Pau Echaniz se cuelga por sorpresa el bronce en su debut en los Juegos Olímpicos

Actualizado Jueves, 1 agosto 2024 - 19:22

Durante casi una hora, Pau Echaniz estuvo sentado en una silla de plástico, al cobijo de una carpa de plástico, mirando la tele. A los 23 años, en su debut en unos Juegos Olímpicos, fue el primero en bajar a la final del K1 slalom, completó el recorrido del canal de Vaires-sur-Marne por una línea casi perfecta, a una velocidad vertiginosa, con la serenidad de los veteranos y se relajó viendo qué hacían sus rivales. Estaba tranquilísimo, una dulce tarde de verano en un pueblito floreado cerca de Disneyland. Ya no se jugaba casi nada. Si le superaban los rivales, chapeau, se podían marchar a casa con su diploma olímpico orgulloso del trabajo hecho, ¡menudo tiempazo! Y si nadie mejoraba su tiempo, ¡ay!

Poco a poco se acumularon los fallos, del vigente campeón olímpico, el checo Jiri Prsacek, del vigente subcampeón, el eslovaco Jakub Grigar, y así otro y otro y otro hasta que Echaniz miró abajo y descubrió que ahí, todavía sentado en la silla de plástico, aparecía un bronce colgado en su cuello. Sólo otros dos veteranos como el italiano Giovanni De Gennaro y el francés Titouan Castryck consiguieron superar su registro y lo hicieron por un pelo: los tres acabaron con los mismos segundos en el marcador, 88 segundos, y eso que Echaniz tocó una puerta.

Echaniz muerde la medalla de bronce.

Echaniz muerde la medalla de bronce.BERTRAND GUAYAFP

En otras circunstancias, con más experiencia, quizá en los próximos Juegos, Los Ángeles 2028, el español quizá hubiera maldecido la puerta 19, casi al final del recorrido de 23 puertas, que le costó el oro. Pero este jueves estaba eufórico. En cuanto acabó el último de los 12 participantes de la final, Echaniz se fue a abrazar a su padre, Xabi Etxaniz, y su madrastra, Maialen Chourraut, que no sólo le animaron durante todo el recorrido, también le gritaron, aplaudieron, enloquecieron. Tan tranquilos siempre en las tres medallas de Chourraut, con el pequeño Pau, vivieron una de las mayores alegrías de su vida, sin duda. En el pantalán del canal de Vaires-sur-Marne, bajo un sol de justicia, le abrazaron con todas sus fuerzas y recordaron cuando era un crío y cogía su primera pala, ¿Qué podía haber hecho si no?

En 2021, cuando ya había amasado un notable palmarés en categorías inferiores, Echaniz decidió mudarse a vivir al País Vasco con su padre, su madrastra y su hermanita, Ane, y desde allí impulsó su carrera. Estudiante de moda en la Escuela de Innovación Profesional de San Sebastián, de repente se sucedieron los logros: de clasificarse para los Juegos, a meterse a semifinales, cruzar a la final con el último tiempo y allí, un bronce. La medalla que no pudo conseguir Chourraut el pasado domingo ya es de Echaniz, todo queda en familia.

Alcaraz vence a Paul y al cansancio y ya roza la medalla en los Juegos Olímpicos

Actualizado Jueves, 1 agosto 2024 - 16:54

Desde hace unos días, en los Juegos de París, Carlos Alcaraz es un poco menos Carlos Alcaraz. Normalmente alegre, disfrutón, parlanchín, en Roland Garros ahora se le nota cansado. Es un cansancio físico, claro está, por la acumulación de partidos que arrastra después de ganar Roland Garros y Wimbledon e intentar llevarse el oro olímpico en individuales y dobles, pero también es un cansancio mental. En la pista se le ve algo más tenso, quejándose del estado de la tierra batida de la Philippe Chatrier, por ejemplo, y fuera de la pista, sonríe menos y habla menos. Sigue siendo el joven amable que es, pero se le ve agotado. Cuando acabe la semana, seguro, necesitará más de tres o cuatro días de descanso en Ibiza para recuperarse.

Pero mientras tanto sabe que ya no le queda nada para alcanzar un sueño, ganar unos Juegos con 21 años. Este jueves, en cuartos de final, superó al estadounidense Tommy Paul por 6-3 y 7-6(7) y ya está en semifinales del torneo, donde este mismo viernes se medirá al canadiense Felix Auger-Aliassime, que venció al noruego Casper Ruud (6-4, 6-7 (8), 6-3).

