París se rinde al espíritu olímpico: "Pensábamos que sería un caos, pero ojalá la ciudad siempre así"

París se rinde al espíritu olímpico: “Pensábamos que sería un caos, pero ojalá la ciudad siempre así”

Había dudas e incertidumbre e incluso críticas anticipatorias. Se auguraba caos e inseguridad. Primero fue el París pandémico: calles blindadas e inaccesibles, rodeadas de barras metálicas, restricciones, códigos QR y lluvia. Céline Dion cantó a los pies de la Torre Eiffel el himno al amor casi a medianoche y salió el sol, las calles se liberaron, llegaron las medallas, se glorificó a Léon Marchand, y el espíritu olímpico conquistó por fin París y hasta a los parisinos, muy escépticos y críticos con estos juegos.

La ciudad se ha transformado en esta primera semana de deporte: hay mucho tráfico, pero no es de coches sino de bicis o de gente paseando, luce el sol, los turistas, ausentes los días previos a los Juegos, ya invaden los estadios y espacios deportivos al aire libre. Hay policías en las calles, sí, pero ya no intimidan. Estos días se hizo viral un vídeo en el que un gendarme bailaba con una turista latinoamericana. Ella con su sombrero mexicano, él con su chaleco antibalas.

La tensión de los días previos a la ceremonia de apertura ha dado paso al buen ambiente. "Yo, que nunca me han interesado los Juegos, estoy enganchado. He sucumbido al espíritu olímpico", dice Thibaut. Lejos de ser caótico, "se respira buen rollo. Ojalá París así siempre", señala desde una de las fan zone que el ayuntamiento ha instalado en la ciudad para ver las pruebas.

El primer fin de semana de Juegos más de 150.000 personas han disfrutado del ambiente olímpico en alguno de estos 26 espacios propuestos por la alcaldía. Acudieron 80.000 el domingo, el segundo día de competiciones. La alcaldesa, Anne Hidalgo, "celebra el éxito popular de estos primeros días de competiciones".

Hasta los franceses, que habían renegado de estos Juegos, se han rendido al espectáculo que supone ver a las grandes figuras del deporte en el marco de la monumentalidad de París. "¡Como para perdérselo!", dice Thibaut. Las medallas de Francia, que ya lleva 28, han influido. También la ceremonia de apertura, muy francesa y cuyo colofón (Céline Dion, que lleva años fuera de los escenarios, versionando a Édith Piaf) no dejó a nadie indiferente.

"Al margen de los conservadores, que se han horrorizado cuando han visto aparecer a las drag queen en la ceremonia de apertura, todo el mundo ha quedado muy sorprendido en el buen sentido, tengo la sensación", explica Víctor, que se fue de París el fin de semana pasado, pensando que sería un caos, y al final ha decidido volver para no perderse la fiesta.

"ESTE ES OTRO PARÍS"

La llama olímpica, instalada en el jardín de las Tullerías, es uno de los reclamos que más atrae, hasta el punto de que Hidalgo ha pedido que se quede como herencia olímpica. Hasta los parisinos más renegados han sucumbido a la tentación. Como Guillaume: "Pensé en irme de París estas semanas porque me parecía insoportable la idea de ver los transportes llenos y todo plagado de turistas, pero al final decidí quedarme y no me arrepiento. Este es otro París", dice.

Había dudas sobre si podrían celebrarse las pruebas de triatlón sobre el Sena. Se hicieron y se pudo ver una estampa única: los atletas zambullidos en el emblemático río, 100 años después de que se prohibiera el baño en sus aguas.

Se preveía la llegada de 15 millones de turistas. Habrá que esperar aún para saber si se han cumplido las expectativas, pero los sitios olímpicos están llenos: el estadio de volley, a los pies de la Torre Eiffel; el Grand Palais, el palacio con su impresionante cúpula de cristal donde se celebra la esgrima, o Versalles, donde tiene lugar la hípica.

"Es curioso, porque pensábamos que iba a ser un caos y resulta que las cosas funcionan mejor durante los Juegos que en el día a día", explica Eric.

En París Bercy, donde se hace la gimnasia artística, tres americanos celebraban el jueves por la noche el oro conseguido por Simone Biles. "Estamos aquí por trabajo, pero decidimos aprovechar para ver a Biles. Ahora ya estamos poseídos por el espíritu olímpico", bromea uno de ellos.

Este ambiente no sólo se extiende por París. Sofía está en Marsella, ha ido a ver la Vela, y cuenta por teléfono cómo se vive allí. "El ambiente es buenísimo. Ya estoy ahorrando para poder ir a Los Ángeles. La gente está muy motivada. Siendo la vela un deporte tan minoritario, haya tanta gente. El ayuntamiento de Marsella ha instalado zonas gratuitas con actividades para niños y adultos. Está muy bien organizado. No puede dejar de ver deporte", dice.

