El ex ciclista estadounidense Lance Amstrong, al que le quitaron 7 Tours de Francia por doparse, ha anunciado el fin de su adicción al alcohol, informa Efe. Y lo ha hecho publicando un mensaje en las redes con el eslogan "Eso fue entonces, esto es ahora".
Armstrong (Texas, 53 años), explica en sus redes sociales que ha buscado inspiración en esa frase durante la última década, dentro de "una vida interesante" que le llevó a sinsabores como verse atrapado en el dopaje deportivo y en la adicción al alcohol.
"Hoy hace un año decidí que mi relación con el alcohol había terminado y que ya no era lo mejor para mí. Y tampoco lo mejor para mi familia, mis amigos, mi equipo y mi comunidad", señala Armstrong.
Ahora, aquel dominador del ciclismo entre 1999 y 2005, con las citadas consecuencias, el mismo que superó un cáncer en los años 90, reflexiona sobre su última batalla para vencer al alcohol.
"Creo que todo en la vida debe verse como una bomba o un desagüe. Un activo o un pasivo. Un aspecto positivo o negativo. El alcohol se había convertido en un desagüe, un pasivo y un factor negativo para mí. Esa fue mi decisión y, hoy, siento que ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida", explica.
El ex corredor del Astana y Radio Shack, entre otros equipos, giró a tiempo cuando empezó a ver serias dificultades en su vida. "Hace seis meses mencioné que había escuchado una "voz interior". Un año después de este viaje, todavía escucho esa voz, solo que ahora me dice: "Hola Lance, estoy muy orgullosa de ti", y me alegra el día cada vez que la escucho.
Armstrong se siente agradecido a su esposa "por su apoyo increíblemente considerado durante los últimos 12 meses". " Cariño, eres mi salvación y te amo inmensamente", reconoce Armstrong.
El también ex ciclista alemán Jan Ullrich, rival histórico de Armstrong en las carreras, también luchó durante años contra la adicción al alcohol y las drogas.
Armstrong prestó ayuda a Ullrich, con quien estableció un estrecho vínculo de amistad. El americano ayudó al alemán y ambos han entrenado juntos a menudo en los últimos meses. Una historia común, de momento con final favorable.
De Albania a Roma -incluida una pequeña incursión en Eslovenia en el final de la 14ª etapa, guiño al vigente ganador Tadej Pogacar pero también a la estrella ya confirmada para 2025, Primoz Roglic- , un Giro exigente, variado, de menos a más, con no demasiados kilómetros de contrarreloj y de sterrato y paso por puertos míticos como el Mortirolo, Finestre o Sestriere.
Este lunes, en el Auditorio Parco della Musica, con la presencia de Urbano Cairo (presidente de RCS MediaGroup), Edi Rama (primer ministro de Albania), Roberto Gualtieri (alcalde de Roma) o Antonio Tajani (ministro de Asuntos Exteriores italiano), entre otras autoridades -y con Vicenzo Nibali y Alberto Contador como estrellas-, se desveló el recorrido de la Corsa Rosa, su 108 edición, la que buscará sucesor a un Pogacar que, aunque todavía no lo ha descartado oficialmente, no estará en la Grande Partenza del 9 de mayo. Sí Roglic, y Juan Ayuso, Mikel Landa, Adam Yates, Nairo Quintana, Van Aert, Pello Bilbao o Caparaz. Y probablemente, ese será el mayor reclamo, un Jonas Vingegaard que quería aguardar a conocer el trazado.
Urbano Cairo, con Edi Rama el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri.AFP
Y ahí lo tiene el escalador danés, 52.000 metros de desnivel (10.000 más que en 2024), con tres llegadas en alto, especialmente señalada la penúltima etapa, con final en Sestriere, el día que se asciende al Colle delle Finestre, la Cima Coppi a 2.178 metros de altitud: 18 kilómetros al 9,3% con los últimos ocho de grava, en la misma que Chris Froome dejó una página para la historia en 2018. Hay otras cuatro jornadas de alta montaña muy exigentes, pero también dos contrarrelojs, la de Tirana en el segundo día y los 28,6 km. entre Luca y Pisa de la décima. Y el sterrato de la Strade Bianche con final en Siena.
«Cuando hablamos del Giro siempre hay mucha emoción. Estamos trabajando para tener grandes campeones entre los participantes», anunció Cairo.
Gino Bartali y Fausto Coppi no estaban solos en la célebre fotografía que pasó a la historia como emblema de los valores del deporte y también como representación de una sociedad dividida por la política y la religión. Una imagen adornada por un cautivador misterio jamás resuelto.
