Los secretos de Pogacar, el corredor sin límites: metabolismo prodigioso, exhibiciones sublimes y correr contra sí mismo y contra la historia

Los secretos de Pogacar, el corredor sin límites: metabolismo prodigioso, exhibiciones sublimes y correr contra sí mismo y contra la historia

«La superioridad de Pogacar radica en su prodigioso metabolismo. Cuando sus adversarios van a 8.000 revoluciones, él sigue a 3.000, por lo que le quedan más marchas que al resto. Su actividad mitocondrial, la que produce el lactato y da la energía al músculo, es extraordinaria. Yo no he visto a nadie con esos parámetros», el preparador y fisiólogo Iñigo San Millán apela a la ciencia para explicar el asombroso rendimiento de un ciclista de época. «Tadej es buenísimo, muy completo, pero lo más sobresaliente es su fortaleza mental. Siempre busca nuevos retos para motivarse», el técnico Joxean Fernández Matxin recurre a la psicología. «Cuando se retire, será recordado como el mejor de todos los tiempos», el ganador del Tour, Óscar Pereiro, señala la ambición. «Él está a otro nivel. No he visto a nadie igual», aporta el ciclista Pello Bilbao.

No existe un único secreto para entender la abrumadora supremacía del esloveno, que ya sólo corre para ser leyenda. Es el ciclista más soberbio del siglo XXI y lucha contra la referencia de Eddy Merckx. El Caníbal se antoja invencible en la acumulación numérica de trofeos: 279. Pogacar (27 años) suma 108. El belga cuenta con 11 triunfos en las tres grandes rondas (cinco Tours, cinco Giros y una Vuelta) y 64 etapas; el líder del UAE, cinco generales (cuatro Tours y un Giro) y 30 etapas.

Pero batir el récord de victorias no es el objetivo de Pogacar. Su misión es firmar las exhibiciones más sublimes. No se trata de ganar, sino de hacerlo de la forma más memorable, creando estilo y haciendo lo que nadie hizo: ganar un Mundial atacando a 100 kilómetros de la meta, sumar más triunfos consecutivos en el Giro de Lombardía (último Monumento del año), subir al podio en todas las cinco grandes clásicas en una temporada, brillar en adoquines y sterrato... En 2025 ha sellado su mejor curso, con 20 victorias, y ahora planifica nuevos desafíos para 2026.

«Todo el mundo se puede sentir único. Yo estoy muy satisfecho, porque he hecho mi mejor temporada, de largo. Para ello ha sido fundamental la ayuda de mi equipo», advierte Pogacar, un ciclista superlativo que, además, pertenece a un grupo arrasador. El UAE ha batido en esta campaña la plusmarca de victorias: se encuentra a sólo seis de las 100.

Repartir las migajas

Los rivales de Pogacar ya se han acostumbrado a compartir las migajas que él deja. Remco Evenepoel asume su condición de escolta en las pruebas de fondo. En este mes, el belga fue derrotado en las pruebas de ruta del Mundial y del Europeo y en la maravillosa última edición del Giro del Lombardía. El campeón del mundo de contrarreloj sabía cuándo y dónde iba a atacar Pogacar, pero fue incapaz de seguirle, como sucedió tantas veces. Para Remco, terminar segundo ya supone una victoria, así lo reflejó en la celebración del segundo puesto en la llegada a Bérgamo del pasado sábado.

Pogacar acumula una extensa y versátil nómina de récords de precocidad, de ataque lejanos y de ascensiones imbatibles. El sábado, en la zona en la que desprendió de sus enemigos, a 36 kilómetros de la meta del Giro de Lombardía, se superó a sí mismo. En la subida al Passo di Ganda, aclamado por un público extasiado, invirtió 21 minutos y 20 segundos, a 26 km/h. Mejoró en casi dos minutos sus tiempos en las ediciones de 2021 y 2023. Los analistas dicen que fue su mejor escalada del año y que fueron los 20 minutos más impresionantes de siempre.

Pogacar arrasa inventando dinámicas y estrategias. Con su precocidad (ganó su primer Tour con 21 años) instó a directores y preparadores a apostar con decisión por los jóvenes. A su estela han salido Evenepoel, Juan Ayuso, Isaac del Toro, Paul Seixas...

También crea escuela. Pogacar no sólo prescinde de esa táctica de atacar a tres kilómetros de la meta, sino que rompe con la tradición de los escaladores bailarines, que suben poniéndose de pie sobre los pedales. El esloveno también ataca sentado, cuestión de aerodinámica y cadencia de pedaleo. La geometría como aliada de un corredor que controla milimétricamente su nutrición y que aprende a combatir consigo mismo. Mientras que Merckx, Bernard Hinault o Fausto Coppi contaban con unos competidores de rango superior, Pogacar apenas dispone de contrincantes de altura, por eso necesita reinventarse y marcarse nuevos retos, como conquistar los dos Monumentos que le faltan (París- Roubaix y Milán-San Remo) y batir a rivales fisiológicamente más dotados para esos objetivos. En semejante ámbito, hasta Van der Poel se rinde ante Pogi: «Es realmente impresionante, todo lo hace fácil. No es Merckx, es Pogacar».

Tadej, un extraterrestre que carece de límites y que a todos encandila.