Simone Biles recupera la corona y gana el oro individual, el segundo en París

Actualizado Jueves, 1 agosto 2024 - 21:18

La reina recupera su corona. Simone Biles ha conseguido este jueves el oro en la competición individual en los Juegos Olímpicos de París, la que corona a la mejor gimnasta del mundo, un título que ya obtuvo en Río 2016. La plata fue para su rival y amiga, la brasileña Rebeca Andrade, que sólo fue superior a ella en uno de los cuatro ejercicios, asimétricas.

EEUU suma dos medallas en la competición de hoy, pues el bronce fue para la americana Sunisa Lee, que fue oro en los Juegos de Tokio y que, como Biles, se hizo con otro el martes en la competición por equipos.

Tras lo de hoy, Biles se consolida como la mejor gimnasta de todos los tiempos, no sólo por la capacidad que tiene de dominar el aire y girar en él como una peonza, sino por las cifras: con el oro de hoy, es la atleta que acumula más medallas. En total son seis oros y nueve, como la rumana Nadia Comaneci. Contando mundiales y juegos, Biles tiene 34.

Parte del mérito de Biles hoy es que es la primera vez que una gimnasta gana los dos oros individuales sin que sean consecutivos, es decir, con otros Juegos Olímpicos entre medias. Fueron los de Tokio, en los que la atleta se retiró por problemas mentales. Este paréntesis , con todos los problemas que ha tenido que enfrentar, añade valor a la medalla de hoy.

En la prueba, Biles logró una puntuación total de 59.131 y Andrade, de 57.932. Ambas, rivales y amigas debutaron juntas en los Juegos de Río. Biles fue superior en todas menos en las asimétricas, su punto menos perfeccionado. En la primera rotación, que fue salto, Biles consiguió 15.766 puntos y Andrade, 15.100. En el segundo ejercicio, asimétricas y el punto más débil de Biles, Andrade fue superior y obtuvo 14.666 y la americana, 13.733 puntos.

En la barra Biles hizo un ejercicio más redondo, y logró 14.566 y su rival, 14.133. Ya sólo quedaba el último ejercicio: suelo, donde Biles es la reina indiscutible. La americana fue la última en ejercutarlo: lo bordó.

Es la primera medalla individual en estos Juegos para Biles, que buscaba en París resarcirse del momento difícil que vivió en Tokio. Es una de las estrellas del deporte que ha levantado más expectación en estos Juegos y la muestra es cómo ha llenado el estadio Arena de Bercy tanto el martes como este jueves. En las gradas hoy estaban Zinedine Zidane Zidane o Nadia Comaneci.

Con el oro de hoy, reivindica que sigue siendo la reina de la pista, la mejor gimnasta, y sigue ampliando su leyenda. La aumenta porque tiene más títulos que nadie, porque inventa saltos que nadie ha hecho, que sólo ella es capaz de hacer y encima los innova y retuerce cada vez. Supera ampliamente al resto pero sobre todo se supera a sí misma.

Las medallas de Pérez y Martín, una reivindicación al pueblo, un recuerdo a los que ya no están y una disculpa a la reina Letizia: "El deporte es así"

Las medallas de Pérez y Martín, una reivindicación al pueblo, un recuerdo a los que ya no están y una disculpa a la reina Letizia: “El deporte es así”

María Pérez esperaba a primerísima hora de la mañana alrededor de la Torre Eiffel que se diera la salida de la prueba femenina los 20 kilómetros marcha cuando alguien encendió la tele que había en la minicarpa de España en la zona de calentamiento para ver cómo iban las cosas en la prueba masculina y tuvo que reaccionar. "¡Apaga!¡Apaga!" gritó antes de poder observar cómo su compañero, su amigo, Álvaro Martín, se colgaba la medalla de bronce. "Me pongo muy nerviosa, me pongo muy nerviosa, porque siempre compiten antes y Álvaro cuando gana me nombra, dice que ahora es mi turno. Yo no sé por qué lo hace, lo voy a matar", lanzaba Pérez.

Como en el último Mundial, Martín y Pérez, pareja fantástica. Si entonces fueron cuatro oros entre los dos, en los Juegos Olímpicos de París fue una plata para ella y un bronce para él, más que suficientes para desatar la euforia. En cuanto María Pérez llegó a la meta, allí le esperaba Álvaro Martín y el abrazo entre ambos fue tan intenso que no vieron que a su lado, esperando desde hacía un rato, estaba la reina Letizia.