Será una lucha que le otorgaría dos premios a cada cual más importante: en primer lugar, la opción de luchar por la victoria en los Juegos y en segundo lugar, la posibilidad de pasar un día entero sin jugar al tenis. Como la final de los Juegos sería el domingo, Alcaraz podría por fin aparcar la raqueta, pasear un rato, incluso echar una siesta. No lo hace desde hace una semana. Lo necesita, vaya si lo necesita.

En el primer set ante Paul, a Alcaraz todavía le quedaban piernas y su juego fue el de siempre. Con el saque como escudo, castigó la derecha del estadounidense, menos efectiva que su revés, y apenas sufrió para llevarse el periodo. Pero en el segundo set pudo complicarse todo. Hasta ese momento Paul había intentado imponer la estrategia que le funcionó en el primer set de los cuartos de final del último Wimbledon que enfrentaron a ambos: golpes durísimos desde el fondo, Alcaraz empotrado contra el muro, toda la pista vacía. Pero de repente el yankee comprendió que en tierra batida necesitaba otra cosa y variar, a acercarse a la red, incluso a buscar las dejadas. Y a Alcaraz se le hizo bola.

Con un 3-0 en contra de inicio y la posibilidad de un extenuante tercer set, las piernas le empezaron a pesar y sólo le quedó un camino: luchar. Ya no era juego, era pelea, era resistencia, era defensa. Con 5-3 en contra y saque para Paul, supo conseguir el break y en el tie-break, entonces sí, un momento Alcaraz. En la muerte súbita llegó a desperdiciar una bola de partido y a sufrir una bola de set en contra, pero al final, con una contradejada deliciosa, fantástica, genial, deshizo el embrollo y se llevó la victoria. Desde hace unos días, en los Juegos de París, Carlos Alcaraz es un poco menos Carlos Alcaraz, pero ya sólo le quedan dos partidos para colgarse el oro olímpico.

La marcha relanza a España con la plata de María Pérez y el bronce de Álvaro Martín

La marcha relanza a España con la plata de María Pérez y el bronce de Álvaro Martín

El sol saliendo por el río Sena después de la tormenta, la luz iluminando la Torre Eiffel como un foco y los marchadores brillando, fugaces y esforzados, sobre el puente d'Iéna. Tenía que ser así, con este resplandor, como España celebrara sus siguientes medallas en estos Juegos de París. María Pérez se colgó la plata en los 20 kilómetros marcha tras una carrera de menos a más y Álvaro Martín fue fuego en la categoría masculina y se llevó el bronce. Ambos, campeonísimos del mundo, campeones de Europa, alcanzaron así lo que le faltaba: un podio olímpico.

La dolorosa gesta de Pérez

Antes de este jueves, Pérez venía de unos meses de dolor, mucho dolor, un dolor que sólo ella conoce, pero que se puede imaginar sólo con el diagnóstico: se fracturó el sacro. Con una pequeña lesión en la zona fue dos veces campeona del mundo el pasado verano, pero la dolencia se fue agravando, se fue agravando y finalmente tuvo que pasar por el quirófano. Operación. Rehabilitación. Y una renuncia a los analgésicos en la que empezó la competición: para volver a marchar a toda velocidad tenía que acostumbrarse al dolor, recuperar la sensibilidad en esa zona, aunque fuese una tortura.

Durante un par de semanas, en invierno, casi no podía ni moverse. Pero recibió su recompensa. "¡La madre que te parió, la madre que te parió!", le felicitaba Martín en la meta, después de aplazar su propia celebración para animarla. Pérez lloraba y lloraba, completamente exhausta después del esfuerzo y de tantos y tantos minutos de control. Porque la española, que a lo largo de su carrera cometió errores de estrategia, que en tantas carreras que se lanzó para hundirse después, esta vez fue consciente de sus opciones a la perfección. La china Jiayu Yang demarró con violencia en el kilómetro 5 y Pérez, en lugar de irse con ella, esperó. Al frente del grupo, aguardó porque su momento no era ese. Era mucho más tarde, en el kilómetro 14, cuando rompió con todo para irse a por la plata.

