"Gracias a París, gracias a Francia. Todos saben lo que amo a esta ciudad". Lo repitió Rafa Nadal poco después de abandonar la Philippe Chatrier, donde ganó en su debut individual al húngaro Marton Fucsovics, como si abandonara su casa en Manacor. Nadie quiso perderse el debut del tenista más querido en estos Juegos. Hasta Javier Sotomayor, todavía plusmarquista mundial de salto de altura, abandonó por un día a la delegación cubana para ver al es
Hazte Premium desde 1€ el primer mes
Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web
La Philippe Chatrier se puso en pie como horas antes lo había hecho la grada de La Defénse Arena cuando apareció el nadador Leon Marchand. Rafa Nadal no es un héroe nacional francés, pero es un héroe de París, la ciudad de un amor esta vez correspondido. La central de Roland Garros, donde el español es capaz de moverse como en su habitación a oscuras, lo quiere en todos los idiomas, en el ¡Olé! como en el 'Allez!' El sitio donde tanto ha ganado descubrió que el Nadal olímpico es el mismo Nadal en espíritu, sufriente, aunque su cuerpo no le lleve donde lo hace su mente, y fiel a la victoria y a París con una pasión desmedida. Le aguarda Novak Djokovic en la segunda ronda, después de vencer al húngaro Marton Fucsovics por 1-6, 6-4, 4-6. Un regalo para estos Juegos, una final de Grand Slam bajo los aros.
La entrada en pista fue pletórica, con un Nadal poderoso y seguro que buscaba las líneas para mover a su oponente, desbordado y sin la convicción necesaria. Tenía más tenis el húngaro, 83 del mundo, y lo había a demostrar a partir del segundo set. Nadal ganó su servicio para abrir el partido y logró el 'break' en el segundo juego. Lo repitió en el sexto para colocarse 5-1, después de haber permitido a Fucsovics ganar únicamente uno. Un set en 31 minutos, con un 77% de primeros servicios, en el que se observó al Nadal que conoce la gente de la central, aunque el público en los Juegos no sea precisamente el mismo.
Un partido corto
Al mallorquín le convenía un duelo exprés, dado su estado físico, en duda hasta horas antes del debut, y sus reservas físicas, maltratado y gastado su cuerpo de 38 años. Finalmente, y después de probarse en la pista junto a Carlos Moyà y David Ferrer, y ante la mirada de su médico, tomó la decisión de jugar. El primer set le había permitido cumplir con la hoja de ruta que se habían marcado. Faltaba que Fucsovics pusiera en marcha la suya.
El húngaro subió el nivel de riesgo, la única opción que tenía, para igualar la eficacia de los golpes de Nadal. La bola le corría como al español, en especial en los golpes de derecha. Alternó el juego de fondo de pista con la movilidad y las dejadas que mortificaban a Nadal, para hacer correr todo lo posible a su oponente. De ese modo invirtió el arranque del primer set, al ganar su primer servicio y lograr un 'break' en el segundo. Hasta el 4-1 no reaccionó Nadal, capaz de jugar sus mejores puntos bajo presión, pero donde llegaba su mentalidad no lo hacían siempre sus piernas, con algunas dificultades de movilidad. Con un 4-1 abajó levantó un 15-40 y un 40-0 en contra para remontar hasta el 5-4, pero acabó por perder con su servicio al errar una dejada. Su porcentaje de primeros servicios bajó al 64%, mientras que había doblado sus errores no forzados, de seis a 12.
Un 'break' decisivo
El tercer set empezó, pues, desde el nuevo equilibrio del partido, consciente Nadal de que debía subir el umbral de su juego, regresar al principio. Tanto el español como el húngaro mantuvieron su servicio hasta que Nadal consiguió el 'break' decisivo en el quinto juego, después de superar en el cuarto un 40-0. Insistió el español en el revés de su rival, posiblemente el golpe más débil, y de ese modo evitar la fuerza de sus golpes de derecha. En el desenlace, menos exigido que en el segundo juego, impuso una competitividad única.
La central de Roland Garros, repleta, estalló, porque cada partido de Nadal es esperado como el de uno de los suyos, sea de forma individual o en el doble junto a Carlos Alcaraz, una pareja de tenis de Disney. La ceremonia de apertura lo demostró, al convocar al español en un lugar de privilegio, y Nadal exprime su físico ajado para que ese idilio no se acabe, para que el amor sea eterno. Lo será. En la victoria como en la derrota.
