El enigma Morata: un penalti, una frase ambigua y un año incierto por delante antes del Mundial

El enigma Morata: un penalti, una frase ambigua y un año incierto por delante antes del Mundial

Casi todos los jugadores de la selección española tienen sus manías, sus supersticiones, antes de empezar los partidos. Álvaro Morata también. Y aunque los cambios en la Federación han hecho que en esta concentración de la Liga de Naciones faltase gente, empleados de la Federación, importantes para él, el capitán ha mantenido esas manías vía Whatsapp (ya se sabe: frases, mensajes, palabras concretas, etc...) mientras iba en el autobús camino de la semifinal ante Francia y de la final ante Portugal.

Su presencia en la competición que cerraba el curso para la selección fue testimonial. Jugó los últimos 10 minutos de la prórroga porque Mikel Oyarzabal apenas podía caminar del esfuerzo que había hecho. Y quiso el destino que, llegados a los penaltis, fuese él quien fallase el cuarto lanzamiento. Igual que ocurrió en las semifinales de la Eurocopa de 2021 en Wembley ante Italia, Morata falló.

Fue Luis de la Fuente el que le pidió que tirara, y en su gestualidad incluso camino de la pelota se podía intuir el desenlace. "Son cosas que pasan. El año pasado me tocó levantar la Eurocopa como capitán y esta vez he fallado el penalti. Me sabe mal por mis compañeros", expresó en la zona mixta del Allianz Arena, donde dejó también una de esas frases muy suyas "Seguro no hay nada, depende de muchas cosas. Las cosas hay que pensarlas con tranquilidad, pero claro que es una posibilidad que no esté en septiembre", anunció ya entrados en la madrugada del lunes.

Contrato hasta enero

No es la primera vez que dice esto. El año pasado, en una entrevista con este periódico 48 horas antes de la semifinal de la Eurocopa contra Francia, dijo textualmente: "Es probable que deje la selección tras la Eurocopa". De hecho, en su entorno lo daban por hecho, inmerso como estaba también en esa separación de su mujer que luego fue temporal. Sin embargo, nunca anunció su adiós. Esta tarde, en Madrid, estaba anunciada la presentación de su documental, donde quizás podría haber despejado esas dudas, pero el jugador ha cancelado la convocatoria.

Desde dentro (seleccionador, compañeros, etc...) le han pedido que no se vaya. Es un tipo importante para el grupo, y el Mundial está a un año vista. Dueño de 89 partidos con la selección, dueño de 37 goles (el cuarto máximo anotador de la historia, a uno de Fernando Torres), Morata tiene contrato con el Galatasaray hasta enero, y en función de lo que decida, en ese momento sería importante para él buscar un buen equipo que, en los cinco meses previos al Mundial, le permita jugar. Eso, si no dice adiós antes.

Porque su importancia dentro del campo ha disminuido, eso es una evidencia. La Liga de Naciones protagonizada por Oyarzabal en el puesto de delantero centro cierra un poco el debate en torno a esa posición del campo. Cierto que no es un delantero centro al uso, pero con dos asistencias el día de Francia y un gol en la final contra Portugal, más todo lo que aporta en la presión y en la salida de balón, ahora mismo le sitúan como el nueve fijo, por delante de otras opciones como Samu Omorodion, casi inédito en esta Liga de Naciones, o Dani Olmo, que también puede jugar ahí. Precisamente esa carestía ayuda a pensar que Morata puede continuar.

La versión gris de España (y de Lamine) pierde ante Portugal tras fallar Morata en la tanda de penaltis

La versión gris de España (y de Lamine) pierde ante Portugal tras fallar Morata en la tanda de penaltis

Al igual que hace dos años, España se jugó a los penaltis el título. Y, al contrario que hace dos años, lo perdió. Hace dos años, en Rotterdam, España comenzaba a fabricar un proyecto. Ayer, hoy, lo tiene perfectamente fabricado. Hace dos años, a Luis de la Fuente se le miraba de reojo. Hoy se le mira como lo que es, un buen seleccionador. España perdió ayer en los penaltis contra Portugal después de una noche discreta, encarnada como pocas veces por Lamine Yamal, desaparecido durante los 105 minutos que jugó. Esa versión gris de España pudo haber ganado el partido, pues le dio para ello, pero el ímpetu de Portugal, una selección mucho más hambrienta que la española, llevó la cosa hasta los penaltis, donde quiso el destino que Morata, que apenas ha jugado 10 minutos en toda esta Final Four, fallase el penalti que dejó a la selección sin algo único: haber sumado tres títulos consecutivos. [Narración y estadísticas (2-2, 5-3)]

No debería España, sin embargo, perder la perspectiva de lo que es: una de las mejores selecciones del mundo, un grupo que no va a ganar siempre todo, sólo faltaba, pero que va a estar siempre en disposición de hacerlo. Sin ir más lejos, el Mundial del año que viene, para el que inicia la clasificación en septiembre. España ha pasado de ser un tiro al aire, un equipo que podía ganar o perder con cualquiera, a ser un equipo que casi siempre gana. Aunque no siempre, claro. Sólo faltaba

Sería casualidad, o no, pero el caso es que el partido empezó un minuto y medio después de que Carlos Alcaraz se tirara al suelo de Roland Garros para celebrar su triunfo en un partido para la historia. Y no tiene este torneo, ni de lejos, partidos para la historia, apenas tiene de hecho historia, de modo que todo lo que ocurriera olía a mundano al lado de lo que acababa de suceder en París.

El lateral derecho

Ajenos a estas disquisiciones, españoles y portugueses se aprestaron a discutir por el título. De la Fuente repitió una maniobra que ya escenificó en los cuartos de final contra los Países Bajos. De un partido a otro, de jueves a domingo, cambió al lateral derecho y a un centrocampista. Lo del centrocampista era normal porque Fabián es muy titular en este equipo, pero lo del lateral derecho es la ejemplificación de que es ahí, en ese lugar concreto del campo, donde sin Dani Carvajal España tiene un agujero severo. Ahí, porque en la posición de delantero centro el debate, de momento, se aplaza.

