Olga Tubau, la 'Messi' de la abogacía que intentará exculpar a Rubiales como hizo con Trapero: "No podemos confundir el pecado con el delito"

Olga Tubau, la ‘Messi’ de la abogacía que intentará exculpar a Rubiales como hizo con Trapero: “No podemos confundir el pecado con el delito”

Como el entrenador que se la juega a llegar a los penaltis cuando su equipo está en inferioridad, así ha sido la estrategia de Olga Tubau para intentar exculpar a su cliente, Luis Rubiales, de los cargos de agresión sexual y coacciones. La prestigiosa penalista mostró en su informe final una estrategia agresiva y, quizás, innovadora, contraria al perfil bajo que venía mostrando en el juicio por el beso del ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) a Jenni Hermoso.

La alocución de conclusiones de la abogada de Rubiales, que se extendió durante hora y media, comenzó con un artificio legal interesante. Tubau no quería centrarse en si hubo o no consentimiento sino si el hecho en sí, ese beso en la boca, suponía o no un delito tipificado en el Código Penal español. "No estamos ante un acto que atente contra la libertad sexual de Jenni Hermoso", manifestó la abogada. Lo hizo tras explicar que intentaría basarse en una hipótesis de que, como dice la acusación, no se hubiera producido el consentimiento explícito que pide la ley para desacreditar el tipo penal de agresión sexual.

Así, tras asegurar que la jurisprudencia mencionada por las acusaciones no era aplicable al caso, continuó la letrada intentando desmontar el agravio que dijo haber sufrido la propia Hermoso en su testimonio en esta sala de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares hace ya ocho sesiones. "¿Estamos ante una conducta inadecuada? Sí. Delictiva, no", mantuvo ante el magistrado José Manuel Clemente Fernández- Prieto y añadió poco después:"Este beso, ni se vivió ni se interpretó como una agresión sexual por Jennifer Hermoso".

Así, la letrada se enfocó en las reacciones posteriores de la futbolista a ese beso que robó el foco al Mundial que acababan de obtener las jugadoras de la selección. "¿Te dan un beso que te da asco y te despides con una sonrisa?", apuntó Tubau y remató que las reacciones a un delito de agresión sexual no se pueden dominar ni necesitan la aprobación de terceros, como dice que buscó la futbolista en los momentos posteriores al beso con sus compañeras en el vestuario. "Claro que ella estaba destrozada por esto, se hablaba del beso en lugar de que habían sido campeonas del mundo", detalló.

Prestigiosa penalista

Luis Rubiales, sonreía ufano ante la exhibición de su abogada e incluso la asistía cuando se le traspapelaba alguna sentencia. Eligió con precisión el ex dirigente a la persona que quería que le defendiese: la penalista que exculpó al ex jefe de los Mossos d'Esquadra, José Luis Trapero, por su actuación en el procés o la que consiguió la encarcelación de José Barrionuevo por el secuestro de un civil en la época de los GAL. "Incluso a las que no nos gusta el fútbol tenemos que admitir que fue un momento de emoción", personalizó la abogada en mitad de su discurso.

Nacida en París en 1961 en el seno de una familia humilde que tuvo que huir de España por miedo a la represión franquista, Tubau es la primera universitaria de su núcleo familiar. Es de ideas progresistas y feministas, por eso sorprende que haya aceptado, pese a tener una de las minutas más altas de la abogacía, la defensa de Rubiales. O quizás sea ese contraste, como se pudo ver en su discurso, un punto a favor del ex dirigente. "No podemos confundir el pecado con el delito", explicó la letrada.

Relación jerárquica

No lo confundieron las acusaciones particulares que antes de Tubau habían intentado apoyar sus tesis en la falta de consentimiento y en la relación jerárquica que ejercía Rubiales sobre la futbolista. "No estamos ante un consentimiento, sino ante un sometimiento", inició su informe Ángel Chavarría, abogado de Jenni Hermoso. Chavarría se refirió a los "seis segundos que cambiaron la vida de Jenni" y quiso recordar las consecuencias para su cliente. "Esto ha marcado, señalado y estigmatizado a la víctima no sólo en España sino a nivel internacional", señaló el letrado y añadió que Hermoso ya no es "Jenni, la campeona del mundo" sino "Jenni, la del beso".

Chavarría recordó además que hubo 12 acciones para compeler a Hermoso a minimizar el beso recibido por su presidente y relacionó a los otros acusados menos a Jorge Vilda con la causa que está enjuiciándose en el juzgado número 4 de Majadahonda por las comisiones de la Supercopa. "El crimen no tiene causalidad", dijo.

La abogada de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) apuntó también al sistema de Rubiales más que al personaje en sí. Habló de la RFEFcomo una estructura "vertical, manipuladora y servilista". "Las presiones tenían un objetivo, que la jugadora manifestase que el beso había sido consentido". Las dos acusaciones particulares se han adherido a las penas solicitadas por fiscalía de un año para Rubiales por agresión sexual y año y medio para el ex dirigente y resto de acusados por el delito de coacciones.

La defensa de Rubiales sobre el beso a Jenni Hermoso: "¿Estamos ante una conducta inadecuada? Sí, delictiva, no"

La defensa de Rubiales sobre el beso a Jenni Hermoso: “¿Estamos ante una conducta inadecuada? Sí, delictiva, no”

"No estamos ante un consentimiento, sino ante un sometimiento", "¿estamos ante una conducta inadecuada? Sí, delictiva, no". Así calificó Ángel Chavarría, el abogado de Jenni Hermoso, el beso que le propinó Luis Rubiales a su cliente y así respondió Olga Tubau, la defensora del ex mandatario. Se trata del hecho que está siendo juzgado en la Audiencia Nacional desde hace ocho sesiones y que este jueves entraba en su recta final con los informes finales de las acusaciones particulares y de las defensas de los cuatro acusados.

Tras el alegato final de la fiscal Marta Durántez, con el que se cerró la sesión del miércoles, y que se extendió en torno a las dos horas, era el turno para la acusación particular de Hermoso, cuyas primeras manifestaciones han sido para adherirse a las penas solicitadas por el ministerio público. Se trata de un año al propio Rubiales por la agresión sexual y un año y medio para el ex dirigente de la Real Federación Española y el resto de acusados por las coacciones posteriores. Algo más de una hora ha empleado Chavarría en su exposición.

El pilar del alegato del letrado fueron los "seis segundos que cambiaron la vida de la señora Jennifer Hermoso". Ese momento en que el presidente se subió a horcajadas sobre la futbolista y que luego, siempre según la acusación, realizó un acto "que sobrepasa los límites legales" y "sin tiempo para Hermoso de percibir las intenciones del señor Rubiales". "Poco le importaba el consentimiento, iba a consumarlo y no había posibilidad de zafarse", ha apuntado Chavarría.

El "beso robado" del presidente de la RFEF a una subordinada es un acto punible en el Código Penal español y nunca debió hacerlo según el protocolo antiacoso aprobado por La Junta Directiva del propio imputado un año antes, ha detallado el abogado de Hermoso. "El señor Rubiales, a la vista de este protocolo, nunca se le debería haber pasado por la cabeza pedir un beso a una persona que está por debajo de él", ha afirmado.

Esta jerarquía se extendió, según la acusación, a "12 acciones posteriores a modo de compeler". Así se han enumerado las presuntas presiones que recibió la futbolista desde que entra en el vestuario tras proclamarse campeona del mundo hasta su traslado en autobús al aeropuerto, el avión a Doha o el viaje de celebración a Ibiza.