La ilustración de Carlo Martini muestra a los dos italianos en el ascenso al puerto del Télégraphe, en la undécima etapa del extraordinario Tour de Francia de 1952 (ese en el que Bernardo Ruiz finalizó tercero y se estrenaron las subidas a Alpe d'Huez y Puy de Dôme, ambas coronadas en primer lugar por Coppi, ganador de la carrera). Ahí aparecen Bartali, el veterano, el cristiano (salvó la vida a centenares de judíos al conseguir de forma clandestina pasaportes y salvaconductos en la Segunda Guerra Mundial), y Coppi, el joven, el ateo. Ambos enlazados por un botella de agua. Ni el fotógrafo ni los corredores aclararon el contexto exacto de la secuencia y a partir de ahí comenzaron interminables disputas. ¿Quién pasó el agua? ¿Quién hizo el favor? ¿El generoso fue el ciclista de la Democracia Cristiana o el comunista, el devoto o el agnóstico, el tradicional o el moderno? La imagen de un país fracturado.
La foto, publicada en el número 28 de la revista Calcio e Ciclismo Illustrato, fue convenientemente editada para que sólo aparecieran los ídolos italianos. En la original (descubierta por Carlo Delfino) también aparecía el belga Stan Ockers, (segundo en aquel Tour), ídolo de Eddy Merckx. Justo por detrás de Bartali se adivinan un pie y un brazo de otro corredor. Ese corredor escondido es Bernardo Ruiz, que ahora aclara aquella secuencia. El ciclista centenario dice que aquel día hacía mucho calor, que Coppi escalaba el Télégraphe con mala cara y que junto al italiano subía un grupito, con Bartali, Ockers y él mismo, por detrás iban el también español Antonio Gelabert, el francés Raphaël Géminiani y el belga Alex Close. Entonces se corría por selecciones, no por equipos.
Ruiz, en su casa de Orihuela, muestra fotos de su etapa ciclista.CARLOS GARCÍA POZO
«Veníamos muy castigados», señala Ruiz, «después de subir la Croix de Fer, para mí uno de los puertos más duros. Coppi iba fatigado, se había quedado sin agua y no estaba permitido avituallarnos en los ascensos. Entonces, el seleccionador italiano [Alfredo Binda], que dirigía a Coppi y a Bartali, se adelantó al pequeño pelotón y entregó una botella de agua (no un bidón) a un chica que estaba al borde de la carretera para entregársela a Coppi. ''Cuando lleguen por aquí los corredores se la das al ciclista que va de amarillo'', le dijo. Pero la mujer, francesa, posiblemente no entendió bien el mensaje del italiano, y se la entregó al que llevaba el maillot verde, a Gino Bartali. 'Al de amarillo, al de amarillo', le gritaba el entrenador, pero ella no le escuchó. Bartali tomó la botella y con ella rellenó los bidones que llevaba en su bicicleta y cuando terminó se la cedió a Coppi. Bartali entregó la botella a Coppi, pero lo cierto es que se aprovechó de una confusión. Así fue».
Aquella etapa, con final en Sestriere, la ganó Coppi. El segundo fue Bernardo Ruiz, a más de siete minutos. El centenario, testigo y notario de la foto más icónica.
«¿Usted fuma? Es que me he quedado sin tabaco». El pionero, que se apoya en un andador para moverse por su casa en el casco antiguo de Orihuela, recibe al reportero rodeado de centenares de fotografías y de trofeos cosechados en su gloriosa trayectoria. «Ahí estoy con Fausto Coppi. Para mí, siempre fue el mejor». El próximo miércoles, Bernardo Ruiz cumplirá 100 años. Podría irse con sus hijos, pero prefiere vivir solo. Hasta hace cuatro años paseaba a su pequinés y acudía diariamente al casino de su pueblo para «echar la mañana», leer la prensa y tomar un café, pero tras someterse a una operación de vejiga, y permanecer 10 días en la cama de un hospital, apenas sale a la calle. En invierno se queda en casa, donde le cuidan dos chicas, una por la mañana y otra por la noche. No sale para evitar el frío, la gripe y el covid.
Bernardo Ruiz fue el primer ciclista español en ascender al podio del Tour de Francia, en 1952. Fue tercero tras Coppi y el belga Stan Ockers. También fue el precursor en las victorias de etapa en el Giro de Italia: en 1955 estrenó palmarés en una jornada con salida y llegada en Roma. Fue el primer español en conseguir dos triunfos en un mismo Tour (1951), en las metas de Brive y de Aix-les-Bains. En su curriculum figuran la Vuelta a España de 1948 y tres campeonatos nacionales de ruta (1946, 1948 y 1951). Está considerado el primer ciclista profesional de España.
El Pipa ha perdido la audición, pero conserva una fecunda memoria. Explica con detalle cada una de las imágenes que reposan en las mesitas o adornan las paredes de su casa. «Esta foto es de la Vuelta a España, aquella en la que gané 17.000 pesetas. La última etapa terminó en el recién estrenado estadio Santiago Bernabéu. Para mí, la Vuelta siempre ha sido más divertida que el Tour», sostiene mientras recalca que aún sigue las carreras por televisión. «No sólo ve las pruebas en directo, sino también los resúmenes y los reportajes que emiten después», añade su hijo Bernardo, un farmacéutico que lleva trabajando 44 años en Orihuela. Él es una ayuda fundamental para encauzar la conversación con el periodista, porque nadie conoce e interpreta al pionero mejor que él.
