La revolución de Andrea Fuentes para cambiar la historia de la sincronizada: “Es más potente la inspiración que el miedo”

Actualizado Domingo, 8 diciembre 2024 - 22:11

Suena 'Tu Calorro' de Estopa en la piscina del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat y sirve como anuncio: ya está aquí Andrea Fuentes. Si la natación sincronizada fue una disciplina de niñas obedientes al ritmo de la maldita música del Cascanueces, pronto dejará de serlo. La revolución Fuentes se basa en romper los dos axiomas, en «empoderar a las nadadoras para que tengan voz propia» y en «hacer cosas que nunca se han visto en una piscina». La mejor nadadora artística de la historia de España es ahora, por fin, su seleccionadora y su estilo, tan propio, se nota en cada minuto del entrenamiento que presencia EL MUNDO, el pasado miércoles

Encima de una tarima, con un micrófono en la mano, Fuentes no para y hace que el resto no pare. Falta una eternidad para los Juegos de Los Ángeles 2028, pero las nadadoras españolas se machacan en unas series de ejercicios con Melendi, AC/DC o Linkin Park de fondo. «¡Las chinas están aquí entrenando con vosotras! ¡A ver quién aguanta más!», desafía Fuentes a quienes son sus pupilas desde hace un mes. En los Juegos de París, la China que entrena Anna Tarrés se llevó el oro, Estados Unidos con la propia Fuentes al frente se colgó la plata y España se quedó con el bronce. Ahora, pese a la reincorporación de Rusia, a España ya sólo le vale ganar.

Dígame que España nadará en Los Ángeles 2028 a ritmo de Estopa.
(Risas) De momento nos sirve para entrenar a tope. Para los ejercicios, aún estoy buscando, pensando en crear algo nuevo, realmente diferente. Veo espectáculos de circo, conciertos, no sé, miro cuadros. Yo qué sé, estudio el cubismo y a ver qué saco de ahí. Para mí es especial que seamos distintas al resto. El otro día hice una propuesta y una nadadora me dijo: 'Eso es muy Andrea Fuentes'. No sé exactamente qué quería decir, pero me gustó.

David RamirezAraba Press

¿Por qué su propuesta es distinta a lo que ya existe en la sincro?
Porque para mí es muy importante que la nadadora tenga el poder y eso no es lo habitual en mi deporte. El primer día le pedí cuatro cosas al equipo: autenticidad, unión, determinación y positividad. Quiero que cuando las nadadoras lo dejen o salgan del equipo lo hagan poderosas, fuertes, libres, que piensen que todos los entrenamientos valieron la pena ganemos o no el oro. En China o Rusia todavía siguen el sistema antiguo, más obediente, y quiero ver lo que aguantan con eso. Cuando sus nadadoras vean en TikTok que aquí vivimos mejor y comprueben que les podemos ganar pensarán: '¿Y yo por qué tengo que aguantar este trato?'.
Sin duda, es diferente a lo que había en su época como nadadora.
Es el cambio de filosofía que quiero aportar. Lo abro todo a diálogo y antes eso no pasaba. Yo quiero que hablen, que me pregunten por qué, que me discutan. 16 cerebros piensan más que uno. Es lógico, no estoy tarada y, además, lo imponen las nuevas generaciones. Si no lo hago así tarde o temprano pensarán: '¿Por qué voy a estar ahogándome debajo del agua cuando puedo pirarme a hacer skate?' Hay que escuchar, hacerlo divertido e inspirar. Al final es más potente la inspiración que el miedo.
En los Juegos de París, Anna Tarrés comentó que las nadadoras chinas ganan «por su capacidad de trabajo». Es un poco tópico eso de que en España no se trabaja tanto.
En China no se cuestiona a la autoridad porque no hay salida. Aquí las nadadoras son distintas, pueden tener otra vida si no les gusta, dedicarse a otra cosa. Pero aquí las nadadoras tienen ese carácter de toraco, les corre sangre por las venas, no horchata. No me metería con su capacidad de trabajo. En China o en Rusia las nadadoras son máquinas, pero aquí si les enciendes el fuego y les echas gasolina, cuidado.
Es un método discutido en la educación por miedo a la relajación.
Pero en el equipo hay 16 nadadoras y sólo entran las ocho mejores. Hay muchísima exigencia de por sí: ¿Te imaginas quedarte fuera de unos Juegos Olímpicos? Es absurdo pensar que se van a relajar si no las abronco, si no las insulto, si no las machaco. En Estados Unidos aprendí el poder de la competencia. Allí en el colegio de mis hijos siempre les decían: 'Muy bien, lo están intentando'. Y yo preguntaba: '¿Y cómo van a aprender?'. Pues al final aprenden porque todos quieren ir a las mismas universidades. No es necesario destrozar la moral para enseñar. Mi labor no es exigir, es empoderar y que cada una saque el máximo. El buen trato no tiene nada que ver con la exigencia.

