Ser madre e ir a entrenar justo después: el caso de Emma Coburn y el avance de la gestación subrogada en el deporte

Ser madre e ir a entrenar justo después: el caso de Emma Coburn y el avance de la gestación subrogada en el deporte

Emma Coburn cuelga una foto en Instagram de un intenso entrenamiento en Gunnison, Colorado, a 2.350 metros, y nada sorprende: durante el invierno las mejores atletas se exigen al máximo en altitud y la estadounidense, campeona del mundo en 2017 y bronce en los Juegos de Río 2016 en los 3.000 obstáculos, es una de ellas. Pero hay un detalle que sorprende: hace apenas 10 días, Coburn fue madre de una niña, Betty Ann, junto a su marido y entrenador, Joe Bosshard. ¡¿Cómo?!

Contaba la piragüista Maialen Chourraut que volvió al kayak apenas un mes después del nacimiento de su hija, Ane. Relataba la saltadora Ana Peleteiro que regresó al gimnasio seis semanas después de dar a luz a la pequeña Lúa. Pero el caso de Coburn no tiene nada que ver con el de las dos medallistas olímpicas españolas: la mediofondista yankee no pasó por un embarazo, por un parto y no está corriendo durante el puerperio.

"Sorpresa, somos padres. Nuestra hija, Betty Ann Bosshard, nació hoy a través de una madre subrogada. Es una alegría que no puedo expresar con palabras y, después de años de esperarla, conocerla hoy fue como un sueño. No puedo empezar a expresar mi gratitud a nuestra increíble madre subrogada. Betty está feliz y saludable gracias a ella. Que comiencen las aventuras, Betty. Te amamos", escribió en Instagram con un vídeo adjunto donde se podía ver cómo una enfermera presentaba a la niña a sus nuevos padres.

La maternidad a través de otra mujer de Coburn -más su exposición en redes sociales- puede sorprender en España, donde la gestación subrogada está prohibida, pero no así en Estados Unidos donde prácticamente ya es una opción más para las deportistas. Mientras se alargan las carreras de las mujeres hasta alcanzar los 40 años, ya son varios los casos de atletas que han optado por un vientre de alquiler y no paran para ser madres.

Las ayudas de la WNBA

Como Coburn, la también estadounidense Breanna Stewart y su pareja, la española Marta Xargay, ambas jugadoras de baloncesto, que en 2021 tuvieron a su primera hija, Ruby, por gestación subrogada. Stewart había congelado sus óvulos y el nacimiento casi le pilló en Tokio, donde se proclamó campeona olímpica. Su caso apenas fue destacado como una anécdota en la prensa de Estados Unidos o, como mucho, como parte del éxito de un programa de la WNBA, la liga en la que compite. Desde 2020, la mayor competición de baloncesto del mundo incluye en su convenio colectivo una ayuda de hasta 60.000 dólares a las jugadoras que quieran ser madres e incluye entre las posibilidades la gestación subrogada.

"Al negociar este convenio se me ocurrió incluir opciones que muchas mujeres no tienen. Teníamos que crear recursos para empoderar a las mujeres en todos sus roles", exponía Nneka Ogwumike, ala-pívot y presidenta de la WNBPA, el sindicato de las jugadoras. Otras competiciones, como la NWSL, la liga estadounidense de fútbol, han llegado a acuerdos con clínicas de fertilidad para incluir sus servicios en el seguro de sus estrellas.

"Gritaría a los cuatro vientos que si este es el camino que tienes que seguir, no te avergüences", reclamaba Erin Andrews, comentarista de partidos de NFL y NHL, en la revista Glamour, ante el aumento del uso de los vientres de alquiler en el deporte. La gestación comercial está plenamente desarrollada en varios estados de Estados Unidos, mientras en países como Canadá, Reino Unido o Australia la subrogación sólo se permite si no hay un intercambio económico de por medio.

En España, donde la práctica es ilegal, no se conocen casos de deportistas que hayan sido madres a través de ese sistema -más allá del nombrado de Xargay en EEUU- y, de hecho, de momento sólo ha habido críticas. "¡Esta foto es de las cosas más ridículas que he visto en mi vida! Por eso esta mujer ha tenido que irse hasta EEUU para poder llevar a cabo esta ilegalidad. No acaba de ser madre, no. Acaba de comprar un bebé gracias a su estatus económico", denunciaba un año atrás Peleteiro a raíz del caso de Ana Obregón. Pese a sus palabras, la práctica amenaza convertirse en una tendencia entre las deportistas de élite de ciertos países.