El abogado de Jenni recordó las relaciones empresariales que tienen el ex director de marketing, Rubén Rivera, y el ex director de la selección masculina, Albert Luque, con Rubiales y que están siendo investigadas en el juzgado número 4 de Majadahonda en el caso Supercopa. "El crimen no tiene casualidad", ha lanzado para justificar la participación en las coacciones de estas dos personas acusadas también en la causa.

Esta acción, según Chavarría, "le causa un shock, un enfrentamiento de reacciones encontradas entre ser campeona del mundo y recibir una agresión sexual". Pero, para la acusación, las consecuencias de un beso no consentido no quedan allí. "Esto ha marcado, señalado y estigmatizado a la víctima no sólo en España sino a nivel internacional", ha manifestado y ha añadido que la propia jugadora ya no es "Jenni, la campeona del mundo" sino "Jenni, la del beso".

Críticas a la RFEF de Rubiales

También la letrada de la Asociación de Futbolistas Españoles, Maria José López, quiso adherirse a las penas solicitadas por los acusados y empleó su hora de informe final para recalcar que la prueba de que no hubo consentimiento no corresponde a Jenni Hermoso, que la futbolista era "subordinada" de Rubiales y que la jugadora se sintió "desprotegida" durante todo el proceso.

"Las presiones tenían un objetivo, que la jugadora manifestase que el beso había sido consentido", expuso la abogada sobre las coacciones que sufrió Hermoso desde que se bajó del estrado en Australia hasta Ibiza. Y, a juicio de López, fueron "ordenadas por el señor Rubiales".

En la parte final de su discurso, la representante de AFE ha aprovechado para criticar la estructura de la RFEF bajo el mandato de Rubiales, que la ha calificado de "vertical, manipuladora y servilista" y que "no ha sabido ni querido protegerla". Por último ha concluido con una cita de la escritora Carmen Martín Gaite: "Soy lo que soñé", para expresar que a Hermoso no se la permitió soñar con su título como campeona del mundo.

Inadecuado, no delito

Olga Tubau comenzó su informe no buscando probar el consentimiento de Hermoso al beso de Rubiales, sino poniendo en duda que el mismo pueda ser considerado una conducta delictiva. "Este beso ni se vivió ni se interpretó como una agresión sexual por Jennifer Hermoso", ha apuntado la letrada que opinaba que gran parte de la jurisprudencia mencionada por las acusaciones no es aplicable al caso.

Tubau ha valorado las reacciones de la jugadora posteriores a la acción y cree que no era posible "dominarlas". "¿Te dan un beso que te da asco y te despides con una sonrisa?", se preguntó la letrada sobre los gestos entre ambos en la ceremonia y luego también cuestionó su actitud posterior en el vestuario con sus compañeras. "Quien ha sufrido una agresión sexual no necesita la validación de terceros", ha añadido la letrada.

La defensa de Rubiales ha quitado peso a la importancia de la palabra exacta que dijo el ex dirigente a Hermoso para, presuntamente, pedir permiso a la futbolista. Ha cuestionado que las acusaciones no tuvieran periciales propias queriendo sembrar la duda sobre si el resultado de las suyas podría coincidir con el que adjuntó la defensa y que manifestó que el ex dirigente le preguntó: "¿Te puedo dar un besito?.

En su intervención, de aproximadamente hora y media, la propia Tubau ha querido centrarse principalmente en la acción del beso e incluso avisó que cedería a sus compañeros la responsabilidad de responder ante la acusación de coacciones. No obstante, se preguntó: "Cuando le dice que entre a hacer un vídeo y le dice que no, ¿el insiste? ¿Qué coacción es ésta?". Añadió además que el resto de acusados han corroborado en sus testimonios que nunca actuaron en nombre de Rubiales.

La abogada ha finalizado su informe exponiendo lo que considera una desmesurada cantidad como indemnización por responsabilidad civil y ha pedido la absolución de su defendido invocando la teología. "No podemos confundir el pecado con el delito".

Las incómodas preguntas de la fiscal en el caso Rubiales: "¿Les preocupaba mucho esta señora? Les preocupaba su chiringuito"

Las incómodas preguntas de la fiscal en el caso Rubiales: “¿Les preocupaba mucho esta señora? Les preocupaba su chiringuito”

"¿Se pretendía que le insultara y le agrediera en una retransmisión que estaba viendo el mundo entero?". Marta Durántez, la fiscal del caso del beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso que estos días está siendo juzgado en la Audiencia Nacional se hacía esa pregunta acerca de la pretendida respuesta que la futbolista debía haber tenido, según sus críticos, tras ser presuntamente violentada por el ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). También se cuestionaba la representante del Ministerio Público lo que pasaba por la cabeza del propio Rubiales a la hora de realizar el gesto que fue visto por televisión a nivel global. "Pobrecita, ha fallado un penalti, la voy a consolar, la voy a agredir sexualmente", ironizó en su alegato de conclusiones finales sobre la causa.

Para la fiscal resulta claro y notorio que no hubo consentimiento y que la Federación "puso toda su maquinaria en marcha" para llamar "mentirosa" a Hermoso. "No hubo consentimiento, no hubo pregunta, no hubo respuesta", manifestó en su alegato final y añadió "¿Tiene que estar llorando por las esquinas?".

Por todo ello, Durántez cree que se produjeron unas coacciones que pueden ser "sibilinas", pero que siguen siendo coacciones y piensa que lo importante para los miembros de la federación, acusados por las presiones realizadas a Jenni Hermoso y a los que se solicita un año y medio de prisión, "era conseguir lo que querían a toda costa". A su juicio, que la futbolista restara importancia a lo ocurrido y que, por supuesto, no denunciase los hechos.

Lo hizo 10 días después de que se produjera aquella ya célebre entrega de medallas en la que España fue galardonada con la copa de campeona del mundo de fútbol femenino. "¿Les preocupaba mucho esta señora? Les preocupaba su chiringuito", se respondía la propia Durántez a la duda que se le planteaba sobre los motivos que llevaron a los acusados a comportarse como lo hicieron los días posteriores al beso de Rubiales.

La fiscal ratificó la petición de pena para el propio Rubiales de un año por la agresión sexual y 18 meses por las coacciones posteriores. Se extendió en su alegato casi dos horas para construir un relato de los hechos favorable a la versión de Jenni Hermoso. Una futbolista, según explicó la representante del ministerio Público, que ha sufrido las consecuencias tanto personales como económicas de unos hechos protagonizados por "una persona que está por encima suyo". "Estamos con una jugadora enfrentada a toda una federación de fútbol con un poder, que ya hemos visto, con un presidente, que no es que mandara mucho, mandaba todo", lanzó Durántez. La propia fiscal quiso terminar su alocución con una cita de Joan Manuel Serrat acerca de la verdad material que es la que, presuntamente, se debe encontrar en un juicio: "Nunca es triste la verdad lo que no tiene es remedio".

Otros testimonios

Antes de las preguntas que se hacía la fiscal pasaron por su propio interrogatorio todos los acusados por las coacciones. Comenzó el ex seleccionador, Jorge Vilda, y luego respondieron cuestiones sólo a sus defensas el ex director de la selección absoluta masculina Albert Luque y el ex director de marketing de la RFEF Rubén Rivera.