La Reina Letizia felicita a María Pérez y Álvaro Martín tras su plata y bronce en Paris@casareal.es

Pudo ser oro, incluso, pero una tarjeta le frenó en plena remontada y Yang supo mantenerse. A la prueba llegaba Pérez con ciertas dudas sobre su estilo técnico -los jueces llegaron a ponerle cómo ejemplo de lo que no se debía hacer en un congreso-, pero sobre el asfalto no tuvo problemas. Al final, a los 28 años, la plata que redondea su palmarés, que le da sentido a tanto dolor y que relanza a España en el medallero.

El bronce y los "últimos Juegos" de Martín

Porque antes de su éxito, hubo el éxito de Martín. Si hace tres años en los Juegos de Tokio acabó cuarto, la carrera más dolorosa, en estos Juegos de París el marchador también demostró que había aprendido la lección para finalizar tercero sólo por detrás del ecuatoriano Brian Daniel Pintado y el brasileño Caio Bonfim

"Si atacas que sea para no mirar atrás", le repetía su entrenador, José Antonio Carrillo, en los días previos y no hacía falta: lo sabía, Martín lo sabía. En Tokio las ganas, las ansias, los nervios le llevaron a lanzarse cuando no tocaba y, de ahí, su decepción. Este jueves en el escenario más bonito que ha tenido nunca la marcha, el marchador español aguantó y aguantó hasta el toque de campana. "Es ahora, es ahora", le gritaban los suyos y Martín, siempre impertérrito, cambiaba la cara.

Con él, en ese último kilómetro, Pintado,Bonfim y el italiano Massimo Stano, todos rivales más que conocidos. Con él, en ese último kilómetro, la posibilidad de tocar el cielo. Atacó Pintado primero, violento hacia el oro, se fue con él Bonfim y Martín supo que era el momento: si seguía detrás, era medallista olímpico. En los últimos metros, en el empedrado del Trocadero, Martín miraba para atrás para controlar el ataque de Stano y ya estaba, ya lo tenía. En la meta, derrumbe: no podía más.

"Hoy mi oro era este bronce, lo he dado todo. Pintado era superior al resto y mi esperanza era que Bonfim, que tenía dos tarjetas, se quedara atrás. Al final ha podido atacar y me he quedado con esa medalla, que para mí lo es todo", explicaba Martín, emocionado, en zona mixta, antes de anunciar que "seguramente serán mis últimos Juegos". "Tengo 30 años y creo que la máquina y la cabeza no me darán para más", aseguraba antes de abrazar a Carrillo. Una medalla para España, en una de las dos que hubo en la mañana más brillante, bajo la luz que salía por el río Sena y que iluminaba la Torre Eiffel.

Álvaro Martín se cuelga el bronce más brillante en los 20 kilómetros marcha, la segunda medalla española en los Juegos

Actualizado Jueves, 1 agosto 2024 - 10:42

El sol saliendo por el río Sena después de la tormenta, la luz iluminando la Torre Eiffel como un foco y los marchadores brillando, fugaces y esforzados, sobre el puente d'Iéna. Tenía que ser así, con este resplandor, como España celebrara su segunda medalla en esos Juegos de París, la que debe alborear. Álvaro Martín fue fuego en los 20 kilómetros marcha y alcanzó así lo que le faltaba: un podio olímpico.

Hasta este jueves había sido dos veces campeón del mundo y dos veces campeón de Europa, había dominado la marcha durante varias temporadas, pero le faltaba la gloria más absoluta, la que soñó toda la vida. Si hace tres años en los Juegos de Tokio acabó cuarto, la carrera más dolorosa, en estos Juegos de París demostró que había aprendido la lección para finalizar tercero sólo por detrás del ecuatoriano Brian Daniel Pintado y el brasileño Caio Bonfim

"Si atacas que sea para no mirar atrás", le repetía su entrenador, José Antonio Carrillo, en los días previos y no hacía falta: lo sabía, Martín lo sabía. En Tokio las ganas, las ansias, los nervios le llevaron a lanzarse cuando no tocaba y, de ahí, su decepción. Este jueves en el escenario más bonito que ha tenido nunca la marcha, el marchador español aguantó y aguantó hasta el toque de campana. "Es ahora, es ahora", le gritaban los suyos y Martín, siempre impertérrito, cambiaba la cara.

