanto lo convierte en el máximo goleador de la era De la Fuente, con dos de diferencia sobre Morata y tres sobre Ferran Torres.

Oyarzabal fue titular por segunda vez en esta Nations League. En noviembre, ante Dinamarca en Copenhague inició el partido y también abrió el marcador, aquella vez en el minuto 15, mientras Morata esperó al minuto 69 para saltar al césped. Mestalla festejó ese gol de penalti con el recuerdo del marcado en la final de la Eurocopa ante Inglaterra que convirtió a España en campeona. Aún le quedaba otro en a segunda parte. Salvó su disparo con la cara el meta Verbruggen, pero el rechazo lo empujó con la cabeza para convertirse en el segundo jugador de la Real en marcar un doblete con la selección en partido oficial. Sólo lo había hecho Bakero en 1988.

"Lo más importante es que la era De la Fuente suma ya dos títulos cuando nadie creía en nosotros. Todos aportamos para que el colectivo vaya para arriba", resumió con cierta modestia.

Llenazo en Mestalla por la dana

Con un estadio a reventar, la afición comenzó la fiesta antes de que arrancara el partido alentada por el gol de Iniesta a Países Bajos en el Mundial de Sudáfrica de 2010. Si los neerlandeses recordaron en un tifo la dura derrota que infringieron a España cuatro años después en Brasil, en Valencia se proyectó en los videomarcadores aquel gol que hizo a España campeona del Mundo. Hubo tiempo para eso, para llenar de banderas nacionales la grada, tararear el himno nacional y hasta acordarse del 'Peter, vete ya' en el minuto 19. Mestalla lucía diferente, pero era Mestalla y ni falló. Hasta respaldó con aplausos a Huijsen cuando, desde la esquina alta del Gol Norte, los 2.500 holandeses le silbaban.

Todos disfrutaron porque el partido lo mereció. España quería mandar y golpeaba, pero también recibía. De hecho, mostró vulnerabilidad porque en tres partidos de esta Nations League, ante Suiza y los dos ante Países Bajos, recibió dos o más goles.

Eso fue el fútbol, que importaba y mucho porque la victoria y la clasificación permiten a España luchar por otro título el próximo mes de junio, pero había más en juego en Mestalla. Se llenó un estadio con 48.082 espectadores que recordó a los afectados de la dana. Para recuperar los campos arrasados por la riada irá la recaudación y la RFEF invitó a alcaldes y representantes de todas las poblaciones afectadas y fueron los niños de estas escuelas afectadas los que saltaron al campo con los jugadores. «Jugamos por vosotros», rezaba la una gran lona en el círculo central.

Fue el apoyo de todo el estadio el que empujó a la selección cuando más lo necesitó. Por esto estalló con la parada de Unai Simón a Malen y de manera definitiva cuando Pedri, en el penalti decisivo batió la portería del gol sur de un Mestalla que está de despedida.

Francia y el camino del Mundial

España estará en Alemania para la fase final de esta Nations League y su rival en semifinales será contra Francia, recordando aquella polémica final en Turín en la que la jugada decisiva entre Mbappé y Éric García que provocó un cambio en la norma del fuera de juego.

Pero también aclara el camino que deberá seguir España para estar en el Mundial de 2026. Sus rivales finalmente serán Turquía, Georgia y Bulgaria. Arrancará la selección el 4 de septiembre en Bulgaria y tres días después jugará ante Turquía. El primer partido como local será ante Georgia ya en la ventana de octubre y cerrará la clasificación recibiendo a Turquía en noviembre.

¿Es ésta la campeona de Europa?

¿Es ésta la campeona de Europa?

Con suspense, con suerte, en los penaltis... España llega a la fase final de la Nations League. No lo mereció, salvo en la épica. Más de tres partes del partido Países Bajos fue mejor. A veces, la selección, por su falta de ideas, me pareció que se parecía mucho a la de Luis Enrique. En muchos pasajes del encuentro me preguntaba sobre España: ¿Es ésta la campeona europea? No, no lo era. Los Países Bajos casi siempre jugaban a su son.

Veía a un centro del campo español lento, sin sentido. Pero, ¿a quién se le ocurre alinear a Olmo como centrocampista, cuando es un mediapunta? Y mantener a un Fabián mediocre, fuera de órbita y que estuvo casi todo el tiempo, cuando no tenía ningún poder, ni orden, ni ideas. Y peor es Zubimendi, que hace muchas faltas, y no tiene ningún poder creativo, acongojado como un quinto defensa.

