Sinner derrumba la prodigiosa resistencia de Djokovic y se enfrentará a Alcaraz en la final de Roland Garros

Actualizado Viernes, 6 junio 2025 - 22:32

Existe un ejercicio de imaginación que para algunos será interesante y para otros irrespetuoso: ¿Cuánto hubiera ganado Jannik Sinner y Carlos Alcaraz en la mejor época de Novak Djokovic, Rafa Nadal y Roger Federer? Quizá absolutamente nada, quizá hubieran estado a la altura, quizá hubieran dominado. Lo único que se puede hacer es debatir, con lo bueno y lo malo que tiene. Ese pasado ya es imposible y sólo queda el presente.

En él, los actuales número uno y dos del ranking ATP, dos chavales de 23 y 22 años, son rivales demasiado duros para el único en activo, Djokovic, con sus 38 años. Sigue siendo Djokovic y sigue golpeando, luchando, corriendo, resistiendo como siempre ha hecho Djokovic. Pero la edad pesa y los nuevos son muy buenos. Este viernes en semifinales de Roland Garros Sinner venció al ganador de 24 Grand Slam por 6-4, 7-5 y 7-6(3) en una muestra de su superioridad. Si en los dos enfrentamientos entre ambos del año pasado -semifinales de Australia y final de Masters 1000 de Shanghai- el italiano ganó sin conceder un sólo break, esta vez tampoco tembló pese al prodigioso aguante de Djokovic.

Desde que empezó el torneo, Sinner se ha declarado en una misión histórica por conseguir su primer Roland Garros, uno de los dos ‘grandes’ que le faltan, y sólo Carlos Alcaraz, su rival en la final de este domingo, parece capaz de detenerle. Más allá de no haber concedido ningún set de los 18 que ha disputado, el italiano está más fuerte que nunca, se ha adaptado a la tierra batida y está liberado después de cumplir su mínima sanción por dopaje. Si el año pasado en semifinales ante el español ya llegó a plantarse a un set del triunfo, esta vez será todavía más peligroso.

La evolución de Sinner

Ha cambiado él y su juego ha cambiado. Si antes, incluso en el último Masters 1000 de Roma, insistía en arcilla en mantenerse sobre la línea y golpear siempre al ataque, ahora es capaz de dar un paso atrás para sostener los intercambios largos. Sigue siendo el tenista agresivo que siempre será, pero ha descubierto la variable defensiva que le faltaba. Ante Djokovic lo demostró como nunca y, de hecho, fue quien más puntos ganó cuando se intercambiaron nueve golpes o más.

Lindsey WassonAP

Su victoria se cimentó en su temple ante un rival espléndido. Djokovic, animal competitivo, estaba decidido a dejarse la vida en la pista y regaló acciones geniales. Esta vez no le funcionó la táctica que hundió a Alexander Zverev, las continuas dejadas de revés, pero peleó, peleó y peleó. En el segundo set incluso consiguió lo que casi nadie había conseguido en esta edición.

Desde su primer partido ante Arthur Rinderknech, Sinner no había concedido ningún break y ante Djokovic no tuvo más remedio. El italiano, por fin en peligro. Moderado, muy moderado, pero peligro al fin y al cabo. Para desgracia de Djokovic, en el juego posterior hubo otro break y la duda se resolvió rápido. Después el ganador de 24 Grand Slam pidió en dos ocasiones la atención del fisioterapeuta del torneo, se dolió de su muslo izquierdo y su triunfo ya parecía imposible. Pero pese a ello, pese a todo, igualmente siguió luchando hasta el final contra el presente, contra el tiempo. En el tercer set llegó a tener tres bolas de set y llevó a Sinner hasta el límite del tie-break.

Carlos Alcaraz, un fórmula 1 que supo reconducir la carrera frente a Musetti

Carlos Alcaraz, un fórmula 1 que supo reconducir la carrera frente a Musetti

Actualizado Viernes, 6 junio 2025 - 22:28

Ahora mismo, si Carlos Alcaraz adquiere dinámica, intensidad y ritmo de partido, resulta un jugador prácticamente invencible, más aún sobre una pista de tierra batida. Su mayor problema, si lo hubiere, reside en él mismo. Es un fórmula 1 que bien conducido se dispara hasta el infinito. Su mayor preocupación ha de ser no salirse de pista como consecuencia de toda la potencia y recursos que atesora. En las semifinales de este Roland Garros, Lorenzo Musetti sacó provecho durante un buen tramo de partido de su condición de outsider. Toda la responsabilidad estaba en el lado del defensor del título, así que el italiano se soltó y pudo mostrar gran parte de su enorme talento.

