Lágrimas y poco fútbol en el homenaje a Diogo Jota y su hermano André entre el Oporto y el Atlético en el que vencieron los lusos

Lágrimas y poco fútbol en el homenaje a Diogo Jota y su hermano André entre el Oporto y el Atlético en el que vencieron los lusos

Hay partidos que duelen, que se sufren, que se lloran y que no se olvidan. El domingo Oporto y Atlético jugaron uno de ellos. Fue un amistoso de pretemporada, no una final que termina con lágrimas en el césped del ganador, de alegría, y del perdedor, de tristeza. Ganaron los lusos. Fue el homenaje a los hermanos Silva, dos jóvenes que perdieron la vida antes de tiempo en un accidente que conmocionó al mundo del fútbol. Diogo Jota jugó en ambos equipos y ambos quisieron recordarle en Do Dragao con un minuto de silencio que atronó en la ciudad portuguesa.

A su lado, el aplauso posterior impactó menos en el sentir del público luso. En el que se notó la emoción por la muerte de dos compatriotas suyos muy queridos. Dos hermanos que se criaron a apenas unos kilómetros del estadio de los dragones. En el 20, el número de dorsal de Jota, una nueva ovación que pareció detener el juego. André Vilasboas, máximo mandatario blanquiazul, visiblemente emocionado durante todas las muestras de cariño. Simeone, serio, miraba al cielo mientras aplaudía las imágenes que proyectaron los videomarcadores de acciones de Jota con la camiseta del Oporto.

Dos leyendas también de ambos equipos fueron las encargadas del saque de honor de esta marcada cita. Paolo Futre y un Radamel Falcao, con una figura con la que encajaría con cualquiera de las dos zamarras, saltaron al césped en un pasillo formado por los jugadores mezclados de las dos plantillas. Corrió el balón y comenzó la pretemporada del Atlético de Madrid de los ocho fichajes.

Primer partido de los rojiblancos tras el fracaso en el Mundial de clubes. Como el que, por otra parte, también sufrió el Oporto así que se puede hablar de duelo de redención de ambos. Los de Simeone quisieron olvidar la cita con una presión asfixiante de inicio que se fue diluyendo con el paso de los minutos y con las, cada vez más peligrosas, salidas del Oporto con el balón controlado.

Tienen los portugueses dos peloteros en medio complicados de detectar. Uno de ellos es Gabri Veiga, el emigrado a Arabia que dejó el oro para intentar volver a tocar la gloria. Es el gallego un jugador diferente y uno lamenta que haya querido privar al fútbol europeo de su talento durante dos temporadas. Su juego entre líneas, pases y regates fueron diferenciales y siempre generaron peligro. El otro es el jovencísimo Froholdt, una danés con tranco elegante que resultó imparable en carrera.

Del cielo del homenaje a los hermanos Silva pareció bajar el ángel Jan Oblak. La temporada pasada, coronada con un nuevo zamora para liderar solo el olimpo con seis entorchados, fue la de la recuperación del esloveno como guardameta diferencial. El Atlético se debió a sus manos en la primera mitad con apariciones inspiradísimas a Borja Sainz tras una jugada individual y un mano a mano de Pepe tras cesión del centrocampista danés del Oporto.

Sin embargo, cuando estaban a punto de expirar los primeros 45 minutos, Froholdt encontró una grieta en la defensa rojiblanca. Lo hizo con una sencilla pared en el borde del área y con una incursión velocísima y bien definida al segundo palo. Ni el ángel Oblak pudo detener al diablo nórdico. Tocaría remar en la segunda parte y, sobre todo, mejorar puesto que en la primera no aparecieron ni los viejos ni los nuevos. Poco de Baena y sólo se salvó un disparo de Julián Álvarez que Costa y el larguero evitaron que se convirtiera en gol por milímetros.

Segunda parte para olvidar

Los portugueses casi duplican su ventaja al inicio de la segunda parte, pero Pepe, de nuevo, marró su oportunidad y Samu haría lo propio en la jugada posterior. Tras el susto, el Atlético se puso el mono de trabajo para dominar el juego con un once renovado desde la portería. El partido afeó o por cansancio o por falta de automatismos y sólo lucieron destellos como el de Mora que se fue por poco.

Poco más en un duelo en el que no pasará a la historia por el fútbol sino por las lágrimas de homenaje a los hermanos Silva. Do Dragao despidió a Diogo Jota y a su hermano André con unavictoria si es que eso fuera importante un día como el domingo.

El Madrid gana en gasto, el Atlético en número y el Barça en oportunidades de mercado: ¿quién ha fichado mejor?

El Madrid gana en gasto, el Atlético en número y el Barça en oportunidades de mercado: ¿quién ha fichado mejor?

Seis presentaciones en una semana y sumando, porque el mercado parece no haber terminado en el Atlético de Madrid. El Barça, por su parte, tiene pendiente entrar en la regla del 1:1 para poder operar con normalidad, aunque ya ha incorporado a dos grandes nombres, y el Real Madrid, en cambio, hizo los deberes pronto para intentar llevarse el Mundial de clubes, aunque Álvaro Carreras y Franco Mastantuono llegaron después.

Ha sido y está siendo frenético el verano de los tres grandes clubes españoles que se jugarán, el curso que viene, cuatro títulos. La Liga, por historia, se dirimirá seguro entre ellos tres, ya que se la han repartido los últimos 20 años (11 para el Barça, siete para el Madrid y dos para el Atlético). No obstante, atendiendo a sus necesidades y al mercado en sí mismo, ¿quién ha fichado mejor?

Cada uno ha experimentado diferentes necesidades respecto a los méritos de la temporada pasada. El Barça cuenta con poco margen de mejora, tras sus tres títulos domésticos y las semifinales de la Champions. Hansi Flick tiene un once muy claro, aunque quizás un banquillo algo exiguo para afrontar con garantías todas las competiciones.

Acumulación de esfuerzos

La llegada de Marcus Rashford responde a esa probable acumulación de partidos. Además, el inglés llega cedido, con lo que no se paga traspaso, aunque se asume su ficha, bastante cuantiosa. Rashford puede actuar en ambos perfiles, así como dar descanso a un Robert Lewandowski que ya dio señales de envejecimiento.

Joan García, en cambio, se presenta como una oportunidad de mercado en uno de los puestos más sensibles de la plantilla, toda vez que Marc-André Ter Stegen mantiene un pulso con el club con una cirugía de espalda de por medio. Los 25 millones de euros de su cláusula pueden resultar baratos si logra mantener su nivel del Espanyol.

El Real Madrid lo dio todo por el Mundial de clubes, donde cayó con estrépito en las semifinales ante el PSG. Era su última bala tras una temporada pobre en cuento a trofeos. Los blancos afrontaron una renovación completa de su línea defensiva, la más débil el año pasado, especialmente por las lesiones. Las rodillas de Dani Carvajal, David Alaba y Eder Militao fueron un quebradero de cabeza para Carlo Ancelotti, recurriendo a Aurelien Tchouaméni para una posición en la que apareció Raúl Asencio, pero en la que también acabó por caer Antonio Rüdiger.

Huijsen, en la presentación con el Madrid.

Huijsen, en la presentación con el Madrid.RM

Así, Dean Huijsen y Trent Alexander-Arnold llegaron antes de un Mundial en el que el central cayó de pie, mientras el inglés ha vivido luces y sombras. A la misma línea llega Carreras, a una posición, la de lateral izquierdo, con overbooking en la plantilla. El único recambio ofensivo ha sido Mastantuono, centrocampista argentino de 18 años. Sin olvidar la llegada de Xabi Alonso al banquillo de Chamartín.

El Atlético se despidió de todo en marzo del curso pasado y esta temporada ha decidido renovar y rejuvenecer la plantilla. Ya son ocho los fichajes para, prácticamente, confeccionar un once nuevo. Álex Baena es la luz en el medio; Thiago Almada, el nuevo gambeteador; Johnny Cardoso, el cemento, y Matteo Ruggeri, una solución al puzle de la izquierda. Falta saber si Dávid Hancko y Marc Pubill parten como titulares o como soluciones alternativas en la línea defensiva a la que volverá Clément Lenglet, ya en propiedad, y Juan Musso, recambio de Jan Oblak.