"Ya le hemos perdido perdón, pero el deporte es así. Nos ha dicho que no pasaba nada", explicaba Pérez después de todo un proceso: "He sufrido mucho dolor, sólo los míos saben por lo que he pasado". Además de varios procesos víricos que le afectaron durante la primavera, la marchadora venía de una lesión grave, una fractura de sacro, que en invierno le obligó a pasar por el quirófano. Operación. Rehabilitación. Y una renuncia a los analgésicos en la que empezaron los propios Juegos: para volver a marchar a toda velocidad tenía que acostumbrarse al dolor, recuperar la sensibilidad en esa zona, aunque fuese una tortura. Lo hizo, aunque por el camino hubo otros golpes.

"En lo deportivo vengo de un año durísimo y también en lo personal. Aquí me han faltado dos amigos que han fallecido, Ángel, de cáncer, con niños pequeños en casa. Y Nicolás, también de cáncer, que era policía local en Orce y cada día desayunaba con él. Se fueron y ya no puedo hacer nada", lamentaba la marchadora en uno de los muchos momentos de la celebración en la que soltó las lágrimas. Otro fue, por ejemplo, cuando se abrazó con su entrenador, Jacinto Garzón, que besaba sus estampitas y felicitaba a su pupila: "Esta ha sido la mejor carrera que ha hecho nunca".

La reina, con Álvaro Martín.

La reina, con Álvaro Martín.CASA REALEFE

No le faltaba razón. Pérez, que años atrás cometió errores de estrategia, que en algunas carreras que se lanzó para hundirse después, esta vez fue consciente de sus opciones a la perfección. La china Jiayu Yang demarró con violencia en el kilómetro 5 y Pérez, en lugar de irse con ella, esperó. Al frente del grupo, aguardó porque su momento no era ése. Era mucho más tarde, en el kilómetro 14, cuando rompió con todo para irse a por la plata. Pudo ser oro, incluso, pero una tarjeta le frenó en plena remontada y Yang supo mantenerse. A la prueba llegaba Pérez con ciertas dudas sobre su estilo técnico -los jueces llegaron a ponerle cómo ejemplo de lo que no se debía hacer en un congreso-, pero sobre el asfalto no tuvo problemas. "Yo también creo que ha sido mi mejor carrera. He visto a Yang que se iba y he pensado: ¡Buf, por ahí no vayas, María! Después he visto que podía pillarla en algún momento, pero estaba demasiado difícil", comentaba la española que ya fue campeón del mundo y de Europa y ayer completó su palmarés.

"Soy un tío normal de pueblo"

Desde Orce, el pueblo de Granada donde vive, al cielo. Una reivindicación del trabajo fuera de las ciudades que ayer nombró Pérez e hizo suya totalmente Álvaro Martín. "Soy un tío normal de un pueblo de 6.000 habitantes al sur de Extremadura [Llerena] y pensar que he ganado una medalla olímpica es increíble", aseguraba el marchador que llegaba con la vitola de favorito y acabó con el bronce, igualmente un éxito. Porque era su primera medalla olímpica después del cuarto puesto de los Juegos de Tokio y porque era la primera también de su entrenador, José Antonio Carrillo, que con muy pocos recursos - "Hacíamos jabalina con un palo de fregona y un cuchillo", recuerda- creo el mejor centro de tecnificación de la marcha del mundo, en Cieza, un pueblito de Murcia. "Hoy mi oro era este bronce, lo he dado todo", analizaba Martín, que como Pérez la próxima semana podría conseguir otra medalla en el relevo mixto de la marcha.

Ayer en el escenario más bonito que ha tenido nunca la marcha, bajo la Torre Eiffel, el marchador español aguantó y aguantó en el grupo hasta el toque de campana. "Es ahora, es ahora", le gritaba sus amigos, presentes en el Trocadero, y Martín, siempre impertérrito, cambiaba la cara. Con él, en ese último kilómetro, Pintado, Bonfim y el italiano Massimo Stano, todos rivales más que conocidos. Con él, en ese último kilómetro, la posibilidad de tocar el cielo. Atacó Pintado primero, violento hacia el oro, se fue con él Bonfim y Martín supo que era el momento: si seguía detrás, era medallista olímpico. En los últimos metros, en el empedrado del Trocadero, Martín miraba para atrás para controlar el ataque de Stano y ya estaba, ya lo tenía. En la meta, derrumbe: no podía más. Sólo tenía fuerzas para esperar a Pérez y celebrar juntos, y más tardes con la reina Letizia, un doblete histórico para España.

La medalla se escapa para Fátima Gálvez y Mar Molné

La medalla se escapa para Fátima Gálvez y Mar Molné

Cuando Julieta ha visto hoy entrar a su hija al centro olímpico de tiro de Châteauroux con la escopeta en la mano la ha visualizado cuando tenía 14 años y se iba con su padre a cazar. "La escopeta era más alta que ella", dice emocionada. "Pase lo que pase, el haber llegado hasta aquí hoy, para mí ya es una campeona", señala. Su hija es Mar Molné (Morrel, Tarragona, 22 años), ya no tiene 14 años, sino 22 y ha estado cerca de ganar su primera medalla olímpica. Ha quedado cuarta en la final de tiro de los Juegos de París, que también ha dejado finalmente fuera del medallero a la veterana Fátima Gálvez (Baeza, 37 años).

