La amenaza Vezenkov: tres botes, tres nacionalidades y una cuenta pendiente con el Real Madrid

La amenaza Vezenkov: tres botes, tres nacionalidades y una cuenta pendiente con el Real Madrid

El lunes, cuando Kendrick Nunn fue elegido MVP de la temporada en Euroliga, hubo un cierto aire de sorpresa: todos los pronósticos apuntaban a que Sasha Vezenkov lograría, dos años después, su segundo galardón. Ni siquiera eso empaña el dominio absoluto del ala-pívot del Olympiacos, de vuelta a Europa tras su aventura, fallida como tantas otras, en la NBA. Contra él, que incluso rechazó un buen puñado de millones para regresar, busca antídoto a partir de este miércoles el Real Madrid en la eliminatoria de cuartos de final.

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Sasha no ha cumplido 30 años pero ya es como si hubiera vivido varias carreras. Apenas un recuerdo lejano y casi olvidado es ya su paso por el Barça cuando todavía era una promesa, de 2015 a 2018. Con su zurda mortal, su versatilidad y su inteligencia baloncestística, se hizo todopoderoso en el Olympiacos hasta convertirse en el sucesor natural de Printezis. Si en 2023 ya resultó imparable, esta temporada ha confirmado su pujanza, tocando el cielo estadístico en enero ante el Bayern. Ese día asombró con 45 puntos, un impecable 10 de 10 en tiros de dos, ocho de 10 en triples, más siete rebotes para un histórico 52 de valoración. Y para todo eso sólo necesitó botar tres veces el balón en todo el partido.

Vezenkov lleva las canastas en los genes y en su pasaporte los rastros de sus orígenes. Nació en Nicosia (Chipre), donde su padre daba sus últimos coletazos como jugador. Sasho fue toda una leyenda del baloncesto búlgaro -amigo de Hristo Stoichkov-, ganando títulos a finales de los 80 con el Balkan Botevgrad del que ahora es presidente. También disputó tres Eurobasket como capitán de la selección que su hijo eligió después, porque Alexander tiene tres nacionalidades: es chipriota, búlgaro y griego. Y conexiones con los tres países. Su hermana, Mihaella, también ex jugadora, es la actual seleccionadora del equipo de la isla mediterránea que este verano acogerá la primera fase del Europeo. "Sasha creció en Chipre y aprendió a jugar al baloncesto allí", reivindicó hace unas semanas Andreas Mouzourides, presidente de la Federación chipriota, con la pretensión de que la estrella se uniera a su selección este verano.

En su carrera, Vezenkov -cuya novia es la internacional griega de waterpolo Nikoleta Eleftheriadou, también jugadora del Olympiacos- ha ganado casi todo, pero tiene dos espinas clavadas. Una, la de su paso sin gloria por los Sacramento Kings. Allí, el curso pasado, apenas disputó 42 partidos (5,4 puntos y 2,3 rebotes en 12 minutos de media), a pesar de que los californianos le habían firmado por tres temporadas y 20 millones de dólares. "Aprendí muchas cosas, pero no funcionó. Recuerdo a todos los buenos jugadores con los que me tuve que enfrentar, Lebron, Curry, era un sueño... Y todo lo que rodea la NBA, los viajes, los partidos, los pabellones, todo es increíble allí", reconocía en una reciente entrevista en Mundo Deportivo. Tras ser traspasado a los Raptors, acordó un despido por el que renunció a casi siete millones. Todo para volver al Olympiacos y corregir lo que dos años atrás no pudo por la canasta de Llull en Kaunas en el último segundo de la final.

Maldición

Vezenkov, que firmó por cinco temporadas con los del Pireo (por más de tres millones de euros cada una, uno de los contratos más altos de Europa), ha elevado aún más sus prestaciones en su retorno. Firma 20,2 puntos por partido (con casi un 39% de acierto desde el triple) y 24,5 de valoración. Un tormento para Chus Mateo, que cuenta con varias opciones para intentar detenerle, desde Eli Ndiaye (ya fue titular en la final de Kaunas) a Gaby Deck, Usman Garuba o el propio Mario Hezonja.

