Shai Gilgeous-Alexander, el triunfo de la calma y el equilibrio

Shai Gilgeous-Alexander, el triunfo de la calma y el equilibrio

Actualizado Lunes, 23 junio 2025 - 19:42

El suyo ha sido un salto silencioso a la estratosfera, el triunfo de un tipo de baloncesto distinto, casi en desuso, el de los movimientos calculados, el del equilibrio y la calma en sus aproximaciones a canasta. La suya es la historia de una leyenda cocinándose a fuego lento y un sueño cumplido antes de lo previsto. Siete temporadas ha necesitado Shai Gilgeous-Alexander para hacerse con un anillo de campeón de la NBA, elevándose, de paso, a la categoría de inmortal en una franquicia y una ciudad que ahora lo idolatra.

El triunfo de Oklahoma City Thunder sobre Indiana en el séptimo partido es un anhelo que el base canadiense de 26 años tenía desde pequeño. "Es el sueño de todo niño. Pero nunca se sabe realmente si se hará realidad", decía, amparado en el hecho de que sus números no hacían presagiar semejante desenlace. Terminó el instituto situado en el puesto 35 del Top 100 de promesas de ESPN en 2017 y en sus tres primeras temporadas su nombre no sonó con demasiada fuerza en la NBA. En su única temporada de baloncesto universitario, con los Kentucky Wildcats, arrancó desde el banquillo.

Sin embargo, como su baloncesto, la evolución de su carrera ha sido equilibrada y paulatina. Entró en la NBA en el undécimo puesto del draft, seleccionado por los Charlotte Hornets en 2018 antes de ser transferido de inmediato a Los Angeles Clippers, con los que empezó a despuntar. En enero de 2019 anotó 24 puntos contra los Golden State Warriors, dejando claro que había buena materia prima.

Imposible para Durant, Westbrook y Harden

En verano de ese mismo año se produjo el salto que le cambiaría la vida. Fue traspasado a Oklahoma en un potente intercambio de cromos en el que también estaba incluido Danilo Gallinari y que acabó llevando a Paul George a Los Angeles. En su debut anotó otros 24 puntos contra Dallas Mavericks, dando señales de que era el jugador franquicia que estaban buscando los Thunder.

En Oklahoma Gilgeous-Alexander encontró el escenario perfecto para desarrollar su potencial. Su crecimiento estadístico fue notorio. En su primera temporada completa con los Thunder (2020-21) promedió 23,7 puntos, 4,7 rebotes y 5,9 asistencias. Para la temporada 2022-23, estas cifras ya había escalado hasta los 31,4 puntos, 4,8 rebotes y 5,5 asistencias, convirtiéndolo en uno de los anotadores más letales de la liga y finalista para el premio MVP.

Ahora, sus logros hablan por sí solos. Ha sido seleccionado para el All-Star Game en tres ocasiones e incluido en el equipo ideal de la NBA en otras tres. Durante la temporada 2022-23, se convirtió en el primer jugador de los Thunder desde Kevin Durant en anotar más de 30 puntos por partido. Gracias a su figura, la pequeña ciudad del centro sur del país ha logrado culminar lo que el trío formado por Durant, Russell Westbrook y James Harden nunca consiguió.

Gilgeous-Alexander, el domingo, durante el séptimo partido.

Gilgeous-Alexander, el domingo, durante el séptimo partido.EFE

Estaba escrito que la vida de Shaivonte Aician Gilgeous-Alexander estaría vinculada al baloncesto. Nacido el 12 de julio de 1998 en Hamilton, Ontario, Canadá, su padre, Vaughn Alexander, de origen caribeño, fue jugador profesional, mientras que su madre, Charmaine Gilgeous, fue una atleta que llegó participar en los Juegos Olímpicos de Barcelona en la prueba de 400 metros lisos, representando a Antigua y Barbuda.

Su travesía hacia el estrellato comenzó en serio cuando se trasladó a Estados Unidos para jugar en el equipo de Hamilton Heights Christian Academy, en Tennessee. Durante su último año de secundaria, promedió 23.8 puntos, 8.7 rebotes y 4.8 asistencias, estableciéndose como uno de los prospectos más codiciados de su clase.

MVP de las Finales

El domingo completó una de las temporadas más condecoradas en la historia de la NBA. Sumó 12 asistencias a sus 29 puntos de 27 lanzamientos y fue nombrado el MVP unánime de las Finales en apenas su segunda carrera de postemporada como piedra angular de la franquicia.

"Esto no es sólo una victoria para mí", declaró a un estadio repleto y eufórico, el Paycom Center de Oklahoma. "Esta es una victoria para mi familia. Es una victoria para mis amigos. Es una victoria para todos los que me apoyaron durante mi infancia. Es una victoria para la afición, la mejor afición del mundo".

La NBA y todo lo que está bien en el deporte: ¿podría aprender algo el fútbol europeo?

La NBA y todo lo que está bien en el deporte: ¿podría aprender algo el fútbol europeo?

Oklahoma City Thunder es el séptimo campeón diferente de la NBA en siete años, diez equipos distintos han ganado el título en los últimos siete años. De las 28 ciudades con equipo en la liga (Nueva York y Los Ángeles tienen dos), los finalistas de este curso, Indiana Pacers y los Thunder, juegan, respectivamente, en el séptimo y el tercer mercado más pequeños.

¿Cómo es esto posible? ¿No hay un Real Madrid, un Barça, un Bayern, un PSG, clubes de grandes ciudades, mucho más ricos que sus rivales, con más medios, mejores jugadores y un dominio constante? No, no los hay. En el país del capitalismo salvaje, el deporte es un reducto socialista. Y bendito sea.