Ana Peleteiro explica los motivos de la ruptura con su entrenador Iván Pedroso: "Mi cuerpo y mi mente me piden cosas nuevas"

Ana Peleteiro explica los motivos de la ruptura con su entrenador Iván Pedroso: “Mi cuerpo y mi mente me piden cosas nuevas”

Actualizado Miércoles, 18 septiembre 2024 - 14:30

Hace unos días, Ana Peleteiro anunció, a través de sus redes sociales y por sorpresa, su decisión de "abrir una nueva etapa" y dejar de contar con el que ha sido su entrenador durante los últimos ocho años, Iván Pedroso.

Un cambio de rumbo en su carrera que ha querido explicar en una rueda de prensa convocada en la Federación Española de Atletismo. "Me he preparado algo por primera vez en mi vida", apuntaba antes de comenzar a narrar los motivos que la han llevado hasta aquí: "La razón de más peso es personal: la maternidad es un tarea complicada y conciliar cuando estás lejos de la familia es difícil".

"Tras trece años fuera, mi corazón me pedía volver a mi refugio, a Galicia. Cuando soñaba con ser madre quería que mi hija creciera con un ambiente que aquí no tengo. Eso me iba entristeciendo y aunque quería despistar el sentimiento, seguía dentro de mí y cada día me pesaba más", ha comentado casi entre lágrimas.

En el terreno deportivo, Peleteiro ha confirmado que Benjamin Compaoré, su marido, será a partir de ahora su nuevo entrenador: "He sido yo la que se lo ha ofrecido a él y en ningún momento me lo ha propuesto. Quería evitar mezclar lo profesional y lo personal, porque sé que a veces no sale bien pero, después de París, se lo expuse y él lo valoró para decidir lo más adecuado para nuestra familia", ha enfatizado.

"Mi cuerpo y mi cabeza me piden cosas nuevas. Cuando te sabes los entrenamientos de lunes a sábado a la perfección, de memoria, hay veces que tu cabeza te pide algo nuevo. El deportista no solo es un máquina, también puede verse afectado por la rutina", ha explicado Peleteiro, consciente de las "dudas" y "críticas" que hayan podido surgir acerca de un cambio que, asegura, es "muy común" entre los atletas.

Sobre los rumores que han circulado al respecto, también ha querido dejar claro la gran profesionalidad de su nuevo técnico. "Le he podido ver durante estos tres años. Ha habido días en los que he tenido la suerte de recibir sus consejos y descubrir su forma de ver el triple salto. Ha conseguido objetivos increíbles con sus atletas", ha señalado.

"Quiero alcanzar los 15 metros"

Con Campaoré su lado, Peleteiro ha explicado que ambos quieren "ayudar a que otros niños y niñas no tengan la necesidad de salir de Ribeira (Galicia) para cumplir el sueño de ser deportistas de alto nivel" y que, al contrario de lo que se ha dicho, "no es para bajar el nivel deportivo, es para intentar mejorar y alcanzar, de una vez por todas, los 15 metros"

Además, para despejar todo tipo de especulaciones, la atleta ha confirmado que "no se va París", y que "en ningún momento" ha contactado con la Federación Francesa para entrenar allí. "No sé ni como se hace eso", ha comentado.

Su amistad con Iván Pedroso

Finalmente, acerca de la relación que continúa manteniendo con Iván Pedroso, la saltadora ha afirmado que "es una persona increíble" y que, cuando tuvo explicarle la decisión, Pedroso le dijo que "su amistad será eterna" y que "seguirá celebrando sus victorias porque es una luchadora". Un momento en el que tampoco ha podido evitar emocionarse.

Ana Peleteiro: "Creo que este linchamiento está fuera de lugar"

Ana Peleteiro: “Creo que este linchamiento está fuera de lugar”

Actualizado Lunes, 5 agosto 2024 - 15:57

Ana Peleteiro, sexta en la final de triple salto de los Juegos Olímpicos de París, emitió un comunicado este lunes para denunciar el "linchamiento fuera de lugar" que está sufriendo los últimos días y pidió "respeto", sobre todo por su familia, sin entender "lo infeliz que puede llegar a ser alguien para promover el odio de esta manera".