Pogacar, coleccionista de oros y arcoíris, también se corona en el Europeo en ruta y Ayuso termina sexto

Pogacar, coleccionista de oros y arcoíris, también se corona en el Europeo en ruta y Ayuso termina sexto

Al cronista no le resulta fácil narrar epopeyas con guion repetido. Ya sabemos que cuando lo extraordinario se transforma en cotidiano lo atractivo pierde lustre. Sin embargo, la reiteración de historias mayúsculas mantiene su encanto. Eso es lo que sucede con Tadej Pogacar. El esloveno cautiva por su estilo, intensidad y descaro. Este domingo volvió a impactar con su abrumador triunfo en la prueba en ruta del Europeo disputado en la zona de Drôme-Ardèche (Francia).

Nuevo laurel para el infatigable coleccionista de oros y de maillots arcoíris. Pogy, cuádruple vencedor del Tour de Francia y bicampeón Mundial, ya suma 106 victorias, 18 de ellas en esta temporada. La plata fue para Remco Evenepoel. La misma historia que en el Mundial de Kigali. Venganza imposible para el Pitbull.

Tercero fue el nuevo fenómeno francés Paul Seixas (19 años). Cuarto, el italiano Christian Scaroni. El sexto puesto fue para el español Juan Ayuso, que peleó hasta el final para subir al podio. Una sexta plaza que cerró un excelente campeonato de la expedición española, con tres medallas de oro (Paula Ostiz, en crono y en ruta júnior, y Paula Blasi, en línea sub-23) y un bronce (Héctor Álvarez, en ruta sub'23).

La prueba en ruta masculina se disputó en un quebrado recorrido de 203 kilómetros, con más de 3.300 metros de desnivel, con salida es Privas y meta en Guilherand-Granges. La subida a Saint-Romain-de-Lerps (6,8 kilómetros al 7,3%) se superó tres veces a mitad de carrera y la de Val d'Enfer (1,7 kilómetros al 9,3%) se ascendió en seis ocasiones. El campeonato se presentó como el primer desafío de un día, al estilo clásica, del nuevo tridente del ciclismo mundial: Pogacar-Vingegaard-Evenepoel.

La cita comenzó a decidirse a 100 kilómetros de la meta, cuando Jonas Vingegaard se quedó a cola de un grupo cabecero de más de 50 unidades. El danés negaba con la cabeza, certificando que sus características de corredor de fondo no se amoldan a los exámenes de un día. Poco después, en un descenso de Saint-Romain-de-Lerps, aceleró Evenepoel y a su estela se colocaron Pogacar, Ayuso, Mohoric, Skjelmose y Sivakov. Todos ellos a un minuto y 15 segundos de un grupo de 13 fugados que fueron neutralizados a 90 km de meta.

Abandono de Vingegaard

A falta de 74 km para la llegada, sucedió lo que todos esperaban y nadie pudo evitar. La enésima copia de una obra consabida. Atacó Pogacar y Evenepoel peleó por seguirle. El belga claudicó en el intento y fue alcanzado por Seixas. Por detrás conectaron Ayuso y Scaroni. A esas alturas de la carrera, Vingegaard ya había abandonado. El danés no competía desde el caótico final de la Vuelta a España.

A 60 kilómetros de la conclusión, la ventaja del esloveno sobre el cuartero perseguidor ascendía a 23 segundos. Evenepoel, enrabietado, comandaba la caza, con Ayuso por detrás en las dura subida a Val d'Enfer, sin dar relevos. A 50 km, la renta sobrepasó los 40 segundos. Una progresión que el esloveno mantuvo en las tres últimas vueltas del circuito francés, hasta llegar al minuto en la línea de meta. A falta de 38 km, Evenepoel se cansó de la falta de colaboración de sus compañeros y se marchó en solitario. Entonces, Ayuso administró energías para pelear el bronce con Seixas y Scaroni. Y en esa pugna, el más listo fue el francés, el nuevo ídolo de una afición que busca un heredero sólido para Bernard Hinault. Ayuso se quedó descolgado en la última subida. En la recta final fue superado por el letón Toms Skujins, que venía en el grupo posterior y le arrebató la quinta plaza.

Pogacar estuvo dos horas caminando en soledad para coronarse en un campeonato Europeo que conoció la mayor notoriedad de las solo nueve ediciones disputadas. El campeón multiplica la repercusión de los escenarios a los que acude. Es un filón.

Decimoctavo triunfo de una temporada espléndida, con victorias en más del 50% de las pruebas disputadas y con podios en el 90%. Venció en el Tour de Francia, Mundial en ruta, Dauphiné, Lieja-Bastoña-Lieja, Flecha Valona, Tour de Flandes, Strade Bianche, Tour de UAE. Fue segundo en París-Roubaix, Amstel Gold Race y G.P. de Montreal; y tercero en Milán-San Remo. En la contrarreloj del Mundial de Ruanda fue cuarto; y en el G.P. de Quebec, 29º. Asombroso.

'Txapela' para Ciccone en el discreto regreso de Ayuso en la Clásica de San Sebastián

‘Txapela’ para Ciccone en el discreto regreso de Ayuso en la Clásica de San Sebastián

Mientras permanece el regusto de la última conquista de Tadej Pogacar en el Tour de Francia, regresa el ciclismo del bueno para abrir la segunda parte de la temporada. La Clásica de San Sebastián, siempre tan sugerente, se resolvió este sábado con una soberbia actuación Giulio Ciccone (30 años), uno de los escaladores más solventes del ciclismo italiano. El corredor del Lidl fue muy inteligente y esquivó la encerrona que le prepararon Isaac del Toro y Jan Christen, los compañeros del Juan Ayuso en el UAE. El polivalente ciclista español regresó, dos meses después, con una discreta actuación.