Todas las grandes ligas norteamericanas se mueven alrededor de un principio sagrado: la igualdad. Simplificando mucho sistemas complejos y con excepciones, hay un límite salarial igual para todos, ricos y pobres. No puedes fichar estrellas de otro equipo con contrato en vigor salvo mediante intercambios de jugadores en los que los sueldos que salen y los que entran tienen que ser similares. No hay un Bayern esquilmando al Dortmund ni un Barça pagando la cláusula de Nico Williams. Y, por supuesto, los peores equipos son los primeros en elegir en el draft a los mejores jóvenes que llegan a la liga, así estás a pillar a un LeBron James o un Wembanyama de pasar de insignificante a candidato al título.

En resumen, tu equipo, juegue dónde juegue y tenga la historia que tenga, puede ganar el anillo igual que los Lakers. Todos tienen esperanza, ninguno está condenado a una vida eterna animando a un club sin más aspiración que la supervivencia como complemento del negocio de unos pocos gigantes o, en una de las cosas más tristes que hay, hacerse de un equipo que no es el de tu ciudad para poder ganar. ¿Han visto las escenas de Oviedo? ¿No sería precioso que toda hinchada pudiera vivir días así cada pocos años y por cualquier objetivo?

Sería precioso, sí. También sería imposible. Los grandes clubes jamás lo aceptarían y muchos aficionados, esos que llevan una semana riéndose del Auckland City, el Al Ain y el Mamelodi Sundowns, no lo entenderían. Nos han vendido que lo que importa es el desenlace y no el camino, que ser humilde es ser insignificante y que el objetivo no es competir sino humillar. Nos lo han vendido y lo hemos comprado. Tenemos una cultura deportiva lamentable. Esa es la verdad.

Los Thunder ganan el anillo tras un dramático séptimo partido marcado por la grave lesión de Haliburton

Los Thunder ganan el anillo tras un dramático séptimo partido marcado por la grave lesión de Haliburton

Actualizado Lunes, 23 junio 2025 - 07:54

Los Oklahoma City Thunder, liderados por Shai Gilgeous-Alexander, han conquistado el anillo de la NBA este domingo. al vencer el séptimo y decisivo partido de las Finales por 103-91 a unos Indiana Pacers visiblemente afectados por la temprana lesión de su estrella, Tyrese Haliburton. Este título marca el primero para la franquicia en Oklahoma, reviviendo la victoria de 1979 cuando aún eran los Supersonics en Seattle.

La victoria culmina una "temporada majestuosa" para los Thunder, quienes terminaron primeros del Oeste con un impresionante balance de 68-14, el mejor de toda la liga. Con una "asfixiante defensa" catalogada entre las mejores de la historia de la NBA, y un "excelente Shai" que, tras ser MVP de la temporada regular, se alzó también con el MVP de las Finales, el equipo de Mark Daigneault demostró su superioridad.

El triunfo también es reflejo de una plantilla "repleta de recursos y escandalosamente joven", con figuras clave como Jalen Williams y Chet Holmgren, que forman el ‘big three’ junto a Shai, y el aporte de jugadores Lu Dort, Isaiah Hartenstein, Alex Caruso, Aaron Wiggins y Cason Wallace. Este campeonato culmina un ambicioso proceso de reconstrucción orquestado por el mánager general Sam Presti, augurando un futuro brillante para la franquicia de Oklahoma.

Resistencia de Indiana

La otra cara de la moneda fue la de los Indiana Pacers, un equipo que sorprendió con "remontadas épicas y milagros imposibles" y un estilo ultraofensivo. Su sueño de lograr el primer título de la NBA (poseen tres de la ABA) se vio truncado por el "final más cruel posible". Haliburton sufrió una lesión. Con molestias en el gemelo derecho durante todas las Finales, el genial base se "rompió en el primer cuarto" con lo que parece una lesión "muy grave".

Haliburton comenzó el partido con gran intensidad al encestar tres triples en cinco minutos, que inquietaron a Oklahoma. Poco después, en una jugada individual, "le falló la pierna derecha por completo y acabó cayendo con un grito de dolor". La imagen fue "escalofriante", dejando el Paycom Center en silencio mientras sus compañeros lo rodeaban. El jugador, visiblemente "destrozado", se retiró al vestuario "sin poder apoyar la pierna y ocultando su rostro cubierto en lágrimas". Aunque se espera todavía el diagnóstico oficial, la lesión recuerda a las rupturas de tendón de Aquiles recientes de la NBA.

Pese a la devastadora pérdida de su estrella, los Pacers de Rick Carlisle, "fieles a su dogma de jamás darse por vencidos", resistieron a Haliburton hasta el tercer cuarto. La primera mitad vio a unos Thunder "oxidados y toscos", con una ofensiva que "naufragó" y un acierto pésimo desde el perímetro, lo que permitió a Indiana llegar al descanso con una ligera ventaja (47-48). Gilgeous-Alexander lideró a Oklahoma con 16 puntos y 7 asistencias en la primera mitad, mientras Caruso emergió como un suplente clave.

Haliburton, sobre el parquet, tras su grave lesión.

Haliburton, sobre el parquet, tras su grave lesión.AP

La "lógica" se impuso en la reanudación del partido. El tercer cuarto fue "todo lo que se espera de un equipo campeón": una "defensa abrumadora", valentía en el rebote ofensivo, y un aumento en el acierto desde el triple, con el respaldo de los compañeros de Shai. Con un parcial de 18-8, Carlisle se vio obligado a pedir dos tiempos muertos consecutivos para intentar frenar el ímpetu de los Thunder. Finalmente, Oklahoma superó por primera vez los 10 puntos de ventaja, sellando el periodo con un demoledor 34-20 que dejó el marcador en 81-68 y el anillo "prácticamente sentenciado". La defensa de Oklahoma fue clave, logrando 14 robos y provocando 23 pérdidas a Indiana, que se tradujeron en 32 puntos.

