Qinwen Zheng, debutante en el circuito, batió con rotundidad a Paula Badosa en la segunda ronda del WTA 500 de Tokio (6-3, 6-2) tras sólo 78 minutos. Un partido donde se confirmó el mal momento de la española, que suma cinco derrotas en sus últimos seis partidos. “No ganó ni al parchís”, ratificó Badosa tras el tropiezo.
La número cuatro del ránking, que había caído a las primeras de cambio en los WTA 1000 de Cincinnati y Montreal y sólo pudo vencer a Lesia Tsurenko en el US Open, volvió a mostrarse demasiado errática ante la tenista china, de 19 años. Pese a conseguir un rápido break que le permitió dominar 3-1, cedió siete juegos consecutivos y nunca dispuso de otra opción de romper el servicio de su rival.
Zheng se impuso con rotundidad gracias a la fortaleza de su drive y el acierto con su saque. Acumuló siete aces y conquistó el 82% de los puntos con su primer servicio. Sus 18 golpes ganadores contrastaron con los seis de la barcelonesa, que se vio lastrada por 20 errores no forzados.
Desde enero, cuando se proclamó campeona en Sydney, Badosa no logra encontrar el nivel que el año pasado le llevó a alzar los títulos de Indian Wells y Belgrado. Desde marzo, sus mejores resultados han sido las semifinales de Indian Wells, San José y Stuttgart, donde cayó ante Maria Sakkari, Aryna Sabalenka y Daria Kasatkina, respectivamente.
Un tribunal de Adelaida (Australia) ha condenado a 17 meses de prisión suspendida al ex ciclista australiano Rohan Dennis por la muerte a finales de 2023 de su esposa Melissa Hoskins, atropellada por el antiguo campeón mundial de contrarreloj durante una pelea pareja, informa Afp. Esta condena permitirá al ex deportista de 34 años evitar la cárcel.
Los jueces tuvieron en cuenta que Dennis se declaró culpable durante el juicio del cargo de acusación agravado de creación de un riesgo de daño, por lo que no fue imputado por homicidio. También se tuvo en cuenta el arrepentimiento expresado por el medallista olímpico (plata) en persecución por equipos en Londres 2012 y el hecho de tener hijos pequeños.
Ante el tribunal, el juez Ian Press detalló los "tragicos acontecimientos" del 30 de diciembre de 2023, durante la disputa de la pareja por unas obras de renovación de su domicilio.
Melissa Hoskins, también ex ciclista, se subió al capó del coche conducido por Rohan Dennis, quien trataba de abandonar el lugar, según el relato del juez.
Dennis siguió conduciendo a muy poca velocidad durante una decena de segundos, un hecho considerado por el juez como "intrínsecamente peligroso", antes de que la mujer intentase abrir una puerta del coche.
"Su esposa se agarró al coche mientras usted avanzaba en plena calle. Fue en ese momento cuando ella cayó y perdió la vida", declaró el magistrado.
Durante el proceso, el abogado de la defensa declaró que Dennis fue imprudente, pero descartó que quisiera matar a su esposa.
Hoskins, de 32 años en el momento de su muerte, formaba parte del equipo australiano que ganó el mundial de pista por equipos en 2015.
Por su parte, Dennis, además de sus dos títulos mundiales, obtuvo victorias en las tres grandes vueltas por etapas (siempre en etapas contrarreloj) y llegó a vestir el maillot de líder del Tour (2015), Giro (2018) y Vuelta a España (2017 y 2018).
El australiano anunció su retirada a finales de 2023, una vez finalizado su contrato con la formación Jumbo-Visma.
El sábado, cuando los futbolistas del Dortmund salgan del túnel de Wembley para disputar la final ante el Real Madrid, una voz al unísono rivalizará con los acordes de la Champions. Un rugido en las gargantas de 24.610 hinchas alemanes entonando el Heja BVB, la canción que durante las cinco últimas décadas se ha convertido en su himno más popular. Desde 1976, año del último ascenso a la Bundesliga, la afición del Borussia recibe al equipo con su pegadizo estribillo. Sin embargo, este ritual pudo truncarse en 2001, cuando un Borussia sin identidad navegaba a la deriva. La directiva de Gerd Niebaum quiso enterrar la canción por otra más moderna, sin reparar en la obstinación de la Südtribüne. El sector más fanático del Westfalenstadion manejaba otros planes.
"Hay otros clubes en la elite europea, como Barcelona, Bayern o Real Madrid, que pertenecen a sus seguidores y no a conglomerados o ricos hombres de negocios. Sin embargo, existen dos diferencias entre el Dortmund y ellos. La primera es que el Borussia sigue siendo, más que una marca global, un club esencialmente impulsado por la comunidad. La segunda es el apoyo. Es natural que los aficionados se quejen a menudo de que no los escuchan o incluso los ignoran.
