El oído de Iris Tió, la líder de la nueva sincronizada española: "Mi abuela hace música electrónica"

El oído de Iris Tió, la líder de la nueva sincronizada española: “Mi abuela hace música electrónica”

Su padre Enric es clarinetista, su madre Laia es violinista y ambos se conocieron en la Guildhall School of Music and Drama, un conservatorio en Londres. De ahí saca Iris Tió su sensibilidad musical, la capacidad para nadar sobre las notas, su oído. Su abuelo era pintor y su abuela todavía es compositora de música electrónica, experta en sintetizadores. De ahí saca Iris Tió su... Espera, ¿Cómo? «Sí, mi abuela está todo el día con los sintetizadores. Era pianista, pero ya está jubilada y ahora sólo compone lo que le apetece, como sonidos que luego se utilizan en música electrónica», explica Tió y así se entiende todo. De ahí saca su flow en el agua, su ritmo inatrapable, su pum, pum, pum, pam.

Iris Tió, la actual líder de la natación sincronizada española, lleva la música en la sangre, pero sobre todo lleva el meneo. De pequeña le apuntaron a clarinete, a violín y a piano y no funcionó; ella quería danzar. «Mis padres me ponían música clásica en casa, discos de Mozart, y yo me ponía a bailar. En las clases del conservatorio me aburría porque tenía que estar quieta», reconoce Tió.

David Ramirez / Araba PressAraba

Dos semanas atrás tanto el dúo que forma con Alisa Ozhogina como el equipo que comanda se clasificaron para los Juegos de París con una actuación brillante en el Mundial. Tan brillante que el resultado se quedó corto: en ambas categorías fueron cuartas. Querían más, pero los jueces no. Ya llegará la cita olímpica. «Nos queda media temporada y estamos haciendo cambios en las coreografías. Ahora sabemos que estamos cerca y que subir al podio en París es una posibilidad», explica la nadadora de 21 años en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat donde a su alrededor se ha reconstruido la sincro española.

La nueva sincronizada

Después de la exitosa y polémica etapa dirigida por Anna Tarrés, llegó la nada y ahora, un proyecto joven de la mano de la actual seleccionadora, Mayuko Fujiki. «En la sincronizada no es fácil llegar a las medallas. Debes trabajar año a año e ir subiendo poco a poco. Ahora hemos conseguido tener un dúo y un equipo consolidado. Mayu nos ha ayudado mucho», comenta la nadadora.

Hay cosas que han cambiado en la sincronizada. Por ejemplo, ahora Fujiki insiste en que descansen, en que no todo es entrenar.
Yo no estaba en épocas anteriores, pero ahora se intenta respetar el descanso, hacer entrenamientos fuera del agua para no saturar, controlar que todas estemos bien. Pero, bueno, entrenamos mucho, eh, echamos muchas horas.
También ahora se ven otro tipo de cuerpos, más musculados.
Sí, sí. Con el nuevo reglamento se da valor a las acrobacias y los equipos hacemos más trabajo de gimnasio. Incluso se premia la definición muscular. A los jueces les gusta más ver piernas musculadas.

Tió recuerda el momento en el que se enamoró de la sincronizada. Tenía seis años y, en la televisión, una española trenzaba movimientos con el agua. Era Gemma Mengual en el Mundial de Roma 2009 y aquello se le quedó grabado. Pronto ambas compartirían piscina en el Club Natació Kallipolis, epicentro del deporte en España.

David RamirezAraba

«Ya hacía música como extraescolar, pero insistí con la sincronizada y me apuntaron», recuerda Tió que en 2013, con sólo 10 años, se estrenó en un Mundial. En la inauguración del evento en el Palau Sant Jordi se representó el Mediterráneo y ella hizo de plancton. Ahora su papel es otro, pero sigue bailando en el agua.