Alcaraz salió guiado por la inercia de su arrolladora victoria en cuartos de final ante Tommy Paul, un buen tenista que aún siendo de la escuela estadounidense es capaz de competir con actitud sobre arcilla. El español arrancó como más le gusta, con un juego directo y tratando de reducir la frecuencia de los intercambios. El exceso de velocidad le generó desorden. Y sucedió frente a un jugador en progresión constante, como es Musetti, con los mejores argumentos en arcilla.

Al límite

Alcaraz pagó el peaje por sus errores, sobre todo en la finalización de las jugadas, y dio alas a su rival, que se llevó el primer set y le llevó al límite en el segundo. Replicó sendos breaks del murciano y le llevó al desempate. Entre los muchos méritos del campeón en Montecarlo y Roma está haber sabido dar un paso atrás después de las serias dudas que atravesó. Recondujo el partido, puso más peso de bola sobre el revés a una mano del transalpino y le erosionó hasta doblegarlo. Su lesión y consiguiente retirada vino por la elevada exigencia a que se vio sometido a lo largo del encuentro.

Estamos ante la final que casi todo el mundo esperaba. Jannik Sinner, que se rindió en la final de Roma, sin suficiente engrase en su juego después de tres meses ausente, a buen seguro que ofrecerá más resistencia este domingo. Estamos ante los dos jóvenes llamados a disputarse el presente y el porvenir. El sentimiento que le produce Alcaraz es más inquietante sobre la superficie que nos ocupa. Si Carlos no quiere ir más rápido de lo que toca, diría que tiene un 55% de su parte. Promete ser una cita para no perdérselas, como señala la ya generosa lista de sus enfrentamientos.

Musetti y la “atracción gravitatoria” de Sinner en el éxito de Italia: “Ahora mismo son los reyes del tenis mundial”

Actualizado Viernes, 6 junio 2025 - 01:08

En las pistas pequeñas que hay en el extremo norte de Roland Garros, allí donde ya no hay aficionados, los chavales del torneo júnior se reparten palos y más palos y más palos con la perspectiva de ganarse la vida con ello, triunfar, incluso trascender. Sin españoles en liza, la comidilla es un italiano de 17 años llamado Jacopo Vasami, que se forma en la Rafa Nadal Academy y cuya ligereza recuerda a Jannik Sinner. Hay tenistas italianos por todos lados: es su momento. En semifinales, Lorenzo Musetti se enfrenta este viernes a Carlos Alcaraz (14.30 horas, en Eurosport y Max) y Sinner a Novak Djokovic (19.00 horas) en lo que ha obligado a la prensa italiana a fantasear: ¿Y si la final es 100% nacional?

España lo vivió en 1994 (Bruguera-Berasategui), 1996 (Moyà-Corretja), 2002 (Costa-Ferrero) y 2013 (Nadal-Ferrer), pero ahora es el tiempo de Italia. ¿Por qué? «Cuando un jugador despega genera una atracción gravitatoria a su alrededor. Todo el mundo puede entrar a su estela porque saben cuál es el camino, reciben más apoyo, hay una rivalidad... Se crea una oportunidad conjunta para todos los tenistas del país», lanza en conversación con media docena de medios, entre ellos EL MUNDO, Jim Courier, actual comentarista de Max y Eurosport, dos veces ganador aquí y protagonista en el lugar de la única final completamente estadounidense, en 1991, ante André Agassi.

«Italia ha desarrollado un sistema que funciona y está dando mucho apoyo financiero a sus jugadores. A veces se habla del dinero, pero el dinero son oportunidades. En la formación, por ejemplo. O en los inicios. Cuando estás empezando y juegas torneos pequeños, pierdes dinero, no puedes viajar con tu entrenador... Italia ayuda a sus jugadores para que compitan lo máximo posible en las mejores condiciones. Eso ha hecho que estén llegando a un nivel que nunca hemos visto. Hay muchos países, incluido Estados Unidos, que están mirándoles y diciendo: '¿Cómo podemos copiarles?' Ahora mismo son los reyes del tenis mundial», analiza Courier, que reconoce que en su tiempo como jugador nunca se hubiera imaginado que esto podía pasar.

Dinero para salir de la nada

En 1992, cuando él fue número uno, el mejor italiano del ranking ATP era Omar Camporese, número 42 de la lista, y nadie del país llegó a tercera ronda en Roland Garros. Ahora, junto a Sinner y Musetti hay otros siete compatriotas en el top 100 del ranking, Cobolli, Berrettini, Arnaldi, Darderi, Sonego, Bellucci y Nardi. La mayoría tienen 23 o 24 años por un motivo: cuando eran niños la Federación Italiana dobló el presupuesto, hizo una apuesta en firme.