Shai fue el máximo anotador de Oklahoma con 29 puntos, además de 5 rebotes y 12 asistencias. Williams sumó 20 puntos y Holmgren aportó 18 puntos, 8 rebotes y 5 tapones. Por parte de Indiana, Bennedict Mathurin lideró con 24 puntos y 13 rebotes, seguido por Pascal Siakam y T.J. McConnell, ambos con 16 puntos. Pese a la resistencia final de los Pacers y algunos momentos de nerviosismo en los últimos minutos, los Thunder alzaron el título en un ambiente extraordinario en el Paycom Center de Oklahoma City, cerrando unas Finales memorables que han sido "todo un regalo para los amantes del baloncesto".

Kevin Durant buscará un último anillo en los Houston Rockets

Kevin Durant buscará un último anillo en los Houston Rockets

Actualizado Domingo, 22 junio 2025 - 20:58

Con toda la NBA pendiente del séptimo partido de las Finales, Kevin Durant acaparó el domingo el protagonismo en las horas previas con su traspaso a los Houston Rockets, quizá su último tren para aspirar a un nuevo anillo. De 36 años y considerado entre los tres mejores jugadores de su generación junto a LeBron James y Stephen Curry, el alero dejará los Phoenix Suns y aterrizará en los Rockets a cambio de Jalen Green, Dillon Brooks, el número 10 del draft de este año y cinco elecciones de segunda ronda, adelantó Shams Charania, el insider de ESPN.

Durant, al que le queda una temporada de contrato por 54,7 millones de dólares, era a priori la pieza más codiciada del mercado de fichajes de este verano junto a la posible salida de Giannis Antetokounmpo de los Milwaukee Bucks.

La noticia del traspaso del alero se dio a conocer siete horas y media antes de que el Paycom Center de Oklahoma City acoja el séptimo y definitivo encuentro de las Finales entre los Thunder y los Indiana Pacers. Pero hasta que el balón esté en el aire, gran parte de la conversación en las próximas horas en la NBA girará en torno a Durant y sus aspiraciones al título en los Rockets.

"Veremos, veremos..."

De hecho, la noticia le pilló a Durant en medio de un evento del Fanatics Fest de Nueva York junto a la periodista Taylor Rooks. Vídeos en las redes sociales mostraron a los fans asistentes a ese acto avisando a gritos al jugador de su traspaso a Houston. "Veremos, veremos...", dijo Durant con una sonrisa como primera reacción sobre el escenario.

Con Ime Udoka como entrenador, Houston acabó segundo esta temporada en el Oeste (52-30) solo por detrás de los Thunder (68-14). En la plantilla que recibirá a Durant destacan nombres como Alperen Sengun, Amen Thompson, Fred VanVleet, Jabari Smith Jr., Tari Eason o Steven Adams. Pero la pujanza y juventud de este proyecto se topó en la primera ronda del playoff con los veteranos Golden State Warriors, que les mandaron a casa por 3-4.

Una de las necesidades urgentes de Houston era contar con un anotador contrastado y pocos nombres hay más destacados en la liga en ese aspecto que un Durant que el curso pasado promedió 26,6 puntos por partido, con un 52,7% en tiros de campo y un 43% en triples. El alero sumó además 6 rebotes y 4,2 asistencias de media por partido.

Un debe en su trayectoria

Además de capital de draft, los Rockets se han desprendido de un Green demasiado inconsistente y que nunca alcanzó la regularidad ni el nivel de estrella que se le presuponía. También han prescindido de un especialista defensivo como Brooks.

MVP de la liga en 2014 y 15 veces All-Star, Durant fue campeón de la NBA en dos ocasiones con los Warriors (2017 y 2018) pero en su espléndido legado ha quedado la pequeña mancha de que nunca alzó el título sin tener a Curry y compañía a su lado. No lo logró con los Thunder en el inicio de su carrera ni tampoco con los fastuosos proyectos de los Nets y los Suns.

Precisamente en Phoenix suenan trompetas de reconstrucción total de la franquicia, especialmente tras una temporada desastrosa en la que se quedaron fuera incluso del play-in (undécimos del Oeste con 36-46). Queda ahora por saber qué sucederá en los Suns con Bradley Beal, que tiene una cláusula de veto de traspaso, y sobre todo con Devin Boo.

Paliza de los Pacers a unos desconocidos Thunder para forzar el séptimo partido

Paliza de los Pacers a unos desconocidos Thunder para forzar el séptimo partido

Actualizado Viernes, 20 junio 2025 - 07:13

Los Indiana Pacers aplastaron este jueves por 108-91 a los Oklahoma City Thunder y empataron 3-3 las Finales de la NBA, que se resolverán este domingo en el séptimo y definitivo encuentro.

Será la primera ocasión desde 2016 en que las Finales de la NBA llegan a un séptimo duelo. Aquella vez los Cleveland Cavaliers de LeBron James sorprendieron a domicilio a los Golden State Warriors de Stephen Curry, que desperdiciaron un 3-1 por el título.

Los Thunder ofrecieron este jueves una imagen terrible pero partirán con ventaja para el séptimo encuentro puesto que se jugará en el Paycom Center de Oklahoma City.

Por su parte, los Pacers de los milagros imposibles firmaron un partido prácticamente perfecto cuando se encontraban entre la espada y la pared y parecían tener todo perdido, especialmente por los problemas en el gemelo derecho de Tyrese Haliburton.

Duda hasta última hora, el líder de Indiana jugó finalmente y fue clave con 14 puntos (5 de 12 en tiros), un rebote, 5 asistencias y 2 robos.

Conocidos por no darse por vencidos jamás, los de Rick Carlisle ya iban ganando de 22 puntos en el intermedio (su máxima ventaja fue +31 en el último cuarto) y dieron un recital en defensa provocando 21 pérdidas de los Thunder (por solo 11 propias) y limitando a Oklahoma a un pésimo 26,7 % en triples (8 de 30).

