Pogacar, un líder de otro tiempo, logra su histórico repóker de victorias en el Giro

Pogacar, un líder de otro tiempo, logra su histórico repóker de victorias en el Giro

Un insaciable devorador de récords. Un corredor con un nivel superlativo dispuesto a establecer registros desconocidos en el siglo XXI. Un líder de otros tiempos. Tadej Pogacar es incomparable en el ciclismo moderno. En 2020, con sólo 21 años, se convirtió en el vencedor más joven del Tour de Francia después de la Segunda Guerra Mundial y ahora está dispuesto a establecer una magnífica marca en el Giro de Italia.

El esloveno, que ya suma quinta victoria en el año de su debut en la Corsa Rosa, puede establecer la distancia más amplia con el segundo clasificado en el siglo XXI y más larga en los últimos 60 años.

Pogy ya supera a Daniel Felipe Martínez en más de siete minutos y todavía restan tres etapas de alta montaña en las que lo más probable es que aumente la distancia: La de este miércoles, con cinco puertos y final en el alto de Brocon; la de viernes, con clausura en la Cima Sappada; y la del sábado, con doble subida al Monte Grappa.

Este martes volvió a brillar en una jornada que fue alterada por la adversa climatología. La nieve, el frío y el peligro de las caídas provocó que no se ascendiera el puerto de Umbrailpass y que etapa quedara reducida a 121 kilómetros, 85 menos de los previstos. La salida tomó en Spondigna cuatro horas después del horario previsto. El pelotón se movió con nerviosismo hasta llegar al tramo decisivo de los últimos 25 kilómetros, con los ascensos consecutivos a Passo Pinei y a Monte Pana. La pasada semana, la dirección del Giro decidió que no se escalara el Stelvio por la posibilidad de avalanchas. Decisiones correctas para proteger a los actores del espectáculo.

El UAE de esloveno, con ayuda del Movistar, controló una etapa en la que Alaphilippe, Piccolo, Ballerini y Maestri se fugaron entre la niebla, la lluvia y el frío 5. También lo intentaron Pelayo Sánchez, a 20 kilómetros, en la subida al Passo Pinei, Costiou y Pelizzari. Fuegos de artificio hasta que el esloveno, sin aparente dificultad, se desprendió de sus enemigos. No atacó, no se levantó del sillín, sólo mantuvo una cadencia imposible de igualar para unos rivales que ya se han acostumbrado a convivir con un corredor de un nivel superlativo. Cerca de medio minuto cedió Martínez, que estuvo más sólido que Thomas. Nuevo triunfo de Pogacar, el 74 de su palmarés, para extender su dominio en un Giro que estadísticamente puede pasar a la historia.

En este siglo, la mayor diferencia entre los dos primeros se registró en 2006, edición en la que el italiano Iban Basso superó al español José Enrique Gutiérrez en nueve minutos y 18 segundos. La segunda mejor marca es la de 2001, cuando el local Gilberto Simoni aventajó a Abraham Olano en 7.31.

La renta más amplia en los últimos 70 años quedó sellada en 1954 por el suizo Carlos Clerici, que distanció a su compatriota Hugo Koblet en 24 minutos y 16 segundos. Once años después, en1965, Vittorio Adorni aventajó a Italo Zilioli en 11.26. La mayor diferencia de toda la historia quedó registrada en 1914 (la sexta edición, la primera que se resolvió por tiempo empleado y no por puntos). Aquella fue una carrera durísima, hubo 81 participantes pero sólo terminaron ocho. En un recorrido de 3.162 kilómetros, el italiano Alonso Calzolari empleó 135 horas, 17 minutos y 56 segundos; una hora, 57 minutos y 26 segundos que su compatriota Pierino Albini.

Tiempos de héroes que no se detenían ante barreras, como Pogacar. El esloveno también persigue ser el mejor debutante del ciclismo moderno con la conquista de la clasificación General (maglia rosa), Montaña (azzurra) y Regularidad (ciclamino). Un triplete que ya consiguió Eddy Merckx en 1968, también en su primera participación. Tadej y Eddy, tan parecidos como incomparables.

Pogacar domina con autoridad la Montaña. Antes de la jornada de descanso sumaba 172 puntos, el segundo era el alemán Simon Gescke, con 78. En la Regularidad era sexto, con 84 puntos, el líder era Jonathan Milan, con 284 puntos.