JULIEN DE ROSAAFP

«La Federación invirtió mucho dinero en los jóvenes, en ayudas para que viajaran con sus preparadores, en invitaciones a torneos... Tenemos torneos en todas las categorías para jugar y eso es clave», apunta en París Filippo Volandri, ex tenista y capitán del equipo de Italia que ha ganado las dos últimas Copa Davis. Sólo un país, Estados Unidos, organiza más torneos Challenger que Italia, la categoría donde se forman los jugadores y se empiezan a acumular puntos ATP: Nápoles en marzo, Barletta, Roma y Cagliari en abril, Francavilla al Mare, Turín y Vicenza en mayo, y así hasta 19 competiciones.

El mismo Musetti ganó dos veces en Forli y fue finalista en Biella entre 2020 y 2022 antes de asaltar los torneos grandes, como el ATP 500 de Hamburgo donde derrotó precisamente a Alcaraz. Desde entonces se han vuelto a medir cinco veces y en las cinco ha vencido el español, como en la final del último Masters 1000 de Montecarlo o las semifinales del Masters 1000 de Roma.

«Este año Lorenzo ha encontrado el equilibrio tanto dentro como fuera de la pista, ha crecido su autoestima. Siempre ha tenido el talento», define Volandri sobre el rival de Alcaraz hoy en semifinales con una vida muy vivida. Aspirante a actor de niño, nieto e hijo de artesanos del mármol -es de Carrara, epicentro mundial de este material- Musetti fue padre por primera vez el año pasado, cuando tenía 22, y ya espera al segundo junto a su esposa, Verónica Confalonieri. Su último verano no fue tan glorioso como el de Alcaraz, pero se le pareció: fue semifinalista en Wimbledon y ganó el bronce en los Juegos Olímpicos de París. Ahora desafía al español para seguir tiñiendo de verde, blanco y rojo todas las pistas del tenis mundial.

Carlos Alcaraz, la “inspiración” de Sinner o cómo empezar a ganar la final cinco días antes: “Me gusta analizar lo que hace”

Actualizado Miércoles, 4 junio 2025 - 07:08

Al acabar su calentamiento para el partido de cuartos de final contra Tommy Paul,Carlos Alcaraz cruzaba la sala de prensa de Roland Garros en busca de los vestuarios más cercanos y no podía evitar observar las pantallas. Allí, Lorenzo Musetti y Frances Tiafoe discutían por ver cuál de los dos sería su rival en semifinales y, por eso, el español se paraba. Frente al televisor, pasó un buen rato. Hasta que le avisaron: "Vamos". Pese a su defensa del tiempo libre fuera del tenis, Alcaraz es un apasionado de su deporte y por eso cuando está en un Grand Slam sigue el mayor número posible de partidos.

"Me encanta el tenis y en los torneos grandes hay partidos increíbles en todo momento. Cuando acabo de jugar, me gustaba sentarme y simplemente ver tenis", explicaba este miércoles después de su victoria ante Paul por 6-0, 6-1 y 6-4 y quedaba la curiosidad: "¿Has visto en directo todos los partidos de Jannik Sinner". La respuesta era afirmativa.

"Jannik es uno de esos jugadores que me encanta ver jugar en sus días libres. No tomo apuntes en una libretita, me lo quedo en la mente, pero me gusta analizar lo que hace por si me acabo enfrentando a él", reconocía Alcaraz y aceptaba que los encuentros del número uno del mundo ante Jiri Lehecka o Andrey Rublev le había servido de inspiración. "Me inspiraron para dar mi 100% desde el principio, para estar centrado durante todo el partido y para ahorrar energía lo máximo posible".

Cuatro horas más en pista

Antes de su encuentro ante Paul, Alcaraz estaba en desventaja con respecto a su adversario más temible. Mientras Sinner no había cedido un solo set en cuatro partidos y apenas había estado siete horas y 46 minutos sobre la pista, el español le había entregado un periodo a Fabian Marozsan, Damir Dzumhur y Ben Shelton y había jugado 10 horas y 41 minutos.

Con la misma evolución, Alcaraz podía plantarse en la final del domingo con un cansancio considerable en comparación con la soltura de Sinner. Pero con su fugaz triunfo ante Paul, en hora y media, han cambiado las tornas. Ahora ese desgaste puede caer en el otro bando por dos motivos. Primero porque, si este miércoles vence a Aleksandr Búblik en su duelo de cuartos de final, en semifinales Sinner se encontrará con el ganador del partido entre Novak Djokovic y Alexander Zverev, dos rivales temibles. Y segundo porque los horarios de las semifinales beneficiarán al español.

