Caitlin Fielder, la atleta extrema que decora los pies de los ciclistas: “Antes pintaba retratos de perros”

Caitlin Fielder, la atleta extrema que decora los pies de los ciclistas: "Antes pintaba retratos de perros"

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Nueva estrella del trail running, segunda en la última Zegama, patrocinada por Salomon, pinta las zapatillas de corredores como Pogacar, Van der Poel y Van Aert

Fielder en su taller de pintura.BIEL RÀFOLSSALOMON

Mathieu Van der Poel calza unas zapatillas chulísimas con personajes de Fortnite sobre fondo negro. En los pies de Tadej Pogacar, colores, muchos colores y un lazo lila para visibilizar su fundación contra el cáncer. Wout van Aert muestra sobre sus pedales retazos de tres pintores que disfruta, Van Gogh, Rembrandt y Vermeer. También hay arte en el calzado de Primoz Roglic, Esteban Chaves, Tobias Foss y una larga ristra de ciclistas que incluye algún español, como Luis León Sánchez. ¿Qué está pasando en el ciclismo?

Está pasando que una pintora, la neozelandesa Caitlin Fielder, está cosechando tanto éxito entre el pelotón que ahora ya vive de personalizar zapatillas y los pedidos de los ciclistas acumulan tres meses de lista de espera. La historia de cómo acabó ilustrando los pies de los mejores corredores del mundo empieza por su pareja, George Bennett, uno de los gregarios más destacados de Pogacar en el UAE, pero tiene más recorrido.

“En Nueva Zelanda estudié Biología Marina y trabajaba de ello, pero en 2016 cuando me mudé con George a Girona para que él pudiera desarrollar su carrera ciclista me costó muchísimo encontrar trabajo de lo mío. Tanto que no lo conseguí. Y empecé a ganarme la vida pintando. Pintaba retratos e incluso me especialicé en pintar perros hasta que en 2017 pinté unas zapatillas para que George las llevara el día de su cumpleaños en la Vuelta al País Vasco. Al parecer, gustaron mucho. Y me empezaron a preguntar algunos ciclistas, y más, y más, y así hasta hoy”, relata Fielder en conversación con EL MUNDO ya con un público fiel.

Para las carreras más importantes, sobre todo, para el Tour, muchos ciclistas le piden diseños personalizados y ella intenta atender a todos, aunque sólo puede entregar uno o dos pares de zapatillas a la semana. Prefiere que el precio de sus obras no sea público, pero le alcanza para vivir sin problema. Más ahora que han empezado a llamarle marcas del sector como Gobik, Shimano o Lazer para que ilustre sobre maillots, culottes, cuadros, cascos y hasta una bomba de pie. Entre los mejores del Giro que ahora acaba no tiene ningún cliente, pero quienes pelearán por el Tour llevarán su arte en los pies.

Referente en la montaña

“Estoy muy contenta por haber encontrado un oficio propio, una vida propia, después de haberme mudado al otro lado del mundo con George. Me encanta pintar zapatillas y ahora se me ha abierto un mercado muy bonito customizando otros productos. Me gustaría poder también trabajar en mi deporte”, comenta Fielder, que también es deportista y, es más, desde el año pasado deportista profesional. Pero lo suyo no es el ciclismo: son las carreras de montaña.

Después de una infancia deportiva en Nueva Zelanda -fútbol, waterpolo, hasta boxeo-, al mudarse a España vio que lo más fácil era empezar a correr y, con los Pirineos tan cerca y el ánimo de Klassmark, empresa gerundense organizadora de varias pruebas, se enamoró del trail. Una afición como otra. Una afición para mantenerse en forma, Hasta que empezó a ganar carreras y en 2021 fue al Ultra Trail del Mont-Blanc (UTMB) y subió al podio en su distancia corta, la OCC, de 56 kilómetros.

Fue entonces cuando llegó Salomon, la empresa más potente del sector, y le ofreció un contrato para su equipo internacional. “Hasta ese momento todo era amateur, un hobby, pero ahora me lo estoy tomando muy en serio. Quiero ver hasta dónde puedo llegar”, asegura Fielder, que la semana pasada terminó segunda en la Zegama, la maratón de montaña más emblemática de España, y que este verano estará en el Mundial de trail de Innsbruck representando a Nueva Zelanda.

El año pasado pintó unas zapatillas Salomon especiales para el ganador de la Olla de Núria, una carrera de montaña catalana, pero todavía no ha conseguido abrirse en el trail el mercado como pintora que ya tiene el ciclismo. Todo llegará. A sus 30 años, después de dejar su empleo y mudarse desde las antípodas, Fielder ha encontrado dos nuevos trabajos, ambos soñados por muchos: es corredora de montaña profesional y, al mismo tiempo, pinta las zapatillas que calzan los mejores ciclistas del mundo.

kpd