Tiberi (el mejor joven del Giro), un tipo despedido por matar a un gato y admirado por Pogacar

Tiberi (el mejor joven del Giro), un tipo despedido por matar a un gato y admirado por Pogacar

El rival más elogiado por el heredero de El Caníbal fue despedido por el equipo Trek-Segafredo por matar con una escopeta de aire comprimido al gato del ministro de Turismo y Correos de San Marino. Una imprudencia que marcó profundamente a Antonio Tiberi (Fronsinone, 2001), el nuevo ídolo de los tifosi. Tadej Pogacar, con sus declaraciones, ya ha consagrado a este debutante del Giro. «Antonio Tiberi es, hasta ahora, el único corredor que ha tenido pelotas. Admiro el coraje que ha mostrado», dijo tras observar su atrevimiento en las subidas a Prati de Tivo y a Cusano Mutri, en el primer tercio de la ronda italiana.

Este chaval, que creció viendo los triunfos de Vincenzo Nibali en el Tour, Giro y Vuelta y con el compartió habitación durante una temporada en el Trek, es la principal apuesta italiana para el podio de Roma. A sus 22 años, afronta el inicio de la última semana de la carrera en la quinta plaza de la general, un puesto que podría dejar atrás porque pocos escalan con más soltura que él. Hoy tomará la salida, en Livigno, con una desventaja de 9.26 respecto de Pogacar, pero sólo está a 2.30 minutos del podio, que es la distancia que le separa del tercero, el colombiano Daniel Felipe Martínez (Bora). Además, es el portador de la Maglia Bianca, prenda que distingue al Mejor Joven, con 19 segundos de margen sobre el neerlandés Thymen Arensman (Ineos).

Desde juvenil, Tiberi destacó por su polivalencia. En 2019 se proclamó campeón de contrarreloj en el Mundial júnior disputado en Yorkshire (Inglaterra) tras firmar un bravo ejercicio superación: poco después de la salida sufrió una avería mecánica que le hizo perder medio minuto y le obligó a seguir la carrera sin referencias ni potenciómetro. A pesar de este contratiempo superó al segundo clasificado, el neerlandés Enzo Leijnse, en siete segundos.

En 2020 militó en el Colpack, el grupo de formación en el que también estuvo Juan Ayuso. En 2021 fichó por el Trek-Segafredo y un año después se anotó la etapa reina del Tour Hungría. La escuadra estadounidense le apartó de la competición en 2023, después de conocerse que había sido denunciado por disparar, el 21 de junio de 2022, a un felino desde una ventana del tercer piso de su apartamento en el centro histórico de San Marino. El corredor sostuvo que aquello fue una imprudencia, que nunca quiso matar al gato. «Sólo quería medir la capacidad de tiro del arma. Apunté también a una señal de tráfico y reconozco que también intenté dar al gato y, para mi sorpresa, le di. No tenía intención de matarle, estaba convencido que el arma no era letal», declaró Tiberi ante las autoridades de San Marino. La mascota pertenecía a un miembro del Gobierno de San Marino, que no dudó en demandar al ciclista. La muerte del animal supuso una multa de 4.000 euros.

El padre de Tiberi, Paolo, que también se dedicó al ciclismo, argumentó que aquello fue una maldita casualidad y que su hijo, al contrario de lo que muchos pudieran suponer, es un apasionado de los animales. Y es que Antonio Tiberi se crió en una granja de su familia en la que hay cinco perros y 17 gatos, la mayoría de los felinos son callejeros, llevados allí por el propio Antonio. «Mi hijo cometió un gran error, tanto al probar el arma desde la ventana como al pensar que no era letal. Fue una tontería fruto de la inexperiencia», expuso en un reportaje en Bicisport.

En la primavera de 2023, el ciclista y el Trek acordaron la rescisión del contrato y a final de la pasada temporada, el escalador se comprometió con el Bahrain Victorious para ocupar el puesto de Mikel Landa, que se marchó al Soudal Quick Step de Remco Evenepoel. El fichaje del italiano por la formación patrocinada por el país árabe ha supuesto una fructífera relación para ambas partes. El corredor ha crecido una barbaridad y el equipo ocupa lugares de privilegio en el Giro. «Quiero seguir progresando y prepararme para un futuro ganar el Giro. Ese es mi sueño», ha dicho un ciclista que, con 1,82 metros y sólo 62 kilos, se aleja de la aquella figura del escalador pequeño que sufre en el llano. «Intento defenderme en todos los terrenos», apunta el italiano, que en la contrarreloj del pasado sábado terminó en sexta posición.

Tiberi, un valor en alza estigmatizado por un felino.