No será, claro, la única amenaza del mejor equipo de la temporada regular, un rival que juega "casi, casi de memoria" y al que el Madrid se enfrenta sin factor cancha. Al búlgaro le acompaña otro de vuelta de la NBA, Evan Fournier. Los gigantes Milutinov y Fall, el explosivo McKissic, el sobrio Walkup (es duda), el ex madridista Williams-Goss... Pero también una maldición. Nunca, desde que en la temporada 2016-2017 se instauró este formato en la Euroliga, algún campeón de la liga regular consiguió alzar el torneo en la Final Four.

Y también con la rivalidad contra el Madrid, ya uno de los clásicos de los últimos años. Contra los blancos perdieron el año pasado en semifinales en Berlín y en 2023 la final de Kaunas con el triple inolvidable de Llull. "No sé si estarán muy contentos con el enfrentamiento, porque el Madrid siempre les pone problemas", pronunciaba ayer Mateo.Un poco más allá, en los playoffs de 2009 triunfaron los del Pireo (ya estaba Llull por allí), como en la final de 2013 de Londres, la primera de Laso.

La noche para el recuerdo de Juancho Hernangómez: 40 de valoración, récord histórico del Panathinaikos en playoffs

La noche para el recuerdo de Juancho Hernangómez: 40 de valoración, récord histórico del Panathinaikos en playoffs

Jamás en la historia del Panathinaikos, siete veces campeón de Europa, ningún jugador propio había firmado una noche estadísticamente tan descomunal como la de Juancho Hernangómez contra en Anadolu Efes en el primer partido de cuartos de final (87-83). Y, sin embargo, cuando el protagonista fue entrevistado nada más terminar su festival, se desprendió de todo mérito: "Nuestro MVP es Kendrick [Nunn], lo seguimos. Hizo un gran trabajo encontrando los pases extra".

El madrileño se refería al recién nombrado MVP de la temporada regular en el Euroliga, que en la jugada clave encontró liberado a Jerami Grant para que el actual campeón sellara su remontada contra el Efes. Pero, por mucho que desviara la atención, lo de Juancho pasará a la historia. Un actuación tan redonda que agota sólo relatarla: 20 puntos (7 de 7 en tiros de dos), 16 rebotes, tres asistencias, tres robos, dos tapones...

Ergin Ataman, su inefable entrenador, sólo se atrevió a sentar al mediano de los Hernangómez 56 segundos. Tal es la dependencia que el Panathinaikos tiene del internacional español. Un relación de amor que nació de la forma más improbable, en la final de la pasada Euroliga en Berlín, donde Juacho brilló contra el Madrid tras un curso, su primero de vuelta de la NBA, de vaivenes.

Nada que ver con el presente. Ídolo ya de las gradas del OAKA, el ex de Estudiantes, que nunca es primera opción ofensiva en un equipo repleto de talentos, se ha convertido en indispensable. Hace sólo unos días fue elegido en el segundo mejor quinteto de la competición, con promedios de 10,1 puntos y siete rebotes. Entrega, defensa, inteligencia competitiva... Un jugador en su cénit.

"Nunca nos rendimos, este equipo es muy peligroso, juega muy bien en los contraataques. Siendo sinceros, no jugamos bien. Veamos el vídeo y volvamos al segundo partido", añadió Juancho en la breve entrevista, haciendo hincapié en un partido que al campeón le costó sacar. Al comienzo del último cuarto todavía perdía por 10 ante un Efes en el que brilló Poirier (17 puntos, ocho rebotes, cinco tapones). Un parcial final de 23-11 evitó que los griegos perdieran el factor cancha.

Tanto los 16 rebotes como los 40 créditos de valoración del español son historia del club heleno, superando las marcas de Stéphane Lasme (12) y Dimitris Diamantidis (34).

El renacer de Remco Evenepoel: Sierra Nevada, su conversión al islam y una lesión en el hombro que casi le retira

El renacer de Remco Evenepoel: Sierra Nevada, su conversión al islam y una lesión en el hombro que casi le retira

La todavía precoz carrera de Remco Evenepoel está marcada por el éxito y el dolor. Un binomio que le tortura y le reconforta de la misma manera, un renacimiento continuo que en este comienzo de 2025 está viviendo su tercer episodio. Tras su accidente en diciembre contra la puerta de un vehículo de correos mientras entrenaba, el belga ha vuelto a lo grande, ganando la Flecha Brabanzona después de 190 días sin competir y plantando cara a Tadej Pogacar para quedar tercero en la Amstel Gold Race, aperitivo en las Ardenas de la Lieja-Bastogne-Liega del próximo domingo que ya ganó dos veces (2022 y 2023).

