Joao Fonseca, el joven que amenaza a Alcaraz y Sinner: "Trabajo para hacer mi propia historia"

Joao Fonseca, el joven que amenaza a Alcaraz y Sinner: “Trabajo para hacer mi propia historia”

"Hablo español. Bueno, si no, un poco de portuñol", se postula simpático y locuaz Joao Fonseca en el prólogo de la entrevista en la que atiende en la Caja Mágica a cuatro medios españoles. El chico de Ipanema, donde nació hace 18 años, llega al Mutua Madrid Open, torneo en el que ganó su primer partido en un Masters 1000 en la pasada edición, ya con un ATP250, conquistado sobre la arcilla de Buenos Aires el pasado febrero, y como vigente campeón de las Next Gen ATP Finals, el torneo de maestros para tenistas menores de 21 años. Aún es el número 65 del ranking, pero posee la impronta de un serio aspirante a codearse con la élite más pronto que tarde. Buen competidor, la rompe con la derecha y parece tener la cabeza bien amueblada.

"Aún me falta experiencia. Ahora quiero disfrutar del estreno en grandes torneos. Dentro de dos semanas disputaré por primera vez el de Roma y poco después también entraré directo en el cuadro final de Roland Garros. El cambio de superficie siempre es difícil. Estuve un tiempo en Río para entrenar. Creo que estoy bien rodeado por mi familia y buenos amigos. Y eso es fundamental para ser un buen jugador", apunta sobre sus perspectivas inmediatas.

Tras ganar bajo techo, en Jeddah, las Next Gen, se ha instalado en el circuito ATP, ya con algunos méritos contraídos en 2024, donde hizo cuartos de final en el torneo 500 de su ciudad natal. "La nueva generación que viene conmigo lo está haciendo muy bien, gente como Michelsen, Fils o Mensik, que ya ha ganado en Miami... Todos tratamos de disfrutar del proceso y sabemos que cada torneo es una nueva oportunidad de aprender".

¿Cuáles considera que son su principal fortaleza y su mayor debilidad?
Lo mejor es mi cabeza y mi golpe de derecha. De mi grupo de amigos en Brasil soy el único que trabaja, y lo llamo trabajo porque estoy todo el año viajando. Tengo la predisposición de exprimir cada instante e incorporar cosas nuevas. Es un deporte de mucha exigencia mental y creo que manejo bien las emociones en un deporte individual que exige templanza para combatir los nervios. Extraño mucho mi casa, aunque mi familia me acompaña a algunos torneos. En cuando a lo más mejorable en mi juego, me aplico en especial con la volea.

En el pasado Masters 1000 de Miami llegó a conectar una derecha a 181 kilómetros por hora y su golpe globalmente viajó ocho kilómetros por hora más rápido que la media del circuito. "Es algo natural. Desde pequeño me gustaba mucho ir hacia la bola para hacer golpes ganadores. Cuando tenía 11 o 12 años, siempre quería ir a full. Muchas se iban a la red y con algunas lograba winners, pero poco a poco fui ganando más consistencia. Nunca voy a perder esa esencia. En los puntos importantes golpearé fuerte. Es algo normal, que forma parte de mí".

Su victoria en tres sets frente a Andrey Rublev, (noveno cabeza de serie en Melbourne y defensor del título en Madrid) en la primera ronda del Abierto de Australia, donde tuvo que pasar por la fase previa, fue la constatación de un talento precoz. Todo ha cambiado para él en un corto período de tiempo. "Mi familia me ha ayudado a poner los pies en el suelo. Mis padres siempre me hablan de humildad y de la necesidad de trabajar duro. Estoy contento por cómo van las cosas, pero esto es solo el inicio y sé que tengo muchas cosas por delante".

La inmensa figura de su compatriota Gustavo Kuerten, Guga, tricampeón de Roland Garros y ex número 1 del mundo, santo y seña del tenis brasileño, es ineludible. Sobre nuestro interlocutor reposa la esperanza de los aficionados de su país, huérfanos de referentes ganadores desde hace bastantes años. "Miré muy poco jugar a Guga. Miré algo de Thomaz Bellucci, pero nunca he hablado con él. Sí con Guga, que estuvo en una eliminatoria de Copa Davis. Habla mucho con mi entrenador, no tanto conmigo. Creo que es mejor así. Ambos fueron muy importantes para el tenis brasileño y para el deporte en general. A veces pesa su nombre, sí. No quiero ser el próximo Guga, quiero ser el próximo Joao; trabajo para hacer mi propia historia".