La Clásica de San Sebastián supuso una cita para reivindicaciones y curaciones de heridas. Ayuso, tras su abandono del Giro, acudía para afinar la forma y reimpulsar la temporada, ahora enfocada en la Vuelta a España. Del Toro afrontaba la ronda para certificar su madurez tras la juvenil pugna con Richard Carapaz en el desenlace del Giro. Oscar Onley, para ratificar su liderazgo de la nueva generación tras su fenomenal irrupción en el Tour. Primoz Roglic, para certificar que puede ofrecer altas prestaciones tras su irregular rendimiento en la ronda francesa. Marc Hirschi, para emular la conquista de dos ediciones consecutivas de Remco Evenepoel (2022 y 2023).

La prueba, con destacados alicientes, arrancó a toda velocidad, con varias escaramuzas. Numeros ataques hasta que llegó el momento clave, a falta de 50 km. para la meta, cuando quedó neutralizada una escapada en la que figuraron, entre otros, Labrosse, Wenzel, Arriola, Van Bekkum, Gotzon, Delaplace y Ben Swift. En la subida a Erlaitz atacó Roglic y todos se inquietaron. Al órdago del esloveno respondieron Del Toro y Ciccone. En el instante clave de la batalla, Ayuso quedó eliminado, pagando la falta de actividad competitiva de los últimos meses. Al español no le importó descender a cola del pelotón para ejercer de aguador de sus compañeros.

El mexicano y el italiano, a falta de 40 kilómetros para la llegada, se marcharon en un veloz descenso y lograron una renta de un minuto respecto al grupo de los perseguidores, entre los que estaban Van Gils, Roglic, Christen, Powells y Plapp. Un minuto de renta en el sprint de San Sebastián, a 17 km de meta.

En la última de las seis subidas, en Murgil, a sólo siete kilómetros de la clausura, contragolpeó Christen, compañero de Del Toro en el UAE y cazó a los dos fugados. Cuando los gregarios de Pogacar preparaban su encerrona irrumpió Ciccone con esa facilidad para la escapada que le caracteriza. En las paredes de una cota de 2.500 metros de longitud y rampas del 10% dejó descolgados a sus rivales y se presentó en la cima con 10 segundo de renta. Una ventaja que supo mantener en un vertiginoso descenso para anotarse su primer triunfo en la clásica vasca.

Victoria y txapela que iluminan el palmarés de Ciccone, en el que sobresalen el Premio de la Montaña del Tour de Francia de 2023, tres etapas en el Giro de Italia, una en la Volta a Catalunya y otra Critérium Dauphiné.

El desaparecido Juan Ayuso regresa dos meses después, con heridas sin cicatrizar: ''Le han dado leña, pero él es fuerte''

El desaparecido Juan Ayuso regresa dos meses después, con heridas sin cicatrizar: ”Le han dado leña, pero él es fuerte”

Tras el abatimiento generado por el abandono en el Giro de Italia por la maldita caída en el sterrato camino de Siena y por el picotazo de la avispa en la salida de la decimoctava etapa, en Morgegno, Juan Ayuso encontró consuelo con su novia Laura y su perrita Trufa. La frustración se adueñó del ciclista de Jávea, desaparecido durante dos meses y que reaparece ahora con las heridas aún sin cicatrizar. Vuelve este sábado a la Clásica de San Sebastián, fortalecido físicamente pero sin cerrar el capítulo de su futuro en el poderoso equipo de Emiratos. Tiene contrato con el UAE hasta 2029, pero tanto ruido alrededor no garantiza estabilidad.

Ayuso sostiene que su intención es continuar en el grupo dirigido por Matxin, pero reconoce que no puede detener los permanentes rumores sobre su hipotética marcha. Es el nuevo referente del ciclismo español y a una escuadra como Movistar le vendría fenomenal su incorporación, aunque para ello debería abonar una elevada cláusula de rescisión y que el corredor tuviera intención de dejar el equipo, algo que ahora mismo no sucede. Juan se considera capacitado para ser un líder indiscutible, pero de momento quiere seguir compartiendo galones con Isaac del Toro y Joao Almeida en las rondas a las que no acude Tadej Pogacar.

El esloveno, tras arrasar en el Tour, se tomará un largo periodo de descanso y no participará en la Clásica de San Sebastián. Las apuestas del UAE serán Del Toro (segundo en el Giro) y Ayuso. El español asiste con el objetivo de afinar su preparación para la Vuelta (23 agosto-14 septiembre), prueba en la que compartirá jefatura con Almeida, que se recupera de una caída en el Tour.

«Sin prisas»

«Va a San Sebastián para recuperar la forma, sin prisas. No estará al 100%, pero sí que va con muchas ganas», afirman desde el entorno del corredor. «A Juan le han dado leña, pero él es fuerte. Se encuentra tranquilo y está entrenando bien», recalcan las mismas fuentes.

En San Sebastián pugnará, entre otros, con Marc Hirschi (último ganador), Oscar Onley (cuarto en el Tour), Giulio Ciccone, Julian Alaphilippe y Pello Bilbao. La carrera consta de 211 km, con seis puertos, entre ellos Jaizkibel, a 60 km de meta, y Murgil, 2,5 km con rampas del 10% a sólo siete para la meta.

En la planificación de la temporada de Ayuso también figuran Circuito de Getxo (domingo), Tour de Polonia, Vuelta a España, Mundial y Giro de Lombardía.