Y se aplaza porque, al declive, quién sabe si definitivo, de Morata, se le ha opuesto el estallido de Oyarzabal. Ya no es que sea el máximo goleador de la era De la Fuente, que lo es. Ya no es que marque siempre en las finales, que marca. Es que además hace todo lo que se espera de un punta clásico. Tira desmarques, ahora de ruptura, ahora de apoyo, y en estos últimos descarga siempre bien. Así ocurrió en la jugada del primer gol, minuto 20, cuando se la dejó a Zubimendi para que su conducción, su apertura a la banda, el centro de Lamine y el barullo dieran paso a un pase a la red del propio Zubimendi.

A España le duró muy poco el alborozo pues Nuno Mendes (¡vaya futbolista!) empató cinco minutos después en una jugada donde España reclamó fuera de juego de Cristiano en el inicio. Ese empate en realidad era bastante justo, pues ningún equipo logró imponerse. Ni España a Portugal ni Portugal a España. Mirando en casa, se vio un equipo volcado hacia el costado de Nico, mucho más bullicioso que Lamine, irreconocible.

Momento del gol de Cristiano Ronaldo.

Momento del gol de Cristiano Ronaldo.AFP

Mirando al equipo de Roberto Martínez, sorprendió ver a Joao Neves de lateral derecho, una pequeña mentira del técnico español pues cuando tenían el balón, el jugador del PSG se metía en el centro del campo para crear superioridad. Aguantó España sin embargo ese trance (y ayudó lo suyo la poca faena defensiva que hace Cristiano) y sólo sufrió cuando los portugueses corrían. Andaba la cosa bastante calmada, con el descanso asomando por el Allianz, cuando España se puso por delante en un visto y no visto. Condujo Pedri la pelota a campo abierto tras un robo de balón y le puso un balón milimétrico a Oyarzabal, que remató como lo que es, un delantero centro. Portugal reclamó falta de Le Normand en el inicio de la jugada, pero el árbitro dijo que no.

A la vuelta del descanso España, entonces sí, agarró la pelota y se hizo fuerte con ella, ya con menos fuelle la presión lusa. Sin embargo, reapareció el gran ajugero negro que es el lateral derecho para que Nuno Mendes (¡vaya futbolista!), se deshiciera de Lamine y Mingueza sin mayores problemas y su centro, tras un rebote, lo enchufara Cristiano.

El gol animó a Portugal, pero la cosa se volvió a calmar. Entró Isco a falta de un cuarto de hora junto a Merino. Cristiano sacó la bandera blanca a falta de cuatro minutos y el partido se marchó a la prórroga. Allí, la cosa se fue apagando al punto que entró Yeremi por Lamine. Es un jugador (Lamine) al que es difícil quitar porque siempre puede inventarse algo, pero ayer no era su día. No lo fue nunca, desnortado, impreciso, fuera del partido. No era el día. Ni el suyo ni el de España, que no ganó, pero que sigue en disposición de hacerlo.

Ocho nonatos y adultos de 10 años: ¿dónde estaban los jugadores de la selección cuando debutó Cristiano?

Ocho nonatos y adultos de 10 años: ¿dónde estaban los jugadores de la selección cuando debutó Cristiano?

En Portugal juegan, entre otros, Ruben Dias, Vitinha, Leao, Neves, Conceiçao, Bernardo Silva... Pero en Portugal juega, sobre todo, Cristiano Ronaldo. A sus 40 años, cumplidos en febrero, arrastra el aura de la gran estrella que fue, y que de algún modo todavía es. Porque, a sus 40 años, esta noche será el capitán de Portugal, con la que ha jugado la salvajada de 220 partidos, marcando, otra salvajada, 137 goles.

Ayer, en la sala de prensa del Allianz Arena, desplegó al nuevo Cristiano. Dijo, atención, cosas como estas. "No creo mucho en los premios individuales como el Balón de Oro, porque sé lo que hay detrás". "En el fútbol, como en la vida, no siempre se puede ganar". "¡Boludo!" (esto bromeando con un periodista argentino). "A Messi le tengo mucho respeto y cariño, igual que él a mí". "Vivo el presente, no pienso en el futuro". Y una última. "El niño lo está haciendo muy muy bien, pero pido que le dejen crecer tranquilamente por el bien del fútbol".

"El niño" es Lamine Yamal, la estrella no sólo de la selección española. La estrella del torneo, la estrella, hoy, del fútbol mundial. "Siempre que llega una final se dice Cristiano contra no sé quién, Cristiano contra no sé cuánto... No es así. Es Portugal contra España", dijo CR. Pero, quiera él o no, la final de esta noche es legítimo plantearla como un cambio en el ciclo de la vida del fútbol.

Y quizá reducirlo a un Lamine-Cristiano sea demasiado, pero resulta llamativo comparar la figura del portugués, lo que representa, los años que lleva en este mundo, con los miembros de esta selección española jovencísima (media de 25 años) con la que discute hoy la Liga de Naciones, donde los chicos buscan su tercer título consecutivo.

Crisitano celebra la clasificación para la final.

Crisitano celebra la clasificación para la final.EFE

Cristiano hace su aparición en el fútbol profesional el miércoles 14 de agosto de 2002. Entró (sustituyendo al español Toñito) en el minuto 58 del partido entre el Sporting de Lisboa y el Inter de Milán. Desde ahí hasta hoy, ya se sabe casi 1.000 goles, un montón de títulos, Balones de Oro... Pues bien. ¿Dónde estaban los hoy internacionales españoles hace casi 23 años? Un repaso a las fechas de nacimiento revela una realidad asombrosa.

Para empezar, había ocho jugadores que hoy estarán en el campo (tres titulares y cinco en el banquillo) y que ese 14 de agosto de 2002 no habían nacido. Lamine, Cubarsí, Huijsen, Gavi, Samu, Fermín Pedri y Yeremi Pino.

Nico Williams tenía un mes y dos días de vida.