En ataque todo el mundo puso de su parte con seis jugadores en dobles dígitos de anotación: el mencionado Haliburton, Pascal Siakam (16 puntos y 13 rebotes), Obi Toppin (20 puntos y 6 rebotes con 4 de 7 en triples), T.J. McConnell (12 puntos, 9 rebotes, 6 asistencias y 4 robos), Andrew Nembhard (17 puntos) y Aaron Nesmith (10 puntos).

En cambio, nada le salió bien a unos Thunder irreconocibles e incapaces de asentar su famosa defensa.

Shai-Gilgeous Alexander sumó 21 puntos (7 de 15), 4 rebotes y 2 asistencias pero se estrelló con 8 pérdidas. Jalen Williams aportó 16 puntos (6 de 13), 3 rebotes y una asistencia con 3 pérdidas.

Pero quitando los 10 puntos de Isaiah Hartenstein nadie más dio un paso al frente en Oklahoma, con mención especial para un desaparecido Chet Holmgren (4 puntos con 2 de 9).

Haliburton juega y los Pacers vuelan

Todas las miradas en el Gainbridge Fieldhouse de Indianápolis estaban puestas sobre Haliburton y su gemelo.

Al final Indiana dio su aprobación tras hacerle pruebas de esfuerzo en el calentamiento, pero parecía lejos de su mejor condición y falló sus cuatro primeros tiros en un flojo inicio de los locales (2-10).

Sin embargo, estos Pacers son capaces de prender fuego a la cancha en un momento y su despertar fue formidable con un parcial de 22-7 gracias a Siakam, Toppin, Nembhard y un triple de Haliburton que coronó un tramo avasallador (24-17 con 4.15 por jugarse).

Shai arrancó destemplado (7 puntos con 3 de 7) y los Thunder perdieron 5 balones (3 de Shai) pero no cedieron demasiado terreno camino del segundo periodo (28-25).

Un seguro de vida para Carlisle como base suplente, McConnell volvió a revolucionar el partido con 8 puntos en cuatro minutos y los Pacers alcanzaron un +12 que hasta entonces era su mayor ventaja en todas las Finales.

Fue solo el principio del tornado. Indiana arrolló a Oklahoma en ese cuarto con un monumental 36-17 culminado por una canastón sobre la bocina de Siakam para el 64-42.

Previamente, el camerunés se alió con Haliburton en una jugada maravillosa: el base robó el balón, corrió a toda la velocidad y asistió girando sobre sí mismo a Siakam, quien machacó el aro llevándose por delante a Williams.

La superioridad de los Pacers fue incontestable mientras los Thunder, totalmente sometidos por una enorme defensa de Indiana, naufragaban en todas las parcelas.

Oklahoma cometió en la primera parte 12 pérdidas de balón que dieron pie a 16 puntos mientras Indiana solo perdió 2 balones. Además, los visitantes sufrieron con un ridículo 1 de 11 en triples (9,1%) frente al 9 de 24 de los locales (37,5%).

Para rematar una primera mitad impresionante de Indiana, Haliburton mejoró mucho en el segundo cuarto y se le vio más ágil, suelto y peligroso. Llegó al descanso con 12 puntos (4 de 9), 4 asistencias y 2 robos.

Siakam (13 puntos), Nembhard (10), Nesmith (9), McConnell (8) y Toppin (8) redondearon el recital de los Pacers mientras que Shai (15 puntos con 5 pérdidas) y Williams (16 puntos y 3 pérdidas) se quedaron solos en los Thunder.

La remontada de Oklahoma pasaba por una reacción volcánica pero sucedió todo lo contrario: hasta el 6.57 del tercer cuarto no anotaron su primera canasta de la reanudación.

Salvo un espejismo de Oklahoma colocándose a 18, el partido quedó resuelto con un +30 de Indiana para empezar el cuarto periodo, por lo que ambos equipos reservaron a sus figuras -incluido un Haliburton que felizmente para los Pacers solo jugó 23 minutos- para la batalla definitiva del séptimo partido.

Mark Walter, un magnate de perfil discreto: así es el nuevo dueño de Los Angeles Lakers

Mark Walter, un magnate de perfil discreto: así es el nuevo dueño de Los Angeles Lakers

Actualizado Jueves, 19 junio 2025 - 20:15

Mark Walter empieza a consolidarse como el magnate del deporte por antonomasia en Estados Unidos. La firma de la operación más importante en la historia de las franquicias americanas por un monto que rondará los 10.000 millones de dólares le aúpa a ese podio. Con el anuncio de su adquisición de Los Angeles Lakers a la familia Buss, el CEO de TSW Global y Guggenheim Partners, un multimillonario de 65 años de Cedars Rapids, Iowa, pasa a controlar los dos equipos más emblemáticos de la segunda ciudad en importancia del país, junto con Los Angeles Dodgers. Es un hombre respetado y admirado en el sur de California por su gestión y su larga trayectoria con equipos de diversa índole.

Por eso no es extrañar que uno de sus socios en el equipo de béisbol, además de leyenda de los Lakers que se hicieron con cinco anillos de la NBA en los 80, el eterno Magic Johnson, aplaudiera sin ambages el traspaso de poderes. "Su motivación es ganar, la excelencia y hacer todo correctamente. ¡Y pondrá los recursos necesarios para ganar!", escribía el ex jugador en su cuenta de X. "Entiendo por qué Jeanie [Buss] le vendió el equipo a Mark Walter porque son iguales: son competitivos, tienen un gran corazón, les encanta contribuir y ambos prefieren estar entre bastidores. Esto tiene todo el sentido del mundo. ¡Estoy muy, muy, MUY feliz y emocionado por los fans de los Lakers de todo el mundo!".

No es, sin embargo, un hombre especialmente conocido. Pese a la enorme exposición que tienen sus equipos, le gusta volar bajo el radar y mimar su privacidad. Se deja ver poco e interfiere lo justo en las operaciones diarias de sus equipos. Y bien podría haber sacado pecho. Su gestión al frente de los Dodgers le precede, con dos títulos de la MLB en 2020 y 2024. Con su masiva inyección de capital, Walter ha logrado sacar al equipo de la mediocridad y convertirlo en una máquina perfectamente engrasada de ganar títulos y generar millones de dólares.