Ayuso y Almeida colíderes del UAE Team en una Vuelta sin Pogacar

Ayuso y Almeida colíderes del UAE Team en una Vuelta sin Pogacar

Actualizado Martes, 29 julio 2025 - 17:18

El ciclista esloveno Tadej Pogacar, reciente ganador del Tour de Francia, no participará en La Vuelta a España 2025, del 23 de agosto al 14 septiembre, tal y como informó este martes su equipo, el UAE Team Emirates.

El equipo de Emiratos Árabes Unidos confirmó al equipo para la gran cita que se disputa en España, en el que no figura el cuatro veces campeón de la carrera francesa: "Después de un Tour tan exigente, decidimos que lo mejor era tomarnos un descanso", aseguró el esloveno.

"Por supuesto, la Vuelta es una carrera a la que me encantaría volver. Tengo fantásticos recuerdos de 2019, pero ahora mi cuerpo me pide descansar", declaró Pogacar, recordando aquella edición de la ronda española, que acabó tercero.

El astro esloveno se tomará un descanso antes de volver a la competición en Norteamérica y encabezará a su equipo en el Grand Prix Cycliste de Québec y el Grand Prix Cycliste de Montréal, ambas en Canadá, en septiembre.

A pesar de la ausencia del ciclista de 26 años, por el UAE Team Emirates competirán ocho corredores, encabezados por el portugués João Almeida, y que completan el danés Mikkel Bjerg, el austriaco Felix Großschartner, el esloveno Domen Novak, el luso Ivo Oliveira, el español Marc Soler y el australiano Jay Vine.

Como colíder de Almeida estará el español Juan Ayuso, que regresará a La Vuelta con un podio ya en su palmarés, logrado en 2022. "La Vuelta es una carrera muy especial para mí, mi carrera natal. He estado entrenando bien, me siento bien y estoy centrado al 100 % en hacer una buena carrera para el equipo. Siempre es un honor correr en casa y lo daré todo para que valga la pena, ya sea ayudando al equipo o luchando por un resultado propio. España siempre saca lo mejor de mí", apuntó Ayuso.

La gran historia de Torrontegui, las manos las estrellas: ''No soy el mejor fisio, sólo genero buen rollo''

La gran historia de Torrontegui, las manos las estrellas: ”No soy el mejor fisio, sólo genero buen rollo”

El mejor fisio del mundo moldeó sus manos lavando vasos en el restaurante de su padre. «Yo ayudaba a mi familia en lo que podía. Pasé muchas horas entre platos y mesas». Más de 40 años después, el asador donde creció Marcelino Torrrontegui (Albandi, 1964) sigue ofreciendo fabulosos chuletones txogitxu, cordero a la estaca y entrecot de vaca vieja. Una clientela fiel que acude allí tras disfrutar de las playas del concejo asturiano de Carreño en las que Torron también trabajó de socorrista. «Antes de ser auxiliar de ciclismo me buscaba la vida mientras hacía un módulo de Deportes», afirma el masajista más experto del próximo Tour de Francia, que arranca el sábado en Lille. Será la undécima edición de la Grande Boucle que afronta el asturiano, ahora en el Movistar. También es colaborador del Comité Olímpico Español (COE), la Federación de Fútbol (RFEF) y profesor en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Málaga (UMA).

Este fisio de sonrisa permanente trabajó en el Málaga CF durante 21 temporadas, acudió a ocho Juegos Olímpicos (cinco con la Federación de Ciclismo y tres con el COE), 26 Mundiales de ciclismo, cuatro Juegos del Mediterráneo, 13 Vueltas, 10 Tour y cinco Giros de Italia. Por sus manos han pasado futbolistas, atletas, nadadores, ciclistas, balonmanistas, karatecas, piragüistas, golfistas, esquiadores. La relación de ilustres es extensa: Craviotto, Llaneras, Hierro, Chema Olazábal, Van Nistelrooy, Valverde, Contador, Rominger, Freire, Delgado, Olano, Isco, Joaquín, Frankie Fredericks, Chema Martínez, Cubarsí, Francescoli, Juan Ayuso, Viran Morros, Aguinagalde, Darío Silva, Zulle, Virenque, Rafa Lozano, Garralda, Barrufet, Entrerríos, Hugo González, Jessica Vals, Carmen Weiler...

Tras disfrutar de varios días de descanso, este martes hará las maletas para marcharse a Lille con el Movistar para preparar la salida del Tour.

Torrontegui comenzó en el ciclismo en la Vuelta a España de 1988, en el Clas de José Manuel Fuente. «Recuerdo que la salida fue en Tenerife y que saltamos a Las Palmas. Me incorporé al equipo de El Tarangu gracias a la ayuda de Carlos Muñiz, ciclista y amigo mío de Candás. Aquella Vuelta la ganó Sean Kelly y el primer neoprofesional clasificado fue, precisamente, Muñiz. Yo tenía 23 años y ya me apasionaba el deporte. Esa pasión proviene de mi entorno de juventud, en Candás. Esta localidad está declarada por el COE Villa de Olímpicos, porque es el pueblo de España con más olímpicos por habitante. Allí nacieron, entre otros, Herminio Menéndez, Julio Alberto, López Carril, Enrique Rodríguez Cal o Carlos Prendes», dice mientras pasea por Candás, antes de la sesión de fotos en las instalaciones de Mareo del Sporting de Gijón que ilustra este reportaje.