Vilda se presentó como amigo de Jenni desde hace 17 años y aseguró que que "jamás" habló con ella tras lo ocurrido en la celebración de las medallas. "Después del mundial no hemos vuelto a hablar y escuché que ella se sentía dolida porque no le había preguntado, igual le tenía que haber preguntado", lamentó el entrenador que, en esos momentos, estuvo más preocupado por el estado de salud de su hija, afectada de un problema médico en Australia. "No presencié ni nadie me dijo, nadie del staff, que se estaba sintiendo presionada", expresó el ex técnico.

Tanto Luque como Rivera negaron su participación en las coacciones esgrimiendo que el primero era amigo de la futbolista y que se presentó en el hotel de Ibiza "preocupado por ella", mientras que el segundo mantuvo que estuvo en todo momento realizando su trabajo sin órdenes de nadie. "No fui enviado, era mi trabajo estar allí", declaró.

Jorge Vilda, tras el beso de Rubiales: "No presencié ni nadie me dijo que Jenni estaba siendo presionada"

Jorge Vilda, tras el beso de Rubiales: “No presencié ni nadie me dijo que Jenni estaba siendo presionada”

Jorge Vilda era el gran protagonista del día. Era el entrenador que vivió la rebelión en el fútbol femenino, persona non grata para muchas futbolistas y el único que cada día deslizaba pequeños mensajes a los periodistas en la puerta de la Audiencia Nacional en el juicio del beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso. "He recibido muchos mensajes de ánimo de jugadoras", "tengo muchas ganas de declarar" y este miércoles, ante la marabunta de medios que le intentaba sacar unas nuevas palabras: "Esto es casi como un penalti".

El ex seleccionador, así como el ex director de fútbol de la selección masculina Albert Luque y el ex director de marketing de la RFEF Rubén Rivera debían declarar por un presunto delito de coacciones a la futbolista tras el beso en la celebración del Mundial de Australia en agosto de 2023. La Fiscalía solicita para los tres un año y medio de prisión por todo lo que transcurrió desde el país oceánico hasta el famoso viaje a Ibiza de las jugadoras.

La declaración del ex entrenador empezó con casi una hora de retraso por un problema técnico y se extendió algo más de 30 minutos. Vilda mantuvo que "jamás" habló con Jenni Hermoso tras lo ocurrido en la celebración de las medallas y que estuvo más preocupado durante esos momentos por el estado de salud de su hija, afectada de un problema médico en Australia. "No presencié ni nadie me dijo, nadie del staff, que se estaba sintiendo presionada", expresó el ex técnico.

Vilda no presenció el beso de Rubiales en la entrega de medallas ya que él era uno de los últimos de la fila, y comenzó a darse cuenta cuando hubo gente que lo empezó a comentar en el césped pero "nadie le daba importancia". Los momentos posteriores del vestuario ya cogieron al entrenador preocupado por el estado de salud de su hija.

Así, aunque Rubiales, al que no le vio incómodo ni disgustado, sí le comentó en el autobús camino del aeropuerto que le habían preguntado por el beso y "había contestado mal", Vilda no empezó a darse cuenta de la gravedad de los hechos hasta que estuvo viendo varias noticias ya sentado en el avión hacia Qatar.

Es en esas circunstancias en las que el entrenador, "de motu proprio" viendo la importancia que se le estaba dando al beso y no a la consecución del Mundial cuando decide actuar. "No vi oportuno hablar con Jenni, que estaba con sus amigas, Misa, Alexia, Laia y no quería molestarla", mantuvo.

El técnico admitió que sólo habló con el hermano de la jugadora, Rafa Hermoso, en el vuelo a Doha. Que la conversación se basó en el fútbol y en la preocupación por el "impacto mediático que sufriría la selección por las citas deportivas que venían". "Le dije es si podía buscar una fórmula para normalizar la situación y que se hablara de lo importante que era el campeonato del mundo", expuso.

El propio Vilda negó que le dijera a Rafa Hermoso, hermano de la futbolista, que "habría consecuencias" si la jugadora no accedía a realizar el vídeo con el entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol. "Yo no le advertí de consecuencias personales adversas al hermano de Jenni si ella no accedía a lo que se le pedía. Es falso", declaró. Y también reveló que el propio Hermoso calificó el beso como algo "anecdótico y sin importancia".

Pese al jolgorio y felicidad que decía el ex seleccionador que observó en todo momento entre las jugadoras, Vilda sí dijo que pudo ver a Jenni con cara de "cierta preocupación" mientras miraba el móvil en el avión. Una jugadora a la que conoce desde hace 17 años y que, a su juicio, debió preocuparse por ella tras lo sucedido. "Después del mundial no hemos vuelto a hablar y escuché que ella se sentía dolida porque no le había preguntado, igual le tenía que haber preguntado", ha lamentado el entrenador.

Otros acusados

Después de Vilda, debían declarar Albert Luque y Rubén Rivera por las supuestas presiones a las que la futbolista fue sometida en el viaje de celebración del mundial a Ibiza que realizaron todas las integrantes del combinado femenino.

Luque se presentó como amigo de la víctima y mantuvo que su presencia en la isla era porque estaba da vacaciones con su familia y que se acercó al hotel de las jugadoras porque la propia Hermoso no contestó a su mensaje de preocupación porque la situación se estaba "volviendo más grande".

El ex futbolista no pudo hablar con ella porque "no quería hablar con nadie" y sólo lo hizo con la amiga de la jugadora Ana Ecube. "Yo estoy decepcionado con mi amiga y solo quiero que dos amigos, si puedo hacer algo, puedan llegar a un entendimiento", explicó Luque su relación también con Rubiales rechazando la posibilidad de intentar presionar a Hermoso o a su entorno.

Algo que también manifestó Rivera, ex director de marketing de la Federación, y con el que el juez José Manuel Clemente Fernández- Prieto tuvo algún encontronazo: "Nos ha traído un rollo preparado, escuche", le ha reprendido el magistrado.

Rivera fue el encargado de organizar ese viaje pero, según él, no acudió más que por las funciones que tenía en la Federación. "Por supuesto que no, no fui enviado, era mi trabajo estar allí", ha espetado. Rivera dice que apenas cambió unas palabras con Jenni porque le solicitó que tuviera el móvil cargado por si tenían que hablar con ella y que su relación fue también con su amiga Ecube. "Pruebas y datos matan relato", repitió en más de una ocasión.

Rubiales se ratifica en su versión: "Estoy totalmente seguro de que Jenni me dio su aprobación"

Rubiales se ratifica en su versión: “Estoy totalmente seguro de que Jenni me dio su aprobación”

Seis sesiones después, era el turno de Luis Rubiales para explicar en el juicio lo que ocurrió tras la victoria de España en el Mundial de Sidney el pasado 20 de agosto de 2023. Aquel beso que ensombreció la celebración del título y que hoy tiene al ex mandatario sentado en el banquillo de los acusados investigado por un delito de agresión sexual y otro de coacciones a Jenni Hermoso.

El ex presidente de la Federación se ha ratificado en la versión que ha venido manteniendo desde el 25 de agosto. "Estoy totalmente seguro de que me dio su aprobación. Fue todo espontáneo", ha dicho al inicio de una declaración que se ha extendido en torno a una hora.