Unas semanas después, la misma banda sonora: "¡Rafa, Rafa, Rafa!". Si en el pasado Roland Garros sorprendió la ascensión de Rafa Nadal a ídolo de Francia, a leyenda de su deporte, incluso a símbolo galo, este sábado en su debut en los Juegos Olímpicos de París junto a Carlos Alcaraz se vivió esa realidad con desinhibición. Después de que el viernes el español portara la antorcha olímpica en un momento crucial de la ceremonia de inauguración, este sábado entró en la Philippe Chatrier con la ovación que se reserva sólo a las leyendas propias. Unas horas despues, la misma banda sonora: "¡Rafa, Rafa, Rafa!".
Durante todo su victoria en primera ronda en dobles junto a Carlos Alcaraz y contra los argentinos Máximo González y Andrés Molteni, el ganador de 22 Grand Slam recibió el cariño del público francés desde una atronadora ovación de entrada a una atronadora ovación de salida. Tambien Alcaraz, campeón y carismático, es querido en Roland Garros, pero lo de Nadal es otra cosa. Pese a su españolidad y su españolía, Nadal es un mito francés y como tal es tratado.
"Todo lo que pasó en la inauguración será inolvidable, se quedará para siempre en mi memoria. Sólo puedo agradecer a París, a toda Francia, haber tenido un detalle así con alguien que no es de su país", proclamó Nadal, que sobre la pista no quiso perder la concentración. Saludó como siempre y, al final, lanzó pelotas a las gradas junto a un Alcaraz juguetón, pero no quiso entrar a agradecer todos los vítores a su favor. En un momento del partido, incluso, por las tribunas de la Philippe Chatrier empezó una ola y fue él quien se encargó de apagarla para que pudiera volver el juego.
Con su aparatoso vendaje en el muslo derecho se le notó cómodo, fresco, incluso rápido, pero en un momento del segundo set se paró para tocarse la zona. Al parecer, según dijo, sólo se estaba apretando el vendaje, nada más.
Su camino en solitario
"No sé qué haré mañana en el individual. Esta noche hablaré con el equipo y tomaremos la decisión más adecuada pensando en traer medallas a España. No siempre más es más, a veces más es menos. Pero con eso no estoy diciendo que no vaya a jugar", aseguró sobre su partido de primera ronda del cuadro individual ante Marton Fucsovics (14.00 horas, La 1) y esa entrega de la afición francesa también se empapa de esta incertidumbre. Quién sabe cuántos partidos más jugará en Roland Garros, así que mejor rendirle homenaje ahora no vaya a ser que sea el último.
En todo caso, estos días parece que jugará unos cuantos. En individuales, con Novak Djokovic como posible rival si juega y gana a Fucsovics, su camino quizá sea corto, pero en dobles el oro es el único objetivo. En cada encuentro que pasa, en cada encuentro que gana la pareja española, aumentará su compenetración y el dominio de Alcaraz de los entresijos del juego de dobles. "Creo que para los dos jugar juntos representando a España es un combo difícil de superar. El partido que hemos jugado nos permite soñar y seguir adelante. Hemos funcionado bien como pareja. Tener a un jugador como Carlos a mí lado me da tranquilidad, confianza y energía. Los dos mantenemos la energía alta y la actitud adecuada".
Conocer a un ídolo tiene que ser bonito: saludarle, expresarle tu admiración e incluso charlar unos minutos. Amigarte con tu ídolo debe de ser especial: descubrir una afinidad mutua y escuchar sus opiniones sobre el arte por el que lo idolatras -un deporte, la música, un oficio-. Pero convivir con tu ídolo y crear juntos, ambicionar juntos e incluso triunfar juntos ya tiene que ser un sueño. Carlos Alcaraz está en ello y el camino, claro, no es fácil. Al lado de una leyenda debe de haber demasiada ilusión, demasiados nervios, demasiada responsabilidad.
En la Philippe Chatrier, la pista central de Roland Garros, un lugar que ya le había triunfar como lo que es, uno de los mejores de la historia del tenis, Alcaraz apareció este sábado como el niño de 10 años que desde su casa en Murcia veía por la televisión a Rafa Nadal ganar un Grand Slam tras otro. La gloria o el fracaso de la pareja de dobles entre Alcaraz y Nadal en estos Juegos Olímpicos de París dependerá de él, más joven, más rápido, más decisivo, y su excitación complicó el debut ante la pareja argentina formada por Máximo González y Andrés Molteni. Al final ganaron por 7-6(4) y 6-4, pero hubo que sufrir.