El equipo de De la Fuente parecía un conjunto pequeño, al estilo defensivo de Simeone, con mucho miedo de la velocidad y la verticalidad neerlandesa. Sólo se defendió con el tempranero gol de penalti. Todos los holandeses, en cambio, parecían tanques ofensivos mientras que la selección sólo esperába que Yamal hiciera alguna magia. La hizo cuando llegó el minuto cien. Por fin algo vital. Menos mal.

El único héroe fue Nico, el elemento más peligroso. Fue decisivo cuando le dejó un pase de gol a Oyarzabal, que falló inicialmente y, tras una carambola, logró el tanto que ponía por delante a la selección impulsada or el generoso público de Mestalla.

Nadie pensaba que el equipo de Países Bajos se quedara sin empatar de nuevo y quizás algo más. Casi pudo ganar por méritos. Al final, apareció Unai Simón, y fue el milagroso amuleto para salvar definitivamente la eliminatoria.

La furia llegó en los primeros minutos de la prórroga, porque Pedri cambió la factura de ineficacia. Llegó el gol de Lamine y ya era como navegar en un océano pacifico. Pero ni eso. Otro estúpido error de un inútil Le Normand, con Asencio en el banquillo, concedió un penalti a Simons. Llegó el empate y una vez más, en la última jugada, salvó el cielo De la Fuente.

La preocupación es que nos encontramos con una selección que no se parece en nada a cómo jugaba tan sólo hace unos meses. Con una seleccionador que se cree infalible y que está endiosado, porque es intocable. No sé, ya veremos en junio, pero el futuro no es rojo pálido, por no decir otro color.

España gana por las buenas, por las malas y por las regulares: jugará la 'Final Four' de la Nations tras eliminar a Países Bajos en la agonía de los penaltis

España gana por las buenas, por las malas y por las regulares: jugará la ‘Final Four’ de la Nations tras eliminar a Países Bajos en la agonía de los penaltis

Esta España espesa, pesadota, más bien gris, del mes de marzo terminó pasando a la Final Four de la Liga de Naciones, la tercera consecutiva, donde defenderá título enfrentándose a Francia en la semifinal, gracias a una agónica tanda de penaltis que resolvió un partido divertido, con un montón de goles y con mucho por mejorar para un equipo que, sin embargo, casi siempre gana. Por las buenas, por las malas o por las regulares, como ayer, pero el caso es que gana. Pedri metió el último lanzamiento y sonó la música de Raphael. Pues nada, a bailar, que esto del fútbol va de ganar. Y España (casi) siempre gana.

De la Fuente hizo tres cambios respecto al partido de ida. Dani Olmo por Pedri, Mingueza por Pedro Porro y Oyarzabal por Morata. Países Bajos sólo uno. Entró Maatsen por el sancionado Hato. Y el partido fue bastante parecido en su primera parte a lo visto en Rotterdam. España, en un buen inicio, se encontró con el gol en el mismo minuto que en la ida, aunque de forma diferente. Si allí fue una buena jugada colectiva culminada por Nico, ayer fue una buena jugada colectiva culminada con un pentalti tan claro como infantil de Van Hecke, que se llevó por delante a Oyarzabal con el delantero español de espaldas a la portería y con muy pocas opciones de hacer nada.

Precisamente Oyarzabal fue quien marcó el penalti, y al igual que el jueves, pudo España haber sentenciado el partido ahí. En De Kuip fue un cabezazo de Morata que se marchó fuera y ayer fue un mano a mano que Verbruggen le sacó a Nico después de un pase maravilloso de Huijsen. Porque esa fue otra de las noticias de la noche. El central de origen holandés ha venido para quedarse. Laporte todavía es mucho Laporte, y seguramente si vuelve a estar disponible será el titular, pero...

El chico, espigado, desmadejado, maneja la pelota con mucha soltura. Está bien colocado, se anticipa casi siempre a las jugadas y ofrece esa sensación que ofrecen los buenos futbolistas sea cual sea su posición en el campo: que juegan sobrados. Tuvo tiempo de filtrar otro pase a Nico y otro más a Cucurella. La vida iba cuesta abajo para España.

Pedri celebra el penalti que dio la clasificación a España.