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Tras caer por un barranco en Lombardía en 2020, en el descenso de Sormano (fractura de pelvis y contusión pulmonar), y el grave percance de la Vuelta al País Vasco del año pasado junto a Vingegaard y Primoz Roglic, Remco volvió a experimentar la frustración de los huesos rotos y los quirófanos. Esta vez fue tan preocupante que todo estuvo a punto de terminar, como él mismo confesó. No sólo se fracturó el omóplato derecho, varias costillas y la mano derecha. Después de unas semanas descubrió una lesión nerviosa en su hombro (el mismo dañado en la Itzulia) "que aún no se ha curado". "Si hubiera sido tenista, jugador de baloncesto o voleibol, mi carrera habría terminado", ha asegurado el del Soudal Quick Step.

Para este regreso a la elite el doble oro olímpico en París no sólo ha necesitado tiempo, curas y entrenamiento. También mucho trabajo mental. Y para ello, Remco se apoyó en Oumi Rayane, su esposa marroquí con la que se casó hace tres años. Sin que nadie le preguntara, en la previa de la Brabantse Pijl el belga admitió su conversión al Islam: «Ha sido un período muy oscuro, pero mi gente y mi fe me han ayudado enormemente". «Rezamos juntos a menudo y lo seguiremos haciendo. Es increíble lo que me has enseñado, y es un sentimiento maravilloso compartir esto contigo. Sin ti, probablemente hubiera abandonado mi carrera», le decía en una publicación en redes sociales a su pareja.

Oumi Rayane, esposa de Evenepoel, durante la Flecha Brabanzona.

Oumi Rayane, esposa de Evenepoel, durante la Flecha Brabanzona.OLIVIER MATTHYSEFE

Evenepoel miró con envidia desde la televisión los duelos de Pogacar y Van der Poel en las primeras clásicas, pero no perdió su paciencia ni se quiso precipitar en su vuelta a la competición. Tras semanas de rodillo, el pasado 1 de febrero fue el primer día que pudo subirse en bicicleta en la calle y, cómo no, fue España el lugar clave para ponerse a punto. A la Costa Blanca fue con Oumi a un primer bloque de entrenamientos que ha completado a principios de abril con dos semanas de concentración en la altitud de Sierra Nevada.

Un trabajo que ha dado sus frutos. En la Flecha Brabanzona abrasó a Van Aert hasta derrotarle al sprint y en la Amstel (255.9 kilómetros y 34 subidas) -donde sufrió una caída temprana-, cuando todo parecía de cara para Pogacar, le remontó hasta cazarle a falta de ocho kilómetros junto al vencedor Mattias Skjelmose. Ahora mira a la Flecha Valona y la Lieja y después, el Tour.

El Real Madrid se redime ante el abismo: tumba al Bayern y disputará los playoffs

El Real Madrid se redime ante el abismo: tumba al Bayern y disputará los playoffs

Como los malos estudiantes, el Real Madrid lo dejó todo para septiembre. Aprobó en la última oportunidad, aunque lo hizo con nota, una de las victorias más contundentes de la temporada, una paliza sin mucha épica ante el Bayern de Múnich. En la repesca evitó dramas recuperando las bases del baloncesto con el que había espabilado tras la Copa: dinamismo, energía, rebote, acierto y concentración. Y al mejor Mario Hezonja, el mismo que el martes ante el Paris Basketball fue una sombra de sí mismo. Ahora le aguardan a los blancos unos cuartos de final de traca contra el Olympiacos. [93-71: Narración y estadísticas]

Hacía 13 años que el Madrid no era expulsado antes de tiempo de la Euroliga, desde 2012 siempre al menos entre los ocho mejores (tres títulos por el camino) y esta vez apuró al máximo. Fruto todo de un curso de toboganes que le condujo al 'play-in' pese a ganar los últimos seis partidos de la liga regular. Ahí, de nuevo los vaivenes, una actuación horrible contra el París y una plácida anoche, en la que mostró la contundencia requerida ante un rival, eso sí, exhausto tras la prórroga con la que ganó al Estrella Roja el martes y que perdió a su referente, Carsen Edwards (segundo máximo anotador de la competición) apenas un rato antes de la batalla por unos problemas de espalda.