Torron debutó en el Tour de Francia en 1991, el primero ganado por Miguel Indurain. Desde entonces, el carismático fisioterapeuta y el campeón navarro mantienen una relación cercana. «Somos de la quinta del 64 y hemos coincidido muchas veces, aunque nunca compartimos equipo. Él estaba en el Banesto y yo en el Clas, con Tony Rominger. En la selección español estuvimos juntos, pero nunca le traté. Él tenía su propio masajista, Vicente Iza. Sí traté a Perico Delgado, Óscar Freire o Alberto Contador, pero nunca a Miguel. Estuve con Indurain en los Juegos de Atlanta, cuando ganó el oro en la contrarreloj, y Abraham Olano, la plata. Mi primer Mundial fue el de Stuttgart de 1991, cuando Indurain fue bronce. También estuve en el histórico Mundial de Duitama de 1995, donde logró el oro en la contrarreloj y la plata en la ruta, con Olano primero. En la actualidad, cuando Miguel pasa por Asturias nos vemos. Últimamente bromeamos sobre que ya va siendo hora de que toque sus músculos», explica el técnico, de 61 años.

Federer y Nadal

Torron fue el hombre de confianza del suizo Rominger, conquistador de tres Vueltas y adversario de Indurain en la carretera y en la pugna por el récord de la hora. «Tony y Miguel fueron rivales y ahora son amigos. Son como Federer y Nadal. Se respetan, tienen una buena relación».

Las manos mágicas del asturiano cuidaron a grandes corredores del Clas, como Olano, Escartín, Mauleón, Ruiz Cabestany, Rominger, Suárez Cueva..., con los que mantiene amistad. «Ellos tienen la costumbre de juntarse todos los años para cenar durante una etapa de la Vuelta. Desde 1988 organizamos partidos de fútbol-playa a los que viene gente como Luis Enrique. Lucho es un gran entrenador y una persona majísima, pata negra, un friki del ciclismo».

Con su paisano Samuel Sánchez comparte complicidades. Las abuelas de ambos eran primas. «A Samu le conozco desde chaval, cuando venía a veranear a Albandi. Yo le vaticiné que sería campeón olímpico. En 2007, un año antes de la carrera en ruta de los Juegos de Pekín, fuimos a ver el recorrido y le dije que el trazado le venía a huevo para ganar. Aquel equipo, con Sastre, Freire, Valverde, Contador y Samu fue fabuloso», recuerda.

JORGE PETEIRO

Las manos prodigiosas de Marcelino han cuidado a miles de deportistas. El que más le impactó, por su elasticidad y fortaleza, fue el canadiense Mark McKoy, campeón olímpico de 110 vallas en Barcelona'92. Entre los ciclistas destaca el motor de clasicómanos como Bortolami, Baffi o Museeuw. Los músculos de Freire también le sorprendieron, como las piernas de los futbolistas Salomón Rondón y Julio Baptista. Dice que quien mejor supo sacar provecho a su físico fue Fernando Escartín.

Asegura que el ciclismo actual atraviesa por un momento espléndido y que Tadej Pogacar es un fenómeno: «Le vi el pasado año en el Tour y me sorprendió. El ciclismo de ahora no da tregua. Las etapas son más cortas y todos van a toda hostia, no frena nadie. Los técnicos y auxiliares no tenemos tiempo para tomar un bocadillo. La tecnología ha mejorado mucho el rendimiento de los corredores».

Pocos en el deporte español empatizan tanto como este extrovertido asturiano. «Me dicen que soy el mejor masajista del mundo, pero yo respondo que tengo la suerte de trabajar con gente muy buena. Yo, por mi manera de ser, siempre genero buen rollo y caigo bien a la gente, y eso influye».

La depción del Málaga

Durante sus 37 años en el alto nivel han abundado los éxitos. Las decepciones fueron mínimas, pero dolorosas. Las heridas provocadas por el despido del Málaga ya cicatrizaron, aunque quedaron marcas: «En el Málaga me dejé media vida, medio corazón. Me tuve que marchar por unas diferencias económicas mínimas. Me di cuenta de que no me querían en un sitio donde trabajé más de 20 años. Salí noqueado. Estuve muerto, pero reviví. Después de irme se me abrieron muchas puertas».

En plena pandemia, Torron dice que se reinventó. Estudió podología, se doctoró en Fisioterapia y se incorporó a la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Málaga: «Llegué para cubrir una baja, y ahí sigo, impartiendo clases. La docencia es una carrera de fondo. Me gusta, pero al principio me costó, porque yo hablaba con las manos, luego me he ido soltando. Ahora, hasta doy ponencias en el Master de Fisioterapia de la Escuela Universitaria UAX Rafa Nadal o el Máster de Fisioterapia del Real Madrid. Soy como una hormiguita. Cumplo mis sueños. Trabajo con chavales, eso me mantiene joven».

«Tengo la suerte de que la UMA apuesta por la transferencia del conocimiento de sus profesionales, lo que posibilita que pueda colaborar de forma activa con Movistar, con el que tengo un contrato Otri, y al mismo tiempo cumplir con mis obligaciones docentes e investigadoras en la Facultad de Ciencias de la Salud», añade.

JORGE PETEIRO

A sus 61 años, Torron quiere ser agradecido: «Cuando te vas haciendo mayor te acuerdas de la gente que te ayudó. Yo estoy muy complacido con Eusebio Unzúe. Un día necesité salir de casa y él estaba allí. Siempre tuve la fortuna de contar con la comprensión del Málaga, que me permitía ir a los Mundiales y a los Juegos Olímpicos. También estoy muy agradecido a Alejandro Blanco por la oportunidad de trabajar en el COE. Él me rescató de la crisis que tenía, lo pasé mal. Yo sé bien lo que supone estar en primera línea y de ponto el teléfono deje de sonar».

