La ACB renueva alicientes: Ricky, Scariolo, el mejor pabellón de Europa y hasta un 'matador' NBA

La ACB renueva alicientes: Ricky, Scariolo, el mejor pabellón de Europa y hasta un ‘matador’ NBA

En mitad de la selva que supone sobrevivir en un calendario asfixiante y hostil, con la Euroliga ampliando horizontes (dos equipos y cuatro jornadas más), la ACB, que arranca este sábado, busca los resquicios por los que seguir llamando la atención, por los que poder seguir presumiendo de ser la mejor liga doméstica de Europa o, lo que es lo mismo, la segunda del mundo. Lo cierto es que pocos años presentó un cartel más llamativo, con novedades de la talla de Ricky Rubio o Sergio Scariolo.

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Dos leyendas, una en la pista y otra en los banquillos, que regresan a la competición. El primero, después de un año en blanco por sus problemas de salud mental, aparcó la retirada para un último baile allá donde todo empezó para él. Verdinegro de la Penya, este domingo, en el Palacio de los Deportes de Granada, la misma cancha que a los 14 años le vio debutar hace exactamente 20, Ricky Rubio liderará al Joventut. Un equipo de veteranos como Tomic, Vives o Hanga, bien agitados con la pujanza de su cantera y con piezas potentes como Sam Dekker, Birgander, Hunt o Drell, aspira a ser uno de los animadores.

Uno de los que interrumpan la condición de favorito del Real Madrid, campeón las dos últimas temporadas con Chus Mateo y con revolución propia. Nada menos que Sergio Scariolo a los mandos, quien no se sienta en un banquillo ACB desde hace 11 años (Baskonia). Y que presume de plantilla renovada y potente, con dos NBA como Trey Lyles y Chuma Okeke e interesantes europeos como Theo Maledon, David Kramer y Gabriele Procida.

Sergio Scariolo, durante la Supercopa.

Sergio Scariolo, durante la Supercopa.Jorge ZapataEFE

Más modesta es la inversión económica de un Barça que sigue en manos de Joan Peñarroya y que busca regresar a una final tres años después. Como si la plaga de lesiones del curso pasado fuera una pesadilla de no despertar, de primeras se confirmó la recaída de su rodilla de Juan Núñez, quien, tras volver a pasar por el quirófano, estará otros seis meses fuera. Apostaron los azulgranas por la experiencia, tipos infalibles pero veteranos como Tornike Shengelia y Will Clyburn, y por apuestas made in USA como dos Myles, con i latina e y griega, Norris y Cale.

Si el Unicaja de Ibon Navarro fue la alternativa más sólida de los últimos tiempos a la hegemonía de Madrid y Barça (el último campeón que no fue alguno de los dos fue el Baskonia, en la burbuja de 2020), ahora aparece como nadie el Valencia Basket. Y no sólo porque es el actual subcampeón o porque acaba de levantar la Supercopa en el Martín Carpena. Ni siquiera porque estrena un pabellón sin igual. Después de 38 años en la Fonteta, emerge el flamante Roig Arena (con capacidad para 15.600 personas, allí se disputará la Copa del Rey en febrero). También por la continuidad en el proyecto Pedro Martínez y por los refuerzos, una plantilla hecha para dar la cara en la Euroliga. Kameron Taylor, Omari Moore, Yankuba Sima, Iroegbu o Neal Sako. Aunque nada como la continuidad de sus dos perlas y no será por falta de pretendientes para Jean Montero y Sergio de Larrea.

Imagen del Roig Arena de Valencia.

Imagen del Roig Arena de Valencia.MUNDO

Porque la fuga de talentos precoces es una de las grandes amenazas para la ACB. Este año se ausentan tres de los españoles con mayor porvenir, a la NBA Hugo González y Eli Ndiaye y a la NCAA Mario Saint-Supèry. Entre otros muchos. Allí escapan los jóvenes en formación y de allí llegan los que apuntaban a estrellas. A los NBA citados en el caso del Madrid hay que unir a otro buen puñado que da lustre a la competición. Chris Duarte (Unicaja), Raúl Neto (Burgos), Mamadi Diakite (Baskonia), Devontae Cacok (UCAM Murcia) o Isaiah Wong (Dreamland Gran Canaria) . Aunque, de entre todos ellos, nadie como Hamidou Diallo. Al Baskonia, que también estrena entrenador (el italiano Paolo Galbati sustituye a Pablo Laso), llega un tipo hecho para el espectáculo. Con 250 partidos NBA y procedente de la liga china, el escolta de ascendencia guineana fue capaz de ganar el concurso de mates de la mejor liga del mundo en 2019.

La ACB, que arranca con récord de abonados (107.460 entre los 18 clubes), un 3,5% de aumento respecto al pasado curso, presenta otra importante novedad. Después de muchos años abandona Movistar para emitirse por Dazn.