El Real Madrid es, pese a todo, quien más ha gastado, con un dispendio de 167 millones, según Transfermarkt. El Atlético ha invertido 149 millones, por los 25 del Barça. Aún queda mercado y en el Metropolitano siguen sonando nombres para incorporarse, como Enzo Millot. Blancos y azulgranas parecen haber cerrado el grifo de altas, salvo nuevas salidas.

Baena, en su presentación

Baena, en su presentaciónZIPI ARAGONEFE

Respecto a las bajas, en el Bernabéu parecen haber puesto precio a Rodrygo, lo que permitiría plantearse la llegada de un centrocampista creador, aunque Arda Güler haya gustado en esa posición. Ha salido Jacobo Ramón al Como, pero su baja apenas trae 2,5 millones. En el Barça el nombre que más suena es el de Ronald Araujo, toda vez que la operación de Ter Stegen ha parado su salida. El Atlético ha activado un plan de rejuvenecimiento en las salidas (Reinildo, Witsel y Azpilicueta) al que se suman las de Lino, Saúl, Vermeeren, Correa, Riquelme y Mouriño, incluida la cesión de De Paul. Verano movido en ambos sentidos.

Cuando Kylian Mbappé llegó a un Madrid campeón de Liga y Champions, muchos daban a los blancos favoritos a todo. Sin embargo fue el Barça con las incorporaciones de Dani Olmo y, sobre todo, de Flick al banquillo, quien dio un giro en LaLiga. El Atlético, por su parte, se mantiene apostado a la espera del fallo ajeno. El curso pasado le dio con su ejército hasta invierno. Ahora cuenta con nuevas tropas.

El Atlético cierra sus presentaciones con Pubill y su polivalencia a "jugar donde Simeone pida" y con Hancko y su "amor al club"

El Atlético cierra sus presentaciones con Pubill y su polivalencia a “jugar donde Simeone pida” y con Hancko y su “amor al club”

Sigue el Atlético de Madrid anunciando sus nuevas incorporaciones a pares para intentar centrarse ya en los objetivos de la nueva temporada que oscilan entre "pelear por todo" y "ganar títulos", según los futbolistas que hablen en la sala de prensa del Riyadh Air Metropolitano. "Vengo a disfrutar, ayudar y con el objetivo de todos, ganar títulos, que también es el mío", ha lanzado Marc Pubill.

Este jueves era el turno de Pubill y David Hancko, dos nuevos refuerzos para la zaga rojiblanca que, junto con Ruggeri, podría casi formar totalmente renovada si incorporamos a Le Normand, que llegó hace apenas un año. Con ellos, se cierra, por ahora, el capítulo de las presentaciones aunque aún queda mucho verano y siguen sonando nombres para incorporarse al Atlético de Madrid.

El ex lateral del Almería Marc Pubill fue el primero en pisar ese espacio junto con el presidente de la entidad, Enrique Cerezo. El internacional sub21 llega para reforzar el ala derecha, aunque el Cholo ya le ha probado como central derecho en una defensa de cinco debido a su gran altura, que le permite pugnar por balones altos, y buena salida de balón."He participado como central y sí me siento cómodo, no tengo problema para jugar de lo que el mister me pida", ha apuntado el catalán.

Tendrá mucha competencia en su posición toda vez que Llorente parte como titular en el carril derecho y parece que la salida de Nahuel Molina se ha parado, pese a que su baja parecía segura tras el final de la temporada pasada. "Estoy aqui para ayudar aportar y para lo que me pida el mister", ha expresado el defensa que ha apuntado que Simeone es como se lo imaginaba "muy trabajador y exigente".

Pubill llega al Atlético después de ganar el oro olímpico en París 2024 y disputar el Europeo con la España de Santi Denia este verano que, desgraciadamente, perdió en cuartos ante Inglaterra. El defensa de Tarrasa fue de lo mejor del conjunto español e incluso llegó a marcar un tanto en el primer duelo del campeonato.

El defensa que portará el dorsal 18 ha dicho que tuvo "muchas ofertas", pero que cuando llegó la del Atlético "no lo dudó" y ordenó a sus agentes aceptarla. Como han expresado algunos de sus compañeros también ha manifestado estar "cumpliendo un sueño" y ha reiterado varias veces lo de "ganar títulos".

Otro país debutante

Posteriormente le llegó el turno a David Hancko, el primer eslovaco que viste la camiseta rojiblanca en la historia, como el miércoles fue Johnny Cardoso el estadounidense que inauguró para ese país la tradición rojiblanca. "Estoy muy contento de ser parte de un club como este, he trabajado mucho por ello y nunca pude imaginármelo", ha lanzado en su comparecencia inicial.

Un jugador que ya conoce lo que es jugar en el Metropolitano. Lo hizo con el Feyenoord, con el que marcó, aunque el partido se lo terminó llevando el Atlético de Madrid. "Los recuerdos del partido son tristes pero estoy contento por volver a este estadio", ha expresado un futbolista que ha entrenado con Arne Slot, Robin Van Persie y ahora le llega el turno a Simeone "uno de los mejores técnicos del mundo", según el eslovaco quien contó una anécdota de una foto que se hizo con el argentino en 2018 al coincidir con él en un partido con la Fiorentina donde jugaba el hijo mayor del técnico.

El Atlético ya pretendió su fichaje el año pasado, pero no se pudo concretar y el defensa, que lucirá el dorsal número 17, apuntaba que "en su carrera todas las cosas llevan un tiempo". Dice que no llega como "un futbolista joven y prometedor" sino como uno "con experiencia". Igualmente, apunta que ya siente "amor al club".

Doblete de presentaciones en el Atlético: el "orgullo" de tener a Simeone de entrenador de Ruggeri y las "ilusiones compartidas" de ganar títulos de Cardoso

Doblete de presentaciones en el Atlético: el “orgullo” de tener a Simeone de entrenador de Ruggeri y las “ilusiones compartidas” de ganar títulos de Cardoso

En el día de Aitana en el Metropolitano, donde decenas de fans se apostaban a las puertas del coliseo rojiblanco para tomar posiciones en las primeras filas del concierto, el Atlético de Madrid duplicó sus presentaciones para intentar cerrar esta semana la introducción de los numerosos fichajes que se han encadenado este verano.

Fue el primero en firmar y el que más ilusión mostró inicialmente tras decir que vendría andando. Matteo Ruggeri, el lateral que destacó en el Atalanta campeón de la Europa League, pisaba el Riyadh Air Metropolitano como "la llegada que aumentará la competitividad en la defensa" según concedió el presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo.

El italiano, tímido en su presentación, vestido de negro y con una camiseta blanca, agradecía las palabras del directivo para enfrentarse a la sala de prensa que le acogerá durante esta temporada.

El jugador se mostró discreto en sus afirmaciones salvo en la contundencia que mostró en dos vertientes. En sus ganas de venir: "Es un sueño", ha repetido en varias ocasiones. Y en la calidad que muestra su entrenador en los entrenamientos: "Es un orgullo tener a Simeone como técnico por la intensidad que pone, la forma de entrenar y su estilo", ha alabado al argentino.

Pese a que en sus respuestas dice que ya se marcaron objetivos en Los Ángeles de San Rafael, no ha querido revelar cuáles fueron ni si entre ellos está el ganar títulos, como sí afirmaron tanto Álex Baena como Thiago Almada en sus actos de presentación los días previos.

El lateral izquierdo portará el dorsal 3, toda una declaración de intenciones dentro de una plantilla en la que tendrá a Javi Galán como principal competencia. "Los compañeros me han acogido de manera excelente. Muy cómodo tanto en el césped como fuera. Somos un equipo muy fuerte y creo que podemos alcanzar los retos que nos pusimos como equipo", ha apuntado.

