Pedersen, acaparador, suma su cuarto triunfo en el Giro y Del Toro estira su liderato con bonificaciones

Pedersen, acaparador, suma su cuarto triunfo en el Giro y Del Toro estira su liderato con bonificaciones

La etapa se se encabritó en un final de un kilómetro al 7,5% de media y con tramos del 12%. Del trance salió vencedor Mads Pedersen, con su cuarto triunfo parcial y quinto del Lidl-Trek. Se entregó a un soberbio 'sprint 'de gigantes con Wout van Aert. Dos rostros desencajados, los pulmones ardiendo, el corazón desbocado y las piernas al rojo vivo.

Detrás de ellos, los auténticos amos de la carrera, con Isaac del Toro en tercera posición, arañando cuatro segundos de bonificación. Había atrapado otros dos en el kilómetro Red Bull, con Scaroni, que venía escapado, obteniendo seis y Ayuso, cuatro. Los líderes de UAE son los únicos de los favoritos de los demás equipos que, con todo el empeño del mundo, no desperdician ocasión de hacer caja. Especialmente Del Toro, el más activo de los dos. No se sabe muy bien si su afán recaudatorio, segundo a segundo, tacita a tacita, es para distanciase de Ayuso o para protegerlo de los demás antes de que, la semana que viene, aparezcan las grandes cumbres y Juan retome los galones con los que partió en Albania.

La etapa, de 170 kms., constaba de dos partes. La primera llegaba hasta el km.135, el techo del San Giovanni, una cota de cuarta categoría, como casi todas los de este Giro, por su kilometraje, corto, no por su dureza, alta. Hasta él llegaron Germani, superviviente de una escapada de nueve hombres, y Scaroni, que se había adelantado al pelotón.

San Giovanni hizo daño, pero no lo bastante. Quedaba luego un largo descenso y una llanura hasta la primera subida, en un circuito, a Vicenza, al Monte Berico. También dura. Pero también tan corta que no acabó de desarmar al grupo. Eso sí, en la segunda y definitiva podría hacer los suficientes estragos como para que se picasen segundos entre los favoritos. No fue así. Aparte de Pedersen y Van Aert, que no cuentan para la general, no falló ninguno. Bueno, Del Toro sí obtuvo fruto. A dos segundos de Pedersen, sacó tres, aparte de la bonificación, a todos los demás.

Y, sí, alguno salió perjudicado, no cronométricamente, pero sí en la imagen ofrecida. Roglic en un territorio que es el suyo, como fue antaño el de Gilbert, ganador en el mismo sitio, hace 10 años, Valverde, "Purito" o Alaphilippe, no pudo saltar. Está como en tierra de nadie, sin ceder demasiado, pero también sin recortar en terrenos favorables. Es una incógnita.

Teóricamente, la etapa sabatina, que llega a Eslovenia, será de reposo activo para los tenores de la prueba: 190 kms., más bien plana, con tres cotas de cuarta y un circuito final de 14 kms. que concluye en Nova Gorica.

El velocista Kooij gana una etapa nerviosa del Giro en la que hubo susto para Ayuso

El velocista Kooij gana una etapa nerviosa del Giro en la que hubo susto para Ayuso

Avisaba Juan Ayuso en la salida de Módena que el viento podría condicionar el desarrollo de la etapa con final en Viadana. El miedo despierta los sentidos. El chaval de Jávea hace bien en no bajar la guardia en jornadas de transición. Los pequeños detalles deciden las grandes rondas, como el surgido este jueves a 50 kilómetros de la meta, cuando sufrió una avería mecánica que hizo saltar las alarmas en el UAE. 30 segundos de retraso que le obligó a realizar un esfuerzo extra. El español agradeció la ayuda de Filippo Baroncini para reincorporarle al grupo.

Las orejas tiesas en este espléndido Giro que en su última cita otorgó laureles al velocista holandés Olav Kooij (23 años). Victoria número 40 del sprinter del Visma, la segunda en la carrera italiana, la primera en la presente edición. Un triunfo labrado en una excelente maniobra de lanzamiento de Wout van Aert. Isaac del Toro cimentó la maglia rosa con dos segundos más, ganados en el último punto bonificado. El mexicano no esconde su intención de exprimir su liderato al máximo.