La atleta gallega, que esta temporada se proclamó campeona de Europa y ganó el bronce en el Mundial de pista cubierta, desveló que durante los últimos días no para de recibir "mensajes de odio e insultos, ya que muchos medios están aprovechando el momento mediático para publicar declaraciones antiguas completamente sacadas de contexto".

Para saber más

"Me siento orgullosa de toda la temporada que he hecho y de mi trayectoria profesional y esto sólo ha sido un resultado en mi carrera que forma parte de otro sueño cumplido", comentó.

"Disculpas si alguien se ha sentido ofendido en algún momento, no ha sido mi intención. Siempre he intentado abogar por un deporte libre de racismo y desigualdades de género y es por lo que seguiré luchando día a día. Soy plenamente consciente de que muchas veces tiro de sarcasmo e ironía y eso puede jugarme una mala pasada, pero creo que este linchamiento está fuera de lugar", confesó.

"Quiero pedir respeto por mí pero sobre todo por mi familia. Nunca entenderé lo infeliz que puede llegar a ser alguien para promover el odio de esta manera. Y a las miles de personas que os alegráis por mí, os lo agradezco infinito, me siento una auténtica afortunada. ¡Al final del día el amor siempre vence!", concluyó.

El día más duro en la carrera de Ana Peleteiro: “He visto la otra cara de la moneda”

Actualizado Sábado, 3 agosto 2024 - 23:58

Hacía mucho tiempo que Ana Peleteiro no se presentaba así ante los medios de comunicación: cabreada, silenciosa, frágil. Después de su sexto puesto en el triple salto de los Juegos de París, en las entrañas del Stade de France ya de medianoche, la saltadora era otra. "Estoy triste, hoy he visto la otra cara de la moneda", comentaba sin ningunas ganas de hablar.

Desde que cayó a la arena en su último intento, su rostro lo decía todo. Tanto que en lugar de acercarse a su entrenador, Iván Pedroso, para valorar el salto, se fue a buscar directamente a su marido, Benjamin Compaoré, para recibir consuelo. Compaoré, ex saltador, la abrazó mientras Peleteiro digería lo ocurrido y luego hicieron lo propio uno por uno sus amigos.

Siempre dijo Peleteiro que lo único malo de su bronce en los Juegos de Tokio 2020 fue la ausencia de público, la imposibilidad de celebrar el éxito con todos a los que quiere, y por eso este sábado en las gradas del estadio parisino no faltaba nadie. Frente al foso del triple salto, ninguna saltadora tenía tanto apoyo como Peleteiro. Tanto que en su cuarto intento, aquel que marcó sus 14,59 metros finales, se desató una celebración: creían que había superado los 14,70 metros, que el bronce era suyo.

"Tenía miedo de resbalarme"

"He hablado con ellos y me han dicho que igualmente están muy orgullosos de mí. Qué me van a decir", reconocía Peleteiro. "El factor lluvia me ha tocado psicológicamente porque me veía capaz de pelear por la medalla, pero la pista estaba fatal y tenía miedo de resbalarme en la tabla porque no conseguían secarla completamente. Me he quedado muy cerquita y eso da coraje", analizaba y no le faltaba razón.

JUANJO MARTINEFE

Su primer intento fue notable (14,55 metros), pero sus rivales pronto respondieron. La cubana Leyanis Pérez, por ejemplo, lo hizo en el primer salto (14,62) y al siguiente vendrían las grandes marcas de la finalmente campeona, la dominiquesa Thea Lafond (15,04) y la jamaicana Shanieka Ricketts (14,87). Ahí, cuando tocaba un momento Peleteiro, es decir, sacar la furia, asustar al miedo, empezó a llover. Y la lluvia dificultaba su misión. El viento reducía su velocidad y el agua impedía el agarre. En esas circunstancias necesitaba superar la mejor marca de su vida para colgarse el oro o la plata. En esas circunstancias lo único posible era el bronce. Y no pudo ser.

La marca del bronce

"Este año he hecho varios saltos por encima de la marca del bronce. Quizá el esfuerzo hecho desde diciembre me ha pasado factura. He tenido algún problema en el isquio, pero he llegado bien. Estoy disgustada porque quizá no estoy para 15 metros, pero sí para 14,70. Claro que da rabia no ganar una medalla olímpica cuando sabes que estás para saltar más de lo que ha costado", comentaba Peleteiro que pese a la furia, pese al dolor, soltaba alguna frase que invitaba a la esperanza.

