La enmascarada Cata Coll detiene un penalti para mantener el sueño olímpico de España

Actualizado Sábado, 3 agosto 2024 - 20:20

La selección de moda sintió el frío del fracaso cerca, muy cerca. La parada de la enmascarada Cata Coll, en el primer penalti de la tanda ante Colombia, la alivió como antes lo hicieron los goles agonísticos de Jenni Hermoso e Irene Paredes, al límite de la eliminación. Aitana Bonmatí, su Balón de Oro, marcó el definitivo. Antes, fue el tanto de la capitana el que la devolvió al partido y a la fábula que empezó en Sidney, hace un año, y que continúa camino del sueño olímpico. Un camino, por ahora, épico pero espinoso. España pasa por lo peor, frente a una dura Colombia, que la llevó a agotar la prórroga (2-2), pero descubre la prueba de vida para intentar reencontrarse con lo mejor de sí misma, camino de las medallas. Las semifinales, como a los hombres, les esperan.

En la prórroga, España ya no sintió el mismo sufrimiento que durante un partido en el que fue por detrás en el marcador, por dos veces, y en el juego hasta el tanto de Jenni Hermoso, a un cuarto de hora del final. Mayra Ramírez y Linda Caicedo habían adelantado a Colombia gracias a un contraataque mortal frente a una España atascada, impotente. Irene Paredes le dio otra oportunidad, pero la prórroga no cambió el decorado. La capitana Catalina Usme, en cambio, no pudo ofrecer lo mismo a su selección, al fallar el primer lanzamiento, detenido por Cata Coll. Mariona, Eva, Salma y Aitana no fallaron.

Sufrir al contraataque

Mayra Ramírez está varios pasos por delante de su propia selección. Es vertical y poderosa, mortal a campo abierto. Ángelo, seleccionador de Colombia, sabe que es lo hay que hacer cuando se maneja semejante materia prima. La tropa combate, bien organizada; Mayra aguarda con la mirada afilada, mirada de águila. La presión es constante, con anticipación para poder robar o provocar pérdidas de balón, y buscar a su mejor delantera. De esa forma sufrió España lo inesperado, un gol que empezó con una pelota perdida por Alexia Putellas y la incapacidad de Paredes para impedir que Mayra llegara al mano a mano con Cata Coll. La máscara de la portera española, a lo Mbappé, no atemorizó a la colombiana. El gol premió al técnico que había impuesto su guion. El rostro de Montsé Tomé, en cambio, era el de quien no encuentra la salida del laberinto.

El gol llegó tan pronto, a los 12 minutos, que el mayor problema no era la desventaja frente a una selección inferior, clasificada como tercera de su grupo. No. El problema era que España no conseguía encontrar la fluidez de su juego y en el choque o la segunda jugada era peor que Colombia. La portera Tapia apenas tuvo que emplearse en todo el primer tiempo y lo más comprometido que detuvo fue un tiro de Bonmatí. La Balón de Oro apareció menos de lo deseado en los espacios, y eso dice mucho de lo que le ocurría a la selección, dominadora, pero demasiadas separas las líneas y sin que Salma Paralluelo pudiera ofrecer la referencia necesaria. Los movimientos de Salma pretendían arrastras a las centrales colombianas, muy seguras, y crear espacios para las llegadas de Alexia y Aitana.

Segundo gol de Colombia

Colombia no era una muralla. Era un equipo que supo jugar desde su inferioridad, pero sin negar lo ofensivo. Al contrario, cada robo era una acción de contraataque que exigió mucho a la defensa española, algo a lo que no está tan habituada, debido a sus altos niveles de posesión. El segundo gol, al poco de iniciarse el segundo tiempo, llegó también en una acción lanzada por la banda derecha. Athenea del Castillo no pudo impedir el centro y en el área a las españolas les faltó aplomo. Linda Caicedo se movió a sus anchas para girar sobre sí misma y batir de nuevo a Cata Coll. Se repetía la historia del inicio, con una España que buscó el gol sin éxito, pero lo sufrió con demasiada facilidad, pese a perder Colombia a Pavi, su segunda atacante. Se fue del campo entre lágrimas.

Tomé buscó más gol a toda costa cuando ya no había tiempo de volver al principio para buscar el juego que no ha encontrado en estos Juegos. Salieron Jenni Hermoso, lo que llevó a Salma a situarse en la banda, y Alba Redondo. Aceleró el ritmo de balón la selección frente a un rival que acusaba físicamente el esfuerzo, pero firme e impulsado por el público colombiano en la grada del estadio de Lyón. El gol de Jenni, en una segunda jugada finalmente aprovechada, dio esperanzas a una España volcada y con tiempo suficiente por delante. El remate de Paredes, en el tiempo añadido, fue la forma de que se sintieran de nuevo campeonas. Como tales fueron a la muerte súbita. Como tales no empezaron, pero ganaron. Ese es el camino.

“El plan” de Carolina Marín para ganar el oro en los Juegos de París: “Parece que esté loca, quizá lo esté”

Actualizado Sábado, 3 agosto 2024 - 14:59

Este viernes, el día previo de sus cuartos de final de los Juegos Olímpicos de París ante la japonesa Aya Ohori, Carolina Marín tenía un planning, lo miró y lo rompió en mil pedazos. "Fue un día largo. Había reservado pista para entrenar, pero la cancelé y decidí reunirme durante horas con mi entrenador [Fernando Rivas] y mi psicóloga [María Martínez]", reconocía.