Salgamos un poco del tenis. En un país de la tradición musical de Brasil, ¿le gustan la bossa nova y la samba o se inclina por otros estilos mas cercanos a su generación?
Sí, escucho música antigua, gente como Tim Maia. También me gusta la samba. Nunca pude disfrutar mucho del carnaval de Brasil, porque tenía el torneo precisamente allí y después me tocaba viajar.
¿Qué opina de Lula?
Nunca me gustó mucho hablar de política en los medios. Paso poco tiempo en Brasil y no pienso mucho en eso. Pero creo que mi país está mejorando cada vez más.
Sinner volverá de su sanción siendo número uno: Zverev cae en Montecarlo y ya no es amenaza

Sinner volverá de su sanción siendo número uno: Zverev cae en Montecarlo y ya no es amenaza

Jannik Sinner puede dejar de hacer números: el 5 de mayo, cuando finalice su sanción de tres meses por dar positivo en un control antidopaje, seguirá siendo el número uno del ranking ATP. Matemáticamente ya es imposible destronarle. Aunque se vaya a perder hasta cuatro torneos Masters 1000 -Indian Wells, Miami, Montecarlo y Madrid-, el italiano seguirá en lo más alto de la lista en Roland Garros gracias a su ventaja y al desacierto de sus perseguidores.

Si Carlos Alcaraz navega últimamente bajo la tormenta, Alexander Zverev está sumergido en ella. Este martes, el alemán perdió en su estreno en el Masters 1000 de Montecarlo ante Matteo Berrettini por 2-6, 6-3 y 7-5 en un partido de mala suerte y malas decisiones.

A Zverev le falló la fortuna en el sorteo del cuadro monegasco -fue una faena tener que debutar ante un tenista como Berrettini-, pero sobre la pista pudo hacer más. Muchísimo más. Desde su derrota en la final del Open de Australia ante Sinner, el alemán ha ganado sólo seis de sus 12 partidos, con tropiezos escandalosos, como ante Tallon Griekspoor en el debut en Indian Wells. Francisco Cerundolo, Francisco Comesaña, Learner Tien y Arthur Fils fueron sus otros verdugos en los últimos meses mientras él ofrecía un tenis triste.

Sin una pizca de agresividad, más apático que nunca, Zverev ha dejado de ser Zverev. En sus últimas apariciones, simplemente ha sido un excelente sacador. "La presión por el número 1 me mató", admitió Alcaraz días atrás y puede haberle pasado a Zverev, pero pesa más la final perdida en Melbourne, otra más, la tercera ‘gran’ derrota para él. A sus 27 años, duele el vacío por la ausencia de un título de Grand Slam en su palmarés.

Aunque a sus 27 años, también tiene tiempo para recuperarse. Finalista el año pasado en París, tiene toda una gira sobre arcilla para rehabilitar su orgullo y rehacer su juego. Este martes, en el primer set ante Berrettini, advirtió una mejora, pero le faltó carácter cuando su rival respondió. Tampoco era fácil. De vuelta de una larga racha de lesiones, el italiano es uno de esos tenistas que pueden aspirar a todo si su propio cuerpo le respeta y entra en estado de gracia.

Cuartofinalista en Miami, ante Zverev consiguió la victoria más importante de su carrera en cuanto a ranking -la primera ante un Top 2- a base de inteligencia. Defendió todo lo que tenía que defender y atacó cuando debía, como en un intercambio sublime en los últimos minutos que alcanzó los 48 golpes. En ese tercer set, llegó a acumular cuatro errores cuando sacaba para ganar con 5-4, pero se recompuso, recuperó su break y cerró su triunfo. Una alegría para él y para su país: Mientras dure su sanción, nadie le quitará el número uno a su compatriota Sinner.

Alcaraz: "La presión por el número 1 me mató"

Alcaraz: “La presión por el número 1 me mató”

Dijo Carlos Alcaraz, en vísperas de su estreno en el Masters 1000 de Montecarlo y, consiguientemente, en la temporada de tierra batida, muy prometedora para el hombre que defenderá título en Roland Garros, ideal para redimirse de la pobre gira estadounidense de pista dura, de donde regresó en blanco por primera vez en cuatro años, que la ausencia de Jannik Sinner, castigado tres meses por dopaje, y la vía libre para pelear por volver a lo más alto del ranking, poco menos que le «mató».

«Mucha gente me está preguntando, diciéndome, que tengo la posibilidad de ser el número 1 si Jannik no está jugando», comentó en la conferencia de prensa previa al inicio del torneo. «Así que probablemente esa presión en cierto modo me ha matado».