"No se acaba mi carrera deportiva aquí. En un abrir y cerrar de ojos llegará Los Ángeles", aseguró y con "suficiente" finalizó la comparecencia más corta de los últimos años, quizá de su vida. A sus 28 años, después de su maternidad, Peleteiro había puesto todo el corazón en colgarse otra medalla olímpica, lo había hecho todo, lo había organizado todo, y no pudo ser. Habrá otras.

Ana Peleteiro no encuentra su rebeldía en París para volver al podio olímpico

Ana Peleteiro no encuentra su rebeldía en París para volver al podio olímpico

Bajo el agua de París, Ana Peleteiro no se sintió como Taylor Swift, no esta vez. La atleta gallega necesitaba encontrar la rebeldía que forja su personalidad, esa irreverencia que está en su gen de gran competidora. Lo invocó señalando con el dedo frente al foso, gritándole. El podio esperaba en el triple salto a la Peleteiro de máximos, a la Peleteiro que reta a Peleteiro, a la Peleteiro que se cree Taylor Swift cuando avanza con la mirada fija hacia la arena. No la encontró.

Esa Peleteiro es que la que apareció en Tokio, pero no en París, adonde llegaba después de ser madre y de demostrar una recuperación ejemplar y exprés para gritar que es posible, que la maternidad no debe apartar para siempre de la alta competición. A los 28 años, había conseguido saltar este año en el mismo segmento que en 2021 (14,85 por 14,87). No lo hizo, sin embargo, en el lugar elegido en su mente. Sus piernas no pensaron lo mismo. El sexto puesto, un diploma, no colma a esta atleta voraz, en un concurso dominado por Thea LaFond, de Dominica, con 15,02. Esa es la barrera en la que piensa Peleteiro desde Tokio. Esa es la barrera de los sueños.

Buen nivel global

Peleteiro entró en el foso con una fuerza medida y un primer intento de 14,55. Una distancia que le garantizaba, prácticamente, estar en la mejora, y eso significaba tranquilidad. Sin embargo, el concurso iba a estar muy por encima desde el principio, algo que sabían la atleta y su entrenador, Iván Pedroso, en pie en la grada para intentar dar indicaciones a la española. Meticuloso y pausado en el día a día de los entrenamientos, ahora era el momento de la vehemencia. Necesitaba transmitir a la atleta toda su ciencia, mucha, y toda la energía. Gesticulaba, hablaba alto cuando Peleteiro se acercaba a la grada.

La ausencia de Yulimar Rojas, su compañera de entrenamiento en el grupo de Guadalajara, dejaba abierto el oro, algo que no está en duda con la venezolana en la pista. En pocas pruebas del atletismo actual existe un dominio tan incontestable, sobre el que ahora se abre un interrogante dada la rotura del tendón de Aquiles que sufrió Yulimar en abril. No es cualquier lesión. Es el muelle del triplista, sometido a una presión brutal en cada uno de los apoyos. No estaba, pues, la mejor, pero el concurso era, globalmente, de nivel, por lo que Peleteiro necesitaba estar en sus mejores marcas para llegar al podio. Es lo que hizo para alcanzar el bronce en Tokio, en una serie en la que se mejoró a sí misma salto tras salto para acabar en 14,87, su récord de España. En París la habría llevado de nuevo al podio. Fue la marca con la que Shanieka Ricketts logró la plata.

Más riesgos

Ese 14,55 mantuvo brevemente a la gallega en primera posición, pero sólo el tiempo de entrar en contacto con el foso para las saltadoras. Ricketts se fue a los 14,61, Leyanis Pérez a los 14,62, Jasmine Moore a los 14,67 y Thea LaFond a los 15,02. Peleteiro arriesgó en el segundo intento. Necesitaba apurar en la tabla para ganar centímetros. Fue nulo. Su rostro lo decía todo. No se encontraba. Pedroso la llamó. Movía las manos rápido, hablaba. La española escuchaba. Había algo dentro de sí que no encontraba. El salto son centímetros pero también son sensaciones. Cuando se dirigió a la recta del foso, habló consigo misma, se golpeó el pecho. No mejoró la marca (14,52), pero se dejó 12,5 centímetros en la batida, lo que quería decir que tenía un registro mejor en sus piernas si podía ajustar el salto.