Por eso las expectativas con los Lakers son mayúsculas. El jueves por la mañana la especulación en Los Angeles era rampante sobre lo que puede significar este viraje para Luka Doncic, Lebron James y compañía. Por dinero no será. Walter ya demostró el poderío de sus arcas al cerrar el fichaje en 2023 de la superestrella japonesa, Shohei Ohtani, por el que pagó 700 millones de dólares por 10 temporadas.

La firma de inversión de la que es presidente ejecutivo, Guggenheim Partners, cuenta con más de 345.000 millones de dólares en activos. Con Walter a la cabeza, controlan una parte minoritaria del Chelsea de la liga inglesa, el equipo Cadillac de la Fórmula 1, el equipo femenino de baloncesto de Los Angeles, las Sparks, la liga profesional de hockey femenino y hasta un torneo de tenis, la Billie Jean King Cup.

Antes de la operación con los Lakers, Walter ya había tratado de hacerse con el control de los Clippers, el otro equipo NBA de la ciudad californiana, aunque la operación no cuajó. El empresario de Iowa unió fuerzas con un club selecto de multimillonarios formado por Oprah Winfrey, David Geffen y Larry Ellison, el dueño de Oracle, pero el equipo se lo acabó quedando Steve Ballmer, presidente ejecutivo de Microsoft de 2000 a 2014.

Más que deporte

El deporte no es su único dominio. Walter, con una fortuna que Bloomberg sitúa alrededor de los 12.000 millones de dólares, tiene un 19% de un conglomerado de compañías del seguros, Group 1001, además de una sociedad con Palantir, la empresa de datos con múltiples contratos con el gobierno de Estados Unidos.

Walter hereda una franquicia que el difunto Jerry Buss fue capaz de dotar de prestigio y glamour. La adquirió en 1979 por 67 millones de dólares y la llevó al siguiente nivel, incorporando a talentos como Magic, Kobe Bryant o Shaquille O'Neal. Esa camada irrepetible se apuntó 11 títulos desde 1980 que ahora espera tener continuidad bajo la tutela de este magnate discreto.

Oklahoma se queda a un paso del anillo gracias a Shai y a su escudero Jalen Williams, que firma el partido de su vida con 40 puntos

Oklahoma se queda a un paso del anillo gracias a Shai y a su escudero Jalen Williams, que firma el partido de su vida con 40 puntos

Los Oklahoma City Thunder, con 40 puntos de un Jalen Williams extraordinario, acarician el título de la NBA tras someter este lunes por 120-109 a los Indiana Pacers y colocarse con 3-2 en la serie por el anillo.

En la historia de las Finales de la NBA que llegaron al cuarto encuentro empatadas por 2-2, el equipo que se impuso en el quinto duelo conquistó el título en el 74,2% de las ocasiones.

El sexto partido se jugará este jueves en Indianápolis mientras que un hipotético séptimo encuentro tendría lugar el domingo de vuelta en Oklahoma City.

La diferencia fue abismal en la primera parte con los Thunder a un nivel fabuloso, pero tras el descanso llegaron las curvas y los Pacers amenazaron con otra remontada marca de la casa que finalmente no concretaron.

Williams firmó la actuación más importante de su carrera con 40 puntos (14 de 25 en tiros de campo con 3 de 5 en triples y 9 de 12 desde la línea de personal), 6 rebotes y 4 asistencias.

Logró así su nuevo récord de anotación en 'playoff' y se unió a Russell Westbrook como el único 'thunder' con 40 puntos o más en las Finales.

Shai-Gilgeous Alexander completó una dupla demoledora con 31 puntos (9 de 21 en tiros, 13 de 14 en libres), 10 asistencias, 2 robos y 4 tapones.

Aaron Wiggins (14 puntos con 4 de 7 en triples) y Cason Wallace (11 puntos con 3 de 4) dieron oxígeno desde el banquillo a unos Thunder imperiales en defensa, ya que forzaron 23 pérdidas de balón de los Pacers (32 puntos para Oklahoma) con 15 robos y 12 tapones.

En cambio, Tyrese Haliburton protagonizó una noche para el olvido y además sufrió molestias en el gemelo de esa pierna derecha que le está dando problemas durante las Finales.

El base, mermado claramente, selló una horrible estadística de 4 puntos (0 de 6 en tiros de campo, 4 de 4 en libres), 7 rebotes y 6 asistencias con 3 pérdidas.

Pascal Siakam (28 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias con 6 pérdidas), T.J. McConnell (18 puntos) y Obi Toppin (12 puntos) encabezaron a los Pacers, que no perdían dos partidos seguidos desde marzo y que por primera vez en este 'playoff' están por debajo en una eliminatoria.

Oklahoma vibra

Gane quien gane el anillo, la NBA ha contado en estas Finales con dos aficiones totalmente entregadas y con ambientes magníficos en el Paycom Center de Oklahoma, como sucedió de nuevo este lunes, y en el Gainbridge Fieldhouse de Indianápolis.

Con el incansable y muy ruidoso apoyo de su afición, los Thunder idearon un arranque prácticamente perfecto.

Dos mates de Williams y tres pérdidas de balón obligaron a Rick Carlisle a pedir un tiempo muerto cuando se habían jugado poco más de cuatro minutos.

La situación empeoró para el técnico de Indiana cuando se llevó una técnica segundos después por arremeter totalmente furioso contra los árbitros.

En una serie marcada por la igualdad, el primer +10 para Oklahoma llegó antes del ecuador del primer periodo. Indiana, habitualmente un equipo sereno y confiado dentro de su locura, era un manojo de nervios.