Y aprender, sobre todo aprender. También era normal. Nadal acumula experiencia en dobles, no en vano ya fue campeón olímpico en Río 2016 con Marc López, pero Alcaraz sólo había disputado cuatro partidos por parejas. Desde el principio hubo momentos icónicos, como cuando los dos corrieron hacia atrás de la misma manera cuando acabó el sorteo inicial, pero también varios errores, especialmente del actual número tres del mundo.
Los momentos de Alcaraz
Delante, una pareja clásica, con sus golpes en la red, su compenetración y sus cambios de lado para cubrir el fondo. González y Molteni dejaban muy pocos huecos en la pista, siempre bien situados, y Alcaraz buscaba en todo momento el punto ganador. "¡Vamos, vamos! ¡Calma, calma!", le tranquilizaba Nadal. Poco a poco Alcaraz lo fue entendiendo. Pese a que en todo momento albergó dudas de cuándo y cómo atacar la red, desde el fondo fue hallando su sitio hasta la victoria.
Nadal, por su parte, ejercía de líder. Ovacionado por el público francés que un día antes le había entregado un papel preponderante en la ceremonia de inauguración de los Juegos, el ganador de 22 Grand Slam hizo de la formación su prioridad. Sin necesidad de forzar su cuerpo ni de probar el estado de su vendado muslo derecho, hizo lo suyo, ahora una derecha ganadora, ahora una volea imposible de devolver, y aportó a Alcaraz la tranquilidad que necesitaba. Nadal sostuvo al dúo hasta que al final en dos momentos de brillantez de su compañeros lo decidieron.
En el primer set, hubo un intercambio continuo, incluido un break y un contrabreak, hasta el tie-break decisivo: allí, la igualdad entre Nadal-Alcaraz y González-Molteni se mantuvo hasta que Alcaraz armó el brazo. Y en el segundo set, los españoles remontaron un 3-0 en contra para alcanzar el 4-4 y allí disfrutar de otro momento de brillantez de Alcaraz con un revés cruzado demoledor al resto.
En la Villa, dos colegas, Rafa Nadal y Carlos Alcaraz, siempre juntos: duermen en el mismo apartamento, desayunan, comen y cenan en la misma mesa y normalmente atienden a las mismas peticiones de fotos. Son muchas peticiones, muchísimas, algunas individuales, la mayoría conjuntas. Cuenta David Ferrer, capitán del equipo español, que queda con ellos para almorzar y entran en el comedor a la hora acordada, pero que ambos tardan una eternidad en sentarse. Cuando lo hacen, el plato ya está frío.
Desde que llegaron a París a principios de semana los dos mejores tenistas de la historia de España han convertido su buena relación en amistad y su camaradería es latente en cada entrenamiento en Roland Garros, pero queda una duda: ¿Se entenderán tan bien en la pista? Antes de su debut hoy en los Juegos Olímpicos ante la pareja argentina formada por Máximo González y Andrés Molteni (19.00 horas, La 1), nunca habían jugado juntos y, aunque Nadal tiene experiencia de sobra -fue campeón olímpico en Río 2016 junto a Marc López-, Alcaraz casi es un novato en el dobles. Sólo ha jugado seis partidos profesionales, entre 2021 y 2022, cuatro con Pablo Carreño y dos precisamente con López.
"No va a ser fácil, es un estreno total"
"Yo haré lo que él me diga, me tapo la boca y a cumplir", comentaba Alcaraz en conversación con EL MUNDO medio en broma, medio en serio. Porque al reciente campeón de Roland Garros y Wimbledon le sobra tenis en estos Juegos, pero le falta calle. O mejor dicho, pista. "No va a ser fácil que se compenetren, es un estreno total. La clave va a ser que saquen los primeros partidos y que Carlos escuche las indicaciones de Rafa. Son dos grandes tenistas de individuales y tienen que explotar sus muchísimos recursos cada uno por su lado. No pueden convertirse en unos días en una pareja", analiza Vivi Ruano, ex número uno del mundo de dobles, vencedora de 11 Grand Slam en parejas y de dos platas olímpicas en Atenas 2004 y Pekín 2008.
"Hay dos tipos de parejas: los especialistas en dobles y los 'singlistas' que se juntan para un torneo concreto. Rafa y Carlos serán ese tipo de pareja, pero eso no es malo. Que cada uno cubre su mitad de la pista y ya está. Son buenísimos, no serán una pareja clásica ni falta que les hace. Sergio [Casal] y yo estábamos muy conjuntados y en Barcelona 1992 nos ganaron Boris Becker y Michael Stich, que ni se hablaban", añade Emilio Sánchez Vicario, también ex número uno del mundo, ganador de cinco Grand Slam y de la plata de Seúl 1988.