Ambas representaban a España en esta final a seis, donde Adriana Ruano otorgó el oro a Guatemala, seguida por la italiana Silvana Stanco y la australiana Penny Smith. En la primera jornada se habían situado ya en los dos primeros puestos, tras realizar 75 disparos al plato en su debut olímpico. Esto dio esperanzas de obtener medalla hoy. Sobre todo Mar, que es la primera vez que compite en unos Juegos. "Estoy muy contenta, aunque no nos hayamos llevado medalla. Ni se me ocurría pensar que podía llegar hasta aquí y lograr un cuarto puesto. Esto ya es una medalla", dice.

"Más aún con mi edad, además, porque yo tengo sólo siete años de competición y el resto son veteranas, competir era difícil", admitió la joven atleta. Ella se estrenaba en París, pero Gálvez ya ganó un oro en Tokio en 2020 en la prueba mixta con Alberto Fernández. Quedó en cuarto lugar en Río 2016 y en el quinto en Londres en 2012. Tiene, además, seis medallas en Mundiales. "Parece que soy la chica de los diplomas, porque al final no llego a la medalla individual", ha bromeado. Considera que le han fallado "los primeros tiros, por la luz. No he conseguido adaptarme a la luz que tenía de fondo, que siempre me pasa factura", ha dicho.

"Papá, déjame probar"

El padre de Mar, David, cuenta que fue por él por quien la joven empezó a coger la escopeta. Él siempre ha hecho tiro y su hija le acompañaba. "Un día me dijo: 'papá déjame probar'. Así empezó", relata, orgulloso. Cuando pidió una escopeta tenía 14 años. Empezó a manejarla, aprendió, se sacó el permiso de armas y así comenzó todo. Se fue a Granada con la Federación. Empezó con un entrenador. Cuando conquistó el Europeo júnior, tuvo que decidir entre sus dos pasiones: el tiro o la música. Ganó lo primero.

"En la música siempre ha sido tan buena como en el tiro", dice su madre. Aunque "en esto también era raro, porque tocaba la gralla, que un instrumento de viento. La música siempre ha sido muy importante para ella, es lo que le ayuda a concentrarse", dice. Es curioso, las dos medallistas estudian Psicología. Mar empezó Magisterio, pero se cambió.

El centro de tiro olímpico de estos Juegos está en Châteauroux, en la zona de castillos del Valle del Loira. Esta localidad tiene una media de 56 metros cuadrados de zona verde por habitante. La instalación se ha localizado ahí porque debe situarse en un campo militar, aunque llama la atención el contraste. El campo de tiro, donde hace un calor insoportable, está abarrotado y una gran parte de la grada con banderas de España. A Mar han venido a animarla, además de sus padres, sus tíos y su prima. Su abuela se ha quedado en casa "sufriendo por ella". "Haber llegado hasta aquí ya es un logro, nos iremos contentos igual", dice su madre.

Simone Biles despega hacia la leyenda con su primer oro en París

Actualizado Martes, 30 julio 2024 - 20:34

Simone Biles es oro y resiliencia. Oro, porque logró este martes el primero para EEUU de estos Juegos Olímpicos de París en las pruebas de gimnasia artística por equipos. Lo segundo, porque esta medalla compensa en parte el amargo capítulo que vivió en los Juegos de Tokio en 2021, cuando se retiró de la competición por problemas de ansiedad.

Biles y el resto del equipo: Jade Carey, Sunisa Lee, Jordan Chiles y Hezly Rivera, se impusieron en el concurso con una puntuación global de 171.296, por delante de Italia (165.494) y Brasil (164.497). Su superioridad en las cuatro rotaciones se concretó desde el primer aparato, el salto de potro, cuando Biles obtuvo la máxima nota (14.900). En las barras asimétricas, el turno que tradicionalmente se atraganta a la gran estrella, fue Lee quien tomó las riendas del Team USA (14.566), sólo unas décimas por detrás de la italiana Alice D'Amato (14.633).

En la barra de equilibrios, Chiles falló más de la cuenta y Biles tampoco alcanzó la perfección (14.366), cediendo de nuevo el paso ante la exquisita actuación de Lee (14.600). El momento estelar de Simone llegaría en la última rotación, con un soberbio ejercicio de suelo (14.666). Con un nivel de dificultar de 6.800, los jueces puntuaron su presentación con 8.066, pese a perder dos décimas por pisar fuera de la zona reglamentaria.