Para saber más

En el partido anterior, de octavos de final, había jugado con miedo, defensiva, temerosa. Marín no fue Marín. Estuvo a un suspiro de la derrota y, por eso, quiso cambiarlo todo. "Hablamos de atreverme, de olvidar el miedo a perder, de dónde poner el foco, de centrarme en mi juego", explicaba y el plan funcionó. Este sábado derrotó a Ohori por 21-13 y 21-14 en su mejor partido estos Juegos.

Donde antes hubo miedo esta vez hubo fuego. Ohori le había vencido el año pasado en el Open de Francia y este sábado en el Arena Porte de la Chapelle de París, un pabellón hasta arriba de españoles coreando su nombre, no tuvo ni la oportunidad de intentarlo. Marín estuvo rápida, concentrada, intratable.

Ya no es la jugadora ultraofensiva que es, pesan los años, las lesiones que le destrozaron las rodillas y hasta las desgracias -como el trágico fallecimiento de su padre en 2020-, pero con cualquier estilo de juego puede dominar. De hecho, ante Ohori, jugadora de poderoso remate, la española de 31 años impuso su control.

"Recuerda el plan"

"Estoy muy contenta y no sólo por ganar el partido. Estoy contenta por cómo he entrado en la puesta, por dónde he puesto el foco... he sido Carolina Marín con concentración y determinación. Esa loba que cuando muerde y agarra no suelta hasta el final. Me siento orgullosísima de mí misma", reconocía la campeona olímpica en los Juegos de Río 2016 que, durante el partido, recibía las indicaciones de su técnico -"Recuerda el plan, recuerda el plan"- y las suyas propias.

Antes de cada saque hablaba consigo misma en voz alta y, aunque costaba escucharla, se intuía que repetía constantemente frases sobre "el foco" y "el plan". "Parece que esté loca, que quizá lo esté, pero no paro de hablarme para mantener el foco donde debe estar. Constantemente me repito el plan, animándome, por eso hablo mucho en la pista", comentaba Marín que este domingo, en las semifinales, se enfrentará a la china He Bing Jiao, que este sábado derrotó por sorpresa a su compatriota, la vigente campeona olímpica Chen Yu Fei. Ambas se han enfrentado nueve veces, con siete victorias para la española, aunque su último encuentro fue en 2022.

En realidad, aunque su nivel de juego suele ser superior, Marín prefería a Yu Fei casi por superstición. En los Juegos de Río ya se enfrentó en semifinales con la vigente campeona, entonces Li Xuerui, la derrotó y aquello le impulsó hacia el oro en la final. Ahora no podrá repetir ese ascenso, aunque tanto da.

Después de todo lo vivido y, sobre todo, después de todo lo sufrido, estar aquí ya podría ser un premio para Marín, un regalo, pero entonces no sería Marín. «Yo no he venido a ver la Torre Eiffel, yo he venido a ganar una medalla», proclamaba la jugadora a quien al volver de los Juegos de Río, donde había sido campeona, le preguntaron qué le había parecido el Cristo del Corcovado y ella contestó que ni idea, que no le había visto.

Megan Gustafson: “He hablado con Lorenzo Brown. Estamos aquí para ayudar a España”

Actualizado Viernes, 2 agosto 2024 - 23:46

Megan Gustafson tiene un perro corgi que se llama Pancakes y que tiene su propia cuenta en Instagram. Megan Gustafon nació hace 27 años en un pueblo "de menos de 200 habitantes" en el corazón de Winsconsin y por eso le encanta la parte rural de España. Megan Gustafson, como Lorenzo Brown, es el sostén del baloncesto español, nacionalizada para suplir las carencias estructurales en la pintura de la selección femenina. Promedia 23,5 puntos y 10,5 rebotes en los Juegos Olímpicos y las de Miguel Méndez, que ganaron con su sufrimiento marca de la casa los dos primeros partidos (China y Puerto Rico) en Lille ya están clasificadas para cuartos. Es su primera entrevista, la estadounidense reflexiona en EL MUNDO sobre adaptación al equipo y su aportación al juego.

Vaya emociones fuertes en los dos primeros partidos en los Juegos.
La verdad es que sí. El primer partido, por ejemplo, resultó muy divertido, con todas las compañeras contribuyendo. Te sientes orgullosa por el esfuerzo defensivo, de todos los robos hicimos. Fue como crear el caos para cambiarlo todo contre un rival tan difícil como China, una de las favoritas. Ahora nos centramos en el momento presente, sin subidas ni bajadas. Sólo nos concentramos en el próximo oponente, sin mirar demasiado hacia adelante. El objetivo es estar invictos en nuestro grupo para poder posicionarnos mejor para los playoffs en París. Ese es el plan.
¿Se imaginó alguna vez en unos Juegos?
Está siendo simplemente increíble. Quiero decir, ni siquiera soñaba con algo así porque no pensaba que fuera posible. Realmente estoy muy agradecida por la oportunidad que España me ha dado. Ellos me acogieron y me dieron la bienvenida como una familia y realmente aprecio que todos hayan sido geniales, tan acogedores. Me ayudan, me intentan explicar la cultura o cómo se nombran las jugadas. Me gustaría poder hablar con todas en castellano, estoy aprendiendo (ha solicitado un profesor), porque están siendo muy amables. Y paso momentos muy divertidos con ellas.
¿Cómo recuerda el proceso de nacionalización?
Básicamente comenzó la primavera pasada. La Federación se puso en contacto con mi agente y vimos si podría conseguir el pasaporte. Era una gran oportunidad para mí, porque España era un gran equipo y me motivaba bastante la experiencia. Luego hubo mucho papeleo, con las embajadas, tuve que ir un par de veces durante el verano. Pero funcionó y mereció la pena.
¿Conocía España? ¿Algún viaje en vacaciones o para jugar?
Sólo había estado en un par de ocasiones, jugando en Euroliga. Pero me gustaría tomarme un tiempo y conocer más España, especialmente ahora que tengo el pasaporte. Conocer más la cultura y vivir experiencias, porque creo que es un gran país.
Gustafson, tras el triunfo de España ante China.