Cardoso, el 5 de Simeone

El siguiente en salir a la palestra fue el ex mediocentro del Betis Johnny Cardoso, que llegaba a la entidad rojiblanca como un viejo anhelo del Cholo de cubrir un puesto que él conoce bien. "Simeone me está enseñando y va a ser una temporada muy especial", ha revelado el estadounidense de origen brasileño, pero que cuenta con pasaporte italiano, una circunstancia para nada baladí, aunque la salida de Lino al Flamengo esta madrugada por 22 millones de euros liberaba una plaza de extranjero en la plantilla.

Cardoso mostraba "las mismas ilusiones" del club y, pese a que hablaba inicialmente de "ganar títulos", luego matizaba y aseguraba que el objetivo era luchar por ellos. "Es un equipo que ha contratado mucha gente, jóvenes y con ilusiones de jugar muchos campeonatos y pelear por todos", ha mantenido.

El centrocampista ha puesto al Atlético al mismo nivel respecto del Real Madrid o Barcelona y ha mantenido que tiene "mucha confianza en el proyecto del club". "Llego con mucha ilusión de mejorar como persona, como atleta y como equipo. Aquí hay jugadores que son excepcionales", ha declarado en su acto de presentación.

Por si faltaran señales respecto al deseo del técnico, el jugador ha mostrado junto a Enrique Cerezo la camiseta que lucirá esta temporada y, lógicamente, llevará el número cinco a la espalda. Jugador de "gran recuperación y llegada" como ha alabado Cerezo, Cardoso tiene la responsabilidad de cohesionar el juego del Atlético. Para ello contará con un buen maestro.

Almada, campeón del Mundo 'de rebote' y nuevo 'gambeteador' rojiblanco: "Cuando me dijeron de venir al Atlético, no lo dudé"

Almada, campeón del Mundo ‘de rebote’ y nuevo ‘gambeteador’ rojiblanco: “Cuando me dijeron de venir al Atlético, no lo dudé”

Con sólo 21 años se encontró junto a Leo Messi levantando la Copa del Mundo en Qatar 2022. Un sueño para cualquier futbolista argentino y más si tu posición natural es la de uno de los mejores de la historia de la albiceleste, aunque cayera de rebote tras la lesión de Joaquín Correa.

Pero, a nivel de clubes, la trayectoria de Thiago Almada ha sido ciertamente extraña pasando de Vélez Sarsfield a la MLS y después al Botafogo brasileño, con una breve cesión a la Ligue1. "Era mi sueño jugar en el Atlético, lo elegí porque le tengo mucho cariño y tuve muchos amigos que jugaron aquí, cuando me dijeron de venir no lo dudé", ha expresado el argentino en su presentación de este martes en el Metropolitano.

Almada fue un fichaje de esos relámpago de la oficina de Carlos Bucero. No estaba en las quinielas iniciales de este verano, aunque su nombre siempre había estado en la órbita rojiblanca. Sin embargo, cuando empezó a sonar su nombre terminado el Mundial de clubes, el argentino ya volaba a Madrid para rubricar su contrato de cinco años con el club colchonero. No cumplirá los 30 aún cuando finalice esa vinculación, lo que da una idea de la juventud que propugna la dirección deportiva rojiblanca para renovar la plantilla del Cholo.

Un nuevo argentino se suma a la causa atlética, aunque Correa, uno de los jugadores que más le recomendaron que fichara, y quizás Nahuel Molina hayan salido o lo hagan brevemente de la ecuación. "Llegas a un club como el Atlético de Madrid donde muchos compatriotas tuyos han defendido la camiseta con orgullo y corazón", le ha lanzado Enrique Cerezo en la presentación. Él ha recogido el guante y ha admitido que la "unión hace mucho también para defendernos en la cancha".

Alamada llega gracias a su "talento y polivalencia", como le ha alabado Cerezo, a un frente de ataque que suma mucho talento con la llegada de Baena. "Puedo jugar en cualquier posición de ariba, pero me gusta por la izquierda y por dentro", ha admitido el jugador que agradece al presidente y a los compañeros que le hayan acogido de la "mejor manera".

El que será el próximo dorsal número 11, como se pudo ver en el acto de presentación del argentino, está "muy contento" de haber llegado a "uno de los clubes más grandes" y que tenga el proyecto que tiene especialmente de futuro ya que cinco de los seis nuevos fichajes de este julio sean futbolistas menores de 24 años. "Varios refuerzos muy jóvenes, muy contentos de estar acá y con la ambición de lograr cosas y estar en la historia del club", ha admitido el jugador.

Álex Baena, el jugador "familiar" que priorizó el Atlético a otras ofertas: "Vengo a ganar títulos"

Álex Baena, el jugador “familiar” que priorizó el Atlético a otras ofertas: “Vengo a ganar títulos”

El curso pasado, el Atlético inició las primeras llamas de lo que sería la revolución que llevaría a cabo este año. La chispa que supuso la llegada de Julián Álvarez, la resistencia de Le Normand y la artillería de Sorloth, principalmente, han visto como este año se han unido a su causa medio ejército de una tacada. El más deseado, por calidad, y por lo que había mostrado en la Liga española es un Álex Baena que, cada año, ha ido creciendo en importancia en lo que respecta al juego en el equipo en el que milita.

El ex jugador amarillo se ha presentado esta mañana en el Riyadh Air Metropolitano con una amplia sonrisa y con "mucha ilusión" por estar en el Atlético. Lo ha hecho con el dorsal 10, que antes perteneció a Ángel Correa, que dejó esta temporada el club con destino México. "El club se ha reforzado con grandísimos jugadores y mi prioridad ha sido quedarme en España junto a mi familia y el Atlético por el club y el entrenador ha sido mi prioridad. Mi ilusión ha sido venir aquí", ha expresado.

El Villarreal se ha movido al son del chico de Roquetas y el Atlético de Simeone debería hacer lo propio. El interior e internacional español es un trescuartista que ha ocupado siempre el podio de los mejores asistentes no sólo en España sino también en el fútbol europeo. En la última campaña en España sólo fue superado por Lamine Yamal en pases de gol. Fueron trece para el extremo culé y 10 para Baena, aunque el canterano groguet firmó 17 en la 2023/24, mejor registro europeo. "Vengo a demostrar lo que hice en el Villarreal, ayudar al equipo con lo que vengo haciendo y a ganar títulos", ha apuntado.

El dos de julio, cuando el Atlético confirmó la llegada del mediocampista, Julián Álvarez y parte de la hinchada atlética seguro que respiraban aliviados. "Es bonito que la afición te quiera tanto", ha agradecido. Se confirmó así el final de un culebrón que comenzó hace muchos meses y en el que parece que el ánimo de las dos partes siempre había sido el encontrarse y seguir un camino juntos, al menos por los próximos cinco años, periodo por el que ha firmado el contrato ambos. "Hay que agradecer sus ganas de venir pese a las otras ofertas que tenía", ha comentado Enrique Cerezo en su presentación.

Baena coge la camiseta del Atlético.

Baena coge la camiseta del Atlético.ATM

A Baena ya le ha dado tiempo de conocer y congeniar con los que serán sus compañeros, como se pudo ver en ese primer y, este año, breve stage que los rojiblancos han realizado en Los Ángeles de San Rafael, principalmente por la presencia del equipo en el Mundial de clubes. Torneo en el que los resultados no fueron los deseados ni por el club ni por el técnico. De hecho se cuestionó si podrían haber sido mejores si los fichajes se hubieran acelerado, pero desde la entidad fueron tajantes: este torneo correspondía a la temporada pasada.

Baena es la punta de lanza de una revolución que ha sido fulgurante, con fichajes gestionados como un relámpago, pero también a golpe de talonario. Hablamos de llegadas frustradas como las del Cuti Romero y Areso y sustituidas de manera eficaz por las incorporaciones de Hancko y Pubill, el prometedor lateral del Almería internacional con España sub-21.

Pero estos movimientos no son sólo una revolución a nivel de juego, Baena no es sólo internacional sino que es reciente campeón de Europa con España, también en lo que a edad respecta. Todas las incorporaciones que ha realizado el Atlético de Madrid son de jugadores menores de 24 años menos la del central eslovaco, tótem del Feyenoord, que llega con 27 a la disciplina rojiblanca.