"Mi versión sobre lo que ocurrió: 'Pasaron las jugadoras. En ese momento, Jenni me puso un gesto, una cara..., porque nos conocemos desde hace tiempo. Le dije que olvidara el penalti. Me apretó muy fuerte, me levantó, y le pregunté: '¿Puedo darte un besito?' y me dijo 'vale', ha respondido, al tiempo que, en un enganchón con la Fiscal, ha dicho: "Piquito y besito son sinónimos".

Un experto en lectura de labios asegura que Rubiales dijo a Hermoso: "¿Te puedo dar un besito?"

Posteriormente, el ex presidente de la RFEF fue cuestionado sobre si un beso en los labios era una manera habitual de saludar en su vida cotidiana. "No se gana un Mundial todos los días", ha respondido, así que "la normalidad no puede aplicarse a este caso" y ha esgrimido que depende del grado de confianza que se tiene con la persona. "Yo a mis hijas se lo doy en fin de año", ha apuntado, y luego ha precisado que no es una cuestión de género: "Yo me comía a besos a un montón de futbolistas".

Ha sido el momento de la entrega de medallas el que más tiempo ha ocupado en el interrogatorio, ya que se analizaron desde el abrazo que se dieron hasta el gesto de Rubiales de coger de las orejas a la propia Jenni en el momento del beso. "Le agarré de la cabeza, que es como darle un abrazo", respondió a la fiscal, y precisó a su defensa: "Es una cuestión afectiva y de cariño", no para que la jugadora no se pudiera zafar ni porque tuviera ningún ánimo libidinoso.

También ha asegurado que siempre vio a Jenni "feliz y contenta" como el resto de sus compañeras y que la futbolista "nunca cambió de versión, hasta unos días después". Pasado el tiempo, el presidente admitió que es consciente de que metió la pata y que debía haberse comportado "de manera más institucional" en la entrega de medallas.

Presiones

Resuelto ese momento, las preguntas de la acusación viraron hacia la influencia de Rubiales sobre las presiones que supuestamente sufrió Jenni para aparecer en un vídeo con él y restar importancia a lo ocurrido en el césped. El ex presidente aseguró que sólo habló dos veces más con Hermoso tras el beso: una en el terreno de juego, cuando la jugadora sirvió de señuelo para que las futbolistas le mantearan, y luego en el vuelo camino de Doha.

"Antes de llegar a Doha, cuando sale del baño, le digo a Jenni que sería buena idea que volviéramos a decir lo mismo los dos juntos. Me dijo que no, que quería celebrar el Mundial, que ya había sido muy clara y viendo que no quería lo hice yo solo", comentó Rubiales en referencia a las palabras de Hermoso en una entrevista de la Cope en la que restaba importancia a lo ocurrido.

En el interrogatorio también se cuestionó sobre el comunicado de la Federación acerca de lo ocurrido que supuestamente autorizó Jenni utilizando sus declaraciones en la citada entrevista radiofónica. El ex mandatario dice que sólo autorizó su difusión cuando le confirmaron que la jugadora había dado su permiso.

No obstante, en los momentos posteriores al beso, asegura el ex dirigente que estaba muy estresado ya que le acababan de comunicar que había fallecido el padre de la futbolista Olga Carmona, y que estaba más centrado en que la jugadora no se enterara por la prensa antes de que ellos le pudieran comunicar lo ocurrido.

Luis Rubiales comenzó su interrogatorio algo titubeante, raro en una persona que siempre se ha mostrado confiado en todas sus comparecencias públicas. Pero, a medida que iba avanzando su testimonio, el ex presidente ha ido ganando aplomo y ha incrementado la precisión en sus respuestas como le había solicitado el juez José Manuel Clemente Fernández-Prieto.

Peritos

El momento extraño de la sesión se produjo en la apertura de la vista, en la que el primero de los testigos llamados por Rubiales era el perito sordomudo David Morillo, especialista en lectura de labios. El juez tardó casi tres minutos en conseguir organizar el testimonio de Morillo junto a su intérprete. Él fue el experto en interpretar lo que le dijo Rubiales a Hermoso antes del beso, apenas dos segundos de metraje. Según Morillo, el expresidente dijo: "¿Te puedo dar un besito?" y aseguró que la palabra era esa y no piquito o poquito.

Justo después se han pedido las pruebas documentales para la causa. Se han exhibido varias piezas audiovisuales del momento de celebración en el vestuario en el que Jenni asegura que no le había gustado el beso y hay ciertas bromas al respecto y, por supuesto, el de la recogida de medallas tras la victoria en el Mundial, en el que se produce el momento del beso.

Se recordó la entrevista en La Cope cuando ella calificaba de "anécdota" la acción de Rubiales y unas palabras del propio ex presidente en las que califica de "tontería" lo ocurrido. También se exhibió un audio de la propia futbolista, que mandaba a su entorno, en el que se quejaba de las presiones a las que estaba siendo sometida en Ibiza tanto ella como su amiga, Ana Ecube. "Que paren de tocar a mi gente o verán", finaliza el mensaje la propia Hermoso.

Montse Tomé, sobre lo ocurrido tras el beso de Rubiales: "No fue un castigo no convocar a Jenni"

Montse Tomé, sobre lo ocurrido tras el beso de Rubiales: “No fue un castigo no convocar a Jenni”

Con la mirada baja respondía Montse Tomé a las preguntas que le formulaban en la causa del beso de Rubiales a Jenni Hermoso. Estaba incómoda la seleccionadora nacional en la sala principal de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares. Sólo mostró rebeldía cuando se le cuestionó los motivos de no convocar a la futbolista madrileña en la primera cita tras el Mundial: "No fue un castigo", coló en medio de la discusión entre el juez y la fiscalía.

Porque el interrogatorio de la acusación intentó demostrar que la ausencia de Hermoso en los partidos de la Liga de Naciones contra Suecia y Suiza, tres semanas después de ganar el Mundial y del beso de Rubiales, era una represalia federativa, pero la entrenadora del combinado nacional insistió en que fue "por motivos deportivos".

Tomé explicó que Jenni había jugado poco con su equipo, tres y siete minutos en dos partidos, y que por eso no la había convocado. No obstante, la fiscal, Marta Durántez, insistió en su razonamiento en la rueda de prensa en la que dio la lista en la que mencionó que era "para protegerla". "Además de lo que he dicho, que es deportivo, ella estaba viviendo una situación muy desagradable y la presión mediática me hizo tomar esta decisión", apuntó la seleccionadora que aseguró que el rendimiento deportivo depende de factores físicos y anímicos.

La abogada de la Asociación de Futbolistas insistió sobre ese punto y también le preguntó respecto a si conocía el protocolo antiacoso de la Federación, algo que la seleccionadora dijo desconocer. "Lo que dije en instrucción es lo que pienso, las razones eran deportivas y lo de proteger entra dentro de lo que estábamos viviendo y lo hacíamos para protegerla de los medios", insistió la seleccionadora.

El juez tuvo que cortar los interrogatorios de la acusación en varias ocasiones, algo que le valió reiteradas protestas de la fiscalía, hasta que estalló. "¿Le pegamos para que diga lo que usted quiere?", le inquirió a la abogada de la AFE y luego añadió: "¿Estamos intentando acusar a la testigo de algo?".

Lo cierto es que el magistrado consideró "insulsos" los testimonios de una seleccionadora que aseguró que no vio el beso de Rubiales a Jenni y que se sintió "incómoda" cuando su predecesor y el que le llevó a la federación, Jorge Vilda, le pidió en medio de sus vacaciones que fuera a la famosa Asamblea en la que Rubiales repitió aquello de: "No voy a dimitir".