En 2002, cuatro jugadores cumplían tres años: Vivian, Pedro Porro, Mingueza y Zubimendi, y por lo tanto no jugaban al fútbol todavía.

Un jugador cumplía cuatro años: Cucurella. Y jugaba, dicen, al fútbol sala en el Alella, el equipo de su pueblo.

Dos jugadores cumplían cinco años. Oyarzabal y Unai Simón, que jugaban en el Eibar y en el Zuia, el equipo de su pueblo.

Dos jugadores cumplían seis años: Le Normand y Merino, ambos jugando en sus lugares de nacimiento (Lamballe y C. D. Amigó)

Tres jugadores cumplían siete años: Grimaldo (Atlético Vallbonense), Raya (UE Cornellá) y Remiro.

Un jugador cumplía ocho años. Fabián (Betis).

Y dos jugadores cumplían 10 años. Isco (Atlético Benamiel) y Morata.

Nico Williams y Lamine Yamal, entrenando.

Nico Williams y Lamine Yamal, entrenando.EFE

Estos datos traen consigo una conclusión sencilla: todos los miembros del vestuario de España han crecido viendo a Cristiano compartir con Messi la hegemonía del fútbol mundial. Todos han sido testigos, con sus ojos infantiles, de una época quién sabe si irrepetible.

"Es un ejemplo. Yo no me veo con 40 años como él, jugando al máximo nivel. Es el ejemplo de cómo hay que sacrificar mucho espacio y tiempo de tu vida para seguir jugando a alto nivel. Personalmente, es un privilegio y un orgullo poder enfrentarme a él y me alegro mucho de ver cómo sigue marcando. Ojalá llegue a los 1.000 goles que está buscando, pero que no sea contra nosotros, claro". La frase, las frases, son de Unai Simón, que tenía, escrito queda, que tenía cinco años y jugaba en el equipo de su pueblo. Pero el sentimiento de Unai es compartido por todos.

"Es una de las mayores figuras del mundo del fútbol. Que siga con esa ambición y esas ganas dice mucho de él. Es un goleador que la que tiene, te la enchufa", concede Fabián, mientras Zubimendi recuerda que son el espejo de toda una generación, quizá de más de una. "Junto a Messi han sido los icones del fútbol que yo he vivido, un ejemplo de hambre, trabajo y talento. Seguir con la misma hambre a esta edad le hace muy poderoso".

"¡Inyusticia, Inyusticia!"

A lo largo de su carrera, de estos 22 años (porque con la selección debuta en 2003), Cristiano se ha enfrentado a España muchas veces. Salió victorioso en la primera de ellas, en la Eurocopa de Portugal, allá por 2004, cuando los anfitriones eliminaron a la selección de Iñaki Sáez ganando el último partido de la fase de grupos. Pero, después, casi todo han sido disgustos para el mito. Las derrotas más dolorosas fueron, sin duda, las de 2010 (en octavos de final del Mundial que ganó España, un 1-0 con gol de Villa) y 2012 (en semifinales de la Eurocopa que también ganó España, esta vez en la tanda de penaltis). De este segundo choque quedará para la historia las palabras de Cristiano dirigiéndose a la cámara que le perseguía: "¡Inyusticia, inyusticia!".

Más reciente es la victoria de España en la fase de grupos de la Liga de Naciones que terminó ganando en 2023. Un gol de Morata casi al final dio el pase a la selección todavía de Luis Enrique. "Ellos están más acostumbrados a ganar que nosotros en los últimos años. Por eso creo que España será candidata a ganar el Mundial de 2026, y nosotros ya veremos", concedía ayer el eterno 7, que hoy se enfrenta a una muchachada que ha crecido viéndole a él por televisión. Hoy le tendrán enfrente.

Luis de la Fuente: “Lamine es especial. Lo que para otros serían situaciones de máximo estrés, para él es algo natural”

Actualizado Sábado, 7 junio 2025 - 18:35

Cuando ya se iba, Luis de la Fuente vio a un periodista quejarse porque no había podido preguntar, e hizo darse la vuelta al responsable de comunicación de UEFA y al de la Federación, ambos con cara de sorpresa. El seleccionador ha estado suelto en la rueda de prensa que ha ofrecido esta tarde en el Allianz Arena, previa a la final de la Nations contra Portugal de este domingo.

Lo primero que hizo fue agradecerle a Cristiano las palabras de elogio que por la mañana había tenido hacia él la estrella portuguesa. "Agradezco sus palabras, cómo no. Pero las palabras de admiración deben ser mías hacia él. Es un ejemplo de todos los valores que son importantes para mí. Trabajo, esfuerzo, perserverancia, constancia...", le devolvió los cumplidos antes de centrarse, ¡sorpresa!, en Lamine Yamal.

"Lamine transmite una calma, una tranquilidad... Os sorprendería verlo. Lo que para otros serían situaciones de máximo estrés, él lo vive desde la naturalidad. Resuelve los inconvenientes, las exigencias de estas situaciones, con una madurez impropia de su edad", ha explicado el seleccionador, que no parece que vaya a hacer cambios en el once respecto a los que jugaron contra Francia a excepción de la entrada de Fabián por Merino.

Corroboró las sensaciones del entrenador Mikel Oyarzabal. "A todo el mundo nos sorprende Lamine, tiene una seguridad en sí mismo que es importante. Hasta ahora le ha tocado vivir todo cosas buenas, y creo que en el proceso seguro que le tocará vivir momentos malos. Eso le hará crecer como jugador y como persona. La gente no es consciente lo que supone ser campeón de Europa con 16-17 años", dijo el delantero de la Real Sociedad.

Volvió también a poner en valor un título como la Liga de Naciones, de la que por cierto su colega en el banquillo de Portugal, Roberto Martínez, ha dicho por la mañana que era la competición más difícil de ganar, más incluso que un Mundial o una Eurocopa. "¿Y como Roberto ha dicho eso ahora sí que le dais importancia no? Lo pensamos muchos profesionales. En esta Final Four estamos cuatro de los cinco mejores equipos de Europa. No hay más que decir", afirmó.

