El indestructible Davidovich alcanza los octavos en Australia después de dos remontadas históricas

El indestructible Davidovich alcanza los octavos en Australia después de dos remontadas históricas

Se presentaba Alejandro Davidovich y, con él, siempre la misma etiqueta: un tenis robusto, una mentalidad quebradiza. Desde que ganó el Wimbledon junior en 2017 y se supuso un posible sucesor de Rafa Nadal, arrastra el estigma de sus días torcidos, aquellos en los que la cabeza le jugó malas pasadas. Cuando fue sancionado en el mismo Wimbledon por soltar demasiados tacos o cuando sufrió un ataque de pánico en Montecarlo. Pero eso parece ser ya pasado. En el presente Open de Australia, a sus 25 años, el español no sólo ha llegado más lejos que nunca, a octavos de final, si no que lo ha hecho con la psicología como fortaleza, indestructible, imparable.

En dos rondas consecutivas, primero ante el canadiense Felix Auger-Aliassime y este viernes ante el checo Jakub Mensik ha remontado dos sets en contra para completar la mejor semana de su vida. Mensik, de hecho, llegó a estar con 6-5 y 30-0 al servicio en el tercer partido para cerrar el partido, pero Davidovich supo resucitar para deleite del público del Melbourne Park.

"Nunca había remontado dos sets a cero abajo. La fortaleza que saco de este partido es tremenda. De confianza, de seguir luchando porque cualquier cosa puede pasar", comentaba después de su victoria ante Auger-Aliassime por 6-7(7), 6-7(5), 6-4, 6-1 y 6-3 y, sin duda, el aprendizaje le sirvió para derrotar a Mensik por 3-6, 4-6, 7-6(7), 6-4 y 6-2.

Los cambios tras un mal año

"Debo trabajar la negatividad, es un aprendizaje que tengo que hacer, entender que en todo proceso hay baches y obstáculos", confesaba a EL MUNDO desde Australia el año pasado, antes de una temporada muy irregular. Después del ascenso que le llevó a la final del Masters 1000 de Montecarlo de 2022 -cayó ante Stefanos Tsitsipas- y a las puertas del Top 20 del ranking ATP, el año pasado el español apenas apareció en las rondas finales de los torneos grandes y cayó hasta el 66 de la lista mundial. Le afectaron las molestias en la espalda que le obligaron a renunciar a Wimbledon, pero ya entonces arrastraba una racha de derrotas y, de hecho, finalizó la temporada en negativo: 18 derrotas por 22 victorias.

Por eso decidió hacer cambios y parece que ahora está recogiendo los frutos. En invierno dejó de trabajar con Fernando Verdasco para ponerse a las órdenes de Félix Mantilla y David Sánchez, dos entrenadores experimentados que le acompañan estos días en Australia.

En octavos de final, el domingo, se medirá al estadounidense Tommy Paul, uno de los mejores rivales para analizar su nueva actitud. En 2023 se midió a él en tercera ronda del US Open y acabó desecho, jugando realmente mal -se llevó incluso un 6-0- y acumulando dudas para el futuro. Ahora Davidovich es otro. Después de dos remontadas de madurez, ahora es su momento.

Alcaraz sonríe y se divierte ante sus primeras dificultades en Melbourne

Alcaraz sonríe y se divierte ante sus primeras dificultades en Melbourne

Golpea entre las piernas y a la carrera; poco después, devuelve una dejada imposible de devolver; poco después, conecta un globo de espaldas que rebasa a su rival; poco después lanza al aire su raqueta para una volea sin él; y poco después... Las victorias de Carlos Alcaraz en el Open de Australia son hechos por ocurrir, certezas que tarde o temprano tendrán lugar, pero cada minuto suyo en pista merece ser observado. El espectáculo brota en cualquier momento y obliga a sonreír al más mustio. Con su frescura actual, con la sonrisa siempre expuesta, pocos rivales pueden discutirle; lo importarte, en realidad, es divertir y divertirse.

Este viernes, en tercera ronda, ante el portugués Nuno Borges, Alcaraz venció por 6-2, 6-4, 6-7(3) y 6-2 con varios de los 'highlights' que amontonará esta temporada. Después de dos encuentros en la Margaret Court, volvió a la Rod Laver, la pista central del Melbourne Park, y lo celebró con mucho show. El público de pie, ovación ensordecedora; una concatenación de asombros más allá de la emoción del resultado.

Porque Borges fue mucho más rival de lo que fueron Alexander Shevchenko en primera ronda y Yoshihito Nishioka en segunda, pero su juego tampoco tensó a Alcaraz. La diversión debía continuar. En el tercer set, cuando todo parecía decidido, la derrota en el tie-break no provocó su desespero, más bien todo lo contrario. En otros momentos, en otros torneos, esas situaciones se le habían vuelto incómodas -rostro serio, golpes nerviosos-, pero esta vez no fue así. En el cuarto set, Alcaraz recuperó la agresividad del inicio, la intención, la diligencia y cerró alegre el triunfo.