Ambición rojiblanca

Esos dos esfuerzos continuados en los mercados estivales han incrementado el nivel de exigencia tanto desde la cúpula, como expresó Cerezo el otro día, como en el banquillo. Diego Simeone ya se apartó antes del Mundial de su discurso de quedar terceros y asegurar la Champions. El Atlético debe y quiere más tras gastarse casi 400 millones de euros entre este verano y el anterior.

Baena no reniega del reto y asegura que "hay mucha ilusión por esta temporada". "Tenemos equipo para ganar", ha expresado el futbolista que tiene la tradición de plasmar en su piel los trofeos que consigue. "Seguro que me tatuaré más de uno", ha comentado con media sonrisa.

24 horas frenéticas en las oficinas del Atlético de Madrid: Almada, Cardoso y nuevos accionistas

24 horas frenéticas en las oficinas del Atlético de Madrid: Almada, Cardoso y nuevos accionistas

"El águila ha aterrizado". Con este mensaje y un vídeo que simulaba un alunizaje, ha anunciado el Atlético de Madrid la llegada de Johnny Cardoso. Pero el fichaje del mediocentro del Betis no ha sido un hecho aislado sino la culminación de 24 horas frenéticas en las oficinas del club rojiblanco en las que se ha comunicado también la llegada de Thiago Almada y se negociaba, según el diario Expansión, la entrada de un fondo de inversión en la cartera de acciones del club.

La finalización del Mundial de clubes antes de lo esperado ha obligado a la entidad rojiblanca a acelerar ciertas operaciones que se han ido cociendo a fuego lento desde que terminó la Liga pasada. Los 23 millones que les ha brindado la cita americana no cubren ni la mitad del coste de Álex Baena, el más deseado en llegar a la disciplina rojiblanca de los cuatro nuevos futbolistas que jugarán en el Metropolitano.

Ruggeri abrió la coctelera y después se han ido sumando Baena y en las últimas 24 horas: Almada y Cardoso. El mediapunta argentino llega tras un acuerdo con el Botafogo, pendiente de que pase el reconocimiento médico, y el centrocampista americano, con el Real Betis. El primero ha sido una oportunidad de mercado que llega para suplir la ausencia de Ángel Correa. El segundo es el cumplimiento de la petición que Simeone lleva años haciendo al club para traer un cinco al conjunto rojiblanco y más si Rodrigo De Paul, como parece, no continúa en el club.

No han sido fichajes baratos precisamente. A los 50 millones de Baena, se suman los 20 del defensa del Atalanta, una cantidad similar por la parte mayoritaria de los derechos del campeón del mundo con Argentina y otros 30 por el mediocentro estadounidense de origen brasileño, que ya mostró de lo que es capaz la temporada pasada en la Liga española. 120 millones para aspirar a incordiar a los dos transatlánticos de la competición doméstica y a seguir soñando con la esquiva Champions.

Como todas las incorporaciones del conjunto rojiblanco, serán cinco los años que firmarán para permanecer en la disciplina colchonera estos futbolistas. Una garantía, pero también una losa económica si las perspectivas de su rendimiento no se terminan por cumplir.

Fichajes y renovación deportiva aparte, el club rojiblanco lleva un tiempo sumido en una reestructuración completa desde la llegada de Óscar Mayo como director general de la entidad. La estabilidad que ha brindado a nivel financiero las clasificaciones de Champions que se han conseguido (también la del Mundial de clubes) bajo la batuta de Simeone, han permitido crecer a la entidad, estabilizar sus ingresos (la temporada pasada fueron de 424 millones) y hacerla más atractiva hacia la llegada de capital extranjero.

Nuevas inversiones

En las últimas horas el diario Expansión ha informado del interés de la gestora estadounidense de capital riesgo, Apollo, para realizar una inversión multimillonaria en el club rojiblanco, que se valora en alrededor de 2.500 millones de euros en el marco de la operación.

Al parecer, este fondo está en conversaciones con Miguel Ángel Gil Marín, propietario de un paquete accionarial muy importante de la entidad, para introducirse en la sociedad anónima deportiva no comprando acciones sino ampliando capital, como ya hiciera Ares Management tras el coronavirus.

Ángel Correa dice adiós al Atlético y se marcha al Tigres mexicano

Ángel Correa dice adiós al Atlético y se marcha al Tigres mexicano

Fue algo extraño lo que ocurrió en el último partido del Metropolitano en el que el Atlético ganó al Betis y Ángel Correa se despidió de su público el pasado 18 de mayo.Especialmente cuando el club recordaba al argentino poco después que tenía contrato en vigor y que no había recibido ofertas por el futbolista. Quizás era una cuestión de tiempos, pero lo cierto es que tras diez temporadas y media el Atlético de Madrid confirma hoy el adiós del delantero argentino.

El destino es el que se rumoreó desde el primer momento: el Tigres mexicano, equipo que juega en el estado de Nuevo León. Se sigue reforzando así la liga del país americano con jugadores de LaLiga como ya hiciera con Sergio Canales, Óliver Torres o Sergio Ramos.

El jugador termina su periodo como rojiblanco con 469 partidos oficiales, como sexto futbolista con más encuentros en la historia del club, el segundo extranjero. En esa etapa ha convertido 88 goles y ha dado 65 asistencias siendo siempre un jugador clave para Simeone, pero partiendo principalmente desde el banquillo.

Para siempre se recordarán el tanto que marcó en el cierre del estadio Vicente Calderón ante el Athletic Club y el que marcó el camino de la victoria frente al Valladolid en la liga de la pandemia. El gol importante más reciente fue el de la victoria ante el PSG en la Champions en el Parque de los Príncipes.

El argentino conquistó una liga (2020/21), una Europa League (2017/18) y la supercopa de Europa (2018). A nivel de selección en el periodo como jugador del Atlético de Madrid conquistó la Copa América (2021) y el Mundial de Qatar (2022).

El club ha querido "agradecer a Ángel Correa su dedicación y esfuerzo durante todos estos años" y le desean "mucha suerte en sus futuros retos personales y profesionales".

Antoni Daimiel: "Me gusta muy poco el periodismo deportivo que se hace hoy en día. El mal periodismo se ha despenalizado y ya todo vale"

Antoni Daimiel: “Me gusta muy poco el periodismo deportivo que se hace hoy en día. El mal periodismo se ha despenalizado y ya todo vale”

Antes de comenzar esta serie de entrevistas a periodistas deportivos que hoy termina, acordé con Antoni Daimiel (Ciudad Real, 1970) que, como mi amigo más cercano en la lista, iba a ser mi llamada de emergencia. Si alguna semana me dejaban colgado en el último momento, activaría la Daimiel-señal: "En dos horas, en cualquier bar". En un mundo ideal, no sería necesario y la leyenda (a su pesar) que lleva 30 años personificando la NBA en España clausuraría la sección. Contra todo pronóstico, ha sucedido. "Es un honor. ¿Qué has descubierto?", me pregunta.

He descubierto que hay periodistas estrella sinceramente humildes que no quieren aparecer, otros con la piel muy fina que montan guerras imaginarias porque alguien les critique en una entrevista o en una columna, algunos demasiado presumidos como para aceptar el primer plano de la foto y que (para esto necesité múltiples intentos) si quedas con José María García, llévate un libro porque hay serias posibilidades de que no aparezca. También, que la gran mayoría son tipos y tipas normales que sienten devoción por el oficio. Es difícil sacar conclusiones de 55 entrevistas a gente tan dispar, pero ahí van tres: la admiración por Michael Robinson es unánime, Roberto Gómez siempre estaba allí y es increíble la cantidad de periodistas deportivos que aseguran que trabajarían gratis o que han inventado algo.