Si las televisiones no ordenan cambiar a última hora, Alcaraz jugará contra Lorenzo Musetti el viernes a las 14.30 horas mientras Sinner se tendría que enfrentar a Djokovic y Zverev a las 19.00 horas. En caso de victoria, aunque fuera en cuatro o incluso cinco sets, el español ya habría pasado por la ducha y por la rueda de prensa cuando su hipotético adversario saltara a la pista. Unas horas más de descanso en la penúltima noche antes de la final, un factor que puede marcar la diferencia entre tanta igualdad.

Las tenistas se rebelan contra los horarios de Roland Garros: “Esconden el tenis femenino y luego dicen que se ve más a los hombres”

Actualizado Martes, 3 junio 2025 - 23:29

"Todo ha cambiado y todo sigue igual. Es lamentable para el deporte femenino. Espero que quien tome la decisión no tenga hijas porque no creo que quieran que sean tratadas así. Esconden el tenis femenino y luego dicen: ‘Lo que más se ve son los hombres’. Claro que se ve más a los hombres, si juegan a mejores horas. Ni tan siquiera Iga [Swiatek] juega de noche, hay muchos partidos geniales que deberían haberse jugado de noche. El público iría a verlos". La reclamación de la tunecina Ons Jabeur a principios de semana prendió la mecha en Roland Garros: ¿Por qué las mujeres nunca juegan de noche?

El horario nocturno es el horario de máxima audiencia, el que Amazon Prime paga en Francia a precio de oro, el único que tiene espectadores en Estados Unidos, y sólo juegan hombres. En las 10 jornadas disputadas, Jannik Sinner, Novak Djokovic, Holger Rune, Jack Draper, Ben Shelton, Lorenzo Musetti y Carlos Alcaraz hasta en dos ocasiones, la última este martes. Pero ninguna mujer. Los mejores partidos del cuadro femenino se disputan por la mañana o al mediodía con las gradas de la Philippe Chatrier siempre a medio llenar.

De ahí la polémica. La demanda de Jabeur encendió los ánimos y le siguieron muchas compañeras, como la mismísima Aryna Sabalenka, la número uno del mundo, que este martes dijo la suya.

"Hoy hemos jugado un gran partido y probablemente deberíamos haberlo hecho más tarde para que nos viera más gente. Por una parte estoy feliz porque tengo todo el día por delante y puedo disfrutar de París. Pero definitivamente tendría sentido jugar más tarde", comentó después de vencer a Zheng Qinwen y de clasificarse para semifinales, donde se medirá el jueves con Swiatek, la cuatro veces campeona.

La solución del torneo

A partir de entonces ya no habrá diferencias: las semifinales y la final del cuadro femenino se disputan el jueves y el sábado y las semifinales y la final del cuadro masculino, el viernes y el domingo. Pero el año que viene volverá la crítica y por eso la organización ya busca una solución. "No es que las mujeres no merezcan jugar en las sesiones nocturnas, no acepto que nadie diga eso, no es cuestión de nivel de juego. Pero vienen 15.000 espectadores sólo para ver un partido y el tenis masculino se juega a cinco sets, por lo que les podemos asegurar más tiempo de acción", defendió la directora del torneo, Amelie Mauresmo, que igualmente insinuó el remedio.

A partir del año próximo Roland Garros renegociará sus contratos, especialmente el que le une a Amazon Prime, para que las mujeres puedan jugar de noche y se ofrecerá a cambio que haya dos encuentros en ese horario. En lugar de empezar a las 20.15 horas, como ocurre en la actual edición, se empezaría a las 19.15 horas y habría tiempo suficiente antes de la medianoche para que dos partidos tuvieran lugar. Así se acabaría la polémica o, como mínimo, cambiaría de bando.

Preguntado sobre el tema, el número uno del circuito ATP, Jannik Sinner, asumía que el actual horario ya es igualitario: "Tenemos la misma cantidad de partidos masculinos y femeninos en las pistas grandes. Tenemos la misma cantidad de dinero en premios para hombres y mujeres. Hemos igualado muchas cosas aquí y es agradable de ver".

Alcaraz: "Intento disfrutar y pasarlo bien con mi tenis"

Alcaraz: “Intento disfrutar y pasarlo bien con mi tenis”

Actualizado Viernes, 23 mayo 2025 - 17:57

Carlos Alcaraz aseguró este viernes llegar a Roland Garros sin sentir excesivamente el peso de la defensa del título y "con buenas sensaciones", tras su victoria sobre Jannik Sinner en la final de Roma. "Cada partido contra él es una batalla física, táctica y mental", reconoció el número dos mundial, que puede volver a medirse a su eterno rival en semifinales.