Los seguidores del BVB se quejan regularmente de esto, pero no conozco ningún club de este tamaño que tenga tantos enlaces con su afición y esté tan preocupado por lo que quieren y necesitan las personas en las gradas, a diferencia de las que están sentadas frente al televisor". Estas son algunas de las conclusiones que convierten Building the Yellow Wall: The Incredible Rise and Cult Appeal of Borussia Dortmund (Orion Publishing, 2019) en uno de los mejores libros sobre fútbol de la última década.
Identidad
Uli Hesse, su autor, dirige la prestigiosa revista 11Freunde. También milita como hincha fervoroso del Dortmund, aunque ello no le haya impedido diseccionar la figura de Franz Beckenbauer, el gran mito del Bayern, o acometer la historia del gigante muniqués en Bayern: Creating a Global Superclub (Yellow Jersey, 2016). Toda su devoción por el Borussia, su certero análisis, se compendia en un párrafo que completa el anterior. "Mantener esta posición supone un sufrimiento diario. Por un lado, el BVB pretende demostrar que Theodor Adorno se equivocaba. "No hay vida verdadera en la falsa", decía el filósofo alemán.
En otras palabras, el Dortmund cree que hay un modo de competir en el alto nivel sin traicionar los elementos esenciales de su identidad, que define como "rebeldía, lealtad y sencillez". Sin embargo, para hacer esto el club necesita algún tipo de éxito. Después de todo, nadie puede ser rebelde, leal y sencillo en la mediocridad de la mitad de tabla. Sólo demuestras algo cuando llegas a la cima y aun así te niegas a venderte".
El texto de Hesse, aún no traducido al castellano, aborda la idiosincrasia de un club enfrentado, desde su nacimiento, con el poder. "La fundación representó casi un acto revolucionario para unos jóvenes como nosotros y nos exigió mucho valor y coraje. Después de todo, nuestra sagrada Iglesia Católica, tan próxima al Gobierno, era la institución más importante para nosotros", admitió, poco antes de su muerte, Franz Jacobi, secretario y mano derecha de Heinrich Unger, presidente. Sólo una semana después de aquel cuarto domingo de adviento de 1909, el capellán Hubert Dewald amenazaría con la excomunión a aquellos 18 sacrílegos que pretendían jugar los domingos. "No es un simple día de esparcimiento que podamos pasar como mejor nos parezca", clamó desde su púlpito.
Hoy, algunos ecos subversivos perviven en la terraza de la cervecería Wenker, la de más rancio abolengo en el Alter Markt. Los rescoldos de un carácter obrero e izquierdista. Las secuelas de una vida precaria en las minas de carbón y la industria acerera. El temperamento local, según Hesse, se fundamenta en "un enfoque sensato ante la vida, un fuerte espíritu de trabajo, un sentido de la solidaridad y una aversión a la charla pretenciosa". Nadie viaja a Dortmund atraído por el paisaje o la vida cultural y nocturna. Allí sólo se respira fútbol. Apurando las rondas en los pubs de Lindemannstrasse, los turistas enfilan hacia el estadio.
La afición del Borussia en el Signal Iduna ParkGETTY
Porque el Borussia nunca habría cumplido 115 años sin el Westfalenstadion, su tabla de salvación tras la quiebra de la industria minera. "Convertirse en sede del Mundial de 1974 y recibir fondos públicos (tanto del länder de Renania del Norte-Westfalia como del gobierno federal) para construir el nuevo campo supuso un sustancial golpe de suerte", prosigue Hesse, premiado en los Charles Tyrwhitt Sports Book Awards de 2019. Tras la temporada 1973-74, el Dortmund había acabado sexto en la segunda división, con un promedio de 8.900 espectadores en sus gradas.
El curso siguiente, el equipo volvió a terminar sexto, pero recibiendo 25.400 espectadores en la nueva sede. Pese a deambular por la Bundesliga 2, los amarillos acogían a más gente que 13 equipos de la máxima categoría, incluido el Mönchengladbach, absoluto dominador por entonces. Hoy, bajo la denominación de Signal Iduna Park y un contrato de patrocinio que expira en 2026, su capacidad se ha ampliado a 81.365 espectadores, la mayor de Alemania.
Hans-Joachim Watzke, director general del Dortmund durante las dos últimas décadas, se hace escuchar varias veces a lo largo de 288 páginas. "El aficionado alemán quiere sentir que forma parte de un todo. En Inglaterra, el hincha ahora es básicamente un cliente y puede vivir toda una vida con eso. Pero si le dices a un seguidor alemán que es sólo un cliente, te va a matar. Tiene que sentirse conectado con el club". Aún peor, lógicamente, se entendería el paso de cliente a mero consumidor. Quizá por ello, Watzke comprendió en 2001, su primer año en la cúpula del Dortmund, que el célebre Muro Amarillo no iba de farol. Y que tras cantar tozudamente el Heja BVB antes de cada partido, terminaría dando marcha atrás a los planes de Niebaum.
ABRAHAM P. ROMERO
@AbrahamRomero_
Sevilla
Actualizado Domingo,
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