Tan valiente como desafinado

"Intento jugar diferente tenis, diferente tipo de golpeos, eso es lo que me hace disfrutar del tenis y lo que me ayuda sobre la pista. Intento entretener al público", proclamaba el español al acabar, que se medirá en octavos de final al vencedor del duelo entre Jack Draper y Aleksandar Vukic. Draper siempre le ha supuesto un reto, de hecho le venció en su último duelo, la temporada pasada en Queen's, así que serviría para medir con exactitud el momento de Alcaraz.

Como pasó en los duelos anteriores, ante Sousa el actual número tres del mundo fue más decisivo que antaño, más letal con el saque y más incisivo con el resto, pero también menos acertado. Más allá de su porcentaje de primeros servicios -nuevamente, sólo un 60%-, que mejorará en cuanto se adapte al nuevo movimiento, Alcaraz sumó un número inhabitual de errores no forzados, un total de 50 por 54 golpes ganadores. Era el precio a pagar por tanta valentía, siempre arriesgando y dentro de la pista, pero ante otros rivales puede ser peligroso. La opción lógica sería dar un paso atrás, pero entonces llegaría el aburrimiento y eso no puede ocurre. Entre victorias que son certezas para Alcaraz, la diversión debe continuar.

Michael Mawn, la vida sobre un snow después de sufrir una lesión cerebral: "Hay un año de mi vida que apenas recuerdo"

Michael Mawn, la vida sobre un snow después de sufrir una lesión cerebral: “Hay un año de mi vida que apenas recuerdo”

«¿Te cuento la verdad? Hay un año de mi vida que apenas recuerdo. Sé lo que me han explicado: que me desperté en el hospital y no podía hablar o que no identificaba los números de los relojes. Tuve que reaprender muchas cosas. Pero yo no lo recuerdo. Sufría muchísimos mareos, tenía sensibilidad a la luz, fue un año durísimo. Y hoy en día me quedan secuelas, no me he curado. Me medico cada día y hago vida normal, pero sin la medicación volverían los mareos».

Michael Mawn habla de la lesión cerebral que sufrió hace ocho años y cualquiera diría que ahora tiene un empleo tranquilo. A las nueve de la mañana se sienta ante un ordenador y se levanta a las cinco de la tarde. Pero no es así. Mawn, estadounidense de 25 años, es snowboarder y no sólo eso, es un especialista en el freeride, es decir, en el descenso fuera de pistas. En 2022 y 2023 ganó la prueba del Freeride World Tour (FWT) de Baqueira-Beret y en los próximos días buscará una tercera victoria en el valle de Arán. Otro golpe en la cabeza sería realmente crítico para él, pero asegura que en su especialidad se siente seguro. El accidente que le causó tantos problemas tuvo lugar cuando competía en halfpipe, la disciplina que en España popularizó Queralt Castellet, y ahora ya no necesita hacer tantas volteretas en el aire, aunque sigue haciendo.

En busca de la seguridad se pasó al snow fuera de pistas. Es una decisión osada, sin duda.
Es verdad. Mis amigos se ríen de mí cuando lo cuento porque es un poco loco. Pero es así. En el halfpipe siempre tienes que ir al límite, buscar el truco más difícil, y en el freeride, aunque las bajadas son complicadas, también se juzga el control o la técnica. Hay otros peligros, pero los saltos son más seguros.

«Quizá haya gente que piense que soy un inconsciente, pero no es así. Desde la lesión mi toma de decisiones es muy distinta. No me puedo permitir otra contusión cerebral. Si hay un acantilado por el que no debo saltar, no salto. Hay riesgo al hacer snow fuera de pistas, pero es un riesgo que sólo asumo cuando me siento preparado físicamente y mentalmente. Llevo varios años en el circuito mundial y puedo decir que no. Eso sí, cuando es mi día, lo tengo clarísimo».

Su faceta de empresario

Mawn creció en Denver, en el centro de Estados Unidos, y empezó a esquiar en estaciones como Aspen, pero pronto se pasó al snow para imitar a su hermana mayor. Después del accidente en el halfpipe, se centró en los estudios y se graduó en Negocios en la Universidad de Montana, pero tan cerca estaba su facultad de la nieve que... Hace cinco años se profesionalizó como uno de los protagonistas del FWT y así sigue, aunque nunca ha abandonado la rama empresarial. Ha creado dos start-ups, Posted Campus y Standby, y aún trabaja en ellas. De hecho, Standby, una plataforma que conecta negocios de hostelería con empleados, ya ofrece sus servicios en seis estados. «Combinar el trabajo con la competición a veces es difícil, pero también es muy interesante. Lo he hecho siempre, desde que estaba en la universidad, así que lo tengo muy normalizado. Sólo lo lamento si estoy compitiendo en Europa y se me complican los horarios», admite Mawn en conversación con EL MUNDO desde Baqueira, donde ya lleva unos días instalado.