Una de las grandes cualidades de Peleteiro es la velocidad que alcanza para impulsar el salto, dividido en tres partes: 'hop', 'step' y 'jump'. El tercero, que lleva al foso, es el que marca la diferencia. Pedroso es de la opinión que los dos primeros son los buenos. El cubano es un sabio del triple. En ocasiones, sin embargo, eso puede llevar al que el tercero tenga poco tiempo de contacto y, por tanto, menos fuerza.

Aparece la lluvia

La lluvia apareció para dificultar más el concurso de la española, puesto que en ese momento era la que debía sumar centímetros para alcanzar el podio. La intensidad hizo que los jueces devolvieran a las atletas dentro del estadio. La práctica era imposible. Hubieron de vestirse y desvestirse. De regreso, la española volvió a situarse en la recta. Pidió al público que la siguiera con las palmas, pero se levantó del foso seria. El salto había sido bueno, pero insuficiente (14,59). Continuaba quinta en la clasificación, a dos puestos del podio. En el quinto, sobre la arena, se llevó las manos a la cara. Se había quedao en 14,26. Era sexta, el puesto que ya no pudo mejorar en el último (14,31), incapaz de encontrar a su Taylor Swift en París.

Ana Peleteiro, a la final de triple salto por la vía rápida: "Me siento como Taylor Swift en el Bernabéu"

Ana Peleteiro, a la final de triple salto por la vía rápida: “Me siento como Taylor Swift en el Bernabéu”

Actualizado Viernes, 2 agosto 2024 - 21:05

En ausencia de la lesionada Yulimar Rojas, las principales favoritas del triple salto femenino accedieron a la final, este viernes en París, entre ellas la española Ana Peleteiro y las cubanas Leyanis Pérez y Liadagmis Povea. Peleteiro, una de las pupilas del cubano Iván Pedroso y campeona de Europa el pasado junio, apenas tuvo desgaste y solo necesitó un salto para ganarse el billete, llegando a 14,36 metros, cuando 14,35 era la distancia que daba la clasificación automática.

"Me he sentido como Taylor Swift en el Bernabéu, pero en negra. Para mí un estadio lleno es como una performance, lo vivo así. Estaba un poco nerviosa, pero el ritmo de los aplausos me ayudó a tranquilizar las pulsaciones y a hacer los deberes", explicó la saltadora gallega, bronce olímpico en la anterior cita en Tokio. Su objetivo de cara a la final del sábado, como aseguró, es mejorar el resultado de la anterior cita olímpica: "Tengo el oro en mente"

Por la misma vía rápida entró en la final la cubana Liadagmis Povea, con 14,39 metros en su caso en el primer salto. Más apuros tuvo la también cubana Leyanis Pérez, bronce mundial el año pasado en Budapest y que se presenta como teórica candidata al oro a sus 22 años. Pérez tuvo que llegar al tercer intento para superar la distancia clasificatoria, alcanzando 14,68 metros, lo que le dejó como la mejor de la ronda clasificatoria, aunque la mayoría de grandes nombres se limitó a cumplir el trámite y no forzó la máquina.

"SENSACIONES BUENAS Y MALAS"

Las malas noticias para delegación española llegaron en el medio fondo. La palentina Marta García, plusmarquista española, no pudo progresar a la final de los 5.000 metros tras concluir décima en su serie, que después de dar la cara y estar en el grupo de cabeza, fue incapaz de resistir el ritmo infernal de sus rivales en las dos últimas vueltas. "Las sensaciones son buenas y malas. Estoy contenta de poder decir que soy olímpica, pero creo que he descubierto la realidad. Venía aquí pensando que sí, que podía estar en esa final, y de hecho durante más de 4.000 metros estaba convencida de que sí podía", dijo Marta García, en la zona mixta del Estadio de Francia.

"Me han faltado quinientos metros, que son muchos. Lo he dicho en otras ocasiones, que a nivel mundial me falta cerrar un hueco y creo que está muy claro. En esta carrera se ha visto clarísimo y es lo que tenemos que pensar. Creo que esto es una motivación para darme cuenta de que todavía falta mucho que hacer y falta dar otro paso adelante para estar con esas mujeres. La sensación es un poco agridulce, pero creo que al final tengo que estar contenta", señaló la medallista de bronce en el último Europeo.

Marta García, cuya marca personal es 14:44.04, tuvo que lidiar en su serie con nueve atletas con tiempos inferiores al suyo, por lo que las posibilidades de pasar a la final eran reducidas. "Consulté por qué estaban tan descompensadas las series, pero no me convencieron. Aún así, en carrera, no he cesado en el intento en ningún momento porque pensaba que alguna más podría podía cae, pero se ha visto que no, que ellas están más fuertes. Esa es la realidad y hay que seguir luchando", finalizó.