Su primer oponente será el japonés Kei Nishikori, de 35 años, actual número 62 del mundo, tres veces cuartofinalista del torneo. "Sé que viene de tener varias lesiones, pero siempre es toda una leyenda", advirtió Alcaraz. "Intentaré darle alegría a mi juego. Es lo que intento en cada partido: no sentir miedo, no pensar demasiado en ser sólido, sino darle alegría a mi tenis, disfrutarlo, pasarlo bien".

"Me estoy encontrando cómodo y contento con el nivel que estoy alcanzando", reconoció Alcaraz. "Y es verdad que la mayor parte de los partidos siento que dependen de mí, de si encuentro el buen camino y la buena dirección, si soy capaz de disfrutar".

"Espero empezar a un buen nivel", reconoció el tenista español, que posiblemente debutará en la pista Philippe-Chatrier donde el año pasado levantó su primer Roland-Garros, recibido como "el nuevo rey de la tierra batida" (tomando directamente el relevo a Rafa Nadal, que el domingo tendrá un sentido homenaje).

Aunque está en la misma parte del cuadro que Sinner, Alcaraz evitará al menos a Djokovic, que llega a París con el número seis a sus espaldas, y con quien solo se enfrentaría en una hipotética final. El italiano Lorenzo Musetti (a quien también venció en Roma), el noruego Casper Ruud y el norteamericano Taylor Fritz serían sus posibles rivales si logra avanzar.

"Tengo un visión más bien global del cuadro", reconoció Alcaraz, que en el fondo piensa y trabaja ya en un posible enfrentamiento contra Sinner. "Sé que él intentará mejorar, pero hay que pensar que hizo un torneo muy bueno, teniendo en cuenta que llevaba tres meses inactivo, y quizás al final aquejó la falta de partidos".

A la pregunta sobre si se ve un pie por delante de todos sus rivales en tierra batida, Alcaraz aseguró que no se ve en un plano superior y que hay "un gran nivel en el top 30" que deja abierta la posibilidad a sorpresas. Las "buenas sensaciones" a su vuelta a París se leían en el tono "disfrutón" de sus palabras. Alcaraz no torció siquiera el gesto ante las críticas recibidas por el documental en Netflix que, a decir de Nadal, explora demasiado su lado personal y poco su aspecto profesional. "Me gusta salir, como a cualquier chico de 20, 21 o 22 años, y tengo mi lado fiestero. Pero soy un profesional y procuro no perder el foco en el tenis. Me gusta también disfrutar con el tenis".

La celebración en Roma del Alcaraz y una preparación a su manera para asaltar Roland Garros: "Necesito asimilar lo que he hecho"

La celebración en Roma del Alcaraz y una preparación a su manera para asaltar Roland Garros: “Necesito asimilar lo que he hecho”

Antes de marcharse de la pista, con su trofeo del Masters 1000 de Roma en una mano y una botella de moscato Asti en la otra, Carlos Alcaraz lanzó un brindis al cielo que parecía un agradecimiento al público italiano, pero no lo era. En la parte alta de las gradas del Campo Centrale del Foro Itálico, una zona llamada Tribuna Internazionale, había unos cuantos de sus amigos de El Palmar y a ellos iba dirigido el gesto. Luego, como siempre en estas ocasiones, todos juntos se fueron a cenar a un buen restaurante. Pagaba el campeón.

Desde el mismo momento en el que se impuso a Jannik Sinner en la final por 7-6(5) y 6-1, a Alcaraz quisieron situarle ya en París, peleando por su segundo Roland Garros consecutivo, y nuevamente tuvo que reivindicar su manera de hacer las cosas. Una victoria hay que celebrarla. Pensar ya en el Grand Slam sería una tortura. Su estreno en la Philippe Chatrier llegará el próximo domingo y hasta entonces quedan unos días para festejar, desconectar y volver a motivarse. El lunes y el martes estará en Murcia sin entrenar, el miércoles volará a París para atender compromisos como la presentación del torneo oun acto de Babolat y no volverá a coger la raqueta hasta el jueves. «Se qué todos los ojos ya miran a París, pero ahora me toca disfrutar de la victoria con la familia, los amigos y el equipo y tomarme unos días de descanso. Necesito asimilar lo que he hecho», reconoció.