"Como una final", proclamaba Chus Mateo en la previa, intentando poner en valor lo que había en juego, la razón de ser de un club que esta misma Semana Santa se había visto expulsado de la Champions. Futbolero era el rival, aunque poco fiero se mostró el Bayern en el Palacio. Fue barrido porque el Madrid encontró la pausa y el acierto, el liderazgo de Campazzo, olvidó la ansiedad y no dejó resquicio después para que los alemanes tuvieran espacio para soñar con la remontada. Todo eso y mucho más necesitará ahora para dar la sorpresa ante el mejor equipo de la temporada regular, el Olympiacos, sin ventaja de campo (a partir del miércoles).

Desde el mismo amanecer se percibió el aroma de redención, de borrar todos los pecados cometidos apenas unas horas antes. Como una señal, Mateo introdujo a Hezonja en el quinteto inicial. Aquí tu escaparate para arreglar el desaguisado. Y el croata, al que le sobra el talento, respondió como se espera de él. Fue el referente, esta vez sí.

También ayudó que los blancos arrancaran acertando con ocho de sus primeros nueve triples. Todo eso ante el equipo que más amenaza desde el perímetro. Todos tiraban, todos metían. Se movía el balón y se corría la pista y el Bayern ni abría la boca. Hasta el individualismo de Dzanan Musa pasaba desapercibido ante el buen hacer de todos. Tras el golpe en la mesa, hubo unos minutos de dudas en el segundo cuarto, un intento de reacción alemán con Napier, pero de nuevo la carga de la caballería, las cabalgadas de Hezonja, que acabó con un triple sobre la bocina para poner la máxima antes del descanso (52-33), con el croata disparado entonces (15 puntos y cuatro rebotes).

El vendaval no había cesado. Como ante un boxeador tambaleante, el Madrid se lanzó a por el knockout, triples como directos al mentón del Bayern, casi siempre tras un pase extra, la floritura del baloncesto moderno. Con Campazzo como un director de orquesta, el equipo se divertía y la ventaja no dejaba de crecer: 67-43 tras triples de Abalde (firmó otra master class de seriedad y buenas decisiones) y el propio Facu.

El partido avanzó asumiendo ambos los inevitable. Los de Gordon Herbert, la eliminación. Los blancos, la línea retomada tras la final de Copa, esa mejoría que ahora tocará refrendar ante el viejo y temible enemigo Olympiacos de Vezenkov, Fournier, Milutinov y compañía.

La inoportuna vuelta a las andadas del Real Madrid que le condena a un match ball contra el Bayern: "Necesitamos a Tavares"

La inoportuna vuelta a las andadas del Real Madrid que le condena a un match ball contra el Bayern: “Necesitamos a Tavares”

El mismo equipo que hacía sólo 12 días le había proporcionado una noche de éxtasis como las de antaño, una fiesta de 209 puntos entre ambos, fue ahora un puñal que le frenó en 73, que le sacó los colores y le devolvió a una realidad que empezaba a olvidar. El Real Madrid dubitativo, gris y endeble del comienzo de la temporada cayó ante el París Basketball, de fiesta en el Palacio, y se la jugará sin red ante el Bayern de Múnich, que no es un cualquiera.

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Será el Viernes Santo (20.45 h.), de nuevo en el Movistar Arena, en busca de un ardor, tanto en las tribunas como en la cancha, que no tuvo en una primera bola de partido marcada por "la ansiedad". Esa fue la palabra más utilizada por Chus Mateo en la reflexión posterior, asumida con elegancia la superioridad del rival que ha sido y es el mejor animador de la presente Euroliga. En las travesuras de TJ Shorts se esconde la magia del París.

Fue una vuelta a las andadas, porque hacía mucho que Tavares no conseguía no dominar una partida. Su zancada hacia adelante de las últimas semanas había sido la del propio Madrid. Y que el gigante se viera persiguiendo ratones toda la noche, marcado por las faltas y la desesperación, fue el peor de los síntomas. "Hemos sentido mucho ciertos minutos la ausencia de Edy, que es un referente ahora mismo para nosotros en la zona interior. Le hemos echado de menos por momentos. Si bien es cierto que Serge (Ibaka) y Usman (Garuba) han sido capaces de suplir los minutos que ha estado fuera a buen nivel, creo que ahora mismo a Edy lo necesitamos", confeso el técnico blanco.