Así, con tensión, transcurrió una de las últimas jornadas destinadas al lucimiento de los velocistas. Desde el banderazo de salida, los aventureros buscaron su oportunidad. AndreaPietrobon (Polti), GiosuèEpis (Arkea) y ManueleTarozzi (Bardiani) se fugaron con permiso de una pelotón inquieto por la lluvia y el firme peligroso en algunos tramos. Tarozzi es un habitual en las peleas por las fugas, la de este jueves fue la cuarta ocasión en la que abandonó la disciplina del gran grupo. El italiano prefiere ir por delante para evitar los amagos de abanicos, como los que aparecieron en la región de Lombardía, camino de Viadana.

El Visma de Olav Kooij asumió el ritmo de caza del trío cabecero. Tarozzi y Epis fueron neutralizados a 36 kilómetros de meta. Pietrobon aguantó 10 kilómetros más, en el comienzo del circuito por los dominios de Viadana, cubierto con rectas en las que se alcanzaban los 70 kilómetros por hora y peligrosas chicanes que ponía en corazón en un puño. Momentos de incertidumbre que fueron aprovechados por el soberbio velocista del Visma.

La supervivencia de Juan Ayuso para asaltar la maglia rosa: caídas, puntos de sutura, rivales inesperados y hasta el diluvio

La supervivencia de Juan Ayuso para asaltar la maglia rosa: caídas, puntos de sutura, rivales inesperados y hasta el diluvio

El Giro son detalles, jornadas tachadas en el calendario, pruebas de resistencia, rasguños que no vayan más allá. En la fugaz contrarreloj de Tirana (menos de 14 kilómetros) del segundo día, Juan Ayuso perdió a las primeras de cambio el bidón en un bache. Una anécdota no tan intrascendente, pues es parte aerodinámica de la bicicleta y estudiado (y demostrado) está que beneficia en esa pelea tecnológica de milímetros por arañar segundos al cronómetro. El día antes se había ido al suelo, en la inauguración de la Corsa Rosa en Albania. Como durante el sterrato hacia Siena del domingo, una gymkhana, lo que le costó un feo corte en su rodilla derecha con tres puntos de sutura.

Para saber más

Inconvenientes intrínsecos a una gran vuelta de tantos días y vicisitudes. Se trata de resistir. Como el martes en la crono de la Toscana, ya casi 30 kilómetros, donde únicamente el diluvio impidió que, tres años después, un español volviera a vestir de rosa (entonces Juanpe López tras la etapa del Etna, tanto tiempo después de Alberto Contador). Ayuso, que ya rozó la maglia tras su victoria en Tagliacozzo del viernes, acabó sonriendo a medias. Se supo el más fuerte, mandó un mensaje al resto, pero acabó perdiendo casi 20 segundos con Primoz Roglic cuando entró como pudo sobre los charcos de la plaza del Duomo de Pisa, a orillas de la torre inclinada. En el anterior punto intermedio le aventajaba claramente, pero el desenlace, peligroso bajo el manto de agua, le acabó por penalizar. «El balance sigue siendo positivo de cara a lo que resta de Giro», aseguraba un rato después, ya desde el autobús del UAE Team Emirates.

Roglic tampoco es que pueda presumir de fortuna, ni en este Giro ni en su extensa carrera en general. Ayer le salió cara y se confirma como su gran oponente. Por veteranía, por palmarés y porque es el único de todos que sabe lo que es ganar una cita así (el Giro del 2023 y cuatro Vueltas). Porque también es capaz de sobrevivir a la mala suerte, a los golpes, más duro el suyo el domingo en los caminos blancos de tierra (y pinchazo después), hasta ayer mismo besó el asfalto mojado en el reconocimiento matinal de la contrarreloj. Por ver está si será el único rival, pues a este Giro 2025 le faltan por escribir todos sus capítulos trascendentes, la gran mayoría a partir del próximo martes, cuando acudan de golpe los Dolomitas, el Mortirolo, el Colle delle Finestre... Antes, hoy, un aperitivo en los Apeninos, con el imponente San Pellegrino in Alpe, casi 14 kilómetros al 9% y temibles picos de casi el 20, eso sí, muy lejos de la meta de Castelnovo.

Isaac del Toro, con la maglia rosa del Giro.

Isaac del Toro, con la maglia rosa del Giro.LUCA BETTINIAFP

Ayuso acecha el rosa mientras salva obstáculos, es de lo que se trata. El último fue el diluvio de ayer, del que no sólo sobrevivió. Menos Roglic -al que sigue sin derrotar en una crono y ya van siete con ambos en liza-, todos los demás favoritos en la general cedieron tiempo ante el español (Carapaz, Ciccone, Bernal, Storer...). Incluido Isaac del Toro, quien por momentos temió hasta por su liderato. Bien es cierto que era la contrarreloj más larga que afrontaba en su precoz carrera profesional, que es un melón por abrir el mexicano de 21 años, pero se dejó casi 50 segundos con su (en teoría) líder. Y gracias: eran 30 en el primer punto intermedio, donde volaban las piernas, los sueños y las expectativas de Ayuso. «No quería arriesgarme, pero el objetivo era terminar de rosa. Tenía un poco de miedo en las curvas. Ahora, jugaremos con todas las piezas», festejaba el Torito, mejor sin embargo que la otra baza del UAE, un Adam Yates que sí parece más alejado de la pelea por la general en la que también hay que contar con Antonio Tiberi y con el otro Yates, Simon (como líder del Visma).