Ruiz, con una portada del Marca, en su casa de Orihuela.CARLOS GARCIA POZO
El próximo día 8, en la casa del centenario se reunirán sus cuatro nietos y dos bisnietos y el resto de la familia de su hijo y de su hija Margarita, abogada. No estará el tercer hijo, Miguel, un sacerdote que fue misionero durante 30 años en Perú y que ahora se encuentra en Guerrero (México), colaborando en la construcción de un hospital.
Nunca pinchaba
El aniversario se completará con una exposición del artista Miguel Soro en la lonja de Orihuela, en la que se exhibirán retratos de un corredor que abrió sendero y rompió moldes. Ruiz no respondía a los cánones de los ciclistas españoles: pequeños y escaladores. Él era robusto, alto para la época (1,75 metros), fuerte y muy sólido en las subidas y en el llano. Decían que casi nunca pinchaba y que guardaba un secreto: inflar los tubulares nuevos, colgarlos como chorizos en su casa y dejarlos curtir durante dos años. Su primera bici profesional, una Alcyon, la compró en 1941 con las 500 pesetas (una fortuna) regaladas por su hermano Tomás, que combatió en Rusia con la División Azul.
Bernardo era un tipo duro hecho a sí mismo. A los nueve años faenaba en el campo y a los 11 le sorprendió la Guerra Civil. Cuando era un chaval fortaleció sus piernas y carácter dedicándose al estraperlo. Tiempos de hambruna. «En casa teníamos que trabajar para comer. Mi padre era campesino. Yo iba con mi bicicleta desde Orihuela a Cartagena cargado con aceite, cereales, tabaco, harina, pan... Llevaba 50 kilos por malos caminos, evitando a la Guardia Civil. Un día y medio para ir y volver». La vida dura de un niño que ha presenciado tres reinados (Alfonso XIII, Juan Carlos I y Felipe VI), una República, una Guerra Civil, una posguerra, una dictadura y una democracia. Decidió dedicarse al ciclismo cuando, siendo un chaval, ganó una carrera de aficionados y le premiaron con 25 pesetas, el triple de lo que ganaba su padre en un mes.
Bernardo Ruiz.CARLOS GARCIA POZO
«Nunca lo he tenido fácil, pero disfruté mucho con el ciclismo. Es un honor haber sido el primero», señala un corredor que fue rival de Federico Martín Bahamontes (el toledano también se dedicó al estraperlo), que debutó a nivel nacional en 1945 y se retiró en 1959 para dedicarse a la dirección de equipos. Dejó la bicicleta y empezó a fumar. «Sigue con sus cigarros, aunque se los controlamos un poco. Es que se pone a toser y no puede dormir», advierte su hijo.
Ruiz dirigió al equipo Faema de España (una prolongación de la escuadra belga liderada por Eddy Merckx). Fue el maestro de Angelino Soler, el vencedor más joven de la historia de la Vuelta a España (21 años, en la edición de 1961). «Me decían que estaba loco porque cuando casi nadie le conocía yo le hice un contrato de 100.000 pesetas. Cuando ganó la Vuelta, todos tuvieron que callarse. También di la primera oportunidad a Julio Jiménez... Creo que tuve buen ojo como director». Luis Puig le ofreció, sin éxito, ser seleccionador nacional. No aceptó porque las condiciones económicas le parecían insuficientes. Para el ex presidente de la Federación, sólo Miguel Poblet y Jesús Loroño estaban a la altura de los conocimientos de Bernardo Ruiz.
Vendedor de motos y bicicletas
El Pipa, tras dejar la dirección técnica de los equipos, regresó a Orihuela, donde regentó un establecimiento de venta de motos y bicicletas. Fue delegado de Moto Vespa en Alicante. Tras jubilarse, se dedicó a cuidar un pequeño huerto. Hace 10 años, la organización de la Vuelta le homenajeó por el 80º aniversario de la carrera. Entonces, el abuelo del ciclismo español comentaba a este periodista lo absurdo que resulta comparar el ciclismo de entonces con el de ahora: «Dicen que los ciclistas de antes no teníamos estilo, pero ¡cómo íbamos a tenerlo si las carreteras eran de tierra y estaban repletas de baches! Entonces no había equipos, participábamos en grupos de selecciones y peleábamos todos contra todos. Era un ciclismo individual, no había gregarios. Todos éramos rivales y atacábamos cuando nos parecía».
También confesaba que añoraba la diversión de antaño: «El ciclismo de mi tiempo era más entretenido, ahora en el Tour sólo hay tres etapas de montaña en los Alpes y otras tres en los Pirineos. El llano es monótono. Había más emoción». Este pionero vaticinaba que después de las retiradas de Alberto Contador, Alejandro Valverde y Purito Rodríguez se producirá un gran bajón en el ciclismo español. Un visionario sabio que cumple 100 años. La memoria de España.