Pogacar abruma en la etapa reina del Mortirolo y Nairo Quintana resucita en los Dolomitas

Pogacar abruma en la etapa reina del Mortirolo y Nairo Quintana resucita en los Dolomitas

El paso del Mortirolo se abrió antes de la Segunda Guerra Mundial para que los ganaderos llevaran las cabras a los pastos de las tierras altas. La brecha trazada en una de las costillas de los Dolomitas también fue utilizada por los contrabandistas por esquivar el control de los carabinieri. La leyenda envuelve a esta mole de rampas infernales. Dureza extrema para un gigante que rivaliza con los imponentes Stelvio, Gavia y Pordoi.

Allí, Franco Chioccioli sentenció el Giro de 1991. Allí, Marco Pantani demarró como nunca a falta de 10 kilómetros para la cima en 1994, aquella ronda perdida por Miguel Indurain con Eugeni Berzin. Allí, Alberto Contador, en 2015, firmó su remontada más célebre al rebasar a todos tras afrontar la subida con una desventaja de 50 segundos por una avería mecánica.

Esta subida, cubierta con un bosque de coníferas que apenas deja pasar el aire, es un retablo para los escaladores de tronío, como Tadej Pogacar, tan apasionado de la mística de la Corsa Rosa, que este domingo se anotó la etapa reina de un Giro en el que nunca ha tenido adversarios de alta intensidad. Aventajó a Geraint Thomas y a Daniel Martínez en 2.50 minutos. Ya supera a sus rivales más próximos en cerca de siete minutos y todavía resta una semana de alta montaña. ''Ha sido uno de los mejores días de mi vida'', declaró el bicampeón del líder inabordable, vencedor de cuatro etapas en su debut en la ronda italiana.

El esloveno volvió a abrumar en una jornada de tremendo desgaste con un ataque demoledor a falta de 14 kilómetros para la meta, ubicada en la estación alpina de Livigno, que terminó con las esperanzas de renacimiento de Nairo Quintana. El colombiano fue segundo y presentó su mejor actuación en el regreso al Movistar.

El temor al Mortirolo marcó el desarrollo de la cita de este domingo, con la etapa maratoniana (222 kilómetros y cinco puertos). El pelotón se rompió con una macrofuga de 60 corredores, que alcanzó una ventaja de cinco minutos antes de afrontar el ascenso al puerto alpino, que se hizo por su vertiente más suave, la de Edolo Monno, con 12,7 kilómetros al 7,7% de pendiente media. En la aventura se metieron gente con vocación ofensiva en la escapada, como Quintana, Valter, Juanpe López, Alaphilippe, Storer, Steinhauser, Narváez o Pelayo Sánchez. Scaroni tuvo el privilegio de pasar primero por la cúspide del Mortirolo.

La renta de los fugados fue disminuyendo por la presión del UAE e Ineos. A falta de 30 kilómetros y con dos puertos por delante y en ascensión permanente, la diferencia bajó a los 3.40. Los aventureros quedaron reducidos a una veintena.

Los gregarios de Pogacar controlaron la situación con rienda larga. En últimas rampas de Passo Foscagnio, a 14 kilómetros de la meta, el líder decidió que había llegado la hora de los fugados. Aceleró y sin apenas oposición de marchó para superar a todos. Quintana y Steinhauser fueron los últimos. Al colombiano le cazó a falta de 2.000 metros para la clausura, en las rampas más dura de Livigno, un lugar que conoce muy bien, porque allí se levanta un centro de alto rendimiento muy visitado por el equipo UAE. ''Livigno es uno de mis sitios favoritos de Italia'', señaló un líder que amenaza con cerrar el Giro con una de las ventajas más alta de la historia reciente. Honor y gloria para un inagotable generador de espectáculo.

Ganna impone su ley en la pelea contra el crono y Pogacar extiende su dominio

Ganna impone su ley en la pelea contra el crono y Pogacar extiende su dominio

La locomotora de Verbania encandila a los tifosi en las lujosas orillas de Lago Garda. Filippo Ganna, el mejor contrarrelojista italiano de la última década, venció en el postrero test cronometrado de este Giro que enfila su semana definitiva. El elegante rodador del Ineos se anotó su primera victoria en esta Corsa Rosa, comandada con indiscutible autoridad por Tadej Pogacar. El ídolo local superó en 29 segundos al insaciable esloveno.

Fiesta italiana en el lujoso destino turístico que recoge las aguas de las montañas y valles de la antesala de los Alpes. Mansiones majestuosas sólo para los más afortunados. Allí donde Ganna se sintió poderoso.