FILIPPO MONTEFORTEAFP

Hubo preguntas sobre Roland Garros en todas sus entrevistas post-partido y en la rueda de prensa, pero es que incluso Sinner nombró la cita en la ceremonia de premios. En un diálogo de buen rollo pese al conflicto generado alrededor de la sanción del italiano -y la ausencia de mensajes de ánimos del español-, le soltó de primeras: «Definitivamente serás el favorito cuando vayamos a París, nos volveremos a ver allí». Quizá era estrategia, una manera de aumentar la presión sobre su rival, pero no dejaba de ser una certeza. «Ahora mismo eres el mejor en tierra batida», aseveró a continuación, otra verdad.

Los puntos decisivos

En el último año natural, Alcaraz ha dominado la arcilla con títulos en Roland Garros y los Masters 1000 de Montecarlo y Roma y finales en los Juegos Olímpicos de París y el Trofeo Conde de Godó. En la superficie que menos premia la potencia en el saque, su tenis poliédrico es inabordable si su mente no le falla. En el Grand Slam, aunque su margen es amplio a cinco sets, quizá pueda equivocarse en alguna ronda temprana, pero si alcanza los partidos decisivos se supone invencible .

En la final del domingo ante Sinner volvió a demostrar que hay días en los que levita. Todo se decidió en unos minutos en el desenlace del primer set y ahí llegó la magia. Hasta entonces, ambos jugadores marcaron sus fortalezas, el número dos del mundo con la derecha y el número uno con el revés. No se hacían daño, cada uno con lo suyo, a veces geniales ambos, a veces erráticos. El esquema de juego de Alcaraz pasaba por alargar los intercambios para molestar con bolas altas y la táctica de Sinner, mejor con su servicio, todo lo contrario. Pero con 6-5, el italiano alcanzó el 15-40 e deshizo la igualdad.

Alessandra TarantinoAP

El peligro era mortal para el español. Si fallaba, si se precipitaba, si no atinaba, llegaría su sentencia. Pero, al contrario, se abrazó a la tranquilidad, jugó, forzó a Sinner a que repitiera errores y salvó la situación. Entonces sólo quedaba el tie-break, donde clavó dos saques directos a la línea y dibujó una volea que merecía un marco. En ese mismo instante, Sinner se rindió: en el segundo set no hubo competencia. El título ya era de Alcaraz, su séptimo título de Masters 1000 y, si sumamos los cuatro grandes, su undécima final ganada de 12 disputadas.

«Estoy muy orgulloso de cómo he enfocado el partido mentalmente. Tácticamente todo ha ido bien, pero sobre todo no he tenido altibajos, me he mantenido en mi mejor nivel durante todo el partido», admitió el español al acabar el encuentro, con ganas de festejar y de volar de vuelta a casa para preparar Roland Garros a su manera.

Alcaraz-Sinner, el Clásico de la próxima década

Actualizado Domingo, 18 mayo 2025 - 21:08

Alcaraz contra Sinner, o Sinner contra Alcaraz. Tanto da. Es el partido que más apetece ver, el que despierta mayor ilusión entre los aficionados al tenis y diría, incluso, que entre quienes no siguen regularmente este deporte. Es el Clásico, así, con mayúsculas, de la próxima década. Dos jóvenes ganadores, pujantes, apenas separados por un año, dispuestos a pelear por todo. No olvidemos que el año pasado se repartieron los cuatro títulos del Grand Slam. Y el desenlace podría ser similar en este curso. Dos estilos distintos, un contraste que agrega atractivos a la rivalidad. Alcaraz, más imaginativo pero también más inconstante, como si a veces se aburriese, sabedor de su extraordinario talento. Sinner, más estable. Más monocorde también.

Ganó Alcaraz, que cuenta con mejores argumentos sobre arcilla y vio cómo su oponente se disolvía tras dejar pasar dos pelotas de set antes del desempate. Dio la impresión de que Sinner se preguntaba: «Si con todo lo que he hecho en el primer parcial no he podido ganarlo, ¿qué habré de hacer ahora?».

Porque el número 1 del mundo jugó mucho y bien, siempre a una marcha muy alta, restando tiempo a cualquiera de las acciones del español. Pero Alcaraz sabe ralentizar más los partidos, cambiar ritmos y alturas y sigue contando con un arma tan exquisita como es su dejada.

Para él, al fin y al cabo, se trataba de una final más en un Masters 1000. Sinner tenía presión añadida: jugaba en casa y estaba a una victoria de completar un regreso colosal a las pistas. Físicamente también pudo pesarle el desgaste de las dos semanas. Si hubiera ganado el primer set, tal vez el partido habría sido otro.