Gustafson, tras el triunfo de España ante China.FIBA

Esta selección ha coleccionado medallas en los últimos años. ¿Sintió que llegaba a un equipo especial?
Claro que lo he sentido, desde el primer día. El estilo de juego es realmente divertido. Porque les gusta correr, les gusta ser disruptivos en defensa, el ritmo... son increíbles pasando y creando. Pero también tienes que ser capaz de anotar. Todo el mundo es muy versátil. Pueden hacer de todo en todas las posiciones. Y también siento que encajo muy bien en el sistema. Porque puedo ayudarlas y traer esos centímetros en la pintura. También puedo ser una amenaza desde el exterior. E incluso defensivamente. Está siendo algo muy grande para mí.
La Familia.
Son personas muy divertidas. Muy extrovertidas. Muy ruidosas. Tienen una gran personalidad. Estuve con ellas en noviembre (Ventanas FIBA) por primera vez, aunque estaba lesionada, en plena rehabilitación, pero ya llegué a conocerlas un poco. Y luego el Preolímpico fue mi primer torneo. Remontamos a Hungría cuando íbamos perdiendo de 20 y terminamos ganando de un punto. Recuerdo que le pregunté a una de mis compañeras. '¿Esto es normal?' Y me dijeron, 'Sí, esto es lo más normal'. Y respondí: 'Ok, estoy lista ahora'. Y aquí lo volvimos a hacer ante China, un partido loco. Así que, básicamente, me tengo que acostumbrar al juego loco de España, a los partidos locos.
Cuando Lorenzo Brown fue nacionalizado hubo mucha polémica. Sergio Scariolo llegó a hablar de racismo. ¿Ha sentido algo parecido?
Sí, escuché sobre él y su proceso. De hecho, he podido hablar un poco con él durante estos días. Creo que cualquiera que obtenga un pasaporte, en cualquier país, va a generar comentarios. Pero, al final, estamos aquí para ayudar, para ser parte de una famlia, para representar a España lo mejor que podamos con nuestras habilidades baloncestísticas. Esas son sus intenciones y también las mías. Sólo queremos mejorar a España y ayudarles. Yo creo que él ha hecho un gran trabajo. Yo espero seguir su camino.
Astou Ndour se ha quedado fuera por la norma de que sólo puede acudir una nacionalizada. ¿Qué sintió?
Sí, sé que no es posible por normativa que las dos podamos estar. Coincidimos en Dallas, durante mi segundo año en la WNBA. Ella es muy dulce, la quiero mucho. Es una persona increíble y una gran jugadora. Sé que ella ha estado con la selección nacional durante años. Tengo mucho respeto por ella. Ha tenido una carrera impresionante y la va a seguir teniendo. Sólo le deseo lo mejor.
Megan Gustafson.

Megan Gustafson.Sameer Al-DoumyAP

¿Te sientes líder en la pista?
Creo que sí. Pero creo que todas aquí somos líderes a nuestra manera. Yo soy una especie de parte de eso. Necesitaban a alguien con tamaño que pudiera aportar en la pintura. Así que me siento responsable de traer esa energía. Sólo estoy aquí para aprender. Para ofrecer todo lo que necesiten defensiva y ofensivamente.
La conocemos poco en España. ¿Cómo es Megan fuera de la pista?
Soy una chica bastante tranquila. Me gusta estar con mi familia. Tengo una sobrina. Está a punto de cumplir 10 años. Es muy dulce, su nombre es Bianca. Y también tengo un perro, su nombre es Pankeke. Es un pequeño corgi. Me encantaría que estuviera aquí conmigo, en el Village. Pero está en Las Vegas. Él viene conmigo a todos los equipos en el extranjero o en la WNBA. Es muy especial para mí y solo quiero mostrar su alegría a todos los demás.
Procede de un pueblo muy pequeño, Port Wing, al norte de Wisconsin.
Sí, hay menos de 200 personas. Sí, ahora mismo están allí mis padres, mi hermana, mi cuñado, mi tía y mi sobrina. Están todos siguiéndome atentamente.
¿Qué le gusta de España?
Simplemente, creo que es un país precioso. Los edificios, la arquitectura. Es difícil compararlo con cualquier otra cosa. Me gustan mucho las casas de estilo español, los pueblos y las áreas rurales siempre las he apreciado. Porque yo provengo de ahí. Así que sólo ver el campo español ha sido algo increíble. Me encantaría explorar más. Y también las croquetas, es mi comida española favorita. Son demasiado buenas para mí. Las amo.
Tras ganar el Eurobasket, Garuba se inventó lo de Lorenzo de Albacete. Elija ciudad.
(Ríe) No lo sé, realmente ni lo he pensado. Me pongo con ello para elegir una ciudad.