¿Por qué se le da bien Baqueira?
Si te soy sincero, no lo sé. Es una montaña que me encanta. Antes de ganar aquí en 2022 ya pensaba que podría pasar una temporada viviendo en Baqueira. Veo a la gente muy tranquila aquí, disfrutando de la vida. Además, el ambiente de la competición es único porque los aficionados pueden estar muy cerca de la bajada y los escuchas. Eso no pasa en la mayoría de pistas del FWT.

En el freeride la organización propone una bajada y cada competidor puede realizarla libremente, sin señalizaciones ni límites de pista. No gana el más rápido, si no quien lo hace mejor. O mejor dicho más guapo. Del 0 al 100 los jueces valoran la línea escogida, el control, la técnica, la fluidez y el estilo en el aire. En Baqueira-Beret la prueba se desplaza hasta el Tuc de Bacivèr, al este del Pla de Beret, donde debe nevar en los próximos días para que todo transcurra con normalidad. Hay margen entre el 18 y el 23 de este enero, Mawn buscará su tercer triunfo, confiado en evitar otra lesión cerebral.

Joao Fonseca se despide de Melbourne aupado a nuevo fenómeno mundial del tenis: "Hay que tener cuidado con él"

Joao Fonseca se despide de Melbourne aupado a nuevo fenómeno mundial del tenis: “Hay que tener cuidado con él”

Hace dos años, a principios de 2023, fue señalado por el dedo divino de Roger Federer. On, la marca deportiva que el suizo apadrina desde sus inicios, decidió abrirse al tenis, crear una línea, empezar a patrocinar a jugadores y escogió sólo a tres. La polaca Iga Swiatek, actual número dos del ranking WTA; el estadounidense Ben Shelton, ya entonces en el Top 20 del ranking mundial; y un adolescente brasileño desconocido llamado Joao Fonseca. Aún no había ganado nada, acababa de debutar en ATP con una derrota en el ATP 500 de Río de Janeiro, pero ya le ofrecieron un contrato multianual que incluía, por ejemplo, el sueldo de un fisioterapeuta personal para que viajara con él a los torneos. Ahora Fonseca es a sus 18 años el nuevo fenómeno del tenis mundial.

Este jueves cayó en segunda ronda del Open de Australia ante Lorenzo Sonego en un partidazo a cinco sets, por 6-7(6), 6-3, 6-1, 3-6 y 6-3, pero su juego -con victoria en primera ronda ante Andrei Rublev en tres sets- evidenció que pronto peleará por los títulos en los mejores torneos. De hecho, él mismo admitió tras la derrota que le había podido la presión: «La gente está hablando sobre mí y estaba más nervioso. Me ha faltado experiencia».

Detrás de Sinner y Alcaraz

Fonseca es lo que el tenis espera del futuro. En un mundo sin el Big Three, retirados ya Federer y Rafa Nadal y a la espera de Novak Djokovic, sólo Carlos Alcaraz y Jannik Sinner han mostrado el atractivo que exige el público y detrás de ellos faltan nombres. Si la época anterior contó con Andy Murray, Stan Wawrinka, Juan Martín del Potro e incluso David Ferrer o Tomas Berdych, ¿Ahora quién? Hoy están Alexander Zverev o Taylor Fritz, pero ninguno despierta la ilusión de Fonseca.

«Va a estar ahí. Sólo es el principio de año, pero vamos a poner su nombre en la lista de los mejores del mundo muy pronto. Su victoria ante Rublev es impresionante. Debemos tener cuidado con él», analizó el propio Alcaraz, para quien el peligro de Fonseca es doble. Porque el juego del brasileño recuerda al de Sinner. Más bajo, pero más fuerte, el brasileño saca con potencia y pega especialmente plano, con una violencia que sólo se entiende al observar el extenso movimiento de su derecha. Ante Rublev firmó el golpe ganador más rápido de todo el Open de Australia, a 181 kilómetros/hora.

Familia rica, ascenso lento

Nacido y criado en Río de Janeiro, empezó a jugar al tenis en el Country Club, el club más exclusivo de la ciudad, en el que ya entrenaba por ocio su padre, Christiano Fonseca, fundador de IP Capital Partners, el primer gestor de fondos independiente de Brasil. Desde pequeño Fonseca destacó en todo, en fútbol, en judo, en jiu jitsu y hasta recibía clases de yoga, pero a los 12 años se decantó por el tenis después de recibir la invitación de la academia de Guilherme Teixeira, su actual entrenador. No fue una estrella precoz, nada se sabía de él a nivel internacional -de hecho, no estuvo en el Petits As, el Mundial sub-14 oficioso-, pero en 2023 apareció deslumbrante.