Sesión corta

La declaración de la seleccionadora fue, con diferencia, la más larga de la breve sesión de hoy, apenas una hora, en la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Los 30 minutos en los que estuvo Tomé en el estrado ocuparon la mitad del tiempo de la vista de este lunes del que se cayeron, por petición de la propia defensa de Rubiales, los testimonios de las hija del ex presidente de la Federación.

Además de Tomé, también declararon varios testigos propuestos por la defensa de Ruben Rivera, ex director de marketing de la Federación, como Salvador Losa Marí, consejero ejecutivo del Consell Insular de Ibiza, y Alejandra Hernández Guevara, esposa del propio Rivera.

La idea era intentar desmontar la teoría de que Rivera se pasó gran parte del viaje a Ibiza de celebración del Mundial intentando presionar a Jenni para que saliera con el presidente a quitar hierro a lo del beso.

Losa Marí, uno de los responsables de la organización del viaje, manifestó que no pudo detectar si Rivera hablaba más con alguna jugadora en particular. Mientras que Hernández sí aseguró que su marido apenas habló con Ana Ecube frente a las manifestaciones de la amiga de Jenni y la propia Hermoso en las sesiones previas que expresaron que fue muy insistente.

Una reunión hacia un nuevo modelo de arbitraje con el Real Madrid ausente: "Han perdido la cabeza"

Una reunión hacia un nuevo modelo de arbitraje con el Real Madrid ausente: “Han perdido la cabeza”

Un exultante Rafael Louzán entraba en una reunión "histórica", según sus palabras, en los Jardines de Cecilio Rodríguez, en el madrileño parque del Retiro. La calificaba así porque era la primera vez que la Real Federación Española, de la que él es presidente, LaLiga, representantes de clubes de Primera y Segunda y el Comité Técnico de Árbitros (CTA) se reunían para abordar el futuro del fútbol español. Lo que no sabía el mandatario es que, de ella, saldría con la absolución del Supremo y con el armazón de un nuevo modelo para el arbitraje español.

La mañana, no obstante, no sería perfecta ya que la oscureció el borrón de la ausencia de uno de los clubes españoles más importantes: El Real Madrid. Los blancos, aunque habían confirmado su asistencia, tras todo el revuelo generado por el comunicado contra el estamento arbitral, decidieron ausentarse a última hora. El máximo mandatario de LaLiga, Javier Tebas, aprovechó para afear esa ausencia y, especialmente, su última actuación referente al estamento arbitral: "Han construido un relato de victimismo exagerado, fuera de lugar y con un objetivo, en mi opinión, de hacer daño a la competición. En la nota se veía. Toda la competición adulterada, todo un tema desmedido. Han perdido la cabeza".

Louzán, en cambio, se ha mostrado algo más conciliador que el presidente de la patronal. "No se pueden tolerar estas actuaciones de un gran club que nos representa en todo el mundo y no es la forma de actuar. La Federación siempre estará abierta a escuchar y dialogar con todo el mundo desde el respeto. Todos han condenado este tipo de actuaciones que no se pueden permitir porque dañan al fútbol español", explicó el presidente de la RFEF. Diplomacia que secundó la cabeza del CTA, Luis Medina Cantalejo: "No hay inconveniente para que todo esto se normalice y haya paz".

Así, pese a las guerras y amenazas de denuncia contra las actuaciones del Real Madrid contra el estamento arbitral, la reunión se enfocó hacia lo verdaderamente importante, que era algo que el club blanco, precisamente, había reclamado en multitud de ocasiones como es una renovación de la organización de los jueces del fútbol. No obstante, en los puntos del día estaba también hablar de calendario y de situación financiera del fútbol español.

En este primer encuentro se han abordado principios que marquen un nuevo modelo de sistema arbitral, según Tebas, "la posibilidad de que esa estructura esté fuera de la Federación, en una compañía mercantil que compartirá la RFEF y la Liga". Es decir, una especie de modelo Premier, aunque para ello también estudiarán el de la Bundesliga y la MLS americana.

Lo hará una comisión de "creación en la máxima brevedad" compuesta por LaLiga, la RFEF y algún actor más, probablemente clubes de fútbol de manera rotatoria, que será la que decida cómo abordar ese nuevo "sistema mixto" del arbitraje español. Pero no será un mero cambio de estructura, también se abordarán otras cuestiones como la transparencia y el funcionamiento del mismo. La idea es ir avanzando durante esta temporada y tenerlo todo listo para el comienzo de la que viene.

Cambios

Entre las primeras propuestas están charlas a principio de curso con entrenadores y jugadores para una explicación más exhaustiva de los cambios en el arbitraje, una presencia rotativa de los diferentes clubes en las reuniones semanales de los árbitros y la opción de reuniones monográficas para transmitir el protocolo del VAR. "Hay veces que el ser humano se equivoca y no tenemos argumentos", expresó Medina Cantalejo.

Otra cuestión es la de los audios de VAR. Cabe recordar que la RFEF pidió la posibilidad de retransmitirlos en directo, pero la UEFA se lo prohibió. El organismo que preside Louzán seguirá intentando hacerlo y se manifiesta partidario de ofrecerlos a los clubes cuando lo soliciten, pero siempre en sus instalaciones. La IFAB y la FIFA prohíben que se remitan a los mismos.

No obstante, el presidente de la RFEF ofreció la posibilidad al Madrid de escuchar los audios del partido que desató la polémica, también partes no sujetas a revisión. "La Federación no debe de poner trabas en este sentido y desde el CTA me comentaron que se iba a valorar. Me ponía el ejemplo que a otros no se los han dado y yo le insistí en que comienza una nueva etapa porque el camino no es llevarlo a la justicia", expresó.

Estas nuevas bases han sido motivo de satisfacción para todos los presentes en el encuentro, que se ha prolongado en torno a cuatro horas. El futuro del arbitraje comenzó en una reunión en la que no estaba el club que, supuestamente, más ganas tiene de cambiar la estructura de los colegiados en España.

Así es José Manuel Clemente, el juez del Caso Rubiales que llamó "este chico" a De la Fuente y reprendió a un testigo por su "chulería"

Así es José Manuel Clemente, el juez del Caso Rubiales que llamó “este chico” a De la Fuente y reprendió a un testigo por su “chulería”

"Estamos perdiendo el norte", "hablo para chinos", "quiero saber las cosas con claridad, no con chulería". Estas son algunas de las frases que José Manuel Clemente Fernández-Prieto, el juez encargado de conocer el caso del beso de Rubiales ha dejado tras dos sesiones de vista oral. El magistrado titular del Juzgado Central de lo Penal desde hace cinco años ha sido uno de los involuntarios protagonistas en esta causa que enjuicia unos hechos de hace más de 534 días.

Clemente no ha tenido reparos en corregir tanto a defensa como a acusación así como a algunos testigos que no respondían no sólo lo que les preguntaba sino que cuestionaban las preguntas de la parte acusatoria. Así, el juez tuvo duros encontronazos este martes con el ex director de Comunicación de la Real Federación Española Pablo García Cuervo, y el actual seleccionador Nacional, Luis de La Fuente.