Constelación de estrellas

No cabía un alfiler cuando el pájaro Biles empezó a volar sobre la arena de Bercy. Primero fue el potro: suspiró, levantó los brazos y comenzó a batir sus alas. Siguió en las paralelas y en la barra para acabar en suelo, el último de los ejercicios donde las estadounidenses remataron mejor que sus rivales este martes.

Biles es una de las deportistas que más expectación levanta en esta cita olímpica. Este martes su actuación fue seguida por grandes estrellas, Si el domingo, en su estreno en París, estaban Tom Cruise o Lady Gaga, esta vez fueron la actriz Nicole Kidman, el ex nadador Michael Phelps, la gimnasta Nadia Comaneci o Serena Williams los que acudieron el martes a la sede de gimnasia olímpica para ver a la superestrella.

Williams ha estado en París durante unos días y llevó la antorcha olímpica en la ceremonia de apertura del pasado viernes, se sentó junto al director de los Juegos de París, Tony Estanguet. Kidman y su marido, Keith Urban, asistían con sus dos hijas. "Estoy muy emocionada", admitió la protagonista de Eyes wide shut.

Biles, con su primer oro en el Bercy Arena.

Biles, con su primer oro en el Bercy Arena.AFP

Tampoco se lo quiso perder el marido de Biles, Jonathan Owens, a quien su equipo, los Chicago Bears de la NFL, le concedió un permiso para asistir en directo. Estaba sentado junto a los padres de la gimnasta.

Biles ha inventado saltos que nadie había logrado, gira en el aire como si para ella no existiera el sentido de la gravedad. En total, tiene 37 medallas (entre Mundiales y Juegos), a la que acaba de sumar esta. Podría acumular cinco más en el concurso general individual del jueves y en las finales: 3, 4 y 5 de agosto. Biles tiene cinco movimientos propios y busca en París sumar un sexto con su nombre, esta vez en las asimétricas, el único aparato que, siendo la reina, se le resiste.

Hugo González, a la primera final con una queja por la poca profundidad de la piscina

Actualizado Domingo, 28 julio 2024 - 21:58

La piscina de La Defénse Arena no le gusta a Hugo González, clasificado para la final 100 espalda con el octavo mejor tiempo de los participantes. No es el único. El nadador español no suele morderse la lengua cuando algo no le gusta, implique a su propia federación, como en el pasado, o a la organización de los Juegos. La razón es la profundidad del vaso instalado en un pabellón multiusos, donde habitualmente juega el equipo de rugby Racing 92. "La piscina no cumple las reglas", afirma.

La piscina, en realidad, cumple con las normas técnicas de la Federación Internacional de Natación (FINA), pero la controversia es que éstas cambiaron a primeros de julio para establecer que la profundidad para competiciones oficiales debe ser de 2,50 metros. Para entonces, la de la Défense ya estaba construida con una profundidad de 2,15. Cuanto menor es, mayor es el movimiento del agua y eso genera resistencia para los nadadores, hecho que puede reflejarse en un aumento de sus tiempos.

Marchand y Ledecky

Hugo no es el primero que lo dice, aunque otros lo han hecho de forma más diplomática. Es el caso de Leon Marchand, estrella local. "Tiene menos profundidad que otras", dijo primero, para después matizar: "De la A a la Z, es top". Para Katie Ledecky, "La instalación es magnífica, pero, francamente, la piscina es de talla humana, no es muy profunda".

La estadounidense, tercera en los 400 libre, estuvo muy lejos de sus registros, al nadar por encima de los cuatro minutos. No ha habido por ahora récords del mundo, pero el propio Marchand, en los 400 estilos, completó, casi en solitario, la prueba más rápida en unos Juegos, más veloz que Michael Phelps en la cita, lo mismo que ha ocurrido ya en 100 mariposa y el relevo femenino de 4x100.

Tanto los organizadores de París como la empresa contratada para la instalación, la empresa italiana Myrtha Pools, defienden sus garantías. "Cumple todas las normas. En los últimos 15 años hemos dado soporte a la mayoría de organizadores de competiciones de natación", afirma Roberto Colletto, presidente de Myrtha Pools.

Las primeras sensaciones de algunos nadadores generan dudas, por lo que será necesario esperar al resto de las jornadas para comprobar si ha producido un efecto real sobre los registros. Hugo fue lento en las primeras series (53.68), lo que le llevó a entrar como decimocuarto entre los 16 semifinalistas. Necesitaba mejorar y lo hizo, pero lejos de los mejores.

Con 52.95, fue quinto en la primera semifinal, en la que partió por la calle uno, lejos de las referencias y no estuvo en ningún momento de la prueba en posición de los primeros puestos. Sin embargo, le sirvió para entrar en la final con el octavo mejor tiempo. La medalla pide más rapidez, porque, como dijo Hugo, "la profundidad es igual para todos".