Tercero ahora en el escalafón, a casi 1.000 puntos de Alexander Zverev, el español, de 21 años, se siente ahora liberado ante la evidencia de que esa posibilidad se ha esfumado en el tiempo sobre polvo de ladrillo que ahora arranca, con Montecarlo, Barcelona, Madrid y Roma, antes del aterrizaje en el Bois de Boulogne. «Pienso que estoy muy lejos de Jannik, así que estoy aquí sin tener que pensar sobre ello, sólo dispuesto a salir y jugar. Esa es mi mentalidad ahora», apuntó.

Campeón en Rotterdam, cuartofinalista en Doha, semifinalista en Indian Wells y eliminado de entrada en Miami, suma 6.720 puntos, frente a los 7.645 de Zverev y los 10.330 del italiano, que reaparecerá en Roma a partir del 8 de mayo. «Estoy feliz con la forma en la que estoy jugando. Desde que comenzó el año he hecho un gran tenis, pero este deporte no es sólo golpear la bola, sino que también están la cabeza y el físico».

Su primer rival, este miércoles, será Francisco Cerúndolo, 22º, a quien ha derrotado en sus dos enfrentamientos previos: hace unas semanas, en cuartos de Indian Wells, por 6-3 y 7-6 (4), y el pasado año, sobre la hierba de Queen's, en dieciseisavos, por 6-1 y 7-5. Será, pues, su primer duelo en arcilla, el territorio natural del jugador argentino, donde ha ganado dos de sus tres títulos, Umag, en 2024, y Bastad, en 2022. También salió campeón en pasto: Eastbourne, 2023. Cerúndolo venció este lunes al veterano Fabio Fognini, campeón del torneo en 2109, por 6-0 y 6-3.

Jakub Mensik: el sacador precoz que frustró el 'centenario' de Djokovic

Jakub Mensik: el sacador precoz que frustró el ‘centenario’ de Djokovic

A la espera de mejores noticias de Carlos Alcaraz, que ha vuelto de vacío de la gira primaveral de pista dura por primera vez en cuatro años, y del regreso de Jannik Sinner tras cumplir su sanción a medida por dopaje, aparece un gigante de 19 años con aparentes argumentos para agitar el circuito. Jakub Mensik arruinó en sendos tie breaks la fiesta de Novak Djokovic, dispuesto a ganar por séptima vez en Miami e ingresar así en el selecto club de los cien, donde le aguardaban Jimmy Connors (109 títulos) y Roger Federer (103).

Cierto es que el serbio, que cumplirá en mayo los 38, casi doblaba la edad de su adversario, pero pese a ello, o precisamente por eso, salía como claro favorito en su 59ª final de un Masters 1000, más aún después de desplegar un tenis que no se le había visto en este curso, que sigue teniendo para él tono crepuscular.

Frente al poso y el control del ganador de 24 títulos del Grand Slam, el jugador de Prostejov se manejó con la misma eficacia y templanza que en los partidos precedentes del torneo, como si no se tratase tan sólo de su segunda final, tras perder el pasado año ante Karen Khachanov en Doha. Sale del torneo con 111 aces, 14 de ellos frente a Djokovic, y la diáfana estadística de contar por éxitos los siete desempates que ha disputado, dos de ellos ante Jack Draper, reciente campeón en Indian Wellls.

«Soy capaz de mantener la calma y estar concentrado. Creo que soy fuerte mentalmente en este tipo de situaciones. Esa es la razón por la que he ganado todos mis tie breaks», se congratuló.

Dos campeones inesperados

Los dos primeros Masters 1000 del curso arrojan un mensaje renovador, si bien tanto las expectativas de Draper, 23 años, como las de Mensik han de contemplarse con la debida cautela. El checo, que según confesó en la conferencia de prensa posterior a la final estuvo a punto de no jugar el torneo debido a los problemas en la rodilla derecha, es ya 24º del ranking, un salto de 30 puestos. Antes del inicio de la competición se dirigió a la oficina de los jueces árbitros para oficializar su retirada, pero acudió justo en la pausa del desayuno y no quiso esperar. Decidió probarse. Ganó a Roberto Bautista en tres sets e incorporó entre sus víctimas a Taylor Fritz, cuarto en el escalafón, y Arthur Fils, 15º. «Día tras día mi rodilla mejoró y también lo hizo mi juego», explicó.

Desde Jan Kodes, ganador de tres títulos del Grand Slam en los años setenta del siglo pasado, la República Checa, entonces aún Checoslovaquia, goza de una notable tradición tenística. Ivan Lendl consiguió sus ocho títulos del Grand Slam antes de decantarse por la nacionalidad estadounidense. Tres Copas Davis (1980, 2012, 2013) respaldan la competitividad de sus jugadores, también en el terreno colectivo.