PRIMER RÉCORD

Más allá de la representación española, Estados Unidos batió el récord del mundo del relevo 4x400 metros mixto en las series de acceso a la final, con un crono de 3 minutos 7 segundos 41 centésimas. Vernon Norwood, Shamier Little, Bryce Deadmon y Kaylyn Brown superaron así la anterior plusmarca, que estaba en poder también del equipo de Estados Unidos desde 2023, con un crono de 3:08.80. El Team USA se dio el lujo de participar en estas series sin sus principales nombres, por lo que su actuación apunta a ser todavía mejor en la final del sábado.

Ana Peleteiro recibe insultos racistas por posar con el uniforme de España

Ana Peleteiro recibe insultos racistas por posar con el uniforme de España

Actualizado Viernes, 7 junio 2024 - 18:28

Ana Peleteiro ha denunciado en sus redes sociales que ha recibido comentarios racistas hacia su persona al posar con el uniforme de España, por lo que ha decidido publicar algunos de ellos.

La atleta gallega, quien representará al país en el XXVI Campeonato Europeo de Atletismo y que se llevará a cabo en Roma del 7 al 12 de junio de 2024, ha subido a su cuenta de Instagram el uniforme con el que competirá por España. Tras ello, varias personas le personas le comenzaron a escribir señalando que parecía ser una persona de otras nacionalidades.

Peleteiro ha recibido infinidad de comentarios racistas sobre su piel. Por ello ha decidido eliminar los comentarios y compartir una nota en sus historias.

"Desde ayer, que empecé a crear contenido con la ropa de mi país, ESPAÑA, estoy recibiendo innumerables comentarios racistas en las redes sociales. Han sido muchos los que he ido borrando y bloqueando, pero por supuesto continúan dejando mensajes de odio y desprecio cada vez que subo cualquier tipo de vídeo con la ropa de mi selección", ha escrito la deportista.

Historias de Ana Peleteiro donde denuncia el racismo recibido

Historias de Ana Peleteiro donde denuncia el racismo recibido@apeleteirob

"Me da mucha rabia e impotencia, pero sobre todo PENA, que a día de hoy sigan existiendo este tipo de personas y que además se sigan permitiendo este tipo de comentarios en las redes sociales, sin ningún tipo de represalia", continúa en el mensaje.

"Hoy tengo el corazón un poco dolido, pero sé que estas emociones las convertiré en fuerza para que todos aquellos que se burlan o ponen en causa nuestra nacionalidad, se pongan la mano en el pecho al escuchar el himno de España gracias a nuestros éxitos", finaliza.

Posteriormente del comunicado, ha compartido dos capturas de pantalla con algunos de los comentarios que ya había eliminado en sus publicaciones más recientes.

Alguno de los insultos recibidos

Alguno de los insultos recibidos@apeleteirob

Más comentarios racistas

Más comentarios racistas@apeleteirob

Sin duda el enfrentamiento a este tipo de posturas es destacable por parte de la atleta, ya que ha representado con éxito a su país y ha obtenido varias medallas en sus competiciones.

Por si no fuera suficiente, también ha recibido críticas porque su uniforme no era lo suficientemente rojo, ya que tiene con degradado que va del anaranjado al amarillo, cambiando un poco las tonalidades de la bandera.

El Europeo de atletismo en año olímpico, una oportunidad para España

El Europeo de atletismo en año olímpico, una oportunidad para España

En vísperas de los Juegos Olímpicos, el más suculento y exquisito menú que pueda ofrecer el atletismo, el Campeonato de Europa se adelanta con un apetitoso aperitivo. Desde el viernes 7 hasta el miércoles 12, Roma lo servirá con generosidad. La naturaleza local de la competición queda compensada por la existencia en este viejo, rico y pequeño rincón del planeta de numerosos atletas de máximo nivel.

Campeones olímpicos y mundiales, plusmarquistas y otras estrellas de distinto y notable brillo, realzan un acontecimiento muy atractivo: Armand Duplantis, Karsten Warholm, Marcell Jacobs, Gianmarco Tamberi, Jakob Ingebrigtsen, Miltiadis Tentoglou, Pedro Pablo Pichardo, Mykolas Alekna, Kevin Mayer, Femke Bol, Yaroslava Mahuchikh, Keely Hodgkinson, Malaika Mihambo, Dina Asher-Smith...