«La rodilla me dolía bastante, pero he podido tirar bien. He tenido un poco mala suerte con el tiempo. Tanto en la salida, porque justo cuando he salido yo [20 minutos después que Roglic] ha empezado a llover, como meta, donde otros rivales han llegado en seco y yo en mojado. Pero lo bueno es que había muchas rectas y ahí por lo menos la lluvia no me ha afectado tanto», resumió el ciclista de Jávea, todavía con tantas incógnitas por despejar, a 25 segundos de su compañero (y en teoría gregario) Del Toro y con 53 de ventaja a su rival.

Del Toro brilla en el infierno del 'sterrato' y oposita al trono del Giro

Del Toro brilla en el infierno del ‘sterrato’ y oposita al trono del Giro

Fue todo lo terrible, apasionante y trascendente que se esperaba, que se deseaba, que se temía. Incluso más. El sterrato sembró el pánico, causó destrozos y convirtió la etapa en un infierno sin paliativos para los corredores y en paraíso para Wout van Aert, vencedor de la etapa, e Isaac del Toro, nuevo líder. Ayuso perdió 1:07.

Desde el primer tramo, entre la niebla polvorienta, irrespirable, el sterrato pedregoso, a unos 70 kms, de la meta, puso la carrera patas arriba y la dejó hecha jirones. En el segundo se produjeron caídas en curvas traicioneras. Entre ellas la de Roglic. No llegó a caer Ayuso. Pero en la barahúnda puso pie a tierra y algo le rozó en la pierna, que tenía sangre. Roglic sufrió luego un problema mecánico y se vio obligado a cambiar de bicicleta.

De todos esos esfuerzos, de todos esos percances, de todas esas desdichas, de todas esas glorias, con los hombres sufriendo, rebozados en polvo pegado al sudor, emergieron en última instancia, entre los gemidos de unos y los estertores de otros, colosos entre colosos, Del Toro y Van Aert. Habían dejado tirados, deshechos, vacíos, en el último sector de tierra, el Colle Pinzuto, dos kilómetros y medio con una pendiente máxima del 15%, a Egan Bernal y Mathias Vacek, que se uniría al grupo de Ayuso, los Yates, Ciccone, Carapaz, McNulty, Tiberi... Más atrás, el de Roglic, que renueva su triste leyenda de ciclista infortunado. Su enorme historial todavía podría ser mayor.

La cabalgada de Del Toro, siempre tirando en salvaje persecución del rosa, y Van Aert, sólo interesado en una etapa destinada a resucitarle, ofreció toda la belleza que puede deparar el mejor ciclismo posible. En las inclementes rampas finales, en parte empedradas, que desembocan en la Piazza del Campo de Siena, en el Muro de Santa Caterina, recuperó Van Aert su condición de gigante y adquirió Del Toro, a sus 21 años, la de aspirante a ganar el Giro y, en el futuro, todo lo que se le enfrente.

Ahora está a 1:13 por delante de Ayuso, su jefe; Roglic queda a 2:25. El UAE se enfrenta a un dilema. El español no se halla tan lejos y su retraso ha venido en parte como consecuencia de una desgracia. Pero el mexicano ofreció una demostración deslumbrante de poderío. Es un corredor muy completo y sus opciones de llevarse la carrera han aumentado exponencialmente. Después del descanso del lunes, la contrarreloj del martes disipará algunas dudas.

O las aumentará...

Ayuso da otro susto a Roglic en el día de la primera escapada exitosa del Giro en la que venció Plapp

Ayuso da otro susto a Roglic en el día de la primera escapada exitosa del Giro en la que venció Plapp

La primera fuga triunfal de la carrera, resuelta por el australiano Luke Plapp, deparó un cambio de líder. Roglic, por segunda vez en este Giro, se desvistió de la "maglia". Esta vez en beneficio de Diego Ulissi, feliz a los 35 curtidos años. Profeta en su tierra.