Capítulo aparte mereció el capitán, Morata, que ha perdido foco en esta concentración. "Sigue siendo el mismo líder, independientemente del número de minutos que juegue. Es un jugador muy querido, muy respetado, muy valorado... Habrá momentos que participe más, que participe menos, pero para nosotros es fundamental"

La increíble metamorfósis de Cristiano en su reencuentro con la prensa española: cercano, cariñoso con Messi y Lamine y agarrado al ‘Carpe Diem’

Actualizado Sábado, 7 junio 2025 - 13:06

Hacía muchos, muchos años, casi siete, que Cristiano Ronaldo no se ponía delante de los micrófonos de los periodistas españoles, que esta mañana se han movilizado rápidamente en Múnich al conocerse que era él quien hablaría en nombre de Portugal antes de la final de la Liga de Naciones de este domingo.

Entre los periodistas, había muchos que lo habían tratado durante su época en el Real Madrid, y a esta hora todavía no se les han bajado las cejas de la estupefacción. Porque, de no ser porque tenerle a 10 metros despeja las dudas, se podría decir que Cristiano ya no es Cristiano. En la sala de prensa del Allianz Arena compareció un tipo de 40 años maduro, cercano, humilde... Sí, todo eso es hoy Cristiano, que conquistó al personal, del primero al último.

Habló de todo. Lo primero, de su ¿inagotable? Ambición. "Con 40 años, tengo días buenos, días malos, no sólo en el fútbol, también en la vida, con mi familia. Pero siempre encuentro mecanismos para seguir", explicó el portugués, dueño de un currículum en cuanto a títulos impresionante. Conviene subrayar esta frase, pues. "No se puede ganar siempre, es parte de la vida".

Decir "no se puede ganar siempre" es una obviedad, pero viniendo de quien viene resulta llamativo. Fue el primer indicio de que algo ha cambiado en el mito. Luego llegaron los elogios, tremendos, a España. "Es uno de los mejores equipos del mundo, con mucha confianza. Desde que empecé a jugar España siempre ha sido una potencia, ha ganado más que nosotros. Sabéis que tengo un cariño grande por España, parte de mi familia es española", dijo el portugués, que además despejó las dudas que había sobre si jugará o no el Mundial de clubes. "Hubo muchos contactos, pero tengo prácticamente decidido no jugarlo".

Llegó la hora, cómo no, de hablar de Lamine, y producto de su experiencia, analizó la situación del chico. "Desde que empecé, cada vez que llegamos a una final es Cristiano contra este, Cristiano contra el otro... Esto no es así. El niño está haciendo las cosas muy, muy bien. Lo que pido es que le dejen crecer tranquilamente, porque para el bien del fútbol, para disfrutar de un talento así muchos años, hay que dejarle crecer con tranquilidad". Cristiano, por cierto, tiene un hijo de 14 años. "Sí, se parecen. Los dos son morenitos... A mis hijos también les gusta Lamine Yamal", bromeó.

¿Le daría un consejo? "Lo haría en privado, face to face", resumió antes de completar el panorama del nuevo Cristiano al ser preguntado por cuántos años más estará jugando. "Hace años que implanté en mi vida que es vivir el presente y no pensar demasiado en el futuro. No tengo muchos más años, está claro. No lo sé, a lo mejor mañana me levanto y digo: 'no me apetece jugar más, estoy hasta las...'. Y no juego más. No lo sé".

Por último, llamaron mucho la atención las palabras hacia Messi. "¡Boludo!", bromeó primero con el periodista, argentino claro. "Le tengo un gran cariño. No creo que ya podamos jugar juntos, pero le tengo un gran cariño y respeto por los 15 años que los dos estuvimos en el escaparate. No sé si ahora habla inglés, pero recuerdo que antes no y yo le traducía cuando nos explicaban cómo iban a ser las galas del Balón de Oro y nos reíamos. Fue una época muy bonita". El nuevo Cristiano y su 'Carpe Diem'

Los obstáculos de Unai Simón con España: de un debut en plena pandemia a un "maltrato" de origen incierto

Los obstáculos de Unai Simón con España: de un debut en plena pandemia a un “maltrato” de origen incierto

Dos detalles de cómo es Unai Simón (Vitoria, 27 años).

Uno. Ayer, el día después de ganar a Francia, fue uno de los elegidos para hablar con la prensa. El departamento de comunicación dispuso tres 'corrillos': televisiones, radios y prensa escrita. Unai, Zubimendi y Fabián habían de hacer las tres postas del circuito. Después de hablar en las teles, Unai se iba al vestuario hasta que una empleada de la Federación le dijo: "No no, te quedan dos". "¡No jodas!", bromeó él, que respondió a todo lo que se le preguntó.

Dos. El sábado pasado, los jugadores de la selección, al terminar el entrenamiento, estaban obligados a firmar autógrafos y hacerse fotos con los aficionados. Los hubo que pasaron de puntillas por el asunto (Nico y Lamine) y los hubo que llegaron tarde a cenar. En este último grupo sólo había un jugador. Unai Simón (Vitoria, 27 años) salió pitando a las nueve menos dos minutos, azuzado por un miembro del departamento de comunicación, hacia la residencia, donde a las nueve en punto estaba prevista la cena. Aunque no hay imágenes que lo confirmen, llegó tarde seguro a la mesa. A la mesa y a la televisión, donde el PSG ya estaba pasando por encima del Inter de Milán.

El portero de España está de nuevo bajo el foco. En realidad nunca ha dejado de estarlo desde que Luis Enrique le hizo debutar, en plena pandemia, noviembre de 2020, ante Países Bajos. El asturiano le eligió, en parte, porque era (es) uno de los mejores porteros del mundo jugando con los pies, y eso en este fútbol moderno se valora mucho. Sin embargo, su tranquilidad, excesiva en ocasiones, ha motivado en estos casi cinco años cierta controversia en torno a su figura. No para los técnicos (tras Luis Enrique, Luis de la Fuente nunca dudó), pero sí entre la prensa y los aficionados.