España no se ha parado en barras a la hora de confeccionar un pacífico pero animoso ejército expedicionario. El escenario europeo nos es, lógicamente, más propicio. Se ajusta más a nuestras medidas, se adapta más a nuestros medios y se abre más a nuestras ambiciones. Un equipo de 86 nombres (46 hombres y 40 mujeres), el segundo más numeroso de la historia, intentará superar las 10 medallas (4-3-3) logradas en la edición de Múnich 2022, la inmediata referencia, que nos proporcionaron el tercer lugar del medallero, tras Alemania y Gran Bretaña. Y, puestos a especular sin freno, el récord de las 15 de 2002, también en Múnich.

RENOVACIÓN EN LA MARCHA

No faltarán, sin embargo, opciones reales. En la incurable añoranza de María Vicente, hay que pensar sobre todo en el triple salto, con Ana Peleteiro y Jordan Díaz (ex cubano, debutante con España). También con Dani Arce (3.000 obstáculos) y Laura García Caro (20 km. marcha). La marcha, a pesar de las ausencias de María Pérez, Álvaro Martín y Miguel Ángel López, se muestra abierta a otras sólidas esperanzas (Paul McGrath, DiegoGarcía Carrera, Cristina Montesinos, Raquel González).

En el mediofondo, a falta de Mariano 'La Moto' García, oro en los 800 en 2022, y del sancionado Mohamed Katir, no hay que perder nunca de vista a Adrian Ben (800) y a la pareja de los 1.500, Adel Mechaal y Mario García Romo. Y mucho menos, en el fondo, a Thierry Ndikumwenayo (5.000 y 10.000). Jakob Ingebrigtsen, que doblará en 1.500 y 5.000 (como Mechaal), cierra toda puerta al oro.

VUELVE ORLANDO ORTEGA

En los 110 metros vallas están Quique Llopis y Asier Martínez (campeón en 2022) encomendándose a su calidad y a la buena suerte, siempre importante en una prueba extremadamente técnica en la que cada obstáculo es una llamada al triunfo y una invitación al desastre. Orlando Ortega regresa tras un gólgota de lesiones, pero aún se halla lejos de cualquier elevada aspiración.

Las mujeres podrían "pescar" en el lanzamiento de jabalina (Yulenmis Aguilar, tambien ex cubana y también debutante con nosotros) y en el salto de longitud (Fátima Diame). Quizás pensar en los relevos 4x400 masculino y 4x100 femenino sea demasiado optimista. Pero ahí queda la insinuación. Las finales se abren este mismo viernes con los prometedores 20 km. marcha femeninos. Y los 5.000 con una ilusionante Marta García.

La intrahistoria del bronce de Ana Peleteiro: "No soy la misma, soy otra persona"

La intrahistoria del bronce de Ana Peleteiro: “No soy la misma, soy otra persona”

"No soy la misma, soy otra persona", proclamaba Ana Peleteiro con otra medalla al cuello, un bronce en el Mundial indoor de Glasgow; en sus 28 años ya hay toda una vida. Una madurez que corrió peligro dos veces, aunque ella nunca lo consideró así. La primera, hace mucho, cuando fue adolescente prodigio y pudo perderse en la fiesta de Madrid. La segunda, hace nada, cuando ya era medallista olímpica y se quedó embarazada. Hace un año y tres meses nació su hija, Lúa, y muchos, incluso sus propias adversarias, consideraron que ya no volvería entre las mejores.

En otras disciplinas del atletismo -por no hablar de otros deportes- hubo madres campeonas, pero su especialidad, el triple salto, exige tanta elasticidad, tanta levedad, tanto rebote que el desafío era complicado. Peleteiro lo sabía. Y, como en la adolescencia cuando supo alejarse de las distracciones, volvió a salir victoriosa.

"Me retiraron hace 14 meses, pero la Peleteiro está de vuelta. Nada se regala en la vida y este es el resultado de mucho esfuerzo. Hay atletas madres que han sido ejemplos para mí porque recién parida, con la cesárea, yo también lo veía negro. Cogí fuerzas y me dije que yo también podía hacerlo", comentaba la española que vivió su éxito a flor de piel con Lúa y su marido, el también saltador Benjamin Campaoré, animándola desde las gradas del Emirates Arena.