Sorribes y Bucsa caen en semifinales del dobles en los Juegos Olímpicos y pelearán por el bronce

Actualizado Viernes, 2 agosto 2024 - 18:35

Fue querer y fue no poder. Sara Sorribes y Cristina Bucsa pusieron el corazón, pero no hubo piernas y, sobre todo, faltaron manos, recursos, tenis. La pareja española de dobles cayó en semifinales de los Juegos de París ante el dúo ruso-neutral que forman Mirra Andreeva y Diana Shnaider. "¡Va, Cris, va que se puede!", animaba Sorribes al inicio del segundo set, pero no se podía.

Con más pegada y dominio de la red, Andreeva y Shnaider castigaron en casi cada golpe. El marcador fue descriptivo: 6-1 y 6-2 en una horas y cinco minutos. Ahora habrá que recomponerse porque el domingo, a les 12.00 horas, las dos españolas tendrán la oportunidad de conseguir un bronce olímpico, la cima de sus carreras, ante la pareja checa formada por Karolina Muchova y Linda Noskova. "No las conocemos nada de nada, la verdad. Yo he jugado contra Muchova y tiene buena volea, pero nunca la he visto en dobles. En todo caso, tenemos que intentar hacer nuestro juego", analizaba Sorribes sobre sus próximas adversarias.

Ambas son tenistas importantes del circuito individual, Muchova fue finalista en Roland Garros el año pasado y Noskova, de sólo 19 años, fue cuartofinalista este curso en Wimbledon, pero no tienen experiencia en parejas. Será el momento de Sorribes y Bucsa de imponer sus conocimientos en la especialidad.

"No hemos bajado los brazos"

Porque este viernes no lo lograron. Parecía el momento de tocar el cielo, pero era sólo una trampa. Ni Shnaider ni Andreeva tenían historial en el dobles, pero sólo era por su edad: 20 y 17 años. Shnaider, la chica del pañuelo -dice que las gorras le molestan-, ya está entre las 25 mejores del mundo y ganó dos Grand Slam en dobles en categoría junior. Andreeva, la gran promesa del circuito, asombró a su corta al llegar a las semifinales del último Roland Garros. Con Conchita Martínez en su palco -es la entrenadora de Andreeva-, las dos demostraron que pronto el tenis será suyo.

"Ha sido complicado, no nos han dado opción. Peron las escalaras que van de la pista a los vestuarios Sara ya me estaba dando ánimos. Hay que animarse. Tenemos por delante una oportunidad muy bonita", comentaba Bucsa y Sorribes confirmaba: "Sí, sí, hay que quedarse con lo bueno. Pese a lo que ha pasado no hemos bajado los brazos".

Y, en efecto, fue querer y fue no poder. A Sorribes y Bucsa, habituales de las pistas anexas, también les pudo la enormidad de la Philippe Langlen y el ánimo del público. De 27 y 26 años, castellonense y cántabra -nacida en Moldavia, ambas están habituadas a los torneos WTA 500 y WTA 250 y la presión y la magnitud de la posible conquista les cayó encima. Sólo hubo un conato de proeza, a final del segundo set, cuando ya estaba todo perdido. Con 6-1 y 5-1 en el marcador, lograron un break para seguir con vida y soñaron con la remontada de todos los tiempos. Ahí, golpeando con más soltura, completaron sus mejores intercambios, pero finalmente Shnaider y Andreeva cerraron el triunfo y el pase a la final en la que se encontrarán con las italianas Jasmine Paolini y Sara Errani.

Marta García: “Mi prioridad era la Medicina”

Actualizado Viernes, 2 agosto 2024 - 01:44

Marta García es una sonrisa permanente. Palentina nacida en León, es también la atleta de moda. Su 2024 es oro puro. Ha batido cuatro récords de España de carrerilla (2.000, 3.000 pista cubierta y aire libre y 5.000 metros...) y, en junio, en Budapest, logró el bronce europeo. Un estallido que no es casualidad. El año pasado tuvo que decidir, o atletismo o Medicina. Acababa de terminar la carrera y había que apostar. Acertó. Este viernes, «con sensaciones espectaculares», debuta en unos Juegos con la mirada puesta en la final del 5.000 metros.

Para saber más

Le llegó una oferta de esas que no se puede rechazar.
Me cambió la vida. No me había planteado la posibilidad de llamar al atletismo un trabajo hasta sexto de carrera. La prioridad siempre habían sido los estudios. Mi idea era acabar la carrera, hacer el MIR, entrar en el hospital y hacer la residencia. Tenía el camino claro. Entonces pensé: '¿Y si me diera unos años para correr?' La balanza tiraba hacia la Medicina. Cuando ON me ofreció esto, ser parte del equipo OAC Athletic. Apostaban por mí más incluso que yo misma. Cómo no voy a intentarlo. Muchos deportistas en España no tienen suficiente financiación como para poder ser profesionales, tienen que trabajar a media jornada, no tienen un fisio, no pueden hacer concentraciones en altitud, o su entrenador tiene dos trabajos...
De Buitrago del Lozoya se fue a vivir a St. Moritz, una concentración permanente en altitud.
Si me dices hace tres años que hago estas marcas... Aunque al principio fue un poco duro. Cambió el entrenamiento y también mi vida. Tenía mucha vida social y muchos entretenimientos... Me adapté y mi rendimiento fue bueno. Sinceramente, pensaba que podía estar en el Mundial de Budapest 2023 (fue campeona de España, pero por decisión de la Federación no fue). Fue una situación crítica, pero salí mucho más reforzada. A lo mejor empujé mucho más fuerte. Y no me fui de vacaciones porque no había mundial. Quise seguir compitiendo. La vida me lo devolvió más tarde ese esfuerzo. En 2024 está siendo el gran año.
Se puso en manos del alemán Thomas Dreissigacker, como Moha Attaoui.
Es un gurú, un científico de esto. Le gustan mucho los datos y es muy pasional. También ha dejado su vida por este proyecto. Aquí, básicamente, 'solo' tienes que entrenar, porque lo hacemos todos los días mañana y tarde. Es como un trabajo a jornada partida. Siento que trabajo 24/7, es duro, lejos de casa... Es difícil que tu pareja lo entienda. Pero es mi pasión y lo disfruto. Aunque me limita hacer otras cosas.
Marta García, durante uno de sus entrenamientos en St. Moritz.