Pedri celebra el penalti que dio la clasificación a España.JOSE JORDANAFP

Sin embargo la cosa devino en un tostón. Países Bajos volvió a coger el balón, igual que en la ida. Pero aquí sí que había una gran diferencia. Si en Rotterdam empezó a generar sensación de peligro enseguida, ayer lo más parecido a una ocasión de gol fue un tiro liviano de Kluivert que paró Unai mientras ojeaba el móvil, pues iba muy flojito. España fue un equipo más corto que en Rotterdam, y ahí el equipo de Koeman sufrió para encontrar los pasillos interiores y, de ahí, sacar el balón a las bandas, mejor defendidas esta vez.

Tras el descanso, y después de tener otra opción clara, el árbitro señaló como penalti un forcejeo que pareció más bien poco entre Le Normand y Depay, que devolvió la eliminatoria a donde había empezado. El mismo delantero, recuperado parece ser en Brasil, estuvo a punto de hacer el segundo, pero lo evitó Unai con una parada estupenda. La noche comenzaba a ponerse divertida. El problema de la selección era, entre alguna otra cosa, que con Oyarzabal jugando arriba, los centrales vivían muy cómodos. No tenían ni un delantero corpulento para que les disputara los despejes ni uno rápido que les hiciese correr para atrás, de modo que España no era capaz de estirarse como hace otras veces.

La única vez que lo consiguió, eso sí, fue para ponerse otra vez por delante. Una cabalgada de Nico dejó a Oyarzabal frente a Verbruggen y, con algo de fortuna, la metió. Eso sí, como el diagnóstico era obvio, De la Fuente no dejó ni sacar de centro para quitar del campo al jugador de la Real y meter a Ferran, un tipo rapidísimo que, con la noche como estaba, podía disfrutar como un niño. No fue tal el disfrute pues no fue capaz la selección de encontrarle ni él de hacerse ver. Resultó intrascendente.

Tampoco Holanda era capaz de generar demasiado, y de no haber sido por un error grosero de Dani Olmo en la salida del balón quizá hubiese podido mantener la ventaja. No fue así. Luego, en la prórroga, apareció, al fin, Lamine, desaparecido hasta ese momento, pero otro error defensivo en la salida de la pelota envió las cosas a los penaltis, donde España logró sobrevivir. Y ganar, que es de lo que se trata. En los días buenos y en los días malos. Y en los regulares también.

Los agujeros negros de España: "Nuestro trabajo es buscar soluciones"

Los agujeros negros de España: “Nuestro trabajo es buscar soluciones”

En un estadio, el de Mestalla, que estará lleno y que recordará, con emoción, a las víctimas de la DANA del pasado 29 de octubre, la selección española busca esta noche acceder por tercera vez, de forma consecutiva, a la 'Final Four' de la Liga de Naciones, un torneo que arrancó en 2018 y en el que España es protagonista. En la primera edición se quedó en la fase de grupos. Pero después ha jugado todos esos cuadrangulares. En 2021 cayó ante Francia en la final. En 2023 ganó (el primer título de Luis de la Fuente) y ahora, ante Países Bajos, anhela otra semifinal, esta vez contra Francia o contra Croacia. Esa 'Final Four', por cierto, tiene pinta de disputarse en Alemania (los germanos llevan ventaja ante Italia en su cuarto de final y serían anfitriones). Si eso ocurre, el España-Francia serían en Stuttgart y es muy probable que la selección se concentre en Donaueschingen, en el que fue su cuartel general durante la Eurocopa.

Para saber más

Más allá de pasar o no pasar hoy ante el equipo de Koeman, que pudo rematar a España el jueves en Rotterdam y no lo hizo, Luis de la Fuente mira, aunque sea de reojo, al Mundial. Bueno, Luis de la Fuente y todos porque, se quiera o no, un equipo que es campeón de Europa, que tiene una media de edad de 25 años, que juega de memoria y que tiene la calidad que tiene, se quiera o no, conviene insistir, tiene en el Mundial del verano de 2026 su gran objetivo. "Pero aquí no podemos pensar tan lejos, porque cometeríamos un error. Estamos obligados a ganar todos los partidos que juguemos. No hay amistosos", suele decir el seleccionador. Pero es inevitable pensar en ganar la cita de México, Estados Unidos y Canadá.