Al primero, le recordó que el juicio lo dirigía él cuando cuestionó una pregunta de la Fiscalía y, posteriormente, cuando puso en tela de juicio la profesionalidad de la abogada de la AFE que ejerce como acusación particular, le ha dicho, elevando bastante el tono: "Perdone, mi paciencia está llegando a un límite, viene aquí a declarar. ¡Basta ya de esas contestaciones!, quiero saber las cosas con claridad, no con chulería".

Respecto al seleccionador, aunque le lanzó un capote inicial sobre una respuesta que no satisfizo a la Fiscalía: "No se puede poner un foco a este chico para que diga lo que usted quiere", le tuvo que recordar que venía a responder lo que se le preguntase, no lo que él quisiese. "Es un testigo que lleva 10 minutos diciendo que no sabe nada, y nos hemos empeñado en decir que es un mentiroso, que no digo que no lo sea, que no lo sé, pero queréllense si consideran que miente en juicio", disparó posteriormente.

En la sesión inicial también había tenido varios exabruptos con el abogado de Jenni Hermoso al que le llegó a decir: "Letrado, si sigue así le doy la sentencia para que la ponga ella". Y poco después volvió a interpelarle: "¿Hablo en chino?" respecto a una declaración de la misma testigo. Así como llamadas al orden tanto a la fiscalía como a la abogada de Rubiales y al propio ex presidente, al que le conminó a callarse cuando sus susurros provocaron que Jenni Hermoso tuviera que interrumpir su testimonio.

Fuentes judiciales apuntan a que se trata de una manera de manejar el juicio "muy vehemente" porque "no quiere que se le escape por otros derroteros que no son los que se están juzgando". Eso se pudo observar también en varias interrupciones de los interrogatorios tanto a los testigos como a la propia víctima cuando veía que las preguntas de las partes no se dirigían al fondo de la cuestión. "Hemos venido a hablar de hechos no de suposiciones", apuntó en varias ocasiones en estas dos sesiones.

Pese a su manera tajante de llevar este juicio, fuentes judiciales apuntan a que Clemente Fernández- Prieto es un hombre "muy correcto" y, aunque resulte sorprendente, "con un gran sentido del humor". No obstante, el poco tiempo que lleva en la Audiencia hace que aún no se sitúe su figura entre las más conocidas de la institución.

Clemente Fernández-Prieto llegó a la Audiencia Nacional como sustituto del magistrado José María Vázquez Honrubia, que se jubiló de sus funciones al frente del Juzgado Central de lo Penal, el 14 de febrero de 2019, según se recoge en el BOE a través de una declaración de la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial. Honrubia era muy conocido y popular en la institución, según apuntan fuentes judiciales a EL MUNDO.

Varias absoluciones

Desde su llegada al juzgado, Clemente ha tenido tres juicios mediáticos, en todos, curiosamente, los acusados terminaron absueltos. Trató el caso del Banco de Valencia, en el que se acusaba a la cúpula de falsear datos que provocaron el endeudamiento de la entidad en la crisis de 2008 y también el de varios directivos de Iberdrola a los que se les acusaba de delitos relativos al mercado y a los consumidores por concertar precios. En ambos casos no consideró que las pruebas acreditaran los cargos imputados por el Ministerio Fiscal.

También absolvió a un ciudadano indio que, antes de coger un vuelo destino Baleares, envió un mensaje a sus amigos diciendo que era talibán y que iba a volar el avión. Mensaje que fue captado por las autoridades y obligó al estado español a desplegar un dispositivo de seguridad para comprobar la amenaza. El juez estimó que el texto se envió como broma en un grupo privado y que no pretendió causar el desorden público del que se le acusó por las autoridades.

Desde el estamento judicial valoran la integridad de un magistrado que no tiene problemas en absolver si considera que las pruebas no corroboran fehacientemente los tipos penales que se juzgan y le consideran un magistrado "nada influenciable". Dicen que cuando tiene un caso, se centra únicamente en él y se aísla de cualquier ruido mediático o de cualquier otro que venga de fuera de la sala.

Historial

Jose Manuel Clemente aprobó las oposiciones a judicatura en 1984 y cuatro años más tarde ascendió a la categoría de magistrado. Comenzó su carrera judicial en Castuera (Extremadura) y luego ya llegó a Madrid donde comenzó como juez de distrito hasta que fue ascendiendo a magistrado de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Madrid que dejó en 2019. Además, entre el año 2000 y 2007 también fue profesor asociado de los trabajos de posgrado de las Universidades de Alcalá de Henares, Francisco de Vitoria, San Pablo CEU y Autónoma de Madrid.

Esta causa del beso, en el que debe dirimir si hubo agresión sexual y coacciones contra Jenni Hermoso tras la consecución del Mundial Fútbol de Australia en agosto de 2023, será, probablemente, el último gran juicio de su carrera ya que ha anunciado en el estamento que se jubilará en un año.

Los susurros de Rubiales y la tensión con el abogado de Hermoso en la primera sesión del juicio del beso: "No sé si hablo para chinos"

Los susurros de Rubiales y la tensión con el abogado de Hermoso en la primera sesión del juicio del beso: “No sé si hablo para chinos”

533 días después de que un beso reventara la celebración de un hito histórico en el fútbol femenino de nuestro país como es la consecución del Mundial, Luis Rubiales se sentaba en el banquillo de los acusados del Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional para ser juzgado por dos delitos de agresión sexual y coacciones por los que la Fiscalía le solicitaba 2 años y medio de prisión.

El ex presidente de la Real Federación Española llegaba el primero a la sede del juzgado situada en San Fernando de Henares. Lo hacía en taxi poco después de las 9.10 de la mañana, con gesto serio y acompañado de su abogada Olga Tubau. Poco después lo hacía la víctima, Jenni Hermoso, con la que no quiso cruzar la mirada ni cuando entró en la sala para su declaración.

Rubiales rehuyó a la futbolista española, con la que tenía una buena relación, según confesó ella en el juicio, durante las dos horas y media que duró la declaración de Hermoso. Serio y apuntando cosas constantemente en una libreta que llevaba, el ex presidente de la Federación Española intentó mantener la calma hasta que mediado el testimonio de la víctima se puso a susurrar cosas tanto a su letrada como a Jorge Vilda, ex seleccionador nacional femenino, otro de los imputados en el juicio.

El banquillo de los acusados lo completaban Albert Luque, ex director de fútbol masculino y Rubén Rivera, director de marketing al que, en un lapsus, la fiscal que lleva el caso, Marta Durántez, llamó Albert Rivera.

Ante los continuos susurros, el magistrado Jose Manuel Clemente se vio obligado a llamar la atención a Rubiales después de que Hermoso se detuviera su declaración por "estar escuchando ruido". El momento se produjo cuando la futbolista expresó que había tenido que dejar "su vida en standby" después de que todo lo que rodeó al beso no le dejara "disfrutar de haber conseguido un campeonato del mundo".

Luque, que llegó junto a su mujer, Marta Luna, 25 minutos antes del inicio, era el más estoico de los acusados mientras que Rivera fue el que más gestos realizó cuando la declaración de la víctima refirió el episodio de las supuestas presiones que la futbolista recibió en Ibiza. El ex director de marketing negaba constantemente con la cabeza y se mordía el labio mientras Hermoso respondía a las preguntas de la fiscal Durántez.

Quien estuvo especialmente estricto con el desarrollo de los interrogatorios fue el juez Clemente. El magistrado interrumpió varias preguntas tanto de la defensa como de la acusación, especialmente referentes al consentimiento del beso, apuntando que la víctima ya había referido en varias ocasiones que ella no había consentido.