Con él, en ese último kilómetro, Pintado,Bonfim y el italiano Massimo Stano, todos rivales más que conocidos. Con él, en ese último kilómetro, la posibilidad de tocar el cielo. Atacó Pintado primero, violento hacia el oro, se fue con él Bonfim y Martín supo que era el momento: si seguía detrás, era medallista olímpico. En los últimos metros, en el empedrado del Trocadero, Martín miraba para atrás para controlar el ataque de Stano y ya estaba, ya lo tenía. En la meta, derrumbe: no podía más.

"Mi oro era este bronce"

"Hoy mi oro era este bronce, lo he dado todo. Pintado era superior al resto y mi esperanza era que Bonfim, que tenía dos tarjetas, se quedara atrás. Al final ha podido atacar y me he quedado con esa medalla, que para mí lo es todo", explicaba Martín, emocionado, en zona mixta, antes de anunciar que "seguramente serán mis últimos Juegos". "Tengo 30 años y creo que la máquina y la cabeza no me darán para más", aseguraba antes de abrazar a Carrillo e irse a buscar a su pareja, MarEsquiliche, presente en el circuito, y a sus amigos.

Ellos fueron los que, en la parte gratuita de las gradas, en la contrarrecta, justo a los pies de la Torre Eiffel, dieron color a la prueba y mucho, muchísimo aliento a Martín. "¡Tú puedes, Álvaro, tú puedes!", le gritaban mientras peleaba por el éxito de su vida. El niño de Llerena que a los 15 años se marchó a entrenar al Centro de Alto Rendimiento de Madrid y una década más tarde se volvió a mudar a Cieza, en Murcia, para entrenar con Carrillo ya tiene su medalla olímpica. La segunda de España en estos Juegos, la más brillante, bajo la luz de la mañana en París.

Las lágrimas de Nadal en la Philippe Chatrier, la mano al hombro de Alcaraz y una reflexión por hacer: “Se ha acabado una etapa”

Actualizado Jueves, 1 agosto 2024 - 00:08

Una mano al hombro. Estoy aquí para lo que necesites. Un consuelo. En ese escenario, la Philippe Chatrier, la pista central de Roland Garros, Rafa Nadal y Carlos Alcaraz están acostumbrados a ganar, pero ayer sufrieron juntos una derrota e igualmente juntos se marcharon. Si celebraron como un equipo, por qué no llorar como un equipo. Después de caer ante los estadounidenses Austin Krajicek y Rajeev Ram en cuartos de los Juegos, los dos se abrazar

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Schauffele, el golfista que ama los Juegos por el dolor de su padre: “Lo que le sucedió me permite apreciar lo que tengo”

Actualizado Miércoles, 31 julio 2024 - 22:34

«El golf es diferente al resto de los deportes porque estuvo mucho tiempo fuera de los Juegos. Nuestros padres no vieron a Jack [Nicklaus] o a Arnie Palmer ganar un oro olímpico y nosotros no vimos cómo lo hacía Tiger. Crecimos mirando 'majors', eso era lo único importante. Pero cuando pasen los años estoy seguro que los Juegos ganarán en importancia. Es un torneo especial, que no se puede explicar», proclama el estadounidense Xander Schauffele en el bucólico Golf National de Saint-Quentin-en-Yvelines, a 40 kilómetros de París, y podría decirlo por interés, no en vano él es vigente campeón olímpico, quien triunfó en los último Juegos de Tokio, pero realmente lo dice por amor. Concretamente por amor a su padre.

Su padre, Stefan Schauffele, soñó con ser olímpico, estuvo a punto de conseguirlo y una desgracia se lo negó, pero le inculcó que no hay nada más grande que unos Juegos. Ni un PGA Championship ni un British Open, los dos majors que Schauffele ha ganado este año en una increíble racha.

«Todo lo que le sucedió a mi padre me permite apreciar lo que tengo y lo que puedo hacer en este torneo», asegura el actual número dos del mundo, que este jueves hará su primera vuelta al recorrido (a partir de las 09.00 horas) junto al resto de favoritos, como Jon Rahm. Pero, ¿qué le pasó a su padre? Desde sus bisabuelos, Johann y Richard, los dos futbolistas, uno internacional por Austria y el otro jugador del Stuttgart alemán, su familia siempre había tenido una gran cultura deportiva y su padre, Stefan, continuó el legado. Decatleta destacado en Alemania, tenía la marca necesaria para competir en los Juegos de Seúl 1988 cuando sufrió un accidente.