Convierte lo majestuoso en rutinario. La conquista de desafíos extremos incentiva al esloveno Tadej Pogacar (Komenda, 21 de septiembre de 1998), un ciclista colosal que en 2024 firmó la temporada más gloriosa, con la consecución de la triple corona: Tour de Francia, Giro de Italia y Mundial de ruta, unos galardones que en un mismo año sólo habían conseguido Eddy Merckx (1974) y el irlandés Stephen Roche (1987). El esloveno superó a sus predecesores por el peso específico de los otros triunfos de la campaña: Giro de Lombardía, Strade Bianche, Lieja-Bastoña-Lieja, Volta a Cataluña (más cuatro etapas), Gran Premio de Montreal y Giro de Emilia.
En 2024, Pogi alcanzó 25 triunfos, igualando el récord del esprinter italiano italiano Alessandro Petacchi, en 2005. El líder del UAE triunfó desde febrero a noviembre, sin saltarse hojas del calendario, como hacían los héroes de antaño.
Un año para la antología, con páginas firmadas con trazos épicos, como el Mundial en ruta de Zúrich. Pogacar, en otro ejercicio tremendo, se fugó del grupo de favoritos a falta de 100 kilómetros para meta. Por el camino atrapó y superó a una ristra de 16 escapados y tomó la cabeza a falta de 70 kilómetros. Por detrás, sus rivales apretaban, sobre todo, Remco Evenepoel, que quería hacer historia ganando en un mismo año el doble oro en ruta y contrarreloj en los Juegos Olímpicos y en el Mundial. La renta nunca superó el minuto. Antes de culminar la última subida del circuito, el esloveno sufrió un pequeño desfallecimiento y cuando parecía que iba a ser atrapado tiró de coraje y orgullo para mantener la fuga y presentarse en la meta con un tiempo de 6:27:30. A 34 segundos llegaron el australiano Ben O'Connor y el neerlandés Mathieu van der Poel. Fuera del podio quedaron Ben Healy, Toms Skujins, Evenepoel, Marc Hirschi y Enric Mas.
«Había una escapada peligrosa por delante y quizá mi ataque fue estúpido, pero nunca me di por vencido. No sé en qué estaba pensando, pero por suerte lo he conseguido», declaró el fenómeno tras cruzar la línea de meta, impactar al público y rubricar su gigantesco reto. Hasta Eddy Merckx se rindió ante la gesta: «Obviamente las épocas no se pueden comparar, pero estamos ante un corredor increíble. Yo nunca ataqué a 100 kilómetros de la meta en un Campeonato del Mundo. Lo que logró resultaba inimaginable».
En el Tour, con un Jonas Vingegaard lejos de su plenitud de forma, arrasó con seis victoria parciales. Idéntica marca cosechó en su debut en el Giro de Italia (aventajó al segundo, el colombiano Daniel Felipe Martínez, en cerca de 10 minutos). Una temporada fabulosa que espera repetir en este 2025, aunque reconoce que el objetivo será complicado. «No sé si ha sido la mejor campaña de la historia, pero para mí sí lo fue. Fue un año fantástico y lo pasé muy bien», ha señalado el corredor del UAE en la concentración de diciembre de su equipo en Benidorm.
Nutrición y descanso
A sus 26 años, el nuevo fenómeno de ciclismo asegura que todavía le quedan escalones por subir. «Soy joven, por lo que hay espacio para crecer, mejorando el entrenamiento, la nutrición y el descanso», dice.
El campeón esloveno no oculta que le gustaría ganar las tres grandes vueltas en un mismo año (lo que nadie ha conseguido), pero aclara que ahora eso no es una «prioridad», eso sí asegura que su forma de correr, apelando siempre a la improvisación, y sus ataques de lejos no cambiarán: «El ciclismo es uno de los deportes más libres en lo que respecta a tácticas, me gusta esa parte impredecible».
Pogacar, que percibe del UAE el sueldo más alto de un ciclista (ocho millones de euros anuales y un contrato hasta 2030), se ha rodeado de una selecta relación de gregarios (Ayuso, Almeida, Yates, McNulty, Sivakov, Del Toro) y de los técnicos más valorados. En la nómina de preparadores figura Javier Sola, que asegura que el esloveno tiene margen de mejora y que su reinado se extenderá por varios años. El español, en una entrevista a CyclingNews, ha apuntado que el nuevo curso llegará con novedades: «Es evidente que Pogacar tiene una buena formación y en ese aspecto no hemos hecho cambios serios. Básicamente, hemos introducido un poco de entrenamiento de fuerza en el gimnasio y hemos mejorado su composición corporal, trabajando más con la bicicleta de contrarreloj. Ahora, Tadej tiene más experiencia, así que es el momento de intentar esforzarse un poco más. Creo que todavía puede mejorar un poco, pero no puedo predecir cuánto. No tengo una bola de cristal».
Su gran objetivo para el nuevo año es reconquistar el Tour Ya suma tres títulos y si venciera lograría un póker, como hizo Chris Froome. Con cinco figuran Merckx, Anquetil, Hinault e Indurain. En esta temporada también ha ganado el Giro y en el nuevo año se ha propuesto vencer en la Vuelta a España (23 agosto-14 septiembre) porque es la única gran ronda que no figura en su palmarés. También podría pelear por conseguir los dos únicos Monumentos que no atesora (París-Roubaix y Milán-San Remo) y por la reconquista del Mundial de ruta, que se disputará en Ruanda.