La redención de Simone Biles en el Olimpo de París

Actualizado Sábado, 27 julio 2024 - 23:07

Es la gimnasta con más títulos: cuatro oros olímpicos, ha hecho saltos y movimientos que nadie había logrado antes, hay cinco que llevan su nombre y quiere añadir un sexto en estos Juegos de París. Pero en su medallero olímpico, al mismo nivel que todo lo logrado en lo deportivo, cuenta también su renuncia en los Juegos de Tokio hace tres años: retirarse a tiempo de una competición y admitir que un atleta no es un ser invencible y que, también para ellos, la salud mental está por encima de la resistencia física.

Simone Biles (Ohio, 27 años) es en estos Juegos de París 2024 como una diosa que vuelve al Olimpo. Es una de las grandes estrellas llamadas a triunfar en el evento, de las deportistas que más expectación genera, tras su retirada en los Juegos de Tokio. La prensa francesa no escatima en elogios a la atleta, a la que llaman «la superstar de la gimnasia, la mejor de todos los tiempos», como la aclama el periódico Les Echos, económico. El deportivo L'Équipe aborda también el retorno de Simone Biles, a la que se refiere como «un icono en vías de redención», que en París se vengará del lado amargo que vivió en Tokio.

La atleta estadounidense no estuvo presente en la ceremonia de inauguración que se celebró en el Sena. Ausente en el barco de su delegación bajo el diluvio universal del viernes, la prensa francesa sigue atentamente cada uno de sus movimientos. Como su entrenamiento el pasado jueves en el Arena Bercy, donde arrancan hoy las pruebas de gimnasia artística.

Un nuevo movimiento

De momento, la gimnasta norteamericana va a intentar apropiarse de un nuevo movimiento, y así bautizar seis con su nombre: se trata de una pirueta realizada por otro deportista. Campeona olìmpica, quiere rizar el rizo, y si completa limpio este giro, será nombrado en su honor.

Hoy se hace selfies en los entrenamientos y luce sonrisa renovada, pero estos últimos años no han sido fáciles para la gimnasta estadounidense. Se retiró en los Juegos de Tokio por un bloqueo psicológico que le llevó a padecer los llamados «twisties». Esto sucede cuando los deportistas pierden el sentido del espacio y de la dimensión cuando están girando en el aire. Cabeza y cuerpo se desconectan. En una de las pruebas de Tokio, Biles tuvo problemas para aterrizar y fue entonces cuando decidió abandonar para centrarse en su superación mental.

«Si piensas en todo lo que he tenido que pasar durante los últimos siete años, te das cuenta de que nunca debí haber formado parte de otro equipo olímpico (...) No quiero que ningún otro atleta olímpico pase por esto», dijo la deportista entonces.

A esto se añade que la estadounidense tuvo que testificar, junto con otras tres deportistas, por los abusos sufridos por Larry Nassar, ex médico del equipo de gimnasia femenino de EEUU. «He ganado en total 25 medallas en Mundiales, siete en Juegos Olímpicos, y soy una superviviente de abuso sexual». Así se presentó Biles ante el comité del Senado estadounidense que investigaba el escándalo.

Biles, sobre la barra de equilibrios del Bercy Arena.

Biles, sobre la barra de equilibrios del Bercy Arena.AFP

La declaración prosiguió entre lágrimas. Acusó a la Federación de Gimnasia de Estados Unidos (USAG), y al comité olímpico y paralímpico de EEUU de saber desde «mucho antes» que había sufrido abuso. En 2018 la atleta ya había confesado haber sido víctima del ex médico, que ha sido condenado por abusos cometidos durante décadas a más de 200 gimnastas.

«recordarme que aún puedo hacerlo»

Estos tres años su futuro ha sido una incógnita, pero decidió volver: «En realidad, nadie me obliga a hacerlo», explicó la deportista al anunciar que regresaba a París. «Me levanto todos los días y elijo trabajar en el gimnasio y rendir sólo para recordarme a mí misma que todavía puedo hacerlo».

La competición femenina arrancará este domingo en el citado Arena de Bercy, con las pruebas clasificatorias, y seguirá el próximo martes con la final por equipos, antes de la decisión del concurso general individual que tendrá lugar el jueves.

Considerada como la mejor gimnasta de todos los tiempos y ganadora en total de 37 medallas, Biles tiene una poderosa trayectoria deportiva. Al poner sobre la mesa los problemas de salud mental que afectan a los atletas, se coloca la más grande de sus preseas: la de evidenciar que otro de los valores de un deportista olímpico no está en presumir de las fortalezas, sino en reconocer las propias vulnerabilidades.

Polémica en Francia por la recreación de la Última Cena con drag queens en la inauguración de los JJOO: "Es una mofa del cristianismo"

Polémica en Francia por la recreación de la Última Cena con drag queens en la inauguración de los JJOO: “Es una mofa del cristianismo”

Actualizado Sábado, 27 julio 2024 - 14:05

"Orgullo" y "bofetada a los oscurantistas" para la izquierda, "vergüenza" y "wokista" para algunos sectores de la derecha y la extrema derecha: la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París-2024, de este viernes, generó encendidas reacciones entre la clase política francesa.