Después de firmar con On, ganó el US Open junior de aquel año, se colocó como número uno del mundo junior, rechazó una oferta de la Universidad de Virginia y saltó al profesionalismo. El año pasado ganó las Next Generation ATP Finals a Arthur Fils, Alex Michelsen o Jakub Mensik, jóvenes que ya están en el Top 50 de la lista mundial, y se confirmó como la gran promesa de su generación. Tras su éxito en el Open de Australia y de su 'boom' mediático, que le ha llevado a contratar la misma responsable de comunicación que ya tuvo Gustavo Kuerten, el último gran tenista brasileño, en los próximos meses Fonseca debe evolucionar para llegar a donde quiere llegar. «Quiero vivir jugando contra los Top 50. Tengo ganas de entrar entre los 100 mejores [lo hará el próximo lunes], de ganarme mi sitio, de seguir trabajando para mejorar. Mi sueño es ser número del mundo», finalizaba Fonseca. El dedo divino de Roger Federer tenía razón.

Sinner pierde un set tres meses después y anuncia un cambio en su equipo

Sinner pierde un set tres meses después y anuncia un cambio en su equipo

El 6 de octubre, ante Tomas Martín Etcheverry, en octavos de final del Masters 1000 de Shanghai. Desde ese día, Jannik Sinner había ganado todos sus sets, en el torneo en China, en las ATP Finals y en lo que iba de Open de Australia. Un total de 13 victorias sin discusión, de 29 periodos consecutivos a su favor. Este jueves, en cambio, en segunda ronda del Grand Slam, el italiano cedió el primer set ante el desconocido Tristan Schoolkate, un australiano de 23 años que ocupa el puesto 173 de la ATP y sólo había jugado siete partidos en el circuito. No fue más que una anécdota, pues después Sinner remontó para dejar el marcador en un 4-6, 6-4, 6-1 y 6-3, pero sirvió para emborronar el historial inmaculado que lucía.

Schoolkate, un excelente sacador, jugó un tenis brillante en el primer set, muy agresivo, muy acertado, aunque le faltaron recursos para mantener más tiempo la discusión ante el número uno del mundo. «No le conocía demasiado y me lo puso complicado. Durante una hora su nivel de tenis fue más alto que el mío así que fue un partido difícil de levantar. La verdad es que estoy feliz por cómo lidié con la situación. Quizá me ha venido bien para mejorar en los próximos partidos», comentó Sinner que en tercera ronda se enfrentará al estadounidense Marcos Giron, un jugador que llevaba cinco años consecutivos cayendo en su primer partido en Melbourne.

El italiano, en busca de revalidar su título en Melbourne, sorprendió con un anuncio en relación a su equipo. Según comentó, Darren Cahill, su entrenador desde 2022, dejará de dirigirle la temporada próxima y abandonará el tenis después de llevar las carreras de Lleyton Hewitt, Andre Agassi o Simona Halep. «Darren me ha aportado muchísimas cosas. Un año es muy largo, todavía queda mucho y no quiero hablar demasiado sobre su retirada. Me siento muy, muy afortunado, además de muy feliz, por ser su último jugador en el circuito», aseguró Sinner. Cahill había insinuado su adiós en una entrevista, pero no lo había oficializado todavía.

En todo caso, ahora Sinner deberá rearmar de nuevo su grupo después del desbarajuste que acompañó a su positivo por dopaje. Entonces el tenista decidió despedir a Umberto Ferrara, su preparador físico, y a Giacomo Naldi, su fisioterapeuta, y contrató en sus puestos a Marco Panichi y Ulises Badio, que previamente habían trabajado con Novak Djokovic. Para el próximo curso quizá decida quedarse con Simone Vagnozzi como único técnico o quizá contrate a alguien más para acompañarle en los torneos.

Petar Cikusa, nueva estrella de España: "Con mi hermano cogíamos pega de las zapatillas de los jugadores y hacíamos pases en casa. El balonmano era nuestro juguete"

Petar Cikusa, nueva estrella de España: “Con mi hermano cogíamos pega de las zapatillas de los jugadores y hacíamos pases en casa. El balonmano era nuestro juguete”

«Con mi hermano Djordje, cuando éramos niños, cogíamos la pega de los pabellones donde entrenaba nuestro padre y nos la llevábamos a casa. No cogíamos un bote, eh, la quitábamos de las zapatillas de algún jugador cuando no se daba cuenta. Y ya en casa empezábamos a hacer pases y pases y pases y así hasta que mi madre nos llamaba a cenar o directamente nos enviaba a la cama. Si podíamos lo hacíamos en el jardín, pero también teníamos la habitación adaptada para que no hubiera cosas que se pudieran romper», recuerda Petar Cikusa que hará lo mismo que hacía en la infancia en el Mundial de balonmano, donde España se estrena este jueves ante Chile (18.00 horas, TDP).