Campeón en Montecarlo y en Roma, Alcaraz se presentará en Roland Garros en una situación idílica. Ha gestionado bien los torneos disputados y en todos ha competido cuando estaba en plenitud física. Se le escapó el Conde de Godó, condicionado por los problemas físicos en la final ante un gran Holger Rune. Dado el grado de exigencia del circuito y con Madrid y Roma jugándose a dos semanas, lo importante es llegar en las mejores condiciones al verdadero objetivo de la gira sobre tierra batida.

Déjenme rendir honores a Jasmine Paolini, que se hizo grande en su propia casa superando a Coco Gauff en la final y llevándose, además, el título de dobles. Enorme mérito el de la jugadora italiana al conquistar su segundo WTA 1000 frente a una rival tan dura como Gauff, reciente finalista en Madrid, quien, no obstante, acusó la fatiga acumulada.

Alcaraz es de mármol: derrota otra vez a Sinner, levanta el título en Roma y marca el camino para Roland Garros

Alcaraz es de mármol: derrota otra vez a Sinner, levanta el título en Roma y marca el camino para Roland Garros

Ya declinaba la final del Masters 1000 de Roma cuando Jannik Sinner, hombre impasible, se permitió algunos gestos de desesperación: un suspiro, una mirada al cielo. No había nada que hacer. En rondas tempranas de torneos lejanos, Carlos Alcaraz a veces se ensimisma, pero con un título en juego y en coliseos como el Campo Centrale, se torna invencible. Su talento se agiganta, sus piernas se precipitan y, sobre todo, su cabeza se endurece. Cuando eso ocurre, no hay jugador en el circuito que pueda responderle, quizá no lo haya en la historia.

Este domingo ante Sinner, dominador del ranking mundial, campeón de los dos últimos Grand Slam, rival para la próxima década, volvió a demostrar que manda si quiere hacerlo. Al final, 7-6(5) y 6-1 en una hora y 43 minutos de juego. Sobre cemento, entre cañonazos, aún puede sufrir, pero en tierra batida, donde siempre gana el mejor, no quedan dudas. En esta gira ha ganado en Montecarlo y Roma y ha llegado en la final en Barcelona y en la edición de Roland Garros que empieza el próximo domingo si no es campeón sería una sorpresa.

El momento decisivo

La final ante Sinner se decidió en apenas cuatro o cinco puntos, todos en el desenlace del primer set, fueron sólo unos minutos. Hasta entonces, ambos jugadores marcaron sus fortalezas, el español con la derecha y el italiano con el revés. No se hicieron daño. El esquema de juego de Alcaraz pasaba por alargar los intercambios para molestar con bolas altas y la táctica de Sinner, mejor con su servicio, buscaba todo lo contrario. Hasta el 6-5, cada uno hizo lo suyo, a veces genial ambos, a veces erráticos. Pero entonces, Sinner ameritó dos bolas de set con n 15-40 y decantó la balanza.

Andrew MedichiniAP

El peligro era mortal. En un encuentro a cinco sets, ceder el primero no es un drama; en un partido a tres sets, hacerlo es sentencia. Alcaraz tenía que hacer lo que hizo. Al contrario que en otras ocasiones, se abrazó a la serenidad, jugó y forzó a Sinner para que repitiera ciertos errores. Entonces sólo quedaba el tie-break, donde clavó dos saques directo a la línea y cerró el periodo con una volea magistral. En ese mismo instante, convirtió el segundo set un disfrute ante rival ya rendido. El título ya era suyo.

"No he tenido altibajos"

"Estoy muy orgulloso de cómo he enfocado el partido mentalmente. Tácticamente todo ha ido bien, pero sobre todo no he tenido altibajos, me he mantenido en mi mejor nivel durante todo el partido", admitió el español al acabar el encuentro, antes de felicitar a Sinner por haber llegado a la final después de su sanción y de aceptarse como favorito para la próxima cita en París: "Ganar aquí en Roma superando a Jannik es un éxito que me da mucha confianza para Roland Garros, aunque ahora lo único que quiero es celebrar con mis amigos, mi familia y con los amigos que han venido desde España. Después descansaré y ya me podré centrar en el Grand Slam".

Con su triunfo, Alcaraz sumó su séptimo Masters 1000, el primero en Roma, pero sobre todo agigantó una estadística de aquellas que asustan a sus adversarios. A sus 22 años, ha jugado 12 finales entre 'grandes' y Masters 1000 y sólo ha perdido una. En los días decisivos, bajo los focos, se vuelve de mármol, como ocurrió este domingo.