El momento que generó más revuelo fue la presencia de drag queens en un cuadro artístico de la ceremonia en el que la puesta en escena hacía pensar en la Última Cena de Jesucristo con sus apóstoles. Sobre la mesa, el cantante Philippe Katerine aparecía pintado de azul y casi desnudo, con aires de Dioniso.

La senadora de Los Republicanos (derecha) Valérie Boyer denunció "una visión de nuestra historia (...) que busca ridiculizar a los cristianos", en aparente alusión a dicha escena de Philippe Katerine con las drag queens.

"Qué vergüenza (...) La apertura de los Juegos Olímpicos es un ataque a la cultura francesa", denunció Julien Odoul, portavoz de la ultraderechista Agrupación Nacional (RN).

La eurodiputada ultraderechista Marion Maréchal calificó a su vez el evento de "J-Woke 2024". "No es Francia la que habla, sino una minoría de izquierda dispuesta a todas las provocaciones", añadió.

A las críticas se sumó la conferencia episcopal de Francia , por las escenas de "mofa del cristianismo, que lamentamos muy profundamente" , si bien, matizan, hubo también "momentos maravillosos de belleza y alegría, ricos en emociones y universalmente reconocidos".

Para saber más

"Pensamos en todos los cristianos de todos los continentes, que se sintieron heridos por el ultraje y la provocación de ciertas escenas", insistieron los obispos.

Otro de los momentos de controversia fue la actuación de Aya Nakamura, célebre cantante francesa de origen maliense criticada en los últimos meses por la extrema derecha, con un vestido con plumas doradas junto a la solemne Guardia Republicana, uniformada a su alrededor.

La líder del RN Marine Le Pen había estimado hace unos meses que la posible presencia de Aya Nakamura en el evento era un intento del presidente Emmanuel Macron de "humillar al pueblo francés", y no comentó la ceremonia. Este sábado deseó "buena suerte" a todos los deportistas de su país para que "dejen arriba los colores de Francia y hagan sentirse orgulloso al pueblo francés".

"Orgullo" en la izquierda y el Gobierno

En otro momento de la ceremonia inaugural, en un desfile de moda, se incluyó a la modelo transgénero Raya Martigny, con música de la DJ y activista feminista y lesbiana Barbara Butch.

"¡Qué orgullo cuando Francia habla al mundo!", reaccionó este sábado en X el coordinador de La Francia Insumisa (izquierda radical) Manuel Bompard, mientras que el líder del Partido Socialista, Oliver Faure, aplaudía la celebración de los "valores de libertad, igualdad y fraternidad a los cuales se sumaron la sororidad, la paridad y la inclusividad".

"Es la mejor respuesta al auge del fascismo y la extrema derecha (...) Qué bofetada a los oscurantistas", comentó por su parte la ecologista Sandrine Rousseau.

El gobierno francés retuiteó un vídeo de la actuación de Aya Nakamura con comentarios elogiosos: "Decidme un dúo mejor, lo esperaré", festejaba el primer ministro Gabriel Attal, en alusión a la cantante y la Guardia Republicana.

Audiencia casi récord

La ceremonia de apertura fue masivamente seguida en Francia, donde 22 millones de espectadores vieron en la televisión pública France 2 el acto con un 81,5% de cuota de pantalla, según el sistema de medición de Mediametrie.

Sin contar las alocuciones del presidente de la República Francesa durante la crisis del covid-19, el récord de audiencia televisiva en Francia se dio en la final del Mundial de fútbol ganada por Argentina ante Francia en diciembre de 2022, que tuvo entonces 24,08 millones de telespectadores en TF1, con una cuota de pantalla del 81%, también según Mediametrie.

Un tren que nunca debes dejar pasar

Actualizado Viernes, 26 julio 2024 - 23:14

Es un privilegio estar en París en el día de la inauguración de los Juegos Olímpicos, por muy incómoda y caótica que se haya vuelto la ciudad, casi en estado de sitio ante la magnitud del acontecimiento. Volver a unos Juegos, ahora como observadora, junto al equipo de Adidas, me trae a la memoria aquellos en los que competí. Siempre preferí quedarme en la Villa Olímpica. A menos que seas Lebron James y estés incómodo por las dimensiones de la cam

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El break dance de la libertad: "Si escuchas música o bailas, los talibanes te matan"

El break dance de la libertad: “Si escuchas música o bailas, los talibanes te matan”

De negro riguroso, tocada la cabeza con un diminuto pañuelo rojo, lo justo para llevarlo, lo justo para dejar ver su pelo, Mazinha Talash intenta pasar inadvertida. No puede. Las miradas la persiguen como se persigue una buena historia que contar, antes en Madrid, ahora en París. En su atuendo hay contrición y hay respeto por la tradición de su cultura, compatible con la rebelión frente a quienes convierten una prenda de vestir en una prisión física y moral. Puede ser tu padre. Afganistán, su país, es el lugar de las celdas andantes. La pequeña Mazinha estaba condenada a una de ellas. El baile la liberó, como si cada movimiento la elevará a una realidad imaginaria que, hoy, es real. Es el break dance al que en este caso podríamos llamar 'break freedom', el break dance de la libertad.