Si hace 20 años fueron los hermanos Entrerríos y hace una década fueron los Dujshebaev, ahora llegan los Cikusa, mellizos en este caso, debutantes después de amontonar todos los títulos posibles en categorías inferiores -Europeo juvenil en 2022, Mundial juvenil en 2023 y Europeo junior en 2024-, con muchos premios individuales incluidos.

¿Jugaban a otra cosa que no fuera el balonmano?
De pequeños también jugábamos a fútbol, pero era por estar con los amigos, nunca nos interesó mucho. Nuestro juego de niños era el balonmano, era lo que más nos divertía, lo que realmente disfrutábamos. Si nos regalaban algún juguete no le hacíamos ni caso.

Hijos del balonmano humilde

Zoran Cikusa, el padre de los talentos, fue un jugador modesto serbio, uno de los primeros trotamundos del balonmano. En los años 80 llegó a jugar la Copa de Europa con el RK Zagreb, pero después pasó por el Gijón o por el Vitória de Guimarães de Portugal hasta convertirse en entrenador y recibir, en 2000, la oferta que le cambiaría la vida. El Bordils, un club histórico de Girona, entonces en Primera Nacional, la tercera división española, le ofreció dirigir su primer equipo y, al mismo tiempo, trabajar en uno de sus patrocinadores, Girona Fruits, una empresa que comercializa manzanas y peras. Cikusa aceptó -durante una época incluso cargó camiones- y junto a su madre, Tatjana, croata, se instaló en el pueblo para ya no moverse más.

Allí nació su hija mayor, Zorana, jugadora de voleibol en el Torrelavega de Superliga 2, y allí nacieron Petar y Djordje, en diciembre de 2005. Cuenta Zoran que de pequeños, en aquellos entrenamientos en casa, rompieron hasta tres televisores. Y cuenta que hizo más de 300.000 kilómetros entre Bordils y Barcelona para que pudieran entrenar y construir su carrera.

"Vengo a jugar 10 minutillos"

«Nunca he visto jugar a mi padre. Él nunca nos ha enseñado partidos suyos y no hay vídeos en Youtube. Le tenemos mucho respeto, siempre nos ha dado consejos, pero nunca nos ha insistido con el balonmano», asegura Cikusa, de 19 años, que a finales de 2022 debutó con el primer equipo del Barcelona -ya marcó dos goles- y poco después lo hizo con la selección. Esta temporada, mientras su hermano Djordje busca protagonismo con una cesión al Montpellier, él ya comparte muchos minutos en Champions en la primera línea azulgrana con estrellas como Melvyn Richardson o Dika Mem, con quien aparece en su foto de perfil de Whatsapp.

Después de ser reserva en los Juegos Olímpicos de París, que sea el líder de España junto a Alex Dujshebaev es sólo cuestión de tiempo. «De momento vengo aquí a jugar 10 minutillos e intentar ayudar en ese tiempo. No debo tener prisa», asegura ya instruido por el seleccionador, Jordi Ribera. Pese a la marcha de muchos veteranos desde los Juegos Olímpicos de Tokio, el entrenador nunca ha querido acelerar el proceso con los Cikusa, que deben ir poco a poco aunque tienen descaro de sobras.

En una entrevista con Mundo Deportivo, Gonzalo Pérez de Vargas decía que es «muy sinvergüenza».
(Risas) Se pasa. Siempre le decimos que es nuestro papi. De hecho hacía de tutor legal en nuestros primeros viajes fuera de España con el Barça porque mi hermano y yo éramos menores de edad. Pero a veces se pasa. A ver, la verdad que tengo mi carácter y no voy a cambiar. Por mucho que me digan, soy como soy.
La 'nadalización' de Alcaraz en Melbourne: "Muchos me dicen que mis bíceps han crecido"

La ‘nadalización’ de Alcaraz en Melbourne: “Muchos me dicen que mis bíceps han crecido”

Recordaba Roger Federer que la primera vez que se enfrentó a Rafa Nadal, en el Masters 1000 de Miami de 2004 le sorprendió que apareciera con «aquella camiseta roja sin mangas» y que le impresionaron «esos bíceps». Perdió el suizo, quizá víctima del susto. Y durante años, tanto al principio de su carrera -aquella camiseta verde de Roland Garros 2005h, como al final, Nadal siguió utilizando camisetas de tirantes, mostrando los músculos de sus brazos y, por supuesto, asombrando a sus rivales.