Alcaraz y Sinner en la final de Roma y una rivalidad más fría que nunca por el mensaje que no llegó: "Cada uno mira por lo suyo, no somos cercanos"

Alcaraz y Sinner en la final de Roma y una rivalidad más fría que nunca por el mensaje que no llegó: “Cada uno mira por lo suyo, no somos cercanos”

En un Informe Plus, Gianni Bugno admitía que cuando en 1991 no saltó a un ataque de Miguel Indurain en el descenso del Tourmalet no sólo perdió aquel Tour de Francia, el primero del español, también perdió los posteriores. A partir de entonces se sentía inferior, más lento, peor; se creía incapaz. La historia del deporte está llena de momentos así y quizá en un tiempo la final de este domingo del Masters 1000 de Roma entre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner (17.00 horas, Movistar) sea uno de ellos.

El Big Three acostumbró al tenis a una alternancia perfecta entre campeones, ahora ganaba Federer, ahora Nadal y ahora Djokovic, hubo éxitos de unos y otros, pero las rivalidades no siempre se construyen así. De hecho, raramente lo hacen. La balanza tiende a decantarse. Por eso esta gira de tierra batida parece decisiva.

Sinner, más fuerte que antes

Aunque no lo parezca, Alcaraz está en peligro. Pese a su racha sobre arcilla en el último año natural, 26 victorias y sólo dos derrotas -las finales de los Juegos de París y del último Godó-, Sinner se presenta un paso por delante en cuanto ranking, tenis e incluso moral. Liberado del peso de su positivo por dopaje del año pasado, más sonriente que nunca estos días en el Foro Itálico, vive un periodo dulce tras encadenar US Open y Open de Australia y asegurarse el número uno hasta quién sabe cuándo. Domina el circuito y sólo hay un detalle que se le escapa: Alcaraz.

FABIO FRUSTACIEFE

El año pasado el español le derrotó en sus tres enfrentamientos, las semifinales de Indian Wells, las semifinales de Roland Garros y la final del Masters 1000 de Pekín, y este curso se ha armado para cambiar eso. Como se ha visto esta semana, el italiano ha trabajado la variabilidad de sus golpes, especialmente las alturas, y se le ve más musculado. Sigue siendo delgado, pero se nota el trabajo de fuerza que su preparador actual, Marco Panichi, le preparó para aprovechar su parón. «Llegué aquí con muchas dudas sobre lo que podría hacer porque en los entrenamientos tenía muchos altibajos y por eso es tan importante haber llegado a la final», reconoció ayer.

El mensaje que nunca llegó

El próximo Roland Garros se supone su momento y el duelo en Roma marcará el paso. Si Sinner gana, llegará a París con la confianza desbordada y la venganza entre los dedos. Porque al fin y al cabo, aún se siente maltratado por muchos en el tenis o, como mínimo, abandonado. «Recibí mensajes de jugadores que no esperaba y no recibí nada de otros de los que sí podía esperar algo», comentó antes de debutar en el Masters 1000 y rápidamente las miradas se dirigieron a Alcaraz.

Los actuales uno y dos del ranking ATP nunca fueron íntimos, pero desde aquel encuentro en el challenger de Alicante de 2019 se les consideraba amigos, tanto como para compartir entrenamientos en las Navidades de 2023. Mientras el italiano estuvo vetado, el español no le escribió y eso les ha distanciado. «Cada uno mira por lo suyo. Habrá gente que le escriba o que quiera que estén detrás de él. Yo no hablé con Sinner, porque al final somos rivales, es un circuito. Tenemos una gran relación fuera de pista, pero no somos cercanos», reconoció el español, ahora a la defensiva.

El golpe del español

Como campeón de la arcilla, pone su trono en juego desde ya, en esta final pre-Grand Slam. Una derrota acrecentaría las dudas sobre él que no responden a los resultados, si no a las malas sensaciones de ciertos partidos en Montecarlo o en Roma esta misma semana. Es injusto, pero su tenis de genialidades y emociones siempre estará en entredicho frente al estilo robótico de Sinner. Para Alcaraz, esta final es una amenaza, sí, pero al mismo tiempo también una oportunidad.

Andrew MedichiniAP

Si reina en el Campo Centrale ante más de 10.000 italianos en el regreso de Sinner, dará la vuelta a las inercias que empujan a ambos y llegará a París con medio título en el bolsillo, más teniendo en cuenta que nadie les discute, ni Alexander Zverev, ni un desaparecido Novak Djokovic ni por el grupo formado por Taylor Fritz, Jack Draper, Casper Ruud y compañía. En esta final del Masters 1000 de Roma están ellos dos solos bajando el Tourmalet y si uno no salta al ataque del otro, quizá en un tiempo dirán que fue aquí se decidió la historia.