Hijo futbolista e hija nadadora

La genética y el entorno profesional indicaron, inevitablemente, el camino a seguir. La actividad deportiva domina el entorno familiar de Torrontegui. Los hijos del fisio asturiano se han criado entre balones, raquetas y bicis, por eso no extraña que Samuel y Carlota se hayan decantado por el deporte. Los tres, siempre mimados por Susana, la filóloga inglesa, la madre, la compañera, la que sostiene todo el edificio.

Samuel, que tiene 20 años, sobresale en las categorías inferiores del Sporting de Gijón, en el equipo C. El fútbol le atrapó desde niño. Comenzó en el Málaga y allí estuvo durante nueve temporadas, en las que coincidió con Dean Huijsen, el nuevo central de la selección española y del Real Madrid. «Estuvieron juntos en alevines, cadetes e infantiles. Son buenos amigos. Yo mantengo contacto con los padres de Huijsen, unos holandeses muy majos que abrieron negocio en Málaga», dice Marcelino, un padre encantado con los goles y el desempeño de su hijo: «Samuel juega de delantero, es bueno, pero a mí lo que gusta es su madurez. Entrena, juega, se cuida y estudia segundo de Ingeniería Mecánica. No es raro verle a las 12 de la noche con libros o estirando», recalca el fisio del Comité Olímpico Español.

El Almería quiso ficharle, pero él prefirió seguir en el Sporting. En su trayectoria ha mostrado sus excelentes dotes de goleador, con buen manejo de ambas piernas y juego de espalda. «Tiene futuro, pero es un poco pupas, siempre le pasa algo», dice el progenitor.

Carlota apostó por la natación, triunfando en los campeonatos autonómicos y nacionales. Se formó en el Club Natación Inacua de Málaga y en 2021 fichó por el CN Santa Olaya de Oviedo. En 2021, con 18 años, se proclamó campeona de España de 200 mariposa, lo que le sirvió para obtener plaza para el Europeo de Budapest, torneo en el que logró colarse en las semifinales, terminando en el puesto 14 del top-16.

Torrontegui destaca que Carlota, de 22 años y estudiante de Derecho, tiene mucha fuerza de voluntad: «Durante muchos años se levantaba a las cinco y media de la mañana para entrenar en el CETD de Málaga. Creo que venirnos a Asturias frenó su progresión. Uno de mis sueños era compartir unos Juegos Olímpicos con ella».

El 'maillot' desteñido

El ‘maillot’ desteñido

Los mejores ciclistas españoles no han participado en el Campeonato de... España. Ni Juan Ayuso, ni Carlos Rodríguez, ni Enric Mas, ni Pello Bilbao (excluimos a Mikel Landa, convaleciente) han tenido a bien tomar parte en ese encuentro anual reservado sólo a compatriotas y consistente en perseguir en buena lid el honor de vestir el maillot con los colores de tu país. Una distinción que convierte al poseedor de la prenda en alguien único e irremplazable durante todo un año. En cierto modo, durante toda una vida.

El Campeonato nacional de un deporte individual es algo más que una competición: una ceremonia de índole íntima dentro de su exposición pública. Pero el profesionalismo y el patriotismo no siempre se llevan bien en estos tiempos de valores líquidos y principios gaseosos. El ciclismo y el deporte en general también experimentan (¿sufren?) su "cambio climático" y se han globalizado a causa y como consecuencia de la difuminación y casi el intercambio y superposición de fronteras. La geografía no ha desaparecido, pero encoge. Se contrae y comprime. Lo interior y lo exterior se unen hasta confundirse. El sentimentalismo retrocede ante el pragmatismo. A menudo es sustituido.

En esta España políticamente fragmentaria y disolvente, ser campeón nacional ha perdido atractivo y prestigio. El maillot destiñe. Desde la óptica puramente ciclista, la carrera, incrustada, como los otros campeonatos nacionales en Europa, en un calendario minuciosamente programado, resulta un incordio, un trastorno. Altera la preparación, en especial para quienes van al Tour, desvía la atención de lo principal a lo secundario y, en definitiva, impone un paréntesis no deseado en el ritmo general.

Logos comerciales

Además, los patrocinadores se quejan de que el jersey nacional obliga a reducir el tamaño de los logos comerciales. Y eso que nuestro maillot es una acomplejada camisola frente a las del resto de países, cuyos campeones van, literalmente, envueltos en una bandera. El de Alex Aranburu, campeón saliente, era una estrecha franja en el pecho y la espalda, y una sucinta en las mangas. Había muy pocos colores y mucho Cofidis. Por otro lado, gran parte de la clase alta del ciclismo español milita en conjuntos extranjeros, de ahí el fastidio del tamaño del logo. Para esos equipos, el Campeonato de España es un cónclave doméstico, un asunto de familia que en casi nada les atañe ni beneficia.

Así las cosas, como una forma de prestigio recíproco, el Campeonato coronó a Iván Romeo, que, en el descenso a Granada, soltó a Parra y Barceló bajo una chichacherra. El chicarrón del Movistar está mostrando esta temporada una enorme versatilidad. No es sólo un contrarrelojista. En una carrera de casi 200 kms. y 3.782 metros de desnivel, mostró una superioridad física y una capacidad estratégica de primer orden. Dejó a Fernando Barceló (Caja Rural) a 56 segundos y a Roger Adrià (Red Bull) a 1:53. Al Campeonato le viene bien que triunfe un corredor del único equipo español de primera categoría. En cierto modo, Iván lo ha salvado y cubierto la baja de Enric Mas a quien, en principio, le venía mejor el recorrido.

