Pecco Bagnaia al fin rompió su gafe en Montmeló con un triunfo en el que exorcizó múltiples demonios. El italiano, que nunca había logrado siquiera subirse al podio, empezó a rubricar su tan esperado desquite en la curva cinco, la misma que, precisamente, acabó por privarlo de la victoria en la sprint race del sábado mandándolo al suelo.
Allí, precisamente, en la vuelta 19, firmó un gran adelantamiento sobre Jorge Martín, y fue implacable en su escalada hasta la cabeza de la carrera. El madrileño, aún líder del Mundial, tuvo que conformarse al final con el segundo puesto, por delante de un Marc Márquez que firmó también una grandísima remontada para acabar subiéndose al tercer escalón del podio y afianzarse de esta manera como el tercer clasificado de la general, por detrás, precisamente, de un Bagnaia que arde en deseos de que llegue ya el próximo fin de semana.
“Estaba muy enfadado después de lo que pasó sábado, pero sabía que teníamos potencia como para luchar por la victoria. Pude empujar más, la moto estuvo fantástica, el equipo hizo un gran trabajo poniéndola a punto y la verdad es que tengo muchas ganas de llegar al Gran Premio de Italia”, aseguró el piloto de Ducati.
“Estoy muy contento y muy orgulloso. Fue duro, pero vi que Pecco tenía algo más de goma y traté de aguantar, pero al final ya no me quedaba. He intentado meter presión, pero llegó un momento en que ya era imposible”, confesó por su parte Martín.
“La salida no ha sido buena, no he trazado bien, pero sabía que la carrera era larga y he ido paso a paso.Después he podido defenderme de Aleix y lo siento por él porque era su última carrera en Montmeló, pero estoy contento de estar en el podio”, sentenció por su parte Marc Márquez.
Aleix Espargaró fue al final cuarto y Pedro Acosta, quien puso en aprietos a los pilotos de cabeza durante muchos minutos, consiguió terminar decimotercero pese a irse al suelo en la vuelta 12.