En ese camino de 15 meses, De la Fuente sabe que debe poner el foco en dos posiciones muy concretas del campo. El lateral derecho y la delantera. Porque, mientras hay superpoblación en algunas demarcaciones, esos dos sitios no tienen dueño fijo, a priori. En el lateral derecho jugará hoy Pedro Porro, y esperará su turno Mingueza. El dueño, en condiciones normales, sería Carvajal, pero se está recuperando de una gravísima lesión de rodilla y en enero cumplirá 34 años. Si regresa y está en forma, el puesto es suyo, pero si no es así, el casting está abierto, y no se intuyen muchas más opciones que las que están aquí, pues Marcos Llorente, por ejemplo, no le llena el ojo al técnico, y Jesús Navas, es sabido, está retirado.

Algo similar ocurre en el puesto de delantero centro. A De la Fuente le gusta jugar con uno clásico, nada, si es posible, de falsos nueve y cosas así. Pero detrás de Álvaro Morata nadie está llamando a la puerta. El capitán tiene 32 años y se ha ido a jugar a una liga menor como la turca. De momento nadie duda de él, pero lo lógico es que pierda competitividad. Oyarzabal es su sustituto habitual, que no natural. El natural sería Samu Omorodion, pero es muy joven y hay que estar pendiente de su progresión. Olmo podría jugar ahí, pero el técnico prefiere algo más clásico. "Nuestro trabajo es buscar soluciones", dice De la Fuente, que de momento las ha encontrado todas.

Cuadro vuelta Nations League Marzo 2025

Son dos lugares, pues, donde al entrenador le gustaría tener el mismo 'problema' que tiene, por ejemplo, en la portería. Unai, Raya y Remiro, el tridente de la Eurocopa, se mantienen firmes, pero hay una lista larguísima que podría venir: Robert Sánchez (Chelsea), Joan García (Espanyol), David de Gea (Fiorentina), Kepa (Bournemouth), Josep Martínez (Inter)... Igual ocurre en el centro del campo. Cuando vuelva Rodri será un fijo, junto a Zubimendi, Pedri y Fabián, casi también Merino, pero a la espera de una baja por lesión o un mal momento de forma están futbolista de muchísimo nivel: Gavi, Isco, Casadó, Sancet, Ceballos...

En esas dos zonas de sequía (lateral y delantero) no tiene pinta de que suceda lo que está ocurriendo con los centrales. Con muchas dudas meses atrás sobre quién sería el relevo de Laporte y Le Normand si es que lo necesitan, las irrupciones de Cubarsí, Asencio o Huijsen han calmado las cosas. De hecho hoy De la Fuente dispondrá de una pareja inédita, pues a Le Normand, que parece fijo, le acompañará o Asencio o Huijsen, con más opciones para este último, que debutó el pasado jueves.

La amarga huella de Koeman en Mestalla: una Copa, una guerra en el vestuario y una maldición

Actualizado Sábado, 22 marzo 2025 - 20:57

«Valencia nos ayudará», pronosticaba Álvaro Morata tras el empate ante Países Bajos en Rotterdam. Quien puede estar seguro de que nadie le echará una mano es Ronald Koeman. No hay peor estadio en el que presenta refugiarse el seleccionador neerlandés que Mestalla. Nunca ha vuelto a sentarse en el banquillo de un campo en el que dejó una tan amarga que, pese las vicisitudes que atraviesa el club en la última década, no se olvida. Koeman se fue de Valencia en 2008 con una Copa del Rey bajo el brazo, pero habiendo descompuesto un vestuario plagado de internacionales (Villa, Silva, Albelda, Marchena, Baraja o Joaquín) y dejándolo al borde del descenso.

Para saber más

Koeman fue elegido por Juan Soler para relevar a Quique Sánchez Flores tras un inicio de temporada que, pese a tener al Valencia cuarto, se consideraba insuficiente en aquellos tiempos. Estaba entonces en el PSV y se optó por pagar la indemnización para traerlo a Mestalla por tres años y que encabezara un proyecto para soñar con volver a pelear la Liga. Nada más lejano a lo que ocurrió.

En datos, los 22 partidos que la leyenda del Barça dirigió al Valencia fueron los peores en su carrera como entrenador. Dirigió un total de 34 partidos, con 11 victorias, nueve empates y 14 derrotas. Solo ganó el 41,7% de lo que disputó, el porcentaje más bajo de su trayectoria incluso en equipo donde también fue destituido.