Sin embargo, un vistazo a los números solventa el debate. De los 48 partidos que lleva en la selección, ha perdido cuatro, y dos más (Italia en semifinales de la Euro'20 y Marruecos en octavos del Mundial'22) por penaltis, empatando en el tiempo reglamentario. Al tiempo, fue decisivo en varias tandas de penaltis (cuartos de la Euro'20 ante Suiza, final de la Nations'23 ante Croacia y cuartos de la Nations'25 ante Países Bajos). El jueves ante Francia se vio en una situación curiosa: encajó cuatro goles y vio dos tiros a sus palos, pero salió como un héroe gracias a las seis paradas que hizo, alguna de ellas, como una a Mbappé en la primera parte, espectacular.

Unai intercepta un disparo de Mbappé.

Unai intercepta un disparo de Mbappé.AFP

Quizá por eso Luis de la Fuente salió con los tacos por delante para reivindicarle, algo que probablemente a estas alturas de la película no hubiese hecho falta. "Me alegro especialmente por él, porque es un futbolista al que habéis maltratado", soltó el entrenador ante la cara de sorpresa de alguno. "Bueno, quizá tú no, pero sí sí, se le ha maltratado", insistió.

"Maltratar quizá no es la palabra. Se nos ha criticado, pero hay que convivir con esa crítica. Quizá el míster se refiera a una etapa después del Mundial de Qatar, que fue difícil en la selección, pero el tiempo todo lo cura", suavizó él mismo ayer, dejando también un detalle de su personalidad. "A todos los gusta que nos halaguen los oídos. Pero no hago demasiado caso ni de las críticas buenas ni de las malas si no vienen de mi entrenador, de mis compañeros o de mi madre"

En realidad, y más allá de que los futbolistas y entrenadores confundan, de manera consciente, a un puñado de agitadores con "la prensa", así en general, Unai nunca ha sido maltratado. Ha sido criticado por sus fallos sobre el campo, como cualquier otro, y probablemente quien mejor lo entiende es él mismo, al que no se le mueve un pelo de la barba porque tiene muchísima personalidad.

La tiene para decirle a un periodista que no le contesta a una pregunta porque le faltó al respeto y la tiene, por ejemplo, para defender a Vinicius, alto y claro, cuando ocurrieron los episodios más lamentables de racismo. "Entiendo que hay jugadores como Vinicius que estallen. No vemos lo que pasa en categorías inferiores, chavales de Basauri y de Santutxu que pasan por cosas parecidas. Es algo que deberíamos de cambiar todos. Es un problema de la sociedad. No entiendo por qué pasa. Nunca lo voy a entender ni compartir", expresó en 2023. Y eso en Bilbao, uno de los feudos más hostiles para el Madrid y sus futbolistas polémicas. Es Unai un tipo sin ataduras.

Desde esa calma, es hoy el líder del vestuario en ausencia de Laporte y de Rodri. De hecho, ante Francia era el capitán del equipo y lo volverá a ser mañana contra Portugal, donde podría levantar su tercer título consecutivo con una selección a la que lleva viniendo desde que tiene 15 años. El primer seleccionador que le llamó para viajar a Madrid fue Santi Denia, hoy al mando de la sub'21. "Su trayectoria es espectacular, y es un gran compañero. Siempre suma, desde el lugar que le toque. Espero que alguno ahora reconozca su trabajo", finalizó De la Fuente, pidiendo algo que ya existía.

España barre a Francia antes de dejarse ir y buscará ante Portugal su tercer título consecutivo

España barre a Francia antes de dejarse ir y buscará ante Portugal su tercer título consecutivo

Conviene no olvidar que en el equipo al que ayer España le metió cinco, y le pudo meter más, jugaban Mbappé, Bota de Oro, Dembélé y Doué, dos de las balas que han ganado la Champions con el PSG e incluso Olise, un tipo bastante bueno. Francia tiene, posiblemente, uno de los mejores ataques del mundo, pero ayer fue pisoteada (más allá del resultado final, producto de la relajación) por un equipo. Un señor equipo, entendiendo el término como aquel colectivo donde, juegue quien juegue, la cosa funciona. [Narración y estadísticas].

Ayer, de inicio, había más de medio equipo nuevo respecto al que empezó la final de la Eurocopa. Da igual. De la Fuente ha construido una máquina de jugar al fútbol. A todos los futboles. Al de presionar arriba, al de defender abajo, al de pasarse la pelota, al de correr como demonios... A todos. España, más allá de que Francia colorease un poco el resultado al final, pasó por encima de un rival potentísimo, y lo mejor es que lo hizo sin darse importancia, mudando en trámite una victoria camino de otra final, la tercera consecutiva para un equipo que hoy parece imparable.

Vendrán derrotas, cómo no, y en este tinglado nadie asegura nada, pero este equipo, con una media de edad de 25 años, con las cosas tan claras, con futbolistas insultantemente jóvenes como Huijsen o Lamine siendo decisivos, con una estructura y unos automatismos que casi nadie tiene, jugará el domingo contra Portugal por su segunda Liga de Naciones, que dicho así no suena muy allá, pero que si para ganarla hay que eliminar a Países Bajos, Francia y al finalista, dice mucho.

Lo pasó mal España los primeros 20 minutos (y los últimos cinco, por su propia desidia). Lejos de lo que anunciaban las alineaciones, mucho balón para España y poco para Francia, la cosa devino en lo contrario. Con Mbappé jugando exactamente entre medias de los centrales y Zubimendi, sus compañeros fueron capaces de encontrarle y sus descargas lanzaban a sus compañeros deshaciendo a España, que vió cómo en los primeros 10 minutos el rival pudo adelantarse, primero con una contra que Unai Simón, inmenso toda la noche, le sacó a Mbappé y después con un tiro de Theo al larguero.

Mbappé, al final del partido.