«Esos bíceps» son muy parecidos a los que ahora exhibe Carlos Alcaraz, cada vez más fuerte, más corpulento, más definido. En plena evolución física a sus 21 años. En el actual Open de Australia, donde juega con camiseta sin mangas como Nadal, se puede observar el desarrollo de los músculos que protagonizan el golpeo y, al mismo tiempo, el efecto en sus adversarios. Este miércoles, en segunda ronda, Yoshihito Nishioka cayó en sólo 81 minutos, por 6-0, 6-1 y 6-4, obnubilado ante quien tenía delante.

La pregunta sobre sus bíceps

«¿Han crecido tus bíceps este invierno?», le preguntaron después a Alcaraz sobre la misma pista Margaret Court. «Mi preparador físico, [Alberto Lledó] puede estar feliz con mis bíceps. Probablemente haya crecido, no lo sé. Mucha gente me lo dice y me alegra escucharlo», respondía tímido el actual número tres del mundo en un proceso de nadalización. Su físico, cada vez más importante en su tenis; su físico, en juego. Desde que llegó al circuito ATP, Alcaraz siempre fue uno de los más veloces sobre la pista, pero ahora quiere que esa superioridad se note más en su golpeo. Con Jannik Sinner en el horizonte, necesita sacar más fuerte, restar más fuerte, golpear más fuerte y de ahí su crecimiento corporal, el aumento de peso en su raqueta Babolat -relacionado con lo anterior- o el cambio de técnica en el servicio.

ADRIAN DENNISAFP

De momento, con sólo dos partidos jugados este año, el plan ya arranca. Después de las dudas de primera ronda ante Alexander Shevchenko, frente a Nishioka fue un ciclón desde el servicio, llegando a los 14 'aces' y elevando la velocidad media de sus golpes. Si en el Open de Australia de 2024 su promedio en los primeros fue de 190 km/h, en los primeros sets ante el japonés llegó a los 197 km/h con varios impactos alrededor de los 210 km/h. «¿Ahora soy un robot en el saque?», bromeó él, cuyo creciente parecido con Nadal no se queda en los brazos.

Las botellas alineadas, nueva obsesión

Al contrario que su ídolo, Alcaraz siempre ha declarado que no es supersticioso, aunque guarda manías que niegan esa máxima. Desde hace años, frente a su banquillo, se puede ver cómo coloca el agua a la derecha y la bebida isotónica a la izquierda, pero recientemente ha ido a más. En el partido de exhibición previo al torneo frente al local Álex deMiñaur, Alcaraz se pasó un rato alineando los recipientes y de inmediato las imágenes se hicieron virales. «Esto me suena», subrayaba el vídeo que empezó a correr por TikTok, Instagram y X.

JAMES ROSSEFE

«Si antes me llamaban mini-Rafa, ahora ya ni te cuento...», aceptaba Alcaraz que luego se explicaba: «No es un tic como tal, pero simplemente me gusta tenerlas bien alineadas. No tanto como a Rafa, obviamente, porque él tiene que dejarlas perfectas... Pero intento siempre que estén alineadas». En realidad, detrás del gesto de Alcaraz hay un cierto motivo comercial, normalmente amaga el logo del patrocinador -del torneo, no suyo-, pero también hay un punto de obsesión nadaliana.

Ahora, Borges en tercera ronda

En todo caso es un mimetismo comprensible después de los muchos años de idolatría y de sus recientes experiencias conjuntas en los Juegos Olímpicos de París y la Copa Davis. En todo caso es un mimetismo beneficioso. En su nueva versión, Alcaraz sigue en el camino para hacerse con el Grand Slam que le falta y cada vez está más cerca de los duelos decisivos, especialmente de esos hipotéticos cuartos de final con Novak Djokovic.

Antes, este viernes, se enfrentará en tercera ronda al portugués Nuno Borges, un tenista al que sólo se ha medido una vez, en el Torneo Conde de Godó, con victoria por 6-3 y 6-1. En Melbourne, Alcaraz se está mostrando más nadaliano que nunca y parece un buen camino para convertirse en el próximo campeón.

Alcaraz, más arrollador que nunca: vence a Nishioka en apenas 81 minutos y ya está en tercera ronda de Australia

Alcaraz, más arrollador que nunca: vence a Nishioka en apenas 81 minutos y ya está en tercera ronda de Australia

Todo estaba ya decidido cuando Yoshihito Nishioka suplicaba entre bromas que un golpe de Carlos Alcaraz, sólo uno, al menos uno, se marchara fuera de la pista y pudiera así celebrar un juego ganado, sólo uno, al menos uno. Finalmente ocurrió mediado el segundo set y el japonés lo festejó a lo grande con el público presente en la Margaret Court, que le dedicó una ovación. Su derrota era segura, pero el humor debe ser lo último que se pierde. Hasta Alcaraz sonreía; un hombre alegre en pleno ejercicio de autoridad, de excelencia, de maestría.