En Liga fue un desastre. Sumó 18 puntos en 22 partido: cuatro ganados, seis empatados y 12 perdidos. De las siete jornadas en Mestalla, convertida siempre en un fortín para el equipo, perdió más que ganó. Cinco frente a dos y tres empates. Le humillaron el Barça, el Almería, el Sevilla, el Mallorca o el Racing de Santander. Tampoco en Champions le fue bien: una derrota ante el Rosenborg (0-2) y un empate a cero con el Schalke.

La Copa se convirtió en el único bálsamo porque ahí el Valencia sí funcionó. Eliminó al Real Unión, el Betis, el Atlético de Madrid y el FC Barcelona antes de plantarse en la final el 16 de abril de 2008 en el Vicente Calderón y vencer 3-1 al Getafe, el equipo de moda al que apoyaba hasta el Rey Juan Carlos.

la voladura del vestuario

Aquella final la ganó un vestuario con Baraja y Marchena como líderes que tuvo que remendarse y autogestionarse tras la voladura que había provocado el holandés en diciembre. En un día apartó a Cañizares, Angulo y Albelda. «Nunca vas a jugar en el Valencia conmigo. No creo en tu liderazgo», le dijo al capitán, que se pasó cuatro meses apartado y eso le costó que Del Bosque le dejara fuera de la Eurocopa de 2008.

La fractura social fue tremenda y el presidente Juan Soler acabó en el banquillo de los acusados demandado por Albelda, a quien no dejaban jugar pero le exigían los 60 millones de cláusula para salir al Villarreal. Ese ambiente respiraba el equipo y Mestalla mientras las derrotas se acumulaban. Koeman despreciaba a las leyendas, incluso a Joaquín que había costado 30 millones y, en opinión del entrenador, «no rindió ni 30 euros». La única decisión que perduró en el tiempo fue la apuesta por Juan Mata, recién llegado de la cantera del Real Madrid con 19 años y que tuvo especial brillo en la Copa.

Aquel título, que Albelda siguió en la grada como comentarista de una cadena de radio, ni siquiera se festejó. No quiso una plantilla desesperada ya con el holandés. Tanto que, tres días después de ser campeones, cayeron goleados 5-1 en San Mamés. Era su forma de exigirle al club, que ya había cambiado hasta de presidente, que despidiera al entrenador. Ni siquiera hacía falta. Entonces ver al Valencia a dos puntos del descenso era motivo suficiente para justificar esa decisión. Tuvo que aparecer por primera vez Voro González para, restituyendo a los apartados y sacando al grupo de la agonía para llevarlo a una décima plaza, muy lejos de Europa, pero tranquila.

Koeman salió de Mestalla con dos gestos. El primero, perdonar los tres millones de euros netos por cada uno de los dos años que le restaban de contrato con la única condición de que sí los cobraran íntegros sus ayudantes, Toni Bruins y José Mari Bakero. La segunda fue menos conciliadora. El neerlandés se fue dejando dicha una maldición: «Mi Copa será el único título en los próximos cincos años». En realidad fueron 11 los que tardó el Valencia en volver a ser campeón, en 2019 ante el Barça en Copa con Marcelino García Toral como entrenador.

Nunca volvió a pisar un área técnica en Mestalla. Nunca volvió a pisar un área técnica en Mestalla. En su etapa en el Barça, el regreso en mayo de 2021 se frustró por una expulsión. Aún así, su equipo venció 2-3. Su segunda temporada no duró lo suficiente al frente del equipo azulgrana como para tener opción de regresar. Ahora lo hace con Países Bajos, recordando lejanos aquellos momentos. Tuve buenos momentos aquí y otros menos agradables. Ganamos la Copa, buenos partidos ante el Atlético o el Barça, no todo fue malo», sonrió el entrenador al que no le gusta «ver al Valencia sufrir». «Un club para ganas cosas y crecer necesita tranquilidad. Tanto cambio de presidente, de dueños, de entrenadores... no es la mejor manera para mejorar", diagnosticó. En otro contexto, Mestalla agradecería sus palabras. Hoy recordará su amarga huella y bramará para que no salga ganador.

Luis de la Fuente: "Todos sabemos cómo es Nico. No tengamos en cuenta ese comentario"

Luis de la Fuente: “Todos sabemos cómo es Nico. No tengamos en cuenta ese comentario”

Luis de la Fuente está cogiendo una costumbre. Cuando llega a una ciudad y abre un entrenamiento, al día siguiente, o ese mismo día, agradece al público su recibimiento. "Quiero mostrar mi agradecimiento a la gente de Valencia. Lo que yo vi ayer, 30.000 personas en un entrenamiento, no recuerdo haberlo visto en ningún sitio", comenzó su rueda de prensa en Mestalla, justo antes del último entrenamiento para enfrentarse a Países Bajos este domingo.