¿A ti, como lector, qué te ha llamado la atención?
Que el panorama de la profesión es, más o menos, el que esperaba. Ahora el periodista deportivo ya es un personaje y sus opiniones llaman mucho la atención al aficionado, a quien consume a ese periodista deportivo, pero a mí lo que más me ha gustado es que las entrevistas han confrmado la idea que tenía de cada uno de los protagonistas. No ha sido un efecto sorpresa, sino un efecto satisfacción por ver que acertaba en mis valoraciones previas. Y, sí, en efecto, queda claro que el ego es grande en este oficio. Y en parte lo entiendo.
¿Por qué?
Incluso muchos de los que han tenido una carrera merecedora de salir en esta sección han pasado malos momentos y digamos que eso pide una reivindicación cuando se les da la oportunidad. Hay una idea común en casi todos los periodistas deportivos: todo el mundo piensa que ha entregado su vida a esto y que es algo más que una profesión. Quieren reivindicar, diría que hasta lógica y justamente, que se han ganado todo lo que han logrado.
¿Es también más que una profesión para ti?
No [risas]. Para mí ha sido sólo una profesión que, viendo cómo me ha ido, obviamente me ha gustado mucho tener y me ha dado un muy buen nivel de vida, pero he realizado un ejercicio permanente de pensar que es un trabajo como otro cualquiera. Me ha ayudado el hecho de haberla conocido, desde que empecé, poco dignificada comparada con otras profesiones. Al final, uno busca referencias de gente de tu generación y yo veía que mis amigos que habían estudiado Económicas o Químicas, a los cuatro o cinco años de empezar a trabajar, estaban mucho más estables y mejor situados que yo. Eso te hace ver la profesión con todos sus problemas y sus grietas. Es algo que me he esforzado en tener siempre presente, cosa que no he visto mucho alrededor, la verdad. Los periodistas deportivos a los que les va bien han estado en un parque de atracciones sin fijarse en cómo estaba el del llavero de los coches de choque y todo lo que tiene que cargar y arrastrar.
Siempre has sido bastante pesimista con el periodismo deportivo.
Sí y los acontecimientos me siguen dando la razón. Recuerdo que, cuando era muy niño, escuché a uno de mis tíos decir que es mejor ser optimista que pesimista porque, aunque acaben igual, el optimista mientras tanto lo ha pasado mejor. Bueno, pues yo no me lo he aplicado, no he querido dejarme llevar y soy pesimista en general, no solo con la profesión. La mayor parte de las cosas que veo en la sociedad no van como yo esperaba o como pienso que tienen que ir cuando estamos en un proceso teóricamente evolutivo de la especie.