En la segunda ronda del Open de Australia, este miércoles, el español venció a Nishioka por 6-0, 6-1 y 6-4 en apenas una hora y 21 minutos y anunció una mejor versión de sí mismo. Quedan muchas eliminatorias y vendrán rivales con más recursos, el viernes el ganador del duelo entre Jordan Thompson y Nuno Borges, pero el juego de Alcaraz proyecta nuevos límites, quién sabe hasta dónde puede llegar.

Porque ahora ya no hay duda: su saque ha mejorado. Con los cambios técnicos introducidos durante la pretemporada, puede empezar los puntos con más fuerza, más seguro. Después de las dudas de primera ronda ante Alexander Shevchenko, frente a Nishioka fue un ciclón desde el servicio, llegando a los 14 'aces' y elevando la velocidad media de sus golpes. Si en el Open de Australia de 2024 su promedio en los primeros fue de 190 km/h, en el primer set este miércoles llegó a los 197 km/h con varios impactos alrededor de los 210 km/h.

"¿Soy un robot en el saque?"

"Estoy realmente contento con mi saque hoy. En primera ronda sufrí un poco y en ese partido estaba concentrado para hacerlo mejor. Durante toda la pretemporada estuve trabajando en mi técnica, era un aspecto de mi juego en lo que realmente quería evolucionar, y creo que estoy en el buen camino. Espero que en los próximos encuentros siga mejorando", proclamó Alcaraz al superar a Nishioka y antes de bromear sobre eso mismo. Antes de marcharse, en el habitual mensaje a la cámara, escribió: "¿Soy un robot en el saque?".

Durante el partido, especialmente en la primera media hora, lo pareció. En el primer set, apenas concedió cuatro puntos a su rival y sólo uno de ellos fue con su propio servicio. Los nueve primeros juegos fueron suyos y luego se relajó de la mejor de las maneras. En ningún momento cayó en el despiste, cerró el partido lo más rápido posible, pero también fue clemente con Nishioka.

En el último set el japonés pudo jugar y no fue más que una concesión de Alcaraz. Tenista experimentado -29 años- y con un buen ranking -el 65 del mundo-, su estilo se basa en la lucha y en un revés duro y ante el español se requieren otras armas. Desprovisto de un saque o una derecha peligrosa, Nishioka apenas pudo que esforzarse y tomarse con humor la derrota ante el nuevo Alcaraz, un Alcaraz más arrollador que nunca.

Ons Jabeur, la tenista que no gana por la guerra en Gaza: "¿Qué sentido tiene jugar al tenis si muere gente inocente?"

Ons Jabeur, la tenista que no gana por la guerra en Gaza: “¿Qué sentido tiene jugar al tenis si muere gente inocente?”

«Estoy feliz por mi victoria, pero no puedo estar feliz del todo. La situación del mundo no me lo permite. Me siento como...», y Ons Jabeur rompió a llorar. Ocurrió en las WTA Finals de 2023, apenas unos días después del inicio del actual conflicto bélico en Gaza, cuando la tunecina anunció que donaba sus premios «a los palestinos». En aquel momento Jabeur era la sexta del ranking WTA y venía de ser finalista en Wimbledon; justo después pasó medio año sin encadenar dos victorias hasta caer a su actual puesto 39 de la lista mundial. La madrugada de este martes debuta en el Open de Australia ante la ucraniana Anhelina Kalínina en busca de recuperar su tenis y de superar una crisis de juego que parece insuperable. ¿Por qué? Porque la guerra continúa.

«Lo que está pasando en el mundo me ha afectado más de lo que esperaba. Intento mantenerme alejada de los medios porque cada vez que veo un vídeo es horrible, es horrible», confesaba ya en Melbourne en una entrevista a The Guardian donde añadía: «Estoy tratando de separar las cosas, aunque es muy difícil hacerlo. ¿Qué sentido tiene jugar al tenis si muere gente inocente en Gaza y en Ucrania?».

El ascenso hasta el estrellato

Jabeur ganó Roland Garros junior en 2011 y entró en el Top 100 de la WTA en 2017, pero se presentó ante el gran público en 2022 con una racha asombrosa. Con un juego heterodoxo, creativo, distinto, ganó el Mutua Madrid Open y llegó a las finales de Roma, Wimbledon y US Open. Era la primera africana que conseguía semejantes logros, por lo que de inmediato se convirtió en una ídolo para muchos. En aquellos meses, más con el adiós de Serena Williams, Jabeur era la tenista más reclamada, tanto para los medios de comunicación como para los aficionados, que la paraban para hacerse selfies y más selfies a la salida de cada entrenamiento.

Empujada al tenis por su madre, Ridha, que veía en el deporte la mejor manera de progresar, en sus inicios le faltó financiación para sus entrenamientos y viajes, pero en los últimos años varias empresas de países musulmanes, como Qatar Airways o la saudí Kayanee, se han volcado en su carrera. Hoy sigue siendo una referente, recientemente nombrada embajadora del Programa Mundial de Alimentos (PMA), pero los resultados son muy distintos.