Nada menos que 7 pérdidas de balón (3 de Siakam) acumularon unos Pacers temblorosos y precipitados ante unos Thunder avasalladores en defensa y con todos sumando en ataque: Shai (7 puntos), Williams (6), el banquillo (11 entre Alex Caruso, Wiggins y Wallace...).

Aunque la estadística que mejor reflejó su potente primer cuarto (32-22) fueron sus 10 asistencias, las mismas que consiguió Oklahoma en todo el cuarto partido.

Estos Pacers son el equipo de las reacciones imposibles, de las remontadas quiméricas, de la fe por encima de cualquier obstáculo. Pero en el segundo cuarto no ofrecieron respuesta.

En cambio, los Thunder alcanzaron su máxima diferencia con un +18 tras un parcial de 16-6. Williams atacaba el aro con un ímpetu impresionante, Shai estaba en su salsa y la defensa era un muro impenetrable.

Lo único que les faltó a los de Mark Daigneault fue haber roto el partido porque el 59-45 al descanso se quedó corto para lo visto.

Williams (16 puntos), Shai (13 puntos y 5 asistencias) y Wiggins y Wallace (9 puntos con 3 triples cada uno) lideraron a unos Thunder con un 47,1 % desde el perímetro (8 de 17).

Siakam (10 puntos) fue el principal anotador de unos Pacers irreconocibles con un 33,3 % en tiros (31,2 % en triples) y 11 pérdidas.

Por primera vez en su carrera en 'playoff', Haliburton llegó al descanso con 0 puntos (0 de 5 en tiros). La aportación del base fue mínima con un rebote y 2 asistencias.

Rebelión sofocada

Nada de nada resulta sencillo en estas Finales. Los Thunder perdieron fuelle en el tercer cuarto y los Pacers, en un visto y no visto, se reengancharon a un encuentro que parecían tener perdido.

La rebelión no la orquestaron las figuras sino los suplentes, con un tramo explosivo de Toppin (7 puntos) y sobre todo de un McConnell volcánico (13 puntos con 6 de 7). El banquillo de Indiana masacró al de Oklahoma por 0-20 en el tercer periodo.

A solo 5 puntos se colocaron los Pacers con McConnell soltando bombas aquí y allá mientras en Oklahoma reaparecían los fantasmas de aquel primer encuentro que dejaron escapar incomprensiblemente.

El guion del quinto partido se asemejaba cada vez más al inicio de la serie, pero un enorme Williams (13 puntos en el cuarto) y el respaldo de Shai (9) permitieron que Oklahoma aterrizara en el final con colchón (87-79).

Esta vez no hubo milagro de Indiana pero los corazones locales sufrieron una barbaridad.

Un triple de Siakam situó a los Pacers a solo 2 puntos con un mundo por delante, pero la respuesta de los Thunder fue brutal con un parcial de 18-4, Williams y Shai turnándose en ataque y una defensa asfixiante para dejar a los fans de Oklahoma en éxtasis y a un solo triunfo del título.

Un explosivo final de Shai propicia la remontada de los Thunder, que empatan la final de la NBA ante Indiana

Un explosivo final de Shai propicia la remontada de los Thunder, que empatan la final de la NBA ante Indiana

Actualizado Sábado, 14 junio 2025 - 09:11

Rescatados por su estrella Shai Gilgeous-Alexander, los Oklahoma City Thunder derrotaron este viernes 111-104 a los Indiana Pacers y colocaron un empate 2-2 en el global de las Finales de la NBA.

Gilgeous-Alexander, el Jugador Más Valioso (MVP) de la temporada, anotó 15 de sus 35 puntos en los últimos cinco minutos de partido para remontar ante unos Pacers que llegaron a dominar por 10 puntos en el tercer cuarto.

Para frustración de sus aficionados, el equipo de Tyrese Haliburton (18 puntos y 7 asistencias) y Pascal Siakam (20 puntos y 8 rebotes) no culminó un triunfo que los hubiera colocado a sólo un paso del primer título de su historia.

Si se hubieran visto 3-1 abajo, los Thunder hubieran necesitado de una remontada que sólo un equipo logró en la historia de las Finales, los Cleveland Cavaliers de LeBron James en 2016.

Gilgeous-Alexander evitó este fatídico escenario a Oklahoma City, el mejor equipo de la fase regular, en un extraño partido en el que sólo se sobrepuso a la feroz defensa de Indiana en la recta final y que terminó sin repartir una sola asistencia.

"Cuando nos levantamos esta mañana sabíamos que un 3-1 en contra es muy diferente a volver a casa con 2-2", subrayó el base. "Jugamos con desesperación al final del partido y por eso ganamos. Tenemos que mantener esa misma desesperación en los siguientes partidos".

El quinto asalto de estas Finales, al mejor de siete partidos, se disputará el lunes en la cancha de los Thunder, que habían arrancado la serie como favoritos indiscutibles al anillo.

Shai dirige la orquesta de Oklahoma para doblegar a Indiana y empatar la final de la NBA

Shai dirige la orquesta de Oklahoma para doblegar a Indiana y empatar la final de la NBA

Los Oklahoma City Thunder reaccionaron este domingo con autoridad y poderío a su debacle del pasado jueves, se impusieron a los Indiana Pacers por 123-107 y empataron por 1-1 la final de la NBA.

Tres días después de la puñalada en el corazón de Tyrese Haliburton en el último segundo, los Thunder supieron esta vez cerrar un encuentro que ya ganaban de 23 puntos en el segundo cuarto y contaron con una sólida versión de su trío estelar: Shai-Gilgeous Alexander, Chet Holmgren y Jalen Williams.

La serie por el anillo viaja ahora a Indianápolis, donde los Pacers intentarán defender el factor cancha en el tercer y cuarto partido, que se disputarán el 11 y el 13 de junio, respectivamente.