Tavares quedó marcado por su segunda falta temprana, por los cambios en el juego 2x2 con TJ Shorts (esos alley oops con Kevarrius Hayes) y por los triples de Jantunen jugando de falso cinco. Fue como si Tiago Splitter, que algo sabe de pívots, se hubiera empeñado en torturar al único jugador del Madrid contra el que no tenía par. Pero, además del caboverdiano, hubo dos tipos que otra vez fallaron en el momento más inoportuno. La noche de los Brates fue de esas de tirar a la basura.

Hezonja, errático y ansioso, y Musa, desaparecido (justo la semana que se disparan los rumores sobre su no renovación). Llull estuvo fallón, pero puso todo su corazón en intentar al menos la heroica. La buena noticia fue el paso adelante de Campazzo y la buena labor de Ibaka en la pintura y de un Andrés Feliz que tuvo problemas musculares.

El Bayern, que sufrió hasta la prórroga (97-93) en casa contra el Estrella Roja y que ha ido desinflando su pujanza en las últimas semanas, será un rival sin margen al despiste el viernes. Carsen Edwards es su referente, pero cuenta con jugadores contrastadísimos como Devin Booker, Weiler-Babb o Lucic.

El Real Madrid naufraga ante el París en una noche para olvidar y ya sólo le queda una vida en Europa

El Real Madrid naufraga ante el París en una noche para olvidar y ya sólo le queda una vida en Europa

Fue un naufragio rotundo, una noche de frustración y fantasmas de vuelta para un Real Madrid al que ya sólo le queda una bala en esta Euroliga. El sorprendente Paris Basketball, el equipo más fresco y divertido de la competición, le torturó en el Palacio en el primer partido del play-in. Los de Tiago Splitter se enfrentarán al Fenerbahçe en cuartos y los blancos el viernes, de nuevo en casa, al Bayern (que ganó al Estrella Roja) para no quedar eliminados. [73-81: Narración y estadísticas]

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La peor versión del colectivo de Chus Mateo regresó en el momento menos oportuno. El grupo que desde la final perdida de Copa se reencontraba a sí mismo se estrelló de lleno contra el mago TJ Shorts y sus compinches. Un grupo salvaje que desubicó al Madrid con su desparpajo, que le hizo dudar de todo y perder un partido que no entraba en ningún plan. Y que, de salvar la vida el viernes, le condena a un playoff contra el Olympiacos.

No hubo ni resquicio para la épica, tal el desastre. Una noche para olvidar de casi todos, especialmente alguno de los que deben tirar del carro. Hezonja, Tavares, Musa... hasta Llull. Tan desaparecidos que quedaron en evidencia ante la energía del París Basketball, que no tembló en unas alturas que nunca ha pisado. Domó el duelo desde el primer acto y no lo saltó jamás, liderado por ese genio que es TJ Shorts, imparable (23 puntos y nueve asistencias).

Como un mal augurio, a la noche le costó entrar en ebullición, que se creara el ambiente que requería la ocasión. No ayudaron los parones en el primer cuarto por los fallos en el cronometraje, como un palo en la rueda de la inercia con la que el Real Madrid pretendía entrar en el partido, golpear de inicio para no dejar crecer mentalmente a un rival con mucho menos que perder, el debutante que asombra en la Euroliga.

Pero cuando lo supo, era ya tarde. Estaban los blancos enredados en la trampa parisina, un equipo único, de ritmo vertiginoso, cambios de tres en tres y lanzamientos cuanto más rápidos mejor. Todo comandado por un pequeño diablo, el jugador más sorprendente de la competición. Tavares se cargó con dos faltas por una protesta tan temprana como absurda y sin el gigante, el único elemento contra el que los de Splitter tienen poco que hacer, el caos: un parcial de 3-12 que desorientó completamente al Madrid para los restos.

Campazzo

La primera pequeña reacción, con Campazzo sobre Shorts y Garuba al cinco, fue de nuevo contrarrestada por el París, dos triples como puñales de Hifi -el mismo día que fue nombrado mejor joven de la temporada- y una canasta final en uno contra uno de Shorts que fue el síntoma de todo lo que no estaba bien en el Madrid. Ni capacidad de defender individualmente, ni de dominar el rebote ni tampoco de atacar, 14 puntos apenas en el segundo acto (seis en toda la primera mitad de los 'Brates'). Al vestuario los blancos se fueron conscientes de que estaban metidos en un lío.

Hifi celebra el triple que sentenció el partido.