Mbappé, al final del partido.RONALD WITTEKEFE

Estaba cómoda Francia en ese arranque en el que España no era capaz de encontrar su juego y, por tanto, probar lo que se intuía como el drama bleu: su defensa. Kalulu, Konaté, Lenglet y Theo no son una línea seria. Son un drama. Y se vio en la primera ocasión en la que Lamine logró encarar. Empotró a Theo contra su área, metió un pase que recorrió 20 metros dentro de esa área sin que nadie lo interceptase, el balón lo aguantó Oyarzabal de espaldas ante Konaté y el pase, sutil, del jugador de la Real Sociedad lo estampó Nico en la red.

¿Cómo le sentaría el gol al partido? No se sabe, porque una pared entre Oyarzabal y Merino terminó, tres minutos después, con el segundo gol. Sí, está bien escrito. Fue una pared en pseudo-velocidad entre Oyarzabal y Mikel Merino, rematada por este solo delante de Maignan. Los dos tienen muchas virtudes, pero la velocidad no es una de ellas. Pues fueron veloces. La defensa, lo dicho. Un drama. ¿Cómo le sentarían los dos goles al partido?

Pues se durmió (el partido). Y se durmió, en parte, porque España es también capaz de meterse atrás, de poner el autobús, de eso que ahora los modernos llaman bloque bajo, y claro, Francia sin metros para correr es menos Francia. Como tienen tanta calidad, tuvieron alguna ocasión, cómo no, estando en el campo Mbappé, Dembélé y Doué. Pero ahí alzó la mano Unai Simón, que paró todo lo que le llegó. España hizo incluso el tercero antes del descanso, pero no valió por milímetros tras una jugada de estrategia muy bonita que culminó Huijsen, otra gran noticia para España (y para el Real Madrid).

Rabiot comete penalti sobre Lamine.

Rabiot comete penalti sobre Lamine.Matthias SchraderAP

A la vuelta del descanso el partido enloqueció. Llegadas de los dos, especialmente de Francia, para terminar como en la primera parte, con España dando bofetadas a diestro y siniestro, producto de un equipo enfebrecido al que le sale todo. Rabiot barrió a Lamine dentro del área y la estrella del equipo marcó el tercero de penalti, para después descorcharse Pedri con un control inverosímil, y delicioso, en el centro del campo iniciando una jugada que él mismo culminó en el cuarto.

Se inventó un penalti, muy poco penalti, Mbappé antes de que Lamine, en otra jugada indefendible, hiciese el quinto. Ahí se marchó España del partido y permitió que Francia se fuese con la sensación de haber estado cerca de darle la vuelta. Fue más una cuestión numérica que otra cosa. Posiblemente, si España hubiese necesitado pisar de nuevo el acelerador, hubiese puesto otra vez las cosas en su sitio. El domingo, más.

Dani Olmo: “Tener cocinero, nutricionista o asesores no es tener privilegios; son herramientas de trabajo”

Actualizado Miércoles, 4 junio 2025 - 22:46

Es un tipo serio. Al principio de la entrevista dice que no, pero es un tipo serio. Dani Olmo (Barcelona, 27 años), ya saben, se fue a Zagreb, extraño destino, a jugar al fútbol siendo un niño, y luego eligió Leipzig, de entrada un lugar poco llamativo, para continuar su carrera. Habla idiomas como si no costara (y hasta piensa en croata si se lo propone), juega al ajedrez y cuida mucho de la gente que trabaja con él. Impulsada su fama por su primer año en el Barça, dice que sería capaz, si le dan un balón, de repetir el recorte que le hizo a Tchouaméni para el 2-1 en las semifinales de la Eurocopa del año pasado. Y lo dice en serio.

Tiene pinta de serio.
¿Yo?
Sí, usted.
Me gusta ser serio, y así sorprendo un poco, ¿no?
¿Pero entonces lo hace a propósito? Como para marcar distancias...
¡No, qué va! Si le preguntas a cualquiera del equipo, igual se ríe.
¿Ah sí?
Bueno, depende a quién le preguntes.
Cuénteme un chiste, entonces.
No, no, eso no. En eso soy muy malo. Venga, soy serio, soy serio.
Me han dicho que lleva un anillo que le controla hasta la respiración.
No, sólo para dormir, he cambiado el anillo por la pulsera. Me sirve de guía. No le hago caso al 100% porque si no, te vuelves loco, pero cuando me levanto sí que miro a ver si mis sensaciones concuerdan con lo que dice la pulsera sobre el descanso.
¿Cuántas horas necesita o le gusta dormir?
Intento dormir de ocho a nueve horas al día. Intento irme a dormir siempre a las 23.00, aunque algunos días no lo consigo, hasta las 8.00.

"El tema de la inscripción me lo tomé con tranquilidad porque no dependía de mí, me apoyé en mis compañeros y en mi pareja"

¿Siesta?
No soy de siesta. Aunque el otro día tuvimos una charla aquí en la selección sobre el sueño y me lo recomendaron, así que igual empiezo.
No está mal tener un trabajo donde le recomienden dormir la siesta.
Al parecer, ayuda a mejorar el rendimiento, así que nada, a dormir.
¿La alimentación le obsesiona?
No me obsesiona, porque nada que te obsesione es bueno, pero sí lo cuido bastante. Por la experiencia de estos años, conozco mi cuerpo y sé lo que necesita.
En días postpartido, ¿qué come?
Los días de partido, o post, que estoy más cansado, intento comer grasas saludables. Salmón, aguacate, nueces, frutos secos, que me ayudan más a recuperar.
Para alguien que juega a su nivel, casi todo es previa o postpartido.
Sí, por eso hay que cuidar la dieta al milímetro, porque te puede alterar el rendimiento.
¿Llega al límite de pesar la comida?
Ahora sí. No yo, pero sí mi cocinero personal, que llevo trabajando con él dos meses, y él está en contacto con el nutricionista y entre ellos hablan y deciden todo.