Marta García, durante uno de sus entrenamientos en St. Moritz.Logan SwneyMUNDO

Entonces, ¿te suena mejor doctoria García o atleta García?
He decidido intentar ser las dos en la vida, pero primero una y luego la otra. No disfruté al máximo mi vida universitaria. Y en lo deportivo, quedaba campeona de España y me ponía a estudiar en el viaje de vuelta. Mi sensación es que mi vida ahora es mucho más fácil que cuando estudiaba. Mi cuerpo está más relajado. Le hice trabajar mucho y por encima de sus posibilidades en algún momento. Está bien ahora un tiempo de relax mental y de recomponerme. Fueron unos años de locos.
¿Cómo es Marta fuera de la pista?
Superactiva. Me gustaba salir de fiesta cuando era adolescente. También he estado ligada a la música. He hecho nueve años de conservatorio, tocaba la guitarra. Ahí está en casa, cogiendo polvo. Ahora leo, que antes no lo hacía. Novelas.
¿Cómo empezó en el atletismo?
Con tres o cuatro años, detrás de mi hermana. Y desde ahí no he parado. Me conquistó la competición, me gustaba ir a las carreras. Entrenar no tanto.
Tenis: Bucsa y Sorribes pelearán por las medallas tras su victoria en el supertiebreak ante las ucranianas

Tenis: Bucsa y Sorribes pelearán por las medallas tras su victoria en el supertiebreak ante las ucranianas

Actualizado Jueves, 1 agosto 2024 - 19:48

Sara Sorribes y Cristina Bucsa ampliaron las expectativas del equipo español de tenis en París 2024 y se convirtieron en otra opción clara de medalla, junto a Carlos Alcaraz, al situarse en las semifinales del dobles femenino después de batir, en un duelo con tintes épicos, a las hermanas gemelas ucranianas Lyudmyla y Nadila Kichenovk por 6-3, 2-6 y 12-10.

Fue dramático en parte porque después de perder el segundo set tuvieron el 'super tie break' muy cuesta arriba. Lyudmila, sobre todo, la más reputada en el circuito WTA, y Nadila, se colocaron con 7-3 que les acercaba al triunfo final.

Si algo tiene el dueto español es el espíritu de lucha. Se aferran a la pista. Lo hacen habitualmente en sus compromisos individuales y también en dobles. Más en los Juegos. Enmendaron con rotundidad la situación y se pusieron por delante después de ejecutar un parcial de 6-0 que les situó con dos puntos de partido. Resucitaron las ucranianas, que empataron. Otro 'match point' de España. Otro punto de las Kichenkov. Y al cuarto, sentenciaron.

Un triunfo después de una hora y 43 minutos que les lleva a las semifinales, que jugarán ante las rusas Mirra Andreeva y Diana Schnaider, que ganaron a las checas Barbara Krejcikova y Kateryna Siniakova, primeras favoritas, por 6-1 y 7-5.

Es un nuevo éxito de la castellonense y la cántabra de origen moldavo que han superado el mal trago de la temprana eliminación en individuales. No compiten habitualmente como pareja. De hecho, es un experimento que nació en el WTA 1000 de Madrid y tuvo éxito. Sin pensarlo, ganaron el trofeo. Pero acumulan juntas solo siete partidos como pareja y hasta ahora no conocen la derrota.

Arantxa, Conchita, Ruano, Medina...

Bucsa, de 26 años, que ocupa el puesto 60 individual y 20 en dobles, cuenta con cuatro éxitos como doblista. Además del logrado en Madrid con Sara Sorribes, triunfó en Estrasburgo esta campaña con Monica Niculescu de compañera, en Bogotá junto a Kamila Rakhimova y, el pasado año en Lyon, con Bibiane Schoofs. Cada torneo con una compañera diferente.

Sara Sorribes, por su parte, está más asentada con Marie Bouzkova, con la que ha conseguido los trofeos de Pekín el pasado año y Estambul en 2022. Antes, con María Jose Martínez Sánchez se llevó el trofeo en Rabat y en 2018 con Naomi Broady se estrenó en Monterrey. En total, cinco trofeos en dobles.

Sacaron adelante un duelo complicado que empezó de manera arrolladora ante un equipo en el que sobresale LyudmiylaKichenok, finalista en dobles este 2024 con la letona Ostapenko, su compañera en los últimos tiempos. Una colaboración no exitosa. Ganaron en Cincinnati en 2022. Junto a su hermana Yudmyla, con la que no juega habitualmente, ha llegado hasta cuartos en París.

Sara y Cristina pueden ser las quintas españolas en subir a un podio olímpico en dobles. En Barcelona 1992 lo hicieron Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez (plata), que repitieron en Atalanta 1996 con un bronce. Después, en Atenas 2004 Conchita Martínez y Virginia Ruano lograron también plata, igual que Anabel Medina, actual seleccionadora, y Virginia Ruano en Pekín 2008.