El antiguo ciclista francés Pascal Hervé, que llegó a vestir en una etapa la 'maglia rosa' en el Giro de 1996 (antes de verse implicado por el caso Festina) murió el 24 de diciembre a los 60 años, anunció la Unión Nacional de Ciclistas Profesionales (UNCP).
Las circunstancias de su muerte no fueron precisadas, pero el pasado mes de septiembre reveló haber sido operado de "un tumor canceroso en el estómago" a mediados de año.
"Pascal era una figura emblemática y una voz imprescindible de nuestro deporte. La gran familia del ciclismo está de luto", reaccionó en X la UNCP francesa.
El anuncio de su muerte suscitó las muestras de condolencia en redes sociales de muchos de sus antiguos compañeros, como Laurent Brochard.
Ex campeón del mundo amateur, Pacal Hervé había puesto fin a su carrera con 37 años tras un control positivo en el Giro de Italia de 2001, tres años después de ser suspendido dos meses por su implicación en el caso Festina, junto a Richard Virenque, del que fue fiel gregario durante mucho tiempo.
Un rato después de su conversación con EL MUNDO, a Vincenzo Nibali (Messina, Italia, 1984) el primer ministro de Albania, Edi Rama, lo va a calificar durante la presentación de la Grande Partenza como el Cristiano Ronaldo de la bicicleta. "Messi, Messi", le bromea Mauro Vegni, director del Giro. Forzadas o no, quizás las comparaciones hagan justicia al Squalo dello Stretto, retirado hace dos años, uno de los Siete Magníficos del ciclismo mundial, los únicos que han sido capaces de ganar las tres grandes, Tour, Giro y Vuelta (Jacques Anquetil, Felice Gimondi, Eddy Merckx, Bernard Hinault, Alberto Contador y Chris Froome). Con un par de kilos recuperados de la vida de ex ciclista, el Tiburón luce un aspecto estupendo: "Ya no monto como antes, que sólo era entrenando. Ahora es por diversión y por experimentar la bici. Pero sigo muy de cerca el mundo de las carreras".
¿Le dio tiempo a echar de menos su etapa profesional?
No, no. Estoy muy contento de haber tenido una carrera así. Me despedí en el mejor momento, cerré mi etapa corriendo, la última fue la Vuelta, precisamente donde gané mi primera gran carrera por etapas. Cuando terminé estaba feliz.
¿Qué opina de la salida del Giro en Albania?
Será una Grande Partenza inédita, así que vamos a descubrir un nuevo país y unas nuevas rutas para el Giro. Es un país que se aficiona al ciclismo, que se acerca a él como lo hizo antes Hungría, donde fue la salida de 2022 en Budapest en la que yo estuve presente. El ciclismo se ha vuelto mucho más global, más vivo. La bici es ya una parte del desarrollo de los territorios. Así lo estamos viviendo también en los Emiratos Árabes. En Albania hay mucho interés y siempre ha tenido un gran binomio con Italia. Y en cuanto al recorrido, los corredores van a tener que llegar en buena forma para no sufrir en este inicio. A tipos como Remco [Evenepoel] la crono del segundo día se les puede dar bien.
El próximo día 13 se conocerá en Roma la participación, hay muchas expectativas.
Roglic ya es seguro, Vingegaard está un poco en duda, pero creo que si decide correr su primer Giro lo hará con grandes ambiciones. Y Ayuso. Si todo va bien, parece que las tres primeras posiciones están ya repartidas [ríe]. Juan es un joven muy interesante, que este año ha crecido muy rápidamente. Y seguramente en el Giro de Italia se podrá exprimir al máximo.
No tuvo dudas de que Pogacar era capaz de ganar Giro y Tour el mismo año.
Sí, lo dije en la presentación del pasado Giro. Era un año bueno para él. Este año creo Tadej andará también fortísimo, pero espero a un Vingegaard más agresivo, mucho más listo.
Fue un 2024 histórico para el esloveno.
Sí, increíble. Son esas exhibiciones que pasan muy pocas veces. No digo que sea irrepetible, pero... Tadej es el nuevo Merckx.
Nibali, en los Campos Elíseos, tras ganar el Tour de 2014.EFE
¿Se les puede comparar?
Es un ciclismo completamente diferente al de la época de Merckx. Ahora es mucho más tecnológico. Pero la temporada que ha hecho Tadej tan es única, que es casi imposible que se repita.
¿Cómo recuerda su primera impresión al ver a Pogacar en el pelotón?