Para saber más

Has ido dejando trabajos estos últimos años.
Sí. No quiero caer en una reivindicación que sería todo lo contrario de las que he leído en tu sección, pero en cierto modo, sin darme importancia ni pretender decir que soy mejor, sí reivindico mi diferencia porque es verdad que es poco habitual que un periodista deportivo deje motu proprio trabajos que económicamente eran muy rentables, como ser analista de la SER yo participar en ‘Colgados del aro’. La gente se asombraría porque eran lugares donde me pagaban muy bien, pero decidí dejarlos precisamente para tener más tiempo para mí. Y no es fácil ni es habitual. Es verdad que tengo el colchón de Movistar, pero tarde en hacerlo incluso un año o dos más de lo que pretendía porque cuesta mucho, la verdad.
Venga, ¿qué has inventado tú?
No he llegado a eso de manera individual, pero sí formé parte de un equipo que creó una manera de hacer deporte en televisión cuando arrancó Canal+, sobre todo con lo que hicimos en ‘El Día Después’. Alfredo Relaño nos mandó a varios imberbes con un operador de cámara a viajar por España y ver qué se nos ocurría. Ahí sí éramos conscientes en tiempo presente de que se estaba haciendo algo nuevo y nos cautivaba, nos entusiasmaba. Luego íbamos viendo cómo otras cadenas, por ejemplo Telemadrid que era muy potente entonces, nos copiaban y eso nos llenaba de satisfacción y nos retroalimentaba para seguir así. Ahí sí tengo esa idea de ser parte de una revolución pero era una cosa colectiva. De esa época, y no porque tenga muy buena relación con él, Maldini sí fue un pionero que inventó algo, el periodista como comentarista. Él rompió esa barrera y yo luego me inspiré bastante en eso cuando cogí la NBA. Soy consciente de que quise tirar por ahí tras ver a Julio.
¿Por qué dejaste de cubrir fútbol?
Se me hacía demasiado selvático el mundo del periodismo de fútbol, había demasiado codazo, y no era fácil sobrevivir. Había que estar con el machete en la mano y yo siempre he buscado un poco alejarme de los conflictos y dedicarme a realizar mi trabajo tranquilo. Siempre pensé que eso era más fácil de conseguir como especialista de otro deporte. Recuerdo que en aquella época aconsejé a Nico Abad varias veces que se volcase en el tenis, que le gusta mucho. Entonces, cuando surgió la oportunidad de dedicarme al baloncesto lo vi como una salida más que digna y, sobre todo, muy saludable.
¿Cómo era por dentro aquella redacción fundacional de Canal+ en la que tantos novatos acabaríais siendo estrellas?
Creo de verdad, y trato de ser justo y que la nostalgia no me condicione, que fue muy bonito y, desde el punto de vista profesional, muy satisfactorio. Se hicieron cosas muy buenas. A veces Alfredo Relaño, que fue el instigador y el líder de aquello, ha hablado de cómo formó aquella redacción y mi sensación es que fue un experimento. No había garantías de continuidad ni de que triunfara ni de que se estableciera. De hecho, todo el mundo pensaba que nadie iba a pagar por la televisión en España, pero, claro, yo tenía 20 años y ni pensaba en eso ni caía en esa cuenta, sólo lo pasaba muy bien y disfrutaba. Esos sí fueron años de disfrutar trabajando, porque eres una esponja, estás en plenitud física y mental, te da igual no dormir, viajar, vas aprendiendo a una velocidad tremenda y además me encantaba la dinámica que estableció Relaño en la que el éxito tenía premio y el error no tenía castigo.
Hombre, algo os exigiría.
Sí, pero desde el sentido común y la comprensión. El verano estuve de becario, en el 91,y me encargaron una serie de cosas, Como todo el mundo se iba de vacaciones y eran muchas, no me dio tiempo de hacerlas todas. Además me quise escapar un fin de semana, que era legítimo cuando iba a trabajar todo el verano. El caso es que un periodista que llevaba varias cosas de las que yo me tenía que encargar, le dijo a Relaño que no había cumplido y que me echara. Relaño me llamó, me dijo que el tipo ese me quería echar y me preguntó qué había pasado. se lo expliqué y creo que le enterneció que yo tampoco me intenté defender, le expliqué mi versión y le dije que si me tenía que despedir, él vería, pero que yo había hecho todo lo que había podido. Un mes después me hicieron contrato. Andrés Montes siempre decía que Canal+ era trabajar en Disneyworld y que él había estado en la colina de la hamburguesa. Era todo bueno, la verdad.
¿Has tenido algún enemigo en todos estos años?
Conflictos directos, muy pocos, prácticamente nada. Ha habido gente con la que obviamente he tenido menos química y he sentido que algunos me han querido perjudicar, no sé si para pasar ellos por encima o porque les caía mal, pero he tratado de seguir mi camino. La dinámica de grupo, el estado de ánimo y todo esto que luego se ha hecho tan académico para los expertos de empresa y los coaches siempre ha sido importante para mí porque, precisamente, creo que fue la clave del éxito de aquellos primeros tiempos. Se pasaba bien, nos íbamos todos a tomar algo después de los programas y nos reíamos. Yo he tratado de llevar eso a todos mis trabajos. No puedo rajar a nivel individual de nadie, aunque tampoco tengo problema en decir quién me gusta más y quién me gusta menos.
¿Quién te gusta más y quién te gusta menos?
[Risas] Te la he puesto botando. Me gusta muy poco lo que se hace hoy en día en el periodismo deportivo, esa es la verdad. Creo que hay mucha gente joven que hace cosas que están bien, lo cual tiene un mérito extraordinario porque es gente que ya se ha criado con un modelo triunfante que para mí es negativo y, normalmente, el que se forma viendo que algo triunfa lo toma como modelo y se piensa que eso es lo que está bien. Hace ya unos años que se ha despenalizado el mal periodismo deportivo y ya todo vale. Incluso se trata de justificar de cualquier manera y de venderlo como un modelo a seguir. Y no, era mal periodismo antes y sigue siéndolo ahora.
Entiendo que te refieres al modelo que ha establecido ‘El chiringuito’.
Sí, pero no sólo ellos, lo ves por todos lados. Hablando de fútbol, que es lo más masivo, me gusta lo que trata de hacer y en muchos casos consigue Miguel Quintana, me gusta ‘La media inglesa’ y me siguen gustando, pero ya me cuesta mucho encontrarlas, las crónicas de eventos deportivos con un mínimo toque estético. En la radio, para qué mentir, todo lo que oigo me gusta poco. Estuve cuatro años en Onda Cero y doce en la SER y pienso que seguramente no di lo mejor de mí. Todo el mundo dice que la radio es mágica, pero yo no encontré el perfil bueno ni he sentido ese enamoramiento loco. No di el máximo nivel, pero precisamente tiene que ver con que no me gusta la mayor parte de las cosas que se hacen en ella.
¿Y en la tele? Trabajaste en Canal+ con los referentes máximos de dos corrientes opuestas: Michael Robinson y Josep Pedrerol.
La trayectoria de Michael Robinson, bien estudiada y estando muy cerca de él en muchos momentos, es realmente apasionante. Es cinematográfica porque él, aunque había jugado en el fútbol español y había hecho el Mundial de Italia en TVE, estaba vendiendo derechos deportivos cuando se le ocurre a Relaño ficharlo y llega bastante virgen. Relaño algo detectó y él, que era un tío muy listo, enseguida va construyendo su imagen. Michael era muy bueno argumentando por qué ese tipo de periodismo que a él le gustaba era el que valía, el que podía perdurar y el correspondiente a una tele de pago. Yo siempre he estado 100% de acuerdo con él en eso, pero creo que sólo se hubiera podido crear algo como lo que supuso ‘Informe Robinson’ por el estatus que él tenía. A ningún otro le hubieran dado ese presupuesto para hacer reportajes sin una recompensa inmediata. Y eso es un logro tremendo porque en el periodismo, como en todo, hay un camino muy sencillo hacia al éxito y otro más intrincado que supone mayores retos y es más difícil. El bueno es el segundo. El otro lo puede seguir cualquiera.
También hay que valer.
Hay que querer. Si quieres, valer es sencillo. En cuanto a Pedrerol, llega desde Barcelona dos o tres meses después de que entre yo e identifiqué enseguida que era un periodista de radio con todas las virtudes y defectos de ese periodismo. Su obsesión era buscar la noticia, lo cual no encajaba mucho con el Canal+ de la época. De hecho siempre hubo diferencias con el resto porque buscábamos cosas distintas. Estuvieron varios años juntos Robinson y él haciendo ‘El Día Después’ y funcionó, aunque muchas veces discrepaban. De todos modos, las mayores audiencias del programa fueron en la etapa anterior, cuando presentaban Robin y el Lobo Carrasco. Dentro de la casa había mucha gente que criticaba al Lobo porque no era un presentador, pero fue otra cosa que se inventó Relaño y funcionó muy bien. poner a dos futbolistas repartiéndose las tareas. Estuve mucho tiempo compartiendo mesa con él, nuestras pantallas de ordenador chocaban, pero nunca encajó del todo allí. Luego ha encontrado y ha construido un modelo más acorde con su personalidad y su manera de entender el fútbol, la profesión y la vida. Y le ha ido muy bien, se ha hecho de oro.
Pero a ti no te gusta.
No. He ido dos veces a sus programas y la primera vez me llamó mucho la atención que, estando en maquillaje, vi el reparto de papeles que hacían antes de empezar. Es más cercano al mundo de la interpretación que al periodismo y el análisis. Esa manera de hacer televisión deportiva ha tenido mucho éxito, es indudable, pero para mí eso no es periodismo. Ellos defienden que sí y, como se ha despenalizado ya todo en esta profesión, tal vez tengan razón y es periodismo lo que diga el que triunfa, pero yo creo que no debería ser así. Está todo preparado y a mí siempre me ha fascinado lo imprevisible. Por eso me cautivaban Andrés Montes y el Relaño que yo tuve de jefe. Con ellos, cada día te podías encontrar algo que ni imaginabas y eso me alimenta mucho. Lo que hace Pedrerol es todo lo contrario, un programa en el que antes de empezar ya sabes lo que va a decir cada uno. Eso sí, a la gente le engancha. La defensa que hacen es que, después de un día muy duro, la gente quiere evadirse y se sienta delante de la televisión a no pensar. Que la gente no piense al verte es una mala defensa. Como consumidor de deporte, mi principal objetivo es que me ayuden a disfrutar y a profundizar, pero entiendo que a lo mejor la mayor parte de la audiencia no busca eso. Es una pena y las consecuencias son graves.
¿Cuáles?
Lo que se ha conseguido es el frentismo absoluto, hasta tal punto de que la política nos culpa y dicen que la política se ha futbolizado. En parte, es cierto.
¿Te hubiera gustado hacer más fútbol o las veces que has metido el pie has salido espantado?
Todo lo que es tremendamente popular y masivo hoy en día te mete en un pozo de conflicto y de frentismo que no me interesa nada. En la época en la que hice de reportero para ‘El Día Después’ no era así y en la radio, tanto con Javier Ares en Onda Cero como luego en la SER, estuve a gusto y he pasado buenos ratos hablando, pero no me gusta que me que me aten, quiero tener la libertad de decir lo que pienso sin que me miren mal y con el fútbol eso es muy difícil. No hay una tolerancia para que puedas pensar lo contrario que la mayoría. Por ejemplo, con el Atlético de Madrid lo he sufrido. Es mi equipo, pero cuando he planteado críticas o dudas hacia Simeone la respuesta ha sido feroz. No me da nada hablar del Atlético en redes y ha habido mucha gente encargada de silenciarme, de que sea tan desagradable poner algo por todo lo que tengo que leer luego que al final decidas no decir nada. Ese ambiente y ese tono no me interesan, no los quiero en mi vida.
De todo eso te salvó la NBA, que ha acabado siendo tu vida.
Totalmente y qué bien, ¿no? Estoy muy contento de que la NBA haya acabado siendo la base de mi carrera pese a que ha sido muy exigente en cuanto a vida, salud y horarios, pero el balance es fantástico. Es una competición a la que admiro de verdad. Mucha gente me sigue diciendo que la defiendo porque vivo de ella, pero eso es relativo. No he vivido de la NBA, he estado en el borde del precipicio en varias ocasiones para dejar de cubrirla, por decisión propia o ajena, y hubiera seguido viviendo, a lo mejor peor, de otras cosas. He tratado siempre de ser libre en mis opiniones. Sobre todo, cuando ha habido una presencia importante de jugadores españoles en la NBA me he negado a ser la voz que trataba de dulcificar todo lo que hacían esos españoles y ponerlo todo por las nubes. He intentado ser bastante justo y poner siempre en valor la competición por encima de los jugadores o de lo que podía importar a determinados sectores. Me ha gustado mucho que desde el primer año vi que la audiencia de la NBA es muy diversa pese al tópico que dice que es para jóvenes. Desde los años 90 me están viendo abuelos.
¿Cómo se convierte uno en estrella saliendo en la tele a las dos de la madrugada?
El secreto es la permanencia. Al estar tanto tiempo, el que más y el que menos me ha visto aunque sea un minuto durante estos 30 años. Además he tratado de no tener demasiadas pretensiones de fama y ha sido muy reconfortante. La NBA es una competición muy rica en noticias, te da recompensas continuamente y tienes muchos temas de los que hablar. Es una gran competición siempre maltratada en los medios españoles porque la gente de orden, que es la que suele mandar, no son seguidores de la NBA porque están en reuniones a las 9:00.
¿Qué sería la NBA en España sin Antoni Daimiel?
Sería más o menos lo mismo. Hubiera estado otro en mi lugar, lo hubiera hecho diferente, cosas mejor, cosas peor, y lo habrían visto los mismos. Soy bastante escéptico con esto, no es una pose. Yo sólo voy a trabajar y lo intento hacer bien, sin más. No soy Montes, que desde el primer partido sabía lo que hacía y que su objetivo era popularizar la NBA con su estilo, su look, sus altos y sus bajos en las retransmisiones. Todo esto eran herramientas que utilizaba porque él quería trascender. Decía que lo había pasado mal en la profesión y quería aprovechar esa oportunidad de la televisión. Lo logró y lo hizo fantástico, pero yo nunca he tenido esos grandes planes.
¿Aún le echas de menos?
Todo el rato. Me encantaría comentar con él cada cosa que ocurre en el deporte, en la profesión y en la vida porque era muy original en sus opiniones y muy gracioso sin pretenderlo. Pienso en Andrés constantemente.
Antoni Daimiel posa para la entrevista en la sede de El Mundo.