Mientras iba en coche a un entrenamiento en Stuttgart un conductor borracho le embistió frontalmente y acabó con su carrera. «Fue un golpe muy duro, se quedó completamente ciego del ojo izquierdo y estuvo dos años entrando y saliendo del hospital», explicó a la CNN Schauffele, cuya carrera empezó de alguna manera a raíz de esa tragedia.

Una vida estricta en EEUU

Porque lo ocurrido impulsó a su padre a irse a estudiar a Estados Unidos, a la Universidad de San Diego, donde acabó trabajando como profesor de golf y conoció a otra alumna, Ping-Yi-Chen,yankee de padres japoneses, que cursaba Ingeniería Aeroespacial. Juntos tuvieron a Xander y a su hermano mayor, Nico, y juntos criaron a ambos como deportistas de élite. Mucho ejercicio, cuidado a la dieta y al sueño y mucha, muchísima disciplina. «Cuando venía algún amigo a casa les decían: ¡Las manos sobre la mesa! ¡Siéntate recto!», recuerda Schauffele y asegura que por cosas como esa incluso en el circuito profesional a su padre, Stefan, se le conoce como El Ogro.

Desde sus inicios, Stefan fue precisamente el entrenador de Xander y guio sus pasos: en 2015 se convirtió en profesional, en 2017 se dio a conocer con un quinto puesto en US Open, en 2018 fue segundo en el British... hasta su oro en Tokio y el doblete PGA/British de este año. «No sabría qué escoger, si los Juegos o los majors. Los Juegos me conectan con mi padre», asegura antes del inicio.

Los expertos Krajicek y Ram derrotan a Nadal y Alcaraz y su pareja queda como recuerdo y ejemplo

Actualizado Miércoles, 31 julio 2024 - 20:59

Quedarán los recuerdos, a ellos y a los aficionados, de los tres partidos que jugaron juntos en los Juegos Olímpicos de París y de su complicidad fuera de la pista, pero sobre todo quedará el ejemplo: así se da un relevo. Rafa Nadal, con sus 22 Grand Slam y todo lo demás, vio cómo Carlos Alcaraz empezaba a dominar el tenis, el US Open, Wimbledon, incluso Roland Garros como hacía él, y no dudó ni un segundo: "¿Jugamos juntos?". Mil ejemplos hay en el tenis, ¡en la vida!, de reemplazos traumáticos, por una competitividad mal entendida o simplemente por envidia, y esto fue lo contrario.

Nadal le tendió la mano a Alcaraz y durante unos días, menos de los esperados pero suficientes, ambos aprendieron juntos. Cuánto le servirá en el futuro a Alcaraz en su ascenso del tenis lo visto y oído de Nadal en la Villa, en los entrenamientos, en los encuentros. Perdieron, perdieron ante una pareja de dobles de verdad, dos ex números uno de la especialidad, Rajeev Ram y Austin Krajicek, por 6-2 y 6-4 en cuartos de final del torneo olímpico, pero quizá lo aprendido valga más que un oro, que ya es decir.

Antes de la derrota de los españoles, el ruso Daniil Medvedev perdió contra el canadiense Félix Auger-Aliassime y a su pasó por la zona mixta de Roland Garros dejó una frase para el recuerdo: "Podría jugar también los dobles, pero me molesta que haya tanta gente en la pista". Eso mismo les pasó a Nadal y Alcaraz ante Ram y Krajicek. Con muy pocos entrenamientos juntos y escasísima experiencia en la disciplina del más joven, los estadounidenses se abalanzaron sobre la red y los españoles no supieron cómo empujarlos hacia atrás. En cada juego el esquema era el mismo: Nadal y Alcaraz en el fondo de la pista y Krajicek y Ram delante, esperando para volear, para machacar, para ganar. No servía tirarles fuerte, costaba horrores colarles un sólo globo... no había manera.

Un intento de proeza

Hubo instantes de desesperación, especialmente de un Alcaraz acostumbrado a inventarse decenas de 'winners' en sus partidos de individuales. El reciente campeón de Wimbledon y Roland Garros lo intentaba, lo intentaba y lo intentaba y pocas veces acertaba. Además desde el primer juego Krajicek y Ram fueron a buscarle cuando estaba en la red y eso todavía le puso más nervioso. Los estadounidenses no le tenían miedo, querían que fallara golpes a los que no está acostumbrado y lo hizo.