"Quizá no tengan un juego tan de dobles, pero van a controlar los partidos desde el fondo de la pista, van a marcar diferencias ahí. Los dos tienen grandes habilidades, son de los mejores jugadores de la historia y si lo mezclas todo, aquí, en Roland Garros, está claro que es una combinación ganadora", finaliza Marcel Granollers, actual número uno de dobles, miembro de la otra pareja española en estos Juegos Olímpicos -junto a Carreño- y compañero de entrenamientos estos días de Nadal y Alcaraz.
La intensidad de Nadal
De hecho, este mismo viernes, en la Philippe Chatrier, la pista central de Roland Garros, los cuatro españoles que disputarán los dobles se juntaron para un último entrenamiento antes del debut. A primera hora de la mañana, Nadal y Alcaraz hicieron una sesión completa, ganaron 6-3 en un set de prueba a Granollers y Carreño y aclararon dos cosas. La primera, que Nadal jugará a la derecha y Alcaraz a la izquierda, es decir, que los dos cubrirán el centro con su drive. Y la segunda que Nadal jugará el partido pese a las molestias que arrastra.
Su vendaje en el muslo derecho demostraba que algo ocurre y todavía cabe la posibilidad que se retire del torneo individual antes de su debut mañana ante el húngaro Marton Fucsovics, pero la intensidad del entrenamiento fue la de un tenista dispuesto, nada de irse para casa. Alcaraz también se mostraba concentrado, tanto que al final no acudió a la ceremonia de inauguración pues hoy no sólo tiene el estreno del dobles, también disputará su primer partido individual, ante el libanés Hady Habib (sobre las 14.00 horas, La 1) en la Suzanne Lenglen.
Es un privilegio estar en París en el día de la inauguración de los Juegos Olímpicos, por muy incómoda y caótica que se haya vuelto la ciudad, casi en estado de sitio ante la magnitud del acontecimiento. Volver a unos Juegos, ahora como observadora, junto al equipo de Adidas, me trae a la memoria aquellos en los que competí. Siempre preferí quedarme en la Villa Olímpica. A menos que seas Lebron James y estés incómodo por las dimensiones de la cam
Hazte Premium desde 1€ el primer mes
Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web
Rafael Nadal ha saltado este viernes a la pista Phillipe Chatrier de Roland Garros para el entrenamiento previsto, en compañía de Carlos Alcaraz y con el otro dueto español, formado por Marcel Granollers y Pablo Carreño, en vísperas del inicio de la competición de tenis de París 2024.
El tenista balear, con molestias en el aductor derecho, retornó a la actividad este viernes después de que el jueves cancelara las dos sesiones que tenía fijadas para descansar y mejorar de la dolencia. Nadal se entrenó con un vendaje en el muslo derecho.
Bajo la supervisión de Carlos Moyá, su entrenador, del seleccionador David Ferrer y el médico Ángel Cotorro, Rafa Nadal, oro individual en Pekín 2008 y en dobles con Marc López en Río 2016, inició con aparente normalidad la sesión.
Tras informar de las molestias de Nadal el jueves, Moyá ha confirmado que el jugador jugará el dobles con Alcaraz y dependerá de su evolución física para su concurso individual. "El partido de dobles, a priori, es menos agresivo, menos puntos largos, cubres media pista. Es más amable con el cuerpo. Va a ser un test importante", dijo Moyá en declaraciones a la cadena SER. "Si está sin ninguna limitación, evidentemente jugaría el individual", añadió.
Sin dificultades aparentes, Nadal tomó el mando de la dupla que forma con Alcaraz y durante la hora que duró el entrenamiento fue el encargado de dar indicaciones y formar jugadas desde el saque que terminaron con buenas definiciones de su compañero, vigente campeón de Roland Garros.
La pareja formada por Nadal y Alcaraz entrará en acción el sábado (19.00 h.), en el partido contra los argentinos Máximo González y Andrés Molteni. También debutará la otra pareja de España, Pablo Carreño y Marcel Granollers, ante los italianos Simone Bolelli y Andrea Vavasori.
Rafa Nadal ha jugado al póker, vaya si ha jugado al póker. Este jueves, en el Club Les Lodges de Roland Garros, lugar habitual de sus celebraciones, el sorteo del cuadro de los Juegos de París le situó ante el más difícil todavía y él hizo como si nada, tranquilo, impasible. Invitado por la organización para presenciar el acto en primera fila no movió ni una ceja. Y eso que, como ya le pasó en el Grand Slam francés, en la cita olímpica deberá saltar un altísimo obstáculo si quiere jugar por las medallas.