Le recuerdo cuando llegó, el primer año, inmediatamente se notaba que era un gran campeón. Andaba fuerte. Yo no estaba presente en su primera Vuelta. Pero estuvo ya a punto de ganarla, porque realmente iba muy fuerte, aunque era, claro, más inexperto. Rápidamente dejó ver su calidad como atleta. Es que verdaderamente era muy joven. Con el tiempo hemos visto cómo ha ido afinando, ha crecido muscularmente y es mucho más inteligente en cuanto a la táctica de la carrera. Gestiona mejor el esfuerzo y conoco mejor su cuerpo. Todo eso le ha hecho llegar a un nivel realmente muy alto comparado con los demás. Porque conoce perfectamente cuales son sus habilidades. Cuando es así, todo es más sencillo para él.
Usted con 19 años apenas había debutado profesionalmente.
Yo tuve un crecimiento diferente, más regular. Pero es cierto que mi generación, en cuanto a profesionalismo se refiere, cuando llegaba tenía todo por descubrir, todo por aprender. Los hacíamos año a año. Los jóvenes de hoy muchas veces cuando son parte del equipo de desarrollo son ya profesionales. El pasaje es más sencillo, el ciclista está preparado para afrontar cualquier tipo de carrerea, para ser un profesional.
Pero duró hasta los 38 años al primer nivel.
Sí, tuve una carrera muy larga, 18 temporadas. Valverde también. Antes los corredores tendían a competir durante muchas temporadas, carreras muy largas y paulatinas. Ahora los jóvenes llegan con 20 años, pero inmediatamente ya son muy fuertes. Y todos nos preguntamos cuánto durarán. Pero esto no es un problema, porque mientras disfrutamos del espectáculo.
¿Será Pogacar el octavo miembro del club de la Triple Corona?
Probablemente pasará tarde o temprano. Será uno de sus objetivos, porque tiene tanta hambre... También ha dicho que quiere ganar la Milán-San Remo. Es normal. Aunque creo que para él es más fácil ganar una gran vuelta que una Milán-San Remo.
España, Italia, Francia... ¿Cuáles son las razones de la crisis del ciclismo tradicional?
Lo que ha cambiado es que el ciclismo es más global. Y por lo tanto, los equipos son mucho más internacionales. Antes había equipos sólo con corredores españoles, por ejemplo. Y muchas más pruebas en el territorio propio. Lo mismo en Italia. Francia también está sufriendo, desde los tiempos de Bernard Hinault no gana el Tour de Francia. Así todo es más complicado. Pero también seguramente el ciclismo de hoy es mucho más atractivo, porque es más global. Han llegado los Emiratos Árabes, China... Está cambiando totalmente.
Alejandro Valverde, con el que tanto compartió, va a ser el nuevo seleccionador español. ¿A usted le atrae el puesto?
Sí, me gustaría. No ahora, quizá en el futuro. Ahora tenemos a Daniele Bennati como comisario técnico, somos grandes amigos. Él está haciendo un gran labor.
Albania se abre al mundo, un país de sol aunque diluvie este lunes navideño en Tirana, día de presentación de la Grande Partenza 2025. El próximo 9 de mayo, el Giro arrancará, por primera vez en su historia, desde los Balcanes, en esta "pequeña Italia al otro lado del mar" como presume con entusiasmo y perfecto italiano Edi Rama, primer ministro de un país candidato a entrar bien pronto en la Unión Europea y que también aspira a albergar, antes de 2030, un Gran Premio de Fórmula 1.
Pero no hay escaparate turístico como el ciclismo. Serán "250 millones de personas" observando durante tres días ese país que deja atrás décadas de oscuridad y comunismo, tres etapas diseñadas por Mauro Vegni para mostrar playas y montañas y también las calles de Tirana, una Grande Partenza "poco propicia para velocistas". La segunda jornada, una contrarreloj individual de 13 kilómetros y la tercera, en Valona, con un tremendo puerto, el Qafa e Llogarase, de casi 11 kilómetros con rampas de hasta el 12%.
"Supone llevar la semilla del Giro a un nuevo país, ampliar la familia. Es un área con tradición, ya habíamos hecho una Grande Partenza en Atenas y ahora tocan los Balcanes. Creo que es un gran oportunidad, para nosotros, pero sobre todo para Albania", admite Paolo Bellino, CEO y director general de RCS Sports & Events, hacedor del acuerdo junto al presidente Urbano Cairo.
Spada/LaPresseMUNDO
Será la 15ª ocasión en que la Grande Partenza se produzca fuera de las fronteras de Italia en 108 ediciones del Giro. Tirana tomará el relevo de Budapest 2022 y su nombre estará junto a los de Jerusalén, Apeldoorn, Belfast, Herning o Ámsterdam, últimas ciudades no transalpinas de una tradición que inauguró Grecia en 1996 para celebrar el centenario de los Juegos Olímpicos (aunque antes también hubo salidas desde San Marino y Montecarlo).