Tensión por las preguntas

El momento más tenso lo vivió el abogado de Hermoso cuando preguntaba por una frase de la víctima a Patricia Pérez, ex jefa de prensa de la selección femenina, en la que decía "haced lo que queráis". El juez le tuvo que llamar a capítulo por dirigir a la testigo. "Letrado, si sigue así le doy la sentencia para que la ponga ella" y poco después volvió a interpelarle: "no sé si hablo para chinos" respecto a una declaración de la misma testigo.

En torno a las dos de la tarde, tras declarar como testigos la citada Pérez y la ex responsable de marketing, Ana Álvarez, finalizaba la primera sesión de un juicio que se extenderá durante 10 días más y en el que están acreditados más de 100 medios de comunicación. La sentencia se demorará probablemente varias semanas.

El beso (y los seis días) que cambiaron el fútbol: "No te preocupes, que a la ministra le decimos lo que tiene que contar"

El beso (y los seis días) que cambiaron el fútbol: “No te preocupes, que a la ministra le decimos lo que tiene que contar”

Durante casi cinco semanas en Nueva Zelanda y Australia, Luis Rubiales nunca manejó otra opción en su cabeza. España, por primera vez en la historia, iba a proclamarse campeona del mundo de fútbol en categoría femenina. Lo repetía a modo de mantra. Con una convicción casi suicida. Así que sus colaboradores, entre la prudencia y el estupor, optaron por seguirle la corriente. Las futuras campeonas, con quienes había mantenido notorias discrepancias, también empezaron a observarle con creciente simpatía. En aquel verano de 2023, el ex presidente de la Federación ejercía como único enlace entre el vestuario y su técnico, Jorge Vilda. Porque ese vínculo se había roto tiempo atrás. Y no había reconciliación posible. Sin embargo, tras cada victoria en el Mundial, el entusiasmo de Rubiales empezaba a resultar más y más contagioso. De algún modo, cautivador. Su apuesta por el fútbol femenino, esta vez sí, era firme. Así se lo había repetido mil veces a Jennifer Hermoso. Con ella mantenía una relación muy estrecha, basada en la camaradería. En un visceral modo entender el fútbol y la vida. Sin embargo, el 20 de agosto de 2023, sobre el césped del Stadium Australia de Sydney, Rubiales propinó un beso no consentido a Hermoso que puso patas arriba el fútbol español y por el que, a partir de hoy, deberá rendir cuentas en la Audiencia Nacional. Se le acusa de dos delitos: agresión sexual y coacciones. La Fiscalía pide para él una pena de dos años y medio de cárcel.

Para saber más

En el banquillo del Juzgado Central de lo Penal, presidido por el magistrado José Manuel Clemente, también se sentarán Jorge Vilda, ex seleccionador femenino, Albert Luque, ex director deportivo de la selección masculina y Rubén Rivera, ex responsable de marketing de la selección. A los tres se les imputa un delito de coacciones, por el que podrían ser condenados a un año y medio de cárcel.

Según la denuncia de Hermoso, Vilda, Luque y Rivera intentaron subestimar la importancia de lo sucedido, presionándola para que no tomase medidas legales. Respecto al beso de Rubiales, Jenni admitió haberse sentido «vulnerable y víctima de una agresión, un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte». Así definía, el 25 de agosto de 2023, los hechos. Sin embargo, sólo unos minutos después del beso, ni Hermoso ni su entorno más cercano, incluido el sindicato FutPro, mostraban alarma alguna. ¿Qué sucedió en esos seis días para que la capitana cambiase el discurso? Tras consultar con varios testigos, EL MUNDO ha querido reconstruir, paso a paso, aquellos hechos.

«Estoy para lo que me pidáis»

Para comprender de forma más precisa lo que pasó aquel domingo en Sydney hay que remontarse unos días atrás. En concreto, hasta el acceso de España a las semifinales, donde se mediría a Suecia. «Estoy para lo que me pidáis. Si queréis que vengan más familiares, adelante», contó Rubiales a sus jugadoras. Aquello suponía otro paso en el plan de conciliación por el que ellas tanto habían peleado. El que les igualaba en derechos a otras selecciones de la elite.

Porque desde el inicio del torneo, Irene Paredes e Ivana Andrés, dos de las líderes, pudieron convivir en el hotel de concentración con sus parejas y sus hijos: Mateo, de dos años, y Jara, de apenas unos meses. Rubiales se había involucrado personalmente para que todas dispusieran de una bolsa económica destinada al desplazamiento de sus familiares. Aunque en el inicio del torneo ese reparto resultó algo caótico, con el paso de las semanas se hizo más flexible. De igual modo, las malas caras de los primeros días dieron paso a un ambiente más cálido. Salvo un par de excepciones, el equipo apreciaba el golpe de timón de su presidente.

Sin embargo, el clima interno distaba del ideal. Baste el caso de Misa Rodríguez, relegada a la suplencia tras el 0-4 ante Japón. A partir de ese momento, la guardameta rompió cualquier relación con Vilda. Sin olvidar la clásica rivalidad de clubes trasladada a la selección. Ivana Andrés, capitana, y Misa Rodríguez, jugadoras del Real Madrid, observaban con recelo a las del Barça, con siete titulares en la final ante Inglaterra. Cuando las azulgrana pidieron permiso a Ivana para que Paredes alzase la copa, la madridista se negó en rotundo. Ella había seguido con Vilda durante el plante de Paredes y otras 14 compañeras en 2022. «Si algo nos enseñó aquel Mundial es que, a diferencia de lo que suele decirse, un equipo con un vestuario roto sí puede alcanzar el éxito», explica a este periódico un ex trabajador de la RFEF.

Vilda, durante el calentamiento previo a la final ante Inglaterra.

Vilda, durante el calentamiento previo a la final ante Inglaterra.AFP

La gravedad del asunto habría desesperado a otro presidente, pero no a Rubiales. En realidad, aquellos manejos le parecían peccata minuta. Al fin y al cabo había sido él, socialista de cuna, hijo del alcalde de Motril, quien pactó con Gerard Piqué una comisión de 24 millones de euros por el traslado de la Supercopa a Arabia Saudí. Era su peculiar modo de entender la presidencia. Después de mil escaramuzas con Javier Tebas, presidente de LaLiga; después de tantos devaneos con Pedro Sánchez para organizar el Mundial 2030; después de grabar en secreto sus conversaciones con José Guirao, ministro de Cultura y Deporte; después de la fiesta en un chalet de Salobreña con una decena de «chicas de imagen»; después del espionaje a David Aganzo, presidente del sindicato AFE, Rubiales se sentía invulnerable. Dos meses antes ya había gozado con la Nations League, un logro menor. Ahora necesitaba otro título a escala planetaria: el Mundial femenino.

Aferrado a su incombustible optimismo festejó desde el palco de autoridades el gol de Olga Carmona, maldijo el penalti errado por Jenni Hermoso y descontó, uno a uno, los 13 minutos de tiempo añadido. Tras el pitido final, la tensión se le iba a desbordar del modo más obsceno: una mano en los testículos ante la atónita mirada de la Reina Letizia y la Infanta Sofía. Pocos metros más allá, en la zona VIP donde se sentaban los representantes de clubes, federaciones territoriales y la gente de FIFA y UEFA, nadie iba a percatarse. La mayoría se enterarían al día siguiente.