La cita entre Castiglione delle Stiviera y Desenzano del Garda, con un recorrido de 31 kilómetros, supuso un excelente ejercicio para el lucimiento de especialistas en las contrarrelojes y para rodadores puros. Un perfil carente de dificultades montañosas, que atravesó zonas urbanas con suaves pendientes descendentes. Los últimos kilómetros apenas presentaron curvas, con la meta situada en una recta de 200 metros. Un escenario ideal para que Filippo Ganna exhibiera esa potencia que le caracteriza. El italiano afrontó la prueba perfectamente acoplado a su máquina, limando tiempo en cada curva. Un test de clase, elegancia y aerodinámica rubricado con un tiempo de 35.02.

Sólo Pogacar pudo acercarse al registro de espigado italiano. El esloveno arrancó pletórico para luego mostrar un rendimiento descendente. En el primer tramo cronometrado aventajaba al Ganna en cuatro segundos, en el segundo ya perdía 10 segundos y en el definitivo se distanció hasta los 29. Pogacar se quedó sin victoria pero incrementó la ventaja sobre sus inmediatos seguidores.

En tierras de Lombardía, Pogacar se distanció de unos enemigos resignados a pelear por las migajas. Superó a Geraint Thomas en 45 segundos y a Daniel Martínez en más de un minuto. Si antes del comienzo de la contrarreloj aventajaba a Daniel Martínez en 2.40 minutos y a Thomas en 2.56, ahora la renta respecto al colombiano se queda en 3.56 y con el galés en 3.41.

Primera etapa para Ganna en este Giro y la sexta en sus cuatro participaciones en la Corsa Rosa, las anteriores fueron en las ediciones de 2020 (cuatro) y 2023 (una). Primera vez que sube a los más alto del podio en este curso. En la crono de la la Tirreno-Adriático quedó segundo, superado por Juan Ayuso.

Una jornada muy rentable para Ganna, pero también para el doble ganador del Tour de Francia, que este domingo puede volver a aumentar su distancia, con una etapa de 222 kilómetros de alta montaña, con cuatro puertos, entre ellos el mítico Mortirolo (por la vertiente más suave) y con final en el alto de Livigno.

Milan, tras sufrir un sofocón por un abanico, pone orden en la anarquía de los velocistas

Milan, tras sufrir un sofocón por un abanico, pone orden en la anarquía de los velocistas

Aquellos equipos poderosos que imponían un treno imposible de superar ya pasaron a la historia. Unas formaciones perfectamente coordinadas que comandaban el grupo e imponían una altísima velocidad en los últimos kilómetros para impedir cualquier conato de fuga y, así, lanzar a su sprinters a la conquista de la victoria. Ese aplastante dominio no termina de cuajar en este Giro de velocistas inseguros. En esa anarquía domina Jonathan Milan, que este viernes se anotó su tercera victoria parcial tras solventar un inesperado sofocón provocado por una abanico. Tadej Pogacar, que también suma tres triunfos, continúa líder.

En el desgobierno de las llegadas masiva, el Lidl Trek, el Soudal Quick Step, el Alpecin y el Visma se han repartido responsabilidades sin asumir un gobierno estable. El más fiable, sin duda, es el Lidl Terk de Milan, que antes venció en las etapas cuarta y undécima. El belga Tim Merlier (Soudal) brilló en la tercera jornada y el neerlandés Olav Kooij (Visma), en la novena.

En su escenario preferido, sin dificultades orográficos, con minúsculo desnivel de 150 metros y un recorrido de 179 kilómetros entre Riccione y Cento, algunos de los mejores rodadores quedaron retratados con una valiente ofensiva de Ineos. El equipo de Geraint Thomas, aprovechando un golpe de ciento lateral, aceleró la marcha a falta de 60 kilómetros para la meta y rompió en pelotón en varios trozos. Arensman, Narváez y Ganna se relevaron en la punta y dejaron cortados, entre otros, a Milan y a Fernando Gaviria. También a escaladores como Domenico Pozzovivo yEiner Rubio. La ofensiva terminó con la aventura de los fugados de turno, en esta ocasión el incansable Andrea Petrobon (del Polti Kometa de Alberto Contador) y Alessandro Tonelli y Manuele Tarozzi (ambos de Bardiani), que habían conseguido hasta dos minutos de renta.

Un calentón inesperado para el equipo de Milan, que consiguió enganchar a falta de 37 kilómetros para el final. Una breve tormenta al nerviosismo por ocupar las primeras plazas en el desenlace por las calles de Cento y por neutralizar una nueva fuga, ahora integrada por De Pooter y Marcellusi. Con el Alpecin de Kaden Grove asomando en cabeza. Tensión y sustos y varias caídas antes de un final en el que Milan superó, a los últimos 50 metros, a un soberbio Gaviria. Premio para el italiano y el colombiano, castigados en el tramo final por el Ineos.