Etapa intensa, larga (190 kms.), con cuatro puertos, dos de tercera, uno de primera intercalado entre ellos y uno de cuarta, el Gagliole, de engañosa amabilidad: sólo 800 metros, pero al 12% de promedio. O sea, con tramitos cercanos al 20%. Chiquito, pero matón.

La escapada inicial de 14 hombres tenía nivel: Fortunato, Ulissi, Steinhauser, Bardet, Plapp, Vendrame, Arrieta, Prodhomme, Lastra, Kelderman, Formolo... A lo largo del quebrado camino y sus vicisitudes, las piezas fueron alterando el orden del tablero. O el tablero el orden de las piezas, a elegir. Unos hombres se adelantaban, otros perdían comba. Algunos de los que la perdían, la recuperaban. Atacándose todos, más o menos separados, más o menos vueltos a juntarse, en continuo revoltijo rutero, todo el interés de la etapa se redujo, ante la voluntaria pereza del pelotón y sus luminarias, a saber si Diego Ulissi y Lorenzo Fortunato, compatriotas, amigos y compañeros de equipo, accedían al liderato.

Según discurría la carrera, dividida la escapada en diversas facciones alternantes, ora Ulissi, ora Fortunato se vestían virtualmente de rosa. Mientras tanto, de todo aquel juego de combinaciones emergía Plapp, excelente rodador, en un escenario teóricamente impropio. Cuando cruzó la meta, seguido por Keldermann y Ulissi a 38 segundos y, dispersos, Arrieta, Prodhomme y compañía, aún no se sabía si Ulissi, que ya iba por delante de Fortunato, se vestiría de gala tras el tiempo real y las bonificaciones. El pelotón aceleraba un poco y la carroza de Ulissi se convertía en calabaza. El pelotón se entregaba a un parón, y la calabaza tornaba a transformarse en carroza.

Ayuso, agresivo

Finalmente, el cuento de Ulissi acabó bien. Y en el último repechito antes de la llegada, Ayuso, entre la sorpresa y la alarma generales, dio un estirón. Roglic, el más sorprendido y alarmado, salió como un rayo a tratar de atraparlo. No lo consiguió y se dejó con el español un segundito. No es mucho, pero todo es bueno para el convento. Ayuso está ambicioso y es un iconoclasta ajeno al temor que inspira el esloveno. Las cartas están sobre la mesa.

Ahora el "sterrato", ese atractivo, ese susto, aguarda a todos en la etapa dominical que concluye en Siena. Tramos de tierra que suman un total de más de 30 kms. Probablemente, Ulissi despertará del sueño y todos los favoritos seguirán acariciando el suyo. Puede que el de más de uno se troque en pesadilla.

Juan Ayuso da un golpe sobre la mesa y reina en Tagliacozzo, primera cima del Giro de Italia

Juan Ayuso da un golpe sobre la mesa y reina en Tagliacozzo, primera cima del Giro de Italia

Actualizado Viernes, 16 mayo 2025 - 17:36

Cumplido el primer tercio de carrera, en la séptima etapa (168 kms.) y primera con llegada en alto, en el frío (hacía cinco grados) y densamente verde macizo de los Abruzzos, el Giro licenció con honores a Pedersen y se abrió a una nueva dimensión: la del enfrentamiento cara a cara, codo con codo entre los favoritos.

De ese cambio de escenario y de condiciones surgió, poderoso, Juan Ayuso para imponerse a todos con un ataque fulminante a 500 metros de la meta y, en su sexta victoria de la temporada, decirles al Giro y al mundo que estaban viendo y admirando a un campeón, a un aspirante a la gran aristocracia internacional del ciclismo. No fue un puñetazo sobre la mesa, sino un martillazo que, sin llegar aún a romperla, la ha hecho temblar y casi cuartearse.

En su golpe de mano y de efecto, Ayuso no se benefició de ningún factor sorpresa. Todos los tenores estaban en el selecto grupo que afrontó el muro de dos kilómetros y medio con rampas del 13% del Tagliacozzo después de nueve kilómetros de preámbulo al 5,5% en una etapa con tres puertos previos, dos de segunda y uno de tercera.

Antes del muro habían caído ya los últimos supervivientes de una escapada de siete con Paul Double (Jayco) y Nicolas Prodhomme (Decathlon), que llegaron a ser líderes virtuales, primero y segundo, como elementos más destacados. Nunca tuvieron ninguna oportunidad real.