"De mayor quiero ser... feliz. ¿Te parece bien? Creo que es un buen objetivo"

Cocinero, nutricionista, asesores de prensa... ¿los futbolistas son conscientes de que viven en una realidad poco habitual para el resto?
No es lo habitual, pero seguimos siendo personas normales. Somos unos privilegiados, porque podemos jugar al fútbol de manera profesional, pero al final tener eso, nutricionista, cocinero, asesores que nos ayudan con la comunicación... no son privilegios, son nuestras herramientas de trabajo para llevar nuestro rendimiento al máximo. Si se puede mejorar un 1% con todas estas cosas, lo voy a hacer.
¿Cómo de cansado llega a este final de temporada?
No mucho, porque por desgracia he estado parado varias veces por lesiones. Así que llego bien, con ganas de acabar bien el año. Mejor aún, con ganas de ganar otro título.
El control que hace en el 2-1 contra Francia... ¿lo recuerda exactamente?
Sí, sí, claro que me acuerdo. El primer rechace lo controlo bien, no se me queda para disparar y cuando me salta Tchouaméni, veo que se queda clavado e intento regatearle. Lo conseguí y luego fue gol.
Hay mucha grandilocuencia en el fútbol. Esas cosas no se ensayan.
En el fútbol puedes trabajar muchas cosas, analizar mucho, pero la mayor parte del tiempo es improvisación. Tú puedes trabajar una jugada, pero esa jugada en un partido no sale, y hay que improvisar.
Hemos visto al PSG y al Barça jugar a un ritmo altísimo, con mucha presión... ¿vamos hacia ese tipo de fútbol?
El fútbol que jugaba Luis Enrique aquí en la selección y el de ahora en el PSG ha cambiado. Todo evoluciona, va muy rápido, es mucho más físico... Pero al final los jugadores de calidad son los que siguen marcando la diferencia.
Tú puedes preparar mucho, pero te sale un Lamine, ¿y qué haces contra eso?
Pues te rompen. El fútbol es un duelo de individualidades.
¿Qué balance hace de su primer año en el Barça?
Estoy contento. Tres títulos en el primer año, unas semis de Champions con sabor agridulce porque podríamos haber hecho algo más... Y con hambre de más. Me he perdido algunos partidos que me hubiese gustado jugar, así que con muchas ganas de seguir mejorando y sintiendo que le puedo aportar mucho más al equipo.
El 'caso Olmo', la inscripción o no inscripción... ¿Cómo lo gestionaba?
Con tranquilidad. Yo confiaba en el club, porque era algo que no dependía de mí. Yo lo que hacía era entrenar y esperar la luz verde para poder jugar. Ayudando al equipo desde otra posición.
¿Quién fue su máximo apoyo?
Los compañeros y la familia. También mi pareja, que es con la que vivo. Pero eran cosas externas que no dependían de mí, no podía hacer nada, sólo podía entrenar.
Es difícil aprender que lo que no depende de ti no merece el gasto de energía.
Lo intentas. No te puedes aislar al 100%, porque son situaciones que repercuten en tí de manera directa, pero hay cosas que no puedes controlar. Intentas alejarte, aunque es complicado. Al final salió todo bien, así que no hay excusa posible y ya está olvidado.

ANGEL NAVARRETE

¿Qué le aporta el ajedrez?
Táctica, conocimiento, concentración... Muchas cosas, y también un poquito de evasión, porque cuando estás jugando al ajedrez no puedes pensar en otra cosa.
¿Ha visto el puñetazo de Carlsen cuando perdió contra el campeón del mundo?
No, aún no. Yo no he llegado al punto de darle un puñetazo a la mesa, pero sí que te da mucha rabia. Sobre todo cuando repasas las partidas, las analizas, y ves que se te ha pasado alguna cosa muy obvia. Aquí juego con Unai Simón.
¿Le gusta más el ajedrez o el fútbol?
El fútbol, pero por poco [se ríe].
Y todo eso que le enseña el ajedrez, ¿tiene traslado al fútbol?
Son deportes muy parecidos. En los dos hay millones y millones de movimientos posibles. Además, el comienzo es idéntico: dos equipos iguales que, una vez se pone el balón, o las piezas, en movimiento, cuentan con infinitas posibilidades.
¿Cómo empezó?
Yo sabía jugar de pequeño, y aunque no recuerdo practicar mucho, en el Leipzig empecé a jugar con Poulsen, que éramos del mismo nivel. Porque mola jugar con gente de tu nivel. Si hay mucha diferencia, no te diviertes.
Habla muchos idiomas, pero ¿en qué idioma piensa?
En español.
¿Siempre?
No, dependiendo del idioma que hable. Con mi pareja hablamos en inglés y pienso en inglés, cuando hablo en croata pienso en croata, ¡y eso sí que es máximo nivel! Fui muy joven y se asimila mejor.
Sabiendo lo que sabe hoy, ¿volvería a irse a Croacia?
Sí, a nivel profesional y personal. Lo que aprendí y mejoré en Zagreb es lo que me ha hecho ser el jugador que soy.

"Me gusta más el fútbol que el ajedrez, pero por poco. El ajedrez es táctica, conocimiento, concentración..."

¿Cuándo sea mayor qué quiere ser?
Pues feliz, quiero ser feliz. Te parece bien, ¿no?
Sí claro. ¿Por qué ha explotado esta selección en este último tramo?
Es un proceso. Si te fijas el bloque no ha cambiado mucho. En la Eurocopa 2021 merecimos más en la semifinal contra Italia, y en el Mundial en los penaltis contra Marruecos, pero básicamente éramos los mismos. Al final se trata de estar ahí y meterla para dentro.
Vivir en Barcelona, tener más cerca a la familia y a los amigos... ¿le ha venido bien?
Sí. Es calidad de vida, pero a mí en competición no me gusta cambiar lo que hacía cuando vivía fuera. Soy un tío muy casero. Estar en Barcelona, cerca de la familia y amigos, pues surgen plantes, cosas... pero yo necesito mis rutinas.