David RamirezAraba Press

De pedir un determinado peso mejor ni hablamos.
Lo dije en la primera reunión: 'Nunca os pediré nada que tenga que ver con vuestra imagen física'. En nuestro deporte siempre ha habido problemas y no puede ser. Me importa un pedo que seas gorda o delgada, en mi vocabulario eso no existe. Pero tienes que rendir. Las nadadoras deben preguntarse si les conviene más un bistec a la plancha que una hamburguesa del McDonalds. El reglamento puntúa según cuánto saques el cuerpo del agua así que si eres supertocha y subes hasta el cielo, eres una crack, te vean como te vean. Además, es tan dañino decirle a alguien que está muy guapa porque está delgada que decirle que está gorda.

La contraoferta de EEUU

Da la sensación de que esto le llega en el momento preciso.
Sin duda. Después de retirarme [en 2013] quería explorar muchas cosas. Me gustaba la idea de ser entrenadora, pero no quería serlo simplemente porque no supiera hacer otra cosa. Me fui a Mallorca, monté un negocio de nutrición saludable, pero me dí cuenta de que no me quería dedicar a eso. Empecé a escuchar ofertas de países que me ofrecían proyectos.
De muchos sitios, menos de España. Daba la impresión que de la polémica con Anna Tarrés se había quedado en medio y, por eso, apartada.
No, no, tuve una oferta para quedarme aquí. Mayu [Fujiki, anterior seleccionadora española] me ofreció ser su ayudante, pero yo quería un programa para mí sola, quería cambiar el sistema. Recibí ofertas de Estados Unidos, Australia y Suiza para ser head coach y escogí Estados Unidos.

David RamirezAraba Press

Los Juegos de 2028 serán en la puerta de su antigua casa en Los Ángeles. ¿Por qué ha vuelto justo ahora?
Por muchas cosas. Me habían doblado el sueldo, pero no quería hacerlo por dinero. Allí había cumplido una misión. Pensaba que ganaríamos una medalla en 2028 y lo hicimos cuatro años antes, en 2024. Además no me quería hacer mayor y que mis hijos crecieran allí. En España se vive muy bien y no te das cuenta hasta que no te vas. Aquí salgo de casa y me siento segura, doy un paseo, me tomo un café o una cerveza con las amigas. Allí estaba todo el día en el coche, temía que un tío fuera a cargarse a mis hijos al cole con una pistola, veía como el fentanilo estaba haciendo mucho daño. No lo veía como el sitio ideal para vivir ni mucho menos.

España entiende la nueva natación artística con un bronce en los Juegos Olímpicos

Actualizado Miércoles, 7 agosto 2024 - 20:53

Fuera de la piscina, en una esquina, la seleccionadora española, MayukoFujiki, y su ayudante, Cecilia Jiménez, animaban constantemente. "¡Bieeen! ¡Bieeeen, chicas!", se escuchaba desde las gradas. Muchos aplausos, muchos pulgares en alto, mucha energía para que las nadadoras se vinieran arriba en los pocos segundos que pasaban fuera del agua. Pero, de repente, en un instante, en la quinta de las siete acrobacias obligatorias, las entrenadoras pararon. Ya no había fuerza, sólo tensión: se cogieron la mano y esperaron. Uno, dos segundos y ¡zas! Txell Ferré, la benjamina del grupo, de sólo 17 años, salió volando, hizo una pirueta, se zambulló de nuevo y Fujiki y Jiménez se volvieron locas. El movimiento más arriesgado había salido bien. Ya estaba.