Tal es la tranquilidad en este grupo que lo más jugoso de estos días ha sido la famosa frase de Nico Williams tras el partido de ida. "En Valencia les vamos a pintar la cara". Lo dijo en ese lenguaje juvenil que maneja, y que no tiene ningún sentido peyorativo, pero por si acaso el seleccionador quiso remarcarlo.

"Sabemos todos cómo es Nico. Fue un comentario muy coloquial y no dijo nada que se pueda interpretar como una falta de respeto. No tengamos en cuenta esa expresión", solventó el técnico, que medita algún cambio en el once, aunque dijo que todos (Morata y Le Normand también, aunque no entrenaron el viernes) están disponibles.

Anduvo la cosa enredada en el tema del falso nueve. "Aquí de falso tenemos poco", bromeó De la Fuente. "Nosotros siempre jugamos con delantero. Veremos, porque tenemos muchas opciones ahí. Está Álvaro, está Oyarzabal, Dani Olmo o Ferran también pueden jugar ahí... Incluso Samu", reflexionó el entrenador, que aprovechó para reivindicar a su equipo, a la versión que ofreció el jueves. "Ganamos más duelos que ellos, tuvimos más posesión, tiramos más a portería... Y parece que estuvimos a su merced".

"La suerte que tengo es que hay jugadores tan buenos que puedo hacer dos selecciones", concluyó.

La asombrosa transformación de Mikel Merino en Londres: "Es algo que llevaba tiempo intentando mejorar"

La asombrosa transformación de Mikel Merino en Londres: “Es algo que llevaba tiempo intentando mejorar”

Después del partido, en las tripas de 'La bañera', que es como se conoce el estadio del Feyenoord, una frase corría como la pólvora de un lado a otro. "En Valencia les vamos a pintar la cara". La pronunció Nico Williams, una chaval de 22 años que utiliza esa expresión como el resto de los de su generación: muy habitualmente. No tiene la connotación negativa que la gente de más edad pueda apreciar, pero el caso es que, de tan sonora, llamó la atención. Los periodistas, claro, le fueron con el cuento a los rivales. Por ejemplo a Xavi Simons, otro niño. "¿Ha dicho eso? Bueno bien bien, el domingo cuando pite el árbitro veremos". Y también a Koeman, un señor ya mayor. "¡Vaya!", sonrió cuando le dijeron la frase del jugador del Athletic, que se tomó la molestia de matizar lo obvio: que no tenía ninguna mala leche.

Para saber más

A otro al que le llegó la frasecita fue a Mikel Merino. Se rió. "Bueno, yo seré un poco más diplomático que Nico, aunque conociéndole seguro que no lo decía con ninguna maldad", dijo el futbolista del Arsenal, protagonista de nuevo con la selección marcando, en el descuento, el gol que evitaba una derrota oficial dos años después.

Cuando todavía no se han apagado los gritos que provocó otro tanto suyo, aquel ante Alemania en los cuartos de final de la Eurocopa, el centrocampista... Un momento. ¿Centrocampista? "Bueno, este año me está tocando tener un rol más goleador. Es algo que llevaba tiempo intentando mejorar, intentando crecer en este aspecto. Esta temporada estoy teniendo la suerte de ver portería más que nunca, tanto en mi club, en la posición de delantero, como aquí, que me ha tocado con la selección meter gol", responde él.

Porque, efectivamente, en el penúltimo capítulo de una metamorfosis llamativa, Mikel Merino, uno de los ojitos derechos de Luis de la Fuente, está empezando este año a jugar como delantero centro. O como falso delantero. Tanto da. La idea cabe atribuírsela a Mikel Arteta, su técnico en Londres, que hace poco más de un mes, en un partido contra el Leicester, tiró de él en ese lugar del campo porque tenía un montón de bajas.

Un olvido por San Valentín

El resultado fueron dos goles y un triunfo que, además, 'salvó' el matrimonio de Mikel. Porque aquel partido fue el 15 de febrero, y ante la prensa inglesa, con un estupendo manejo del idioma, explicó: "Le dedico los goles a mi mujer, que además ayer se me olvidó regalarle algo por San Valentín. Seguro que le gustan más que unas flores o unos bombones". Ese fue el primero de unos cuantos ratos como delantero centro en el próximo rival del Madrid en Champions.