Luis de la Fuente: “Si Lamine sigue así, será una leyenda, uno de esos cuatro o cinco que todos sabemos”

Actualizado Miércoles, 4 junio 2025 - 21:22

A Luis de la Fuente se le está poniendo cara de impuntual. De la última docena de ruedas de prensa jugando en otro país, no se recuerda ninguna a la que haya llegado a tiempo. Tiene que ver esto con las rutinas del equipo, que ya nunca entrena en el escenario de los partidos. Lo hace por la mañana en Las Rozas, come tranquilamente y viaja por las tardes. Y claro, siempre que hay que coger un avión...

La rueda de prensa de este miércoles en Stuttgart estaba prevista para las 20.00 horas, y comenzó pasadas las 20.45. "Perdón por el retraso", anunció el responsable de UEFA. El seleccionador y Pedri se dispusieron entonces a contestar a las preguntas. Y muchas de ellas giraron alrededor del Balón de Oro, una de esas cosas que se pone de moda cuando hay pocos partidos.

¿A quién se lo daría Luis de la Fuente? "Si me pones el nombre de Lamine para ganar el Balón de Oro, voto a Lamine. También a Fabián. También a Pedri. Mi voto será para el español que esté nominado", avanzó el técnico, que amplió sus elogios hacia Lamine Yamal, el tipo que acapara todas las miradas en Stuttgart, también buena parte de las preguntas que horas antes recibieron Deschamps y Konaté.

Seguía el seleccionador nacional. "Lamine tiene un futuro impresionante, pero nuestra responsabilidad pasa por cuidar todos esos detalles que son más importantes que la calidad futbolística por lo joven que es. Si sigue así, va a ser una leyenda del fútbol. De los cuatro o cinco grandes que hablamos siempre. Lo tiene todo. Inteligencia, calidad, personalidad... Salvo que tenga una lesión, será una leyenda".

Dijo que los 26 que tiene están perfectos para jugar, pero claro, no adelantó la alineación. E insistió en esa idea que derrama en cada comparecencia de que este torneo es la leche. "Este es un torneo que lo juegan los mejores 16 de Europa, y para ganarlo hay que jugar 10 partidos. Decir que quien no le dé importancia se equivoca es constatar una realidad".

El regreso a Alemania es motivo de alegría en el grupo, pues aquí conquistaron, hace menos de un año, la Eurocopa. Y concretamente en este estadio, el Stuttgart Arena, eliminaron a Alemania en una prórroga agónica. "Estar aquí nos trae recuerdos fantásticos. Los 45 días aquí fueron maravillosos. Sentimos el respeto del aficionado alemán. Estamos encantados", dijo.

Por su parte, Pedri se limitó a elogiar a Mbappé y a decir que el calendario es una "locura".

Diez 'fijos' y un dilema para Luis de la Fuente ante Francia

Diez ‘fijos’ y un dilema para Luis de la Fuente ante Francia

El pasado sábado, en el entrenamiento a puerta abierta de la selección en Las Rozas, con miles de personas en la grada aguantando el chaparrón de calor, Luis de la Fuente fue un jugador más. Lo fue en el sentido de que la chiquillería quería tanto una foto con Lamine o con Morata como con él. Se hizo selfies, firmó cientos de camisetas, bromeó con el personal y se marchó a la residencia con una sonrisa enorme.

Es la segunda convocatoria desde que reformó su staff tras la marcha de Pablo Amo, el que era su segundo, a Qatar. Juanjo González, antes auxiliar, es ahora su mano derecha, y su hijo, Alberto (el hijo de Luis de la Fuente) ha entrado a formar parte del grupo de trabajo. Cambios mínimos para darle continuidad a una labor resuelta en dos títulos (la Nations League de 2023 y la Eurocopa de 2024). Cambios mínimos, también, porque el bloque de jugadores sigue siendo el mismo.

Y eso, la continuidad, es lo que permite intuir, en un porcentaje altísimo, la alineación que mañana se va a medir a Francia. Parecen claros Unai Simón, Pedro Porro, Le Normand, Huijsen, Cucurella, Zubimendi, Fabián, Pedri, Nico y Lamine. ¿Dónde está la duda, entonces? Pues en el puesto de delantero centro. Y ahí hay dos opciones. La tradicional, Álvaro Morata, el capitán, y la menos habitual, Oyarzabal, el autor del gol en la final de la Eurocopa contra Inglaterra del verano pasado.

Felicidad evidente

Hace un par de meses, la cosa parecía clara en favor del jugador de la Real Sociedad. De hecho, en el partido de vuelta de los cuartos de final ante Países Bajos en Mestalla jugó él. Sin embargo, Morata marcó cinco goles en los últimos cinco partidos de la Liga turca, y ha llegado a Las Rozas (lo hizo a finales de la semana pasada, antes de lo que tocaba) en un estado de felicidad bastante evidente a juicio de los que conviven con él. Los más cercanos a De la Fuente, sin afirmarlo con rotundidad, apuestan por Oyarzabal para medirse a Francia, pero no está claro. Igual que el resto del once parece que sí, eso parece que no.

Huijsen, Zubimendi y Morata, en un entrenamiento.

Huijsen, Zubimendi y Morata, en un entrenamiento.EFE

Y luego, además, hay que tener en cuenta otra serie de factores. Por ejemplo, el estado en el que llegó Fabián. Mientras sus compañeros llevan concentrados desde el sábado, el futbolista del PSG viene con la resaca (emocional) de haber ganado la Champions y haberlo celebrado como merece durante un par de días. Muy mal tiene que venir para no estar en el once, pues es una de las piezas intocables para De la Fuente, pero si no está en condiciones, se abren más opciones. La primera y principal sería para Dani Olmo, que a pesar de ser una de las debilidades del técnico, se ha quedado sin sitio en parte por la tremenda temporada de Pedri, su compañero (y muy amigo) en el Barça.

Ya en la Eurocopa, donde Morata sí fue titular siempre, se vio que sólo había un sitio en el campo para ellos. Con Zubimendi a los mandos y Fabián incuestionable, ese tercer lugar en el centro del campo está reñido. Sólo un contratiempo en alguno de los extremos podría cambiar eso y entonces empezar a jugar con opciones como Álex Baena o Yeremi Pino.