Esta ha sido una de las dos últimas balas del cargador de los velocistas, dado que la tercera semana de competición está dominada por la alta montaña, sólo les quedarán las jornadas del viernes, con llegada a Padova y la de la clausura en Roma.

Para este sábado cambio de guion. Nueva y última cita para los expertos en la lucha individual contra el crono. Serán 31 kilómetros en un trayecto llano entre Castiglione delle Stiviere y Desenzano del Garda. Un test de fuerza para especialistas. Más opciones para Filippo Ganna que para Tadej Pogacar.

Alaphilippe se reivindica en Fano

Alaphilippe se reivindica en Fano

Actualizado Jueves, 16 mayo 2024 - 18:12

Julian Alaphilippe se reivindicó ante sí mismo y frente al resto de la humanidad ciclista con uno de esos triunfos trabajados, llenos de fuerza y sabiduría conjuntas. De calidad y experiencia en estrecha colaboración. De rabia y cálculo combinados. Una de esas victorias que engrandecen a un corredor y adornan dos carreras: la propia, la personal y la de la prueba en cuestión. En este caso, el Giro.

Alaphilippe fue el producto depurado, destilado de una escapada temprana, joven, numerosa, a 150 km. de la llegada y de la que se separó, junto a Mirco Maestri, pocos kilómetros después. Los dos fueron haciendo camino mientras, por detrás, pedaleaban sus nueve ex compañeros de fuga (Narváez, Ben Thomas, Hermans, Scaloni...) y, más lejos, 24 unidades de todo pelaje (Quintana, Pelayo Sánchez, Pozzovivo, Ganna, Rubén Fernández...). Mucho más allá, el pelotón, desentendido del asunto, con los tenores de la general exentos de auténticas amenazas.

Entre Martinsicuro y Fano, etapa larga (193 km.) y rara. Falsamente llana y falsamente montañosa. Lo explicamos. Falsamente llana porque estaba cuajada de pequeñas, pero duras cotas. De cuarta categoría, sí, pero exigentes (otras no siquiera eran puntuables, aunque, por similitud, lo merecían). Falsamente montañosa por la misma razón: muchas "tachuelas" durillas, pero sin la categoría suficiente como para que se relamieran los escaladores. Ni carne ni pescado. O carne y pescado a la vez en plato único.

Una de esas cotas no puntuables, el Monte Giove, una breve pesadilla de poco más de dos kilómetros y medio, pero con un engallamiento del 20% incrustado en el 5% de media, estaba destinada a dictar la suerte de la etapa. Se erguía, además, a 9 km. de la llegada, anunciando la dulzura en medio de la tortura. Alaphilippe y Maestri llegaron a sus pies con 47 segundos de diferencia sobre sus perseguidores.

Alaphilippe, bastante entero, se separó en el acto de Maesti. O Maestri se separó en el acto, en sentido inverso, de Alaphlippe. Es igual. El caso es que entre ellos se abrió instantáneamente un abismo cuesta arriba. La suerte aún no estaba echada. Dependería del comportamiento de Alaphlippe en el "rampón" del 20%. O del comportamiento del "rampón" con Alaphilippe.

Ambos se comportaron bien el uno con el otro. El hombre engalanó la cuesta con su brillante esfuerzo, y la cuesta no le castigó más de lo inevitable. Desde su cumbre, Alaphilippe se lanzó, intocable, hacia al triunfo, el número 42 de un palmarés que incluye dos Campeonatos del Mundo y una Milán-San Remo. Lo necesitaba. En su último año de contrato con el Soudal, a sus 31 de edad (cumplirá 32 el 11 de junio), llevaba uno sin ganar y tres sin apuntarse una etapa en una gran ronda. Entre caídas, lesiones y polémicas, sus actuaciones esta temporada sembraban muchas dudas acerca de su capacidad de ser el que fue o, al menos, de parecérsele. Si esta victoria no es flor de un día, podemos pensar en un Alaphilippe rescatado de sí mismo por el bien del idilio de la bicicleta con algunos de sus amantes más agraciados. A 31 segundos llegaron Jhonatan Narváez y Quinten Hermans, quienes, a su vez, también en el Monte Giove, se habían desgajado de sus acompañantes. Pogacar, por descontado, mantiene la "maglia rosa".

Etapa llana la del viernes antes de la importante contrarreloj del sábado, que dará paso al tríptico montañoso del domingo, el martes y el miércoles (el lunes se descansa). Una traca. La carrera saldrá de ella considerablemente aclarada.