Antoni Daimiel posa para la entrevista en la sede de El Mundo.Elena Iribas

¿Sigues dando vueltas a su muerte?
Sí. Han pasado más de 15 años, pero tengo muy presente aquel día. Era una época en la que nos veíamos bastante y hablábamos prácticamente a diario. Es curioso porque era su etapa en La Sexta y a nivel personal nos veíamos más que cuando éramos compañeros. El martes de esa semana estuvimos cenando en el asador Frontón. Le vi bien y, como hacíamos muchas veces, una vez fuera del restaurante estuvimos en la calle hablando hora y media, riéndonos y tal. El miércoles me llamó cuando yo volvía del trabajo a casa, pero el jueves no y me extrañó porque me llamaba casi todos los días. Como no soy muy proactivo, no le llamé yo, que es algo a lo que luego le he dado muchas vueltas. Pensé que estaría liado...
Y el viernes falleció.
Fue tremendo aquello. A las seis de la tarde, iba a salir, me estaba duchando y sonó el teléfono. Salí mojado y era un amigo para contarme que alguien que conocía a alguien de la agencia EFE, porque Andrés vivía enfrente de su redacción, le había dicho que había pasado algo con Montes. No sabía si era grave, pero andaba por allí la policía. Al principio lo dulcificas y, sabiendo que era un personaje, pensé: "A ver qué ha liado este. Habrá discutido con alguien en el portal o algo así". Seguí con el proceso para salir y a los diez minutos la misma persona me llama y me dice que ha muerto Andrés. Me quedé congelado, sin saber qué pensar ni qué hacer. Me vestí rápido y no se me ocurrió otra que ir a su casa. Acababa de pasar, no era público y me llamó mucho la atención que, no sé si antes que yo o a la vez, el primero en llegar allí fue Roberto Gómez.
Habían sido buenos amigos.
Sí, desde muy jóvenes. Me parece terrible que todavía están por YouTube las imágenes en las que se ve el cadáver de Andrés saliendo en camilla del portal de su casa. Todo fue una conmoción y esa noche, como homenaje, nos reunimos sus amigos a cenar en un VIPs del que había sido cliente habitual porque estaba al lado de la antigua redacción de Antena 3 Radio. El tanatorio se prolongó todo el fin de semana y fue súper confuso. Nadie explicaba nada de lo que había pasado. Yo sabía desde el primer día que trabajé con él que estaba muy delicado de salud porque lo iba proclamando a los cuatro vientos. Año y medio antes le había visto bastante mal, recuerdo siempre que quedé un día a comer con él y le costaba caminar por una patología cardíaca, pero le operaron y mejoró bastante. Sin embargo, en la época de su muerte estaba aparentemente bien. Se creó un clima de confusión, estaban empezando las redes sociales y todo el mundo especulaba.
Hubo muchas teorías de la conspiración.
Ha sido un tema que yo no he querido revolver ni preguntar casi. Prefiero quedarme con su mejor imagen y pensar que su vida finalizó mucho antes de lo que le correspondía, aunque él llevaba años preparándonos. Trece o catorce años antes de su muerte, en un avión a San Antonio, me dijo que tenía las tres enfermedades con mayor causa de fallecimiento en España [cáncer, infarto y diabetes] y yo me pasaba los viajes a Estados Unidos preocupado porque comía demasiado. Se medía el azúcar en sangre, le salía disparado y yo pensando en cómo hacer el trámite de que se me muriera allí [risas]. Era un personaje tremendo. Dos o tres meses después de fallecer, comí con sus hijos y Nelson, que ahora es médico, me contó que estaba bastante molesto por todas las teorías de la conspiración que había y me ratificó que había sido muerte natural.
Te has posicionado a menudo social y políticamente, que es algo que muy pocos periodistas deportivos hacen.
Y me forran y me castigan por ello. Nunca he pretendido mojarme públicamente con estos temas porque no soy un experto y vivimos tiempos en los que hace muchísima falta que de cada cosa hablen los que saben porque si no vamos a ir muy mal. Siempre defendí las redes sociales y ya estoy entrando por el embudo por el que han pasado muchos de pensar que nos quitan más de lo que nos dan de largo. He mantenido muchos años que la cuenta final salía en positivo, que me gustaba lo que aportaban, pero ya no lo creo. Las grandes tecnológicas al final son las dueñas de estas plataformas, de los estados de opinión y de la ideologización de la gente y ni siquiera los países soberanos son capaces de ponerles freno. Entonces, como no experto, nunca he querido hablar de política públicamente, pero hay cuestiones sociales que nos afectan a todos y en las que como ciudadano voy a defender mis ideas.
¿Por qué has dicho que te castigan por ello?
Lo que más me perjudica a nivel de opinión pública es una cosa que ocurrió en ‘La resistencia’ hace seis o siete años. En realidad yo no lo quería contar y mucha gente muy cercana a mí no lo sabía, pero David Broncano me lió con lo de cuánto dinero tienes y, para dar una explicación de por qué tenía poco, se me escapó contar que tenía un piso alquilado que el inquilino no me pagaba hace años y que como la presidenta de la junta de vecinos me decía que eran unas bellísimas personas pues les dejaba seguir allí como una obra solidaria, igual que soy de Ayuda en acción. Lo conté en ese tono afable que tenía el programa, pero me ha traído muchos problemas.
¿De qué tipo?
Se sigue haciendo viral en TikTok un corte bastante sesgado de aquella anécdota y me han amenazado de muerte por ese vídeo. Lo mezclan todo, que si defiendo la okupación, que si la inmigración… Me insultan mucho. Hablar es meterse en un problema, pero obviamente tengo mis ideas y mis convicciones y si alguien me pide la opinión sobre un asunto importante, se la voy a dar porque tampoco voy a estar escondido en una cueva por temor a que haya, como decían las abuelas, otra guerra. Últimamente he pensado bastante sobre esto de las ideologías y el periodismo deportivo.
¿El qué?
¿Por qué en deportes no hay diferencia entre si un medio es conservador, progresista, alternativo, mainstream…? Todos hacen lo mismo. ¿Cuál es el proyecto de los medios deportivos en función de su ideología o de su talante? Ninguno. Son todos iguales, no hay ideas, no hay propuestas, no hay principios. No dice eso mucho bueno del periodismo deportivo.
¿Cómo has llevado una carrera tan exitosa con tan poco ego?
Creo que como he tenido desde el primer día en este trabajo la sensación de estar en el alambre, nunca me he creído nada. Siempre he pensado que me podía caer en cualquier momento porque veía que era una profesión inestable, poco agradecida y poco digna en general. Pensaba: "Aquí cambian de jefe y me quitan" o "cualquier día me agobio y me voy". Además me han dicho tantas veces en los despachos eso de que hace mucho frío fuera que al final cala. Es curioso porque está inseguridad no la he visto mucho a mi alrededor, los periodistas tienden a tener mucha confianza en sí mismos, pero yo no me he permitido nunca pensar que esto me lo he ganado yo o qué bien lo hago cuando a lo mejor al día siguiente estaba en la calle. Y además, como te decía al principio, esta es una profesión como otra cualquiera, no hay ningún motivo para sentirse especial.
Algo te enorgullecerá. Por ejemplo, todos los grandes del baloncesto español, de Pau Gasol a Ricky Rubio, han reconocido públicamente que te admiran.
Mira, hay una cosa que sí amenaza seriamente con alimentar mi ego desde hace unos años. Me encanta y es una sensación muy placentera que vengan a saludarme o a pedir una foto chicos y chicas adolescentes. Vivimos una época de una separación generacional tremenda y ver que aún les llego es una gran satisfacción, la verdad. Cuando sucede, siento que algo habré hecho bien. En cuanto a los jugadores, la lectura que le doy es que llevo haciendo esto demasiado tiempo. Pau, cuando jugaba en los Lakers, contó que de chaval tenía un póster de Jordan porque creció viendo las finales de Chicago comentadas por Montes y por mí. La verdad es que, si lo piensas, que una gran estrella del deporte diga que sus primeros inputs de la liga en la que acabaría jugando los tuvo gracias a lo que tú le contabas, te estremece un poco. Lo que más me gusta es que todos me han mostrado respeto profesional, de eso se trata.
¿Eres un periodista mucho más valorado por el público que por la profesión?
Creo que sí y estoy contento de que sea así. Salvo el 1% que me amenaza de muerte en redes por lo del inquilino o por Simeone, siento el cariño, la valoración y el respeto de la gente, pero no tanto de la profesión. He sentido muchas veces la displicencia de colegas, en plan: "Este es el que comenta la NBA, no me interesa lo que dice ni lo que hace, pero no me molesta. No juega en mi liga". Luego, en las empresas, uno se va dando cuenta según pasan los años de que los que toman las decisiones no tienen el conocimiento ni las capacidades para hacerlo correctamente porque el periodismo no coloca en esos cargos a los perfiles ideales. Los que creamos contenidos para los medios rara vez dirigimos. Hemos estado liderados por gente de financiero o de marketing que no tienen capacidad para decidir sobre algo que sigue siendo fundamental en el periodismo y el entretenimiento: los contenidos.
Desde que te conozco, y aún éramos jóvenes, te has querido jubilar. ¿Cómo llevas las cuentas?
Van muy bien, con suerte no me queda mucho. Mira, durante mis primeros años, esta conversación la tenía con Maldini y con Nico Abad cuando vivíamos juntos…
¿Con 25 años ya pensabas en jubilarte?
[Risas] No en jubilarme, pero llevaba ya cuatro años o cinco trabajando en la tele y ya pensaba que mi destino ideal era ser cronista deportivo de un periódico de provincias. Claro, era el año 94 o el 95 y no anticipaba las dificultades que esperaban a la prensa de papel, pero soñaba con esa vida agradable y cómoda. Siempre he sido bastante misántropo de no querer estar rodeado de mucha gente ni del bullicio de la gran ciudad. En esos años lo estaba disfrutando, pero pensaba que mi gusto por todo aquello se iba a acabar enseguida, como así ocurrió, y como me he criado en Valladolid, una ciudad con fútbol, baloncesto, balonmano y rugby, me imaginaba siguiendo a los equipos y viviendo tranquilo en una ciudad de provincias. Esa era mi ambición inicial. A los pocos años empecé a ver las prejubilaciones de las reconversiones industriales y cambié de plan. Además, he tenido casos cercanos de gente que se jubila muy tarde y se muere al mes y yo quiero que me quede todavía una parte importante de vida en la que desenvolverme sin el compromiso del trabajo.
¿Cuánto calculas que te queda en activo?
Tengo dudas con las cuentas porque tengo un niño muy pequeño y eso te hace ser más conservador, pero creo que es cuestión de muy poco tiempo. Una o dos veces al mes durante el último año, me envalentono y cuando me ofrecen algo digo que no. Yo lo que quiero es no trabajar y asomarme al escenario de no tener compromisos, ser dueño de mi agenda y levantarme cada día pensando que voy a hacer lo que yo quiera. Sólo eso.
Familiares, amigos e hinchas se despiden en el funeral de Diogo Jota y su hermano André en Gondomar: "Siempre tenía una sonrisa"