Balonmano: Hungría despide a España de los Juegos tras infligirle su cuarta derrota en cuatro partidos

Balonmano: Hungría despide a España de los Juegos tras infligirle su cuarta derrota en cuatro partidos

Actualizado Jueves, 1 agosto 2024 - 16:37

El partido contra Hungría era un cara o cruz y salió cruz para las Guerreras (24-27), que sumaron su cuarta derrota en el torneo olímpico de París, ciudad que abandonarán con el gusto amargo de no haber peleado con la garra que se les supone.

A falta del último duelo contra Francia, campeona olímpica y del mundo, las españolas dejan en evidencia que hay mucho trabajo para reconstruir el equipo y volver a situarse a la altura del que conquistó el bronce en Londres.

A esta España le falta continuidad, juega a trompicones y si es cierto que puede dar un elevado nivel, adolece de problemas defensivos que le han llevado a caer frente a Brasil, Angola, Países Bajos y ahora Hungría, que con este triunfo se garantiza un puesto entre las ocho mejores.

Era el partido a vida o muerte para las Guerreras, que incluso ganando tenían difícil seguir adelante, pero que debían aferrarse al último resquicio para tratar de continuar. No fue posible.

Había que recuperar el espíritu guerrero, aferrarse a la última oportunidad frente a un combinado húngaro que persigue reverdecer viejos laureles y el tono estuvo enseguida sobre la pista. Shandy Cabral recuperó el tono que no tuvo en los primeros duelos y las Guerreras llegaron incluso a colocarse con una ventaja de tres goles, 7-4 antes del minuto 10.

Pero el retorno de Hungría fue violento. Katrin Klujber emergió en el equipo magiar y con un parcial de 5-0 dio la vuelta al duelo, en el marcador y en el control del partido.

A remolque, las españolas trabajaban duro para no dejar escapar a Hungría, que llegó a tener una renta de cuatro a falta de cinco minutos, una renta que el empeño final de las Guerreras dejó en dos al descanso.

Tras el intermedio, las españolas no supieron sacar partido a una exclusión de Petra Vamos y Hungría volvió a poner tierra de por medio, cinco goles de margen en el 35, 14-19, que obligaban de nuevo a un golpe de orgullo.

Llegó de la mano de Shandy, de la inspiración de Nicole Wiggins en la portería, que devolvió a las Guerreras al partido, 21-20 en el ecuador de la segunda parte.

Las cartas se repartían de nuevo, los dos equipos eran un manojo de nervios, las imprecisiones se multiplicaron y las porteras emergieron buscando ser las heroínas de la noche. Hacían falta manos calientes capaces de afrontar el momento crítico. Klugber y Vamos fueron las más lúcidas en esos instantes en los que cada gol valía su peso en oro.

A España le tembló más el pulso y Hungría abrió de nuevo un hueco de tres, un colchón sobre el que ganar confianza para afrontar el tramo final. Ya no hubo combustible para una nueva reacción de las Guerreras.

La marcha relanza a España con la plata de María Pérez y el bronce de Álvaro Martín

La marcha relanza a España con la plata de María Pérez y el bronce de Álvaro Martín

El sol saliendo por el río Sena después de la tormenta, la luz iluminando la Torre Eiffel como un foco y los marchadores brillando, fugaces y esforzados, sobre el puente d'Iéna. Tenía que ser así, con este resplandor, como España celebrara sus siguientes medallas en estos Juegos de París. María Pérez se colgó la plata en los 20 kilómetros marcha tras una carrera de menos a más y Álvaro Martín fue fuego en la categoría masculina y se llevó el bronce. Ambos, campeonísimos del mundo, campeones de Europa, alcanzaron así lo que le faltaba: un podio olímpico.

La dolorosa gesta de Pérez

Antes de este jueves, Pérez venía de unos meses de dolor, mucho dolor, un dolor que sólo ella conoce, pero que se puede imaginar sólo con el diagnóstico: se fracturó el sacro. Con una pequeña lesión en la zona fue dos veces campeona del mundo el pasado verano, pero la dolencia se fue agravando, se fue agravando y finalmente tuvo que pasar por el quirófano. Operación. Rehabilitación. Y una renuncia a los analgésicos en la que empezó la competición: para volver a marchar a toda velocidad tenía que acostumbrarse al dolor, recuperar la sensibilidad en esa zona, aunque fuese una tortura.

Durante un par de semanas, en invierno, casi no podía ni moverse. Pero recibió su recompensa. "¡La madre que te parió, la madre que te parió!", le felicitaba Martín en la meta, después de aplazar su propia celebración para animarla. Pérez lloraba y lloraba, completamente exhausta después del esfuerzo y de tantos y tantos minutos de control. Porque la española, que a lo largo de su carrera cometió errores de estrategia, que en tantas carreras que se lanzó para hundirse después, esta vez fue consciente de sus opciones a la perfección. La china Jiayu Yang demarró con violencia en el kilómetro 5 y Pérez, en lugar de irse con ella, esperó. Al frente del grupo, aguardó porque su momento no era ese. Era mucho más tarde, en el kilómetro 14, cuando rompió con todo para irse a por la plata.