«Cuando bailaba, me olvidaba de todo, de lo que ocurría en mi vida», dice unos días después de ese primer encuentro en Madrid. Acaba de entrenarse y mueve su flequillo. Es como si el break hubiera roto los mecanismos del pudor, un pudor inevitable para quienes no luchan únicamente contra la opresión, en este caso de los talibanes, sino también contra la tradición y la costumbre, contra parte de los suyos.

El último entrenamiento antes de viajar a París, para unirse al Equipo de los Refugiados, lo ha realizado en el Auditorio Trece Rosas de Vallecas. La instalación recibe el nombre por trece mujeres fusiladas durante la Guerra Civil. Mazinha no lo sabe. Podría haber corrido una suerte similar de no haber huido de su país, primero a Pakistán. Para hacerlo tuvo que colocarse un burka. La cárcel tenía esta vez un pasadizo hacia la libertad. Un año después, logró asilo político en España, gracias a las gestiones de la gente del break dance en nuestro país, la Federación Española de Baile Deportivo y el Comité Olímpico Español, que contactaron con la embajada en Islamabad. Una vez en España, se instaló primero en Huesca y después en Madrid. «Si los talibanes saben que escuchas música o bailas, van a matarte», dice con su voz líquida, pero con un incontestable aplomo para sus 21 años.

"Pusieron bombas en nuestro club"

Todo empezó cuando Mazinha vio un vídeo de un especialista que giraba sobre su cabeza. «Quiero hacer eso, me dije, y empecé a buscar», explica. Era una niña y Afganistán estaba todavía bajo el control de Estados Unidos y las fuerzas occidentales. «Mi vida era dura, como lo es especialmente la de todas las niñas sin padre. Por eso cuando descubrí el break fue como vivir otra vida. Encontré un pequeño club en Kabul [Superiors Crew], en el que hacían break y rap. Cuando llegué, había 55 chicos y ninguna chica. Insistí y me aceptaron», recuerda. «Tuve que cambiar mi nombre para que no se viera perjudicada mi familia -continúa-, pero por mucho que hagas, los talibanes lo averiguan todo de tu vida. Era peligroso, incluso llegaron a poner varias bombas cerca de nuestro club de baile, hasta que hubo que cerrarlo».

Todo cambió, sin embargo, cuando los norteamericanos y el resto de fuerzas de la OTAN abandonaron el país en mitad del caos, a lo Saigón, y los talibanes entraron en Kabul, en agosto de 2021. «Después de varios intentos, pudimos huir al año siguiente, no había otro remedio. Lo hicimos todo el grupo de baile. Aunque no teníamos pasaportes, conseguimos llegar a Pakistán, yo cubierta con un burka y mis compañeros con los tatuajes tapados. Me llevé a mi hermano pequeño, de 12 años, como si fuera su madre. Fue duro, muy duro, dormíamos 22 personas en una habitación. Pasé por una depresión, sólo tenía ganas de llorar, pero debía hacerlo a escondidas por mi hermano. Finalmente, encontramos una opción para poder llegar a España», relata, al tiempo que agradece la ayuda recibida en nuestro país.

Competir y enviar un mensaje

En marzo de este mismo año, recibió la beca Solidaridad Olímpica del Comité Olímpico Internacional y gracias a su nivel y a los entrenamientos con los técnicos de la Federación Española, en concreto David Vento, fue seleccionada entre los 37 miembros del Equipo de los Refugiados, creado en 2016. «Su motivación es excepcional. Ella quiere competir, claro, pero también quiere enviar un mensaje a todo el mundo», manifiesta su entrenador.

«París es un sueño. Quiero bailar y dar todo de mí para decirle al mundo quién soy, de dónde vengo, y hacerlo por las mujeres a las que se les niega todo, la vida, en Afganistán. Lo haré por ellas», concluye Mazinha, conocida ya en el mundo del break como 'B-girl Talash'. Para esas mujeres realiza, además, diseños de ropa, con el deseo de que algún día puedan llevarlos en las calles de Kabul. Ella saltará a la impresionante Plaza de la Concorde, escenario del break dance, el último fin de semana de los Juegos, con su pelo suelto y quizás teñido. Libre.