En la brevedad de su fulminante ataque, en la ya mismísima cresta del puerto, Ayuso (UAE) no obtuvo en términos absolutos una gran ganancia de tiempo. Pero sí en términos relativos y, en su calidad de demostración de una superioridad incontestada, simbólicos. A su compañero Isaac del Toro, a Egan Bernal (Ineos) y a Primoz Roglic (Bora), a Giulio Ciccone, a Damiano Caruso, etc., sólo les distanció en cuatro segundos, más los 10 de bonificación. Del Toro, sobre todo él trabajando para su lider, y Bernal redivivo impidieron que Roglic, a su vez, bonificara en, siquiera, una mínima medida que minimizara daños. Roglic se vistió de rosa por esos mismos cuatro segundos por delante del español y nueve sobre Del Toro. La general está, lógicamente, apretada con los 10 primeros, un Top-10 que cierra Richard Carapaz, en 39 segundos.

El beneficio de Ayuso es, sobre todo, de índole moral, de cobrar sobre sus adversarios un avance inicial que puede darles que pensar más de lo que ya habían pensado, sospechado y temido. Juan ha constatado de sobra una evidencia, justificado una hipótesis y avanzado de un modo ya nada teórico que está en Italia para ganar y, lo consiga o no, se encuentra en disposición física y anímica, y con un gran equipo que la sustenta, de intentarlo con muchos argumentos en su cabeza y muchas cartas en su mano.

Es muy pronto para sacar conclusiones, pero no para aventurar pronósticos. Juan los autoriza, aunque aún deberá refrendarlos. Quedan muchos mundos por delante y todos están en el Giro. Pero ya se ha consumido el primero. Antes del descanso del lunes, el fin de semana mantiene el atractivo con un quebrado recorrido sabatino y, sobre todo, con el "sterrato" dominical de Siena. Y cuando, el martes, regrese, ilusionante, impaciente, la carrera al asfalto aguarda una contrarreloj de 29 kilómetros llamada a establecer ya jerarquías consistentes.

El Giro no ha hecho más que empezar. Pero ¡de qué modo!

Groves gana una accidentada etapa del Giro antes de la primera selección en los Apeninos

Groves gana una accidentada etapa del Giro antes de la primera selección en los Apeninos

Fiesta pasada por agua en la Via Caracciolo de Nápoles para sellar la etapa maratoniana y más accidentada de este Giro. La capital de Vesubio, en un día lluvioso, coronó al australiano Kaden Groves, el más veloz en un sprint en el que Mads Pedersen quedó sin opciones por una maniobra imprudente del italiano Matteo Moschetti. Un polémico final para una etapa controvertida. El velocista danés conserva la maglia rosa.

La jornada, la más larga de esta edición de la Corsa Rosa (227 kilómetros), tuvo un desarrollo accidentado, con una caída masiva a 71 kilómetros de la meta, en la que se vieron afectados una veintena de corredores, entre ellos el australiano Jai Hindley (ganador del Giro de 2022), gregario de primer nivel de Primoz Roglic, el checo Josef Cerny, ambos abandonaron la carrera. También resultados lastimados, pero continuaron en la carrera, el colombiano Nairo Quintana, el italiano Lorenzo Fortunato, el australiano Jay Vine, el francés Paul Magnier (el más joven de la carrera), el ecuatoriano Richard Carapaz o el español Jonathan Lastra. La dirección del Giro, tras charlar con los corredores, neutralizó durante 20 kilómetros la etapa por razones de seguridad, el traslado en ambulancia de los lesionados y para que los caídos se reincorporasen al pelotón.

A falta de 57 kilómetros, 14 después de la parada, se reanudó la etapa, pero con la advertencia de que no se contarían los tiempos para la general, los puntos y las bonificaciones. Una decisión adoptada por el director Mauro Vegni para minimizar los riesgos de caídas en el resbaladizo asfalto del Nápoles. Sólo se peleó por la victoria de etapa.

El pelotón emprendió la marcha con con el propósito de cazar a los fugados Taco Van der Hoorn (Intermaché) y Enzo Paleni (Groupama), que habían saltado mucho antes de la caída masiva y que llegaron a contar con una renta del más de dos minutos, pero que fueron neutralizados a falta de 2,5 kilómetros debido al empuje de los equipo Visma, de Van Aert y Olav Kooij, y del Alpecin, de Groves. Una labor que resultó muy rentable para el velocista australiano, que ya se anotó otra victoria en la edición de 2023.