De hecho por él Peleteiro apareció en la pista escocesa con un dorsal distinto al habitual, su apellido ya no estaba sólo: esta vez se podía leer Peleteiro-Campaoré. "Somos una familia. Mi madre está desbancada, pero esto es un gesto de amor a mi familia política porque mis suegros son un pilar fundamental en mi vida, ellos nos ayudan a conciliar", explicaba Peleteiro.


Mucho nivel

Con el bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 como metal más brillante, este domingo la española consiguió su sexta medalla internacional -ya fue bronce en el Mundial indoor de 2018, por ejemplo- y para ello necesitó la segunda mejor actuación de su vida. En Glasgow, de entrada brincó hasta los 14,67 metros y luego incluso se fue más allá, los 14,75 metros, pero el oro y la plata estuvieron lejos. Pese a la ausencia de su amiga, la venezolana Yulimar Rojas, dominadora de la disciplina en la última década, la dominiquesa Thea Lafond superó los 15 metros -15,01 metros- y la cubana Leyanis Pérez Hernández se quedó cerca (14,90).

Por esa competencia para mantenerse en el podio en los Juegos Olímpicos de París de este verano, Peleteiro necesitará un poco más, estirar de sus propios récords, pero ha demostrado que ya está preparada. "Hay que hacer un pasito más, no estoy aún ahí. Iván [Pedroso, su entrenador] me dice que sí pero me falta un poco de trabajo", confesaba la saltadora elevada a líder absoluta del atletismo español.

El bronce de Diame

Su éxito fue un resorte para una selección en depresión después de lo vivido en el Mundial e incluso en los días previos. En diferentes grados y formas, la sanción a Mo Katir, la lesión de María Vicente y la descalificación de Asier Martínez hundieron los ánimos y desde Peleteiro todo fue distinto. Horas después de su logro, su compañera de entrenamientos, Fátima Diame se colgó otro bronce, éste en la final de longitud. Íntima amiga suya, tanto que comparten habitación en los campeonatos, la progresión de Diamé era hasta ahora muy distinta a la de Peleteiro. De 27 años, la saltadora se había mantenido en una segunda línea internacional hasta que la temporada pasada decidió ponerse a las órdenes de Iván Pedroso. Ahí cambió su trayectoria.

De quedarse siempre en las rondas previas a ser finalista -sexta- en el último Mundial de Budapest y de ahí al podio este domingo en el Mundial indoor. Talentosa siempre, le faltaba confianza y control y ya los tiene. Fallaron luego Mariano García en los 800 metros y Mario García Romo y Adel Mechaal en los 1.500 metros, pero Peleteiro ya había asegurado una celebración.

Ana Peleteiro celebra su regreso con un bronce en el Mundial indoor

Ana Peleteiro celebra su regreso con un bronce en el Mundial indoor

La primera medalla para Lúa, la primera de muchas. Un año después de ser madre, Ana Peleteiro certificó su regreso a la élite con un bronce en el triple salto del Mundial indoor de Glasgow. Fue como siempre, todo carácter, aunque esta vez de otra manera. La emoción le nacía de las entrañas, le enfriaba los nervios y al mismo tiempo le inflamaba las piernas. Desde los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 no saltaba tanto.

En su segundo intento, brincó hasta los 14,67 metros y ya no hubo manera de bajarla del podio. Su reacción fue resumen: en lugar de entusiasmarse, se quedó más seria que nunca mirando a su entrenador, Iván Pedroso. Era una reafirmación de ella misma: si alguien dudó de su vuelta, estaba errado. Era una reivindicación del muchísimo trabajo realizado para volver a estar ahí. En los próximos Juegos Olímpicos de París 2024 volverá a aspirar a todo.

La cita era una oportunidad para Peleteiro y ella lo sabía. Por primera vez en la última década, su amiga Yulimar Rojas, dominadora absoluta de la especialidad, no estaba presente y para más inri la cubana Liadagmis Povea se retiró antes de empezar. El oro no estaba sentenciado, todo era posible, había tres medallas al alcance. Para su desgracia duraron poco.

En el primer salto la dominiquesa Thea Lafond superó los 15 metros (15,01 metros) y en el cuarto intento la también cubana Leyanis PérezHernández se quedó cerca (14,90). Si quería superar el tercer puesto, Peleteiro tenía que completar la actuación de su vida, batir su propio récord de España y, aunque lo intentó -en su quinto salto llegó hasta los 14,75 metros-, su metal era el bronce.