Mensik, con su trofeo de campeón en Miami.

Mensik, con su trofeo de campeón en Miami.EFE

Si en 2012 fueron Tomas Berdych y Radek Stepanek quienes frustraron la ilusión de España en la final de Praga, título refrendado un año después contra Serbia, en Belgrado, la República Checa tiene de nuevo derecho a soñar. Ahí están, además del protagonista de este artículo, Tomas Machac, 24 años, el hombre que le precede en el ránking, ganador esta misma temporada del ATP 500 de Acapulco, y Jiri Lehecka, 29º, 23, vencedor a comienzos de ejercicio del ATP 250 de Brisbane.

Mensik es el tercer checo que levanta un Masters 1000, después de que lo hicieran Karel Novacek, en 1991, en Hamburgo, Petr Korda, en 1997, en Stuttgart, y Berdych, en Paris-Bercy, en 2005. Es el segundo tenista más joven en alzar el título en Miami, tras Alcaraz, que lo hizo en 2022 con 18 años. Es el quinto más precoz en hacerse con un torneo de este rango, después de Michael Chang, Rafa Nadal, Alcaraz y Holger Rune.

Jannik Sinner, suspendido tres meses por dopaje

Jannik Sinner, suspendido tres meses por dopaje

Actualizado Sábado, 15 febrero 2025 - 11:06

El italiano Jannik Sinner ha aceptado una suspensión de tres meses tras llegar a un acuerdo con la Agencia Mundial Antidopaje por sus positivos de dopaje, en controles a los que se sometió el pasado año, informa Efe.

La sanción comprende desde el 9 de febrero hasta el 4 de mayo. "La AMA y Jannik Sinner han alcanzado un acuerdo para un período de inhabilitación que mantendrá al jugador fuera de la competición hasta el 4 de mayo.

"Después de una investigación exhaustiva por parte de la ITIA (incluido el asesoramiento de laboratorios acreditados por la AMA), quedamos satisfechos de que el jugador había establecido la fuente de la sustancia prohibida y que la infracción no fue intencional. El resultado de hoy respalda este hallazgo", indica el comunicado.

"La ITIA remitió el asunto a un panel independiente que llegó a una decisión de "Sin Culpa o Negligencia" y, por lo tanto, sin suspensión basada en los hechos y su aplicación de las reglas. El resultado en tres meses sólo fue posible mediante un acuerdo entre la AMA y el jugador", señala la nota.

Siunner ha aceptado la sanción impuesta tras dar positivo en una prueba de Clostebol en marzo del 2024, a pesar de que el TAS le había considerado inocente.

El número uno del mundo se perderá los torneos de Sunshine Double Montecarlo, Madrid y regresará en el Masters 1000 de Roma.

Jannik Sinner, el hermético campeón del que nadie sabe nada: "No puedes leer lo que le pasa por la cabeza y eso te destroza los nervios"

Jannik Sinner, el hermético campeón del que nadie sabe nada: “No puedes leer lo que le pasa por la cabeza y eso te destroza los nervios”

«¿Lo coges tú mismo?», le preguntaba John Newcombe, ganador de cinco Grand Slam, y Jannik Sinner sostenía el trofeo del Open de Australia, lo mostraba a los aficionados para que echaran un vistazo, lo levantaba muy levemente y ya está. A otra cosa. Cuando acabó la ceremonia, tuvo que ir alguien de la organización a pedirle que repitiera la celebración y que la exagerara un poco porque los fotógrafos se habían quedado a medias. Nunca hubo un campeón tan discreto.

Para saber más

«Los partidos pueden durar entre tres y cinco horas: ese es el tiempo del día en el que sé que tengo que estar concentrado. Fuera de la pista, en cambio, pasan cosas que nadie conoce», explicaba Sinner, siempre tan enigmático. En la pista y fuera de ella, sus golpes, sus movimientos y sus gestos son indescifrables e invitan a pensar qué se esconde detrás. ¿Qué piensa? Ganador de tres Grand Slam a los 23 años, Sinner ha abierto una era de dominio del tenis sin mostrar al mundo sus secretos.

Su carácter

Y posiblemente ese hermetismo sea uno de sus puntos fuertes. «No puedes leer lo que le pasa por la cabeza y eso te destroza los nervios», analizaba en la previa John McEnroe en conversación con EL MUNDO y en la final de ayer en Melbourne sus palabras se convirtieron en imágenes. Desde el primer set, Alexander Zverev mostraba su frustración ante un rival tan inaccesible y Sinner, en cambio, nada. Incluso en el tie-break del segundo set, el momento más tenso del partido, el número uno mantuvo la misma cara. Al final, 6-3, 7-6(4) y 6-3.