Sólo hubo unos minutos en los que todo fue posible porque Nadal y Alcaraz son Nadal y Alcaraz. En el segundo set, después de ser avasallados por sus rivales, con 6-2 y 5-4 en el marcador, les robaron tres bolas de break y les pusieron a todo el público de la Philippe Chatrier encima. Ahí el brazo de los expertos doblistas se encogió: sólo en la Copa Davis hubo alguna manera un ambiente tan eléctrico. Pero su veteranía primó y el encuentro se acabó.

Para la historia, un oro que se pierde, pero para el medallero español otro oro que cobra fuerza. La derrota del dobles aligera la semana de Alcaraz que si hubiera seguido adelante en los dos cuadros habría tenido que enfrentar 12 partidos en ocho días. Con molestias en el muslo y el peso de los últimos 'grandes', podría derrotarle el cansancio o incluso una lesión. Ahora, más con la mencionada derrota de Medvedev, el camino está libre. Hasta la final individual no encontrará a un adversario capaz de amenazarle y si puede descansar el único objetivo ya debe ser su triunfo.

España, ante su día grande en los Juegos Olímpicos con siete opciones claras de medalla: ¿Cuáles son y a qué hora?

Actualizado Miércoles, 31 julio 2024 - 20:53

Ya está: es el día. Si quiere alcanzar el tan anunciado objetivo, igualar o superar las 22 medallas de Barcelona 1992, España debe triunfar este jueves en los Juegos de París. Si no lo hace, si no vive como mínimo dos o tres celebraciones, esa aspiración deberá ser rebajada y quedarse, si un caso, en la frontera de las 20 medallas o incluso en las 17 de Tokio 2020. Desde que salga al sol hasta que se ponga, la afición deberá atender a competiciones, más competiciones y más competiciones donde puede haber éxito.

La marcha y sus dos dobles campeones del mundo

Empezando por la marcha. En el Trocadero empezará la competición de atletismo con la especialidad de España, aquellos que caminan 20 kilómetros a toda velocidad. A las 7.30 horas será la competición masculina y a las 9.20, la femenina. La selección cuenta aquí con sus referentes, Álvaro Martín y María Pérez, doble campeones en el último Mundial, pero no sólo están ellos. Entre los hombres, también competirán Diego García Carrera, que fue sexto en los Juegos de Tokio, y el joven Paul McGrath, reciente subcampeón de Europa. Y entre las mujeres, sobresalen Laura García-Caro, sexta en el pasado Mundial, y Cristina Montesinos. La carrera masculina acabará sobre las nueve de la mañana, la femenina, sobre las 11 y entre ambas habrá otro foco de atención.

Niko Shera, una cuenta pendiente

Pese a la hora tempranera, poco después de las 10.00 horas, debutará Niko Shera en el judo, en su nueva categoría, los hombretones de menos de 100 kilos. Como en los Juegos de Tokio, llega con cierta aura de imbatibilidad, pero está vez además llega herido. En aquella cita olímpica japonesa sufrió la decepción de su vida, cayó en cuartos de final y en la repesca y lloró como nunca. Ahora vuelve, con un bronce en el último Mundial, y ganas de resarcirse. Peleará por el bronce sobre las 17.00 horas y por el oro después de las 18.00 horas.

El remo, en busca de la segunda medalla de su historia

Pero no habrá un momento para separarse de la televisión. El remo vive su mejor momento desde hace décadas e intentará hoy a las 11.30 horas conseguir la segunda medalla olímpica de su historia. En el doble scull, Rodrigo Conde y Aleix García buscarán el podio con su plata mundial en 2022 como presentación y la tercera plaza en la clasificación. Los entrenadores hablan de una regata muy igualada con los neerlandeses Melvin Twellaar y Stef Broenink, subcampeones en Tokio, como favoritos al oro. Quedó fuera de la final la pareja francesa, vigentes campeones olímpicos. Serán seis minutos de delirio.

ALI HAIDEREFE

Reyes Pla, el momento de 'El Profeta'

Y sólo una hora después, a las 13.08 horas. El Profeta, Enmanuel Reyes Pla. Como Niko Shera, otro grandullón que busca la redención por lo ocurrido en los Juegos de Tokio 2020. El boxeo reparte dos bronces así que si vence en su combate de cuartos de final ante el belga Victor Schelstraete asegurará la medalla. "A arrancarle la cabeza", desafiaba en conversación con EL MUNDO en pleno despegue del boxeo español. Hasta cuatro aspirantes a la gloria habrá en cuartos de final en los próximos días.