«No descarto que lo llevara pensado, como muestra de lo cercano y cariñoso que era»

Entre tanta euforia, Rubiales bajó a la hierba. Las campeonas desfilaban hacia el podio, donde Gianni Infantino, presidente de la FIFA, y la Reina entregarían el trofeo. Una a una fueron pasando. Al llegar Jenni, ante casi nueve millones de españoles frente al televisor, Rubiales le lanzó un beso en la boca. «No descarto que lo llevara pensado, como muestra de lo cercano y cariñoso que era», apunta una fuente federativa.

Unos minutos más tarde ya se había formado un pasillo a modo de besamanos. «Cuando fuimos a felicitarle, el clima era de cachondeo, de cero importancia. Algunos le recordaban lo sucedido entre Iker Casillas y Sara Carbonero», rememora otra asistente, del círculo de Hermoso. Una anécdota para la mayoría de radios y televisiones que lo recogieron casi en directo. Mientras en el vestuario continúan con la broma («¡Presi, que nos casamos!») un tuit de Pablo Echenique, a eso de las 16:25 horas, hace saltar las alarmas en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.

En el Airbus A350 de Iberia

«¿Esto de Rubiales no va a tener consecuencias penales?», se preguntaba el ex portavoz parlamentario de Podemos. La red X, a petición de la FIFA, iba a retirar su vídeo por una cuestión de derechos televisivos, aunque Echenique no cejaría en el empeño. «Aquí el fotograma del posiblemente delictivo acto de Rubiales. A ver si la FIFA me tumba esto también». Casi de inmediato, Yolanda Díaz, número dos del Gobierno en funciones, e Iñigo Errejón se sumaron a la censura.

Jenni, que había transmitido un directo por Instagram siguiendo la broma, decide atender una llamada de la Cadena COPE. Más chistes. El equipo viaja desde el hotel al aeropuerto y los responsables de prensa de la RFEF empiezan a detectar en las redes sociales un efecto de bola de nieve. Rubiales, cegado por el éxito, no da al tema trascendencia alguna. Tampoco ante los micrófonos de Juanma Castaño: «No hagamos caso de los idiotas y de los estúpidos, de verdad. Es un pico de dos amigos celebrando algo... no estamos para gilipolleces».

Según el escrito de la Fiscalía, durante ese vuelo Rubiales se dirigió a Jenni «para que accediese a hacer una manifestación pública conjunta» durante la escala en Doha. «Es verdad que hubo gente que habló con ella, pero sin ningún tipo de presiones para que grabara el vídeo», explica otro de los presentes. Mientras el escándalo alcanzaba ya cada rincón del planeta, en el interior del Airbus A350 de Iberia se sucedían escenas que rozaban lo grotesco. Con Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, en pijama por los pasillos; con las campeonas rechazando cualquier petición para colaborar; con Vilda aún pendiente de su hija, que dos horas antes de despegar había sido hospitalizada por un leve problema gástrico; con los brindis de cava, las porciones de tarta y las miradas de inquina; con el secretario de Estado, Víctor Francos, tranquilizando a Rubiales: «No te preocupes, que a la ministra portavoz [Isabel Rodríguez], le vamos a decir lo que tiene que contar»...

Cuando Rubiales descubre que Jenni se niega en rotundo a comparecer junto a él, pierde los papeles. En Doha tuvo que ofrecer, solo ante la cámara, unas disculpas que sonaban a hueco. Aquel vídeo tuvo un efecto bumerán.

«En mitad de la negociación con Junts, a Pedro Sánchez le venía muy bien que se hablara de otra cosa»

Después de 22 tortuosas horas en el aire, la fiesta en la madrileña explanada del Parque del Rey tampoco despejaría los nubarro. Mientras atronaban los acordes de Juan Magán, Vicco o Camela, Francos y Rodríguez intentaban jugar, entre bambalinas, un papel de mediadores. Rubiales no quiso aparecer, convencido de que la celebración sólo correspondía a las campeonas. Un año antes, tras el éxito de la Nations League, ya había seguido desde casa los actos organizados en el WiZink Center.

Rubiales y Vilda, durante la recepción a las campeonas en La Moncloa.

Rubiales y Vilda, durante la recepción a las campeonas en La Moncloa.AFP

Él ansiaba su momento a la mañana siguiente en La Moncloa. Sin embargo, Pedro Sánchez se lo negó. Más allá de un frío apretón de manos a la llegada, el presidente del Gobierno no quiso ninguna foto con él. Durante el posado de grupo, Rubiales fue relegado a una esquina. Por aquellos días, Sánchez empezaba a negociar los votos de Junts para la investidura. «Le venía muy bien que se hablara de otra cosa, así que exprimió al máximo nuestro problema», apunta uno de sus ayudantes.

Los adeptos a la causa

Según quienes vivieron junto a Rubiales aquel final de agosto, los días siguientes en Las Rozas fueron «muy difíciles». Los gabinetes de crisis se sucedían en la tercera planta del edificio principal de la Ciudad del Fútbol. Por el despacho del presidente -más de 100 m², con terraza incluida- desfilaron los adeptos a la causa: su amigo Nene -imputado junto a él en la operación Brody-; Antonio Gómez-Reino, director de relaciones institucionales; Chema Timón, jefe de Gabinete, y su padre, Luis Rubiales López. Sin olvidar a los seleccionadores, Luis de la Fuente y Jorge Vilda o algunos presidentes de las territoriales. La inmensa mayoría, con la excepción de su padre, le animaba a resistir.

Hasta Ibiza, tratando de ablandar a Jenni, habían viajado Rivera y Luque. «Si en este momento le ayudaba seguramente le podría conseguir un puesto en la Federación», razona Marta Durántez, fiscal del caso, aportando algunos mensajes donde el ex futbolista del Deportivo acusa a Hermoso de «mala persona» y la desea «que se encuentre muy sola en la vida». A tenor de otras filtraciones, los contactos entre la jugadora y Rivera también incluían Whatsapp de diversa índole: «Rubén, puedes decir a tu mujer que no tengo bikini. Que me ha preguntado y le he dicho que sí tenía, jaja».

A última hora del martes 22, la Federación convocó una Asamblea Extraordinaria para el viernes 25. Según los más fieles a Rubiales, este fue su mayor error. Y lo atribuyen a la recomendación de Alejandro Blanco, presidente del COE, que pretendía escenificar el apoyo de todos los estamentos del fútbol. En cualquier caso, tras interminables conversaciones, el núcleo duro convence a Rubiales para que dimita en la Asamblea. El jueves 24, él mismo activa la maquinaria con la que dar por hecho su adiós. Llama al Consejo Superior de Deportes para informar de todo. La inmediata filtración de Francos no sólo le enfurece, sino que le impulsa a un último y triple salto mortal. «¡No voy a dimitir!, ¡no voy a dimitir!, ¡no voy a dimitir!».

Sólo su padre y otra persona, que no ha podido ser identificada por este diario, sabían de la pirueta. Después, tomó a sus hijas, las montó en su coche y puso rumbo a Valencia. Al mediodía del sábado 26, la FIFA, comunicó por mail a la RFEF que suspendía provisionalmente a Rubiales «mientras se tramita el expediente disciplinario». Aquello se tradujo en tres años de inhabilitación. Hasta ahí alcanzó la justicia deportiva. Hoy llega el turno de la justicia ordinaria.