Una jornada accidentada previa a una cita trascendente para el desarrollo de la prueba. Este viernes se producirá la primera gran criba del Giro, con una etapa con cuatro puertos y final en alto. El pelotón se fracturará en un recorrido de dientes de sierra y sinuoso por la cordillera de los Apeninos. Antes del ecuador de la jornada se afrontará una corta y dura subida a Monte Urano, con pendientes del 14 %. La clausura, en Tagliacozzo, con cerca de 12 kilómetros de subida, con un desnivel medio del 5,5% y tramos del 13%. Los últimos 200 metros presentan un firme adoquinado. Roglic está dispuesto a recuperar la maglia rosa. Juan Ayuso, a la expectativa de las maniobras del esloveno.

'Sorpasso' del inesperado Van Uden en el regreso a casa del Giro de Italia

‘Sorpasso’ del inesperado Van Uden en el regreso a casa del Giro de Italia

Sorpasso en el regreso a casa después del periplo albanés. En Lecce, en el tacón de la bota de Italia, el danés Casper van Uden (23 años), uno de los estandartes de la nueva generación de velocistas, se anotó la victoria en un sprint desordenado y puso freno con la progresión de Mads Pedersen (Lidl-Trek), que se había ganado las dos anteriores etapas en línea, con finales en Tirana y Valona. El danés, que terminó cuarto, mantiene la maglia rosa.

La primera cita en las carreteras italianas estuvo dominada por el nerviosismo. Pedersen sufrió dos caídas y se presentó en la llegada de Lecce sin apenas ayuda de sus gregarios. Una clausura sin un equipo dominador y peleas estériles entre el Visma de Olav Koij y el Alpecin de Kaden Groves que fueron aprovechadas por Van Uden (Picnic) para rubricar el triunfo más importante de su breve trayectoria. En su palmarés figuran victorias en Normandía, Tour de Gran Bretaña y Vuelta a Colonia.

Un día inolvidable para el neerlandés en una etapa que tuvo una la salida trepidante. En Alberobello, el español Francisco Muñoz buscó su cuota de protagonismo con una escapada que arrancó en le kilómetro 3. El asturiano (23 años), que cumple su segunda temporada en el Polti VisitMalta, equipo al que accedió tras formar parte del Eolo-Kometa de la Fundación Contador, llegó a acumular una ventaja de 2.30 minutos y fue cazado a 56 kilómetro de la meta. Permaneció 130 kilómetros escapado, la fuga en solitario más larga del Giro en el siglo XXI.

Primoz Roglic sospecha que este Giro se resolverá con un renta minúscula, por eso va a rebañar todas las rentas que pueda antes de llegar al primer final en alto, en Tagliacozzo, el próximo viernes. Este martes no tuvo ningún reparo en pelar por los premios del sprint bonificado de Ostuni, en el que superó a Juan Ayuso y sumó dos segundos extra.

En este Giro hay que estar con las orejas tiesas, cualquier descuido puede resultar fatal. Pedersen (Lidl-Trek) se vio afectado por una montonera en el ecuador de la etapa, pero se reincorporó rápidamente y sin daños aparentes, también se cayó su compañero Giulio Ciccone. El peor parado, con un fuerte golpe en un hombros, fue Nickolas Zukowsky, canadiense de Q36.5, que se vio obligado a abandonar. Pedersen se repuso del susto y pugnó, sin éxito, con Kooij en el sprint especial de San Pancrazio Salentino.

Hubo, como no podía ser de otra forma, marcaje estrecho entre los velocistas en un final en Lecce con cortes en el pelotón en un circuito urbano que incluía rotondas, pasos angostos y vías subterráneas. Allí, a falta de 20 kilómetros, sufrieron nuevos percances Ciccone y Pedersen. El danés tuvo que remontar y ese desgaste del energías pudo restarle opciones en un sprint en el que se impuso el velocista más inesperado.

Este miércoles, una etapa de 151 kilómetros, entre Ceglie Messapica y Matera, propicia para aventureros y los velocistas. Nuevo duelo entre Pedersen y Van Uden, el nuevo ídolo.

El increíble Binda: un trompetista que hace 100 años derrotó a los ciclistas de Mussolini, le pagaron por no correr y ganó cinco Giros

El increíble Binda: un trompetista que hace 100 años derrotó a los ciclistas de Mussolini, le pagaron por no correr y ganó cinco Giros

El primer capo del Giro de Italia comenzó a ganarse la vida tocando la trompeta en la banda de Cittiglio, su pueblo natal, cerca de Varese. Dos de sus hermanos también eran músicos: Albini, trombonista y Benito, saxofonista. Alfredo Binda (11 de agosto de 1902) creció en una familia en la que no sobraba nada en la mesa. Él era el décimo de 14 hermanos, hijo de un constructor que se marchó a vivir a Niza después de la Primera Guerra Mundial. En su casa había que arrimar el hombro y desde pequeño trabajó de aprendiz de yesero, pero a él lo que le gustaba era montar en bici. Antes de cumplir los 19 años ganó su primera carrera y ahí arrancó la gran historia centenaria de un pionero incomparable.