La vela, como siempre la vela

Después el horario ofrece al espectador un respiro para comer y, a las 14.43 horas, otra más que posible fiesta. Lejos de París, en la bahía de Marsella, el 49er masculino disputará su medal race con mucho ya ganado. El dúo formado por Diego Botín y Florian Trittel, medallistas en los últimos tres mundiales, lo tienen todo de cara para aspirar incluso al oro. Botín, con otra pareja, Iago López, fue cuarto en Tokio 2020 después de tener colgado el bronce al cuello durante buena parte de la regata decisiva.

Hugo González con el oro mundial al cuello

Y a última hora, a las 20.37, se lanzará Hugo González a otra final olímpica para redondear el día. En los 100 metros espalda ya fue sexto, pero en los 200 metros espalda, su distancia, en la que es el actual campeón del mundo, aspira a mucho más. De nuevo en los otros carriles tendrá muchas amenazas, pero su capacidad de progresar en plena prueba le otorgan más opciones en la distancia larga. A los 25 años, después de una progresión irregular en su carrera, es su momento: el día D y la hora H.

Alcaraz vence a Safiullin en octavos y continúa su ascenso directo hacia el oro en los Juegos

Actualizado Miércoles, 31 julio 2024 - 16:27

En cada uno de sus partidos surge una pregunta, ¿Quién puede ganar a Carlos Alcaraz ahora?, y no hay respuesta, nunca hay respuesta. Como en el último Roland Garros y el último Wimbledon, Alcaraz viste en estos Juegos de París un traje de imbatibilidad y su horizonte carece de un rival capaz de desnudarlo. Pese a sus 21 años, el español está en su mejor momento, su 'prime', capaz de golpear cómo quiere y cuándo quiere en cada momento e inalterable, ni rastro de sus despistes, mucho menos de bajones.

Ante el ruso no ruso Roman Safiullin ofreció otra exhibición y venció por 6-4 y 6-2 en apenas una hora y media, pero además lo que queda de su torneo olímpico se advierte así.

Este jueves, en cuartos, le espera el estadounidense Tommy Paul, un bombardeo que ya le complicó la vida hace un mes en Wimbledon, aunque ante él finalmente encontró soluciones. Tal y como avanza el torneo olímpico, en semifinales se encontraría a Daniil Medvedev o Casper Ruud, dos rivales a los que ya ha sometido y luego... La única amenaza es el cansancio que se acumula jugando también el dobles e incluso su estado físico, esas molestias en la parte alta del muslo derecho que le incordian. Por eso Alcaraz vuela.

Una victoria a toda velocidad

Si en otras citas, incluso en los últimos Grand Slam que ganó, se permitió más fallos, más dudas, más tiempo en pista, en los Juegos va a toda velocidad. Pese a que la tierra batida no es propicia, su esquema de juego es más agresivo que de costumbre, buscando imponer su servicio y acortar los intercambios. Ante Safiullin su derecha pegó como en los mejores días, arma infalible y avasalló el revés del rival, su debilidad. Sólo concedió una bola de break, aunque el ruso supo transformarla y alargar así el primer set.

Por lo demás, el plan funcionó a Alcaraz, pese al riesgo. Con el partido de cuartos de final de dobles junto a Rafa Nadal y contra Austin Krajicek y Rajeev Ram en sólo tres horas, las prisas también traicionaron en algunos momentos. En algunos puntos el actual número tres del mundo se precipitó al ir a buscar la red -de hecho allí Safiullin ganó más puntos que él, cosa rara- y sumó algún que otro error de más. Nada excesivamente grave, pero sí un aspecto a mejorar ante Paul y en la lucha por las medallas, aunque nadie parece capaz de despojarle de su traje de imbatibilidad. En cada uno de sus partidos surge una pregunta, ¿Quién puede ganar a Alcaraz ahora?, y no hay respuesta, nunca hay respuesta.