España ganaba una medalla en natación sincronizada por primera vez desde los Juegos de Londres 2012. Después de brillar en la rutina técnica del lunes y sufrir un traspiés en la rutina libre del martes, este miércoles en la rutina acrobática se rehicieron para colgarse el bronce. Sólo la China de Anna Tarrés y la Estados Unidos que entrena Andrea Fuentes estuvieron por delante.

España, ya en el podio, completó su reto más difícil: dominar la nueva natación artística. Después de la crisis que se produjo alrededor de la figura de la propia Tarrés, la selección empezó un proceso de reconstrucción a las órdenes de Fujiki, pero en 2022 cambió todo. La natación artística, que hasta 2017 se llamaba natación sincronizada, creó un nuevo reglamento para ser más espectacular y, sobre todo, menos previsible. Hasta entonces, antes de los Juegos Olímpicos ya se podía saber qué países se llevarían las medallas: sólo un error garrafal podía provocar una variación. Ahora eso ya no ocurre.

Sin una saltadora hasta Ferré

Con los base marks todo -o casi todo- puede pasar. Los base marks son unas penalizaciones que pueden imponer los jueces si consideran no se ha alcanzado el grado de dificultad prometido en alguno de los ejercicios. Si eso ocurre, la puntuación baja y la posición, también. A España le ocurrió en la rutina libre, aunque se benefició de que Japón, la cuarta, también fue penalizada.

En la rutina acrobática, la selección no tenía margen de error y no erró. Y eso que antes hubo nervios. La nueva normativa otorga mucha importancia a los saltos, a las piruetas, a esas cabriolas fuera del agua -tanto que ha creado una rutina exclusiva para ello- y España no tenía una especialista.

Mientras las otras selecciones, como Estados Unidos, contaban con nadadoras procedentes del Circo del Sol o de espectáculos similares, las nadadoras españolas partían de la sincronizada clásica, de trabajar desde niñas en sus clubes, y les faltaba dominar esas artes. Con el equipo que nadó con Ona Carbonell en los Juegos de Tokio 2020 hubo que buscar alguna saltadora y ahí apareció Ferré. De Manresa, nadadora del Sabadell y no del omnipresente Kallipolis, siendo aún junior le descubrieron habilidad para volar y saltó a la selección absoluta para acabar con su maldición. Después de dos Juegos Olímpicos de desastre, Río 2016 y Tokio 2020, España entendió de qué iba la nueva natación artística y regresó al podio.

El ‘supermiércoles’ que puede dar un gran impulso a España en el medallero

Actualizado Martes, 6 agosto 2024 - 20:44

Desde las 7.30 de la mañana en los alrededores de la Torre Eiffel hasta las 22:30 aproximadamente en Roland Garros, un supermiércoles olímpico para no levantarse del sofá. Un frenético cóctel de deportes, por tierra, mar y aire, en el que España podría conseguir de cuatro a seis medallas (a falta de cuatro jornadas, igualaría ya las logradas en Río y Tokio) y meterse en varias semifinales por equipos. Tomen nota.

MARCHA

En el Trocadero, bien temprano, dos parejas españolas para seguir ampliando la leyenda de la marcha atlética española. Se trata del novedoso relevo mixto en el que recorrerán la distancia de un maratón (42,195 kilómetros), en cuatro postas. Álvaro Martín y María Pérez, bicampeones del mundo en Budapest y medallistas olímpicos la semana pasada (bronce él, plata ella) en los 20 kilómetros, son claros favoritos. Miguel Ángel López y Cristina Montesinos (décima la catalana) también tienen mucho que decir.