Una oportunidad de expansión y un gancho más para las estrellas, que aguardan al próximo 13 de enero para que en el Auditorio Parco della Musica Ennio Morricone de Roma se desvele el recorrido completo de la Corsa Rosa. Entonces, Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar definirán sus caminos, destinados a colisionar únicamente en el Tour de Francia. El danés se estrenaría en busca de la maglia rosa y el esloveno buscaría revalidar la asombrosa hoja de ruta de 2024, el histórico y arrasador doblete. Lo segundo, que Tadej esté en la salida de Tirana, se antoja más improbable, aunque aún no se ha pronunciado oficialmente. Como tampoco Remco Evenepoel. "Será un Giro muy bonito. Habrá una etapa importante sobre sterrato, por supuesto etapas de montaña y tocaremos las principales ciudades de Italia, no sólo Roma, también Nápoles y otras. El año pasado fue un gran Giro y el próximo también lo será. El 13 de enero lo desvelaremos todo", confirma a EL MUNDO Bellino.
El que ya ha asegurado su presencia, primer atractivo, es el otro gran esloveno del pelotón. Primoz Roglic aplazará su intento de hacer historia ganando su quinta Vuelta a España para intentar sumar a su palmarés su segundo Giro tras el conquistado hace dos años por 14 segundos a Geraint Thomas. Daniel Felipe Martínez (segundo en 2024) y Jai Hindley (ganador en 2023) serán sus escuderos de lujo en el Bora. Después acudirá a su cita 'maldita' con el Tour.
También Juan Ayuso, acompañado de Adam Yates e Isaac del Toro en el UAE Emirates, estará en Albania en su debut en la Corsa Rosa (arrasó en el Giro sub 23 de 2021). "Parece que el podio ya está escrito", bromea Vincenzo Nibali, presente también en Tirana, capital de un país que recibe cada año un millón de turistas italianos, como embajador del Giro. La representación española la completará Pello Bilbao y probablemente Mikel Landa. Y Nairo Quintana, ganador en 2014, y Einer Rubio liderando el Movistar Team. Todos en Albania, un territorio que pretende descubrirse al ciclismo. "No sólo su país nos convenció, sino también su organización y su entusiasmo. Y sobre todo el impulso del presidente Rama. No pudimos decirle que no. Aquí dejaremos un gran legado, habrá un gran aumento del turismo y el nacimiento de nuevas profesiones, por ejemplo las vinculadas al cicloturismo", concluye Paolo Bellino.
Tres etapas eléctricas
Realmente será en Durazzo donde comience el Giro 2025. Una primera etapa, la del 9 de mayo, de 164 kilómetros con final en dos vueltas a circuito en Tirana en el que se subirá, también dos veces, el puerto de tercera de Surrel para sumarse al anterior Gracen, casi 14 kilómetros de ascensión al 5,2% de promedio. No es muy probable que un sprinter se capaz de enfudarse la primera maglia rosa, que en cualquier caso perdería al día siguiente, con la crono de casi 14 kilómetros por las calles de Tirana, que tampoco es para especialistas puros, pues cuenta con un duro repecho (Sauk) a la mitad. El tríptico albanés se completa con la más exigente de las tres etapas, con llegada y final en Valona, 160 kilómetros exigentes con el largo puerto de segunda Qaba e Llogarase (7,4% de pendiente media) tras cuyo descenso se llegará a la meta. El traslado a Italia será el lunes 12.
Una Vuelta internacional y con reclamos suculentos. Javier Guillén se ha inventado una ronda atractiva para cautivar a público y corredores en 2025. La prueba, presentada este jueves en el Palacio Municipal de IFEMA de Madrid, apostará por un perfil montañoso y pujará fuerte por contar con Tadej Pogacar, la guinda para el 90 aniversario de una carrera que se vistió de gala con la asistencia de una quincena de ganadores: Pedro Delgado, Alberto Contador, Fabio Aru, Chris Froome, Nairo Quintana, Laurent Jalabert, Alex Zülle, Roberto Heras, Ángel Casero, Álvaro Pino, Melcior Mauri, Agustín Tamames, Abraham Olano y Marino Lejarreta.
Pogacar ha asegurado que acudirá al Tour de Francia para sumar su cuarto título y ha dejado la puerta abierta a su presencia en la carrera de Unipublic. El nuevo fenómeno del ciclismo, tras imponerse el pasado año en el Giro de Italia, quiere adornar su palmarés con un triunfo en la tercera gran cita por etapas. El esloveno atesora un grato recuerdo de su única participación en la Vuelta, en 2019, cuando finalizó tercero, tras Primoz Roglic y Alejandro Valverde, y se anotó tres triunfos, en las cimas de Els Cortals d'Encamp, Machucos y Plataforma de Gredos. Entonces sólo tenía 21 años y aquel fue su bautismo en las grandes rondas.
La presencia de Pogacar impulsaría los índices de audiencia a las cotas más altas de las últimas temporadas. Su repercusión sería superior a la edición de este año, ganada por Roglic, que ya ha anunciado que no defenderá su título porque se centrará en el Giro y el Tour. Guillén espera a Pogacar y se ilusiona con el regreso de El Angliru. El coloso asturiano, dos años después, volverá a presidir la etapa reina. Será la décima ocasión en la que se ascenderá el emblemático puerto, hollado por primera vez en 1999 por Chava Jiménez.