Hifi celebra el triple que sentenció el partido.MariscalEFE

Y de no sencilla solución. Porque el retorno fue un poco más de lo mismo, TJ y frustración. Otro acercamiento, basado en el trabajo de Abalde, fue contestado de forma contundente por el pequeño base californiano, que además sacó la cuarta de Tavares. Fueron Feliz e Ibaka, dos secundarios, los que volvieron a tocar a rebato, esta vez con el París fallando, que no era lo normal hasta ese instante.

Fue un repentino fundido tan negro como su camiseta (seis minutos sin un solo punto), aunque los de Splitter no iban a dejar de seguir jugando como si sólo tuvieran una bala en la recámara. Y una técnica al entrenador brasileño acercó más que nunca al Madrid (61-62). Pero ponerse por delante iba a ser otro asunto para el Madrid.

De hecho, le resultó imposible. Ni cuando volvió Tavares. Los triples de Jantunen y uno final precioso de Hifi -junto a Ward y Kevarrius Hayes, claves- y el dominio de Shorts dieron un triunfo histórico al París y otro buen sofocón al Madrid.

"Yo sin voz, él sin vista", la inspiradora carrera por la superación de Álex Roca y Jota García en Ibiza

“Yo sin voz, él sin vista”, la inspiradora carrera por la superación de Álex Roca y Jota García en Ibiza

No hay barreras que ellos no logren superar. En su día a día y en cada reto que se proponen.Álex Roca y José Luis García Serrano, Jota, son dos ejemplos de superación, de cómo el deporte es capaz de mostrar el espíritu irredento de dos tipos para los que los obstáculos son sólo acicates. En Ibiza unieron sus fuerzas para completar los 12 kilómetros del Santa Eulària Ibiza Marathon.

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"Yo sin voz, él sin vista", contaba, a través de su pareja Mari Carmen Maza, Álex Roca. Unidos por una cuerda, por sus manos y por sus ganas de inspirar. El atleta catalán, con una parálisis cerebral del 76%, y el triatleta paralímpico, participante de los dos últimos Juegos con su discapacidad visual compartieron cada zancada en una emotiva carrera.

"Hoy he tenido el honor de correr junto a Jota, un referente y una inspiración. Yo me comunico en lengua de signos. Él no ve. Y, aun así, nos hemos entendido desde el primer momento. Porque cuando hay conexión y respeto, el deporte habla un lenguaje universal que va más allá de cualquier barrera. Gracias, Jota, por este regalo compartido. Lo importante no son los kilómetros que corres, sino el mensaje que dejas al pasar", declaraba Álex su llegada a meta.

Jota y Álex Roca se abrazan al completar la prueba.

Jota y Álex Roca se abrazan al completar la prueba.EL MUNDO

No era la primera vez de Roca en la carrera de la isla, aunque esta vez resultó especial. Arropados por cientos de espectadores en cada metro del recorrido, ambos corrieron con el objetivo de demostrar que las barreras no existen.

"Lo que han hecho Àlex y Jota va mucho más allá del deporte. Es un ejemplo de inclusión, compañerismo y valentía que representa perfectamente el espíritu de esta prueba", admitió Francisco Larrey, director de la prueba. El evento reunió a más de 6.000 corredores con un 70% de participación internacional.

El show de Enric Mas en la última etapa de la Itzulia: "¿Me dejas ganar?"

El show de Enric Mas en la última etapa de la Itzulia: “¿Me dejas ganar?”

La última jornada de la Vuelta al País Vasco, con principio y final en Eibar, lo tuvo todo. Emoción, ataques y lluvia en un recorrido eléctrico con hasta siete subidas en el que la carrera se rompió en mil pedazos. Joao Almeida certificó con el triunfo de etapa su victoria en la general, pero el protagonista del día fue Enric Mas.

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Por su valentía, no tan habitual, la que le llevó a remontar hasta seis puestos en la clasificación final para acabar sólo por detrás del portugués. Y también por los momentos finales de la escapada, cuando trató, sin éxito, de que el ciclista del UAE Emirates le cediera el honor de levantar los brazos en la meta. "¿Me dejas ganar? ¿Me dejas la etapa?", le inquirió Mas, que por respuesta obtuvo una sonrisa de Almeida.

Antes ya había tenido una conversación, captada por las cámaras, con el propio Almeida y Ben Healy, a los que pidió colaboración en la fuga. "¡Yo quiero el podio, no la etapa!", les recriminó ante su pasividad.