ADRIAN DENNISAFP

En realidad, Zverev, de padre ruso, parecía menos alemán que Sinner, criado en los Alpes en la frontera entre Italia y Austria. Ni una comunicación con su equipo, ni un renuncio ni tan siquiera un grito de celebración. Si hubo algún «¡Come on!» fue de Zverev. Más allá de los temblores en cuartos de final o de los calambres en semifinales, Sinner fue un muro durante todo el torneo.

Su juego

Su tenis también se lo permitió. La velocidad de su derecha le otorga mucha seguridad y en el resto de juego tampoco se observa un punto débil. Su revés, especialmente el cruzado, es difícil de responder. Sin ser quien saca más rápido, es letal al servicio: ayer no concedió bolas de break y sólo perdió nueve puntos con los primeros. Y si antes sufría en la red con la volea, ahora ya no lo hace. Si acaso le falta un punto de creatividad, como se observa en otras superficies, especialmente en tierra batida, pero en pista rápida no le hace falta.

«Te lo mereces, Jannik. Eres demasiado bueno. Es así de simple. Nadie se merece más este trofeo. Creo que estoy haciendo un buen trabajo, pero no soy lo suficientemente bueno», reconocía Zverev después de la final como habían hecho los adversarios anteriores, especialmente un Álex De Miñaur hundido en cuartos.

Su equipo

Ante el australiano, de hecho, sí se vio la necesidad que Sinner tiene de estar en contacto con su equipo, apoyado cuando hay dudas. Cuando el calor casi le noquea, la ayuda de los suyos le salvó. El italiano lleva con Simone Vagnozzi desde los 14 años, pero la llegada hace dos temporadas de Darren Cahill fue clave. Ex técnico de Andre Agassi, Lleyton Hewitt y Simona Halep, le ha dado confianza y ha aportado variedad en su juego.

Vincent ThianAP

«Ha madurado muy rápido. Los tenistas viven una vida fantástica, pero necesitan una mente muy trabajada para aguantar la presión», alababa Cahill hace unos días a quien además ha tenido suerte con los cambios. Después de su positivo en un control antidopaje, Sinner despidió a su preparador físico y su fisioterapeuta, Umberto Ferrara y Giacomo Naldi, y los recién llegados a sus puestos, Marco Panichi y Ulises Badio, que anteriormente habían trabajado con Novak Djokovic, han encajado.

El sistema

En su futuro, de hecho, sólo queda la duda sobre ese positivo A mediados del próximo mes de abril, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) resolverá la apelación en la cual la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) reclama entre uno y dos años de sanción. La ATP aceptó los argumentos Sinner -su antiguo fisio, Naldi, había utilizado una pomada prohibida- y lo exculpó, pero la AMA no fue tan crédula. «No estoy pensando en eso ahora, intento disfrutar del momento», revelaba ayer Sinner.

Un castigo rompería su racha y su dominio actual del circuito, pero su caso revela igualmente su poder en el tenis. Como primer número uno italiano ahora mismo lo tiene todo a su favor. Si años atrás el poder era anglosajón, ahora es transalpino con Andrea Gaudenzi como presidente de la ATP y Massimo Calvelli como director ejecutivo.

Sólo Alcaraz puede sentarse en la mesa de Sinner

Sólo Alcaraz puede sentarse en la mesa de Sinner

Actualizado Domingo, 26 enero 2025 - 19:30

«Eres demasiado bueno», admitió Alexander Zverev dirigiéndose al ya bicampeón en la ceremonia de entrega de premios tras la final del Abierto de Australia. No fue un mero mensaje de cortesía sino el reconocimiento sincero de aquello que ya había sentido, padecido, según avanzaba un duelo en el que tardó poco en darse cuenta de que estaba ante un Jannik Sinner de nuevo inabordable. Le duró poco la convicción inicial al alemán, que no fue capaz de aprovechar el descenso en el porcentaje de primeros servicios de su adversario desde mediado el segundo set hasta el comienzo del tercero. Tampoco le funcionó su juego más directo en ese segundo parcial, asumido que no obtenía provecho de los largos intercambios. Forzó el desempate, su mayor logro en un partido que Sinner dominó con claridad. Fue mejor en todas las facetas del juego.