Un plan perfecto roto

«Trato de recordarme por qué empecé a jugar al tenis. La cancha debería ser mi lugar feliz y, si no es así, entonces probablemente algo va realmente mal», aseguraba estos días Jabeur que aceptaba que ha habido otros problemas más allá de los bombardeos en Gaza. El año pasado sufrió molestias en la rodilla y en el hombro, pero no quiso parar y eso acabó traduciéndose en derrotas. Además, la desdicha en la final de Wimbledon de 2023 era y sigue siendo una losa.

Después de su eclosión en 2022, la tunecina planteó aquel encuentro por el título ante la checa Marketa Vondrousova en la pista central del All England Club como la cima de su carrera y aquello no acabó bien. Jabeur llegó a declarar que si ganaba se retiraría durante una temporada para ser madre, confesó que ya lo había hablado con su pareja, el ex esgrimista tunecino Karim Kamoun, y la derrota por 6-4 y 6-4 rompió todos sus planes.

«Fue muy difícil porque conecté el partido con ser madre y construir una familia. Ese planteamiento añadió un extra de tristeza a la derrota», admitió meses después, cuando aseguró que seguiría jugando sin parones hasta ganar un Grand Slam. Luego llegaría el conflicto en Gaza y una ráfaga imparable de derrotas. «¿Cómo podemos vivir en un mundo así? ¿Qué está pasando? Para mí, nada tiene sentido. Todo es realmente horrible», proclamaba.

Alcaraz se estrena en Australia con victoria ante Shevchenko entre pruebas en su tenis

Alcaraz se estrena en Australia con victoria ante Shevchenko entre pruebas en su tenis

Carlos Alcaraz deja de sonreír, de repente todo le sale mal, y parece que el cielo caerá sobre su cabeza o, como mínimo, que será eliminado. Cuando eso pasa, el análisis siempre es el mismo: ha desconectado, se ha despistado. Tan joven, tan explosivo, tan genial, todavía le cuesta estar dos, tres o cuatro horas a su máximo nivel. Pero, en realidad, algunos de sus malos ratos guardan otras razones. Este lunes, en su debut en el Open de Australia ante el kazajo Aleksandr Shevchenko se pudo ver el mejor ejemplo. Venció por 6-1, 7-5 y 6-1 con suficiencia, en apenas una hora y 55 minutos, pero en el segundo set tuvo una crisis que casi le cuesta un sobreesfuerzo, incluso un problema más grave.

En un abrir y cerrar de ojos su tenis desapareció, sus piernas se frenaron, se multiplicaron los errores y Shevchenko le ganó cuatro juegos consecutivos. ¿Qué pasó? Una doble falta. Después de todo un invierno experimentando con su saque, su primer error le llevó a unos minutos de preocupación, de centrarse en su golpe, hasta de bloqueo y eso le afectó en el marcador.

Hasta ese instante había sido un ciclón sobre la pista Margaret Court, muy fresco, muy rápido, muy agresivo -especialmente en el resto-, muy contundente, pero ahí llegaron las dudas. Hasta sumó un par de dobles faltas más. Fue un cuarto de hora para el olvido. Y, para su suerte, ahí se quedó. Cuando Shevchenko sacaba para llevarse el periodo (3-5 arriba), el español recuperó la compostura y se abalanzó sobre el triunfo.

Una derecha más potente

Hasta el miércoles, cuando se enfrentará en segunda ronda al japonés Yoshihito Nishioka, Alcaraz tendrá tiempo para analizar lo ocurrido en ese bajón y, en general, para estudiar los virtudes y defectos de su nuevo servicio. Ante Shevchenko aún no se observaron grandes avances.

Si bien su gesto parecía menos forzado, más natural, y por eso quizá menos lesivo, la velocidad de su golpeo no aumentó y su acierto quedó lejos de lo esperado. En ese segundo set incluso estuvo por debajo del 50% de primeros saques, un dato a mejorar. Después de su primer partido del año, le sobra tiempo para hacerlo, aún inmerso en el laboratorio junto a su entrenador, Juan Carlos Ferrero.

Porque si su servicio dejó interrogantes, no lo hizo su derecha. Más allá de sus genialidades habituales con las voleas y con las dejadas, Alcaraz sumó más potencia a su drive como el resultado del trabajo físico realizado en pretemporada -su camiseta sin mangas probaba un mayor desarrollo muscular- y del aumento de peso en su raqueta Babolat. En el horizonte, este Grand Slam, esta temporada, toda su carrera, está Jannik Sinner y para vencerle necesita armarse de más. Lo está haciendo, aunque la adaptación a algunos cambios pueda costar un tiempo.