El maillot destiñe menos cubriendo sus anchas espaldas.

La última desgracia de Ayuso, una picadura de avispa, le hace abandonar el Giro maldito: “No puedo ver por el ojo derecho”

Actualizado Jueves, 29 mayo 2025 - 16:43

Como si no hubiera desgracia que no acuda sola, a Juan Ayuso le han perseguido tantas en su primer Giro de Italia que no le ha quedado otra que abandonar. Pese a su empeño. Ya lejos sus opciones de optar a la general, únicamente centrado en recuperarse físicamente para ayudar a su compañero Isaac del Toro en la conquista final del rosa, un picadura de avispa durante la etapa del miércoles camino de Bormio ha acabado por arruinarlo todo.

Para saber más

En la salida de Morbegno, ya el calor presente, Juan se quitaba las gafas para mostrar su aspecto. "En la etapa me picó una avispa o abejorro, me entró en el casco. No puedo ver por el ojo derecho. Quiero intentar estar para el equipo, pero me han dicho que no saliera. He querido probar", aseguraba en declaraciones a Eurosport en la zona mixta.

Sin embargo, a los pocos kilómetros del inicio, se anunció su retirada definitiva.

El miércoles había optado por ni disputar con los mejores la etapa que ascendía el Paso Tonale y el Mortirolo y en la que se impuso el líder Del Toro. Perdió casi 36 minutos, en busca del respiro para su rodilla que le hiciera reencontrarse para las dos etapas clave de viernes y sábado. Pero siguió padeciendo. La avispa le produjo hasta tres picotazos en el rostro y la hinchazón era preocupante.

Es la segunda grande que el corredor del UAE se ve obligado a abandonar. Tercero en su primera Vuelta con 19 años y cuarto en la siguiente, Ayuso dijo adiós al pasado Tour afectador por covid. En el presente Giro Juan se retira con dos caídas -estaba en el puesto 26 de la general a 49 minutos ya de su compañero mexicano- pero también con el gran triunfo de etapa en Tagliacozzo.

Del Toro renace y vence en Bormio tras un memorable descenso

Actualizado Miércoles, 28 mayo 2025 - 19:01

Giro sin tregua en las cumbres de los Dolomitas. Después del hundimiento de Juan Ayuso en Santa Bárbara y de las debilidades mostradas por Isaac del Toro en el ascenso a San Valentino, este miércoles continuó un nuevo y electrizante capítulo de esta espléndida Corsa Rosa. El mexicano, vestido de rosa (como Pogacar hace un año), se anotó su primer triunfo en un enorme ejercicio de coraje. Memorable su descenso en el puerto de Le Motte, donde derrotó a todos los enemigos que pretenden desbancarle de la primera plaza del podio.

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Una victoria en una etapa en la que se ascendieron Tonale y Mortirolo, dos icónicos escenarios, en otra jornada de desgaste y eliminación. El italiano Antonio Tiberi fue el principal damnificado del día.

La nueva cita alpina, como era previsible, arrancó con otra macro fuga de 25 integrantes, entre ellos se colaron nombres de primer nivel, como Pello Bilbao, Dani Martínez, McNulty, Vacek, Bardet y lo que era más relevante, la presencia de tres corredores del Visma del Simon Yates: Kelderman, Kruijswijk y Lemmen. Una planificada escapada bidón para que Yates enlazara con ellos.

En el Passo Tonale, la ventaja de los fugados era de 3.40 sobre un pelotón en el que UAE no gobernó como en anteriores citas. Juan Ayuso, a su ritmo, se desentendió del grupo desde la misma salida de la etapa, Jay Vine abandonó. Con ese panorama, el Ineos de Egan Bernal asumió la responsabilidad de caza. En las primeras rampas del Mortirolo, Antonio Tiberi perdió contacto con el grupo de los mejores.

Por delante, apretaba el portugués Eulálio, que tuvo el honor de coronar primero el Mortirolo, puerto en el que Richard Carapaz volvió a desafiar al Del Toro con un ataque a falta de dos kilómetros para la cima y lograr una renta de 12 segundos, a 2.38 de los escapados. Todos iban con las orejas tiesas en el peligroso descenso camino de Bormio.

El ecuatoriano contactó con su compañero Steinhauser en el llano y intentó estirar la ventaja antes del último puerto de la jornada, Le Motte, de tercera categoría. Esfuerzo inútil del líder del grupo EF Education, con 1.50 para los escapados. A dos kilómetros de la cima saltó de Del Toro y tras él apareció Carapaz, ambos a la captura de Bardet, el único superviviente de la fuga.

En la cima, el líder logró un puñado de segundos, que aumentaron en el descenso, con unas trazadas soberbias, ganando segundos en cada curva. En el último kilómetro, el líder volvió a acelerar para desprenderse del ecuatoriano y del francés, que llegaron tres segundos después a la meta. A 15 segundos entró Simon Yates. El líder no ganó mucho tiempo, lo importante es el mensaje de confianza lanzado a todos aquellos que dudaban de sus condiciones.