La Reina Letizia felicita a María Pérez y Álvaro Martín tras su plata y bronce en Paris@casareal.es

Pudo ser oro, incluso, pero una tarjeta le frenó en plena remontada y Yang supo mantenerse. A la prueba llegaba Pérez con ciertas dudas sobre su estilo técnico -los jueces llegaron a ponerle cómo ejemplo de lo que no se debía hacer en un congreso-, pero sobre el asfalto no tuvo problemas. Al final, a los 28 años, la plata que redondea su palmarés, que le da sentido a tanto dolor y que relanza a España en el medallero.

El bronce y los "últimos Juegos" de Martín

Porque antes de su éxito, hubo el éxito de Martín. Si hace tres años en los Juegos de Tokio acabó cuarto, la carrera más dolorosa, en estos Juegos de París el marchador también demostró que había aprendido la lección para finalizar tercero sólo por detrás del ecuatoriano Brian Daniel Pintado y el brasileño Caio Bonfim

"Si atacas que sea para no mirar atrás", le repetía su entrenador, José Antonio Carrillo, en los días previos y no hacía falta: lo sabía, Martín lo sabía. En Tokio las ganas, las ansias, los nervios le llevaron a lanzarse cuando no tocaba y, de ahí, su decepción. Este jueves en el escenario más bonito que ha tenido nunca la marcha, el marchador español aguantó y aguantó hasta el toque de campana. "Es ahora, es ahora", le gritaban los suyos y Martín, siempre impertérrito, cambiaba la cara.

Con él, en ese último kilómetro, Pintado,Bonfim y el italiano Massimo Stano, todos rivales más que conocidos. Con él, en ese último kilómetro, la posibilidad de tocar el cielo. Atacó Pintado primero, violento hacia el oro, se fue con él Bonfim y Martín supo que era el momento: si seguía detrás, era medallista olímpico. En los últimos metros, en el empedrado del Trocadero, Martín miraba para atrás para controlar el ataque de Stano y ya estaba, ya lo tenía. En la meta, derrumbe: no podía más.

"Hoy mi oro era este bronce, lo he dado todo. Pintado era superior al resto y mi esperanza era que Bonfim, que tenía dos tarjetas, se quedara atrás. Al final ha podido atacar y me he quedado con esa medalla, que para mí lo es todo", explicaba Martín, emocionado, en zona mixta, antes de anunciar que "seguramente serán mis últimos Juegos". "Tengo 30 años y creo que la máquina y la cabeza no me darán para más", aseguraba antes de abrazar a Carrillo. Una medalla para España, en una de las dos que hubo en la mañana más brillante, bajo la luz que salía por el río Sena y que iluminaba la Torre Eiffel.

La medalla se escapa para Fátima Gálvez y Mar Molné

La medalla se escapa para Fátima Gálvez y Mar Molné

Cuando Julieta ha visto hoy entrar a su hija al centro olímpico de tiro de Châteauroux con la escopeta en la mano la ha visualizado cuando tenía 14 años y se iba con su padre a cazar. "La escopeta era más alta que ella", dice emocionada. "Pase lo que pase, el haber llegado hasta aquí hoy, para mí ya es una campeona", señala. Su hija es Mar Molné (Morrel, Tarragona, 22 años), ya no tiene 14 años, sino 22 y ha estado cerca de ganar su primera medalla olímpica. Ha quedado cuarta en la final de tiro de los Juegos de París, que también ha dejado finalmente fuera del medallero a la veterana Fátima Gálvez (Baeza, 37 años).

Ambas representaban a España en esta final a seis, donde Adriana Ruano otorgó el oro a Guatemala, seguida por la italiana Silvana Stanco y la australiana Penny Smith. En la primera jornada se habían situado ya en los dos primeros puestos, tras realizar 75 disparos al plato en su debut olímpico. Esto dio esperanzas de obtener medalla hoy. Sobre todo Mar, que es la primera vez que compite en unos Juegos. "Estoy muy contenta, aunque no nos hayamos llevado medalla. Ni se me ocurría pensar que podía llegar hasta aquí y lograr un cuarto puesto. Esto ya es una medalla", dice.

"Más aún con mi edad, además, porque yo tengo sólo siete años de competición y el resto son veteranas, competir era difícil", admitió la joven atleta. Ella se estrenaba en París, pero Gálvez ya ganó un oro en Tokio en 2020 en la prueba mixta con Alberto Fernández. Quedó en cuarto lugar en Río 2016 y en el quinto en Londres en 2012. Tiene, además, seis medallas en Mundiales. "Parece que soy la chica de los diplomas, porque al final no llego a la medalla individual", ha bromeado. Considera que le han fallado "los primeros tiros, por la luz. No he conseguido adaptarme a la luz que tenía de fondo, que siempre me pasa factura", ha dicho.

"Papá, déjame probar"

El padre de Mar, David, cuenta que fue por él por quien la joven empezó a coger la escopeta. Él siempre ha hecho tiro y su hija le acompañaba. "Un día me dijo: 'papá déjame probar'. Así empezó", relata, orgulloso. Cuando pidió una escopeta tenía 14 años. Empezó a manejarla, aprendió, se sacó el permiso de armas y así comenzó todo. Se fue a Granada con la Federación. Empezó con un entrenador. Cuando conquistó el Europeo júnior, tuvo que decidir entre sus dos pasiones: el tiro o la música. Ganó lo primero.

"En la música siempre ha sido tan buena como en el tiro", dice su madre. Aunque "en esto también era raro, porque tocaba la gralla, que un instrumento de viento. La música siempre ha sido muy importante para ella, es lo que le ayuda a concentrarse", dice. Es curioso, las dos medallistas estudian Psicología. Mar empezó Magisterio, pero se cambió.