El maleficio del Visma, de arrasar en 2023 a un 2024 lleno de infortunios

El maleficio del Visma, de arrasar en 2023 a un 2024 lleno de infortunios

Como si el cambio de apellido no les hubiera sentado demasiado bien, el incontestable Visma (antes acompañado de Jumbo, ahora de Lease a Bike) avanza de disgusto en disgusto. A ese equipo asombroso que en 2023 ganó Giro (Roglic), Tour por segundo año consecutivo (Vingegaard) y abrochó el año con un histórico triplete en La Vuelta (Kuus, Vingegaard y Roglic), le visitan los problemas como si de un maleficio se tratara.

Para saber más

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Perdió a Wout Van Aert en la caída en A través de Flandes (fractura de clavícula, varias costillas y el esternón) y no le pudo tener en el resto de clásicas de primavera ni el Giro en el que iba a debutar. En la Itzulia fue Jonas Vingegaard el que desató el pánico con su accidente, cuyas secuelas todavía le hacen ser duda incluso para revalidar el Tour. Y en la ronda italiana todo son también contratiempos: a la escuadra neerlandesa apenas le quedan cuatro corredores: Affini, Tratnik, Valter y Van Dijke.

Sin Van Aert, la apuesta para el Corsa Rosa era el jovencísimo Cian Uijtdebroeks, la gran promesa belga, arrebatado este verano al Bora Hansgrohe no sin polémica. Octavo en la pasada Vuelta, comandaba la clasificación de los jóvenes y marchaba ahora quinto en la general, a 4:15 de Pogacar y con opciones de ir mejorando hasta el podio. Y, sin embargo, el miércoles, enfermo, no tomó la salida en Foiano de Val Fortore.

Cian Uijtdebroeks, con el maillot blanco de los jóvenes.

Cian Uijtdebroeks, con el maillot blanco de los jóvenes.LUCA BETTINIAFP

Es la cuarta baja del Visma, arrasado por un virus que dejó fuera al sprinter Kooij, que al menos de fue con una victoria de etapa en la mochila. Por caída ya perdió en los días previos a Gesink y Laporte. Y, pese a todo, las avispas se dejaron ver, como si al mal tiempo pusieran buena cara y mucha actitud. En la escapada del día, dos de los tres integrantes eran del equipo neerlandés, Tim Van Dijke y Edoardo Affini. Junto al francés Champion resistieron hasta que restaban 35 kilómetros a meta (fueron neutralizados justo antes de la meta volante en la que Geraint Thomas rascó dos segundos).

El final de etapa (se completó a una media de 47,3 kilómetros por hora) resultó frenético. Nervios y varias caídas. En una de ellas se vio implicado Grossschartner, uno de los principales gregarios de Pogacar, que pudo continuar. Y en la recta de meta cayeron, de manera espeluznante, Jacobsen, Andresen y Biermans, justo delante de un Pogacar que la salvó por bien poco. El ajustado triunfo final fue para Jonathan Milan, poderosísimo ante Merlier y Kaden Groves para sumar su segunda victoria y seguir luciendo la maglia ciclamino.

Jonathan Milan  celebra su victoria en Francavilla al Mare.

Jonathan Milan celebra su victoria en Francavilla al Mare.LUCA ZENNAROEFE

Mientras Van Aert y Vingegaard lamen sus heridas e intentan ponerse a punto para volver a la batalla -el belga reaparecerá a finales de mes en el Tour de Noruega, el danés ya ha empezado a rodar tras romperse la clavícula, varias costillas y sufrir un neumotórax-, el Visma, que en 2024 coleccionó nada menos que 69 triunfos, de momentos apenas suma 19. Y eso que arrancó con esperanzas el año, con victorias importantes como la de Tratkik en la Oomlop, el propio Vingegaard en O Gran Camiño y Tirreno Adriático y Matteo Jorgenson, uno de sus grandes fichajes, tanto en París Niza como en A través de Flandes.

Valentin Paret-Peintre y la revolución del Decathlon, el equipo de moda con las bicicletas de "millones de niños"

Valentin Paret-Peintre y la revolución del Decathlon, el equipo de moda con las bicicletas de “millones de niños”

"Millones de niños en todo el mundo han aprendido a montar en bicicleta con Decathlon y millones de adultos usan nuestras bicicletas todos los días, así que estar ahora en un equipo WorldTour es motivo de gran orgullo". Con esta frase de Barbara Martin Coppola, la CEO de la marca deportiva, se confirmó a finales de 2023 el retorno de Decathlon al pelotón ciclista, donde ya había estado de 2000 a 2007. Y de repente, sus bicicletas y sus cascos Van Rysel, tan denostados por el ciclista amateur, se han puesto de moda. Porque, como hizo este martes Valentin Paret Peintre en la cima de Bocca della Selva, sus corredores ganan. El Decathlon AG2R La Mondiale es el equipo revelación de 2024.