Binda, tras ganar 500 liras como mejor escalador en la subida de Ghisallo de 1922, decidió dedicarse al ciclismo. En 1924 se marchó a Milán para participar en el Giro de Lombardía, terminó cuarto y luego firmó contrato con el equipo Legnano. Los tifosi le llamaban Il Trombettiere di Cittiglio (El Trompetista de Cittiglio). Sorprendía a todos por su fuerza, rapidez y destreza en la escalada. En 1925, hace un siglo, se estrenó en el Giro de Italia. Entonces, el ídolo local era Costante Girardengo ( 29 años), ganador en 1919 y 1923 y apoyado por Benito Mussolini. El ciclista del régimen fascista acudió a ese Giro como principal favorito. La carrera arrancó el 16 de mayo, con una etapa entre Milán y Turín de 278 kilómetros y cerca de 10 horas de duración. En los albores del pasado siglo, los ciclistas corrían un día y descansaban el siguiente.

En la segunda jornada, con final en Arenzano, Girardengo asumió el liderato, una privilegiada posición que mantuvo hasta la quinta jornada, cuando el debutante Binda, con 22 años, le arrebató el mando de la prueba al aprovecharse de un pinchazo y de la traición de Gaetano Belloni (no esperó a su compañero y ayudó a Binda a cambio de una victoria de etapa). El líder cedió más de cinco minutos y medio. En Nápoles se produjo el primer gran sorpasso intergeneracional de la historia del ciclismo. Binda, que se adjudicó la siguiente etapa, con llegada en Bari y con un recorrido quebrado en la que empleó 13 horas y tres minutos, no abandonó el primer puesto del podio hasta la conclusión de la carrera, el 7 de junio, en Milán. Hasta esa fecha soportó las acometidas de sus rivales y la dureza de etapas maratonianas, como la novena, disputada entre Sulmona y Arezzo, con 377 kilómetros, ganada por Girandengo, en la que empleó 15 horas, 33 minutos y 55 segundos. El corredor de Mussolini terminó segundo, a cuatro minutos y 58 segundos de Binda. Girandengo se anotó seis de la 12 etapas, pero nunca más volvió a terminar un Giro.

El nuevo ídolo cautivaba por su elegancia sobre la bicicleta. La magia de La Gioconda. Ahora se cumplen 100 años del primer gran duelo en el Giro entre un campeón en el ocaso y un joven emergente. Un desafío que en esta edición se repite entre PrimozRoglic y Juan Ayuso (también 22 años).

Binda era un novato con escuela. En su tiempo de corredor en Francia se interesó por la mecánica, equipaba sus bicicletas con tubulares gruesos. Narran las crónicas de entonces que recorrió los 3.520 kilómetros del Giro de 1925 sin un pinchazo. Un ciclista muy fiable que el siguiente año no pudo repetir victoria por una caída, terminó segundo. En 1927 regresó con la consecución de la general y el triunfo en 12 de las 15 etapas. Ese año, además, se proclamó vencedor del primer Mundial de la historia. También arrasó en los Giros de 1928 y 1929. Su dominio aplastante y su carácter distante («No tengo interés en dar espectáculo. Mi negocio es ganar las carreras», decía) provocó un distanciamiento con el público, que se decantó por Learco Guerra, heredero de Giardengo y también respaldado por el Partido Nacional Fascista.

La superioridad de Binda aburría a los aficionados y no resultaba rentable para los anunciantes. En 1930, la Gazzeta dello Sport le pagó para que no corriera el Giro. El organizador de la prueba le abonó 22.500 liras, una cantidad correspondiente a lo que hubiera percibido por anotarse la general y varias etapas. Ese año, Binda participó en el Tour, donde cosechó dos triunfos parciales. Regresó al Giro en 1931, pero tuvo que retirarse por una caída. En 1932 finalizó séptimo y en 1933 logró su quinto título. En la Corsa Rosa, conquistó 41 etapas, récord que se mantuvo hasta 2003, batido por Mario Cipollini.

Binda se retió en 1936 tras fracturarse el fémur en la clásica Milán-San Remo. Además de sus cinco Giros, ganó tres Mundiales, dos Milán-San Remo y cuatro Giros de Lombardía. Fue seleccionador nacional durante 12 años. Falleció, con 84 años, el 19 de julio de 1986 en su Cittiglio natal.