El centro de tiro olímpico de estos Juegos está en Châteauroux, en la zona de castillos del Valle del Loira. Esta localidad tiene una media de 56 metros cuadrados de zona verde por habitante. La instalación se ha localizado ahí porque debe situarse en un campo militar, aunque llama la atención el contraste. El campo de tiro, donde hace un calor insoportable, está abarrotado y una gran parte de la grada con banderas de España. A Mar han venido a animarla, además de sus padres, sus tíos y su prima. Su abuela se ha quedado en casa "sufriendo por ella". "Haber llegado hasta aquí ya es un logro, nos iremos contentos igual", dice su madre.

El triatlón, entre la bacteria, las “trampas” y el alarde de Alberto González: “Somos los payasos del circo”

Actualizado Miércoles, 31 julio 2024 - 13:14

La noche había sido insoportablemente calurosa y húmeda y durante la madrugada rompió la tormenta sobre París, pero finalmente el triatlón se pudo disputar en el turbio Sena. Se confirmó a las 4 de la mañana que la calidad de las aguas del río eran aceptables para la práctica deportiva, que el nivel de bacteria E. coli estaba por debajo de los límites, algo que no había ocurrido los días previos y que obligó a suspender los entrenamientos y a aplazar la prueba masculina, prevista para el martes.

Para saber más

En las puertas de la Villa Olímpica, la noche antes, el malagueño Alberto González (que firmó una magnífica prueba, coronada con diploma olímpico) no daba crédito ante tanta expectativa frustrada, ante el daño a la imagen de su deporte. El día previo, los tres integrantes del equipo español masculino se habían despertado de madrugada, por si acaso. "Yo lo que quiero es que ocurra ya", protestaba, sin querer dar pábulo a la última y más terrible -para él, gran nadador- posibilidad de convertirlo en duatlón.

El empeño de París y su Ayuntamiento en que los Juegos dejarán el legado de un Sena apto para el baño ha traído de cabeza al triatlón. Una inversión 1.500 millones de euros para un proyecto de regeneración del río que busca, entre otras cosas, hacer que el Sena sea seguro para nadar después de 100 años de prohibición.

Cassandre Beaugrand cruza la meta en el puente Alexandre III de París.

Cassandre Beaugrand cruza la meta en el puente Alexandre III de París.Vadim GhirdaAP

En la prueba femenina, que arrancó como estaba previsto a las 8 de la mañana, triunfó la local Cassandre Beaugrand, la favorita. Anna Godoy, legendario apellido del triatlón español, finalizó en una digna 17ª posición, quitándose la espina de Tokio, donde no pudo acabar. Estaba feliz en la meta del puente Alexandre III, pero también contrariada por lo sucedido. Pues la salida del agua estuvo rodeada de polémica. "Estoy enfadada con la Federación Internacional, porque ha habido salida nula y no lo han parado. Se han reído de nosotros. Ha sido muy exagerado, como cinco segundos antes", denunció en la zona mixta a EL MUNDO. En el mismo sentido iba Miriam Casillas, 33ª. "La natación ha sido muy complicada. Hemos empezado con bastantes salidas falsas y una pena que la Organización haya decidido no penalizar a los atletas que hacen trampa", dijo la extremeña.

Las demás quejas iban por todo los sucedido anteriormente. "Haber corrido aquí ha sido brutal. Pero la salud es lo primero y no lo han tenido en cuenta. En el Sena no vemos la suciedad, hemos nadado en sitios peores, el problema es la bacteria. Los que hayan tragado agua...", avanzaba Godoy, con la mente puesta ya en el relevo mixto del día 5. "Se ha pensado poco en el atleta y mucho más en la imagen de París, vender el Sena. Si hubiera habido un plan B de verdad que no fuera a cambiar cambiar nuestro deporte, porque el duatlón ni siquiera es nuestro deporte. Realmente, aún nadando hoy, sabemos que los límites de la calidad del agua están un poco ahí, en entredicho. Somos un poco como los payasos del circo", cerró Casillas.

Las nadadoras se lanzan al río Sena al inicio de la prueba de triatlón.

Las nadadoras se lanzan al río Sena al inicio de la prueba de triatlón.Vadim GhirdaAP

A continuación los chicos, con mucho más calor y una natación en la que las fuertes corrientes del Sena marcaban todo. Alberto González, el mejor de los nuestros en el agua, salió sexto y, durante la primera vuelta en bici, al paso por meta, se dio el gustado de intentar atacar, pasando en primera posición. Después se formó un enorme pelotón en el que no estaban ni Antonio Serrat y Sánchez Mantecón.

La victoria fue para el rapidísimo Alex Yee, que remontó en los últimos metros al neozelandés Hayden Wilde, con González, que salió quinto en la segunda transición, volviendo a remontar para firmar un estupendo octavo puesto, diploma olímpico para el triatlón español.

Alberto González también comentó en la llegada la polémica con las condiciones del agua del Sena, el aplazamiento de la prueba y la posibilidad que se barajó de pasar del triatlón al duatlón. "Tú no puedes enterarte a las 4 de la mañana de que tienes la prueba olímpica, cuando antes se barajó lo del duatlón y retrasarla al día 2", aseguró en la meta.

"Hay unos límites y eso no se puede permitir, ha sido una falta de respeto de la organización. Ya sabemos que somos los peones en este tablero de ajedrez, los atletas tenemos la última opinión, y no miran por nosotros. Competimos en un deporte duro, nos adaptamos a casi todo, pero hay unos límites", subrayó.