Esta vez el trago no será en primera ronda. De inicio, se medirá al húngaro Marton Marton Fucsovics, el 83 del mundo, un tenista al que nunca se ha enfrentado. En segunda ronda llegará la dura prueba. Allí, si ambos vencen, le esperará el actual número dos del mundo, su adversario en la cima del tenis, el rival al que más veces se ha encontrado (30 derrotas y 29 victorias), Novak Djokovic. En el último duelo entre los dos, también en Roland Garros, venció el español, pero han pasado dos años y tantos, tantos dolores. El favorito esta vez será el serbio, más tras su rápida recuperación de la lesión de rodilla y su reciente final en Wimbledon.
Además, si gana Nadal, si supera ese Rubicón, el camino tampoco será sencillo. En tercera ronda podría aparecer Matteo Arnaldi, que llegó a cuarta ronda en el último Roland Garros y luego Stefanos Tsitsipas o Sebastián Báez. Luego ya, en semifinales, su adversario potencial tiene el nivel que merece la fase, un Alexander Zverev que ya lo eliminó hace sólo dos meses. Pese a su tranquilidad durante el evento, el sorteo no fue nada amable con él.
Alcaraz y el dobles
Todo lo contrario de lo que fue para Carlos Alcaraz. Sin Jannik Sinner, de baja por una amigdalitis, y con Djokovic y Zverev por el otro lado del cuadro, el horizonte está despejado. Su estreno será ante el libanés Hady Habib, el 275 del mundo, un jugador con invitación que apenas ha jugado 15 partidos en el circuito ATP y luego surgirán nombres como el británico Cameron Norrie, el chileno Alejandro Tabilo o el argentino Tomás Etcheverry antes de un posible duelo con Alex de Miñaur en cuartos de final. En semifinales podrían aparecer Daniil Medvedev o Casper Ruud, ambos adversarios a los que ha vencido recientemente.
Nadal y Alcaraz tuvieron así suertes dispares en el sorteo y como pareja, en el dobles, se quedaron un punto medio. Su debut será complicado, ante la pareja argentina formada por Máximo González y Andrés Molteni, dos tenistas que suelen jugar juntos y que, por ejemplo, han ganado las dos últimas ediciones del Godó, pero luego la competencia será menor. El cruce complicado le cayó a la dupla formada por Marcel Granollers y Pablo Carreño que empezarán contra los italianos Simone Bolelli y Andrea Vavassori, los cabeza de serie número 1, finalistas este año del Open de Australia y Roland Garros.
El español Rafa Nadal se ha sobrepuesto al cansancio acumulado y a la buena puesta en acción del croata Duje Ajdukovic para plantarse en la lucha por el título del ATP de Bastad (Suecia), su primera final desde Roland Garros 2022.
Tras haber eliminado al sueco Léo Borg, al británico Cameron Norrie y al argentino Mariano Navone, Nadal ha remontado ante Ajdukovic, 130º mundial, en dos horas y 12 minutos con un 4-6, 6-3 y 6-4.
Nadal se medirá en la final de Bastad al ganador del partido entre el argentino Thiago Agustín Tirante y el portugués Nuno Borges.
El tenista balear se encuentra en plena puesta a punto para su participación en los Juegos Olímpicos de París, donde jugará en individuales y en dobles, junto a Carlos Alcaraz.
Nadal ha demostrado que pese a todo mantiene muchas de esas cualidades que le han mantenido tantos años en la cima puede volver a ser competitivo y una lucha y fe incomparables.
Los torneos ATP 250, como este de Bastad (Suecia) son el nivel más bajo de los torneos anuales de tenis masculino en el ATP Tour principal.
Rafa Nadal ha vencido a Mariano Navone en tres sets y pasa así a las semifinales del torneo de Bastad, donde se enfrentará al croata Duje Ajdukovic. El encuentro finalizó 6(2)-7; 7-5;7-5 en un durísimo partido para el balear, que puso a prueba sus capacidades tanto físicas como mentales.
Es el segundo partido más largo, a tres sets, al que se ha enfrentado Nadal, solo superado por el encuentro que le enfrentó a Djokovic en el Masters de Madrid en 2009, que tan solo duró dos minutos más que este.
En el primer set, logró ponerse arriba 6-5 y remontar un 1-4 a favor del argentino. Sin embargo, Navone empató con él a 6 puntos y se llevó el 'tie break' en el que el argentino fue superior frente a un Nadal más errático en el que perdió tres veces su servicio.
Nadal declaró que "no estaba concentrado durante el partido" y añadió que, a pesar de ello, "he podido aguantar físicamente hasta el final, eso es muy importante para mí".