Merino ha jugado en casi todas las posiciones de un campo de fútbol. En el Dortmund, muy al principio de su carrera, Tuchel llegó a ponerle de central. En la Real y en la selección ha actuado de medio centro y de interior. Y ahora es delantero, al menos a tiempo parcial. No es una cuestión menor esta teniendo en cuenta que, si en algún puesto hay carestía en esta selección es ahí (con permiso del lateral derecho).

Merino anota el jueves el gol del empate ante Países Bajos.

Merino anota el jueves el gol del empate ante Países Bajos.EFE

Álvaro Morata, el capitán, tiene 32 años y se ha ido a jugar a una liga menor como la turca. Ayoze es el otro que rebasa la treintena en esta concentración. Samu, el chico del Oporto, es una opción, pero parece algo verde. A 15 meses del Mundial, una aparición así no hay que despreciarla, y De la Fuente lo sabe. Merino acumula 31 partidos con España, y el del jueves fue su tercer gol.

"Es un empate que nos da mucha vida de cara al partido de vuelta. Sabemos que es un rival muy duro pero contaremos seguramente con toda la afición allí. Necesitamos ahora que Valencia sea una caldera y con ese vínculo estamos con confianza en poder ganar esta eliminatoria", respondía él antes de marcharse al hotel y descansar. La selección tuvo la noche libre y voló después a Valencia para entrenar.

El debut silbado de Dean Huijsen entre la desgracia de los centrales: "Ha soportado la presión con naturalidad"

El debut silbado de Dean Huijsen entre la desgracia de los centrales: “Ha soportado la presión con naturalidad”

Cada marzo, España pierde un partido. Ocurrió en 2023 ante Escocia en el segundo partido de la era Luis de la Fuente buscando el billete para la Eurocopa de Alemania. Se repitió en 2024ante Colombia en un amistoso y estuvo a punto de ocurrir de nuevo en el estreno de los cuartos de final de Nations League. Sólo una vez al año tropieza la selección, pero no fue en Rotterdam ante Países Bajos porque apareció Merino en el minuto 92, disfrazado de 9, para cazar el empate y dejarlo todo pendiente de Mestalla.

No puso paños calientes el seleccionador al empate sufrido. "Ha sido a base de sacrificio. El partido ha sido tan difícil como pensábamos", admitió De la Fuente , que soñaba con derribar la estadística que dice que España no ha ganado nunca en tierras holandesas. "Hemos jugado bien por fases. Los primeros 20 minuto han sido buenos, luego ellos han llevado la iniciativa, nos han faltado precisión en los pases y nos hizo mucho daño el gol a los 50 segundos del segundo tiempo. Con los cambios le hemos dado más dinamismo y, tras la expulsión, he llegado el empate. Ahora tendremos que resolverlo en Mestalla", aseguró el seleccionador, que se encontró con un problema añadido. Si de la convocatoria se le cayó Iñigo Martínez por lesión, que se sumaba a las de Laporte y Vivian, en Rotterdam perdió a Cubarsí en el minuto 40 por una torcedura de tobillo y vio cómo Le Normand se llevaba otra entrada. Es le hizo llamar para que acuda a Valencia al central del Lazio Mario Gila.

En De Kuip, en una España poco reconocible, no renunció a otro debut que sigue haciendo que la selección tenga un sello: ser un equipo casi de niños. Al técnico riojano le gusta explotar el talento joven y, con una Eurocopa a su espalda, nadie se lo puede discutir. En Rotterdam, en el once titular estaba Cubarsí, con la mayoría de edad casi recién estrenada, y Lamine Yamal, que la roza, pero también Nico Williams y Pedri, con 22 años. Los cuatro fueron los primeros en tener protagonismo.

Los atacantes, porque se inventaron el primer gol que puso en ventaja la selección. Se empeñó Lamine en quitarle la pelota a Hato y se la entregó a Pedri para el ofreciera a Nico su quinto gol como internacional. "Tiene ojos en la nuca", decía el del canario el extremo del Athletic, que en 2025 ha visto despertar su instinto goleador y suma ocho tantos en 15 partidos.