Tras la etapa de descanso, el Giro volvía con fuegos artificiales. Una etapa corta desde Pompeya y un puerto larguísimo para terminar. A la cima de Cusano Mutri, se llegaba tras 18 kilómetros a una media del 5,6%. Pogacar se dio una tregua -«estos días estoy más calmado porque tengo otra gran vuelta por delante. Hoy tuvimos calor, luego 20 grados, después en la última subida hacía mucha humedad... Para mí eso es también un buen entrenamiento»- y el UAE permitió una numerosísima escapada, con alguna amenaza incluso para la general (Romain Bardet llegó a ser maglia rosa virtual). Entre los más de 20 fugados también estaba Juanpe López, al que un perro en mitad de la carretera casi le cuesta un disgusto, aunque al lebrijano la caída de los días previos parece haberle debilitado.

Tratnik pronto fue por delante en solitario, en esas cabalgadas de pura fuerza de las que gusta el esloveno. Pero cuando empezaron las primeras rampas, un cuarteto le amenazó. Entre ellos, el menudo y jovencísimo escalador francés. El pequeño de los Paret Peintre -su hermano Aurelian ya ganó una etapa la pasada edición, en Lago Laceno- se estrenó profesionalmente con una exhibición, un huracán hasta la meta, dejando de rueda a su compatriota Bardet y remontando a Tratnik, segundo y tercero respectivamente. Confirmaba el de Annemasse el poderío de la escuadra de moda, pues es la segunda victoria parcial para el AG2R Decathlon tras la de Benjamin Thomas en Lucca.

La exhibición de los corredores franceses, con sus Van Rysel de casi 10.000 euros, tan tope de gama como cualquier S-Works o Colnago, continuó por detrás. El hermano de Valentin también marchaba en la fuga y entró en meta con los brazos en alto, en la quinta plaza. Y, más de tres minutos después, comandando a los favoritos, llegó pletórico Ben O'Connor por delante de Pogacar. El australiano es cuarto en la general.

Entre 2003 y 2004, las bicicletas de Decathlon en las que montaban los corredores del AG2R y el Cofidis lograron más de 100 victorias. En este asombroso retorno, las Van Rysel ya suman 15, sólo por detrás este año de UAE, Lidl Trek y Visma. Los hermanos Paret Peintre, Cosnefroy, el propio O'Connor, Paul Lapeira o Dorian Godon han puesto al equipo galo, que el año pasado con el nombre de AG2R Citroën Team apenas sumó nueve, en la cresta de la ola.

Olav Kooij, el versátil sprinter de moda: antepasados ciclistas, futbolistas y tenistas

Olav Kooij, el versátil sprinter de moda: antepasados ciclistas, futbolistas y tenistas

Un prolífico legado deportivo y artístico guía al velocista neófito y más de moda del Giro de Italia. El neerlandés Olav Kooij (Numansdorp, 2001) es un chaval con heterogénea formación que ya vence a lobos en sprints suicidas. Otro adalid de una nueva generación de corredores distinguida por la osadía y la precocidad.

El aventajado debutante de la Corsa Rosa presume de genealogía. Olav es hijo de Johan Kooij, un ciclista que participó en pruebas nacionales e internacionales. Su madre Anna van der Berg también se dedicó al deporte. El abuelo paterno, Pieter Kooij, fue un destacado ciclista amateur. La abuela paterna, Margot de Vries, fue una tenista con triunfos en categoría nacional. Por parte materna, el abuelo Dirk van der Berg fue futbolista. Su abuela Maria Bakker se alejó del deporte y se dedicó al arte, a la pintura.

En su casa, Olav se tropieza con bicicletas, balones, raquetas y patines. Y es que al joven e inquieto corredor del equipo Visma también le encanta el patinaje artístico y el esquí de fondo.

La pasión por el deporte y su versatilidad distinguen a este sprinter que se curte en el Giro y que el domingo firmó su primer triunfo. Con 22 años y en su debut en la ronda italiana se atreve a desafiar a tipos tan experimentados como Tim Merlier, Caleb Ewan, Fabio Jakobsen, Phil Bauhaus, Fernando Gaviria o Jonathan Milan. En las dos primera etapas resueltas al sprint fue sexto y cuarto. En la de miércoles, con cuatro fugados en meta, concluyó noveno. En Nápoles dio en el centro de la diana, y eso que ha acudido a la carrera italiana sin su tutor. La ausencia del damnificado Wout van Aert es irreparable. No hay mejor lanzador que el belga, como demostró el pasado año en el Tour de Gran Bretaña, donde puso en bandeja cuatro triunfos consecutivos a Kooij. Aquella fue puesta de largo del talentoso neerlandés, que saltó todos los plazos en el equipo de desarrollo del Visma. Debutó en el primer equipo en febrero de 2021, ese año consiguió la medalla de bronce en la prueba en ruta del Mundial sub'23. Tiene contrato hasta 2025.