Con la presión de no conceder un 0-2 que habría sido una verdadera losa, los Thunder recuperaron su mejor imagen: la del fabuloso conjunto que arrasó en la campaña regular con un impresionante 68-14.

Shai fue el director de orquesta perfecto con 34 puntos (11 de 21 en tiros), 5 rebotes, 8 asistencias y 4 robos. Pero además el MVP de esta temporada obtuvo, a diferencia del primer encuentro, el respaldo de dos decisivos Holmgren (15 puntos y 6 rebotes) y Williams (19 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias).

Saliendo desde el banquillo con furia, también resultaron fundamentales Alex Caruso (20 puntos con 4 de 8 en triples) y Aaron Wiggins (18 puntos con 5 de 8 desde el perímetro). Oklahoma ganó la batalla por el rebote (43 por 35) y toda su defensa rindió a un excelente nivel.

Por el contrario, Haliburton, capaz de lo mejor y lo peor, estuvo desaparecido durante los tres primeros cuartos (5 puntos) y solo se dejó notar en el último cuando la remontada era una quimera. Demasiado irregular, el base acabó con 17 puntos (7 de 13), 3 rebotes y 6 asistencias con 5 pérdidas de balón.

Tampoco estuvo fino Pascal Siakam con 15 puntos y 7 rebotes pero 3 de 11 en tiros.

Myles Turner (16 puntos) y Aaron Nesmith (14 puntos con 4 de 8 en triples) pusieron de su parte en Indiana, que tuvo a siete jugadores en dobles dígitos de anotación pero a ninguno por encima de los 20 puntos.

Holmgren despierta y Shai remata

Uno de los señalados en la catástrofe del primer partido de Oklahoma fue Holmgren, que solo aportó 6 puntos con un penoso 2 de 9 en tiros.

Con mucho que corregir, el pívot se puso las pilas esta domingo desde el salto inicial, sumó 9 puntos (4 de 5) solamente en el primer cuarto y también presumió de intimidación en defensa.

Por su parte, Indiana lo fio todo al triple ya que 14 de sus 21 tiros en el primer capítulo fueron desde el perímetro, pero los Pacers no afinaron su puntería (5 de 14) y los de Mark Daigneault se anotaron el cuarto (26-20).

La defensa de Oklahoma, una apisonadora que ha machacado ataques a lo largo de la NBA durante toda la temporada, empezó a marcar el ritmo: el primer +10 llegó con 10.24 para el descanso (33-23) y el primer +15 (que fue la máxima ventaja el jueves) lo alcanzó con 7.06 para el intermedio (42-27).

El colapso en ataque de Indiana coincidió con los minutos de Haliburton en el banquillo y los Pacers, que habían limitado sus pérdidas de balón en el primer cuarto a solo 3, se enredaron en el segundo con 6.

El Paycom Center, habitualmente una muy ruidosa olla a presión, explotó con un triple de Wiggins y una canasta de Shai que ampliaron el margen por encima de los 20 puntos tras un monumental parcial de 19-2 (52-29 con 4.48 en el reloj).

Tres tiempos muertos tuvo que pedir Rick Carlisle en ese periodo y los Pacers, fieles a su condición de equipo totalmente irreductible, cortaron la hemorragia con un parcial de 0-10.

Pero finalmente los Thunder cerraron ese gran cuarto por 33-21 y, con un 51,1 % en tiros de campo, se marcharon al vestuario con un prometedor 59-41 de la mano de Shai (15 puntos), Holmgren (11) y Williams (9).

Siakam y Andrew Nembhard (9 puntos cada uno) fueron de lo poco rescatable en un espeso ataque de los Pacers, atascados con un 34,9 % en tiros (31,8 % en triples, 7 de 22) y con un Haliburton ausente (3 puntos con 1 de 5).

La pregunta que ha dominado este 'playoff' volvió a asomarse en la mente de todos: "¿Existe una ventaja lo suficientemente grande y segura ante estos impredecibles, incansables y heroicos Pacers?".

Desde luego, Indiana no bajó los brazos. En el tercer periodo llegó a ponerse a 13 puntos con Turner liderando la carga (10), pero entonces se topó con un exquisito Shai.

El base canadiense manejó el ritmo con maestría, metió 12 puntos para abortar cualquier rebelión de los Pacers y condujo a los Thunder al desenlace con todo a su favor (93-74).

Esta vez la épica milagrosa no apareció del lado de Indiana y Oklahoma, sin más sobresaltos, colocó el 1-1 en las Finales.

Shai sigue batiendo récords

Shai-Gilgeous Alexander se convirtió este domingo en el decimosegundo jugador en la historia de la NBA que supera los 3.000 puntos en una sola temporada sumando fase regular y 'playoff'.

Solo otros once jugadores en la historia de la NBA alcanzaron los 3.000 puntos entre temporada y postemporada, una lista encabezada por un Michael Jordan que lo consiguió en diez ocasiones y un Wilt Chamberlain que lo logró cinco veces.

El resto solo superaron los 3.000 puntos en una ocasión: Luka Doncic, James Harden, Kevin Durant, Kobe Bryant, Shaquille O'Neal, Bob McAdoo, Kareem Abdul-Jabbar, Rick Barry y Elgin Baylor.

Además, el MVP de esta temporada en la NBA también selló otro registro histórico ya que nadie había anotado 72 puntos en sus dos primeros partidos en unas Finales de su carrera.

Con 38 puntos el jueves y 34 este domingo, Shai superó el anterior registro, que pertenecía a Allen Iverson con 71 puntos en total en los Philadelphia 76ers de 2001.

Los Pacers golpean primero y tumban a los Thunder tras otra remontada milagrosa

Los Pacers golpean primero y tumban a los Thunder tras otra remontada milagrosa

Los Indiana Pacers de Tyrese Haliburton, expertos en remontadas increíbles y épicas, se inventaron este jueves otro milagro para vencer por 110-111 a los Oklahoma City Thunder y adelantarse por 0-1 en las Finales de la NBA.