TAEKWONDO

No muy lejos de allí, en el Grand Palais, desde por la mañana -con suerte, hasta las 21.19 de la final femenina y las 21:37 de la masculina-, dos madrileños, Adriana Cerezo (-49 kg, plata en Tokio) y Adrián Vicente (-58), pelearán en una especialidad también siempre propicia. Ella arranca en octavos contra la uruguaya Grippoli (11.11 h.); él, bronce mundial, contra un rival que llegará desde una ronda anterior (11:24).

EQUIPOS

Con el fútbol masculino en la final olímpica, el femenino buscando este martes el mismo lugar y la estupenda plata de las chicas del baloncesto 3x3, los equipos tienen por delante un miércoles decisivo. Por orden, seis citas de cuartos de final. A las 9:30 h., en Lille, el balonmano masculino se enfrenta a Egipto, rival al que ya derrotó hace tres años en los Juegos de Tokio por el bronce. Ya a mediodía (14:00 h.), los chicos de waterpolo se las verán con Croacia. Y, media hora más tarde, en la reedición de la pasada final del Eurobasket, las chicas de Miguel Méndez ante Bélgica en el Bercy Arena. Un poco después (17:00 h.) será el turno del voley playa: ellas, Daniela Álvarez y Tania Moreno, contra la pareja canadiense. Y ellos, ya a las 21:00 h., los legendarios Pablo Herrera y Adrián Gavira, ante los noruegos.

España, el lunes, durante la rutina técnica en Saint-Denis.

España, el lunes, durante la rutina técnica en Saint-Denis.EFE

NATACIÓN ARTÍSTICA

España se encuentra otra vez entre las favoritas, el sitio que le corresponde por tradición y palmarés. Después del escándalo que desmanteló al mejor equipo español de natación sincronizada de la historia, con Anna Tarrés al frente, hubo dos ediciones de vacío -los Juegos de Río 2016 y los Juegos de Tokio 2020-, pero ya está de vuelta. Con Mayuko Fujiki al frente, un nuevo grupo de nadadoras y otra filosofía de entrenamiento, España vuelve a estar en disposición de colgarse una medalla. Será en la rutina acrobática, a partir de las 19.30 horas, y con un riesgo alto. Con la China de la propia Tarrés como favorita al oro, las medallas se tendrán que discutir con Japón y Estados Unidos, que presentarán ejercicios con menor puntuación de dificultad, pero más seguros.

VELA

La clase 470 mixto, con Nora Brugman y Jordi Xammar, afronta la Medal Race hoy en la bahía de Marsella a partir de las 15:43 horas en inmejorable posición. Ayer sólo pudieron disputar dos de las tres últimas regatas previstas en la última jornada de la serie clasificatoria y siguen segundos en una general muy igualada. Son los números uno del ranking internacional y vigentes campeones de mundo. Ayer firmaron un tercero y un sexto puesto antes de que se quedaran sin viento. Fuera de las medallas quedaron ayer Tara Pacheco y Andrés Barrio en el Nacra 17. La pareja mixta, demasiado irregular durante las tres regatas del martes, se quedó a cuatro puntos de la Medal Race.

Ghadfa festeja su victoria de cuartos ante Chaloyan.

Ghadfa festeja su victoria de cuartos ante Chaloyan.AFP

BOXEO Y...

El último en entrar en acción será el marbellí Ayoub Ghadfa, quien, con su medalla asegurada, buscará silenciar Roland Garros a las 22:18 h. ante el local Djamili Aboudou y colarse en toda una final olímpica de los pesos pesados. No hay que perder ojo tampoco a Leslie Romero, con plaza y sueños en la final olímpica de escalada. Daniel Arce estará en la finalísima de los 3.000 obstáculos en el Stade France. Y, sin medallas en juego todavía, comienza el golf femenino (Carlota Ciganda y Azahara Muñoz) y se disputan varias eliminatorias de piragüismo.