Familiares, amigos e hinchas se despiden en el funeral de Diogo Jota y su hermano André en Gondomar: “Siempre tenía una sonrisa”

Actualizado Sábado, 5 julio 2025 - 16:52

El mundo del fútbol portugués y el Liverpool Football Club han dado este sábado su último adiós a Diogo Jota, jugador del equipo británico, y a su hermano André, en un emotivo funeral celebrado en Gondomar, al norte de Portugal, su localidad natal. Ambos hermanos han fallecido trágicamente en la madrugada de este jueves, en un accidente de tráfico en la A52, a la altura de Cernadilla (Zamora). Diogo Jota tenía 28 años, mientras que su hermano André Felipe Silva, también futbolista en el Penafiel de la segunda división portuguesa, tenía 25 años.

Las exequias han tenido lugar en la Iglesia Matriz de Gondomar, contando con la presencia de destacadas figuras del balompié. Entre los asistentes se encontraban el seleccionador de Portugal, Roberto Martínez, el presidente de la Federación Portuguesa de Fútbol (FPF), Pedro Proença, y una nutrida representación de futbolistas de la selección nacional, como Bernardo Silva, João Moutinho, Rúben Dias, João Félix o Rui Patrício.

Dolor en Gondomar

La delegación del Liverpool, club al que Diogo Jota pertenecía desde 2020, ha llegado al funeral portando dos simbólicas camisetas de flores con los dorsales 20 (de Diogo Jota) y 30 (de André Silva). El defensa Virgil van Dijk llevaba la camiseta de Jota, mientras que el centrocampista Jordan Henderson portaba la de André. Al funeral asistieron también compañeros y excompañeros de Diogo Jota, incluyendo a Tiago Alcántara, Fabinho, Ricardo Carvalho y Nelson Semedo. Además, se ha hecho presente su representante, Jorge Mendes, y el presidente del Oporto, André-Vilas Boas, club en el que Diogo Jota también jugó.

Los padres de Diogo Jota, Joaquim e Isabel, en el funeral

Los padres de Diogo Jota, Joaquim e Isabel, en el funeralManu Fernandez | AP

Los dos féretros han sido sacados de la Capilla de la Resurrección y llevados al interior del templo, escoltados por jugadores, amigos y familiares "rotos de dolor". Los funerales han sido oficiados por el obispo de Oporto, Manuel Linda. Al finalizar la ceremonia, los dos hermanos serán enterrados en el cementerio ubicado dentro del recinto de la Iglesia, donde numerosos vecinos de Gondomar se han aproximado para ofrecer su apoyo a la familia, muy conocida en este pueblo a las afueras de Oporto.

Para saber más

"Lo recordaré como alguien muy simpático, muy cortés, que quería a todos y siempre tenía una sonrisa", declaró a la AFP uno de sus antiguos compañeros de clase, Pedro Neves, un obrero de 31 años, que se encuentra cerca del campo de fútbol del Gondomar Sport Clube, donde Diogo Jota fundó una academia que lleva su nombre.

¿Quién fue Diogo Jota?

Diogo Jota, delantero de gran trayectoria, se formó en los clubes portugueses Gondomar y Paços de Ferreira. En 2016 fichó por el Atlético de Madrid, y posteriormente jugó cedido en el FC Porto hasta 2018, año en que dio el salto a la liga inglesa. Desde 2020 era una pieza clave en el Liverpool.

El jugador Joao Felix en el funeral de Diogo Jota

El jugador Joao Felix en el funeral de Diogo JotaESTELA SILVA | Efe

El trágico suceso ocurre poco después de un importante acontecimiento en la vida personal del jugador. Diogo Jota se había casado el pasado 22 de junio con su pareja desde hacía 13 años, Rute Cardoso, con quien tenía tres hijos menores de edad, entre ellos una niña de tan sólo ocho meses