Cuatro etapas en Italia
La ronda arrancará el 23 de agosto y finalizará el 14 de septiembre en Madrid. El telón se levantará en Italia, en la zona del Piamonte. Esta será la sexta ocasión en la que la salida se realice en el extranjero y la primera desde Italia. Antes se partió de Lisboa (1997 y 2024), Assen (2009), Nimes (2017) y Utrecht (2022). En 2026 saldrá de Mónaco.
La jornada inaugural de esta 80ª edición (90 desde que nació) partirá de Torino-Reggia di Venaria y terminará en Novara en una jornada de 183 kilómetros, con subida a Bienca-Tomalino. La segunda se iniciará en Alba y concluirá, 157 kilómetros después, en Limone Piemonte, en lo que supondrá el primer final en alto de la carrera. La tercera etapa, ya en territorio de los Alpes, se disputará entre San Maurizio Canavese y Ceres, con ascensión al Issiglio. La cuarta etapa empezará en Susa, localidad cercana a la frontera con Francia.
Luego habrá un traslado hasta Figueres, con una crono por equipos de 20 kilómetros, y un paso por los picos montañosos de Andorra. El recorrido continuará en la zona septentrional de la península, con finales en Cerler, Valdezcaray, Larra Belagua y Bilbao (con doble ascensión al Vivero y selección definitiva en Pike Bidea). En la etapa 13ª llegará El Angliru y un día después, final en la Farrapona. La 17ª terminará en el alto del Morredero, la 18ª será una crono individual de 26 kilómetros en Valladolid. La resolución final, como ha sucedido en numerosas ocasiones, será en la Sierra de Madrid y Segovia, con una jornada con salida en Robledo de Chavela y meta en la Bola del Mundo. La bajada del telón, en la clásica etapa por las arterias centrales de Madrid.
Un intruso irrumpe al pelotón y muchos corredores saltan para mostrar su inquietud porque consideran que su presencia puede frenar el paso a prometedores chavales. Aleix Espargaró (35 años), piloto MotoGP, retirado recientemente de la competición, ha fichado por el equipo estadounidense Lidl-Trek para ejercer labores de embajador y para participar en la preparación de entrenamientos y carreras.
Espargaró explicó este jueves que llega al ciclismo sin intención de incomodar a nadie: «No le voy a quitar el sitio a ningún joven (de la estructura juvenil del Lidl-Trek). Soy un loco, un romántico del ciclismo. Me gustaría hacer alguna carrera, el calendario es muy grande y extenso». El piloto se unirá oficialmente al equipo estadounidense el próximo 1 de enero.
Espagaró reside en Andorra, un lugar que acoge a decenas de ciclistas. En sus habituales salidas coincide, entre otros, con el español Carlos Verona, integrante del Lidl-Trek. En esta formación también figuran el andaluz Juanpe López, el italiano Jonathan Milan o el británico Tao Geoghegan Hart.
El tres veces ganador de carreras de MotoGP actuará como imagen de marca de Lidl-Trek, colaborando en eventos prestigiosos del calendario. La intención del piloto de Granollers es combinar la bicicleta con su trabajo de probador de Honda.
«Nunca he podido entrenar más de dos semanas seguidas con la bici. Ahora he podido hacerlo durante más tiempo. En el equipo tienen que ver qué tipo de ciclista soy y cómo puedo ayudar a los jóvenes. No tengo mucha ansia por ver qué voy a hacer, ya habrá tiempo para ello. Yo haré carreras de gravel y de mountain bike a principio de año, que es lo que me gusta. Mi sueño es hacer pruebas de carretera, pero es pronto para hablar de esto. Ahora estaré tres meses, hasta febrero, acumulando kilómetros y muchas horas de entrenamiento. A partir de febrero ya veremos», comentó el ex piloto de Aprilia, que ha participado en un raining camp de 33 horas con los mejores escaladores del equipo estadounidense.
Su principal misión será, según recalcó este jueves, es dar visibilidad a las actividades de Lidl-Trek. Será una especie influencer, pero participando en el equipo. «Soy un escalador malo... Yo no estoy aquí para correr una gran vuelta, un Tour, pero soy muy profesional, he hecho muchas pruebas físicas, en el laboratorio, en campo, fuera, y he aprendido una barbaridad. He venido para hacer otro rol. Estaré en las grandes vueltas y en las clásicas, pero no como ciclista. Enseñaré todo desde dentro, creando contenido...Estoy disfrutando mucho», dijo el que fuera campeón de España de 125 cc en 2004 y del campeonato mundial de CRT en 2012. Espargaró, que se ha reseteado, logró su primer podio en MotoGP en el Gran Premio de Aragón de 2014, con una segunda posición. En 2022, en Argentina, obtuvo su primera victoria.
«Trabajar con Aleix será increíblemente gratificante para nosotros, y especialmente para nuestros jóvenes corredores», ha dicho el director general de Lidl-Trek, Luca Guercilena. «Sabemos que es un ciclista fuerte y apasionado, pero también aporta diferentes experiencias y perspectivas al equipo. Puede ayudar a nuestros corredores más jóvenes a comprender y manejar las presiones que vienen con la competencia de alto nivel», incidió.