"Estoy contento. Satisfecho hubiese sido si hubiese ganado la etapa", confesó después Mas, que habló sobre sus conversaciones con Almeida. "Se lo he pedido, pero su equipo había trabajado muy bien. Hay veces que el corredor o el equipo cede, hoy no han querido. Tenemos que aceptarlo. Yo he tenido que tirar mucho para poder entrar en el podio y él se ha guardado un poco más", admitió.

El líder del Movistar pagó finalmente su pobre contrarreloj inicial de Vitoria, en la que perdió demasiado tiempo con los favoritos de una Itzulia que echó de menos a las grandes estrellas del pelotón. Fue de menos a más, como suele ser habitual en él, y acabó remontando a todos menos al líder para sumar su segundo podio consecutivo tras el de la Volta a Cataluña (tercero tras Roglic y Ayuso).

Para Almeida es la tercera vuelta por etapas en su palmarés, después del Tour de Polonia y el de Luxemburgo, ambos en 2021. El luso, que además sumó dos victorias de etapa, alabó la labor del equipo: "Lo hemos hecho perfecto. Estoy muy agradecido por lo que hicieron por mí.". Aventajó en 1:52 a Mas y en 1:59 a Maximilian Schachmann, el primer líder.Alex Aranburu, otro de los grandes protagonistas de la edición, finalizó séptimo en la general.

El Barça cumple con apuros ante la Virtus, acaba quinto y condena al Real Madrid al 'play-in'

El Barça cumple con apuros ante la Virtus, acaba quinto y condena al Real Madrid al ‘play-in’

Pese a los infortunios de una temporada marcada por tantas graves lesiones que cualquiera hubiera zozobrado, el Barça terminó completando una estupenda primera fase de la Euroliga y no falló el último día para acceder directo al playoff, donde se enfrentará al Mónaco sin ventaja de campo. Los de Joan Peñarroya, que han ganado seis de los últimos siete partidos, tumbaron a la Virtus de Bolonia (91-87) en el Palau, con más apuros de los esperados, y, de paso, condenaron al Real Madrid al play-in.

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Antes, el Efes también había cumplido con la lógica, ganando en Estambul al Zalgiris (87-77), con lo que el triple empate (20 victorias y 14 derrotas cada uno) ordenaba los dos últimos puestos de playoff. El Barça acaba quinto, los turcos sextos y el Madrid séptimo.

De poco les sirvió a los blancos ganar sus seis últimos partidos. Pese a la mejoría, por primera vez en su historia disputará el play-in. Será el martes, en el Palacio (21.00 h.), y se las verá a un partido contra el Paris Basketball, al que ya derrotó hace unos días. Si gana, avanzará a cuartos, donde se medirá al Fenerbahçe. Si pierde, tendrá una segunda oportunidad, el viernes contra el ganador del Bayern-Estrella Roja.

Las matemáticas (y las dos derrotas contra el Efes) estaban en contra de los de Chus Mateo. Y ni falló el Efes ni lo hizo el Barça, ambos contra rivales sin nada en juego. Los azulgrana, que además recuperaron al lesionado Jan Vesely, sufrieron contra la Virtus, pese a una primera parte en la que brilló Kevin Punter y en la que llegó a ir ganando de 12 (28-16).

Jabari y Vesely

Los de Dusko Ivanovic no se dejaron llevar, sin embargo. Y con la aportación ofensiva de Clyburn, Shengelia y Zizic llegaron a acercarse en un par de ocasiones con peligro. Incluso, mediado el acto final, se pusieron por delante (76-81), con una preciosa canasta de Shengelia y cinco puntos seguidos de Holiday que despertaron el nerviosismo en el Palau.

Fue un final de templar los nervios. "Nos complicamos la vida otra vez, como toda la temporada", reconoció después Satoransky. Pero el Barça supo sacar el amor propio y la calma y no condenarse a una derrota que le hubiera despojado de los playoffs. Jabari Parker asumió la responsabilidad e hizo respirar de orgullo a los de Peñarroya en la temporada en la que "nadie ha tenido más problemas que nosotros".