Los Pacers sufrieron en la primera mitad ante la apabullante defensa de Oklahoma y fueron por detrás en el marcador durante toda la noche, pero supieron resistir, recortaron el margen de los Thunder y una canasta alucinante de Haliburton a falta de solo 0.3 segundos les dio su primera ventaja de la velada, que resultó definitiva.

El segundo encuentro de las Finales se jugará este domingo también en Oklahoma.

Haliburton había tenido una actuación muy discreta (acabó con 14 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias) pero volvió a demostrar que es el mago de las remontadas en este 'playoff' ya que por de su chistera han salido triunfos inverosímiles frente a los Milwaukee Bucks, los Cleveland Cavaliers y los New York Knicks.

Nada apuntaba algo similar para Indiana tras una primera mitad desastrosa en la que cometieron 20 pérdidas de balón atornillados por la defensa de Oklahoma.

Pero estos Pacers no se rinden jamás y ahora tienen el factor cancha para intentar conquistar el primer anillo de la NBA de su historia (tienen tres títulos de la ABA).

Esta es la quinta remontada de 15 o más puntos que logra Indiana en este 'playoff', algo que no se había conseguido jamás en la era 'play-by-play' de la NBA.

Seis jugadores visitantes acabaron en dobles dígitos de anotación con Pascal Siakam (19 puntos y 10 rebotes), Obi Toppin (17 puntos y 5 de 8 en triples) y Myles Turner (15 puntos y 9 rebotes).

El acierto en el triple (18 de 39 para 46,2%) les mantuvo en el encuentro en los peores momentos y del naufragio de pérdidas antes del descanso pasaron a solo 5 en la segunda mitad con un 25-35 en el último cuarto para sellar otra remontada memorable.

Por los Thunder, que tiraron por la borda un partido que tenían totalmente encarrilado (+15 con 9.42 para el final), Shai-Gilgeous Alexander fue el mejor con 38 puntos (14 de 30 en tiros), 5 rebotes y 3 asistencias.

Lu Dort estuvo sensacional en ambos lados de la cancha (15 puntos con 5 de 9 en triples, 4 rebotes y 4 robos) pero el ataque local no estuvo a la altura de su imponente defensa y terminó con un 39,8% en tiros de campo con 36,7% (11 de 30) en triples.

Jalen Williams solo despertó al final (17 puntos con 6 de 19) y Chet Holmgren no tuvo su día (6 puntos con 2 de 9).

El ruido de un trueno

El Paycom Center de Oklahoma City no tiene la solera del Madison Square Garden, pero el estadio de los Thunder es conocido por ser uno de los más ruidosos de la NBA.

La afición hizo esta noche honor a su fama con gritos como truenos ('thunder', en inglés) desde el calentamiento y con el pabellón convertido en un mosaico de camisetas blancas solo interrumpido por las amarillas de algunos intrépidos fans de los Pacers.

En la pista, la primera novedad fue la entrada en Oklahoma de Cason Wallace en el quinteto titular en lugar de Isaiah Hartenstein, lo que permitía a Mark Daigneault un emparejamiento más natural con solo un 'grande' (Chet Holmgren) frente a Turner.

Mucho menos sorprendente fue el excelente rendimiento defensivo de los Thunder desde el salto inicial. ¿El mejor ejemplo? Los Pacers son una maravillosa maquinaria en ataque que sabe limitar muy bien sus pérdidas de balón, pero esta noche se estrellaron con 9 en el primer cuarto y 20 al intermedio.

En todo el sexto encuentro de su serie ante los New York Knicks solo perdieron 13 balones.

El principal responsable de esa carnicería defensiva fue un Dort que aparecía en cada metro cuadrado de la cancha: Dort anulando a Haliburton, Dort en las ayudas, Dort en el rebote... y hasta Dort en el triple, con un 3 de 5 desde el perímetro para una primera mitad fabulosa y no reflejada en la estadística con 9 puntos, 4 rebotes y 4 robos.

El ataque fue cosa de Shai con 19 puntos al descanso (12 en el primer periodo), pero el limitado 37% en tiros de los locales permitió que los Pacers llegaran al descanso con vida (57-45).

El marcador era ajustado pero la primera mitad fue preocupante para los de Rick Carlisle, incapaces de encontrar ese frenético y abrumador ritmo ofensivo que les ha guiado hasta las Finales.

Haliburton estuvo desaparecido (6 puntos, 3 asistencias y 3 pérdidas), Siakam tampoco destacó (8 puntos), y Aaron Nesmith y Turner se enredaron con 4 pérdidas cada uno.

La dinámica se mantuvo en la reanudación. Los Thunder continuaban siendo un portento en defensa pero con un ataque solo sujetado por Shai y Dort mientras que los Pacers seguían demasiado temerosos y demasiado erráticos aunque cortaron la hemorragia de las pérdidas.

Un triple crucial de Shai en el último segundo enfrió un intento de reacción de Indiana y Oklahoma desembarcó en el desenlace con un 85-76.

Silenciado por Haliburton

No daba la impresión de que fuera un día de milagros pero estos Pacers tocados por los dioses desafían cualquier expectativa.

Un triple muy afortunado de Turner contra tablero les colocó a solo 4 puntos (98-94 con 6.16 por jugarse). En la grada se escuchaban algunos murmullos: "¿Y si sucede otra vez...?".

Shai tomó las riendas y desde la línea de personal dio algo de tranquilidad a unos Thunder con cada vez menos aplomo.

En cambio, los Pacers no dejaban de crecer en confianza sumando efectivos como Toppin o Andrew Nembhard y Siakam situó a los suyos a solo un punto en el último minuto tras rebote ofensivo.

Unos Thunder temblorosos no pudieron sumar ni con Shai ni con Williams y Haliburton, con un zarpazo marca de la casa, silenció Oklahoma.