Noemí Romero y David Vega, los novios olímpicos que se conocieron en la colchoneta: "Vivir esto juntos es un sueño"

Noemí Romero y David Vega, los novios olímpicos que se conocieron en la colchoneta: “Vivir esto juntos es un sueño”

«Nos conocimos en 2014, en un Mundial, en Miami. Antes nos habíamos visto en algún Campeonato de España, pero en aquel Mundial ya nos hicimos gracia, charlamos, nos reímos, pero cada uno se fue para su casa. Él es de Barcelona y yo, de Albacete. Los años posteriores hablábamos en las competiciones, había feeling, pero empezamos a ser más que amigos en 2018 cuando yo entré en el CAR de Sant Cugat. Nos lo contábamos todo, nos apoyábamos y surgió el amor», dice ella, más habladora, y él remata: «¡Qué bonito te ha quedado!».

Ella es Noemí Romero, primera española clasificada para unos Juegos Olímpicos en gimnasia trampolín. Él es David Vega, primer español clasificado para unos Juegos Olímpicos en gimnasia trampolín. Y ambos forman la pareja oficial del bloque español en la Villa. Comen juntos, duermen juntos, entrenan juntos y este viernes incluso debutarán juntos en el Bercy Arena de París, ella por la mañana (desde las 12.00 horas) y él por la tarde (desde las 18.00 horas). «Vivir todo esto con tu pareja es un sueño, compartir todos los momentos con él es increíble», reconoce Romero. «Será inolvidable y más estando junto a ella. Poca gente puede disfrutar de algo así con su pareja», admite Vega.

Su tierna clasificación olímpica

Su historia, con la ceremonia de inauguración como culmen, los dos besándose bajo la lluvia sobre el río Sena y a los pies de la Torre Eiffel, parece de película y más cuando se descubren episodios. Cámara, acción: 23 de marzo, Copa del Mundo de Cottbus, Romero estaba lesionada y a Vega no le salió el ejercicio como esperaba, pero los rivales de los dos empezaron a fallar, a fallar, a fallar y...

«Terminó la competición y nos encontramos y no sabíamos si nos habíamos clasificado. No sabíamos si abrazarnos, si llorar, si celebrar. Un juez nos dijo que estábamos los dos dentro y nos quedamos en shock, era increíble», recuerda Vega que luego, al igual que su pareja, tuvo que asegurar su plaza para los Juegos Olímpicos de París en un duro selectivo nacional. Aunque la modalidad es olímpica desde los Juegos de Sidney 2000, España nunca había tenido representantes, pero en los últimos años han surgido varios candidatos.

Pregunta. Pero espera... ¿En qué consiste la gimnasia trampolín?

Vega. Es saltar sobre una cama elástica, básicamente. Creo que es fácil de entender por la afición. Hay cuatro parámetros de puntuación y se pueden resumir así: gana el que salta más alto, más centrado, el que hace piruetas más difíciles y el que lo hace más bonito. Hay deportes con jueces que son más difíciles de seguir desde fuera, pero el nuestro es sencillo porque cuando perdemos el control se ve, se ve mucho.

Ella, del kárate, él del fútbol

«Los dos empezamos por pura casualidad. Yo hacía kárate, mi profesor se puso malo, vino una suplente y nos trajo un minitramp, una colchoneta pequeñita. Empecé a probar cosas, volteretas, giros y me enganchó. Les dije a mis padres que me apuntaran a gimnasia de trampolín y a partir de ahí fue ganando nivel», recuerda Noemí Romero, nacida en Madrid, pero criada en Albacete, donde este viernes se seguirá su actuación con pantallas grandes en el Salón de plenos del Ayuntamiento.

«En mi caso todo es culpa de mi primo. Yo hacía fútbol, como tantos niños y niñas en España, pero mi primo hacía gimnasia trampolín y un día fui a verle. No sabía ni qué era, pero cuando llegué allí y vi los saltos que pegaba, de siete u ocho metros, le dije a mi madre que me apuntara. Así es como comencé», rememora David Vega que como su pareja asegura que nunca estuvo tentado de cambiarse a la gimnasia artística pese a que ésta cuenta con más repercusión, más tradición, más recursos.

Ahora llega su momento. El dominio chino de la disciplina es inapelable, pero los dos españoles, una vez ya aquí, compiten sin presión. Su objetivo es el diploma olímpica, es decir, acabar entre los ocho primeros y sólo hay 16 clasificados . «La experiencia está siendo muy bonita y será una ayuda estar juntos, pero ahora queremos hacer un buen papel», finaliza Vega que prepara un ejercicio con 10 saltos de casi 10 metros, seis de ellos triples. Pase lo que pase este viernes, con los dos juntos ya ha ganado el amor.