A Cubarsí le tocó la cara amarga con la lesión, pero su relevo fue otro central de 19 años y 340 días que hizo historia y contra quien la grada bramó. Es la nueva joya de España aunque tiene un apellido familiar para los locales.

Dean Huijsen se convirtió en internacional con España en el país donde nació. De padres neerlandeses, a los cinco años dejó Ámsterdam para instalarse en Málaga y, tan malagueño se siente que, pese a los cantos de sirena de la '0range', eligió a la selección española para convertirse en el primero de los 866 internacionales con la Roja que nace en Países Bajos, el cuarto más joven debutar de los no nacidos en territorio nacional.

"Ha sido un sueño, estoy encantado con este debut. Creo que no lo he hecho mal. Lo que decía el público no me importaba porque estaba centrado en jugar en este equipo, que es un placer", explicó el joven jugador con acento malagueño que quiere más minutos. De la Fuente no se los niega: "Ha hecho un magnífico partido y ha soportado la presión con naturalidad".

Nada de esto le perdonaron sus compatriotas y el espigado central del Bournemouth tuvo que convivir con los pitidos constantes. Arropado por Le Normand, no le puso nervioso ni el castigo ni ver cómo le buscaba las cosquillas un inspirado Frimpong. Mientras, Asencio, el otro defensa con esperanzas de debutar en esta eliminatoria, vio el primer partido desde la grada.

A punto estuvo de arrepentirse De la Fuente cuando Hato arrasó a Le Normand. El neerlandés fue expulsado, pero se temió por el tobillo del central español, que acabó rehaciéndose y acabando el encuentro. Fue esa jugada la que acabó de ser decisiva porque dejó a España en superioridad y muchos metros para moverse a Dani Olmo, que empezó a encontrar a Nico Williams, enfrentado a un Frimpong ya obligado a defenderse. Koeman estaba pensando tratar de conservar la ventaja para llegar a Mestalla, algo que no ocurrió. España no pudo sacudirse la estadística y ganar, pero tampoco perdió.

Merino, la campana de salvación

Merino, la campana de salvación

Un gol casi milagroso al final salvó a la selección cuando los Países Bajos jugaron un fútbol muy moderno bailado con sus zuecos tradicionales. Lo hicieron con tres jugadores prodigiosos, que danzaron a una áspera, lenta y tortuosa selección española.

La ley del fútbol es que que el estilo de De la Fuente ha quedado demodé en tan sólo en unos meses. El ínclito Koeman ha reunido a una selección neerlandesa casi diabólica, con una velocidad y una verticalidad pasmosas. También pesó que juegan los naranjas con tres flechas como el eléctrico Frimpong, que si no hubiera sido por Cucurella, era capaz de machacar por la banda a cualquier equipo.

El segundo es un excepcional media punta llamado Reijnders, con un disparo y una presencia omnipotente. El tercero es Gakpo, que hizo el primer gol holandés, porque Porro ni se le acercó y además se la comió Unai Simón, cuando el meta debería ser Raya.

¿Qué es lo que he notado en la selección? Que Luis de La Fuente se ha creído su papel de infalible hombre de éxito cuando no tiene carisma para eso. Debe ser más humilde, pero es el vértigo del éxito. Ni Unai Simón, ni el mediocre Porro, ni Le Normand, ni Cubarsí pueden tener un lugar en la gloria de España. Tampoco ese centro del campo de Zubimendi, Fabián ni Morata en la delantera que, francamente, parace un exjugador exiliado en Estambul.

Se notaba mucho el cansancio anímico y mental de Pedri y Lamine Yamal, que jugaron un partido pésimo. Cuando un centro del campo no presiona ni corre, por baja forma, es difícil mantener el nivel futbolístico. No fue un parapeto el gol del magnífico Nico, una vez más, lo mejor de la selección. Los holandeses empataron, se pusieron por delante y los españoles se paseaban como pollos sin cabeza. Y sólo una expulsión salvó a España antes de la campana.

No me podía creer que dejara fuera del equipo a Asencio. Es por la tirria que De la Fuente tiene al Madrid. Merino, en un estado de forma formidable en el Arsenal, Baena y Olmo deberían haber salido desde el comienzo. Pero una vez más, la soberbia de De la Fuente dejó al viento al equipo que fue campeón.

No creo que la selección tenga un camino feliz para alcanzar las semifinales. Con más metros por delante, con la velocidad y la ofensiva neerlandesas, puede ser un ejercicio espiritual en Mestalla.