Entre las muchas virtudes de Sinner se encuentra la inteligencia táctica. Supo situar a Zverev ante su propia realidad, la que le persigue al constatar el flanco débil en su golpe de derecha, sobre el que hizo sangre el de San Cándido, cerebral, calculador, metódico, constante, frente a la visceralidad y el progresivo desorden de su oponente, mermado en su energía y credibilidad a medida que se topaba con la evidencia. Había un lugar claro donde atacarle y empezó a acumular errores. Camino de los 28 años y ya con tres finales del Grand Slam sobre sus hombros, sigue sin culminar el objetivo.

Sinner le devolvió poco a poco a un pasado no muy lejano, el del jugador vacilante con su saque y desestabilizado emocionalmente. Y lo hizo al retrasar la posición en el resto. Es muy complicado encontrar las cosquillas al ahora mismo indiscutible número 1 del mundo y ganador de los dos últimos títulos grandes. Requiere un ejercicio de precisión y persistencia para el que muy pocos están capacitados.

Si alguien puede estar en disposición de hacerlo es Carlos Alcaraz, que no ha llegado al torneo en las mejores condiciones. Los demás jugadores, salvando de manera puntual a Novak Djokovic, cuyo cuerpo pagó el peaje de su encuentro de cuartos ante el español, no están preparados para las exigencias que impone Sinner ni para sacarle de su zona de confort, para poner en duda una autoridad que resulta incontestable en estos momentos.

Sinner asusta con una victoria despiadada sobre Zverev y se lleva su segundo Open de Australia

Sinner asusta con una victoria despiadada sobre Zverev y se lleva su segundo Open de Australia

Las desgracias aguardan en las esquinas, un mal gesto que acabe en un 'crec', un masaje de un fisioterapeuta despistado, pero Jannik Sinner puede dominar el tenis en la próxima década, especialmente si se juega en una pista rápida. Es preciso hasta rozar el límite humano; es racional hasta rozar el límite humano. Dicho de otra manera, parece un robot. Este domingo su victoria ante Alexander Zverev en la final del Open de Australia por 6-3, 7-6(4) y 6-3 fue la confirmación de una nueva era.

Si el número uno del ranking ATP se enfrenta al número dos y su dominio es tan contundente no hay mucho más análisis. El único contrapunto en la actualidad es Carlos Alcaraz y su creatividad, aunque cada vez es mayor la diferencia entre ambos sobre cemento. En realidad, cada vez es mayor la diferencia de Sinner con el resto del mundo sobre cemento. Sin problemas físicos, el italiano parece imbatible en ese terreno porque es imbatible: lleva 21 victorias consecutivas, todas desde que le ganara el propio Alcaraz en octubre en la final del Masters 1000 de Shanghai.

Un Zverev cabizbajo

Ante él, los rivales saltan a la pista ya abatidos, como le ocurrió a Zverev este domingo. Cabeza baja, mirada perdida; el ánimo por los suelos. Nunca fue el alemán un tipo sonriente, pero su pose no invitaba a pensar que ganaría por fin su primer 'grande'. Su única posibilidad de victoria ya le advertía sufrimiento: tenía que aguantar, aguantar y aguantar. Y no estaba para tanto aguante.

MARTIN KEEPAFP

En el primer set, en cuanto se torcieron las cosas, Zverev ya se desesperó en gestos hacia su equipo, hacia el cielo, hacia sí mismo. Fueron sintomáticas sus subidas a la red sin sentido. Es cierto que Sinner era imperturbable: no cedió una sola bola de break en todo el partido, con su primer saque apenas perdió nueve puntos y únicamente cometió 27 errores no forzados -por 45 del alemán-. Pero Zverev se lo podía haber imaginado antes de empezar. En ese periodo inicial, Sinner, preciso y serio como siempre, necesitó hasta seis oportunidades de rotura para adelantarse, pero en cuanto lo hizo se acabó.

Remontarle era una quimera, pero Zverev tenía que intentarlo y lo intentó. En el segundo set, mucho más concentrado que al principio, el número dos mundial soltó su derecha, empezó a hacer más daño, y amenazó con alargar la disputa. Con 5-4 y 30-0 a su favor tuvo la mejor oportunidad. Pero Sinner no movió ni una ceja, llevó el periodo al tie-break y allí incluso le sonrío la suerte. En el 4-4, una bola suya pegó en la red, quedó suspendida en el aire y cayó del otro lado convirtiéndose en una dejada perfecta. Entonces sí, ya no había mucho más que hacer.