La amenaza Vezenkov: tres botes, tres nacionalidades y una cuenta pendiente con el Real Madrid

La amenaza Vezenkov: tres botes, tres nacionalidades y una cuenta pendiente con el Real Madrid

El lunes, cuando Kendrick Nunn fue elegido MVP de la temporada en Euroliga, hubo un cierto aire de sorpresa: todos los pronósticos apuntaban a que Sasha Vezenkov lograría, dos años después, su segundo galardón. Ni siquiera eso empaña el dominio absoluto del ala-pívot del Olympiacos, de vuelta a Europa tras su aventura, fallida como tantas otras, en la NBA. Contra él, que incluso rechazó un buen puñado de millones para regresar, busca antídoto a partir de este miércoles el Real Madrid en la eliminatoria de cuartos de final.

Para saber más

Sasha no ha cumplido 30 años pero ya es como si hubiera vivido varias carreras. Apenas un recuerdo lejano y casi olvidado es ya su paso por el Barça cuando todavía era una promesa, de 2015 a 2018. Con su zurda mortal, su versatilidad y su inteligencia baloncestística, se hizo todopoderoso en el Olympiacos hasta convertirse en el sucesor natural de Printezis. Si en 2023 ya resultó imparable, esta temporada ha confirmado su pujanza, tocando el cielo estadístico en enero ante el Bayern. Ese día asombró con 45 puntos, un impecable 10 de 10 en tiros de dos, ocho de 10 en triples, más siete rebotes para un histórico 52 de valoración. Y para todo eso sólo necesitó botar tres veces el balón en todo el partido.

Vezenkov lleva las canastas en los genes y en su pasaporte los rastros de sus orígenes. Nació en Nicosia (Chipre), donde su padre daba sus últimos coletazos como jugador. Sasho fue toda una leyenda del baloncesto búlgaro -amigo de Hristo Stoichkov-, ganando títulos a finales de los 80 con el Balkan Botevgrad del que ahora es presidente. También disputó tres Eurobasket como capitán de la selección que su hijo eligió después, porque Alexander tiene tres nacionalidades: es chipriota, búlgaro y griego. Y conexiones con los tres países. Su hermana, Mihaella, también ex jugadora, es la actual seleccionadora del equipo de la isla mediterránea que este verano acogerá la primera fase del Europeo. "Sasha creció en Chipre y aprendió a jugar al baloncesto allí", reivindicó hace unas semanas Andreas Mouzourides, presidente de la Federación chipriota, con la pretensión de que la estrella se uniera a su selección este verano.

En su carrera, Vezenkov -cuya novia es la internacional griega de waterpolo Nikoleta Eleftheriadou, también jugadora del Olympiacos- ha ganado casi todo, pero tiene dos espinas clavadas. Una, la de su paso sin gloria por los Sacramento Kings. Allí, el curso pasado, apenas disputó 42 partidos (5,4 puntos y 2,3 rebotes en 12 minutos de media), a pesar de que los californianos le habían firmado por tres temporadas y 20 millones de dólares. "Aprendí muchas cosas, pero no funcionó. Recuerdo a todos los buenos jugadores con los que me tuve que enfrentar, Lebron, Curry, era un sueño... Y todo lo que rodea la NBA, los viajes, los partidos, los pabellones, todo es increíble allí", reconocía en una reciente entrevista en Mundo Deportivo. Tras ser traspasado a los Raptors, acordó un despido por el que renunció a casi siete millones. Todo para volver al Olympiacos y corregir lo que dos años atrás no pudo por la canasta de Llull en Kaunas en el último segundo de la final.

Maldición

Vezenkov, que firmó por cinco temporadas con los del Pireo (por más de tres millones de euros cada una, uno de los contratos más altos de Europa), ha elevado aún más sus prestaciones en su retorno. Firma 20,2 puntos por partido (con casi un 39% de acierto desde el triple) y 24,5 de valoración. Un tormento para Chus Mateo, que cuenta con varias opciones para intentar detenerle, desde Eli Ndiaye (ya fue titular en la final de Kaunas) a Gaby Deck, Usman Garuba o el propio Mario Hezonja.

No será, claro, la única amenaza del mejor equipo de la temporada regular, un rival que juega "casi, casi de memoria" y al que el Madrid se enfrenta sin factor cancha. Al búlgaro le acompaña otro de vuelta de la NBA, Evan Fournier. Los gigantes Milutinov y Fall, el explosivo McKissic, el sobrio Walkup (es duda), el ex madridista Williams-Goss... Pero también una maldición. Nunca, desde que en la temporada 2016-2017 se instauró este formato en la Euroliga, algún campeón de la liga regular consiguió alzar el torneo en la Final Four.

Y también con la rivalidad contra el Madrid, ya uno de los clásicos de los últimos años. Contra los blancos perdieron el año pasado en semifinales en Berlín y en 2023 la final de Kaunas con el triple inolvidable de Llull. "No sé si estarán muy contentos con el enfrentamiento, porque el Madrid siempre les pone problemas", pronunciaba ayer Mateo.Un poco más allá, en los playoffs de 2009 triunfaron los del Pireo (ya estaba Llull por allí), como en la final de 2013 de Londres, la primera de Laso.