2.745 kilómetros, test de escalada y una pesa para la comida: así ha preparado Ayuso su asalto al Giro de Italia

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Cambia la dieta para reservar asiento en la mesa en la que comen los grandes. Al inicio de la temporada, Juan Ayuso modificó su preparación nutricional y física para obtener más rendimiento de su privilegiada fisonomía, la de un escalador atípico: 1,84 metros de altura, huesos largos y hombros de nadador. El pasado curso, el fenómeno criado en la escuela de ciclismo de Jávea marcaba en la báscula 64 kilos. Ahora pesa dos más.

Una subida y un aumento de las sesiones de gimnasio que han generado más músculo y más potencia de pedalada. Unos avances que han otorgado un salto de calidad a un corredor ya excelso. «Juan es un portento y con esas novedades en la preparación hemos logrado que aún sea mejor», sostiene Joxean Fernández Matxin, su protector en el UAE. Una energía extra que le permite a la salida de hoy del Giro de Italia con el cartel de favorito, a pesar de ser un debutante y de contar sólo 22 años.

El nutricionista Gorka Prieto es una pieza fundamental en la evolución de Ayuso. Él le planifica la dieta en función del rendimiento de cada ciclo de la temporada. La demanda energética está controlada científicamente. La comida se pesa para no excederse con las proteínas. Ayuso trabaja con Prieto desde su etapa de juvenil. «Más vale entrenar menos y cuidar más la alimentación», ha dicho el corredor. «Come más para tener más energía y ganar resistencia», apuntan desde el equipo de Emiratos.

En el hotel Meliá de Sierra Nevada, donde Ayuso y sus compañeros de UAE se han concentrado para preparar el Giro, había una pautada planificación confeccionada por Gorka Prieto para todos los integrantes del equipo. El desayuno incluía cereales, fruta y avena cocida. En los entrenamientos consumían geles y barritas energéticas; en la cena, carne o pescado. En una etapa larga, los ciclistas pueden ingerir más de 7.000 calorías en un día.

Enriquecer la sangre

En Sierra Nevada, Ayuso ha realizado un ciclo de altura para potenciar de forma natural la producción de glóbulos rojos y enriquecer la sangre. Los entrenamientos se han realizado durante tres semanas, con salidas de cuatro horas, series y test de escalada. El español llegó a la montaña granadina tras finalizar la Volta a Catalunya, prueba en la que sólo fue superado por Primoz Roglic, que será su principal adversario en el Giro. Allí, Ayuso ha estado acompañado por los que serán sus gregarios en la ronda italiana.

Más de 20 días de convivencia en los que él se ha esforzado por generar una atmósfera distendida, ya quedaron olvidadas sus discrepancias con Joao Almeida en el último Tour de Francia. En plena concentración, el lunes de Pascua, se difundió por redes sociales un divertido vídeo en el que Ayuso, en plena subida, lanzaba una bola de nieve a Igor Arrieta que le impactaba en la espalda. «Le tiré el bloque de nieve, pero no sabía que tenía tan buena puntería», bromeaba Ayuso.

Juan Ayuso.

Juan Ayuso.S. G.MUNDO

Juegos de chavales de 22 años. Con el navarro, que también debuta en el Giro, se ha divertido en partidas de billar y futbolín en las amplias instalaciones del hotel Meliá. «Convivir con los compañeros con los que luego tienes que trabajar en el Giro te ayuda mucho. Es fundamental crear buen ambiente, buen rollo», advierte Ayuso, que ha crecido en lo físico y en lo emocional, ahora sabe asimilar mejor la ansiedad y las frustraciones.

Ayuso acude al Giro con un gran fondo físico. En 17 días de competición acumula 2.745 kilómetros, registros superiores a sus principales rivales. Roglic llega con 12 días y 1.794 kilómetros; el italiano Antonio Tiberi, con 14 jornadas y 2.133 km; el colombiano Egan Bernal, 10 y 1.409 km: Mikel Landa, con 15 y 2.406 km.

La ronda, que arranca este viernes en Albania con una etapa en línea y concluye el 1 de junio en Roma, se decidirá en la última semana, con subidas a los emblemáticos puertos de Sestriere, Mortirolo, Finestre o Grappa. También aparecen etapas sembradas de trampas, como la novena, con el sterrato camino de Siena. En el calendario de Ayuso figuran marcadas en rojo las cronos de mañana (13 kilómetros) y de la décima etapa (28 kilómetros). Es lo que tiene ser el mejor contrarrelojista de los escaladores que optan al podio de Roma.