JOEL CARRETTEFE

Antes de empezar el tercer set, Zverev se peleó en el banquillo con su raquetero, golpe va, golpe viene, y ya sólo quedaba esperar a la conclusión. Para el alemán era su tercera final de Grand Slam perdida; seguramente tendrá más oportunidades, quién sabe si las aprovechará. Para el italiano, en cambio, es el inicio de una nueva era en la que puede dominar el tenis.

"No son tan bueno"

"Quiero agradecérselo a mi equipo. Hemos trabajado mucho para volver a estar aquí. Es increíble conseguir estas cosas, pero también compartirlas con vosotros. Gracias a todos por hacer posible este torneo, es mi Grand Slam más especial y espero que siga siendo así", comentó Sinner, discreto incluso en el momento de recoger el trofeo. La euforia, contenida. La celebración tranquila.

Detrás, Zverev seguía machacándose por lo ocurrido durante el encuentro: "Te lo mereces, Jannik. Eres demasiado bueno. Es así de simple. Creo que estoy haciendo un buen trabajo, pero no soy lo suficientemente bueno, simplemente eso. Aprecio mucho todo lo que ha hecho mi equipo después de mi lesión, ser número dos del mundo, volver a dos finales de Grand Slam... No estaría aquí sin vosotros".

John McEnroe: "Alcaraz aprenderá de la lección mental que le dio Djokovic"

John McEnroe: “Alcaraz aprenderá de la lección mental que le dio Djokovic”

«¿Ya? ¡Vamos!», reclama en castellano John McEnroe y sus respuestas impactan como lo hacían sus golpes. No se lo piensa, sentencia. A sus 65 años, el vencedor de siete Grand Slam sigue en forma como comentarista de Max y Eurosport, los canales que ofrece en exclusiva el Open de Australia, mientras escucha ofertas para volver a entrenar. «Pero algo a tiempo parcial, no me veo lejos de mi familia durante 35 o 40 semanas», comenta desde Melbourne en una entrevista con media docena de medios internacionales entre los que se encuentra EL MUNDO. Antes de hablar Novak Djokovic se ha retirado de su semifinal ante Alexander Zverev y Jannik Sinner ha batido a Ben Shelton por el otro puesto en la final de este domingo (9.30 horas).

¿Ha habido algo de despedida en la retirada de Djokovic?
No lo creo, nunca hay que subestimar a Djokovic. Ha estado cerca de ganar el Grand Slam y pensar que no puede volver a hacerlo es absurdo. ¿Se está acabando su tiempo? Claro. Tiene 37 años, lleva machacando su cuerpo los últimos 20 y tiene familia. Pero lo ha apostado todo para cimentar más su lugar en la historia. Es difícil argumentar que no es el mejor de siempre. Ahora mismo está buscando su límite absoluto y cualquier deportista respeta eso. Ante Alcaraz lo tenía todo perdido y encontró la forma de salir adelante. Lo seguirá haciendo.
¿Importa o no importa que gane su Grand Slam número 25?
No estoy seguro. Si es lo que le motiva, genial. Creo que ya ha roto prácticamente todos los récords, así que entiendo que necesite algún aliciente más. Ganar el número 25 le pondría por delante de Margaret Court, pero comparar el tenis masculino y el femenino es como comparar manzanas y naranjas. Aun así, si gana otro major, su récord quizá sea para siempre.
¿Qué debe aprender Alcaraz de lo que ocurrió en cuartos de final?
Djokovic le dio una lección sobre juego mental y estoy seguro que Alcaraz aprenderá de ella. Es difícil de asimilar y entiendo que se sienta frustrado. Pero ante Djokovic se demostró que aún le quedan cosas que mejorar. Ganó el primer set y debió de pensar que se retiraría. Pero es Djokovic, ya había ganado muchos partidos pese a estar lesionado, y Alcaraz no contó con ello. También debo decirle que le tocaron unos cuartos demasiado exigentes. Es decir... ¿Qué prefieres jugar, contra Djokovic o contra Sonego?
Ha dicho varias veces que el español es su jugador favorito.
Completamente. La forma en la que juega es muy emocionante. Tiene mucho talento. Todo lo hace bien y su tenis está elevando el nivel del resto. En Sinner es evidente porque está tratando de añadir más variedad a su juego. Su rivalidad les hace mejores y aún no hemos visto los mejores duelos entre ellos. También me gusta que Djokovic siga desafiando a los jóvenes; creo que Zverev está mejorando mucho y que posiblemente sea el mejor jugador sin un grande; disfruto con Taylor Fritz, tiene una gran personalidad y si tengo que escoger un estadounidense me quedo con él.
¿Cree que los tenistas son más aburridos ahora que antes?
Es muy distinto. Ahora los jugadores son mucho más conscientes de su propia imagen, de cómo el público les percibe y creo que eso puede afectarles bastante. Yo no estoy en redes sociales porque sé que me metería en problemas. Pero muchos tenistas están demasiado atentos a lo que ocurre en ellas. Zverev es un buen ejemplo. Tiene un talento increíble, es un buen chico, pero parece que le da más importancia a su imagen que a ser el mejor jugador posible. Me gustaría verle realmente dándolo todo en la pista. Probablemente no soy la mejor persona para hablar de eso. Yo mismo desearía haber manejado las cosas de otra manera cuando jugaba. Me habría ahorrado muchos problemas y mucho dinero.
Se le sitúa de vuelta al circuito como entrenador de Sinner.
(Risas). Un jugador como Sinner requiere de un entrenador a tiempo completo y no me veo haciéndolo. Podría ayudarle en algún momento, pero no durante toda la temporada. La verdad es que es un tenista muy interesante. En el último US Open, cuando se hizo público su positivo por dopaje, pensé que pasaría por una mala época, pero consiguió dejarlo todo a un lado y ganar el título. Fue impresionante. Estos días en Australia ha pasado por algunos problemas de salud. Se llegó a decir que sufría una neumonía, y ahí está, otra vez en la final.
¿Qué le pareció el Grand Slam que completó Paula Badosa?
Me alegré mucho por ella, creo que mucha gente lo hizo. Hace un año parecía que no iba a volver a jugar y consiguió regresar y recuperarse en el ranking WTA. Ante Coco Gauff me impresionó mucho su juego: golpeó fuerte, jugando con mucha potencia, pero también controlando los puntos. Me sorprendió. Ha sido una de las grandes historias de este Grand Slam. Fue genial verla recuperada, la verdad.
Sinner pierde un set tres meses después y anuncia un cambio en su equipo