Un gancho de Tavares sobre la bocina culmina una remontada épica en Belgrado, pero el Madrid no asegura el playoff

Un gancho de Tavares sobre la bocina culmina una remontada épica en Belgrado, pero el Madrid no asegura el playoff

La paradoja del Real Madrid era curiosa en Belgrado. Alrededor, uno de los ambientes más fieros de Europa, y enfrente Zeljko Obradovic y un Partizán que, a pesar de estar ya eliminado, le tenía tantas ganas tras lo sucedido en los incendiarios playoffs de hace dos temporadas que sólo cedió en el mismísimo último segundo. Cuando Tavares, que además de cambiar los partidos también los gana, se inventó un gancho desde cuatro metros sobre la bocina. Una remontada épica; imponerse a todo eso para que diera igual, porque su futuro en la Euroliga se estaba decidiendo en otros lugares. [89-91: Narración y estadísticas]

Mientras los blancos batallaban en la sala Alexander Nikolic, el Bayern caía en casa contra el Fenerbahçe (amaneció con un 19-43) y el Mónaco se imponía en la cancha del Asvel. Y eso lo condicionaba todo en las diabólicas cuentas de la última jornada, con hasta siete equipos en dos victorias del cuarto al 10º puesto. El Madrid podía ganar o perder que el séptimo puesto, el primero de los que disputarán el play-in, le aguardaba sin posibilidad de escape. Sólo lo esquivará si Efes o Barça caen este viernes en casa con Zalgiris o Virtus, rivales sin nada en juego.

Fue un desenlace para el recuerdo, una resurrección de esas que acostumbra el Madrid cuando late seguro de sí mismo. Había vagabundeado por el partido, con menos colmillo que últimamente, dejándose mecer por la marea feroz de los serbios. Pero, con el agua al cuello, decidió que había espacio para el frenesí. 10 abajo en el comienzo del acto final, nueve cuando un triple del imparable Brandon Davies pareció la sentencia a falta de 3:48 (85-76). Llull, Campazzo, Hezonja y, finalmente, Tavares, se pusieron la capa de superhéroes y todo acabó en fiesta.

Llull

El duelo había sido igual de intenso que si el Partizán se jugara la clasificación. Ardían las tribunas, especialmente enceladas contra Llull (al que acusan de ser el provocador de la enorme trifulca del Palacio), e Isaac Bonga devenía en puntal ofensivo, con 12 puntos al descanso. Los mismos que Dzanan Musa, al que para empezar le había caído una tremenda bronca de su compañero Abalde por quedarse protestando una acción y no bajar a defender.

La igualdad reinaba. Tavares e Ibaka dominaron la pintura, pero el Madrid perdió más balones de los recomendables. Así siguió a la vuelta de vestuarios, aunque pronto se comprobó que los blancos no eran los de las últimas semanas, con sólo una derrota (en Atenas) tras la final de Copa. Ya sea porque no dependían de ellos mismos o simplemente porque no era la noche propicia.

Brandon Davies, defendiendo a Campazzo, en Belgrado.

Brandon Davies, defendiendo a Campazzo, en Belgrado.ANDREJ CUKICEFE

Brandon Davies, verdugo habitual desde que jugaba de verde en el Zalgiris, se puso las botas. Se estiró el Partizán, que encontraba en Tavares el flanco por el que herir en los uno contra uno de Carlik Jones. Llull se intentaba rebelar contra todo eso, pero parecía imposible.

Y entonces, el milagro. Un triple de Hezonja, un robo de Campazzo, un canastón de Llull para empatar a falta de seis segundos... La respuesta maravillosa de Jones y el gancho (fraguado en la pizarra de Chus Mateo) final de Tavares. Que ganó un partido y lo mereció.

Aunque ese alarde no le vaya a valer a priori al Madrid para evitar el play-in por primera vez en su historia. Será séptimo (y jugará el martes contra el octavo en el Palacio) si Efes y Barça cumplen los pronósticos. Si sólo pierden los turcos en casa contra el Zalgiris, será quinto y se las verá en cuartos contra el Mónaco sin ventaja de campo. Si sólo pierden los de Joan Peñarroya, en casa contra la Virtus, los blancos serán sextos y jugarán los playoffs contra Panathinaikos, también sin ventaja de campo. Y si ganan ambos (lo normal), acabará séptimo y jugará contra París o Estrella Roja en primera ronda. Entonces, si gana en el primer encuentro se enfrentará al Fenerbahçe y de ir al segundo y ganar se cruzaría en playoffs con el Olympiacos. Si pierde ambos quedaría eliminado.