Kooij es un velocista que podría terminar siendo un notable clasicómano, según aventuran los técnicos del Visma. Este año también ha sumado etapas en París-Niza (dos), Tour de UAE y Clásica de Almería. En 2023 brilló en el Tour de Polonia y Cuatro Días de Dunkerque. En su palmarés ya figuran 33 triunfos.

Merijn Zeeman, director deportivo del Visma, dijo antes del comienzo del Giro: «Olav es uno de los mayores talentos del WorldTour. Es muy rápido y está haciendo una temporada fantástica. Tiene un talento increíble y vamos a ayudarle en todo lo que podamos».

Olav Kooji agradeció los elogios pero lamentó la ausencia de Van Aert. «Es frustrante no poder contar con Van Aert, pero es lo que hay. En el equipo también hay otros corredores con gran experiencia», señaló el neerlandés, que preparó el Giro en Denia (Alicante), junto a sus compañeros el italiano Edoardo Affini, el belga Cian Uijtdebroeks y el francés Christophe Laporte (abandonó la carrera en la primera semana por una caída). «Sin Laporte, tengo que improvisar los movimientos en el sprint. En los dos primeras llegadas mavisas del Giro no estaba al 100% y me sentí inferior a los otros velocistas. Ahora, no», dijo el joven y veloz neerlandés tras ganar en Nápoles y que este lunes disfrutó de su primer día de descanso en el Giro.

El debutante Olav Kooij se estrena en la electrizante 'volata' de Nápoles

El debutante Olav Kooij se estrena en la electrizante ‘volata’ de Nápoles

En la liga de los segundones, el equipo Polti Kometa de Alberto Contador marca tendencia. Nadie aprovecha mejor el escaparate publicitario que esta modesta formación. En esta primera semana del Giro de Italia ha conquistado unas valiosas cuotas de pantalla para compensar el desembolso presupuestario. Este domingo, dos integrantes de este grupo, Andrea Petrobon y Mirco Maestri, acapararon enorme protagonismo al meterse en la fuga buena del día. Más de 180 kilómetros con las cámaras de televisión mostrando los nombres y anagramas de sus patrocinadores. Cuando la victoria es una utopía, lo mejor es tirar de pragmatismo.

Nueva plataforma de lanzamiento del Polti Kometa, que el pasado miércoles consiguió que una imagen de Contador se hiciera viral al mostrar su incontenible emoción (gritos, saltos, golpes en la mesa) en la cabina de transmisión de Eurosport al narrar el final de etapa, en Lucca, en la que Pietrobon se quedó a un palmo de vencer con un soberbio golpe de osadía.

La repercusión mediática es esencial. Eso lo sabe muy bien el joven velocista neerlandés Olav Kooij (22 años), que este domingo impuso su punta de velocidad en una de las llegadas con más gancho turístico: Nápoles, con su particular ecosistema urbano, y su cercanía al imponente Vesubio.

Contraataque de Narváez

El corredor del Visma se aprovechó del trabajo realizado por el Trek de Jonathan Milan, que en los últimos 20 kilómetros encabezó el pelotón para emprender dos excelente maniobras de caza. La primera, para neutralizar dos acometidas de un hiperactivo Julian Alaphilippe y la segunda para contrarrestar un espectacular contraataque del Jhonatan Narváez. La ofensiva del ecuatoriano ha sido uno de los grandes momentos de este Giro. Aceleró en el último repecho, desarmó al pelotón y voló por las avenidas Dohrn y Caracciolo. Le sobró el último kilómetro, en el que, sorprendentemente, Pogacar ejerció de lanzador de Juan Sebastián Molano. El esloveno está sobradísimo y se arriesga en exceso.

En esa última pelea emergió la figura de Kooij, que, sin la ayuda de Van Aert, se busca la vida como puede en las llegadas masivas. El neerlandés, debutante en la Corsa Rosa, ya se anotó en esta temporada dos etapas en el Tour de UAE, Clásica de Almería y París-Niza (dos).

Este lunes, primera jornada de descanso, previa a nueva jornada de montaña, con salida en Pompeya y final en el alto de Cusano Mutri, con más de 20 kilómetros de ascensión al 4,6% de desnivel.