Sinner pierde un set tres meses después y anuncia un cambio en su equipo

El 6 de octubre, ante Tomas Martín Etcheverry, en octavos de final del Masters 1000 de Shanghai. Desde ese día, Jannik Sinner había ganado todos sus sets, en el torneo en China, en las ATP Finals y en lo que iba de Open de Australia. Un total de 13 victorias sin discusión, de 29 periodos consecutivos a su favor. Este jueves, en cambio, en segunda ronda del Grand Slam, el italiano cedió el primer set ante el desconocido Tristan Schoolkate, un australiano de 23 años que ocupa el puesto 173 de la ATP y sólo había jugado siete partidos en el circuito. No fue más que una anécdota, pues después Sinner remontó para dejar el marcador en un 4-6, 6-4, 6-1 y 6-3, pero sirvió para emborronar el historial inmaculado que lucía.

Schoolkate, un excelente sacador, jugó un tenis brillante en el primer set, muy agresivo, muy acertado, aunque le faltaron recursos para mantener más tiempo la discusión ante el número uno del mundo. «No le conocía demasiado y me lo puso complicado. Durante una hora su nivel de tenis fue más alto que el mío así que fue un partido difícil de levantar. La verdad es que estoy feliz por cómo lidié con la situación. Quizá me ha venido bien para mejorar en los próximos partidos», comentó Sinner que en tercera ronda se enfrentará al estadounidense Marcos Giron, un jugador que llevaba cinco años consecutivos cayendo en su primer partido en Melbourne.

El italiano, en busca de revalidar su título en Melbourne, sorprendió con un anuncio en relación a su equipo. Según comentó, Darren Cahill, su entrenador desde 2022, dejará de dirigirle la temporada próxima y abandonará el tenis después de llevar las carreras de Lleyton Hewitt, Andre Agassi o Simona Halep. «Darren me ha aportado muchísimas cosas. Un año es muy largo, todavía queda mucho y no quiero hablar demasiado sobre su retirada. Me siento muy, muy afortunado, además de muy feliz, por ser su último jugador en el circuito», aseguró Sinner. Cahill había insinuado su adiós en una entrevista, pero no lo había oficializado todavía.

En todo caso, ahora Sinner deberá rearmar de nuevo su grupo después del desbarajuste que acompañó a su positivo por dopaje. Entonces el tenista decidió despedir a Umberto Ferrara, su preparador físico, y a Giacomo Naldi, su fisioterapeuta, y contrató en sus puestos a Marco Panichi y Ulises Badio, que previamente habían trabajado con Novak Djokovic. Para el próximo curso quizá decida quedarse con Simone Vagnozzi como único técnico o quizá contrate a alguien más para acompañarle en los torneos.