"Quería imaginarme esto. Es realmente bueno. Este Giro está siendo increíble. Nunca me rendí, traté de estar un paso por delante. Siempre corro sin tener nada que perder. Hoy no fue más fácil que ayer, pero tuve una gran mentalidad", comentó el mexicano, más líder, después.

Este jueves, prosigue la ronda con una etapa de 140 kilómetros entre Morbegno y Cesano Maderno, con una primera parte con toboganes y una segunda de descenso. Día propicio para las escapadas.

El día después del desengaño de Juan Ayuso en un Giro que tenía en sus piernas: “Sé los datos que se estaban moviendo. Y en condiciones normales…”

Actualizado Miércoles, 28 mayo 2025 - 18:53

El día después del desengaño de un chico de 22 años con la ambición y el talento de ser la ilusión tan esperada del ciclismo español, camino de los autobuses de los equipos, en la soleada San Michele all'Adige, marcha su familia al completo, incluida su perrita Trufa, a la que lleva y atiende su novia. El día después del Giro de Italia perdido, Juan Ayuso ya olvida el cabreo y la frustración, sonríe a medias e intenta aprender la lección. El día después acude el Mortirolo y a Juan le sigue doliendo mucho la rodilla y piensa, ya más optimista, «hoy voy a experimentar lo que es ir en una etapa de montaña con los sprinters». Y así sucede. Tiene un edema, inflamación y líquido en su rodilla, lo que no ha querido que se sepa porque no pretende excusas, y lo que parecía iba a ser una recuperación rápida y progresiva han sido pasos atrás: «Es que iba a rueda de Igor Arrieta, íbamos parados y le tenía que decir que bajara el ritmo. Cuando ves que te van pasando los coches es un palo duro».

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Todo se torció para Ayuso el maldito día del sterrato, camino de Siena, donde seguía tan pleno. Pero la caída, el golpe en la rodilla, el corte, los puntos... Entrenando el día siguiente se le volvieron a abrir. En la crono también se resintió. Pero contaba con el paso de los días y la mejora. Y fue todo lo contrario. "Toda la segunda semana no me he encontrado nunca a mi nivel. Todos los días he ido sufriendo. No quiero decir que me lo esperaba, pero me lo veía venir. El (segundo) día de descanso casi ni entrené porque estaba reventado. En ciclismo son cosas que pasan", contaba ayer, hablando sin prisa en el control de firmas, con su maillot abierto y su cadena dorada con la virgen al cuello.

El día después de que se escape el sueño de ganar su primera grande no es sencillo para nadie, pero Ayuso muestra una madurez sorprendente para su edad. No va a abandonar, como sí hizo Roglic, y en el entorno del ciclista comparan ambos casos. Pero Primoz tiene el Tour de Francia a la vuelta de la esquina y Juan no. Y eso, la falta de objetivos claros en carreras de varias semanas, donde él sabe que su cuerpo responde mejor (pese a los infortunios de las últimas veces), le hace torcer el gesto ante los tres periodistas españoles que le preguntan. "Si no corro ninguna gran vuelta, queda San Sebastián y enfocarme mucho en el Mundial. En estas carreras te lo juegas a un día, que es una pena", pronuncia.

Ayuso, en el pelotón, camino del Mortirolo.

Ayuso, en el pelotón, camino del Mortirolo.LUCA BETTINIAFP

El día después de una 'pájara' como no recordaba, Juan ya sabe que lo que se le ha escapado es la oportunidad de una vida. En su entorno cuenta que "lo tenía en las piernas". "Con el nivel que había tenido en Tirreno, sin duda estaría por lo menos disputándolo. No quiero decir que lo estaría ganando, pero sin duda estaría disputándolo. En las dos vueltas de España que he corrido y en el Tour hasta que me retiré, siempre, con el paso de los días, siempre iba a mejor. Y en cambio aquí ha sido todo lo contrario. Nadie somos adivinos. Por un lado me da rabia, pero al fin y al cabo tengo un compañero ahí. Sé los datos que se están moviendo. Entonces sé que en condiciones normales se hubiera podido mínimamente estar ahí, luego ya ganar o no depende de muchos factores", explica.

Y es que tardará tiempo en presentarse otra. La competencia en el UAE es feroz. Es el mejor equipo del mundo y tiene al mejor ciclista del mundo. Pero Ayuso no desespera. Quiere demostrar que también es un tipo solidario. Quiere recuperar sensaciones (ayer se dejó llevar y perdió 35 minutos, hoy llega una etapa menos exigente camino de Cesano Maderno). Quiere ayudar a Isaac del Toro, que, pese a las suspicacias, es buen amigo y ayer se rehízo en Bormio, ganó y volvió a sacar algo de tiempo ante Richard Carapaz, Simon Yates y todos los que optan a arrebatarle el rosa. También le gustaría ganar otra etapa a Juan, como en Tagliacozzo. Hace mucho que un español no alza los brazos por dos veces en el Giro, desde el 2019 (Pello Bilbao, antes Mikel Landa en 2025).

El día después, en fin, es también hora de aprender. Pese a que Juan tenga 22 años, una edad a la que ahora parece normal ser un campeón, pero que hace no tanto los grandes ciclistas no habían ni pasado a profesionales. «Creo que sí que es un palo que me vendrá bien para el futuro, saber que incluso cuando gané en Tirreno o cuando perdí en la Volta a Catalunya, hay que seguir trabajando y seguir luchando porque esto es un deporte que no es nada agradecido en ese sentido y hay que seguir dando lo mejor», concluye. Y comienza la etapa.